Cuestión de principios

Con sus tareas terminadas, la IA volvía a la ciudad, quería quedarse con Zack, pero el muchacho desapareció rápidamente. Decidió ir a comprobar si sus sospechas sobre Jeremy eran medianamente correctas, o solo era su imaginación. Sea como fuese, entró en Kadic de manera sigilosa hasta dar con la habitación de Jeremy, abriendo la puerta y cerrándola tras sí suavemente, insonorizando la habitación por si acaso ocurría algún altercado. Lo vio dormido y se acercó al ordenador que estaba encendido, viendo como en la pantalla de mostraba lo que parecía ser el código de la mejora del súper escáner. Comenzó a revisar lo más profundo del sistema intentando encontrar pistas que diesen con sus sospechas. Para su suerte, encontró un historial de correo en lo que parecía una serie de mensajes a un correo desconocido para ella.

"Ocurrirá algo en dos días, recomiendo abandonar el lugar"

Era lo que rezaba uno de los correos. El resto estaban encriptados, y aunque no fuese gran cosa descifrarlos, no tuvo tiempo ya que escuchó una voz de fondo.

—¿Qué… haces aquí? —Tanteó hasta poder coger sus gafas y ponérselas, viendo claramente la imagen de la IA, quien se puso de pie—

—Fuiste tú quien les avisó a esos imbéciles—Acusó al instante—Pudiste haber arruinado todo—

—No iba a dejar que algo le pasase a Ulrich—Se puso de pie, pero al instante de hacerlo sintió como el brazo de la IA se posicionaba en su cuello, aprisionándolo contra la pared, asfixiándolo—

—Esto no tiene nada que ver con si era peligroso o no—Le dijo—Si no hacíamos algo podría ser el principio de une epidemia mortal o algo peor, si Taelia está con vida es gracias a mi—

—Eso no tiene… sentido—Se comenzaba a quedar sin aire por la presión que estaba haciendo sobre su cuello—

—Si te vuelves a meter en mis asuntos te comenzaré a quitar lentamente del camino—

—Aelita no te dejará—Su visión parecía comenzar a nublarse—

—Ella es solo mi juguete personal, hará lo que yo quiera, aunque ella no lo vea así—Sonrió, quitándole el brazo del cuello dejándole caer al suelo—Ya es muy tarde para que hagas algo al respecto, no os dejaré que Aelita se ponga en mi contra—La mirada del rubio era retadora—Yo actuaré dependiendo de cómo vaya la corriente, y vosotros vais a ver una cosa, pero en el fondo estará pasando otra—

—¿Y qué si lo logramos? —Le encaró al instante, poniéndose de pie—Le había perdido el miedo a la IA en vista de que no le podría hacer mayor cosa—

—Bueno…—Sacó de un ágil movimiento un arma de su buso, colocándosela en la cabeza al rubio—Quizás esta cosa me ayude a que te calles por toda la eternidad—

—No puedes hacernos daño—Le recordó, pero por alguna razón la IA solo alzó una ceja, guardando el arma al tiempo que le daba un rodillazo en el estómago, que lo estrelló contra la pared—

—La parte buena de ser un algoritmo evolutivo es que las restricciones a tiempo real pueden quedar suprimidas—Dijo en voz suave—Con ello puedo crear mis propias reglas y simular que las originales aún existen sin que nadie pueda hacer nada al respecto—Lo cogió del cuello y lo lanzó a la cama—Tú eres una piedra en el zapato, si no fueses tan importante para Aelita te hubiese matado en este mismo instante—

—No te atreverías—La IA soltó una risilla—

—Tal parece que no voy a ser yo quien se encargue de eso—Miró al ordenador, con el correo abierto—Buena suerte escondiéndote de esos salvajes—Dicho eso, Jeremy solo vio una luz salir de la palma de la mano de Xana, quedando dormido casi al instante—Pobre imbécil—Salió de la habitación a gran velocidad, volviendo con Aelita—

El día siguiente fue algo extraño. Por la mañana, justo antes de entrar a clases de la mañana, Jeremy se encontraba con el grupo, incluyendo a Taelia quien, como era usual, parecía no entrar en la conversación.

—¿Qué te ocurrió en el cuello? —Preguntó Aelita a Jeremy, notando ligeras marcas en el mismo—

—Xana—Dijo—Anoche vino a mi cuarto y estuvimos discutiendo por algo que ocurrió—Cuando iba a dar detalles, sintió una electrizante descarga en su espalda, viendo luego a la IA en frente suyo, tras Taelia—Tú—

—Venga, diles lo que ocurrió—Parecía bastante seria. Jeremy no parecía querer decirlo por…—Te chivaste a Guardián que íbamos a ir a rescatar a esa chica—Taelia miró a la IA, para luego acercarse a Jeremy—

—¿¡Que tú qué!? —Preguntó la chica, por suerte Aelita pudo ponerse en medio para evitar que algo malo pudiese desencadenarse—

—Lo hice para proteger a Ulrich—Se escudó Jeremy—

—Pudiste habernos matado—Soltó la IA—Por suerte esa gente no tenía nada preparado y acabar con ellos fue tarea fácil—

—¿Entonces? —

—Pudieron haberse llevado a Luciana—Respondió Taelia en voz baja, mirando al rubio, quien notó como sus ojos brillaban ligeramente. Aelita agarró las manos de Taelia para evitar cualquier movimiento agresivo—

—No voy a cuidar de ti como si fuese tu niñera, si esa gente viene a matarte y lo logra será cosa tuya—Amenazó la IA—

—No digas eso—Soltó Aelita—No quiero que algo así pase—

—Entonces que deje de meterse en donde nadie le llamó—Por desgracia la molestia de la IA y Taelia estaba justificada—Tienes suerte que no tenga permitido coserte la boca y cortarte la lengua—Dio un paso hacia atrás—O mejor, amputarte los brazos—

—¡Vete! —Le dijo Aelita a la IA, quien simplemente sonrió al tiempo que desaparecía de la vista de todos—Insoportable…—Suspiró, mirando a Taelia, quien estaba notablemente molesta—Cálmate, ya pasó todo—

—Pero él…—Susurró Taelia, pero Aelita negó con la cabeza. Soltó un pesado suspiro con el cual intentó tranquilizarse, sentía la sangre caliente correr por sus venas, necesitaba calmarse o podría terminar por romperle la cara a Jeremy—

Para su desgracia, el ambiente se había dañado por la discusión con la IA.

Aelita se encontraba esa misma tarde en el estudio de grabación, le estaban enseñando los diferentes estilos de música electrónica que había hasta ese momento. Se encontraba con otro DJ, este con bastante más experiencia en el sector y con bastante reconocimiento, su nombre: Paul Elstak. Llevaba varios días practicando con él un ritmo más pesado de música, intentando seguir el estilo de la primera canción de Aelita, que se seguía manteniendo de primera en varias listas del país, incluso en la de varios países del mismo continente, algo que muchos de los otros artistas asociados a la disquera consideraban como suerte de principiante, pero la pelirrosa no se dejaba apedrear por esos comentarios, solo quería concentrarse en hacer su trabajo lo mejor posible.

En eso de casi el final de su turno, cuando se encontraba repasando en la soledad de una sala de grabación una serie de maquetas hechas por ella, una persona, quizás desconocida a simple vista, entró a la misma, rompiendo el concentrador silencio.

