Alboroto Inhumano

(Parte II)

Aelita despertó en la mañana del sábado, tenía la cabeza como un bombo por el ruido y todo el concierto de la noche anterior, aunque no podía negar que la experiencia fue totalmente inolvidable. Se levantó de forma perezosa y salió de su habitación, parecía que el resto había despertado. Tras lavarse la cara bajó a la sala de estar y se encontró con la IA, cruzada de piernas en el sofá con el portátil de Anthea apoyada sobre ellas.

—Buenos días—Saludó, la IA le devolvió el saludo—¿Dónde están? —

—Anthea se fue un momento con Taelia—Respondió vagamente mientras tecleaba a gran velocidad—Imagino que no tardarán—Sintió como Aelita se sentaba a su lado—

—¿Qué haces? —Preguntó, observando la gran cantidad de interfaces que estaba programando—

—Probar la capacidad de la gente en internet—Respondió—Quiero proponer un reto que llegue a todo el mundo y ver cuanto tardan en cumplirlo—

—No entiendo—

—Es solo para mi entretenimiento—Reconoció secamente—Es simplemente un acertijo largo y complicado de programación, quiero ver cuántos logran terminarlo—La pelirrosa estudiaba los conceptos, eran complicados ya que eran de encriptación—

—No sé cómo puedes entretenerte con eso—

—No es para gente tonta—Soltó de forma burlona, la pelirrosa le empujó con suavidad—

—Puedo ganarte en un concurso de programación—Se puso de pie—

—Ni, aunque lo hiciera con una sola mano, princesa—Soltó un suspiro—Debería estar listo, lo colgaré en algún foro y algún día lo revisaré—

—¿Les darás alguna recompensa? —

—¿Sodomizarlos contra su voluntad cuenta? —

—Estoy segura de que eso es ilegal—

—Qué pena—

Mientras, Taelia se encontraba con Marcus en la sala de aislamiento, podía notarlo nervioso ya que desconocía que le habían hecho en el cuerpo.

La investigación sobre Marcus no avanzaba a buen ritmo por culpa del comportamiento del mismo, pero lo que habían logrado saber era que él había estado desde muy pequeño en los laboratorios de Bondrewd, así que su identidad real posiblemente fuera desconocida. También, sus heridas habían sanado a buena velocidad, en un par de días debería estar casi completamente curado. Su comportamiento era bastante precavido y durante el tiempo que se ausentó la adolescente, agresivo con el resto de los presentes. Taelia leyó todo el reporte de ese día, las observaciones decían que su comportamiento vendría de la mano con el mal trato recibido por sus cuidadores, y viendo cómo les trataban, la adolescente no tenía ninguna clase de duda. Tendría que intentar convencerlo de que ellos no le harían daño, aunque realmente no podía asegurarlo.

Los presentes tenían que estudiarlo para comprar sus datos biológicos con los de Taelia, estos estudios podrían llevar semanas, pero valdrían la pena.

—Una estrella…—Resopló Ayn, viendo las noticias de entretenimiento en un periódico, hablaban del concierto de los Subdigitales, en específico, de Aelita—

—No voy a ser la mala persona de prohibir que siga sus sueños—Soltó la pelirrosa—Pero… Esto es quizás un poco extremista—

—No creo que al resto le agrade que se esté dando a conocer—Resaltó Sumire, viendo desde el cristal como la adolescente hablaba con Marcus—

—Entiendo su preocupación y la tengo en cuenta, pero es mi hija y yo tengo la última palabra—Nadie estaba en contra de esa afirmación—

—Mientras esté Edge protegiéndola no creo que haya que preocuparse, pero si la gente la conoce más, nos será muy complicado mantener un bajo perfil—Resaltó Ayn—

—¿Qué proponéis entonces? —

—Un estudio mensual de su popularidad y el riesgo para nosotros—Propuso el americano—Es muy pronto, pero es mejor temprano que tarde—Anthea asintió—Si se llega a salir de control… cortar de raíz el problema y su carrera—

—Me reservo esa decisión, pero es posible que sea la mejor—Respondió la pelirrosa—Hubiera preferido que fuera una chica normal, pero… si ella quiere seguir por el mundo de la música no puedo juzgarla—Miraba a Taelia—Tiene un gran potencial, es muy inteligente… pero es muy inocente—

—No querrás que pierda esa inocencia y se vuelva un problema como ella—

—Desde luego que no, pero que la mantenga nos trae el problema de que sus acciones sean las equivocadas—

—Para eso está Edge—Resaltó Sumire—

—Hablé con ella anoche—Respondió—Opina que es posible que a Aelita no le molesta cortar su carrera musical en cualquier momento, sabe que no soportaría la presión de la gente—

—Nadie soporta a un montón de energúmenos locos intentando cazarte a toda costa—Rio Ayn—Pero recuerda, mantener un perfil bajo es nuestra prioridad, nadie debe saber lo que estamos haciendo—Eso es lo que le preocupaba a la pelirrosa—

—Que no te de miedo su reacción, ella ya sabe a lo que se enfrenta—Aconsejó Sumire. Anthea asintió—¿Y qué opinas de ella? —Sabía que hablaba de Taelia—

—Yo no entiendo su comportamiento—Respondió—Pasó de querer verme bajo tierra a quererme—Soltó—Edge me comentó que me guarda rencor por mi comportamiento ante los problemas—

—Te culpa de ser buena actriz, imagino—Soltó el americano, bebiendo de su café—

—Por desgracia, sí, pero es lo que me ayuda a no causar un escándalo—Soltó—Me ayuda a mantenerme con vida—Soltó un suspiro—Es una pena que se viera involucrada en todo esto, pero así es la vida—

—Es posible que se salga de control algún día y haya que pararla—Era una pregunta bastante indirecta, Anthea lo entendió—

—Se que… tomaremos la mejor decisión si eso pasa—Respondió—Aunque, de momento, se mantiene bajo control—

Sumire, quien se había tomado la molestia de investigar todos los hábitos y comportamientos de Taelia, no opinaba lo mismo. Su agresividad era desproporcionada en situaciones de peligro y no sabía controlar sus emociones más fuertes. Era un peligro constante para cualquier ser vivo.

Dejando de lado la paranoia distópica de Anthea y Sumire, Odd y Ulrich habían despertado de su letargo luego del concierto, no habían hablado aún sobre lo ocurrido antes de, porque Odd parecía haber dejado de lado ese tema con bastante facilidad.

—¿Qué tal fue lo de Aelita? —Preguntó el alemán, calzándose, habían vuelto de las duchas—

—El que Sam apareciera lo arruinó todo—Respondió—Creo… que me cortó hace un par de días—Soltó—Mientras Jeremy no se entere, no me importa—

—¿Y Sam? —

—Es imposible que sospeche—Terminó de vestirse—Tampoco le importa demasiado quien sea ella—

Ulrich se encogió de hombros, sabía lo que su amigo italiano era capaz de hacer por conseguir sus objetivos con una chica, pero el caso de Aelita era un tema especial, que había que cogerlo con pinzas. Bajaron desayunar, encontrándose con Jeremy por el camino.

—Son raros los días aquí sin Aelita—Soltó el alemán—

—Si, aun no me acostumbro a no verla todos los días—Reconoció el rubio de primeras—Aunque… bueno, hablamos por móvil bastante—

—Mas faltaría, eres su novio—Jeremy asintió—

—¿Y tú con Yumi? —Preguntó Jeremy—No te preguntamos porque ella siempre está presente—

—Paso a paso—Respondió—A veces pienso que está conmigo por pena—Dijo, quizás en tono de broma—Pero, no me quejo—

—¿Necesitas consejos? —Soltó Odd a modo de burla—

—¿De un mujeriego? No, gracias—Jeremy rio por lo bajo—

—Algún día te arrepentirás de haber rechazado esta oferta—

—Cuando William vaya con ella—Por desgracia, la ventana estaba abierta—

—Dicen que se junta a veces con Xana en su habitación—Soltó Jeremy—Igual esté ya escogido—

—¿Por ella? —Soltó Odd—Lo dudo, de ser así me daría pena por William—

—Si, la verdad que si—Hubo un momento de silencio—¿No os parece aún raro tratarla como si fuera una persona normal? —

—Si… es un poco extraño, pero… mientras tenga un cuerpo…—Soltó Odd, no sabía cómo explicarlo con palabras—

—Mejor olvidarnos de ese tema—Aconsejó Ulrich, y si, quizás era mejor no insistir mucho y dejar fluir el rio—No queremos volver al punto de partida—

Desayunaron tranquilos. Siguieron juntos en la biblioteca el resto de la mañana, hasta llegada la hora de almorzar, cuando lo hicieron, salieron al portón, habían quedado con Yumi y Aelita, querían ir ver una convención de cómics que había a unas calles de ahí. Nada más llegar se encontraron con ambas, en compañía de Xana.

—¿Vendrás con nosotros? —Preguntó el italiano a la IA, quien negó con la cabeza—

—Quedé con William en ayudarlo a estudiar—Soltó de primeras—

—Pareciera que estuvieras saliendo con él—Amenizó Ulrich—

—No me molestaría usarlo como saco de boxeo—Reconoció—

—No es mal chico—Contrarió Yumi, Ulrich alzó una ceja—

—Yo no dije que lo fuera—Soltó al tiempo que sonreía vagamente—En fin, si tenéis algún problema o alguien os molesta llamadme—El resto asintió, viendo cómo se alejaba a gran velocidad en la academia—

—Una menos—Soltó la pelirrosa—

—¿Y Taelia? —Preguntó Jeremy, curioso de no verla—

—Está ocupada con mamá—Respondió—Dijo que intentaría venir, pero no prometía nada—Comenzaron a moverse—

—¿Qué tal es vivir con ella? —Preguntó Ulrich—Debe ser raro para ti tener una hermana—

—Si, es raro—Soltó—No suele hablar mucho en casa, está siempre distraída dibujando—Soltó un suspiro—Al menos ya no me odia—

El resto del camino fue algo silencioso. Al llegar a la convención pudieron ver una corta cola para entrar, pero que iría aumentando paulatinamente el resto del día.

