Plan: Valkiria
Abrió los ojos. 3 AM, marcaba el reloj. Xana no podía dormir, aún estaba pensando en todos los posibles escenarios que podría dar un encontronazo con Anthea.
Se quedó mirando el techo por un largo rato hasta que decidió irse, Tenía que asegurarse de que lo dicho en aquella sala de juntas no fuera mentira.
"Llegará hoy a París junto a su esposa, Anthea Hopper"
Realmente no sabía que aspecto podría tener Anthea, si se parecía a la de la foto o simplemente lo dicho fue solo una distracción, en cualquier caso, necesitaba cerciorarse. La lista de lugares en los que podían estar era tan grande que daba mareo solo pensarlo.
Se levantó de la cama rápidamente y buscó su buso, uno de color negro que le ayudaría a no ser vista con facilidad. No podía salir por la puerta, solo por la ventana. Saltó.
No tardó mucho en encontrar un camino que le llevó al bosque donde estaba la Ermita, aunque tuviera camino que recorrer.
La única luz era el cielo grisáceo que hacía acto de presencia y presagiaba una terrible lluvia.
Cada vez más el bosque se hacía tupido y era difícil ver, estaba oscuro. De la nada, un aura de color magenta rodeó el cuerpo de Xana y actuó como foco, pero su densidad era tal, que no ayudaba mucho.
En algún punto de su trayecto, cerca de la Ermita, escuchó unas voces que se reían y hablaban con muy poca claridad. Siguió el sonido y se encontró con dos chicos borrachos rodeados de botellas de alcohol, al parecer no eran los únicos que estaban ahí. Decidió que era un buen momento para experimentar con sus habilidades. Se acercó hasta uno de los dos chicos, que, al parecer, aparte de borracho, iba bajo efectos de droga, marihuana más específicamente. Estaban perdidos.
—Tú, guapa…—Dijo uno de ellos con dificultad—Estás tan buena como este porro—Comenzó a reírse—
—Ven aquí—Dijo el que tenía en frente intentando abrazarla, pero Xana se apresuró y lo paró colocándole una mano en el pecho: eso, sumado a un pensamiento que decía "Detente", desbloqueó, diciéndolo de alguna manera, una nueva habilidad: El muchacho se vio rodeado por un aura amarillenta que lo paralizó por completo, su mirada fue de terror. Casi por instinto, dio una patada certera a la cabeza del otro tipo que observaba y lo dejó inconsciente, en su estado actual no era difícil. Se quedó observando al chico que atrapó con aquella habilidad: Extendió su mano abierta en dirección a él, en ese momento sintió vinculo extraño que le hizo cerrar la mano muy lentamente, mientras lo hacía podía ver como el cuerpo de aquel muchacho comenzaba a retorcerse y a pudrirse, comenzaba a escupir sangre, que a la vez salía por todos los agujeros de su cuerpo. Cerró la mano por completo: Lo que antes era un cuerpo humano ahora era una simple masa de carne ennegrecida irreconocible, casi se podía decir que era carbón, Increíble. Tocó al otro chico, el aura amarillenta se apoderó de él, tenía que probar: Cerró la mano de golpe, lo suficientemente rápido para que el efecto fuera instantáneo, pero el resultado fue diferente: El cuerpo explotó en un millón de pedazos como si hubiese estallado una bomba en su interior, quedó sorprendida, podría ser una buena habilidad, pero cansaba, usaba mucha energía, que de por sí ya es difícil de conseguir.
Siguió su camino hasta llegar a la Ermita. Abrió la puerta sin dificultad y luego entró. Vagueó un rato entre pasillo y pasillo hasta que encontró el despacho de Franz Hopper. Entró en él buscando algo que pudiera servirle, buscó en la oscuridad más absoluta algo plano y suave como una foto, pero los minutos pasaban y solo encontraba hojas de papel sueltas. Casi se rindió hasta que una foto asomó justo en la tapa de un libro escondido entre la oscuridad del lugar y una lámpara. Abrió la tapa y la foto deslizó, posteriormente la agarró: Era una foto donde se podían distinguir muchas personas, incluidas Waldo, Tyron y Anthea, al parecer era una fotografía de grupo de los participantes en el proyecto Cartago, el reverso de la foto tenía fecha de 1984, dos años antes de la desaparición de Anthea. Se guardó la foto.
Salió de la Ermita y cogió el atajo que había por el subterráneo hasta llegar a la fábrica.
Ya en la sala del súper ordenador se dedicó a buscar por las cámaras de seguridad de todos los hoteles del distrito alguna señal de Tyron y Anthea, pero las horas pasaban y no vio pruebas, aún le quedaban sitios por mirar, pero decidió rendirse, ya era hora de despertar en Kadic, y necesitaba alistarse, otro día más.
En eso de media hora llegó a Kadic, era la última en entrar a las duchas, cosa que le agradó, ya que tendría algo más de tranquilidad. Luego de una corta ducha, volvió a vestirse. Había comenzado a caer una tormenta eléctrica, quizás su influencia sobre diversos factores podía alterar tanto el clima como los sistemas electrónicos.
Llegó al poco rato a la cafetería, todos se encontraban desayunando, agarró una bandeja con su desayuno y se sentó al lado de los guerreros de Lyoko, dejando la foto sobre la mesa, Aelita fue la primera en agarrarla.