—¿Eres Aelita? —Preguntó una chica joven de cabello rubio con una vestimenta juvenil llamativa, acompañada por un hombre alto, joven vestido de jean, chaqueta ajustada y camisa cuadros—

—Si, soy yo—Se quitó los auriculares y los dejó sobre la mesa de mezclas, guardando el progreso en el portátil que tenía al lado—¿Qué ocurre? —Se giró hacia ellos—

—Escuché que algunos de tus singles están rompiendo bastante—Dijo en tono de voz asertivo—¿Querrás ir a una fiesta esta noche?, eso hay que celebrarlo—Notaba en su voz un tono… de celos, le daba mal rollo. No quería negarse ya que podría descubrir una nueva faceta del mundillo de la música, una que no estaba segura de querer descubrir—

—No lo sé—Dijo de primeras—Tendría que preguntar, mañana tengo clases—

—Por un día que faltes no te dirán nada—Insistió la chica—Lo pasaremos tranquilos, solo unas bebidas, música y ya—

—Te lo diré después, ahora debo terminar esto—La chica asintió, saliendo de la sala—¿Por qué yo? —Se preguntó. Un rato después, cuando había terminado y estaba recogiendo, el DJ con el que estaba antes volvió a la sala—

—Esas chicas te invitaron, ¿Verdad? —Preguntó el hombre, Aelita asintió—Ten cuidado, pueden hacerte cualquier maldad por celos, son adolescentes idiotas—

—Gracias—Dijo—No tengo claro si ir con ellas—

—Hazlo, así verás lo que de verdad quieren hacer—Quizás el hombre sabía una cosa o dos sobre lo que esas chicas eran capaces de hacer—

Salió de la sala, encontrándose en la entrada con la chica y su compañero.

—¿Vendrás? —Insistió—

—Iré—Respondió la pelirrosa no muy segura—Primero debo volver a casa, dime donde y cuando es e iré—

Cumpliendo con su palabra, intercambiaron números de teléfono y la chica le envió un SMS con la dirección y la hora, a las once de la noche empezaba la fiesta. No sabía quiénes iban a estar presentes ni tampoco si Anthea le dejase ir, aunque podría insistirle. Volvió a casa y nada más entrar se encontró con su madre en la sala de estar y con la IA en el patio trasero, haciendo algo de ejercicio.

—¿Qué tal? —Preguntó Anthea, dándole un beso de saludo a la pelirrosa—

—Una chica en el estudio de grabación me invitó a una fiesta esta noche—Soltó rápidamente—¿Puedo ir? —

—¿Un martes? —Se preguntó—No lo sé, mañana tienes clase y no conozco a nadie de esa gente—

—Puedo cuidarla—Dijo la IA, entrando a la sala—

—Que no venga muy tarde y a cualquier atisbo de peligro se acabó—Aelita asintió, comprendía la quizás sobreprotección de Anthea y la agradecía, ya que alguien como la IA podía serle de utilidad en caso de que esas adolescentes idiotas, como las había llamado el DJ, quisiesen hacerle algo—

—Me iré a cambiar—Subió a su habitación rápidamente. Antes de poder hacer cualquier cosa, la IA se coló dentro, sacando algo de su bolsillo—¿Qué ocurre? —

—Quiero que lleves esto—Le enseñó un pequeño cristal de forma alargada y de color morado puesto en una plataforma metálica similar a la del medallón, lista para colgarla junto al mismo—Me ayudará a saber cuándo estás en peligro—

—Gracias—Dejó que la IA le quitase el collar para poner el cristal y posteriormente volverlo a poner en su sitio. Pudo ver en un espejo que el cristal brillaba con ligera intensidad por un segundo—

—¿Quiénes te invitaron? —

—Unas chicas del estudio de grabación, no tengo idea de quienes—Se quitó la blusa que llevaba—

—¿Aceptaste ir a una fiesta con completos desconocidos? —La pelirrosa asintió—Luego te preguntarás por qué ocurren cosas malas—

—Si estás cerca no tiene por qué ocurrir algo malo—

Luego de cambiarse de ropa y viendo que casi era la hora, salió de casa, por suerte Richard había aceptado a llevarla, ya que la fiesta sería en una finca a las afueras de París.

—Gracias por llevarme—Dijo al tiempo que se subía al coche del pelirrojo—

—No hay problema—Arrancó—¿No es un día un poco raro para hacer una fiesta? —

—Lo es, pero insistieron en que fuera—No se encontraba del todo segura en querer ir—

—Te veo asustada—

—Estoy asustada—Respondió—No conozco a esas chicas, pero si voy podré saber que hacer en las próximas ocasiones—

—¿Y si ocurre algo malo? —Preguntó el hombre—

—Tengo al mismísimo diablo cuidándome—Respondió, lo cual le dio una pista clara de quién se trataba—

—Si te preguntasen si el infierno existe, ¿tú que responderías? —

—Que el diablo existe y tiene cuerpo de mujer—Ambos rieron ante esa respuesta—

Pasaron su rato hablando hasta llegar a la entrada de la finca, era de varios pisos y podía ver una piscina en la parte trasera, parecía ser de una persona adinerada.

—¿Querrás que te espere cerca? —

—No hace falta—Dijo—No creo que esto vaya a terminar pronto—

—Entiendo—Se despidieron y la pelirrosa entró a la finca, encontrándose a la entrada del edificio a la chica con la que había estado hablando en la disquera—

—Justo a tiempo—Le dijo la chica—¿Qué te parece el lugar? —

—Está bastante bien—Respondió—

—Ya encargamos algo de diversión para luego—No había entendido bien esa frase, pero se dejó llevar por la chica, quien la arrastró al interior del edificio. Pasó por un recibidor hasta lo que parecía una sala de estar grande, con una mesa en el centro, un par de sofás y sillas, con una barra al lado derecho, al frente una cristalera grande donde se veía la piscina y a la izquierda unas escaleras que daban a las habitaciones de la finca. No había muchas personas como tal, solamente adolescentes mayores que ella, en total, contándose ella misma, eran ocho—Os presento a Aelita, es la nueva DJ del estudio que lo está rompiendo—Anunció la mujer, logrando un saludo generalizado para la pelirrosa.

—Un gusto conoceros—Intentaba ser lo más formal posible—

—Ven conmigo arriba—Arrastró a la pelirrosa un piso arriba, dentro de una habitación con pinta bastante juvenil, casi le recordaba a la de Sissi—Tienes que parecer más provocadora para los chicos, así te conseguirás un buen novio—

—Tengo novio—Respondió rápidamente, la chica le miró por un momento, pero no pareció tenerlo en cuenta—

—Seguro que no lo suficientemente guapo—Atajó—Déjame a mí—La obligó a sentarse en una silla enfrente de un espejo, revisando cómo podría ser de más gusto para los chicos de abajo, algo que a nivel personal la traía sin cuidado ya que no se esperaba que la chica tuviese alguna intención oculta. Luego de un rato, lo único que hicieron fue ponerse un poco de pintalabios rojo, algo que resaltaba bastante. Aelita simplemente se sentía fuera de lugar. Cuando iban bajando cruzaron por la puerta principal, escuchando el timbre de la misma—Debe ser lo que pedimos—Abrió rápidamente, la pelirrosa estaba unos pasos atrás justo debajo de la escalera. Cuando vio que la puerta se abrió se quedó sorprendida al ver que la persona que había aparecido era Samantha, la novia de Odd. Por un momento se planteó la posibilidad que estuviese aliada con la IA para cuidarla, pero por la reacción de sorpresa de la morena supo que no era así—¿Cuánto es? —