Mientras, Xana estaba en la habitación de William ayudando con sus exámenes tal y como había prometido. Ella estaba sentada a lo ancho de la cama, apoyada en la pared, mientras William estaba recostado sobre la almohada.

—Eso sería suficiente para sacar un diez en ese examen—Soltó, dejando los apuntes del pelinegro a un lado—¿Lo tienes claro? —

—Creo… que si—Respondió nada más terminó de apuntar en su cuaderno—Igual lo repasaré mañana antes de la prueba—

—Más te vale aprobar—Amenazó—

—Aprobé los anteriores—Contrarió—Este será pan comido—La IA soltó un suspiro al tiempo que miraba al muchacho leer sus apuntes. Sin pensarlo mucho se dejó caer a su lado en la cama, algo que cogió por sorpresa a William—¿Qué...? —La IA negó con la cabeza al tiempo que leía lo mismo que él—

—¿Te molesta? —Giró su cabeza, dándose cuenta de lo cerca que estaba de él, no le importaba en lo absoluto… no a ella, por lo menos—

—No…—Pasaban los tortuosos minutos al tiempo que la IA notaba como él había dejado de mirarle, estaba centrado sospechosamente en sus apuntes. Intentó hacer contacto visual, pero no hubo manera, estaba nervioso. Tenía una idea de cómo molestarlo—¿¡Eh!? —

—Bastante centrado te veo—Respondió nada más ponerse encima de William, sentada sobre la parte baja de su abdomen. Le miraba con una ceja levantada—

—Quiero aprobar—Se escudó rápidamente—

—Prueba otra vez—William dejó su cuaderno a un lado y alzó su torso, acercándose a Xana—

—¿El que? —Preguntó, con un aire retador en su mirada—

—Pues…—Cerró los ojos por un momento mientras pensaba—¿Nervioso? —Se acercó más a su rostro—

—Para nada—Se podía notar en su mirada, el nerviosismo inicial se había disipado casi completamente. Ambos se quedaron mirándose a los ojos por una fracción de tiempo, al tiempo que lentamente sonreían—¿Quieres hacer algo?, aún tenemos un rato—La albina pensó en silencio unos segundos—

—Esto—Ayudándose de sus manos lo empujó hacia atrás, dejándose caer ambos sobre el colchón al tiempo que se miraban—Me pareces interesante—

—¿En qué sentido? —Preguntó en un susurro—

—Quizás como un chico malo y misterioso—Respondió con cierto tono de suavidad en su voz—A diferencia del resto de personas que conozco—

—¿Es una proposición? —

—Tómalo como quieras—Chocaron sus frentes—Solo lo decía—

—Se más clara—

—Clara como el lodo, William—Sin esperar respuesta a cambio, le dio un beso en los labios—No te conozco lo suficiente, pero me gustaría hacerlo—Lo hacía. William siempre había sido ese objeto que nunca se descartaba, parecía bastante maleable y sobre todo valiente, un chico malo que tenía madera de líder. Alguien que podía ser una ayuda más que un estorbo, justo lo que alguien como Xana podría buscar, aunque sus intenciones no fueran tales… no todavía—

—Siempre podemos salir a dar un paseo mientras hablamos, sería un buen punto de partida—Respondió, tomando la iniciativa, agarrando a la IA por la cintura y lanzándola a un lado de la cama, intercambiando posiciones en una abrir y cerrar de ojos—¿O no es lo que buscabas? —

—Me parecería bien—Sin embargo, la IA no lo dejó ir. Lo volvió a besar, estaban solos en esa habitación y las voces de sus compañeros en las adyacentes se habían disipado casi en su totalidad—Conozco un sitio donde podemos ir—

Se pusieron en pie unos minutos después y salieron de Kadic, iban de camino a aquella convención de comics.

Taelia, por su parte, se encontraba en aquel laboratorio ayudando a recoger datos sobre Marcus, también le habían hecho algunas pruebas físicas básicas, a falta de infraestructura para probar lo que habían visto cuando lo rescataron.

Se encontraban en una sala que era lo más parecido a un gimnasio, era amplia y con bastantes aparatos para hacer ejercicio. Marcus estaba en la cinta de correr mientras la adolescente lo vigilaba. Todavía se sentía bastante nervioso cuando alguno que no fuera ella se le acercaba, lo peor era que no lograba comprender exactamente el por qué. Apenas le dieron la señal de que habían terminado le desconectó los sensores que había puesto previamente en su cuerpo y lo ayudó a vestirse.

—Buen trabajo—Le entregó una botella de agua—

—Gracias—Se la bebió entera casi del primer sorbo. Salieron de la sala y entraron a otro despacho donde les esperaba Sumire—

—Datos dentro de lo esperado—Sopesó la doctora—Nada mal para alguien de su edad—

—¿Ya me puedo ir? —Preguntó la adolescente—Me están esperando—

—¿Tantas ganas tienes de ir a tu cita? —Preguntó con una risa burlona—

—Ojalá fuera una cita—Respondió, Marcus le abrazó—

—No le quites la vista de encima al móvil—Soltó—Buen trabajo—La adolescente asintió—

—Volveré mañana—Dijo al pequeño, quien asintió tras corresponder al abrazo—

Rápidamente salió de las instalaciones de camino a la convención, pero tenía una parada intermedia por el camino. Cogió el autobús que al paso de un rato la dejó en una de las tantas paradas del metro; en la entrada se podía ver a alguien joven que parecía estar esperando.

—Siento la demora—Soltó la adolescente nada más llegar—

—Solo fueron diez minutos—Respondió Patrick. Era la única persona que conocía fuera del grupo de Aelita, y quizás con la única que hablaba de vez en cuando—¿Cómo es que irás a esa convención? —Bajaron por la entrada—

—Me invitaron a ir simplemente—Respondió—Y ya que tenía la tarde libre pues…—Nada más entraron subieron a uno de los vagones—

—Pasaron cosas raras cuando te fuiste—Soltó, estirando su cuerpo—

—¿Cómo raras? —

—Cuatro chicos desaparecieron y decían que los habías matado tú—La adolescente se tensó—Pero se reían de los que decían eso—

—Si es cierto que cuatro me molestaron, pero de ahí a matarlos hay una gran diferencia—Patrick asintió—

—Teoría conspiranoica— Taelia soltó una risilla—

—Posiblemente—Hubo un momento de silencio—Sabes algo…—

—No soy adivino—

—Tu primo sale con mi hermana—Patrick se quedó ojiabierto por un segundo hasta que soltó una ligera carcajada—

—Qué suerte tienen algunos —

—Son tal para cual—Soltó—Ya los verás—No tardaron demasiado en llegar hasta la última parada—Vamos rápido—Salieron a toda prisa de la parada y se encaminaron a las instalaciones donde era la convención. Entraron entre la gran multitud de personas a la convención, a una sala grande que, tras cruzar otra puerta, se podían ver una gran cantidad de puestos diferentes con comics y viñetas de todo tipo—Ahora a saber dónde estarán—Miraba a su alrededor. No podía ser complicado encontrar alguien tan peculiar a la distancia como Aelita—

—Da igual, vamos mirando los escaparates—La adolescente asintió. Pasaron rápidamente por algunos, viendo los comics que había, aunque bastantes se repetían. También había uno que otro concurso de disfraces de superhéroes, lo cual era bastante llamativo. No tardaron mucho en encontrarse con el grupo al mismo tiempo que William y Xana aparecían junto a ellos—Jeremy—

—Patrick—Le saludó, quizás con algo de hostilidad en su voz—¿Qué haces por aquí? —

—Acompañando a esta chica—Refiriéndose a Taelia—

—Él es Patrick, mi primo—Se giró a sus amigos, presentándolo—Tiene mí misma edad—Se presentó uno por uno—

—Sigamos viendo un poco los escaparates, quiero pillarme algunos comics—Siguiendo ese mismo pensamiento, Odd, Ulrich y Patrick se adelantaron mientras la pelirrosa y Jeremy se quedaron rezagados—

—No pareces feliz de ver a tu primo—Inquirió Aelita—

—Es que no lo estoy—Respondió—Nunca nos llevamos bien porque él siempre se termina robando a mis amigos, ya ocurrió en un campamento de verano que fuimos cuando éramos niños—

—Venga ya, no creo que eso ocurra otra vez—Quizá la pelirrosa tenía otras cosas en mente—Intenta llevarte bien con él hoy—

—Hace tiempo que no lo veo y la última vez se quedó con mis amigos, así que solo intentaré ignorarlo—Aelita se lamentó de ese pensamiento, pero quizás tenía sus razones, no iba a ser persistente en ese tema salvo que Jeremy comenzara a ponerse insoportable. Giró su cabeza y vio a Xana y William, estaban distraídos hablando entre ellos casi como en una burbuja imperturbable—

—Ellos si parecen llevarse bien—Señaló a la pareja—

—No sé qué le habrá visto a William—Respondió con poco interés—

—Imagino que como no tiene muchos amigos estará ligando con ella—

—Te ves muy segura—

—Es que no tiene otra explicación—Ambos rieron el tiempo que asentían—

No había mucho que ver en ese sitio. Se fue parte de la tarde en ello hasta que salieron y se acercaron a una plaza cercana, algo solitaria. Se sentaron en un banco grande que había.

—¿Cómo es que no estás en Kadic? —Preguntó Odd a Patrick, revisando su compra—

—Mis padres me quieren cerca, vivo en la otra punta de la ciudad—Respondió—

—Lo conocí en el otro instituto—Asintió Taelia, sentada a su lado—

El rato pasó sin mayor preocupación mientras hablaban entre ellos. Volvieron a casa.

