Capítulo 25: Relaciones Tóxicas

Ruta 18, Kanto, 7 de noviembre de 2008.

El nieto de Oak avanzaba a paso lento por la ruta, viendo que ya estaba cerca de llegar a la ciudad donde se hallaba el gimnasio venenoso.

No había tenido suerte de llegar temprano, pues el sol ya se había escondido y había llegado junto con la noche. Tuvo que recorrer toda la ruta 17 a pie, ya que no poseía una bicicleta para movilizarse más rápido por el puente de bicis, además de que tuvo que soportar las burlas y retos de combates de varios ciclistas que se ofendían de que Green no tuviera bicicleta y tuviera la dicha de mancillar la pista caminando.

Por el lado positivo todos esos combates que ganó le sirvieron de calentamiento para su desafío de gimnasio, aunque por el lado negativo todo eso le quitó tiempo de llegar antes del anochecer.

— Creo que mañana tendré que visitarlo. — pensó Green, dirigiéndose al Centro Pokémon para curar a su equipo y poder tomar un merecido descanso.

No quería admitirlo, pero en verdad se encontraba cansado por todo lo que había acontecido en ese día, sin embargo, no sólo estaba cansado.

Se sentía algo extraño por la aparición de una misteriosa y siniestra entrenadora qué se cruzó en su camino. Desconocía sus intenciones y lo que buscaba de él, de hecho le había preguntado si lo quería retar a un combate.

— Lo siento, pero no estoy interesada por ahora. —

Recordó las palabras de Karen y su mirada desconcertante, como si no estuviera diciendo toda la verdad. Era la primera vez que algún entrenador no lo desafiaba a alguna batalla para medir fuerzas.

Era más extraño viniendo de una persona que se proclamaba admiradora de Agatha, pero no debía dejar que esas cosas lo afectarán. Tenía que mantener el ojo en su futura batalla contra Koga, el venenoso maestro ninja.

Recordaba que su tío se caracterizaba por el uso de trucos durante los combates. Reducción de estadísticas, cambios de estado y ataques qué afectan al campo para obstaculizar a su oponente.

Tenía que pensar en un equipo formidable qué pudiese salir victorioso con tantas artimañas qué Koga iba a utilizar, teniendo en claro que lo fundamental era contrarrestar los envenenamientos que eran clave en la forma de combatir del líder.

— Creo que ya lo tengo. — pensó mientras buscaba su habitación por los pasillos del Centro Pokémon.

No podía ver el combate próximo solo como otro duelo por una medalla, pues en el fondo tenía un peso que recaía en algo personal.

Quiso dejar de pensar en todas esas cosas, y en ese momento olvidar todo y poder descansar. Si no mantenía su mente serena, no estaría en las condiciones necesarias para vencer a Koga.

— Ganaré. — dijo mientras acomodaba sus cosas en la habitación — Voy a hacerlo.

X-X-X

Tan pronto como el sol había salido Green y su equipo se levantaron con él. Trataba de mantener sus emociones en raya y fijarse en su objetivo, ganar.

Procedió a buscar alimento en la recepción del Centro Pokémon, tanto él cómo sus pokémon debían estar en las mejores condiciones para combatir.

Todos los pokémon de Green comían con entusiasmo cerca de la entrada del lugar, a excepción de Haunter qué hacía una qué otra broma para animar a sus compañeros.

— Velocidad, ataque, poder. — pensó el entrenador mientras comía su desayuno y observaba a sus pokémon — Técnica.

De pronto, Green se volteó hacía la ventana, sintiendo que había alguien que lo miraba desde el exterior, sin embargo, no había ningún peatón circulando cerca del Centro Pokémon.

Ciudad Fucsia mantenía la esencia tradicional de Kanto antes del término de la guerra y la aparición de nuevos avances tecnológicos proporcionados principalmente por Unova. Las fachadas de las casas conservaban ese estilo característico de la zona, también se podía ver a algunas personas utilizando ropas tradicionales similares a las prendas de Erika.

Los únicos lugares de interés qué habían eran el gimnasio y la Zona Safari, siendo este último un recinto de fauna exótica que permitía que algunos entrenadores pudiesen capturarlas, con algunas condiciones para no afectar negativamente a los pokémon qué habitaban allí.

Green junto a su equipo habían terminado de comer, por lo que el entrenador procedió a devolverlos a sus pokéballs y dirigirse al gimnasio de su tío.

El edificio de combate era bastante reconocible, dado a que era la estructura más grande de la ciudad. Era un gran dojo, qué tenía construido a su alrededor una muralla hecha con troncos y una torre de vigilancia en cada esquina.

— Demasiado llamativo. — pensó Green, estando enfrente de la puerta de la muralla qué tenía en la parte superior el símbolo de gimnasio.