—Esto—Respondió Sam, entregándole un papel—

—Volveré en un momento—Subió las escaleras, aprovechando eso, Sam se acercó a Aelita con algo de rapidez—

—¿¡Qué coño haces aquí!? —Le preguntó en voz baja, viendo a todos lados para evitar que alguien pudiese verle—

—Me invitaron a esta fiesta—Respondió la pelirrosa—¿Por qué? —

—Esta gente se va a drogar hasta las cejas—Soltó en manera agresiva—No hay forma que acabe bien, vete de aquí ya—

—Tranquila, me iré a la mínima que vea algo raro—

—Más te vale, estos son mala influencia—Al escuchar pasos bajando dio unos pasos hacia atrás—

—Aquí tienes—Soltó la chica, intercambiando el dinero con Sam, quien le dio una bolsa térmica que contenía bolsitas dentro con algo blanco en su interior, por un momento se asustó—Vamos—Guio a la pelirrosa hasta la sala otra vez—Siéntate y sírvete algo—Se sentó en el sofá al lado de un chico un poco alto, con peinado corto y engominado, vistiendo de chaqueta negra y una camiseta negra ajustada, con vaqueros negros y zapatillas, quizás repitiendo la vestimenta del resto de los presentes. Se sirvió algo de gaseosa en un vaso plástico—¿Cómo hiciste para que el primer tema tuviese tanto éxito? —

—No tengo idea—Respondió la pelirrosa—Solo sé que en mitad de la nada me dijeron que la canción lo estaba petando—Estaba siendo sincera, auténticamente no tenía idea de qué había hecho que esa canción tuviese un éxito tan inmediato—

—Te tienen que estar invitando a todos sitios—Respondió el chico que tenía al lado con voz provocadora, casi podía jurar que le vio morderse el labio inferior al verle—

—No creas, no me han dicho nada por el momento—Le miró. Le parecía atractivo, pero…—

—¿Qué edad tienes? —

—Trece—Respondió—En poco tendré catorce—

—¿Harás algo grande para tu cumpleaños? —Tras pensarlo rápidamente negó con la cabeza—

—No tengo nada en mente—

—Qué pena—Bebieron durante un rato, quizás la única persona presente que no estaba bebiendo alcohol y con el paso de los minutos podía notarlo—

—Pedí algo bueno para nosotros—Dijo la chica, sacando la bolsa que le había dado Sam—

—Pinta bien—Aelita vio como la chica depositaba el contenido de uno de las bolsas encima de la mesa, cogiendo una tarjeta y separándola en distintas hileras pequeñas—¿Quieres probar? —La pelirrosa negó con la cabeza rápidamente, no quería saber qué podía ocurrirle—

—No es nada malo—Comenzó a enrollar un billete hasta que tenía la apariencia de un tubito—Es así—Lo acercó a una de sus fosas nasales al tiempo que se acercaba a una de las hileras en la mesa, inhalando con fuerza el contenido de una de las hileras—¡Fenomenal! —Dijo. El resto de los presentes pareció seguirle la corriente y entre todos, a excepción de Aelita, inhalaron el contenido blanquecino. Al paso de unos diez minutos podía ver como todos habían cambiado de ánimo, parecían más alegres, más atentos y más conversadores, había sido un extraño cambio—

—Estás bastante buena con ese pintalabios rojo—Le dijo a Aelita el chico que tenía al lado, quien se había acercado a ella. La música había subido de volumen y el resto de la gente parecía haber salido a la piscina a lo que parecía bailar, pero al juicio de la pelirrosa no estaban más que haciendo el tonto. Se encontraban solo los dos en la sala de estar—

—Idea de ella—Señaló a la chica fuera, que al momento de pensarlo se dio cuenta de que no sabía ni su nombre—

—Me gusta—Se acercó a Aelita con un tono provocador, moviéndose por el sofá, pasando su brazo por encima de ella, quien no tenía ya espacio para moverse y no quería levantarse para que el chico no pudiese enfadarse, ya que tenía droga encima no quería saber cuál podía ser su reacción ni si esta podría estar concatenada a una más agresiva—No te hagas la difícil—

—No quiero simplemente—Se escudó, estaba a nada de ponerse de pie, cuando sintió que una mano se ponía encima de su muslo, tensándola, sintiendo al tiempo un beso en la mejilla seguido por uno en el cuello—

—Iros a una habitación, guarros—Soltó una persona presente, que parecía haber perdido el norte entre drogas y alcohol. Aelita se puso de pie para aprovechar la oferta y zafarse, casi lo logró, de no ser que la chica que le había invitado, que estaba comportándose de una manera quizás errática, tomó su mano mientras sonreía de una manera extraña—

—Ven, no seas tímida, vamos a divertirnos tu y yo—Le pasó el brazo por encima del hombro y la sacó hasta al lado de la piscina, quizás agradeciendo haberle zafado—Esta chica… tiene pinta de poder ser una perra en el escenario—Soltó, señalando a Aelita con la bebida, quien se sentía bastante incómoda—Ven conmigo—Tiró de ella hasta el interior, subiendo torpemente las escaleras hasta llevarla a la misma habitación de antes—¡A la cama! —Torpemente lanzó a la pelirrosa en la cama, tirándose encima de ella—

—Volvamos abajo—Insistió buenamente Aelita, pero la chica al parecer no quería—¿Por qué tardas tanto? —Se preguntó, pensando en la IA. La chica se sentó encima de ella, quitándose la blusa que llevaba—

—¿Vais a empezar sin mí? —Dijo una tercera voz en la puerta, se trataba del chico que estaba sentado antes al lado de ella—

—¿Eh? —Se giró la chica, sonriendo somnolienta—Puedes unirte—Le hizo una extraña señal y el hombre se acercó, desabrochando su pantalón, en ese punto la pelirrosa se desesperó tanto que el cristal que llevaba como collar brilló con intensidad durante un segundo y luego… los presentes salvo ella parecieron caer dormidos justo donde estaban—

—¿Qué ocurrió? —Se dijo a sí misma, quitándose de encima a la chica y poniéndose de pie, viendo como el chico estaba tendido en el suelo bocabajo. Pudo escuchar la puerta principal abrirse, por lo que fue rápidamente hacia las escaleras, comprobando sus sospechas—¿Qué pasó? —

—Superaron la barrera—Dijo—

—Tardaste más de lo esperado—Bajó hasta dar con ella—

—Me estaba divirtiendo viendo como actuaban—Dio un vistazo rápido—¿Te importa si hago que olviden todo lo que pasó? —

—Hazlo, me gustaría saber por qué me invitaron—Vio el piso superior—

—Mira sus móviles, aprovecha que no despertarán mientras esté yo aquí—Dicho eso la IA entró a la sala donde había varias personas. Aelita subió y volvió a la habitación, cogiendo el móvil de la chica, pues lo llevaba la misma encima. Revisó los mensajes y pudo ver uno que llamó su atención—

"La drogaremos tanto que vamos a tomarle fotos para que le tiren de la disquera"

"Esa perra no se puede quedar con la fama que me pertenece a mi"

—¿Qué le pasa? —Lo llevó consigo junto a la IA, quien estaba al lado de una persona—Mira esto—Le enseñó los mensajes—

—Ya veo—Suspiró—Sam tenía razón, esto era una trampa—

—¿Te encontraste con ella? —Asintió—¿Qué haremos? —

—Borraré cualquier rastro de sus móviles y de sus cabezas, cuando despierten no se acordarán de haberte visto alguna vez—

El rato pasó sin mayor dilación, ya eran poco más de las tres de la mañana cuando la IA bajó con Aelita y le avisó que ya había completado el trabajo, momento en el que salieron de la finca, justo en la puerta le esperaba Richard.