Días pasaron sin mayor actividad. Xana estaba al tanto de cualquier actividad que pudiese ocurrir y relacionarla con Zack, pero era muy escaso. Aelita por su parte se centró en seguir con su música, le gustaba todo lo que hacía puesto que estaba impresionando a todos con los números que conseguía en cuanto a reproducciones en radio. Tenía algunas canciones listas para que las aprobaran.

Taelia estaba casi que, en su propio mundo, puesto que entre semana se la pasaba gran parte del tiempo en aquel laboratorio. Ahora era más llevadero con alguien como Marcus. Habían contratado a varias personas, utilizando las seis plantas de las instalaciones para sus distintos fines; un psicólogo, un entrenador deportivo y una cuidadora, solo por mencionar algunos, todos estaban bajo juramento de estricto silencio con aprobación previa de un consejo conformado por Anthea, Ayn y Sumire. Para su desgracia, las pruebas físicas de carácter bastante extremo habían comenzado para ambos Gastrea, o niños malditos, como les decía Xana en secreto y que habían acuñado los encargados.

Habían pasado dos semanas desde aquella convención de comics.

—Dos series más—Dijo el entrenador a Taelia. Se encontraban en el gimnasio, levantando pesas. Marcus estaba con ejercicios de estiramiento, no querían llevarlo al límite, tenían otras cosas pensadas. Taelia no podía más, sentía sus brazos arder cada que alzaba la barra con sus manos, estaba recostada en el suelo—Muy bien—Le ayudó a dejar las pesas encima de una plataforma—Le entregaré los datos a la doctora—Le entregó una botella de agua al tiempo que se retiraba a quitarse el atuendo de seguridad, una medida que habían tomado cuando se estaba en contacto directo con alguno de los dos—

—Estoy muerta—Estaba recostada en el suelo viendo el techo, cuando notó a alguien tocar su mejilla—Hola—Se giró—

—¿Cansada? —Le preguntó Marcus con una sonrisa—

—No siento los brazos—Habían pasado dos horas con la misma rutina y no podía más. Se puso de pie. El pequeño se adelantó. Taelia fue con Sumire, quien estaba reunida con el psicólogo y la cuidadora de Marcus, quien había estado al tanto del niño desde que entró, algo que agradecía la adolescente pues había notado como ahora era menos agresivo con los adultos—Dime que ya puedo ir a casa—

—¿Saliste del club de la comedia? —Soltó Ayn al escucharla—Te necesitamos para algo—Taelia se dejó caer en una silla—

—Marcus a estado evolucionando bien estos días y parece estar menos a la defensiva, pero aquí encerrado poco podemos hacer—Soltó la cuidadora, una señora bonachona de tez blanca, cabello rubio y ojos azules, de mediana estatura al igual que su edad—Así que propuse que lo llevaras a conocer un poco la ciudad—

—¿Sacarlo de aquí? —Preguntó la adolescente—¿Estáis seguros? —

—Así de paso puedes hacer algunas compras para nosotros—Asintió Sumire—

—Imagino que luego tendré que hacer un reporte de esto—Los otros cuatro asintieron—Como queráis—

—Aún es temprano, tómate una ducha y descansa, te diré cuanto esté preparado—Le dijo. La adolescente asintió al tiempo que salía de la sala de camino a una ducha—

Tras volver a vestirse se recostó sobre una camilla, pero al hacerlo llamaron su atención, maldijo en sus adentros ya que estaba terriblemente cansada, para su suerte, la persona que la había llamado había entrado a la sala, Ayn.

—No intentes dormirte—Soltó el americano, acercándole unos papeles—

—No es como si pudiera—Asintió—¿Qué son? —

—Ha habido manifestaciones en Bélgica desde hace unos días por culpa de unas reformas, pero lo importante es esto—Le mostró un papel donde se veía impresa un fotograma de un video de cámara de seguridad, se podían ver enfocadas varias personas—La policía de la capital informa de que una persona logró de un golpe romper el escudo antidisturbios de varios agentes, las grabaciones muestran poco, pero… ¿Reconoces a alguno de ellos? —

—Son bastantes—Revisaba con lentitud cada una de las imágenes, buscando indicios de la única persona con fuerza capaz de hacer eso; Pavel—Veo algo—En una de las imágenes pudo ver a una persona que iba sin camisa y con una actitud retadora, por su estatura y aspecto, estaba casi segura de que era él—Parece que es otro de los que estaban en Kiruna—

—¿Estás segura? —

—Algo—Respondió—¿Se lo habéis preguntado a Marcus? —Ayn asintió—

—Dijo que le recordaba bastante y que a lo mejor era él—

—¿Cuándo hay programada una nueva manifestación? —

—En cinco días—

—Debería estar ahí para encontrarlo—Ayn pensaba lo mismo, pero ya lo habían discutido en secreto con Anthea y se negaba de forma arbitraria a que se metiera de esa manera, sin embargo, quedaba todo a decisión de la adolescente. Ayn se retiró para dejarla descansar.

Sin embargo, no pasó mucho rato hasta que su cabeza comenzó a dolerle con cada palpitación que sentía en ella, intentaba respirar hondo para que se pasara, pero le era imposible. Comenzaba a escuchar silbidos incoherentes de varias partes de la habitación. Abrió los ojos y pudo ver a una figura sombrosa parada en frente suyo, con sus ojos completamente vacíos al igual que la habitación. No podía mover los brazos y escuchaba los pitidos cada vez más fuertes, las voces en su cabeza le repetían tantas cosas que ya ni podía entender ni sus propios pensamientos hasta que… La figura se acercó a ella y con sus sombrías manos comenzó a ahorcarla, pero apenas perdía aire, no entendía que estaba pasando.

Su visión quedó oscurecida y sintió un fuerte pitido que pareció traerla de vuelta. Escuchaba el sonido del medidor que traía en su brazo, ese que servía para medir su nivel de corrosión, sin embargo, tenía las manos atadas a algún sitio y una venda en sus ojos. Jadeaba y sudaba sin una aparente razón.

—Por lo menos el aparato funciona—Soltó la voz de Sumire a un lado suyo—

—¿Se registraron los datos cerebrales? —Preguntó la voz de Ayn a alguien en algún lugar de la sala—Bien, bien, muy bien—Le quitaron la venda de los ojos y la luz la cegó por una fracción de segundo—¿Sigues aquí? —

—Si…—Respondió la adolescente. Pudo ver que sus manos estaban esposadas, rápidamente Ayn quitó su atadura—Mi cabeza…—

—Definitivamente no estás bien—Respondió Sumire—

—Puedo… acostumbrarme—Soltó de manera casi automática—

—Esos son síntomas muy parecidos a los de la esquizofrenia—Respondió el psicólogo entrando a la sala, era un hombre de baja estatura, algo anciano y con una mirada seria, pelo canoso y actitud decidida—En condiciones normales no deberías salir de aquí, pero…—

—¿Pero? —

—¿Podrías asegurarte que esté totalmente consiente? —Preguntó Sumire al Psicólogo, quien asintió—

—Ven conmigo—Le dijo el anciano a Taelia, quien se levantó torpemente de la camilla—

Una media hora después, pudo quedar libre, las pruebas habían demostrado que cualquier efecto posterior causado por la alucinación había desaparecido, pero era un problema, porque no tenían un patrón que seguir, eran totalmente aleatorias.

Le dieron indicaciones de qué hacer si llegaba a ocurrir, pues querían que acompañase a Marcus fuera del laboratorio.

Mientras ellos andaban fuera, la IA se encontraba con Aelita, preparándose parar marchar a otra ciudad, ¿La razón? una serie de tres conciertos en una semana en la que iba a tocar antes que los Subdigitales, Anthea lo había aprobado luego de hablar con los profesores y que estos le enviasen los deberes correspondientes, recibiendo una excusa por parte de la disquera.

Al igual que eso, Xana había insistido en acompañarla como protección, algo que la pelirrosa no dudó en aceptar, quizás el último de esos conciertos podía ver a sus amigos, ya que se encontraba a una hora fuera de París. La IA no iba a involucrarse directamente, ya que iría independiente de la caravana de los Subdigitales donde iría Aelita, a pesar de que los organizadores supiesen de antemano que la acompañaba alguien.

—¿Estás segura de querer que vaya con ella? —Preguntó la IA finalmente a Anthea, se encontraban en la sala de estar—

—Su seguridad me es más importante, además no quiero que esté sola—Respondió con parsimonia—

—¿Y tú? —Preguntó—

—Puedo cuidarme sola, no te preocupes por ello—La IA asintió, dejando su mochila en la puerta—

—No sé si sea buena idea seguir con esto—

—Aún es muy pronto—Sopesó—A mí tampoco me gusta, pero es lo que ella quiere—

—Me reservo el derecho de hacer que todos la olviden—Dijo en voz baja, Anthea la escuchó—

—Lo apruebo—Dijo—Avisé a los encargados de Ailane que no estarás disponible esta semana—La IA asintió—

—Ya estoy lista—Anunció Aelita bajando de su cuarto con su mochila—

Tras despedirse de Anthea, salieron de camino al estudio de grabación, donde ya les esperaba un autobús.

—¿Estás segura de ir por tu cuenta? —Preguntó Aelita a la IA antes de llegar—

—No quiero involucrarme con ellos todavía—Soltó—Tranquila, no te ocurrirá nada malo por un momento que no esté yo—

En la esquina antes de llegar separaron sus caminos. La pelirrosa se acercó a Chris y al resto de los presentes, subiendo al autobús poco después. La IA por su parte marchó a una estación de autobuses, donde abordó uno que la llevaría a su siguiente destino; Lyon, le tomaría unas cuantas horas llegar a su destino.

Taelia se encontraba fuerza en una zona comercial aledaña al laboratorio, Marcus miraba asombrado la gran cantidad de cosas que había, un nuevo mundo para alguien quien nunca había salido de un agujero. Habían pasado por algunas tiendas de ropa, siguiendo las indicaciones de Sumire de que comprarle. Se habían parado en una heladería en la entrada de un centro comercial, buscaron una mesa y se sentaron ahí.