—Son… ellos—Dijo la pelirrosa—¿Dónde la sacaste? —Se la entregó a Jeremy—
—Anoche fui de paseo a la Ermita para buscar un libro, y me encontré con la foto en el despacho de tu padre—Respondió con parsimonia—Creo que son los que participaron en el proyecto Cartago—
—Pues no miente—Avisó Jeremy—Realmente lo son, se ven jóvenes—
—¿Cuántos años tendrá ahora tu madre? —Preguntó Ulrich a Aelita intentando no arruinar el momento—
—Supongo yo que unos 39—Se adelantó Xana bebiendo de su chocolate. Jeremy asintió—
—Con un cálculo rápido bien podría estar sobre esa edad—Coincidió el rubio—
—No creo que sea tan joven…—Inquirió Aelita, dudosa—¡La foto es de hace veinte años! —
—Podría ser una posibilidad—Acertó Odd—
—Como sea—Respondió Aelita, desinteresándose instantáneamente del tema—
—¿Estás bien? —Preguntó Jeremy al ver su reacción—
—Sí—Afirmó—Es solo que… quisiera saber dónde está, si es que está viva— Xana y Jeremy cruzaron miradas, ambos sabían la respuesta—Si pudiéramos encontrar una respuesta ahora, no me importaría sacrificar todo—Sus palabras venían de su alma, era su deseo más grande—
—A los humanos os mueve el deseo de estar felices—Respondió Xana—¿No habéis pensado que ese es el problema? —Parecía ilógico, pero buscar la felicidad es una forma de abrumarte, ya que nos cansaríamos con facilidad, aunque el premio lo fuera—Por cierto—Se levantó de la mesa, todos centraron su atención en ella—Se dónde está Anthea—Hubo un silencio sepulcral—
—No bromees con eso—Dijo Aelita, casi airosa—
—Si estuviera bromeando hubiera dicho que estaba muerta—Se acercó a Aelita, sujetando el misterioso collar—Si quieres saberlo—Haló el collar con fuerza, arrancándolo del cuello de la pelirrosa—Ven por mí—Salió deprisa, aparentemente perdiéndose, aunque fuera a parar a un sitio solitario como lo era la máquina de chocolate. Los chicos salieron casi en estampida, querían la respuesta. Por otro lado, Xana tuvo tiempo de inspeccionar el collar, parecía bonito, pero…—¿Hum? —Apretó el adorno de corazón con fuerza hasta romperlo, pero sintió algo más que solo metal, cuando abrió la mano pudo verlo—Un localizador, lo sabía—Pensó
—¡No hagas eso! —Protestaron todos—
—¡Quiero saber dónde está! —Protestó Aelita—
—Eso no importa cuando ellos ya saben dónde estás tú—Respondió Xana dejando ver el contenido del ya destrozado collar—Un localizador—
—¿Ellos? —Preguntó Jeremy—
—¿Has oído hablar de la FIS? —Preguntó Xana, todos negaron con la cabeza, menos Jeremy, quién tenía una pequeña idea—
—¿El servicio de inteligencia suizo? —Preguntó el rubio, Xana asintió—
—Me gustaría saber cómo han llegado a saber que Aelita estaba aquí—Xana solo disfrutaba ver la reacción de todos, terror absoluto, no pudo evitar reírse—Vale, eso es mentira—Mintió—Pero me gustaría saber quién la ha enviado—
—Eso no se hace—Asintió Jeremy, tras eso sonó el timbre que indicaba el inicio de las clases—
—La carta no y el localizador no es en lo absoluto suyo—Respondió la IA—O eso supongo yo—Aelita ya estaba estresada—Adiós—
Un rato después, todos estaban en su clase.
Aelita estaba en clase de italiano, pero el profesor hablaba y nadie lograba seguirle el paso, estaba pensando. "La carta y el localizador no es en lo absoluto suyo".
¿Qué tan cierto era eso? No tenía razones para jugar sucio con mentiras, pero tampoco la tenía para decir la verdad.
—Hum—Desvió su mirada hacia los apuntes de Jeremy, intentaba comparar mentalmente la letra de este con la escrita en la carta, pero no tenía nada que ver la una con la otra. Se giró—¿Me prestas tus apuntes? —El rubio pareció no entender—
—¡Pero si están en la pizarra! —Protestó Odd—
—Es que se me cansa la vista—Sin esperar la respuesta de Odd, agarró su cuaderno y dio un vistazo rápido. Ni de lejos era la letra escrita en la carta, por lo que decidió devolverle su cuaderno a Odd. Tampoco era la de Ulrich, así que no tenía posibilidad… salvo que fuera alguna artimaña de Jeremy o un truco de Xana—
—¿Estás intentando comparar la letra de la carta? —Preguntó Jeremy, sorprendiendo a Aelita—
—No…—Respondió de forma insegura, pero la respuesta era demasiado evidente para negarlo—
—Quizás…—El profesor les interrumpió—Podrías prestar un poco más de atención, así no te perderás, señorita Stones—Replicó el profesor—
—Perdón—Se disculpó Aelita, de verdad quería saber quién era el autor—
Pasaron un par de horas hasta que tocó la campana para la última hora antes del recreo, les tocaba ir con Hertz al aula de ciencias.
—Nosotros no escribimos eso—Acertó Ulrich—Pregúntale a ellas—Señaló al frente suyo, estaban las chicas—
—¿Qué tal las clases? —Preguntó Yumi—
—italiano, matemáticas, y ahora Ciencias, ¿Qué puede ser peor? —Respondió Odd, Yumi rio—
—¿Me muestras tu letra? —Preguntó Aelita a Xana, quién se encontraba notablemente ausente de la conversación. La IA asintió sacando un cuaderno de su mochila entregándolo a Aelita, quién inspeccionó minuciosamente la letra, pero no hacía falta, su letra era muy recta y precisa, sin fallos, en lo absoluto era suyo—
—Está intentando adivinar quién escribió la carta que le enviaron—Dijo Jeremy, ganándose una mirada de Aelita—
—No he sido yo, ella tampoco—Respondió Xana, dando una clara pista a Aelita—Seguramente haya sido Jeremy otra vez—Bromeó Xana—
—Buen intento, se habría dado cuenta—Replicó el rubio—
—En cualquier caso, no debe ser nada bueno—Respondió sin mucho interés. Estaba mirando fijamente a la entrada de Kadic—Teniendo en cuenta que tenía un localizador bastante sofisticado—
Jeremy de dio cuenta de la ausencia de Xana en la conversación, pues la IA solo miraba a la entrada de la academia ¿a quién esperaba? Antes de poder preguntar, Hertz les llamó la atención, era momento de entrar a clases.
—Nos vemos en el recreo, nosotras tenemos hora de estudio—Sentenció finalmente la nipona, alejándose del grupo junto a su peligrosa compañera—Vaya lio por una carta—Se sentaron en un banco cerca de las gradas—
—Eso veo—Contesto la albina, ausente. Yumi lo notó.
—¿A quién esperas? —Preguntó Yumi, ya curiosa—
—Se supone que alguien importante viene hoy—Respondió sin mucho interés—
—Oh, ¿Te refieres al batería de los Subdigitales? —Preguntó Yumi con curiosidad, pero la respuesta era obviamente negativa—
—No sé quién es—Respondió—Yo me refiero a una chica—
Pasó un rato mitras estudiaban en completa parsimonia, hasta que una voz grave y tronante les llamó la atención, Delmas, el director.