—¿Richard? —Al verlo simplemente le abrazó—

—No iba a dejarte sola en medio de la nada—Respondió este, rompiendo el abrazo—

—Volvamos a casa—Subieron al coche de Richard y salieron de camino a casa—

—¿Qué estaban haciendo? —

—Estaban todos drogados y borrachos, una de las chicas me llevó a una habitación y se tiró encima mío—Soltó un suspiro—No podía hacer nada porque tenía más fuerza que yo—

—¿Aprendiste algo? —Preguntó la IA en tono burlón—

—En no volver a socializar con gente del estudio de grabación que no sean los Subdigitales—

—Haces bien, creo—Respondió Richard, viendo como con una servilleta se quitaba el pintalabios que llevaba—

—Asqueroso—Lo dejó en uno de sus bolsillos, mirando a la IA por el retrovisor—A veces me pregunto cómo tienes tanto poder—

—Quizás lo mejor es saber que la persona que los hizo dormir fuiste tú y no yo—Respondió la albina, no parecía estar jugando, algo que sorprendió a Aelita—

—Estás bromeando—Vio como la IA negaba con la cabeza, rápidamente se le vino a la cabeza el cristal que le había dado y lo cogió con los dedos, viendo como este seguía brillando con muy poca intensidad—

—Realmente hice que tu fueras capaz de decidir cuando era el momento de parar, así que programé el cristal para que fuese la fuente del deseo—La miró por el retrovisor—Tienes potencial, pero no puedo enseñarte a usarlo porque Anthea me mataría—

—No tiene sentido, parecía algo hecho por ti—Se miró las manos—

—Es porque estás acostumbrándote a que te salve, así que diste por hecho que fui yo sin pensar en ningún detalle—

—Lo tenías todo pensado—Soltó Richard—Asusta de solo pensarlo—Llegaron a la casa—

Pocas ganas había de hablar de lo ocurrido, así que lo primero que hizo Aelita fue decirle a Anthea que había vuelto, decirle brevemente lo que pasó y meterse a su habitación a dormir, estaba cansada y harta.

—No salió como ella esperaba, ¿Verdad? —Preguntó Anthea a la IA, quien solo estaba de pie en la puerta—

—En lo absoluto, pero me alegra, así hay más posibilidades que lo deje antes que sea demasiado tarde—Respondió en un tono casi autómata—

—Buen trabajo—Apagó la luz con intención de irse a dormir, pero solo notó como la IA le miraba desde la puerta—¿Algo más? —La IA negó con la cabeza solo para marcharse de la habitación—

El día siguiente fue tranquilo, Aelita llegó a Kadic bastante cansada por las pocas horas de sueño, teniendo un examen a primera hora que sería complicado mantenerse despierta.

—¿Por qué tienes esa cara? —Preguntó Jeremy al notarlo—

—Anoche fui a una fiesta donde no debí haber ido—Respondió—Gracias a Xana nada malo ocurrió—

—Sam me contó que te vio anoche—Soltó Odd—

—Ya te puedes hacer una idea de lo que pasó—Soltó un suspiro—Como sea, solo quiero que llegue ya el verano—Vio al nublado cielo que provocaba una fuerte y fría ventisca, pues ya siendo casi mitad de junio tenían que llevar abrigo, y era algo que no parecía detenerse—

—Tengo una idea para parar a Xana—Anunció Jeremy—Pero necesito la ayuda de todos—Se giraron hacia él—Hay una manera de reprogramarla, dejar su programa en default para que deje de representar un problema—

—¿Y qué haremos con el cuerpo que tiene? —Preguntó Yumi al instante—

—Lo devolveremos a quien le pertenezca, estoy seguro que Anthea no dudará en hacerlo—

—Ya es muy tarde para hacer eso—Atajó Taelia, quien solo estaba escuchando—No creo que Anthea renuncie a la protección que le da Xana—

—Puede usar a la persona que quede después para eso—Repuso—Aunque… habría que cubrir algunos flancos—

—Es tarde, hazme caso—Se puso en frente de él—¿Quién se haría cargo de controlar a Zack si Xana como la conocemos desaparece? —

—Quién se haría cargo de mantener a raya a todas esas organizaciones…—Soltó Odd, cayendo en cuenta—

—Podemos intentarlo, pero… no me gusta la idea, porque ya es tarde—Dijo finalmente Aelita, quien parecía tener la última palabra—Solo… quiero hablar con ella, porque parece querer centrarse en sus propios asuntos desde ahora—

—Va a ser difícil mantener una vida normal luego de eso—

—Nos hemos acostumbrado tanto a tenerla con nosotros que hacerla desaparecer sería catastrófico—Miró al cielo—Quiero reprogramarla para que no represente un problema, pero cuando le saco el tema me hace… hacer silencio—Reveló—

—¿Qué estará ocultando? —Se preguntó Jeremy—Es algo que debemos saber—

—Si no me lo ha dicho es quizás algo importante… os lo haré saber hoy, lo prometo—

—Quizás podamos saber algo mirando en las pistas que tenemos en Lyoko—

—Es de algoritmo evolutivo, nada de lo que haya ahí nos servirá de algo—

—¿Y si preguntamos a Anthea? —No se le había pasado por la cabeza—

—Nos podríamos hacer una idea, pero estoy segura que no estaremos cerca—Suspiró—Déjamelo a mi—

Entraron a clase. No dejaba de pensar en lo que le preguntaría a Xana cuando la viese, ya que eso dependería si seguir o no el plan de Jeremy. No sabía cómo podría reaccionar ni cómo podría cerrarse para evitar cualquier modificación no deseada. Para su suerte llegó la hora del recreo, un rato donde tenía planeado discutir con Jeremy sus ideas, pero nada más salir y poner su vista en la máquina de bebidas se dio cuenta que ahí estaba la IA, parecía estar esperándola. Se acercó tras darle una seña a sus amigos.

—¿Podemos hablar? —Preguntó en voz baja a Xana, quien asintió—

—Mejor será que lejos de aquí—Viendo de lejos a Jeremy, le apetecía dejar todo entre ellas, ya que se imaginaba que podría ser. Tomó la mano de la pelirrosa y se la llevó hasta el interior del bosque. Estando casi cerca de la Ermita, Aelita la hizo detenerse—

—Quiero reprogramarte—Dijo, soltando la mano de Xana y quedándose estática en el sitio. La IA solo miraba a los árboles, pensando—

—¿Por qué razón querrías hacer eso? —Se giró hacia ella —Más bien, ¿Qué te hace pensar que te dejaré hacerlo? —

—No puedo dejar… que sigas representando un peligro—Le miró fijamente—¿Por qué no me dejarías? —

—Porque no entenderías mi programación, ni siquiera Waldo la entendería y eso que él la programó—Pareció sonreír levemente, pero luego esa sonrisa se borró por su típica inexpresiva cara—Hay muchos errores de memoria en mi programación que no se pueden socavar a la ligera por culpa del algoritmo evolutivo, son todos incompatibles entre sí, son sensaciones extrañas que no tienen registro previo—Aelita escuchaba y parecía hacerse una idea—No te dejaré mirar mi programación a la ligera porque podrías tocar algo que no debes, yo…—