—Es genial todo esto—Soltó el niño, acercándose a la adolescente, quien sonrió mientras asentía—

—Esta ciudad es muy grande, ya tendremos tiempo para recorrerla entera—

Siguieron su camino al tiempo que le indicaba normas básicas de comportamiento en la calle, algo que cualquier persona debía saber. Sin embargo, la gran aglomeración de gente en algunos sectores lo ponían bastante nervioso, hasta el punto de aferrarse a la adolescente y tirar de ella para ir a un lugar menos concurrido, lo cual hicieron al rodear la zona.

—No sabía que por aquí había tanta gente—Soltó para sí misma. Vio la hora—Deberíamos volver—

—Había… mucha gente—

—Es normal, tranquilo, mientras no vayas solo no te pasará nada—Volvieron rápidamente al laboratorio, donde tenían una sorpresa para el niño; en la planta más alta de todas le habían preparado una habitación.

Odd iba en su skate de camino a casa de Sam, pues iba de paso a buscarla para salir a montar un rato. No le agradaba en lo absoluto el ambiente que se vivía en esos sitios, pues casi parecían un gueto; la gente le miraba raro al tiempo que él intentaba no hacer contacto visual con alguien. Llegó a la casa de Sam, quien apenas iba saliendo de su casa.

—Justo a tiempo—Dijo la morena saludándolo de un beso de los labios—

—Vamos rápido a otro sitio—Sam no dijo nada, sabía que el ambiente ahí podía ser caldeante en cualquier momento. Llegaron a unas pistas de skate bastante alejadas del peligro de aquellos barrios periféricos—¿Al final te quedas en parís? —Saltó por una rampa—

—Depende de mis padres—Sopesó—Si pudiese conseguir un trabajo viviría aquí—

—Todavía eres muy joven para trabajar—Respondió el italiano, volviendo a su punto de origen—

—Es eso o seguir viajando por el país—Odd no podía hacer nada contra esa lógica—

—Eso debe ser una tortura—

—Lo es—Reconoció—Lo único bueno es que la mayoría de mi familia vive en la costa así que a veces visitarlos es como ir de vacaciones—

—Deberías llevarme algún día—Dijo en broma, lanzándose por la rampa—

—A cambio que tú me lleves a Italia (1) —Propuso en contra—

—No sé si aguantarías a mis hermanas—Respondió—Pueden ser un poco insoportables—

—¿No será que tienes miedo que conozca a alguien más guapo que tú? —Preguntó con picardía y broma, lanzándose por la rampa igualmente—

—Imposible—Le respondió, quieto en la otra plataforma de la misma rampa—

—Pruébalo—Se quedó quieta en el mismo sitio mientras se miraban a los ojos, Odd instantáneamente le dio un beso en los labios al tiempo que se lanzaba por la rampa—

Rato más tarde salieron de las rampas, sorteando la ciudad de manera impasible. En un momento dado, Odd entró a un supermercado a comprar un par de botellas de agua, quedando Sam fuera cuidando los Skates. Recibió una llamada.

¿Estás cerca? —Preguntó una voz masculina que la morena reconoció—

—Estoy ocupada, y lejos—Respondió con intranquilidad—¿Qué pasa? —

Tengo un cliente que quiere su mercancía—Sopesó —Te la puedo dejar de camino, ¿Dónde estás? —Sam se paró a pensar, quizás debía disimular bien—

—Cerca de las entradas a las catacumbas—

Te lo dejo en una mochila en la esquina del parque al noroeste—Sam sabía exactamente su ubicación—Te enviaré un SMS con el destinatario, suerte—La llamada terminó. La morena soltó un pesado suspiro mientras intentaba armar un plan para disimular bien ante Odd… Se hizo una idea—

—Toma—Dijo el italiano, entregándole una botella de agua fría, que se bebió casi al instante—¿Ahora dónde vamos? —

—Podríamos ir por allí—Señalando al noreste, camino del parque indicado—

—Venga—Puso el skate en el suelo, se impulsó con un pie y se pusieron en marcha, intentando sortear el poco tráfico que había por esos lares—

—Mira—Pasaron por una esquina del parque, viendo como un hombre moreno y alto dejaba una mochila cerca de un basurero, marchándose a gran velocidad en su vehículo—Vamos a investigar—Odd no tuvo tiempo de responder así que simplemente le siguió el camino—

—No creo que debamos meternos en esto—Temió Odd—

—No pasará nada— Se acercó tímidamente, abriendo la mochila mientras se aseguraba que nadie más le veía—Joder—Había varios paquetes en forma de ladrillo forrados en plástico negro—No quiero saber que será—

—Me puedo hacer una idea—Respondió el italiano, mirando alrededor—

—Me lo llevo a otro sitio—Puso la mochila en sus hombros, Odd se alarmó—

—¿¡A dónde vas con eso!? —

—Da igual, vamos—Odd se quedó en silencio mientras le seguía por las calles de París—

Por otro lado, la IA ya estaba en Lyon, se aproximaba muy rápidamente al lugar donde estaba la pelirrosa; no hacía falta llamarla, se guiaba por la señal de su móvil. El concierto sería esa misma noche, por lo que su objetivo principal era el hotel donde se iban a hospedar. Casi al parecer, ambos llegaron al mismo tiempo, había bastantes personas esperando a las afueras del recinto, la grandísima mayoría por los Subdigitales. Aelita bajó primera del autobús seguida del resto de miembros de la banda, entrando al hotel, donde se encontraron con varias personas, entre ellas Xana.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí? —Preguntó, la IA negó con su cabeza—

—Acabo de llegar—Se fijó en la entrada, apenas si habían logrado entrar el resto de miembros de la banda. Chris se acercó a la pelirrosa—

—Vamos a dejar las cosas aquí, tenemos que irnos ya al recinto—Anunció el batería, el resto asintió—

—Te llevo hasta tu habitación—Ofreció una persona de traje; personal del estudio de grabación. Xana y Aelita fueron hasta una de las ultimas plantas, les entregaron la llave y entraron—

—Es impresionante esta habitación—Constaba de una cama grande, un refrigerador pequeño, un baño y una terraza lo suficientemente grande para poder recostarse—Que pena que nos tengamos que ir—

—Ya lo disfrutarás—La pelirrosa dejó su mochila a un lado junto a una pequeña maleta y salió en compañía de la IA, nada más llegar al recibidor se encontró con Chris otra vez—

—¿Eres quien le acompaña? —Preguntó Chris, la IA asintió. Se presentaron—

—En marcha—Sopesó Ben. Abordaron un vehículo que los llevó hasta el recinto—Este es un poco más grande que el anterior—Respondió el hombre—

—¿Cuánta gente habrá? —Preguntó la pelirrosa en toda su inocencia—

—Dijeron que se habían vendido todas las entradas, así que unas cuarenta mil—Tanto la IA como la pelirrosa se sorprendieron. Si, el recinto era bastante grande; un palacio de congresos con una capacidad de hasta cincuenta mil espectadores—

Rápidamente llegaron al lugar antes de que la gente pudiera impedírselos. La pelirrosa entró al camerino junto a Xana, quien le seguía sin perder mucho detalle.

—Es… mucha gente—Suspiró Aelita, pensando en la gran cantidad de personas que había fuera esperando. Se sentó en una silla que había frente a un espejo—

—¿De qué tienes miedo? —Preguntó, estando tras suyo—

—De hacerlo mal—Respondió—

—Lo hiciste perfecto la vez pasada—Recordó—Dado a que eres la artista joven con más suerte de la historia no debería ser ningún problema—La pelirrosa soltó una risilla mientras asentía—

—Tampoco quiero que… si gano algo de fama, afecte en algo a mamá—Respondió, mirando con qué podía mínimamente arreglarse—

—Si les preguntas a ellos de seguro querrán cortar el problema de raíz—Respondió con impasividad—

—No… me molestaría dejarlo si les causo un problema—No estaba del todo segura—

—Tranquila, ya lo verás—Alguien apareció detrás suyo—

—Aelita, ya puedes ir a practicar—Era Sophie, la manager—

—Gracias—Respondió la aludida, levantándose de la silla—¿Qué harás mientras? —Preguntó a la IA—

—Asegurarme que no haya nadie con ganas de molestar—Se puso la capucha en su cabeza y desapareció rápidamente. La pelirrosa salió del camerino y subió al escenario, acercándose a la mesa de mezclas mientras revisaba los vinilos que contenían las bases. Alzó la mirada y tuvo que soltar un ahogado suspiro… la gente ya comenzaba a llenar las instalaciones. Comenzó a probar las bases, ordenando cada uno de acuerdo a su "Setlist", una forma de llamar a la lista de canciones que tocaría en su presentación, la mitad de ellas eran covers de otros artistas, pero la otra mitad eran creaciones suyas que no habían visto la luz ni siquiera en la radio, quería causar una buena impresión, por lo que debía animarse un poco más en el escenario. Terminó de revisar y ordenar todo, por lo que volvió al camerino, donde le esperaba la IA—

—¿Alguna noticia? —Revisó su móvil—

—Sorpresivamente limpio—Sopesó. Alguien llamó a la pelirrosa al teléfono—

¡Aelita! —Eran sus amigos—

—¡Chicos! —Respondió con una sonrisa—Pensé que no llamaríais—

Imposible no hacerlo—Era la voz de Ulrich—Buena suerte, princesa

Rompe el escenario—Soltó Odd—

—¡Lo haré! —Respondió decidida—

No pasó mucho rato hasta que llegó la hora de salir a brillar. Salió del camerino, recibiendo buena suerte de todos los presentes, incluyendo se su acompañante, quien le dio un beso en la mejilla al tiempo que se retiraba a un lugar donde pudiera verla mejor. La pelirrosa tomó aire y cruzó una pequeña puerta que, con los focos apagados, nadie la vio llegar. Puso los vinilos en la mesa de mezclas, retocó algo en el portátil que tenía al lado y comenzó a sonar la melodía. Un sonido ensordecedor del bass hizo encender una luz azul, iba a comenzar con la última canción que había preparado antes de irse, siguiendo el consejo de la disquera lo llamó "Heartbeat". Había algunas voces que debían sonar en puntos de la canción, pero no era gran problema. La gente, acumulada hasta más no poder, cabeceaba y bailaba al ritmo de la canción; suave en un principio que iba aumentando con el pasar de las notas… hubo un pequeño momento donde la canción solo era un sonido místico mientras se escuchan los drops de la base. Cuando llegó la descarga pareció sentirse viva, ella misma se había emocionado incluso cuando sonó el final de la descarga y la canción entró en su punto fuerte, una gran llamarada de fuegos artificiales salió de los bordes del escenario, aumentando la emoción en los presentes. Canción tras canción, melodía tras melodía, parecía que ella no tenía fondo. Al final, cuando ya había terminado su presentación miró al público, quien estaba coreando su nombre, saludó con ambos brazos y atravesó la puerta que la llevó tras el escenario, recibiendo un vitoreo generalizado, agradeciendo con una ligera reverencia.

