Voluntad de hierro

Fuese una pesadilla o no, Taelia despertó bastante temprano por la mañana gracias al despertador que tenía en su habitación. Abrió los ojos sólo para comprobar que lo ocurrido en la madrugada no había sido un sueño, de verdad había ocurrido y pudo dormir relativamente tranquila. Se puso de pie sin querer despertar del todo a Marcus, quien parecía rehusar a salir de la cama, hacía algo de frío y se estaba bien bajo las sábanas.

Caminó al baño y se lavó la cara, mirándose al espejo, su encía dolía por alguna razón, no sangraba, pero si lo hacía sería una mala señal, debía comentarlo. Aún por la hora, no terminaba de amanecer, pero los habían citado temprano en el laboratorio inferior para una revisión antes de cruzarse con el resto de los niños.

—Vamos, se nos hará tarde —Dijo a Marcus, obligándole a levantarse, ayudándole a estar listo —

Tras ordenar la habitación, salieron de la misma al mismo tiempo que sus compañeros, quienes le miraron con curiosidad.

—Vaya noche... —Comentó Pavel al aire, estirando su cuerpo. Taelia asintió mientras miraba a otro sitio —

—Espero no ocurra lo que va a evidentemente ocurrir —Secundó Luciana, mirando lentamente las puertas de las demás habitaciones —

—Culparnos de la muerte de... —Luciana asintió —

—No quiero pensar más en eso —Atajó Taelia, haciendo un gesto en X con sus manos —Si ocurrió, ocurrió y no tenemos nada más que hacer ahí —No querían discutir con ella, parecía de mal humor —

Salieron del edificio en relativo silencio, ni siquiera los militares de la entrada les preguntaron a donde iban, no es que hubiera muchas respuestas al respecto siendo ellos los nuevos, estando ya avisados de su presencia y de algunos de sus horarios de entrada y salida.

Tras ser correctamente identificados en la entrada de las instalaciones subterráneas, llegaron por su propio pie al laboratorio, encontrándose con algunos niños que el día anterior estaban presentes en la presentación. Formaban dos filas, una en cada lado del pasillo principal, no eran más de diez y algunos tenían una banda roja y naranja, no obstante, viendo entrar a Taelia, parecían reticentes a decir alguna palabra, no saludaron siquiera.

Una persona les indicó ir con ellos a los consultorios del primer día, era una revisión de rutina. No hubo mucho que hacer durante unos minutos hasta que alguien les llamó en el piso inferior, era la doctora Sumire. Se reunieron con ella en un despacho simple, pero grande.

—Imagino que esta madrugada fue un desastre —Asintió la doctora, invitándolos a sentarse en unas sillas frente a un escritorio —

—Me da pena... de esa niña —Asintió Luciana —¿Se sabe algo de lo ocurrido? —

—Estamos esperando tecnología para poder mantenerlos a raya, hemos hablado con la doctora Anthea y nos está preparando un plan con pulseras que registren datos y los envíe a un servidor que registre todo, dando alerta cuando un dato es anormal, así evitaremos estos episodios, pero ella solo nos va a proporcionar la base, el resto lo tenemos que hacer nosotros —

—¿Y tuviste que esperar hasta...? —

—No es que fuese la primera vez, pero si la primera que ocurre sin que nos diésemos cuenta de antes, el estudio preliminar indica una subida de un treinta por ciento en el índice de corrosión en el cuerpo del niño en un solo día, tenemos a la hermana en una habitación de esta planta para mantenerla bajo supervisión por si su índice sufre una subida similar, hemos usando la pulsera de repuesto que tenías, ya te daré otra —Taelia asintió, sabía que se refería a ella—Por otra parte, al parecer los cuidadores no están muy contentos que alguien tan peligroso esté con unos niños inofensivos—

—No hice, todavía, nada malo—Se quejó Taelia, dando un suave manotazo al escritorio—

—Lo sabemos, pero entiende su posición, por más que les digamos que es temporal, ellos no van a hacer caso, vamos a esperar un par de días más para hacer una revisión y darte otra tanto a Pavel como a ti, con un poco de suerte…—