—Sabes que soy la única que conoce tu código fuente más moderno—Lo decía porque al momento de que le robase la llave de Lyoko, el código de modificación en su memoria quedó grabado, y ese código era parte del mismo que Xana—

—Si el error de memoria continúa expandiéndose me volveré aberrante para todo el mundo, por eso intento robar la mayor cantidad de recuerdos posibles, ya que con ellos estaba logrando resolver algunos, pero… estoy en un punto que no logro arreglar ningún error y solo estoy provocando más—

—¿Las emociones humanas son errores en tu memoria? —Preguntó con suavidad—

—Si—Le miró—Desde una simple sonrisa hasta un grito de ira se considera un error de parámetros en el algoritmo que debe ser resuelto para evitar incongruencias con la evolución del programa—

—No…—Se dio cuenta al momento que la IA tenía razón, ella no había sentido emociones nunca hasta hacía un par de meses, solo tenía le teoría y algunas pruebas, pero siempre parecían forzadas, nunca verdaderas—Déjame intentar arreglarlo—Dio un paso al frente—

—Teniendo a Jeremy tras tuyo no te dejaré hacer nada—Pareció ser una puñalada directa en la pelirrosa—Pero si te sirve de consuelo te puedo dejar una copia y explicarte cómo funciona todo, si veo que lo que intentas puede ayudarme te dejaré hacer más cosas, pero me reservo el derecho de deshacer cualquier cambio—

—¿Cómo podrías hacer eso? —La albina le miró fijamente en silencio por unos segundos, girándose hacia su mochila y sacando un pequeño cuaderno de tapa blanca con algo escrito en ella, pero era inteligible a simple vista—

—Hay un programa de reversión que actualizo cada poco tiempo—Le dejó el cuaderno—Aquí tienes las formas de armarlo y activarlo, solo se activará si algo malo ocurre conmigo o contigo—El programa de reversión está basado en la vuelta al pasado con la diferencia de poder arrastrar todo consigo, es decir, un muerto puede volver a la vida… o eso es la teoría—

—Ya veo—Entendía por dónde iban los tiros, la IA tenía una salvaguarda en caso de que la cosa se fuese a peor y la única manera de arreglarlo fuese a la fuerza—Imagino que la llave… es mi llave digital—La IA asintió—

—Técnicamente es una llave indescifrable para cualquier persona normal—Miró a su alrededor—No le digas a nadie sobre lo que hablamos, si te lo he dicho es porque eres la única persona que puede controlarme en caso de que los errores de memoria me hagan perder el control—

—¿Y qué pasa si borras los errores de memoria? —

—Son registros padres, si los borras crearía incongruencias en mi programación que serían interpretadas como una corrupción en los datos y eso… no se puede controlar, comenzaría a actuar por instinto de Edge… seguramente termine por mataros a todos—Sonaba tan segura que parecía algo que tenía pensado desde hacía mucho tiempo—

—El verano es largo—Dijo—Tenemos tiempo para arreglar los errores—

—Cuando termine el curso comenzaré a enseñarte lo básico—Aelita asintió, parecía que la IA se iba a marchar, pero tenía unas últimas preguntas—

—¿Cuánto tiempo llevabas con esto? —

—Desde el principio—

—¿Cuánto tiempo tenemos antes que los errores sean importantes? —La IA pareció ponerse a pensar—

—18 de diciembre—Dijo firmemente—Es la fecha donde mi memoria se romperá y seguramente también la realidad que conoces—

—¿Cuándo pensabas decirlo? —La IA negó con la cabeza—

—No era algo de lo que debieras preocuparte—Acertó—En el momento que vea que Jeremy o Anthea intentan meterse en lo que te voy a enseñar cortaré de raíz el problema, así que más te vale tenerlos controlados—

—Entiendo—

La conversación murió ahí. Aelita volvió rápidamente a Kadic, pensando las palabras de la IA y estando de acuerdo con ellas, había sido un gran acercamiento y una importante visión sobre los acontecimientos futuros. Había llegado a un acuerdo con ella a cambio de no dejar que ningún tercero se metiese en medio, debía convencer a Jeremy de confiar en ella, ya que Anthea no sería mayor problema. Xana parecía dispuesta a aceptar la ayuda, aunque por parte de ella no parecía muy segura que esa ayuda pudiese ser algo real, más que alargar el problema, pero se tendría que ver. Se encontró con sus amigos en la cafetería, quienes parecían estar esperándola de manera impaciente.

—Llegué a un trato con ella—Anunció rápidamente, sentándose al lado de Yumi—

—¿Un trato? —Preguntó Jeremy—¿Qué clase de trato? —

—Me dejará ayudarle a revisar su programa a cambio de que nadie se entrometa—Se estiró—No sé qué piensa… le prometí que no diría nada—

—Una pena, quería probar el programa que tenía listo—

—Es mejor que nada—

El día continuó sin mayor problema para nadie.

Había pasado ya una semana desde aquella conversación con la IA y su actitud no parecía haber cambiado demasiado, aunque había tenido un cambio importante y es que su expresión pocas veces mostraba emoción alguna, algo que había notado Aelita y que comprobaba la teoría de que ella fingía esas expresiones en base a lo aprendido, pero había una que parecía ser nativa de ella, la ira; toda emoción encadenada a ella parecía ser natural, nada parecido o medianamente relacionado con una imitación. Lo iba anotando todo en el súper ordenador por medio del ordenador de Anthea, que había conseguido acceso remoto al mismo.

La IA pasaba las tardes con William ayudándole a estudiar y por las noches con Zack, pues el muchacho no tenía un sitio fijo donde quedarse y deambulaba por la ciudad noche y día, aprovechando su condición, pero era algo que comenzaba a molestarle, ya que se sentía abandonado, pero teniendo a Xana a veces se sentía a salvo.

Xana se encontraba en la habitación de William, era un miércoles de mitad de junio, justo después de clases y con el sol rostizando el planeta, dando un buen auspicio del comienzo del verano.

—¿De verdad tienes problemas aún con francés? — Preguntó la IA, recostada en la cama al lado de William—

—Si, el profesor no explica lo suficientemente bien—Respondió, sacando un libro—Casi ni lo hemos tocado—

—Raro—Lo leyó por encima—¿Cuándo tienes el examen? —

—Mañana—Se pusieron a estudiar rápidamente, el pelinegro parecía entender bastante bien las complicadas explicaciones de Xana, quien intentaba ser lo más asertiva posible.

Al paso de un par de horas, ya habían acabado y la noche apenas iba a caer, no era muy tarde, pero era mejor irse.