Antes de que diera un solo paso la puerta se abrió automáticamente. Green tuvo ciertas dudas al entrar, no referentes a combatir contra Koga, sino que intuía que el lugar estaba lleno de trampas qué el líder usaba a modo de entrenamiento o para formar a jóvenes en el camino del ninjutsu. Esto en función de lo que había escuchado de su madre, que Koga además de ser un líder de gimnasio también era un sensei.

Green caminó con cautela, teniendo cuidado con todo lo que lo rodeaba en caso de toparse con alguna trampa ninja. El camino de la puerta de la muralla a la entrada del dojo era relativamente corto, con bastantes arbustos y árboles alrededor del sendero.

Sintió movimiento en uno de los matorrales cercanos a su lado derecho, estando alerta en caso de que fuese alguna emboscada por parte de su tío.

— ¡Cuidado! — dijo una voz aguda dando unas volteretas por encima de Green, para acabar delante de él.

Una figura pequeña se mostró frente a Green, siendo una niña de alrededor de 12 años de cabello morado, vestía un traje de ninja color negro junto a una bufanda morada.

— Janine, creo que no deberías alertar si quieres hacer un ataque sorpresa. — dijo Green saludando a su prima, la hija única de Koga.

— Ella no era el ataque sorpresa. — susurró una voz grave detrás de Green.

Tan pronto escuchó la voz el entrenador de Pueblo Paleta trató de voltear, pero en un abrir y cerrar de ojos acabó en el suelo producto de un barrido de piernas.

— ¡Yo lo era! — dijo Koga, alardeando mientras ayudaba a levantar a su sobrino — Nunca debes bajar la guardia.

El ninja había hecho acto de presencia de manera muy sorpresiva, llevando puesto un traje ninja de color morado oscuro junto a una bufanda roja.

— No tengo una respuesta para eso. — pensó Green, sin decírselo a su tío para no aumentar su ego — Hola tío, cuanto tiempo.

— Sabía que vendrías tarde o temprano, supe de tu presencia desde que llegaste a la ciudad en la noche. — dijo el ninja orgulloso de sus habilidades — Pero creo que te diste cuenta de que te observamos recién cuando estabas desayunando en el Centro Pokémon.

De en medio de los árboles saltó otra silueta, siendo un Ariados que se posicionó al lado de Janine.

— Nosotros fuimos los que te vigilamos. — dijo la niña acariciando la cabeza del pokémon arácnido.

— Necesitas agudizar más tus sentidos, Green. — dijo Koga — No sabes que potenciales peligros pueden aparecer de improviso.

En parte, Green sabía que su tío tenía razón al recordar lo que estaba aconteciendo su hermana, sin embargo, no quería estar dándole la razón muy seguido dado a que se iba a volver muy molesto.

— Cómo sea, ya sabes a lo que vine. — dijo el nieto de Oak — He venido a desafiarte para conseguir la medalla alma. — dijo con bastante seguridad.

— Jeje, eso es algo evidente, ¿No crees? — dijo el Koga — Sin embargo, se hicieron unos pequeños cambios en el gimnasio.

— ¿De qué hablas? —

— Veras, he renunciado a mi puesto de líder de gimnasio de Ciudad Fucsia. —

— ¡¿Qué?! — reaccionó Green, sin creer lo que su tío le había dicho — Tienes que estar bromeando.

— Sabes que no soy de hacer bromas, sobrino. — dijo Koga con seriedad, a lo que Green no estaba muy convencido — Te lo explicaré adentro.

La familia Oak ingresó al gimnasio, donde Koga los llevó a una sala de estilo tradicional similar al interior del Dojo Karate. Allí había uno que otro reconocimiento del antiguo líder, las medallas qué había conseguido en su viaje personal, alguno que otro logró en competencias de fuerza y astucia, entre otros.

Koga y Green estaban sentados en el piso a la espera de que Janine llevase el té.

— ¿Cuántas medallas llevas? — preguntó el ninja.

— Cuatro medallas. — dijo sin más, esperando qué su tío le explique porqué ya no es líder del gimnasio.

— Ya veo, ¿Peleaste contra Surge? — preguntó curioso.

— Sí, aunque fue un poco molestó con su estrategia de golpear y defenderse. — dijo el entrenador recordando su pelea con el líder eléctrico — También con su rara regla de todos mis pokémon contra su Electabuzz.

— ¡¿Todavía tiene esa ridícula regla?! — reaccionó irritado Koga — Ese idiota se burla de ustedes, no se toma en serio un solo combate.

— ¿Qué quieres decir? — preguntó Green.

— Tal vez no lo parezca, y tampoco me gusta admitirlo, pero las habilidades de combate de Surge están al nivel del Alto Mando. — comentó Koga, chasqueando la lengua — Incluso me atrevería a decir que del antiguo campeón de la región, pero insiste en no demostrar a los retadores ese potencial qué tiene.