—Excelentísimo trabajo, Aelita—Felicitó Chris, recibiendo un abrazo grupal de los miembros de la banda. Volvió al camerino con una sonrisa en su rostro, encontrándose con la IA, quien le abrazó—

—La gente estaba como loca—Soltó, intentando quitarse algo del maquillaje que llevaba—

—Hiciste un buen trabajo, y no esperaba menos—Respondió la IA, ayudándole—Tu nombre se expande como un virus—

—Como todo virus tendría que controlarlo—Añadió—Pero y solo de momento, no le prestaré atención— La IA lo dejó pasar. Los Subdigitales comenzaron a tocar pasados pocos minutos, en una actuación que casi duró dos horas.

Volvieron al hotel, lugar donde iba a tener lugar una fiesta en uno de los salones privados que habían alquilado para aquella ocasión. Aelita, al igual que la IA, estaban arriba en su habitación, tomando un poco de aire fresco antes de ir a la fiesta. No se quedarían mucho rato, puesto que la pelirrosa estaba algo cansada. Recibió una llamada, de Anthea y Taelia.

—¡Aelita! —Saludaron las dos—¿Qué tal el concierto?

—Bastante bien, había más gente que el anterior—Respondió—Ahora bajaremos a una fiesta que han montado aquí abajo—

No te líes con nadie—Era la voz de Taelia, recibiendo un ligero codazo por parte de Anthea—

—Con lo cansada que estoy es lo único que me faltaba—Las tres rieron—

¿Y Xana?

—Escuchando tras de mi—Puso el altavoz—

—Ningún peligro—Respondió la IA—

Me alegra oír eso—Soltó Anthea. No hablaron por mucho rato hasta que bajaron al salón que habían preparado. Había bastantes más personas de las que esperaban, quizás unas cincuenta o cien. Había refrescos y algo de comer, además de buena música.

Sam, por su parte, viajaba como un espíritu libre por la ciudad, aproximándose a su objetivo, era casi media noche y no había ni un alma en la calle, ya había llamado al destinatario de su entrega, el dueño de un hotel de categoría en el centro de la ciudad. Iba tarareando una melodía cuando vio una combinación de luces rojas y azules detrás suyo, maldijo en sus adentros y aumentó paulatinamente el ritmo, intentando meterse por algún callejón que sirviera de disuasión para los uniformados, para su desgracia, no fue así.

—¡Detente un momento! —Ordenó uno de ellos. Sam tomó aire y obedeció—

—¿Qué ocurre? —Preguntó, girándose—

—¿Qué haces por este sito tan tarde? —Preguntó, bajándose de la patrulla—

—Volviendo a casa—Mintió—Vivo el otro lado de aquí—El hombre alzó una ceja—

—Tu identificación—A regañadientes, Sam se la mostró, rezando para que no le preguntaran por el contenido de la mochila—

—¿Qué llevas ahí? —Mierda—

—Pues…—Sam la abrió lentamente, tenía una tapadera—Esto—Sacó la botella de agua que le había dado Odd—Y cosas así—Respondió, volviéndola a guardar, al parecer había colado—

—De acuerdo, vete a casa, anda—Le devolvió la identificación y el hombre marchó en su patrulla—

—Cerca—Se dijo a sí misma. Se montó en su skate y siguió su camino. Le costó relativamente poco encontrar el hotel y entrar en él—

—¿Eres la chica que trae el encargo? —Preguntó el recepcionista, de traje, corbata y sombrero. Sam asintió—Ven conmigo—Subieron ambos a otra habitación del mismo hotel, entrando en la misma donde se encontraba el dueño acompañado de una joven dama—

—Aquí está lo tuyo—Dejó la mochila en el suelo, sacando los paquetes—

—Ya veo—Tomó uno de ellos y lo examinó—¿No tuviste problemas? —

—Ninguno, por suerte—Soltó un suspiro—Es algo tarde—Una indirecta para el hombre, quien asintió y sacó un maletín, entregándole la cantidad correspondiente, la cual Sam contó por su cuenta y la guardó—

—Hasta más ver—Se despidió y la morena salió del lugar muy rápidamente con el dinero en la mochila—

Tardó… poco más de una hora en llegar hasta una casa de dos pisos en el barrio donde ella se estaba quedando con sus padres, lugar donde el hombre alto y moreno que había visto antes, en compañía de otros tantos le esperaban, nada más verla entrar ya sabían que había sido un trabajo hecho.

—¿Todo correcto? —Preguntó el hombre alto, el jefe aparentemente—

—Salvo por alguna estupidez, si, todo correcto—Le entregó la mochila, dejándola encima del escritorio donde estaba sentado. La abrió—

—¿La botella de agua es un incentivo? —bromeó—

—Cállate, me sirvió como tapadera para que no sospechase de mi la policía—El resto de los presentes se regocijaron—

—Pues…—Contó el dinero que había conseguido, metiendo la mitad en la mochila otra vez, junto con la botella—Todo tuyo—Sam se quedó sorprendida—

—¿Qué? —

—Que la mitad es tuyo, eres la única en un año que en más de veinte encargos no le han pillado ni una sola vez, y como me siento buena persona pues te doy un regalo—La morena no se lo creía, había una cantidad exagerada de dinero para una chica de su edad—Venga, tira pa' casa, que es tarde—

—¡Gracias! —Soltó nada más agarrar la mochila y salir de aquel lúgubre lugar. Subió unas cuantas calles hasta llegar a su casa, sentía el olor salir de ella. Cruzó la puerta con su skate en sus brazos, cruzando por lo que parecía una sala de estar—

—¿Dónde estabas hasta tan tarde? —Era su madre, fumando hierba en pleno salón—

—Haciendo cosas—Respondió vagamente—

—¿Al menos sacaste algo de dinero? —Sam asintió, sacando de la mochila una parte del dinero, entregándola—Buena chica—

—Ojalá algún día podamos vivir en un sitio menos oscuro—

—Pides mucho—La mujer soltó una carcajada histérica—

—¿Hay algo de comida? —La mujer asintió—

Un rato después, Sam volvió a su habitación, guardando la mochila con el dinero junto con el resto que había conseguido, había logrado acumular una cantidad notable. Su primer objetivo sería quedarse en París, quizás con su edad sería eso un problema. Dependía de que sus padres consiguiesen buen trabajo, algo que podía ser muy difícil, que no imposible. Podría alquilar una habitación y seguir viviendo un par de años con el dinero ahorrado hasta terminar sus estudios y conseguir un trabajo.

—Mucho tiempo—Soltó en un suspiro, tirando la ropa que se había sacado a algún lugar de la habitación.

A la mañana siguiente, Aelita despertaba temprano, eran poco más de las ocho. Al abrir los ojos se encontró con la IA, sentada en la ventana con una lata de refresco en sus manos, mirando impasible el paisaje.

—Buenos días—Saludó la pelirrosa, estirándose—

—Buenos días, bella durmiente—Le lanzó una lata de refresco, para su suerte estaba aún cerrada—

—Gracias—Dijo—Me retumba la cabeza—Se sentía extraña—

—Estuviste como cuatro horas con música a tope, ¿Te sorprende? —La pelirrosa negó con la cabeza—Deberíamos ducharnos y bajar a desayunar—Se metieron ambas en la ducha. Al caso de media hora salieron y se cambiaron. Nada más llegar al recibidor se encontraron con la manager de los Subdigitales, y temporalmente también de Aelita—

—Buenos días, chicas—Saludó, animada con un café en sus manos, de pie en la puerta del mismo hotel—Un poco temprano para la fiesta de ayer—

—No me van demasiado—Dijo la pelirrosa—¿Nos iremos hoy? —La manager asintió—

—Después de almorzar—Respondió Sophie, recordando algo importante—No lees el periódico, ¿Verdad? —La pelirrosa se encogió de hombros—Mira esto—Le entregó la portada de un periódico de prensa rosa, una forma de llamar a los periódicos que hablan de celebridades y moda, la portada mostraba una foto suya en el concierto de la noche anterior con un título que rezaba: "DJ Digital, una joven promesa del Techno ante más de cuarenta mil espectadores" —Es el más leído de la ciudad—

—¡Increíble! —Soltó la pelirrosa con emoción—

—Quédate con él, que te sirva de inspiración—La pelirrosa asintió—Hoy en la página web de las radios debería salir el ranking de esta semana, quizás "Timeless" Salga, ya que las de ayer apenas las logramos enviar a unas cuantas—

—Que nervios—Exaltó—

—Os invito a desayunar—A media calle de ahí había una cafetería. Entraron en ella y pidieron, sentándose dentro de la misma—¿Desde hace cuánto que os conocéis? —La IA, quizás un poco absorta, pensó—

—Dos… tres meses quizás—Respondió. Había poco que hablar. Al cabo de un rato el resto de miembros de la banda se acopló a ellas, Ben traía un portátil en sus manos—

—Hora de la verdad—Dijo, revisando las distintas páginas webs—RTL… Está Timeless de… ¡Primera! —Aelita se quedó de piedra— Europe 1…—Momento de tensión—¡Primera también! —Visitaron varias webs y en la gran mayoría estaba en el top 3 de la semana. La pelirrosa no podía creer que esa canción hubiera gustado tanto en tan poco tiempo—

—Todo un hito—

El resto del día fue bastante tranquilo. Salieron a eso de la una de la tarde del hotel con destino a Marsella, sería un trayecto sensiblemente más corto que el anterior. Por suerte la IA había decidido acompañarla. La pelirrosa se encontraba sentada al lado de la ventana, con su cuerpo recostado al de la IA, quien estaba leyendo un libro.