—Chicas, me alegro de veros, ¿Podéis hacerme un favor? —Preguntó el director, con apariencia ajetreada. Ambas asintieron—Alguien le envió un pequeño paquete a Aelita, otra vez, pero estoy muy ocupado para buscar a Jim y decirle que se lo entregue, ¿Podéis dárselo de mi parte? —Ambas asintieron, y tras recibir la pequeña cajita, Delmas se machó—
—¿Otro? —Preguntó Yumi, preocupada—¿Tiene un admirador secreto? —
—Este… es raro—Dijo la IA, tomando en sus manos el paquete extraño, usando pequeñas descargas eléctricas para identificar algún metal—Es un… ¿Medallón? —La caja era simple, pequeña, de cartón y de un color rosa muy peculiar, atado con una cuerda delgada de arriba abajo, también de lado a lado, no tenía etiqueta, no tenía marcas, no tenía lugar de procedencia. Se lo entregó a Yumi—
—¿Crees que sea de Jeremy? —Preguntó Yumi con ilusión—
—No, es demasiado bueno para ser verdad—Respondió con parsimonia—
Esperaron con impaciencia durante un largo rato, hasta que Xana sintió una extraña y hostil presencia. Se fijó en la entrada de Kadic: Habían parqueado un par de coches todo terreno de color negro, uno de ellos muy sospechoso, el otro, de un mundo paralelo; Xana golpeó la mano de Yumi, llamando su atención y obligándole a mirar a la entrada: Del coche que se detuvo justo en la puerta descendió un hombre de traje negro y corbata, aparentemente un conductor, quién se desplazó hasta el otro lado de la acera y abrió la puerta para que descendieran dos personas, una de ellas, despertó todas las alarmas en Xana, en Yumi, una confusión y un nerviosismo sin igual. Primero descendió un hombre de traje negro y moño del mismo color, rozando el medio siglo de edad, tez blanca, quizás un poco amarillenta, pelo corto con entradas y rizos de oro, una apariencia muy curiosa, la segunda persona era la que más llamaba la atención: Era bastante alta y delgada, quizás medía cerca del metro con ochenta y largos centímetros, pelo rosado y medianamente corto, no le pasaba de más debajo de los hombros, un poco más a poder ser, de unos 38 años largos, pero no se notaban en su apariencia, aún se le veía muy joven, tez blanca, ojos verdosos, vestía con un buso de color azul oscuro y unos vaqueros, junto con unas deportivas de color morado: Anthea Hopper.
—Imposible…—Soltó Yumi: Era la misma persona que aparecía en las fotos de Franz Hopper en la Ermita—
—Mira lo que nos trajo la marea—Soltó Xana de manera provocativa. Su objetivo primario estaba muy cerca de ella, era momento de actuar sin equivocarse, pero había un problema, el servicio secreto les escoltaba, y, tal como se dijo en aquella reunión a la que Xana se infiltró, Ailane estaba con ellos, pero no de manera visible, estaba en uno de los coches que habían llegado con Anthea y su desconocido compañero. Se cubrió con la capucha de su buso, volviéndola casi irreconocible a la distancia—Lo mejor será que espiemos—Jaló la mano de Yumi y recogieron sus cosas, acto seguido, salieron del lugar. Estaban siguiendo a Anthea, quién estaba tras su misterioso acompañante, ella simplemente se limitaba a observar el lugar, le parecía extraño y a la vez curioso—
—Me imagino la cara que pondrá Aelita cuando la vea—Pese al nerviosismo, se le hacía mucha ilusión saber la reacción de su amiga, caso contrario a Xana, quién no quería juntarlas por ningún motivo, razón o circunstancia, no por el momento—
—Yo me pregunto… ¿Qué hacen aquí? —Se preguntó Xana—Como sea para llevarse a Aelita no se lo permitiré—
—Eso es imposible, ella aparece como prima de Odd, eso debería ser suficiente… ¿Verdad? —Cuestionó la nipona, a lo que Xana simplemente le dedicó una mirada de curiosidad—
—Anthea puede tener pruebas de que Aelita es su hija, sin embargo, recuerda que su apariencia debería ser distinta, pasó diez años en el súper ordenador —Respondió la IA—
—Es verdad, quizás no la reconozca— Respondió Yumi—O quizás tenga problemas para llevársela—
—Podríamos aprovechar para hacer psicología aprovechando que aparece como prima de Odd—Dijo, dándose cuenta de algo importante—Odd se va a meter en un lio gigante—Yumi cayó en cuenta en ese momento—
—Es verdad…—Dijo Yumi. En ese momento cruzaron la máquina de cafés, pero por suerte o por desgracia, se toparon justo con aquel misterioso y dantesco hombre y con Anthea, quién se separó del grupo seguida por un hombre de negro: se acercó a una de las máquinas—
—No dejes que te vean, voy a infiltrarme—Yumi asintió, y Xana salió: Con valor, y con poco o nada que perder se acercó a la otra máquina, sin hacer contacto visual con Anthea—Bienvenida, Memory—Estaba a punto de introducir una moneda en la máquina, cuando la aludida habló—
—¿Quién eres? —Preguntó Anthea con una voz suave y gentil, cubriendo su preocupación, Xana iba a responder, pero alguien no la dejó, ojalá hubiera sido el guardia que la escoltaba—
—Una persona con la quién no deberías tener contacto alguno—Ese tono de voz fue como un balde de agua fría para Xana: Esa chica, Ailane, estaba ahí. Se giró. —
—Si no te vas ahora mismo, tú y yo vamos a tener un problema—Respondió Xana con hostilidad. El guardia, previendo algo de mayor envergadura, alejó a la pelirrosa del lugar rápidamente. Ailane simplemente se acercó—Pues problemas vamos a tener—Xana iba a abalanzarse sobre Ailane, pero alguien llamó la atención con una voz autoritaria—
—¡Deteneos, ahora! —Ordenó uno de los guardias apuntando con su pistola—Ambas, dad dos pasos hacia atrás, ahora mismo—Ailane obedeció, Xana no, simplemente se quedó en su lugar. observando—¡Que te alejes! —Ordenó el guardia en voz alta—No tengo miedo de dispararte—Si había una posibilidad de arreglarlo, Xana iba a aprovecharlo, pues había tenido una salida en falso. Dio un paso hacia atrás—Muy bien, que no te vea merodeando por aquí—
—Pues te jodes—Respondió Xana de manera agresiva. Tras eso, Ailane desapareció de la vista de todos, y el grupo siguió su camino. Eran cuatro guardias protegiendo a Anthea y su compañero—
—Vaya error—Comentó Yumi, cuidando de sus palabras—
—Esa chica fue directo a molestarme—Respondió Xana—Como vuelva a interrumpirme la volaré en pedazos—
—Pues es idéntica a ti… a tu cuerpo, digo—Xana asintió, era cierto—Quizás deberíamos dejar de espiar, nos meteremos en problemas serios—
—Conformase y dejar de insistir es como ver a alguien ahogándose y dejarlo morir—Añadió Xana con un notable enfado—Lo tendremos difícil—
—Por ahora lo mejor será esperar a que los chicos salgan de clases, y evitar entrar en contacto con ellos—Xana asintió: Había logrado comprobar algo y era la agresividad con la que protegían a Anthea, eso le daba idea de la seriedad de la ocasión. NO estaban de bromas.
Mientras Yumi iba al aula de Ciencias, Xana se desvió y entró hasta llegar a un lugar muy cerca de la oficina de Delmas, justo en el momento cuando Anthea entró junto con su compañero, Xana se acercó lo más que pudo, pero los guardias eran un gran impedimento. Se dispuso a escuchar lo que decían.