— ¿Qué tiene que ver Surge con que ya no serás el líder de la ciudad? — cuestionó el nieto de Oak — ¿Acaso vas a participar en la Liga Pokémon para querer ser el campeón de la región?

— Por supuesto que no, o mejor dicho, de momento no. — respondió Koga — Lo qué voy a hacer es ir por el puesto de Alto Mando, voy a desafiar a mi madre en un duelo oficial por ello.

Green se sorprendió ante la decisión de su tío, jamás pensando que deseaba cambiar su cargo por algo más.

En medio de eso Janine junto a su Ariados llegaron con el té.

— ¿La abuela?, no creo que sea tan fácil de vencer. — dijo el entrenador, recordando su derrota ante la anciana — pero dime, ¿Quién es ahora el nuevo líder de gimnasio?

— ¿Acaso no es obvio?, Janine es la líder del gimnasio. — dijo el anterior líder veneno, tomando un sorbo de su té — Se ve joven, pero tiene el entrenamiento suficiente para asumir el cargo, está más que lista. — dijo con orgullo.

La niña simplemente hizo una reverencia, mientras se avergonzaba un poco por los comentarios de su padre.

— Eso quiere decir, qué tengo que hablar contigo por el desafío de la medalla. — dijo Green dirigiéndose a su prima.

— Así es. — respondió la niña — Todavía no he decidido en una regla particular, pero el tipo elemental del gimnasio sigue siendo el mismo.

— Aunque, me gustaría agregar algo. — dijo Koga levantando la mano — Si es que la nueva líder me lo permite.

— Adelante, padre. — dijo Janine.

— En vista de que tu retador es Green, quisiera ser yo quien se enfrentará a él. — dijo el ninja — Cómo mi último combate de gimnasio antes de retirarme por completo del puesto.

Koga no ocultó el hecho de que quería enfrascarse en un combate con su sobrino, algo qué había esperado con ansias desde que escuchó qué iba a participar en la Liga Pokémon.

— ¿Último combate?, qué raro. — dijo Green — Es curioso que quieras pelear conmigo ya habiendo renunciado a ser líder de gimnasio, ¿A qué se debe eso?

— Era algo que había decidido desde hace mucho, no podía postergarlo por más tiempo, no me hago más joven. — respondió el antiguo líder — Además, te demoraste mucho en venir hasta aquí, ¿Acaso tenías miedo de enfrentarte a mí sin estar preparado primero? — dijo con cierta malicia en su pregunta.

— ¿Miedo?, debes saber que nada me da miedo. — respondió Green.

Koga simplemente se rió en silencio de la respuesta de su sobrino, dirigiéndose ahora a su hija.

— ¿Qué dice, líder?, le darías a tú viejo padre un último combate con un retador. — dijo Koga abrazando a su hija.

— Está bien padre, cómo la nueva líder autorizó tú petición. — respondió la niña dejándose abrazar por el ninja.

— Ya verás muchacho, no voy a contenerme. — dijo el ninja con un tono serio — Te enseñaré qué es el miedo.

X-X-X

Green fue llevado a una de las salas del dojo que era utilizada para que los retadores pudiesen enfrentarse con libertad contra el líder por la medalla. El lugar no estaba funcionando como lugar de entrenamiento ninja en ese momento, dado al reciente cambio de líder y de que era temporada de retadores.

Sin embargo, había uno que otro estudiante que entrenaba en alguna de las otras salas de forma autónoma u otros que querían presenciar los combates de gimnasio para conseguir más experiencia de duelo.

El campo de batalla era una gran sala construida enteramente de madera, con pilares en las paredes con algunos lemas de Koga como "velocidad y poder" o "ataca, ataca más rápido, contraataca". También había un gran símbolo de la cabeza de un Crobat tallado en una pared superior.

Tanto Koga cómo Green se colocaron en posición, siendo Janine quien serviría como referí sólo por ser una ocasión particular. Algunos de los estudiantes del anterior líder de gimnasio eran espectadores de la pelea.

— ¡Espero que no te pongas nervioso de qué tengamos público! — dijo Koga de manera burlona.

— ¡No me pondría nervioso por cosas tan triviales como esas! — respondió Green — Así es mejor. — pensó.

El joven entrenador mantenía la calma observando detenidamente el campo de batalla, viendo las ventajas que podía sacar tanto él como el ex líder de gimnasio.

— Techo alto, eso le dará libertad de movimiento a los pokémon voladores. — pensó Green viendo las partes del techo y las ventanas — Pesé a ser de madera el piso se ve resistente. — dando unas sutiles pisadas al suelo.

No parecía qué el campo de batalla tuviese alguna particularidad a utilizar durante su combate.

Relajó un poco el cuerpo, viendo que lo que tanto había esperado estaba a punto de cumplirse. Lograría mostrar su fuerza como algo propio de él, probar qué no es sólo un Oak más, es Green.