—¿Entonces para qué nos llamaste aquí? —Sumire sacó una pequeña carpeta, entregándola a Taelia—

—Para que vayáis a recoger a una persona, siento muchísimo usaros para esto, pero los guardias secretos que usamos normalmente ya son algos conocidos, estaremos cuidando de vosotros muy de cerca, pero necesitamos ir por esa persona—Taelia abrió la carpeta, contenía solo fotografías y unas cartas escritas en japonés—Son una mafia, aquí en japón se les conoce como la Yakuza, en este caso usaremos un intermediario que será un traductor francés para que os acompañe, os estará esperando en el centro del área de Tokio, vais a ir de ropa casual y vuestro objetivo es esta chica—Señaló a una persona; Una chica joven, no se podría decir bien la edad por la poca calidad de las fotos, pues la más nítida era una de ella, desnuda, de pie en una habitación, sosteniendo un periódico. Tenía el pelo negro, sus brazos estaban cicatrizados, uno de sus ojos estaba ligeramente blanquecino. Su piel blanca y abusada no daba muchas más pistas, con su cabello cortado y despeinado, sabían por qué tenían que ir—

—¿Tendremos que usar la fuerza o alguna persuasión? —Preguntó de primeras Luciana, mirando otra foto que contenía un mapa con dos ubicaciones marcadas—

—Fuerza no salvo que sea estrictamente necesario, persuasión…—La doctora miró a Taelia, quien alzó una ceja—¿Te ves capaz de intentar convencerlos de alguna manera? —

—Si es lo que creo que es, luego de hacerlo tendría que matarlos…—Suspiró—Vale, haré lo que pueda, pero no prometo nada—

—La persona a convencer es esta, el jefe de la Yakuza por esta zona—Mostró la foto de una persona de mediana edad, no muy alta, pero muy musculada, una cicatriz en su cara que compartía una expresión de pocos amigos. Pelo corto, rubio tintado con pelos de punta engominado. Vistiendo una camisa esqueleto y un vaquero de color negro con deportivas. Tez blanca y lleno de tatuajes hasta la coronilla, se notaba de la mafia—No será sencillo, pero esa niña tiene que estar aquí, fue una petición expresa del gobierno—

—¿Tendremos alguna recompensa? —

—¿No es suficiente con poder hacer lo que os de la gana? —Bromeó Sumire, estirando sus brazos—Algo tendréis, también es posible que os acompañe una persona del aula de entrenamiento militar, habla inglés y francés, así que la comunicación no debería ser un problema—

—¿No crees que ser cinco ya es multitud? —Atajó Taelia, pero antes de poder responder, alguien atajó—

—¿No pensamos lo mismo cuando quisimos ir por Luciana? —Preguntó Pavel de vuelta—No tendremos que entrar todos—

—Podemos hacer un plan de cerrojo, asegurarnos que nada sale ni nada entra—Propuso Luciana—Según el mapa, parece un local en una zona de callejones, pero en una zona abierta, Marcus y el chico podrían ocuparse de las salidas traseras y el resto de gente que venga con nosotros podría hacerlo con las frontales—

—La parte que falta por cubrir es el cómo nos aseguramos que la tengan y que nos dejen ir sin hacer que alguien salga herido—Puntuó Pavel, cruzado de brazos—Quizás podamos pedir el pago por adelantado—

—En teoría les íbamos a dar dinero por ello, pero las negociaciones se estancaron por la petición de encarcelamiento a uno de sus líderes, así que no volvieron a responder, sin embargo, sí que nos citaron, así que será asegurarse—Comentó la doctora, mostrando un papel con un par de letras raras escritas, parecían garabatos, pero sabían que decía algo—Es una clave para mostrar en el hotel donde os vais a reunir, ellos lo controlan, así que cuidado—

—¿Cuándo partimos? —

—En un rato, volver a vuestras habitaciones y cambiaros de ropa, podéis comer algo, os avisaremos cuando vayáis a salir—

Ya eran cerca de las diez de la mañana cuando se encontraron todos en la parte exterior de las murallas del centro, estaban frente a dos coches aparcados, esperaban a una persona que finalmente llegó; Un chico de pelo rubio corto, mirada animada y ojos rojos, de la misma edad y estatura de Luciana, quien apenas llegaba al hombro a Taelia. Vestía con una camisa cuadros y un vaquero. Básico.