—Espero que apruebes—Le dijo al muchacho, quien se puso de pie el lado de ella—

—Gracias por ayudarme estos días —La IA solo asintió, se iba a dar vuelta para irse, pero William le tomó la mano—¿No vas a despedirte? —

—Oh—Se giró hacia él y lo sostuvo de las mejillas el tiempo que le daba un prolongado beso. Para él se sentía bastante bien, para ella, algo que le gustaba a William. Se giró rápidamente hacia la puerta y salió de Kadic. Nada más pasar por el portón sintió los saltos de alguien entre los árboles, parecía ser una figura infantil. Lo dejó pasar esperando su reacción, que solo fue la de saltar hacia ella y colgarse de su espalda—

—¡Te atrapé! —Dijo en tono infantil el joven Neo, quien rápidamente la dejó libre—

—Estás hecho un desastre—Se giró hacia él, viendo como tenía toda la ropa manchada de barro, incluida una mochila verde que cargaba a sus espaldas—

—No es mi culpa que no tenga donde cambiarme—

—Es verdad—Dado a que Luciana ahora estaba en laboratorio de Ayn y Sumire, ya no quedaban habitaciones libres y el Neo tenía que buscarse la vida, ya que no quería volver ahí—

—No he dormido nada en una semana—Se comenzaba a notar en su cara, una expresión adormecida y ligeras ojeras se mostraban en su cara—

—No creo que Anthea tenga problema porque te quedes un día en su casa, así que ven conmigo, es ya de noche—El neo asintió y le siguió de cerca por el camino—¿Cómo te has sentido estos días? —

—Descubrí muchas cosas nuevas, pero no encuentro mucho el sentido de ser libre, a veces me gustaría estar… en el centro de desarrollo—

—Eso ocurre porque vas como un nómada de un lado a otro sin tener un lugar fijo—Respondió secamente—Con el tiempo eso podría cambiar, pero primero tenemos que tener algo de paciencia—

—¿Más? —Sintió un ligero golpe en la cabeza por parte de la IA—

—Impaciente—El joven solo hizo un mohín. Entraron a la casa que parecía sorpresivamente vacía, algo que les pareció perfecto, pero estarían a nada de volver. Entraron hasta el baño directamente—Creo que me ducharé también—Sin esperar alguna respuesta comenzó a quitarse la ropa, Zack solo le miró con la ceja levantada y sin darle más importancia simplemente la imitó. Por suerte había una pequeña saliente en la bañera que le permitía sentarse y dar algo de espacio—Estás hecho un desastre—Zack estaba todo sucio, quien sabe dónde había estado o que había ocurrido para estar así—

—Había llovido esta mañana y… me puse a saltar en algunos charcos porque me hacía gracia—Respondió, pero solo recibió un chorro de agua fría en su cuerpo, sentándose en la bañera delante de la IA, quien comenzó a limpiarlo—

—Debes cuidarte un poco más—Le dijo, no quería sonar como una madre, solamente le estaba dando un consejo—

—¿De qué otra manera se aprenden cosas nuevas que no sea intentándolas? —Era una lógica innegable—Tranquila, no tuve problemas con nadie, supe pasar inadvertido—

—Tienes razón—Hubo un momento de silencio—¿Sabes?, de normal los chicos jóvenes como tú estarían nerviosos y ansiosos por tener a una chica desnuda en la misma habitación que ellos—El muchacho apoyó la cabeza sobre el vientre de la IA y alzó la mirada—

—¿Debería estarlo? —Vio cómo se encogía de hombros—

—No seas un cobarde—El Neo solo soltó una ligera risa. Luego de ducharse y vestirse salieron del baño, cuando lo hicieron vieron a Anthea subiendo—

—¿Desde hace cuánto estáis aquí? —Preguntó la pelirrosa, sorprendida por la presencia de Zack—

—No mucho, Zack se quedará aquí esta noche porque no tiene donde dormir—Respondió la IA, restándole importancia—

—Es verdad que Ayn aún no soluciona el problema de tu residencia—Recordó—No importa, prefiero que estés aquí si te digo la verdad—Si podía ahorrarse el tener que vigilar donde estaba para que no lo capturaran los hombres de Albretch, mucho mejor. Los dos Neo bajaron a la primera planta, entrando a la habitación sin ser vistos por Taelia o Aelita, quienes también estaban en la casa. Al rato los llamaron a cenar, cuando se acercaron al comedor se encontró con las dos hermanas—

—Tiempo sin verte—Soltó Taelia, pues había dejado de verlo hacía semana y media en el laboratorio, ya no parecía ayudar mucho con el tema, tampoco la IA—

—Estaré como invitado—Respondió secamente el joven, sentándose al lado de la IA—

—¿Qué comías en el centro de desarrollo? —Preguntó la IA a Zack—

—Cosas que ellos me daban—Respondió—Siempre venían acompañados de un papel con mucho texto donde exponía todo lo que llevaba con nombres científicos y un montón de números que solo ellos entendían—

—Imagino que poco a poco has ido aprendiendo como es el mundo real—Siguió Aelita, Zack asintió—

—Es más hostil de lo que me lo decían—Soltó un suspiro—De haberlo sabido me hubiese quedado donde estaba—

—Quizás debas quitarte esa idea de la cabeza mientras Albretch siga con vida—Asintió la IA—

—Lo sé—Recordó algo—Hoy me encontré con Ailane, parece que volvía al centro de desarrollo—La IA le miró con curiosidad—Al parecer ya va a empezar la última fase del desarrollo—

—¿Cuál es esa? —

—Gestación—Respondió—

—¿De quién? —Se encogió de hombros—¿Del nuevo Neo? —

—Parece ser—Hubo un momento de silencio—

—Bueno, espero que salga bien para ella—Soltó Anthea, sentándose en la mesa, comenzando a comer—

Un rato después ya los dos Neo se encontraban en la habitación vacía de esa planta, que prácticamente era de la IA pese a que realmente pocas veces dormía ahí. Era ya tarde y Zack tenía bastante sueño. Se acostaron en la cama, con Zack casi encima de Xana pues la cama era algo pequeña para los dos. Estaban en silencio.

—¿Crees que sobreviviré mucho tiempo? —Se giró hacia la IA, sentándose en su regazo al tiempo que le miraba de frente, apoyándose con sus manos sobre su vientre—

—Esa es la idea—Dijo—Si morimos en el intento toda nuestra vida habrá sido un completo fracaso—

—Es que…—Apretó las manos, intentando contenerse y de no hacer mucho ruido—Lo pasé muy mal estando solo… pensé que moriría en el camino y nadie se daría cuenta—

—Sentir eso es completamente normal—Acarició el interior de sus piernas—Piensa que estamos hechos para sobrevivir a lo imposible—

—A veces no creo que eso sea verdad—Se dejó acariciar por la IA—Pero con este poder…—logró crear una pequeña esfera de energía que levitaba en el medio de ambos—Quizás pueda hacer algo al respecto—

—Bien dicho—Realmente se sentía feliz como tal por el cambio de personalidad de Zack, ahora era más precavido y no un irresponsable que se metía en todos los sitios por curiosidad sin saber qué consecuencias podría traerle. El chico se dejó caer a un lado, acostándose sobre el brazo de la IA—Mañana será otro día—Durmieron rápidamente—

El día siguiente, Taelia se encontraba luego de clases en el laboratorio de Ayn y Sumire, le habían llamado a una de las habitaciones blindadas sin saber exactamente por qué. Solamente se dejó llevar por el rato hasta que vio entrar a la doctora junto con el psicólogo y un empleado, que llevaba un traje EPI junto con un maletín metálico en sus manos.