—Espero no venga nadie a arruinar la fiesta—

—¿Hombres de negro? —

—Si…—

—Espero no tener que intervenir—

Llegaron al hotel y nada más bajarse del autobús podían ver a un montón de personas esperando para verlos, quizás más a los Subdigitales que a ella, quien intentó entrar rápido, esquivando a diversas personas quienes cruzaban de un lado a otro. Logró atravesar la masa de gente con facilidad, encontrándose con Sophie.

—Te llevo rápido a tu habitación—Dijo a la pelirrosa, antes de subir por las escaleras notó a la IA mirando al cúmulo de gente con seriedad, jugando con sus dedos—

—¿Qué pasa? —La IA le fijó la mirada al tiempo que daba un paso hacia atrás—

—Creí haber… visto algo—Subió junto con Aelita a la habitación, para su suerte era en una de las ultimas plantas, en tamaño y proporción era bastante similar a la anterior—

—Te recuerdo que el concierto no es hoy, sino mañana en la noche, así que aprovecha y haz algo de turismo… aunque quizás te convenga esperar un par de horas a que toda la masa de gente se vaya—La pelirrosa asintió, dejando su mochila en la cama, junto a la IA. Cuando la manager se marchó, Xana se asomó a la ventana rápidamente—

—¿Qué ocurre? —Preguntó ya desesperada Aelita—

—Vi a alguien del proyecto Next entre el tumulto—Respondió—El maldito ya se fue—

—¿Crees…? —

—Estoy segura que fue una casualidad—O eso quería pensar—

—Ni aquí nos dejan en paz—Se lanzó sobre la cama—

—Lo sé—Agarró una hoja de papel y dibujó algo en ella, colocándola en una mesilla que apuntaba a la calle y a la puerta al mismo tiempo—

—¿Qué es? —Preguntó—

—Un Caleidoscopio, puedo crear un sistema de seguridad para evitar intrusos—Dijo—Lo leí en un libro mientras estábamos en las instalaciones de Gaia y me apetecía probar—El símbolo en el papel se iluminó con fuerza por un momento, hasta que se atenuó—

—¿Cómo funciona? —Se quitó la blusa—

—Cuando alguien intente entrar se iluminará y creará un imán en la puerta que se los impedirá, si lo intentan a la fuerza, les explotará en la cara—Respondió—Esa es la teoría—Se acercó a ella, sacando su lengua, la pelirrosa la imitó. Xana se asomó al baño—Aquí caben dos personas en la bañera—

—Entonces aprovechemos hasta que podamos salir—La IA asintió, poniéndose detrás de Aelita, abrazándola por la cadera, jugando con su falda, buscando un botón—No tienes remedio—Suspiró entre risas suaves—

—Lo sé—Le besó el cuello suavemente, la pelirrosa no se lo esperaba y se sobresaltó—

—¿Puedo ayudarte en algo? —Indirecta—

—Pues…—Le desabrochó el botón de la falda, dejando que cayera al suelo al momento—Quizás si— La pelirrosa tomó su mano y la guio al baño—

Taelia estaba en el laboratorio de Sumire y Ayn Rand, esperando en una sala de juntas en compañía de Marcus, quien parecía bastante cansado. Ambos genios entraron a la sala, apagaron la luz y encendieron un proyector, Anthea entró tras ellos poco después.

—Vamos al grano—Suspiró Ayn—La manifestación está programada para mañana en la mañana hasta las seis de la tarde—Se mostraban imágenes del mapa de la ciudad, indicando en una leyenda el trayecto de la manifestación—El servicio secreto de Bélgica está alertado sobre tu presencia en aquella manifestación para evitar que os ataquen—

—¿Qué instrucciones hay? —Preguntó la adolescente—

—Primero que todo, localizarlo—Soltó Anthea—Segundo, intentar hacerlo ver que eres tú y sacarlo de ahí, pero no será fácil—

—Si… Corporación Guardián—Lamentó Sumire—Informan que vieron a miembros de ellos muy activos en las manifestaciones, intentando dar con el muchacho—

—Dado a que matarlos sería causar un alboroto, lo mejor será mantenerse en lugares muy concurridos de gente hasta que llegue la noche—

—¿Volver la misma noche? —Preguntó Taelia, Ayn negó—

—No hay forma de hacer una extracción segura, así que os quedaréis ahí hasta la madrugada, a primera hora os esperarán mis hombres en un sitio específico para traeros a este laboratorio—Resaltó Ayn Rand—Te daremos una mochila con dinero, una navaja para defenderte y algo de ropa y vendajes por si llegas a necesitarlos—

—En resumen, la misión es localizar y extraer a ese chico, a menos que sea necesario no hagas ni un disparo—asintió Anthea—

—Que no corra sangre, mantente con los ojos abiertos y sobre todo cuerda, recuerda que eres la única persona que puede con él ahora mismo—

—Pavel… suele ser muy agresivo—Soltó Marcus—No intentes atacarlo, solo… hablar con él, pero es difícil hacerlo entrar en razón—

—Espero que no haya que usar la fuerza bruta—Soltó un suspiro—¡En fin! —Dio un aplauso—Llamaremos a esto la operación Rey Eslavo que comienza esta misma noche cuando marches a Bruselas—Taelia asintió—Mis hombres te llevarán hasta allá, así que mientras puedes sernos de utilidad—Apagaron el proyector y encendieron la luz—

—¿Le pones nombre a las operaciones? —Preguntó Marcus, poniéndose de pie—

—Si, así es más fácil recordarla—Respondió—De hecho, cuando te encontramos no tenía nombre, pero al final en el reporte se llamó "Operación Abismo Challenger" —Marcus parecía aprobar el nombre—

Las horas pasaron sin mayor problema. Anthea trabajaba en el desarrollo de un software para su proyecto, mientras Ayn y Sumire hacían pruebas comparativas a nivel físico de Marcus y Taelia, quienes estaban bastante cansados. Cuando la noche cayó, la adolescente estaba fuera del laboratorio con los genios, a punto de abordar una camioneta que la llevaría a su destino.

—Descansa todo lo que puedas, mañana a primera hora en pie—Ordenó Anthea—Y mantén el contacto—

—Lo haré—Sentenció—Lo traeré de vuelta—

—Que te sea leve—Soltó Ayn—Muchachos, cuidadla hasta que llegue a Bruselas y esperad su señal para la extracción en 24 horas a partir del comienzo de la manifestación—Los hombres asintieron—

Good Luck

La adolescente abordó el coche con una mochila a sus hombros, Se acomodó y dado al sueño que tenía no tardó más de diez minutos en caer dormida.

Aelita y Xana habían vuelto al hotel hacía ya un par de horas, era media noche y apenas si había gente fuera. Cuando entraron a su habitación no se habían cruzado con nadie extraño.

—El Caleidoscopio está intacto, nadie intentó entrar—Sentenció la IA, revisando el papel—Buena señal—Al cabo de media hora estaban ya en la cama. Xana si bien no dormía, estaba intentando hacerlo…—Pero…—Un fuerte golpe en su puerta activó el sistema del Caleidoscopio y la protegió de ser derribada. La pelirrosa se despertó de golpe. Ambas se levantaron de la cama—

—¿¡Que fue eso!? —Preguntó, asustada—

—Un intruso—Sacó la pistola robada de su mochila y la guardó entre su falda—No salgas de aquí—

—Pero…—La IA abrió la puerta, siguiendo a una silueta por los distintos pisos hasta llegar a la planta base y salir a la calle, momento en el que se vio un gran destello seguido de un apagón de la electricidad en general. La pelirrosa se cambió mínimamente y bajó lentamente por las plantas hasta llegar a la base, viendo como los recepcionistas estaban aturdidos del fogonazo de luz. Al salir, quizás a veinte metros de ahí pudo ver algo que la dejó de hielo; Xana, mirando fijamente a su víctima, sosteniendo la sección de todo un brazo arrancado del cuerpo de alguien, tendido en el suelo bocarriba. Si bien parecía que le había arrancado todo el brazo, pudo notar algo metálico que salía desde la espalda de aquel ser hasta la parte arrancada de su brazo, pensando que estaba muerto, el ser se movió con su brazo libre, pero la IA puso un pie en su cuello y comenzó a tirar con fuerza hacia arriba haciendo palanca con una mano hasta que logró arrancarle la cabeza, la pelirrosa se giró para no ver la escena—¿Qué… ocurrió? —Podía notar como brillaba levemente el cuerpo de la IA con un rojo escarlata casi imperceptible—

—Amenaza eliminada—Dijo en voz baja sin mirarle, centrada en el cuerpo de la persona, que resultaba ser un adulto joven vestido con chándal negro y un abrigo del mismo color—Identificado como soldado del proyecto Next—Parecía estar hablando consigo misma—

—Me estás asustando—La situación era totalmente aterradora; La única luz era la luna y la figura de un ser que ni siquiera era humano—

—Mientras estés segura es lo que menos me importa—El aura se intensificó—Hora de dormir—Creó con sus manos una esfera de energía que lanzó al aire, estallando en un millón de partes a los pocos segundos, provocando que todos en un kilometro a la redonda perdieran el conocimiento. La mañana llegó y la pelirrosa despertó de golpe, agitada porque según ella, había tenido una pesadilla. Miró a su alrededor y solo vio a Xana sentada en la ventana mientras bebía una lata de refresco—Buenos días—

—Que sueño más raro…—

—No fue un sueño—Soltó—Fue real—La pelirrosa se congeló—

—¿Cómo…? —No quería entenderlo—

—Era alguien del proyecto Next que hizo algo estúpido, ya avisé a Anthea, al parecer era un lobo solitario, pero me mantendré al tanto de todo lo que pueda ocurrir—

—No quiero que ocurra en el concierto—

—Me aseguraré que no ocurra, déjame esto a mi—La pelirrosa asintió con una sonrisa un poco forzada dado a que su miedo seguía siendo bastante real. El show tenía que continuar—

Taelia se encontraba desde la madrugada en un sitio adyacente a la plaza donde comenzaría la manifestación, podía ver a toda la gente llegando desde diferentes sitios de la ciudad. Para esa ocasión se había puesto el collar que Bondrewd le había dado en Kiruna, aún lo conservaba y le pareció buena idea para que Pavel pudiese reconocerla más fácil; intentaba mantenerse oculta y fuera de la vista de los manifestantes para evitar que alguien no deseado pudiese reconocerla. Alguien llamó a su móvil.