—Disculpen encontrarme así, he tenido mucho trabajo últimamente—Se disculpó Delmas, ofreciendo a la pareja que se sentaran—¿En qué os puedo ayudar? —
—No importa, tenemos tiempo—Acertó el misterioso hombre—Soy Lowell Tyron, y ella es mi esposa, Anthea Hopper—Comenzó Tyron—Somos los padres de Aelita, y venimos a buscarla—
—Usted debe ser su padrastro, imagino, ya que su apellido no consta—Indicó Delmas sacando una pequeña carpeta con los datos de Aelita—Y usted debe ser su madre… Hopper, que curioso—
—¿Por qué… lo dice? —Preguntó Anthea en toda su inocencia—
—Oh, por nada en especial, es que hace unos años, diez más o menos, hubo un profesor con ese mismo apellido, Franz Hopper, pero desapareció un día sin dejar rastro, es solo una curiosa coincidencia—Aclaró Delmas, causando un gran interés en Tyron, y en Anthea una gran desesperanza—
—¿Era el hombre de esta foto? —Preguntó Tyron, mostrando una foto de él y Franz Hopper juntos en un laboratorio de informática cuántica—
—¡Sí! —Respondió Delmas—Es exactamente él, no sabía que lo conocíais—
—Algo así—Respondió Tyron, Anthea simplemente se mantenía al margen de la conversación—
—Bueno, vamos a lo importante—Sentenció el director—¿Anthea Stones? —Leyó, no le cuadraba—¿Estáis seguros de que sois los padres de Aelita? —Preguntó—No me cuadran los datos—Giró la carpeta, entregándola a Tyron, quien llamó la atención de Anthea. Vio la foto de Aelita, aparecía como una chica dulce y aparentemente inocente, pero adolescente, ¿No habían pasado veinte años? —
—Se… supone—Anthea fue cortada por Tyron—
—Seguro que hay una explicación sensata para esto—Respondió Tyron—Recuerda los mensajes y aquella foto—Eso fue un golpe bajo tanto para Anthea como para Xana. ¿Estaba al tanto de los mensajes que le enviaba a Anthea? —
—Por desgracia—Respondió Anthea—
—¿Podríamos ver a Aelita? —Preguntó Tyron—Quizás las cosas se resuelvan con ella aquí—Sabía la trampa, si la reacción de Aelita era la esperada solo era cuestión de parlamentar con Delmas para sacarla de Kadic. Xana no podía hacer nada, tenía que improvisar algo que no delatara a nadie. La IA entró por la puerta, e ignorando los avisos de la secretaria, entró directamente al despacho de Delmas. ¿Qué tenía en mente? Cualquier cosa con tal de interrumpir la conversación, no tenía ninguna carta para jugar, no podía revelar que sabía algo sobre Aelita, pero tampoco podía agredir a Tyron, sería expulsada de Kadic, sin mencionar que el servicio secreto le seguía de cerca. Interrumpió: Hubo un silencio profundo por un par de segundos, hasta que Delmas habló—
—¿Se te ofrece algo? —
—¿Sabes… donde está Jim? —Preguntó, no se le ocurría otra cosa. Recordó que aún tenía el destrozado collar de Aelita—
—No lo sé, ya te dije que aún no he salido de mi despacho—Respondió—
—Oh, por cierto—Sacó el destrozado collar de su bolsillo—Me encontré con esto, lo pisé por error—Tyron sospechó, su expresión lo delataba. Xana confirmó sus sospechas. Dejó el collar sobre el escritorio de Delmas, Tyron y Anthea se limitaron a estudiarlo minuciosamente, Tyron parecía buscar algo—¿Buscas esto? —Sacó de su bolsillo el pequeño chip que había dentro del adorno del collar. Tyron cambió su expresión a una de preocupación. ¿Quién demonios era esa chica? —Es un localizador, no sé de quién es—
—Juraría que es el que le enviaste—Soltó Anthea en contra de Tyron, quien no pensaba en decir una sola palabra sobre el asunto, pero su esposa, o algo que él llamaba así, lo colgó del cuello con esa oración—
—Imposible—Respondió Tyron, más para sí mismo que para Anthea—
—Bienvenido a mi juego—Susurró Xana, antes de acercarse a la puerta—
—Por cierto, ya que estás aquí, ¿Podrías ir a buscar a la señorita Stones? —Preguntó Delmas—Es importante—Xana asintió, aunque tenía otra cosa en mente—
—Lo haré—Dijo—Quizás algún día—Pensó, acto seguido salió de la oficina del director de camino a otro buscar a Yumi, necesitaba re-ordenar sus ideas: Ya no podía atacar a Tyron en Kadic, ni siquiera en París, quedaría muy expuesta, necesitaba capitularlo en su propio terreno, pero la única opción viable para que se diera esa situación estaba lejos de poder ser posible, y era que Aelita aceptara en ir con ellos, en caso de que eso fuese lo que estuvieran buscando. En mitad de camino, cerca de la pista de atletismo se vio de frente con Jim—Oye, Jim—Llamó su atención—Delmas dice que busques a Aelita—
—Ahora ando un poco ocupado—Respondió el fortachón y genio y figura Jim—Cuando pueda iré a buscarla—Dijo—Gracias por avisar—Tras eso siguió su camino. Eso le daría tiempo a Xana de planear algo sin meterse en problemas. Tenía dos opciones: Dejar que todo siguiera el curso natural de las cosas y esperar que las condiciones se dieran, o también obligar a Aelita a ir a Lyoko, obligando a su vez a Tyron a replantear su plan, el primero tenía el inconveniente de la distancia, el segundo del poco tiempo que lograría arreglar las cosas, si es que había alguna opción, sin mencionar que esa misteriosa chica estaba con un ojo encima suyo: La opción más viable era la primera, o así pensaba la IA—
No tardó mucho en llegar hasta donde se encontraba Yumi, quién estaba estudiando de sus apuntes de historia para ganar tiempo.