—¿Qué ocurre? —Preguntó Taelia de primeras, viendo como dejaban el maletín a un lado suyo y lo comenzaban a abrir—

—Vamos a probar una medicina experimental en ti—Respondió la doctora—Basándonos en tus datos cerebrales sobre las alucinaciones, esto debería funcionar—Vio como sacaban una jeringa que en su interior estaba un líquido amarillento—

—De… acuerdo—Se dejó inyectar el líquido en su cuerpo, sentía cómo el frio recorría su interior hasta llegar a su pecho y de ahí se expandió a la totalidad de su cuerpo al pasar de un minuto, algo que provocó que su pulso disminuyese ligeramente y le entrara algo de sueño—

—¿Cómo te sientes? —

—Bien… quizás algo somnolienta—Le miró, no sabía exactamente si esa medicina evitaría que comenzara a dañar gente porque sí—

—Tardará un buen rato en hacer efecto, te estaremos vigilando—Le ordenó desnudarse, la chica obedeció y sintió como le conectaban sensores por lo largo de su cuerpo, en especial en su cabeza. Los presentes se retiraron y la dejaron sola en la habitación, con única distracción algunos libros, no eran de su agrado, pero era mejor que no hacer nada. Intentó poner su atención en uno de ellos, pero era complicado, con el paso de los minutos notó que su visión se emborronaba por momentos y no podía concentrarse, sus brazos estaban cansados y pasado un rato apenas podía mantenerse despierta, sentía el frio por todo su cuerpo—

—¿Qué pasa? —Se preguntó a sí misma, intentando dejar el libro sobre una mesilla, pero lo dejó caer al suelo, momento en el que la puerta blindada de la sala se abrió, dejando ver a la doctora entrar, quien se acercó velozmente, revisando con una pequeña linterna sus ojos, pero no podía entender nada de lo que decía, era como si su cuerpo se fuese apagando lentamente hasta que, de un momento a otro, viendo como la doctora intentaba mantenerle despierta, se durmió. Despertó de una descarga eléctrica que la encendió de golpe, bastante aturdida—¡Auch! —Se quejó, abriendo los ojos de golpe, cegándose por la luz de la habitación, viendo a su lado a la IA—

—Bienvenida de vuelta—Soltó en tono neutro—La medicina resultó con una mezcla mayor de una medicina que se usa para hacer dormir a la gente—

—Eso explicaría por qué me dormía al momento—La IA asintió—

—Por suerte tu cerebro se apagó lo suficiente para que pudiese estudiar a fondo su estructura y anotar todo lo que necesitaba—Le enseñó un cuaderno con tapa blanca que en la misma estaba escrito algo en números—Es privado, así que nadie sabrá lo que hice—

—¿Por qué guardarse algo que podría ayudarme a…? —

—¿Lo harán realmente? —Le preguntó de vuelta, guardando el cuaderno en su mochila. Taelia se quedó en silencio mientras pensaba—

—Se supone que lo harán—Suspiró—¿Cuánto pasó? —

—Cuatro horas—Dijo, colgándose la mochila al hombro. Sin más que pudiese decir, salió de ahí, encontrándose con Sumire al otro lado de la puerta, con esta ya cerrada—

—¿Está despierta? —La IA asintió—Vaya desastre, teníamos esperanzas—

—¿Queréis mantenerla dopada? —Preguntó en voz baja, Sumire negó con la cabeza—

—Solo evitar que se pueda salir de control—

—No te haces idea lo lejos que estás de la solución—Ignoró a Sumire, quien intentó pararla para darle explicaciones—

—Entonces dinos la solución si tanto la sabes—Ya se estaba hartando de ese comportamiento—

—No estoy obligada a hacerlo, ese es vuestro problema—Se giró hacia ella—Os pido que no me hagáis perder el tiempo, yo también tengo cosas que hacer—Se intentó ir—

—Eres la única persona que entiendes o dice entender cómo funciona el virus en cada uno de ellos, ¿Por qué no ayudas? —

—¿Qué gano con ello? —Sumire hizo silencio—Lo hago porque es una amenaza futura y solo estoy obteniendo información de ella para saber cómo contrarrestarla para cuando llegue el momento—

—Puedes contrarrestarla ahora—

—Es tarde—Sumire iba a protestar, pero una tercera voz más juvenil les llamó la atención—

—Es verdad—Dijo finalmente Luciana, quien estaba sentada en una silla leyendo una enciclopedia—¿Qué te hace pensar que tenéis el virus controlado? —Sumire se quedó sin palabras—No somos los únicos que sobrevivieron y si hay alguien más ahí afuera estará en algún sitio dando palos de ciego, cuando su índice de corrosión supere el umbral del cincuenta por ciento…—

—Eliminaré todas las amenazas que salgan, pero no trabajo para vosotros—Era una advertencia directa a Sumire, quien simplemente asintió. La IA abandonó la sala, asintiendo ligeramente hacia Luciana quien simplemente sonrió. Abandonó las instalaciones un rato después, era ya de noche y un poco más hacia la madrugada había quedado con una persona en específico, Sam. La morena le había pedido ayuda en lo que dijo sería el último trabajo que realizaría por largo tiempo ya que había acumulado suficiente dinero para vivir un buen tiempo. Acudió a la cita en el tiempo estipulado, dos de la mañana en la plaza de la concordia, algo alejada del lugar donde había salido. Sentada en el borde de una fuente esperaba la morena, en la oscuridad de la noche cuidando dos mochilas. La IA llegó rápidamente.

—Justo a tiempo—Soltó Sam, poniéndose de pie—

—¿Tan peligroso es que necesitas mi ayuda? —Preguntó la IA, la morena asintió—

—A pesar de ser en un hotel, es uno que controla la mafia y hay una reunión, así que quiero asegurarme de volver a mi casa esta noche—La IA asintió, le parecía una excusa válida—Sígueme—Salieron de la plaza en dirección a un hotel a unas cuantas calles de ahí—Deben tener muchísima seguridad—

—¿Qué tanto tienes que entregar? —Le enseñó dos mochilas que llevaba en las manos—

—Ya te haces una idea—La IA asintió—Espero terminar con esta mierda rápido—Sin más que decir llegaron a las inmediaciones del hotel a los pocos minutos. Veía algunas personas vestidas de traje blanco que lucían bastante amenazantes, la IA dejó a que Sam fuese delante, siguiéndole poco menos de un metro de distancia, con las manos en los bolsillos jugando con un revolver. Intentaron cruzar la entrada sin decir nada, pero uno de ellos se interpuso con una mano dentro del traje, listo para sacar algo de él—

—¿Qué buscáis aquí? —Preguntó uno de ellos—

—Un encargo—Le enseñó las mochilas sin abrirlas—Es urgente, así que déjanos pasar—No podía empujarlo ya que el hombre tenía bastante masa corporal como para hacerlo fácil—

—Primero debemos requisaros, así que adentro—Las guiaron dentro del mismo hotel, aprovechando que la fachada no dejaba ver muy bien el extraño, pero lujoso interior, las apartaron a un lado. Sam no tenía intención de resistirse, pero en el momento que le pusieron una mano encima a la IA, la persona en cuestión terminó rostizada por una potente descarga eléctrica que encegueció al resto de los presentes—¿¡Qué mierda!? —Se preguntó al ver a su compañero tendido en el piso con su cuerpo estático—¿¡Cómo hiciste eso!? —Le apuntó a la IA con un arma—

—Baja eso—Le dijo con parsimonia mientras no cambiaba su expresión neutra—Tocó sin querer la alfombra y como iba cargado de electricidad estática pues la mezcla reaccionó matándolo al momento—Parecía una mala excusa—

—¡No te creo! —La IA soltó un suspiro. El hombre por alguna razón sintió una descarga suave en su cuerpo que lo paralizó, parecía que alguien había tomado el control sobre su cuerpo sin que él se diese cuenta, pues la mano donde estaba el arma comenzó a subir temblorosa hacia su sien—¡NO! —En ese momento alguien abrió una puerta que tenían a su izquierda, justo ahí el hombre accionó el gatillo ante la vista de unas veinte personas reunidas en la sala que había tras aquella puerta—