Buenos días, ¿Estás en el punto? —Preguntó Ayn—

—Si, estoy oculta—Respondió—Veo llegar a bastante gente—

—¿Alguna señal del objetivo?

—Ninguna—

Mantén los ojos abiertos, la manifestación se transmitirá por televisión abierta así que cuida tus movimientos—La llamada terminó en ese momento. Taelia soltó un suspiro—

—Vaya por Dios—Tenía hambre y los lugares para comprar algo de comer estaban cerrados en ese momento—Espero encontrarlo rápido—La acumulación de personas comenzó a ser tal que la Gastrea no tenía sitio posible donde esconderse así que decidió unirse a la protesta. Para su desgracia escuchaba cosas en un idioma que no entendía, la gente cantaba en coro algo con pancartas en un idioma desconocido, para su suerte había gente que hablaba francés e incluso alemán con las que podía integrarse mínimamente. Comenzaron a moverse por una calle ancha y larga. La policía tenía delimitada la zona para controlar todo. Unos diez minutos caminando e intentando llegar a la cabeza habían hecho mella en su cabeza; había dormido poco y no estaba del todo en sí—Joder, hay mucha gente—Siguió caminando entre la multitud y algo extraño ocurrió: Al parecer había una barrera policial al fondo de la calle y la gente que iba en cabeza de la misma cambió a jóvenes sin camisa y encapuchados que comenzaron a tirar piedras, que poco hacían contra los escudos de los oficiales. En un momento dado la movilización pareció ampliarse y el sector se volvió una zona de guerra; gases lacrimógenos, piedras y bolas de gomas volaban de aquí allá sin parar; Taelia estaba contrarreloj para encontrar a Pavel antes de resultar herida de alguna manera y que alguna persona se infectase con su sangre—¡Pavel! —Gritó a los encapuchados en un intento de que alguno se girase, pero no lograba verlo—¡Pavel! —Volvió a gritar al tiempo que veía como en frente suyo uno de los manifestantes lanzó una piedra contra un oficial con tal fuerza que le rompió el escudo antibalas en cuatro pedazos, alejándose a gran velocidad de la escena, volviendo a la seguridad que tenían de la calle despejada por sus protestas, pudo verle la cara por una fracción de segundo, era él—¡Hey! —Le llamó la atención, acercándose rápidamente… vio sus ojos brillar y su cara con una expresión de profundo éxtasis que parecían haberlo sacado de quicio—

—¡Bastardos! —Gritó el muchacho al tiempo que Taelia lo empujaba hacia un lado para obligar a verle—¡Imbécil! —Gritó a Taelia—

—¡Soy yo! —Le indicó—Nos conocimos en Kiruna, ¿Lo recuerdas? —El muchacho frunció el ceño y cogió una varilla de metal del suelo—

—¡Te partiré la cara! —Se lanzó sobre la adolescente quien apenas tuvo tiempo para reaccionar y recibió un golpe con el objeto metálico en el vientre—¡Aléjate! —Taelia se reintegró al conflicto, quería cobrar su justo escarmiento por aquel golpe, así que se puso de pie y se acercó al muchacho a gran velocidad, pateando su espalda con muchísima fuerza, lanzándolo a volar unos metros—

—¡Vamos! —Se lanzó contra él una segunda vez, provocando que la atención de los violentos pasara a ella, convirtiéndose en objetivo para algunos—

—¡Maldita puta! —Se levantó del suelo y volvió con la adolescente, intentando golpearle con la varilla, pero Taelia aprovechaba su fuerza para esquivar y repeler los ataques, sin embargo, la diferencia de altura hacía que fuera imposible escapar—¡Puta! —Le golpeó el vientre con el borde de la varilla, estrellándola contra un árbol—

—Entonces… es así—Comenzó jadear con fuerza mientras se reía de forma histérica, había entrado en un modo "Berserker", como le llamaba Xana. Cuando Pavel le intentó apuñalar con la varilla la adolescente logró pararla a mitad de trayecto, forcejeando con éxito y apoderándose del objeto, el muchacho intentó dar unos pasos hacia atrás al ver que Taelia lanzó la varilla lejos de su alcance—¿Ahora tienes miedo? —Le gritó—

—¡Vete de aquí! —Le indicó en un grito—

—¡Encima de tu cadáver! —Se lanzó sobre él a gran velocidad, golpeando su vientre en repetidas ocasiones—¡Venga! —Le pateó la cabeza y lo mandó a estrellarse contra un poste, en ese momento Pavel perdió la conciencia por un momento, pero al abrir los ojos pudo ver a la adolescente acercándose… la reconoció al instante, a pesar del dolor corporal—

—Taelia…—Susurró con los ojos bien abiertos—¡Taelia! —Se puso de pie, pero la adolescente lo apresó contra la pared—¡Tranquila! —

—¡Tenías que ser así! —La Gastrea comenzó a jadear al tiempo que el brillo en sus ojos pareció desvanecerse—Maldito violento—Pareció recobrar el control sobre su cuerpo—

—Fue buena pelea—Sopesó—No sé qué me pasó—

—Estado de éxtasis—Respondió—Me duele mucho la cabeza ahora mismo, vámonos rápido a un lugar menos concurrido, tenemos que hablar—Rápidamente salieron del radio de la protesta y se adentraron en una zona de restaurantes y bares, donde pudieron sentarse en una terraza, con Pavel ya vestido otra vez y totalmente consciente—

—¿Cómo me encontraste? —Preguntó el muchacho, emocionado—

—Eres la única persona que conozco que pueda romper un escudo antibalas de un golpe—Respondió—Que no estuviera ocupada en otra cosa—Pensó—

—¿Y el resto? —

—Encontramos a Marcus, pero no a Luciana—Respondió—Está en un laboratorio en París, tendremos que volver—

—No volveré a estar encerrado—Se quejó—¡Me niego! —

—Entiende que, sin control, el virus en ti puede ser muy peligroso—Dijo—Tenemos que llevarte para que no seas un peligro—Quería que entrase en razón—

—¡No quiero estar encerrado en una celda de cuatro por cuatro otra vez! —Respondió aún más nervioso—

—¡No estarás en una celda! —Soltó—Ellos no son Bondrewd—

—¿Ellos? —

—Gente muy importante, fueron quienes descubrieron el virus—Parecía querer recordar algo—Me enviaron porque vimos las protestas, pero no tenemos pistas de Luciana todavía—

—No logré encontrarla, parece que la mayoría fueron tras ella—Suspiró—Al menos Marcus está con vida, era quien más me tenía preocupado—

—Vamos a dar las buenas noticias—Sacó su móvil y llamó de inmediato a Ayn Rand, quien cogió el teléfono al momento—Buenas noticias—

Sorpréndeme—Le dio un sorbo a su café—

—Tengo a Pavel conmigo—Respondió emocionada—Estamos fuera de la manifestación—

Muy buen trabajo, Taelia—Soltó el hombre—Es posible que sea él quien lleva el GPS, así que deberíais ir a un hotel de alguna zona concurrida y meteros ahí para que los de Guardián no os den problemas, aún así avisamos a Gaia de su presencia y posiblemente se encarguen del problema

—Excelente—Dijo—Creo que tengo suficiente para ambos por una noche—

La extracción será a las seis de la mañana del día siguiente—Recordó—Aún es temprano, pero no podemos adelantar la fecha, lo siento

—No importa, podemos esperar—

Hasta entonces, mantenme informado—La llamada acabó en ese momento—

—Un problema menos—Soltó—

—¿Y ahora qué? —Preguntó—¿Cuándo nos iremos? —

—Mañana a las seis de la mañana nos vendrán a buscar para llevarnos a París—Respondió—Pero tenemos un problema y es una gente que nos está buscando, aparte de ellos—

—Había unos imbéciles vestidos de negro que intentaron secuestrarme un par de veces—Dijo—Tenían un símbolo de un escudo en su pecho o algo similar—

—Corporación Guardian—Soltó—Son enemigos ahora mismo, pero entiendo muy poco del tema, así que la orden es meternos en un hotel del centro de la ciudad e intentar salir lo menos posible—

—Supongo que así podré dormir un rato—

—Igual yo—Se relajaron en aquella terraza de bar durante un par de horas, marchando poco después al centro, haciendo un poco de turismo antes de buscar una habitación de hotel—

La tarde había caído en Marsella y la adolescente se encontraba practicando en el escenario mientras la IA le ayudaba a cuadrar algunas cosas, aprovechando que nadie observaba.