—¿Alguna novedad? —Preguntó Yumi percatándose de Xana—
—Lowell Tyron se llama el tipo—Respondió Xana con algo de pesadez—Vienen a llevarse a Aelita con ellos—
—¡No podemos dejar que hagan eso! —Respondió Yumi, alterada—
—¿Y cómo lo hacemos? —Preguntó la albina con cierta agresividad en su voz—Por mucho Stones que haya en su apellido, ella se sigue llamando Aelita Schaeffer, y Anthea puede demostrarlo—Eso era una lógica aplastante—Lo único que podemos confiar es que Aelita se resista y que Anthea no la reconozca por su edad—
—¿Y… deshacerse de ese tal Tyron? —Preguntó la nipona intentando dar ideas—
—Buen intento—Respondió Xana con sarcasmo—Como le toque un pelo me expulsan de aquí, sin mencionar que está el servicio secreto y anda a saber cuántos más vigilándolos—Siguió—No quiero hacer notar que alguien va tras ellos, por lo que quiero esperar—
—Hay que tener fe—Dijo Yumi con algo de preocupación, Xana se encogió de hombros—
—Yo me iré—Dijo—No quiero que sepan que tengo algo que ver con Aelita, me servirá para no meteros en el medio—
—¿A dónde? —Preguntó la japonesa algo nerviosa—Quiero decir, por si acaso…—Xana sacó el móvil que llevaba en uno de sus bolsillos, era el de Herb, pero Yumi no lo sabía—Dame el número—Tras una corta conversación, Xana se retiró, debía ser muy discreta mientras estuviera ahí, no quería que supieran que estaba buscando a Anthea, podría ser desastroso, o algo mucho peor: Esa gente no escatimaba con su agresividad y frialdad para hacer las cosas, debía ser cuidadosa. Decidió ir a la fábrica, tenía que informar a Franz Hopper sobre lo ocurrido—
—…—Se adentró en el bosque sin mediar tiempo, pero sentía a su vez que alguien la seguía, una presencia muy desagradable. Comenzó a correr a mas no poder entre los árboles, sintiendo como la presencia se hacía más y más fuerte, hasta que…—
—¡Espera! —Alguien saltó delante suyo: un chico de su estatura, delgado y muy ágil, no pudo ver su cara, la oscuridad del bosque lo hacía imposible, sumándolo a que tenía una chaqueta negra con la capucha en su cabeza, lo que le hacía indetectable. Xana, casi de instinto, lanzó un puñetazo cargado de electricidad al pecho del muchacho, pero este pudo esquivarlo, lo que no lo salvó del todo, pues la onda de electricidad alcanzó a darle una buena descarga, pero al parecer no le afectó. Xana siguió intentando darle al muchacho, pero la agilidad de este simplemente lo hacía un blanco imposible—¡Quieta! —Gritó de desesperación—¿Vas por esa chica de pelo rosa? —Eso sorprendió a Xana
—¿Qué quieres? —Estaba a un paso de enviarlo con el barquero—¿Cómo sabes eso? —
—Te estuve observando—Afirmó—Me envía una persona a decirte que es muy peligroso hacerlo aquí—
—¿Algo que no sepa? —Preguntó con impaciencia—
—Sí—Respondió el misterioso chico, sacando de su bolsillo un pequeño papel con un texto anotado en él—Este es el lugar donde tienes que ir sí quieres deshacerte de su opresor—Extendió su mano para entregarle el papel, pero Xana no lo aceptó, simplemente se quedó mirándolo—
—¿Quién te envía? —Preguntó con agresividad, pero el chico, aparentemente sin ganas de perder más tiempo, metió aquel papel en uno de los bolsillos de Xana—
—Tú y yo no nos hemos visto—Avisó—Adiós—Salió con un gran impulso y desapareció en el bosque. Xana sacó el papel y lo leyó.
"Visp, 3930, Punta norte, a tres calles al norte de la estación de trenes, una casa de dos pisos con fachada verde oscura. Suerte"
—… No miente—Pensó, quizás debía confiar por una vez en los favores desconocidos de intención—
Xana siguió su camino, se adentró por el subterráneo hasta llegar a la fábrica, posteriormente bajando a la sala del súper ordenador.
Abrió un chat con Franz Hopper:
Xana: Ella está aquí con un hombre llamado Lowell Tyron
Franz: ¿Estás segura de que es él?
Xana: Eso escuché decirle
Franz: Tyron fue uno de mis empleados hace muchísimos años, me guarda rencor no recuerdo por qué. ¿Sabes algo más?
Xana: Vienen a llevarse a Aelita, y al parecer Anthea está bajo la tutela de ese hombre, planeo que ellos se lleven a Aelita y luego seguirlos
Franz: No es mala idea, pero es muy arriesgado. Aelita tiene prioridad, si la situación se torna muy difícil puedes prescindir de Anthea, no obstante, tu objetivo es ella. Haz lo que veas posible, pero ambas deben estar aquí cuanto antes.
Xana: Lo haré. Me retiro por hoy.
Franz: Confío en ti. Suerte.
Debía saber bien que hacer, eso no era ninguna broma.
Tras eso, Xana salió de la fábrica con dirección a Kadic, decidió tomar el camino largo, tenía tiempo.
En Kadic las cosas no eran muy diferentes, pues había sonado el timbre del recreo, y Yumi esperaba a sus amigos.
—¡Vaya día—Se quejó Odd saliendo de clase—
—Por lo menos tú no te sientas al frente y te aguantas lo que dice Hertz—Inquirió Ulrich—
—Si por lo menos te interesaras no se te haría pesado, Odd—Soltó Jeremy, saludando a Yumi con el brazo—¿Alguna novedad? —
—No realmente—Mintió la nipona—¿Qué haréis después de clase? —
—Entregarle una maqueta que hice al batería de los sub-digitales—Respondió Aelita con ilusión—
—Ir con Sam—Respondió Odd—
—Seguramente nada—Soltó Ulrich—
—Vete a una cita con Yumi, hombre—Bromeó Odd, ganándose una mirada furiosa de ambos—
—¿Y por qué no una cita doble? —Preguntó Aelita en toda su inocencia—Yo con Jeremy y tú con Ulrich—Dirigiéndose a Yumi. No parecía mala idea—
—O una triple—Soltó Ulrich—Odd con Sam—Odd iba a retractarse, pero no tenía ningún motivo para hacerlo —
—Puede ser buena idea—
—Entonces, ¿Mañana? —Preguntó Aelita buscando una confirmación—Maña tenemos examen de italiano y le dije a Jeremy que lo ayudaría a estudiar—Se puso tras Jeremy y lo abrazó por la espalda, este se sonrojó—
—Vale, no me vendría mal que Yumi me ayudara con algo de Matemáticas—Asintió el alemán, sorprendiendo a la japonesa—
—…Vale—Respondió la nipona—
—Se lo diré a Sam en ese caso—
Se fueron de camino a la cafetería, en el trayecto, Aelita sintió las insistentes miradas de algunos hombres de negro, ante eso, agarró la mano de Jeremy, quién también lo había notado.
—Qué extraño—Soltó el rubio—¿Policía secreta? —
—No sé qué son, pero no me dan buena espina—Respondió la pelirrosa—
—A todo esto, ¿y Xana? —
—Dijo que tenía que irse, pero no cuando volvería—Respondió Yumi—
—Quizás sepa de donde vienen estos hombres—
Entraron en la cafetería y agarraron sus respectivas bandejas, acto seguido se sentaron en una mesa libre.