— ¡Las reglas de este combate serán las siguientes! — dijo Janine, preparando las indicaciones para la batalla — ¡Será un combate de 3 contra 3, y solamente el líder de gimnasio tiene permitido cambiar de pokémon durante el combate!

Una regla qué a simple vista parecía injusta para los retadores, pero la misma estaba diseñada para que se adapten a los cambios repentinos y logren usar lo que tienen a la mano para conseguir la victoria.

— ¡Espero que puedas contra mis técnicas venenosas! — dijo Koga sacando una pokéball — ¡Sal, Muk!

El pokémon lodo hizo acto de presencia, viéndose bastante imponente e irradiando un fuerte hedor que mareo un poco a los presentes, a excepción del mismo Koga y su hija.

— ¿Qué pasa sobrino?, pensé que podrías soportarlo. — dijo de manera burlona el ex líder.

De repente a un lado de Green se encontraba el Ariados de Janine, el cual tenía en su espalda una mascarilla ninja de color negro.

— Así podrás pelear sin que el hedor de Muk te afecte durante el combate. — dijo Janine.

Green no quería aceptarlo, pero el olor del Muk de su tío era insoportable, casi dándole ganas de vomitar. Recordaba a los pokémon de Erika, y ni siquiera ellos desprendían un olor tan fuerte cómo ese pokémon de tipo veneno.

Algo regañadientes se colocó la mascarilla ninja qué cubría su boca y nariz, sintiéndose un poco extraño de estar usando algo así.

— ¡No te queda nada mal! — dijo Koga — ¡Puedes quedártelo cuando termine la pelea!

— Tch, veamos. — dijo Green viendo el oponente que tenía enfrente — Puede funcionar, ¡Ve, Raticate!

El pokémon ratón de Green salió de la pokéball enseñando los dientes en señal de intimidación al Muk enemigo.

Koga podía ver el buen entrenamiento qué su sobrino había tenido con el roedor, viendo que los dientes se veían brillantes y con una textura bastante dura.

— ¡Muy bien, comiencen! — dijo Janine.

— Espero que tú gimnasio también tenga seguro. — pensó el entrenador — ¡Raticate, usa excavar!

El pokémon acató la orden de su entrenador, usando sus afilados dientes para roer la madera del piso y hacer un agujero en ella.

— Muy bien, ¡Muk, regresa! — devolviendo al pokémon lodo a su esfera bicolor — ¡Adelante, Weezing!

La sustitución de pokémon tomó a Green un poco por sorpresa, pero era un escenario muy posible viendo la regla qué tenían en el gimnasio y las cualidades del pokémon flotante. El pokémon gas venenoso levitaba cómodamente por encima del piso, tranquilo de que los ataques de tierra no lo iban a afectar.

La intención de Koga con usar primero a Muk era netamente usar su hedor para tratar de distraer a su oponente. Podía verse cómo una estrategia tramposa, pero la filosofía de combate del tío de Green era qué un entrenador no debía perder de vista la batalla, debía anteponerse sobre cualquier condición emocional o ambiental en el campo de batalla.

Una batalla era una batalla.

— ¡Ahora! — gritó Green.

Raticate escuchó y salió del piso generando otro agujero, saltando lo más que podía hacía Weezing.

— ¡Ataque rápido! — ordenó el entrenador de Pueblo Paleta.

El pokémon roedor rápidamente cambió de ataque en el aire, usando el impulso de su excavación para golpear a Weezing ligeramente.

— ¡Fuego fatuo! — ordenó Koga.

— ¡Ataque rápido para volver al agujero! — respondió Green.

Dada su prioridad, Raticate se movió primero que Weezing, saltando hacía el agujero y esquivando el ataque del pokémon venenoso. Las llamas azules qué Weezing había soltado de sus orificios alcanzaron a quemar la entrada del agujero.

— Fuego fatuo, puede que también tenga tóxico, pero no es una seguridad. — pensó Green, analizando la estrategia de su tío.

— ¡¿Vas a esconderte o vas a pelear?! — dijo el ex líder de manera desafiante — ¡Weezing, usa fuego fatuo contra ese agujero!

El pokémon venenoso comenzó a generar llamas azules a su alrededor, qué fueron lanzadas contra el agujero qué Raticate había cavado.

El pokémon de Green salió del otro extremo, siendo golpeado por el ataque de Weezing y a la vez quemado por su efecto.

— ¡Ahora usa pulso umbrio! — ordenó Koga.

— ¡Hipercolmillo a la cabeza superior! — ordenó Green.

La prioridad en cuanto a la velocidad hizo que Raticate atacará primero, clavando sus poderosas fauces en la cabeza mayor de Weezing y de pasó haciéndolo retroceder y caer al suelo. Luego de eso el efecto de quemadura le causó daño a Raticate.