—Un placer trabajar con vosotros—Dijo el muchacho con un francés básico—

—Al caso, criatura—Dijo Pavel, haciendo sonar las llaves del coche—¿Tienes el mapa? —El muchacho asintió, mostrando el mismo—

—Conozco esta zona, así que iré con los agentes secretos en el coche, id tras nuestro—Dijo de primeras—Oh, no me presenté, soy Junior… o así me pusieron ellos—El resto asintió—¿Qué plan hay? —

—Tú y Marcus vais a cubrir las salidas traseras del hotel para evitar que puedan escapar con la mercancía, fuera de la orden de Sumire, usad la violencia si es necesario y dadnos aviso, yo y Pavel entraremos al hotel, Luciana estará con nosotros junto con el traductor, pero ella es nuestro comodín, ahí donde la ves es la más ágil de nosotros, desde que estoy con ella apenas si hemos podido darle un golpe en entrenamientos—Asintió Taelia. Ahora todos vestían de casual, no llamaban la atención—

—No os preocupéis, volveremos con la mercancía—Sonrió Luciana, subiendo al coche. Pavel dio un silbido seguido de una señal animada con sus manos, indicando ponerse en marcha. Un rato después, ya dentro del mismo Tokio, estaban siguiendo a ciegas un coche en una misión que casi parecía más una pantomima totalmente improvisada que una misión de verdad—

—No tendremos tiempo para darle una vuelta al hotel, entonces tendremos que improvisar—Siguió Luciana, viendo las fotos del mapa—Marcus, ve por la salida trasera más directa, intenta estar alto y lo menos visible posible, para avisarnos solo tienes que armar un alboroto, eso llamará su atención y nos hará ganar tiempo, por otro lado, necesitamos un plan de emergencia—

—Que violencia prohibida ni que niño muerto, si se niegan tendremos que partirles la cara—Asintió Pavel, conduciendo—

—En el momento que la tengamos en nuestro poder, intentaré atraerlos a mí de cualquier manera, pero tendréis que marchar a toda prisa con ella, no perdamos tiempo haciendo democracia, esa gente es lo peor que hay—Siguió Taelia—Puedo encargarme de ellos, pero siempre vamos a ir por la vía pacífica—

—Pero no descartemos la vía genocida, estamos hablando de la mafia japonesa—Asintió Luciana, mirando con detenimiento las fotos—Confiamos en ti, Taelia—la indicada asintió, sentada al lado de Pavel—

Llegaron a una plaza abierta, ligeramente concurrida y a unas calles del hotel. Aparcaron el coche en una zona de fácil acceso y se acercaron, viendo como el muchacho se acercaba a ellos.

—El traductor nos está esperando al frente del hotel, por lo que debemos improvisar vuestro plan—Indicó el muchacho—

—Lo dicho, Pavel, yo, Luciana y el traductor vamos a entrar, tú y Marcus fuera en las salidas traseras, si veis que se llevan al objetivo, haced un alboroto o lo que haga falta, pero que no se la lleven, revisad los alrededores a fondo—El muchacho asintió—Cuando la tengamos, Luciana y Pavel se van a asegurar de que no intenten nada raro, por lo que seré la distracción, cualquier cosa, el punto de encuentro será este—Dijo Taelia, el resto solamente asintió—

—¿Tenemos que tener algo en cuenta? —

—Hay mucha gente, intentad pasar desapercibidos si algo sale mal, se nota que no somos de aquí, así que no es que sea mucho trabajo reconocernos, en caso de que atrapen a alguien, pasaremos al plan B, usaremos el plan genocida y acabaremos con todos, pero esa será la última opción, solamente espero que el trato que hayan hecho con ellos sea algo factible y no una tontería que solo servirá para ponernos en peligro—