Mientras esto pasaba, en la oficina de Delmas las cosas eran ligeramente diferente.
—Bien, mientras viene, contadme, ¿Qué buscáis? —Preguntó Delmas tratando de no sonar que tenía muchas cosas que hacer—
—Hemos pasado mucho tiempo ocupados, y por eso enviamos a Aelita a Kadic, ahora nos hemos trasladado a Suiza, y queremos llevar a Aelita con nosotros—Inquirió Tyron, mientras Anthea se limitaba a seguirle la corriente. No quería saber nada de ese asunto; quería ver a Aelita, sabía que apariencia tenía, no sabía la razón, pero su deseo era muy grande, y eso era un serio conflicto personal que Delmas notó—
—¿Qué nos puede contar sobre ella? —Preguntó Anthea, necesitaba satisfacer a ambas partes del conflicto—
—Aelita es una chica muy inteligente, muy amable y buena persona, se la va bien con los profesores y sus notas no bajan del nueve y medio, es extremadamente inteligente en informática, y un genio en matemáticas, además, tiene amigos que la quieren mucho—Resumió el director, no le molestaba responder a sus preguntas, pero quería a Aelita para solucionar todo lo antes posible, en aparte, esas palabras fueron música para los oídos de Tyron—
—No ha cambiado—Soltó Anthea para sí misma. Delmas, extrañamente sentía el estado de Anthea—
—Y… ¿A que os dedicáis vosotros? —Preguntó Delmas, intentando saber algo de ellos que no fuera solo sus nombres—
—Trabajamos en un laboratorio de informática cuántica, somos loe encargados de un proyecto—Respondió Tyron con serenidad—
—¿Para el gobierno?
—Algo así—Respondió Anthea, quién sabía la respuesta a esa pregunta—
—… ¿No creen que se está tardando un poco? —Preguntó Tyron, intentando cambiar de tema, y sí, ya habían pasado unos veinte minutos y Aelita no llegaba, y no tenía pinta de hacerlo—
Xana entró a la cafetería rápidamente, necesitaba saciar el hambre, una necesidad humana, le llamaban. Agarró una bandeja y se sentó en una mesa vacía justo en la puerta de entrada.
En algún momento de su comida, Jim entró al lugar, buscando con los ojos a Aelita, y la encontró.
—Stones—Se acercó Jim—
—¿Qué pasa, Jim? —Saludó la pelirrosa con parsimonia—
—Delmas quiere verte en su despacho, no sé para qué, pero quiere verte—Anunció Jim, lo que provocó una seria duda en todos los presentes. Aelita, llamada por Delmas, ¿Qué hizo? —
—Eh… vale, ya acabé, voy contigo—Respondió la pelirrosa agarrando su mochila, a la vez que le lanzaba su postre a Odd, quién lo aceptó con gusto—
—Luego nos vemos—
Aelita salió con Jim de la cafetería ante la mirada atónita y curiosa de sus compañeros, y la peligrosa mirada de la IA, Xana, quién salió de la cafetería siguiendo a los dos a su destino.
—¿Qué quiere Delmas? —Preguntó Aelita a Jim, pero este no parecía saber la respuesta—
—No lo sé, no has hecho nada malo—Respondió—Además, fue una compañera tuya quién me lo dijo—Eso solo aumentaba la duda en Aelita—
Llegaron hasta el despacho de Delmas, justo antes de cruzar la puerta Aelita podía escuchar las tres voces de los tres presentes, ¿Quiénes le esperaban? Jim se despidió y se fue del lugar. Miró a la secretaria.
—¿Quiénes hay adentro? —Preguntó Aelita, con mucha intriga—
—Una pareja junto con Delmas—Respondió la secretaria, encogiéndose de hombros—Ni idea de quienes son, llegaron hace bastante rato—
Aelita agarró el pomo lentamente, tenía curiosidad, pero, ¿Tenían que ver con los hombres de negro presentes?, No lo sabría si no abría la puerta, y así lo hizo; Abrió la puerta lentamente, asomando su cabeza para tener una visión sin interrumpir. Abrió la puerta del todo al ver el interior.
—Oh, Aelita, pasa, adelante—Ofreció Delmas, pero la pelirrosa estaba en shock. ¿Era una broma? —
—… ¿Ma…mamá? —Preguntó Aelita en un suave hilo de voz, con mucha ilusión, lo primero que pensó es que era una ilusión óptica causada por sus deseos, pero no, su visión, por fortuna o desgracia no la engañaban, era Anthea. Esta se giró de golpe y vio a su hija, ahí, tal cual esa misteriosa mensajera de la red le había dicho. Hubo un silencio abrumador, los segundos eran eternos, ambas no se lo creían, pero estaban ahí, amén de una casualidad por fin podían verse. Un deseo hecho realidad para Aelita, su más profundo sueño y anhelo se había cumplido, igual para Anthea, pero no estaba feliz, no en esas circunstancias, pues Aelita acababa de caer a un abismo sin fondo del que solo alguien con mucho valor podía salvarla, estaba en la boca del lobo. Se impulsó con todas sus fuerzas y se abalanzó en un abrazo sobre Anthea, todas sus esperanzas cumplidas. Anthea por fin sentía un cálido abrazo sincero, de alguien que sabía que no iba a hacerle daño. Había muchas preguntas y ninguna respuesta, pero ya tendrían tiempo para eso.
—Creí que no volvería a verte—Le susurró al oído, de verdad era ella. La realidad no mentía—
—Mamá—Sollozó de felicidad, por una vez, tenía a su familia cerca… dentro de lo que cabe.
Delmas solo sonreía, esa escena le parecía tierna y curiosa. Tyron igual, había cumplido parcialmente su objetivo, era ella.
Alguien interrumpió, pero desafortunadamente no era Xana, sino la secretaria de Delmas.
—Alguien me dejó este paquete, es para Aelita—Se lo entregó a la pelirrosa, quién no contenía sus lágrimas de alegría. Lo abrió rápidamente, y lo vio: era un medallón de color plateado de forma redonda con una pequeña cruz en el centro que a la vez tenía las iniciales de W, para Waldo, y A, para Anthea: El mismo medallón que tenía su padre, y que se llevó a Lyoko con él. Se lo puso sin mediar palabra, sabía que era de Anthea, no podía ser de otra persona.
—Bueno, henos aquí—Dijo Delmas, al mismo tiempo que Aelita se sentaba sobre el regazo de Anthea, quién no dejaba de sonreír, al igual que su hija. Nadie podía borrarles esas sonrisas, no Al menos hoy—Quería hablar contigo, Aelita—
—Queremos llevarte a Suiza con nosotros—Reveló Tyron —Oh, perdón por no presentarme, soy Lowell Tyron, soy tu padrastro—Baldazo de agua fría para Aelita—
Afuera la situación no era muy diferente, Xana se limitaba a escuchar, pero su silencio se vio perturbado por unos pasos insistentes.