El daño que el roedor le había causado al pokémon del ninja era extrañamente mayor de lo que debía ser, siendo el mismo Koga quien se había dado cuenta.

— ¡Ataque rápido a su cabeza superior! — ordenó el entrenador.

— ¡Carga tóxica! — ordenó Koga.

Nuevamente el ataque de Raticate fue más rápido que el de Weezing, sin embargo, en esta ocasión el ataque de su oponente si logró golpearlo directamente seguido del efecto de quemadura.

— Tu Raticate tiene agallas, ¿Eh? — comentó el ninja viendo como su pokémon se quejaba del dolor en su cabeza más grande — Veamos cuanto tiempo puede aguantar antes de caer en llamas. — pensó viendo el estado del pokémon de su sobrino, aunque su pokémon igual se encontraba bastante cansado — ¡Weezing, regresa!

Otra jugada curiosa por parte de Koga, podía verse cómo una medida desesperada, pero parte de su técnica también consistía en el juego psicológico ante su rival por los constantes cambios de pokémon.

— ¡Sal, Muk! — dijo el ninja volviendo a llamar al primer pokémon qué había mostrado.

Muk volvió a salir para continuar con lo que había iniciado, esperando atento a las órdenes de su entrenador.

— ¡Raticate, excava! — ordenó Green.

El pokémon de tipo normal hizo otro agujero en el piso, siendo súper efectivo el daño que iba a realizar en su oponente.

— ¡Ahora Muk, usa protección! — ordenó Koga, viendo cómo su pokémon venenoso generaba un campo a su alrededor.

Raticate salió del suelo de madera golpeando el escudo que protegía a Muk de su ataque efectivo, siendo afectado por la quemadura. El pokémon de Green parecía aguantar más el daño por el estado que tenía, pero aún así se veía muy cansado.

— ¡Triturar a su brazo derecho! — ordenó Green, viendo que no faltaba mucho antes de que su pokémon se debilitará.

El pokémon ratón también sabía que no iba a soportar más todo el daño que tenía, pero que pese a eso debía atacar a Muk con todo lo que le quedaba para serle de utilidad a su entrenador.

— ¡Gigadrenado! — ordenó el maestro ninja.

El ataque del pokémon normal se movió primero dada a su velocidad superior, estampando en el pokémon de Koga con todas sus fuerzas en el brazo del pokémon venenoso. La fuerte mordida de Raticate le causó bastante dolor a Muk, sin embargo, el pokémon lodo respondió de todos modos lanzando de su boca un rayo verde que absorbió parte de la fuerza vital de Raticate, terminando por debilitarlo.

Janine se acercó a Raticate para corroborar que se encontraba fuera de combate, haciendo una seña con su brazo para afirmar ese hecho.

— ¡Regresa! — dijo Green devolviendo a su pokémon a su esfera bicolor — Lo hiciste bien, Raticate.

— ¡No te sientas mal, su poder de mordida es bastante admirable! — dijo Koga en un intento de consolar a su sobrino — Indicaciones detalladas, ¿eh?, qué interesante. — pensó.

— ¡Sal Haunter! — dijo el entrenador retador sacando a su fantasma.

Haunter flotaba por el campo haciendo unas cuantas poses de fuerza y usando sus manos separadas de su cuerpo gaseoso para eso, sacando su larga lengua en el proceso.

— Tipo fantasma, espero que no caigas en los pasos de la vieja. — pensó Koga — ¡Adelante Muk, usa gigadrenado!

— ¡Haunter, usa psíquico! — ordenó Green.

Los ojos del pokémon fantasma brillaron en una tonalidad rosada, generando una energía violeta en su mano derecha qué se desplegó en Muk hasta rodearlo por completo y sacudirlo con mucha fuerza por el suelo y el techo.

Muk se encontraba algo mareado, pero igualmente lanzó un rayo verde de su boca para intentar recuperar algo de energía directamente de Haunter.

El pokémon de Green no sintió tanto daño, dado a que su tipo secundario amortiguo el golpe de tipo planta. Sin embargo, Green no podía negar que dicho movimiento iba a ser molesto al ir robando y recuperando salud cada tanto.

— Buena velocidad y ataque especial. — pensó Koga, analizando a Haunter — Y ese ataque psíquico será un fastidio.

— ¡Haunter, vuelve a usar psíquico! — ordenó Green.

— ¡Anulación! — ordenó Koga para sorpresa de su sobrino.

El ataque del fantasma tuvo prioridad repitiendo la sacudida del pokémon lodo contra el suelo y el techo. Luego del zarandeo, Muk hizo brillar sus ojos de color azul para imposibilitar que Haunter usará psíquico por un tiempo.