—Es aceptable… —Taelia hizo una seña para ponerse en marcha. No conocían nada de esa zona, por lo que solo podían seguir a Junior y rezar porque fuese todo bien. Luego de unos diez minutos dando vueltas, lograron ver la entrada principal del hotel, por lo que se detuvieron en un sitio poco visible, un hombre se acercó—El traductor, ¿Tienes los documentos? —El hombre asintió. No era más que un hombre alto y de traje—Bien, esto servirá para persuadirlos, es una orden judicial para que la orden de encarcelamiento se anule, veremos—

—¿Lo tenías preparado? —Preguntó Luciana, mirando al muchacho, quien asintió—

—Ahora nos toca a nosotros, Junior, Marcus, id a dar vueltas por los alrededores, haced lo que esté en vuestro poder para impedir que se vayan, nosotros haremos lo posible para que todo vaya sin violencia—

Se separaron como estaba indicado, desaparecieron muy rápidamente entre la multitud. Los cuatro se acercaron en silencio. Era un hotel bastante grande, quedaba en una gran calle principal, unos escalones arriba y tenías una entrada poco concurrida para ese momento del día. Cruzaron la puerta y una persona con un tono servicial dijo algo que reconocieron como un saludo. Luciana enseñó el papel que le había entregado Sumire, el hombre asintió, indicándoles ir con él. El traductor no había tenido que hablar, el hombre había hecho señales con las manos. Subieron varios pisos en un ascensor, se podía sentir la tensión del momento. Cruzaron una puerta que tenía un pasillo poco iluminado con otra puerta al final, que cruzaron y se encontraron con un despacho grande; Un escritorio con un ventanal, varias fotos y trofeos de guerra por toda la misma. El jefe de la Yakuza estaba sentado en una silla en el escritorio, amargando su expresión al verlos, no estaba solo, había varias personas que le acompañaban, iban de traje y corbata, eso sí, podías fijarte como debajo del traje había tatuajes. El hombre que los atendió compartió un par de palabras con el jefe antes de marcharse.

—¿Sois los que vais a llevaros a esa chica?, ¿Un grupo de adolescentes que parecen adultos? —Dijo el traductor al tiempo que hablaba el jefe—

—No tenemos muchas ganas de discutir los detalles, pero ¿Dónde está la chica? —Preguntó Taelia, el hombre recibió su frase del traductor—

—Primero, el pago—El traductor, luego de hablar, enseñó una carpeta, que dejó encima del escritorio del hombre antes de dar un paso atrás, volviendo con los muchachos—Ya veo… han cumplido—

—La chica, queremos ver que sigue con vida y sobre todas las cosas, que está aquí—Taelia estaba sorpresivamente tranquila, cruzada de brazos y con una postura desafiante. El jefe de la banda compartió un par de palabras con sus hombres, uno se retiró—

—Aunque el pago lo valdría, realmente ahora me apetecen más cosas—Su mirada se había fijado en Luciana, la pelinegra, que apenas había cambiado su expresión, no le estaba prestando atención, parecía estar escuchando algo en las cercanías—La quiero a ella—Señaló a la chica, quien no le prestó atención—

—No va a irse contigo hasta que la chica no aparezca—Retó Taelia. Luciana hizo una señal con sus manos, indicando su espalda y pocos segundos después la puerta se abrió, mostrando al objetivo en sus ojos—

—Ahí está—Dijo el traductor, con palabras del jefe—

—Está hecha mierda—Soltó Pavel, viendo detenidamente a la chica, quien apenas se podía mantener en pie. Vestía con una falda corta, una blusa ajustada y unas zapatillas rosas, ahora tenía el pelo algo corto, quizás hasta los hombros, su expresión era cansada y agitada por el murmullo—

—Ahí está, ahora quiero un pago extra por las molestias ocasionadas mientras hago negocios—Tradujo el hombre de traje—

—Con la condición de que la dejen ir de aquí, si quieres una salvaguarda me puedo quedar yo, pero nada más—Taelia tenía un trato áspero con el jefe, pero eso parecía mantenerle a raya—

—¿Así que te ofreces tú en su lugar? —Taelia asintió, Pavel se alarmó, no sabía que tenía en mente la adolescente, pero desde luego nada bueno—