—¿Qué ha pasado? —Preguntó Jeremy en toda su inocencia—
—Anthea está aquí, y ahora está con Aelita—Respondió la IA, todos le miraron con enfado, ya era hora de dejar las bromas—No me miréis así—Miró a Yumi—Ella lo sabe también—
—Es cierto, la vimos llegar con un hombre y unos escoltas—Respondió la japonesa—
—Lowell Tyron, antiguo empleado de Franz Hopper cuando trabajaba para el proyecto Cartago, al parecer está con Anthea, lo que, de estar casados, sería el tutor legal de Aelita—
—Pero, eso es… bueno, ¿No? —Preguntó Ulrich, quién se sentía feliz por la pelirrosa—
—Es malo—Respondió—Se quiere llevar a Aelita a Suiza, y no puedo hacer nada porque están malditamente vigilados—
—¡No podemos dejar que hagan eso! —Reprimió Jeremy en voz alta—
—¿Y tú vas a pasar sobre Tyron? —Preguntó Xana con una ceja alzada—Por lo menos se dónde se la van a llevar—
—¿Dónde? —
—Suiza—Mostró el papel que aquel misterioso chico le había entregado—
—Ya pensaré en algo—Asintió la IA. El teléfono de Odd comenzó a sonar, él contestó de pronto—
—Me tengo que ir—Reveló el rubio—Sam quiere quedar ahora ya que por la tarde no podrá—
—¿No estás pasando mucho de clases? —Preguntó Ulrich, intentando sacar una afirmativa respuesta de Odd, pero no lo consiguió—
—No creo, hoy no haremos nada interesante—Respondió—Además, siempre termino aprobando las cosas, ya me conoces—
—Sí, ese es el problema—Respondió Jeremy de forma asertiva, tras eso Odd se despidió rápidamente y se retiró del lugar, Xana se puso a pensar, si a él no lo verían con Aelita, lo más seguro es que no supieran su relación con él por mucho que Delmas lo mencionara, quizás pudiera—
En el interior del despacho el clima era extraño, una mezcla de felicidad, curiosidad y presión se sentían en el ambiente.
—Bueno, también quería preguntarte sobre… esto—Sentó Delmas girando la carpeta con los datos de Aelita en dirección a esta, y vio a lo que se refería, el nombre de sus padres, Anthea y Franz Stones, aquellos nombres falsos que se habían inventado cuando inscribieron a Aelita en Kadic. Ahora estaba contra las cuerdas, no sabía que responder—
—Fue una situación muy puntual—Agilizó Anthea dando un respiro a su hija—Es algo que es mejor aclararlo luego—Aelita asintió siguiendo su juego, y por fortuna Delmas se lo creyó—
—Bueno, el caso—Siguió el director—Tus padres tienen una propuesta que hacerte—Todas las miradas se pusieron en Tyron—
—Nos gustaría que vinieras a Suiza con nosotros, creemos que te hará bien estar con tu madre otra vez—Anunció Tyron, quien intentaba usar la buena compasión para convencer a Aelita, pero no sabía que no estaba funcionando. Se lo estaba pensando, y lo planeado era que aceptara instantáneamente—
—Es que…—Tartamudeó Aelita. No sabía que respuesta dar, estaba debatiendo mentalmente entre sus amigos o Anthea, pero había un serio problema, por muy obvia que fuera la respuesta, una parte de sí le obligaba a responder que sí, pero su sentido común le aconsejaba retractarse, que era una mala idea. ¿Tenía que decidir? —…No—Respondió, levantándose del regazo de Anthea mientras se alejaba unos pasos. Eso sorprendió gratamente a Anthea y a Delmas, pero no a Tyron, quién quería terminar cuanto antes—
—¿Por qué? —Preguntó Tyron—Con nosotros estarás…—
—A ti no te conozco—Apresó rápidamente la pelirrosa—Y a mamá…—Negó con la cabeza—Hace mucho que no la veo, además, aquí…—La decisión era muy difícil, y si bien no era lo más difícil del mundo, no era fácil para una adolescente en una situación única como la de Aelita—
—Dejadme un tiempo a solas con ella—Requirió Anthea con un semblante derrotado, no quería intervenir, pero la situación ameritaba otra cosa. Tanto Tyron como Delmas asintieron sin mediar palabra se retiraron del despacho—Ven aquí—Agarró las manos de Aelita y la sentó en la silla que estaba al lado suyo, justo donde se había sentado Tyron—No sé si aún recuerdas lo que pasó hace ya como veinte años, tampoco sé que pasó contigo durante este tiempo, pero… —No encontraba palabras para iniciar una conversación—Siempre tuve la esperanza de que estuvieras viva—
—Pero, ¿Cómo me encontraste? —Preguntó Aelita—Papá me dijo que lo más probable es que no te viéramos de nuevo—
—Waldo siempre fue muy directo—Dijo Anthea a modo de recuerdo—Quiero que vengas conmigo, pero, no quiero meterte en mis problemas, ni que caigas en el mismo abismo que estoy yo—Dijo en un frágil susurro—En realidad, me casé con Tyron solo porque quería obtener datos de Waldo y de ti—Respondió—Todo lo que hago es casi obligación—
—¿Entonces por qué quieres que vaya contigo? —Aelita no podía dejar de mirar cada detalle de su madre, su hermoso rostro, su cabello y sus ojos, que maravilla—
—Tengo la esperanza de que podremos empezar de cero—Respondió—Podremos intentarlo—Pensó—SI tan solo estuviera aquí—
—Está vivo—Respondió Aelita, adivinando los pensamientos de Anthea—Pero… no puedo decirte donde—
—Todos tenemos secretos—Añadió Anthea. Iba a ser directa—Oye—Pasó su mano por la mejilla de Aelita, ese suave contacto se sentía a las mil maravillas, Aelita se sonrojó—Voy a serte directa—Suspiró—Quiero que tomes la decisión que tu creas correcta, sé que tienes amigos aquí, que has pasado mucho tiempo queriendo saber la verdad, también quiero conocerte y hablar sobre todo lo que nos ha pasado, todos juntos, Waldo, tú y yo, vivir en paz, pero… ahora la situación es diferente, respetaré tu decisión, todos tenemos cosas que no queremos dejar ir, pero la situación nos supera—
—No quiero dejarte ir, pero tampoco quiero irme y dejarlos a… ellos—Era una verdadera encrucijada en su cabeza, tenía que tomar una decisión que a lo tonto era la más importante de su vida hasta el momento, Anthea notó esa presión, de verdad que la entendía—