—Este será bastante menor que los anteriores—Soltó la IA, mirando más allá del escenario—

—¿En capacidad? —Preguntó la pelirrosa. Xana asintió—Si, son diez mil personas quienes vendrán—Tras configurar y tener todo preparado volvió al camerino, encontrándose con Sophie, la manager—¿Ocurre algo? —

—No, solo avisarte que aquí se vendieron entradas VIP y las personas que vengan tienen permitido conocer a los artistas y eso te incluye a ti—Respondió—Así que prepárate rápido porque son unos cuantos—Revisó unos cuantos papeles—Ayúdala a que esté lista rápido, por favor—Era para Xana, quien asintió, entrando con la pelirrosa, ayudándola a maquillarse mínimamente. En cuestión de minutos estuvo lista—

—¿Cómo me veo? —

—Nada mal—Respondió la albina—La Manager apareció otra vez en su camerino—

—Ya vienen los primeros—La IA se puso tras la puerta, sin querer acaparar la atención. Los primeros en llegar fueron un grupo de adolescentes con sus padres, quienes parecían haber escuchado su música. La conversación rondó en preguntas de cómo se había lanzado tan joven a ser una artista, algo que la pelirrosa calificó como "Una buena experiencia". La gente llegaba sin parar hasta que la última persona apareció. La pelirrosa se giró hacia la puerta viendo a un muchacho que la dejó de piedra; Era no muy alto, pecoso, tez blanca y pelirrojo; de unos veintitrés años, vestido con una camisa verde de cuadros azulados y unos vaqueros sueltos con deportivas, una combinación un tanto curiosa; La IA pudo notar quizás un halo del pasado entre ellos, por lo que se asomó al muchacho—

—¿Richard? —Soltó la pelirrosa en un susurro (2), el muchacho, quien estaba en la puerta con una mirada confundida se sorprendió—

—¿Conoces mi nombre? —Preguntó el pelirrojo—Tú… me suenas mucho—

—Nos… conocimos en…—Hizo silencio. Kadic, hacía por lo menos más de once años, lugar que la pelirrosa frecuentaba, a pesar de no estudiar ahí—

—¿Kadic? —La pelirrosa se sorprendió—Imposible—Dijo—Eso fue hace más de una década—Se dijo a si mismo. La IA cerró la puerta del camerino sigilosamente al tiempo que se acercaba por detrás al muchacho—

—Así que este es tu amigo de la infancia—Soltó la albina, el muchacho se giró—Impresionante—

—Pensé… que no te volvería a ver—La pelirrosa sabía que Richard no se lo creería tan fácil, y la IA no le permitiría bajo ningún motivo, razón o circunstancia contarle lo de Lyoko (Tampoco estaba en sus planes) —

—Eh… no creo que… seas esa que yo conocía—Soltó el muchacho—Es imposible—

—Creo que si es la que tú crees—Soltó la IA—Hay una manera de averiguarlo—

—¿Cómo? —Preguntó—

—¿Recuerdas que nunca aprendiste a montar bien bicicleta porque tenías miedo de caerte? —Soltó la pelirrosa a modo de recuerdo, apartando la mirada. Richard se sorprendió por ese recuerdo—También recuerdo que nunca te gustaron los deportes porque siempre te ponían del menos útil—

—No… no puede ser—Había entrado en un estado de negación—¿Cómo vas a tener trece años todavía si nos conocimos hace más de catorce años? —Aelita iba a hablar, pero la IA le interrumpió—

—Hay cosas que quizás nunca sepamos—Soltó—¿Qué más pruebas necesitas? —

—Quizás… necesite pensar—Dijo el joven—Con… permiso—Salió torpemente del camerino, la pelirrosa estaba mirando al suelo con una mirada derrotada—

—No funcionó—

—Lo arruiné—Dijo Aelita y se dejó caer en la silla—

—¿Esperabas que te reconociera? —Asintió—Quizás te olvidas que han pasado como… muchos años, princesa—

—Esa es la parte que odio de mi vida—Soltó—

—La vida sigue—Sentenció—Concéntrate en dar una buena presentación y el resto vendrá por inercia—

—Pero, ¿Podrías ayudarme con Richard? —Quería recuperar esa amistad—

—Te recuerdo que no soy una deidad que hace milagros, pero puedo intentar que entre en razón—La Pelirrosa asintió—

—Un minuto, Aelita—Era Sophie, marchó rápidamente—

—Es hora—Se puso de pie—

—Buena suerte—Le dio un beso en la mejilla—

Aelita vio la puerta que le llevaba al otro lado del escenario, tomo aire y la abrió, escurriéndose dentro con absoluto sigilo, preparando los vinilos de las bases y la configuración de la computadora. Dio una señal con sus dedos y la luz se encendió al tiempo que la melodía "Timeless" sonaba como introducción. La gente estalló en un gran alarido de emoción y el concierto comenzó. La pelirrosa intentaba mantener el ambiente del mismo, concentrándose en su actuación y en la melodía, pero con lo ocurrido con el muchacho le estaba siendo mucho más que imposible, sin embargo, luego de veinte minutos pareció suprimir temporalmente esa sensación y se volvió una con la gente que auténticamente disfrutaba de su actuación. Pasó casi una hora y cuarto hasta que la pelirrosa terminó su actuación y cruzó la puerta que la llevó al backstage, recibiendo una ovación y un aplauso de los presentes. Cogió una botella de agua y volvió al camerino.

—Lo hice fatal al principio—Dijo a la IA, quien estaba dentro—

—La actuación terminó y ya puedes dejar de sonreír como un payaso—Esa verdad le dolió a la pelirrosa, puesto que sí, había estado sonriendo como un payaso bastante tiempo—

—Bueno, pudo ser peor—Soltó un suspiro y comenzó a quitarse el maquillaje—Recibió llamadas de sus amigos y Anthea, quien le explicó lo que estaba haciendo Taelia. Luego de un par de horas la actuación de los Subdigitales terminó y el concierto se dio por finalizado, la pelirrosa se integró con ellos para saber que iban a hacer—

—Iremos a un antro—Dijo Chris—O eso quieren, ya veremos—No hacía falta decir que Aelita no iría con ellos—¿Qué harás tú? —

—Ni idea—Dijo la pelirrosa—Quizás vaya a dormir o algo—No se sentía con ánimos—

Y tal como dijo volvió al hotel en compañía de la IA y de algunos del equipo de los Subdigitales. Al bajarse del vehículo que la llevó pudo ver a alguien la entrada, ese muchacho de antes.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó la pelirrosa a Richard, quien esperaba en la puerta—

—Que… me di cuenta que si eres la Aelita que conocía—Respondió con una sonrisa—Vi tu concierto y tu sonrisa, expresión, movimientos… tienes que ser tú—Aelita sonrió de forma cálida, ese peso de lo ocurrido en el camerino se había ido completamente, la IA sonrió de forma involuntaria, había conseguido buen resultado sin intervenir—Tenemos muchísimo de que hablar—


CONTINUARÁ

Próximo capítulo: Alboroto Inhumano (Parte III)


Muchísimas gracias por leer, espero de todo corazón que el capítulo sea de vuestro total y absoluto agrado.

Lamento MUCHÍSIMO la demora, de verdad, tuve un cúmulo de cosas que me retrasaron la escritura, pero ahora que tengo las ideas más claras, podré hacer cosillas.

Tramas centradas, quizás se entienda mi punto con la de Aelita y Taelia, no sé si la de Sam igual…

Acotaciones;

1: Odd si bien su apellido es italiano, no se sabe exactamente su nacionalidad, así que di por sentado que es esa, por aquello que en algunos capítulos soltaba cosas en italiano.

2: Richard Dupuis, no es un OC, sale en los libros afirmando ser amigo de la infancia de Aelita. En la serie sería imposible su aparición, lo explicaré en el próximo capítulo ese "Por qué", ya que debo aún organizar un poco esa trama, pero vamos, no cambié demasiado.

Como apunte, las ubicaciones de los conciertos, salvo la de Marsella, son todas reales.

Actualicé la lista de reproducción de "Aelita DJ", encontraréis el link en mi perfil, si os falla, enviadme un mensaje privado y os paso el link bueno.

Ahora…

Reviews:

Allen Anderson: ¡Muchísimas gracias!, me alegro que te guste la historia, espero que este capítulo sea de tu agrado.

Felikis: Lo hace, es naturaleza… de IA. Todos sabemos que está loca por Yumi… es broma. Lo de Taelia… no puedo decir nada sin invocar al spoiler, así que eso. Muchísimas gracias por comentar, espero que sea de tu total agrado.

Go: ¡Muchísimas gracias por el comentario!, ese trio amoroso será ahora un cuadrado XD. Es broma, lo descubriremos en los próximos capítulos. ¡Espero que este te guste!

Titokenny01: Bueno, hecho o no, quizás le pelirrosa deba elegir a uno. En parte si, pero el otro es que no ha tenido oportunidad para explotar su poder al completo, ahí su falta de poder desarrollarlo. Lo de Guardian y los de la base de Kiruna lo acabaremos en el próximo capítulo, ya lo verás. ¡Muchísimas gracias, Víctor!, espero que el capítulo sea de tu total agrado.

Draoptimusstar3: En una guerra el trabajo siempre es constante. La practica hace al maestro, si quiere controlar su poder tiene que utilizarlo. Es… semi hermano si lo ves de esa manera, por lo menos ese niño está a salvo de cualquier ente maligno. Si, la muerte siempre anda en la vuelta de la esquina constantemente. ¡Muchísimas gracias por comentar, Draop!, espero que el capítulo sea de tu total agrado.

Bueno, nada más por mi parte. Cuidaos bien y respetad las ordenes de seguridad en estos tiempos, lavaos bien las manos y controlad con quien salís, ¡Es necesario seguir sanos!

Soy Alejandro y hasta aquí este capítulo, nos leemos en el siguiente.

¡Adiós!

Never give up, Never Surrender.