—¿Qué coño piensas? —Le dijo en voz baja, poniéndose en frente de la adolescente, quien apenas cambió su expresión—¿Quieres que se infecten? —

—Si crees que me dejaré hacer eso estás demente—Respondió en voz baja—

—Serías capaz—

—Déjame en paz, si el caso es sacarla de aquí e irnos con vida a casa haré lo que haga falta, confía en mi—Pavel no parecía aceptar eso, miró de reojo al jefe mientras chasqueaba la lengua—

—Sabes que en el momento que nos vayamos de aquí estarás sola contra ellos—

—Ese es el punto, si os vais vosotros podemos asegurarnos que no haya violencia, si ellos se quedan a gusto con el trato no tendremos que escapar y causar un alboroto en la calle para perderlos—Pavel le dio la razón—Te daré un toque cuando salga o salga algo mal, necesito que entres como alma que lleva el diablo si eso llega a pasar—

—Eres demasiado buena comiéndome la cabeza—

—Gracias—Sonrió de manera maliciosa. Pavel se alejó un par de pasos para no levantar más sospechas—

—¿Y bien? —Dijo el jefe por medio del traductor—

—Me ofrezco en su lugar, seré toda tuya cuando ellos estén fuera del hotel—El jefe asintió. Taelia hizo una señal a Pavel quien asintió, acercándose a la muchacha, tirada de mala manera al suelo por los mafiosos. Entre los tres restantes la ayudaron a ponerse de pie—

—No podré estar aquí o me golpearán—Dijo el traductor a Taelia, quien asintió—

—No te preocupes, se lo que hago—

Pasaron unos minutos hasta que Taelia recibió un SMS de Pavel.

"Estamos a unas calles de aquí, los agentes de la base se llevaron a la chica por seguridad, estamos cubriendo el hotel, date prisa"

El hombre se puso de pie mientras se relamía, Taelia solo miraba al suelo, con las manos juntas en su espalda, no le importaba hacer cualquier cosa con tal de cumplir la misión sin ningún riesgo, no iba a dejarse hacer mayor cosa, podía pasar por encima de ellos, pero sabía que límites podía llegar.

Los hombres presentes compartían palabras entre ellos, desconocía, pero intuía que eran despectivos y tampoco hacía mucha falta saber su idioma para saber que estaban diciendo. Sintió como los únicos cuatro que quedaban en la sala, aparte de ella, la rodeaban, compartiendo palabras entre ellos. Pronto comenzaron a ponerle mano encima, acariciándola y manoseándola por su cuerpo, sin que ella opusiese mayor resistencia. Taelia vestía en ese momento con un short azul claro y una blusa sin mangas, podía sentir como esas manos se colaban lentamente bajo sus prendas de ropa, llegando incluso a levantarle la blusa del todo. O se estaban resistiendo o no sabían que hacían realmente, pero se estaban limitando únicamente a manosearla.

Taelia no podía perder demasiado tiempo ahí, así que simplemente se arrodilló en frente de ellos, quienes rápidamente se desabrocharon el pantalón.

Lo que ocurrió después lo dejo a tu imaginación, solo mencionar que no pasó de ahí, cuando intentaron pasar de ese punto, Taelia se negó, aprovechando su característica fuerza para oponer resistencia y dejarles bien en claro el mensaje.

Aquello pareció bastar para los mafiosos, quienes compartieron un par de palabras entre ellos antes de dejar vestir otra vez a Taelia, manoseándola cada vez que podían. Sobraba decir que ella se estaba hartando, pero había cumplido el objetivo: Sin violencia. Se vistió y se limpió lo mejor que pudo para no levantar sospechas.

Sorpresivamente para ella, cumplieron su palabra: La dejaron ir en paz sin ponerle ninguna pega. Salió del hotel con tranquilidad, no estaba molesta, había hecho lo que le apetecía y había salido todo bien, se esperaba violencia y se quedó con las ganas, pero había sido un logro. Se encontró con Pavel en frente del hotel, recostado sobre el coche con brazos cruzados. Sin decir una palabra se puso de pie frente a él, miraba al suelo, se esperaba que le diese una bofetada y a ser verdad, según ella, se la merecía. Pavel solamente le alzó la barbilla mientras le daba una muy suave bofetada, se le notaba enfadado, pero era como si no lo estuviese realmente.