—Ven aquí—Haló a Aelita y la sentó en su regazo, pudo ver como algunas lágrimas caían por sus mejillas, y las limpió con la punta de sus dedos—No sabes cuánto te entiendo, pero, por favor, no quiero estar sola, pero tampoco quiero hacerte daño—Ese era el problema—Venga, no llores—Hubo un silencio por un par de segundos—¿Sabes?, Siempre te imaginé como una adulta que ahora ya tendría su familia, o estaría estudiando como una gran persona, pero, verte como una niña… me emociona porque me da más tiempo para pasar contigo—
—Lo sé—Respondió Aelita con voz quebradiza—A veces pienso lo mismo, pero…—Dijo, al mismo tiempo que pensaba su siguiente palabra. Era justo decírselo, necesitaba saberlo—La verdad, pasar diez años en un súper ordenador cuántico tiene sus ventajas—Le susurró al oído—Aunque la situación fuera diferente, esa es la verdad—
—¿por qué me lo esperaba? —Se dijo a si misma—Tú padre era un genio—
—Hay muchas cosas y secretos que quiero contarte, pero…—
—Lo mejor será que no—Inquirió Anthea—¿Quieres pensar tu decisión? —Aelita asintió—
—Debo hablar con mis amigos antes, y pensar bien que hacer—
—No es una situación fácil, pero mantén la tranquilidad—Giró hasta alcanzar la mejilla de Aelita y darle un suave beso—Eres lo único que tengo en este momento—Aelita solo se limitó a escuchar—Podéis pasar—Tyron y Delmas volvieron a entrar en el despacho—
—¿Y bien? —Preguntó Delmas buscando una respuesta —
—Quiero que lo piense, esto no es una decisión que se pueda tomar a la ligera—Acertó Anthea, Tyron suspiró—
—Me parece justo—Dijo Tyron—
—Me parece lo más adecuado—Opinó Delmas—Así de paso podéis traer unos papeles que necesito para el registro de Aelita y hacer su traslado al otro centro educativo—Sacó una hoja entre sus carpetas—
—¿Con esto podríamos hacerlo? —Preguntó Anthea leyendo el papel, y Delmas asintió—
—Es lo mínimo—Respondió—En ese caos nos veremos aquí mañana, ¿Después de clases os parece bien? —Ambos asintieron—Entonces perfecto, nos vemos—
Aelita salió del despacho de Delmas acompañada de Tyron y Anthea, cogida de la mano con esta. Los chicos le esperaban afuera, a excepción de Xana, quién había desaparecido misteriosamente cuando escuchó que iban a salir. Lo primero que hicieron fue acercarse, pero la imagen de Anthea, aquella que hacía unos pocos meses parecía simplemente de un cuento, les hizo detenerse. No esperaban verla de frente, y ella los notó, pues Aelita los señaló y se acercó a ellos con una sonrisa cálida, pero forzada.
—Ellos son mis amigos—Dijo Aelita, presentando a sus amigos—Ulrich, Yumi… Odd que no sé dónde está, y Jeremy, es mi novio—Eso hizo que la presión de Jeremy aumentara, no sabía que decir—
—¿Novio? —Preguntó Anthea, divertida, le parecía curiosa la situación. La abrazó por la espalda, con una sonrisa—Gracias por cuidar de mi hija—Dijo Anthea en forma de agradecimiento—
—No es algo que deba agradecerse—Ultimó Jeremy, no sabía que decir—
—Es solo algo que debíamos hacer por la princesa—Añadió Yumi—
—¿Princesa? —Preguntó Anthea casi riéndose, tenía mucho que saber aún sobre ella—
—Es la más pequeña del grupo, así que la apodamos Princesa—Respondió Yumi, quién no dejaba de sorprenderse por el infernal parecido que Anthea ay Aelita tenían; su pelo, su apariencia, sus ojos, postura… —
—Aún tengo cosas que aprender de ti—Dijo Anthea a Aelita, y ambas rieron. Tyron se acercó a Anthea—
—Recuerda que tenemos que hablar con Bondrewd acerca de aquello—Inquirió Tyron, con pocas ganas de cortar la escena—
—Es verdad, no me acordaba—Respondió Anthea—En fin, tenemos que hacer cosas—Afirmó Aelita, rompiendo el abrazo—Ya sabes lo que hablamos, piénsalo—Dirigiéndose a Aelita, a la cual besó en la mejilla—Nos vemos mañana—
—¡Espera! —Gritó Aelita, de verdad no quería dejarla ir—¿Cómo sé que volverás? —Era una pregunta más que obligada—
—Hemos venido hasta aquí por ti—Respondió la pelirrosa—No nos iremos tan a la ligera—No lo quedaba más que creer en sus palabras—
—… Te espero mañana—Era algo obligado—
—Así será, confía en mi—Besó a Aelita en los labios, luego se dio vuelta y se despidió del resto, acto seguido se fue con Tyron a algún lugar de París—
—… Eso espero—Se dijo a sí misma, sintiendo como Jeremy la tomaba de la mano, lo miró—Tenemos que hablar, todos—Dijo seriamente—
—C'EST FINI—
—Continuará—
Próximo capítulo: Vuelta a la vida (Parte 1)
Muchísimas gracias por leer.
Perdón por la tardanza, espero que estas 8000 palabras lo valgan.
Lo de Anthea… quedó a mi gusto, pero sé que pude ser mejor.
EN cuanto a Tyron… Eso se lo dejamos a una experta en torturas,
El caso, vamos con las reviews.
Reviews:
Titokenny01: Muchísimas gracias por tu comentario, Víctor, lo aprecio mucho. Bueno, Xana necesita información para saber a quién se enfrenta y donde encontrarlo. Ailane quiero presentarla luego contando una pequeña historia, por eso aparece poco. ¡muchas gracias Víctor, Graciñas!
Draoptimusstar3: Las intenciones siempre son dobles, hoy en día pocos hacen cosas de forma desinteresada. Los enemigos tienen que saber cuándo parar, las cosas a su tiempo. El Demonio no sabe contra quién se enfrenta. A su igual, con el cuerpo que se robó, muy bien visto. Largo es mejor, y si está bien escrito, mejor aún. ¡Muchísimas gracias por tus comentario, apoyo y buena onda Draop, lo aprecio como no te imaginas!
Smarty26: ¡muchísimas gracias, colega!, y esto no termina, aún falta que explote todo su poder.
Felikis "The Stallinium mine": ¡Muchísimas gracias, maestro! Lo de Sam ya te lo expliqué, fue algo que no salió lo esperado. No, yo creo que es un sueño del señor Hide borracho XD, ¡GRACIAS MAESTRO!
Hoy, hasta aquí, nos vemos antes de mitad de diciembre con el próximo capítulo… o eso espero yo.
Adios.
Never give up, never surrender