Green no parecía afectado por el contraataque de Koga frente a su ataque súper efectivo contra el tipo veneno, al contrario, parecía que sabía a la perfección que su tío iba a usar una técnica similar.

— ¡Haunter, usa bola sombra! — ordenó Green.

— ¡Protección! — ordenó el ninja frente a la esfera oscura que estaba generando el pokémon fantasma.

El pokémon veneno formó un campo de fuerza a su alrededor que bloqueó la bola sombra de Haunter.

— ¡Ahora usa mofa! — ordenó el nieto de Oak.

Haunter hizo una mueca graciosa y de burla que provocó a Muk, haciendo que este no pudiese utilizar movimientos de clase estado por un tiempo.

Koga estaba sorprendido y molesto por la respuesta de Green ante su contraataque, no pensando que su sobrino usaría movimientos no ofensivos en una batalla.

— ¡Regresa! — ordenó Koga, devolviendo a Muk — ¡Sal, Crobat!

El pokémon murciélago salió desplegando sus grandes alas en el campo, volando con velocidad y elegancia.

— Sus tres pokémon ya fueron revelados. — pensó Green, viendo algo de molestia en la cara de su tío.

— ¡Crobat, usa triturar! — ordenó Koga.

— ¡Usa mofa! — ordenó el entrenador de Pueblo Paleta.

Crobat en un instante estaba a un lado de Haunter, lanzando una fuerte mascada en el costado derecho de su cuerpo. El ataque fue super eficaz, pero eso no evitó que Haunter hiciera unas muecas tras recibir el ataque y usar mofa contra el murciélago.

— ¡Eso no cambiará en nada el resultado de esta ronda! — dijo Koga — Debo debilitarlo rápido antes de que pase el efecto de anulación. — pensó, viendo que Green estaba cerca de volver a usar psíquico — ¡Triturar!

— ¡Rayo confuso! — ordenó Green.

Koga se sorprendió de qué su sobrino haya hecho esa jugada, viendo cómo su Crobat atacó a Haunter con una gran mordida en el costado derecho del fantasma. Lo siguiente qué aconteció fue ver a su pokémon recibir de lleno el ataque de confusión.

Crobat se veía mareado, un tanto desorientado y volando por el campo de batalla de una forma torpe.

Haunter se retorcía de dolor por los ataques consecutivos de Crobat, que fueron bastante efectivos. No obstante, todavía estaba listo para pelear mostrando una sonrisa al sentir que podía volver a usar psíquico, además de tener una sorpresa escondida.

El pokémon fantasma hizo un truco con las manos cómo si fuera un truco de magia, haciendo aparecer una baya zidra qué devoró felizmente recuperando algo de salud.

— Tch, ¡Regresa! — ordenó Koga chasqueando la lengua — ¡Lo siento Weezing!

El pokémon gas venenoso se veía cansado por el enfrentamiento qué había tenido con el Raticate de Green, notando las marcas de garras y colmillos por todo su cuerpo esférico.

— ¡Pulso Umbrío! — ordenó Koga.

— ¡Psíquico! — ordenó Green.

La velocidad de Haunter lo hizo atacar primero, proyectando una energía violeta alrededor de Weezing qué lo hizo sacudirse por todo el campo de batalla de forma brusca, terminando por caer al suelo.

Janine se acercó al pokémon de su padre para corroborar su estado, haciendo una señal de que Weezing estaba fuera de combate.

— ¡Weezing regresa! — dijo Koga, viendo la pokéball de su pokémon con tristeza — Lo siento mucho. — susurró.

No quería sacrificar a ningún de sus compañeros en la batalla, pero no podía arriesgarse a perder a un pokémon con mayores índices de estadística por sobre un pokémon ya muy mal herido.

— ¡Ve, Crobat! — dijo Koga volviendo a sacar al murciélago a pelear, al no estar más confundido viendo que volaba correctamente — ¡Triturar!

— ¡Haunter, usa psíquico! — ordenó Green.

Crobat atacó primero, volviendo a estampar sus colmillos en el lado derecho del cuerpo de Haunter, sin embargo, el pokémon fantasma igual respondió con su ataque psíquico. La energía de Haunter envolvió a Crobat, separándolo del fantasma para hacerlo golpear contra la pared que estaba detrás del ninja.

Ambos pokémon habían recibido un fuerte ataque muy efectivo por parte de su oponente, sólo que Haunter era el que más daño previo tenía de los dos.

— ¡Usa Ida y Vuelta! — ordenó Koga.

— ¡Psíquico! — ordenó Green, ya viendo el resultado final de la ronda.

Crobat velozmente golpeó a Haunter, haciendo que el fantasma cayera al suelo rendido. El ataque no era tan efectivo contra el pokémon de Green, sin embargo, estaba lo bastante débil como para caer frente a un ataque de potencia moderada usado por un pokémon igualmente fuerte.