—Cobarde—Soltó suavemente la IA, viendo a la persona que había salido de la sala, que estaba en shock—No pudo con la presión del trabajo, así que mató a su compañero y se suicidó—

—No puede ser…—Soltó el hombre en voz baja. Miró a Sam, quien había apartado la mirada del suceso—¿Traes el encargo? —La morena asintió y el hombre le hizo una seña con la cabeza, indicándole entrar. La sala era no muy grande, había una mesa en el centro donde se encontraba un hombre calvo, piel morena y unos ojos oscuros escondidos tras unas gafas oscuras, vestido de traje blanco al igual que los guardias con una postura autoritaria que acompañaba con un puro en su mano derecha—

—¿Qué ocurrió fuera? —Preguntó aquel hombre de manera autoritaria—

—Perdimos a dos guardias en la entrada, al parecer se suicidaron—Respondió la persona que les había indicado pasar—

—Envía a otros dos y deshazte de los cuerpos—El hombre asintió y se retiró—Vosotras dos, ¿Qué os trae aquí conmigo? —Sam le dejó las dos mochilas sobre el escritorio—

—Lo que pediste—Respondió esta—Compruébalo y dame la pasta—

—¿Quiénes sois? —Preguntó la IA, veía una conexión en un anillo que todos los presentes llevaban—

Unione Corse (1)—Respondió el hombre moreno—La única mafia en Francia que merece respeto—La IA no cambiaba su expresión que escondía tras la capucha de su buso, algo que hacía el hombre se irritase—No pareces sorprendida ni asustada—

—¿Debería estarlo? —Preguntó de vuelta—Me enfrenté a cosas peores yo sola—El hombre tuvo suficiente de esa falta de respeto hacia su persona, poniéndose de pie bruscamente al tiempo que desenfundaba un arma de su pantalón—

—No juegues conmigo—La IA sonrió también, desenfundando el característico revolver que aún conservaba—

—También tengo uno—El hombre iba a apretar el gatillo, pero al fijarse en los detalles del arma de la IA, se detuvo. Una sensación extraña recorrió su cuerpo de principio a fin—

—Esa pistola…—Miró a la IA, quien sonrió porque el hombre parecía haberla reconocido—¿De donde la sacaste? —

—¿Conocías a su dueño? —El hombre asintió, bajando el arma mientras se reía—

—Se hacía llamar Jack Acero, desconozco si ese imbécil se llamaba así de verdad, era un HIJO DE PUTA—Mandó a volar algo de su escritorio al tiempo que gritaba—Mató a tres de mis mejores hombres solo porque no le fueron de utilidad cuando él mismo pidió refuerzo—Suspiró—Dime que está muerto y te llevaste su arma como premio—La IA asintió satisfecha—¡BIEN, JODER! —Pareció haber un gran regocijo en la sala en ese momento—No sé quién eres, niña, pero si lo mataste debes ser alguien jodidamente peligrosa—

—Digamos que estaba en una lista negra de alguien que quería cobrar unos platos rotos—Respondió con parsimonia, bajando el arma al tiempo que la guardaba—

—¿Trabajas para alguien? —La IA negó con la cabeza—

—No trabajo para nadie en especial, solo lo hice por diversión—Era una verdad a medias—Disfruto ver cómo algunas personas agonizan de dolor—

—Eres muy cruel—El hombre asintió un par de veces mientras pensaba—Me gustas, muchacha, los que de verdad queremos cambiar toda esta mierda necesitamos gente con los huevos bien puestos que no les de miedo apretar el gatillo—Miró a uno de los presentes—Dadle un presente por haber acabado con ese imbécil—El aludido asintió y salió de la sala—Si te aburres y quieres acabar con la vida de alguien, llámame—Le entregó una tarjeta en blanco donde solo por una cara ponía el número del hombre, la IA la guardó en su mochila—

—Vamos a lo importante—Carraspeó Sam—La pasta—El hombre asintió y revisó todo el contenido de las mochilas, sintiéndose satisfecho al tiempo que le entregada otra un poco más grande que contenía bastante dinero—

—Aquí tienes—Sam lo revisó, haciendo un conteo rápido—Esperaba que esto fuese menos fructífero, pero estoy muy satisfecho con el resultado—Miró a la IA al tiempo que una persona llegaba con un pequeño maletín —Ahí tienes, muchacha, un premio de consolación por tu valentía—La IA no necesitaba abrirlo para saber que se trataba de un arma y bastante dinero—Hubo una rápida despedida antes que Sam y Xana se alejasen del lugar y pudiesen tomar un taxi que las llevaría a otro sitio—

El rato pasó y la IA se bajó en un sitio cercano a la casa de Anthea, dejando que Sam siguiese su camino. Le regaló el maletín, ya que ella no precisaba de dinero para nada, era Xana, en pocas palabras.

Cuando llegó a su habitación se encontró con Zack distraído mirando por la ventana

—Pensé que no vendrías—Soltó Xana—

—Lo mismo digo—Se bajó de la ventana y se acostó en la cama, viendo como la IA se quitaba parte de la ropa—¿Qué tienes en mente? —

—¿Tienes en mente alguna manera de ganarte el respeto de la gente? —Zack negó con la cabeza, quizá lo esperado—

—Tú tienes mucho poder… ¿Por qué no lo aprovechas? —

—¿A qué te refieres? —

—¡Una gran calamidad! —Dijo, poniéndose de pie en la cama, estirando los brazos hacia los lados—

—Ya entiendo—Se sentó en la cama—Me diste una muy buena idea—Se recostó al tiempo que apagaba la luz, sintiendo como Zack se sentaba cobre su vientre—

—Quiero ver eso—

Zack no se hacía idea de lo que había provocado.

La madre tierra estaba por demostrar quién manda de verdad.


Continuará

Próximo capítulo: Consecuencia de una provocación.


Gracias por leer. Espero que el capítulo sea de vuestro total agrado.

Debo leer MÁS libros, tengo la sensación que mi narrativa empeora por segundos.

Capítulo… raro, la verdad, espero estar a tiempo para poner otro a final de mes, si los exámenes no se ponen demasiados exigentes para mí.

No traté nada de una de las tramas aquí, porque estoy guardando cosas para el siguiente.

Gracias a todos los que estáis aquí, de verdad.

Acotaciones:

1: Mafia Corsa, una unión de mafias tanto italianas como francesas que operan en Marsella, fundadas en los años 20. Son el principal dolor de cabeza del gobierno francés hoy en día.

Reviews:

Titokenny01: La idea era que todos sufrieran el miedo de estar en frente de una operación tan peligrosa, no sé si lo logré mostrar. La lluvia sigue siendo algo sin importancia para ellos dado a que aún no se han visto consecuencias visibles, pero ¿Qué pasará el siguiente capítulo? Jeremy… bueno, no digo más. Muchísimas gracias, pero de verdad, por estar aquí. Te lo agradezco hermano. Un abrazo virtual.

Draoptimusstar3: Enviar novatos a una misión como esas siempre es peligroso, pero es la única manera de aprender rápido y de verdad. Los momentos de tranquilidad antes de una tormenta siempre son tolerables, dan tiempo para pensar qué hacer. Poco más que comentar. Muchísimas, muchísimas gracias Draop. Espero que el capítulo te guste.

Y… nada.

Nos vemos pronto.

Adiós.

Never Give Up, Never Surrender.