—Sé qué haces lo que quieres, pero te la jugaste demasiado—Le dijo en voz baja—Contrólate—

—Pavel…—Le dijo finalmente, el muchacho negó con la cabeza—

—Salió bien, no tenéis por qué poneros así—Asintió Luciana, llegando tras ellos con una bebida en lata para Taelia—Por otra parte, a él no tienes que darle explicaciones, es a Sumire, estás en problemas—

—Lo sé, pero aquí no pasó nada—Dijo Taelia, intentando convencerles, pero no parecían convencidos—

—Vas a tener que beber lejía para que no se den cuenta—Le dijo Pavel, quien abrió la puerta del conductor—

—Quiero llegar a casa, me siento sucia—

Volvieron.

Entraron al estacionamiento subterráneo cuando ya estaban en el centro de desarrollo, contando todo lo que había ocurrido, omitiendo el detalle de Taelia, se encargaría, en caso de ser necesario, de hacerlo en privado con Sumire.

Sin embargo, no habían visto a la chica otra vez desde que se la llevaron, parecía estar en la planta inferior a la de laboratorios, pero nada que les pudiese confirmar aquello.

Les dejaron volver a cambiarse, iban a tener el día libre gracias a eso. Era ya la hora de comer cuando volvieron. Entraron a la cafetería, si bien aún había personas mirándolos de forma escuda, el resto no parecía tener mayor problema con su presencia. Tras mostrarse frente a una barra en la misma, les entregaron una bandeja con comida a cada uno, no era mucho, pero era suficiente para llenar el estómago hasta la hora de cenar.

—Ya quiero ver la expresión de la chica cuando vea que no tendrá que hacer eso otra vez—Soltó Luciana, jugando con sus pies mientras comía—

—Yo también, pero… creo que tendrá que estar un tiempo aprendiendo a comportarse—Comentó Taelia, comiendo también—

—¿Por qué lo dices? —

—No sabemos cuánto tiempo lleva haciendo eso ni bajo qué condiciones ni nada, si solo le enseñaron a hacer eso… dejarlo de hacer es complicado—Entendían bien lo que se refería, pero era demasiado pronto para sacar alguna conclusión al respecto—

Comieron en tranquilidad por un rato hasta que un grupo de personas se acercó a ellos, aunque hablaron y por su tono de voz se sabía que estaban preguntando cosas, no podían entenderlos, no sabían que decían.

—Preguntan por los rumores de los hermanos que desaparecieron anoche—Dijo una voz desconocida, era uno de los niños, había traducido lo que habían preguntado—En específico sobre que vieron a la pelirrosa bajar a los laboratorios con él en sus manos y luego su hermana desapareció—

—Comprendo, pero no tengo nada que ver, solo hice lo que tenía que hacer—Respondió la adolescente sin mirarle—

—Por otra parte, le salvó la vida a todo el edificio—Secundó Luciana, el muchacho tradujo las palabras de ambas—

—Ahora dicen que creen que la mayor los mató—Siguió el muchacho—

—¿Cómo sé que no te lo estás inventando? —Preguntó Taelia, cansada, poniéndose de pie—

—Te juro que soy de los que piensan que no lo hiciste de verdad, pero los rumores son rumores—

—Yo no los maté, no lo haría ni, aunque pudiera—Respondió la adolescente, enfadada—¿Cuál sería el punto? —El muchacho tradujo sus palabras. Uno de los seis niños pareció reaccionar mal a las palabras, gritando algo a Taelia, siendo detenido por sus compañeros en un intento de atacarla, antes de poder dialogar más, se escuchó un silbato en la sala, eran los militares—

—¡SEPARAOS! —Gritó uno de ellos, con arma en mano, acercándose—Nada de peleas u os mandaré a ambos a castigo durante toda la tarde, ¿De acuerdo? —Ambos asintieron—¿DE ACUERDO? —Ambos implicados respondieron de manera afirmativa al unísono—¡A vuestros sitios! —Taelia se sentó, exasperada, alejando su bandeja de comida casi vacía—