Janine fue a revisar al pokémon de su primo, viendo que estaba debilitado y haciendo una seña de arbitraje corroborando dicho estado.

— ¡Regresa! — dijo Green a su pokémon, devolviendo a Haunter a su esfera bicolor — Lo hiciste muy bien. — susurró.

Instantáneamente Muk apareció en el campo de batalla, cambiando con Crobat por el efecto del ataque insecto del último.

El combate no parecía ir a favor de Green, teniendo un solo pokémon contra los dos restantes de Koga. Sin embargo, los pokémon qué tenía el ex líder en su poder ya habían sufrido algo de daño gracias a los pokémon de Green, además de haber mostrado varias de sus habilidades y movimientos para que el retador estuviera preparado.

— Muy bien, ¡Sal Dodrio! — ordenó Green, sacando a su último pokémon.

El pokémon de tres cabezas había evolucionado recién ayer en su etapa final, pero Green confiaba en la fuerza y capacidad qué su pokémon había adquirido evolucionando y al haber peleado en la pista de bicis.

— Interesante. — pensó Koga.

Muk había recibido algo de daño en sus peleas con Raticate y Haunter, aunque Koga tenía confianza con qué podía recuperar algo de salud con su movimiento de tipo planta.

— ¡Muk, usa rayo confuso! — ordenó el ninja venenoso.

— ¡Danza espada! — ordenó Green, volviendo a sorprender a Koga.

El ave triple comenzó a hacer un baile moviendo sus cabezas sincronizadamente y golpeando el suelo del campo con sus grandes patas, ganando más poder de ataque.

Muk por su parte generó una esfera amarilla de su boca qué golpeó a Dodrio y lo confundió.

El pokémon de Green comenzó a tener problemas para mantenerse de pie, se tambaleaba un poco y sus tres cabezas se golpeaban entre sí alejándose unas con otras.

No obstante, la cabeza central del pokémon ave sacó una baya de color roja y de tallos verdes de su afelpado plumaje. La cabeza principal se la comió, volviendo a concentrarse, parándose firmemente en el suelo y alineando sus tres cabezas preparadas para atacar.

— Nada mal. — pensó Koga con la estrategia anticipada de su sobrino.

— ¡Usa ataque rápido! — ordenó Green.

— ¡Protección! — ordenó Koga.

El golpe de Dodrio fue bloqueado por el campo de fuerza de Muk, quien pudo sentir con el impacto qué el poder de Dodrio había subido mucho.

— Y se queja del Señor Surge. — pensó Green, viendo cómo su tío usaba trucos similares a los del líder de Ciudad Carmín.

— ¡Gigadrenado! — ordenó el ninja, esperando recuperar un poco de salud.

— ¡Taladradora! — ordenó Green, sorprendiendo nuevamente a Koga.

Dodrio se impulsó con sus largas piernas para comenzar a girar en el aire a gran velocidad acumulando algo de polvo del campo, golpeando directamente a Muk y haciéndolo retroceder cayendo de espalda.

La actual líder de Ciudad Fucsia fue a ver a Muk, notando qué estaba debilitado señalando a ambas partes el suceso.

— ¡Regresa Muk! — dijo Koga, verdaderamente sorprendido del rendimiento de su sobrino.

Él sabía que Green era alguien que tenía que ser habilidoso para las batallas por su herencia familiar, pero el joven entrenador iba más allá de toda concepción y estigma de sangre. Tenía una gran gama de talentos que desplegaba con firmeza y confianza al combatir, manteniéndose sereno y teniendo una planificación rigurosa.

— Menudo ataque sorpresa. — pensó el anterior líder de gimnasio mientras sonreía, pudiendo ver un resultado claro en la batalla — ¡Adelante, Crobat!

El pokémon murciélago volvió a aparecer para una ronda final. Dicho enfrentamiento de Dodrio contra Crobat marcaría al ganador de la batalla de gimnasio.

Green se mantenía concentrado en lo que estaba sucediendo en el campo, ya que todavía no había nada claro en cuanto a los resultados. Bien sabía él que podía suceder algo que cambie el resultado del combate para cualquier de las partes.

Ambos pokémon de atributo volador se miraban fijamente esperando ansiosos las respectivas órdenes de sus entrenadores.

— ¡Crobat, usa tóxico! — ordenó Koga.

— ¡Danza espada! — ordenó Green.

El murciélago salpicó a Dodrio con una sustancia morada qué soltó de su boca, afectando al pokémon del retador con veneno. Pese a eso, el pokémon ave triple realizó su danza para incrementar más su fuerza a pedido de su entrenador.

Green se había arriesgado ante dicha estrategia, viendo que Koga pudo fácilmente utilizar otra técnica qué hubiese perjudicado más a Dodrio. El veneno le restaba salud al pokémon de Green estando gravemente envenenado, pero aún así no presentaba mayores síntomas.

— Su ataque ya es lo bastante fuerte. — pensó Koga mientras cerraba los ojos.

Dicho combate lo había visualizado diferente a lo que estaba aconteciendo. No se refería a su posible derrota, sino al mero hecho de que su sobrino se pudiese desplazar en el campo de batalla de forma tan diversa y táctica. Una manera de pelear diferente a Agatha, Oak y en especial a él.

— Reluces por cuenta propia. — pensó el antiguo líder de gimnasio — Es un todo o nada, ¡Crobat, carga tóxica!

— ¡Imagen! — ordenó el chico de Pueblo Paleta.

Crobat soltó una ráfaga de líquido venenoso viscoso contra el ave de Green, siendo más efectivo por su estado de envenenamiento grave.

Dodrio soportó el dolor del líquido corrosivo sobre su cuerpo, generando un brillo amarillo a su alrededor para ir a embestir a su oponente.

Koga simplemente cerró los ojos al ya saber el resultado de la batalla, escuchando como Dodrio tackleó a su Crobat haciéndolo chocar contra la pared. Lo siguiente qué escuchó fue a su hija confirmar dicho acto y dar el veredicto final.

— ¡Crobat no puede seguir peleando! — proclamó Janine — ¡Dodrio gana, la victoria del combate es para Green Oak!

El ave triple fue feliz a felicitar a su entrenador, que acarició sus cabezas con cuidado mientras sacaba un antídoto para curarla del envenenamiento.

— Lo hiciste muy bien chica. — dijo Green aplicando el antídoto por todo el cuerpo de su pokémon, que se encontraba bastante cansada al llevar todo su ataque al límite.

— Felicidades Green. — dijo Koga, acercándose a su sobrino mientras le aplaudía — No soy alguien de palabras. — haciendo un truco con sus manos para aparecer la medalla del gimnasio veneno, la medalla alma — Creo que esto es lo apropiado.

— Gracias. — dijo el entrenador tomando la prueba de su victoria.

El combate contra su tío tuvo una dificultad particular, teniendo que soportar los constantes cambios y efectos adversos de sus distintos pokémon. No obstante, él ya tenía planeado algunos contraataques para anteponerse frente a cualquier movida y técnica del ninja.

Cada uno de sus pokémon utilizados fue elegido con cautela para contrarrestar las jugarretas de Koga, pensando en ataques, habilidades y objetos.

No necesitaba que su tío le diera un sermón ni diera un discurso para saber que el resultado fue satisfactorio para ambos y la pelea en general estuvo a la altura de lo anticipado por él.

Koga sonreía pese a su derrota, ya qué pudo ver el estado actual de su sobrino como entrenador pokémon y el potencial a futuro qué tenía para ser el más fuerte de todos. El líder podía confirmar que los siguientes desafíos de Green iban a ser difíciles, pero qué se iba a anteponer a todos los líderes y rivales que le esperaban, y que iba a estar muy orgulloso de él.

— Felicidades, Green. — dijo Janine aplaudiendo a su primo — Oh, casi se me olvida.

La hija de Koga se desvaneció en una cortina de humo, sorprendiendo a su primo y a su padre quienes desconocían lo que fue a buscar la pequeña y actual líder de gimnasio.

En otra cortina de humo al lado de Green apareció Janine, la cual llevaba entre sus manos un regalo.

— Lo siento si no pudimos ir a tu cumpleaños ni al de Blue. — dijo la niña haciendo una reverencia y entregando el presente a Green.

Green abrió el regalo entregado por su prima, sacando del papel de envoltorio una chaqueta de color verde oscuro similar a la chaqueta negra que ya estaba usando. Sonrió ante el gesto de su prima, ya que no podía imaginar que Koga le hubiese regalado algo como eso.

— Muchas gracias, Janine. — dijo Green, quitándose su chaqueta negra para colocar su nueva prenda encima de su sudadera gris.

— Yo te iba a regalar un traje ninja, pero Janine dijo que no te gustaría. — comentó Koga bromeando.

— Me conoce bastante bien. — respondió el entrenador.

— ¿Qué vas a hacer ahora? — preguntó el antiguo líder con curiosidad — ¿Cuál será tu siguiente objetivo?

— ¿Objetivo?, sobre eso quería pedirte algo, tío. — dijo Green acomodando su chaqueta y quitándose la mascarilla ninja — ¿Podrías decirme lo que sabes sobre el líder de gimnasio de Ciudad Verde?

Continuará.


Lunarium98: Lo de Karen fue un capricho del escritor(? okno, igual al volver a leerlo no me gustó el resultado de su incorporación, pero si tendrá un grado de relevancia a futuro.

nadaoriginal: Igual quería dar un poco de rareza al encuentro sin pasarme a lo tétrico, porque para eso tengo otras historias(? xD