—Encima que les salvamos la puñetera vida…—Se quejó, apoyando su cabeza contra la mesa—

—Dudo mucho que ellos sepan lo del cincuenta por ciento—Atajó Marcus, cruzado de pies en la mesa, girado hacia Taelia—Por su expresión, estaban asustados—

—¿Tú crees? —El niño asintió, con un vaso en sus manos dando cortos sorbos al mismo—

—Igual piensan que estás secuestrando gente porque sí—Bromeó Pavel, comiendo—No les pongas atención, si lo haces les terminarás rompiendo la cara—

—Debí hacerlo—

—Te la partiría yo a ti por hacer eso—

—Te odio—

—No me decías eso el otro día—Dijo en tono pícaro, Taelia estuvo por golpearle con la bandeja, pero fue un momento divertido—

—Imbécil—

Salieron de la cafetería al poco rato, no querían estar más ahí, aunque tampoco tenían más donde ir, solo podían ir con la doctora Sumire.

Bajaron, se identificaron y tras poco rato ya estaban en el laboratorio de la doctora, quien hablaba con la ya esperada cuidadora de Marcus, una señora joven y bonachona.

—Lamento el altercado, ya me contaron lo de la cafetería—Dijo la doctora al verlos llegar—

—De verdad…—Suspiró Taelia—¿Tienes algo para nosotros? —

—No, por desgracia, aunque ahora llegó la cuidadora de Marcus, poco podéis hacer, aprovechad el rato libre, mientras, Marcus y Luciana se pueden quedar aquí, tenemos cosas con vosotros que podemos adelantar, mientras, vosotros dos podéis pasar tiempo de caridad juntos, lo siento, de momento estamos preparando algunas cosas para manteneros entretenidos—Pavel y Taelia asintieron—

—Sobre lo de esta mañana…—

—La niña está en tratamiento por sus heridas más graves, cuando lo acabe pasará un par de días conociendo el sitio y luego haremos el procedimiento de inyección, pero está bien y está con vida—Asintió la doctora, los presentes se quedaron satisfechos—Hicisteis un buen trabajo, os felicito—

Tras una corta charla, ambos tenían ganas de marchar a la superficie y así lo hicieron. No tuvieron ninguna pega al respecto y tras verlos llegar, los guardias les dejaron entrar, apenas se escuchaban voces en el interior y al llegar a su piso, apenas se podía sentir la presencia de gente. Entraron a la habitación de Pavel y Luciana, asegurándose de cerrarla.

—A veces odio cuando hay poco que hacer—Se quitó la blusa que tenía dejándola encima del escritorio en frente de la cama de Pavel, acercándose al baño. El muchacho se sentó en su cama, quitándose la camisa—

—Lo único positivo es que tenemos algo de privacidad—Se puso de pie, acercándose a Taelia que estaba en el baño, lavándose la cara y las manos, abrazándole por la cintura, acercando su cuerpo—

—¿No te da cosa que venga alguien y…? — Pavel simplemente subió sus manos por el torso de ella hasta colarlas por debajo del sujetador deportivo—Tú…—Suspiró, apoyando la cabeza contra su pecho—

—A veces hablas mucho—Haciendo presión con sus manos, le levantó el sujetador, dejándole el pecho al descubierto—

—Espero no crezcan mucho—

—Aún tienes tiempo para averiguarlo—Taelia se giró sobre si misma hasta estar frente a él, dándole un suave beso en los labios—

—Cállate—Lo siguió besando, moviéndose por la habitación hasta tumbarlo en la cama de él, sentándose en sus piernas girada hacia él, quitándose del todo su sujetador—

—¿Quieres mandar tú esta vez? —Le dijo en tono de broma, Taelia simplemente le besó, desabrochando el blanco pantalón de ambos, era un poco incómodo quitarlo, pero lograron arreglarse para ir retirándolo poco a poco, recostándose en la cama. Ya desnudos completamente, Taelia estaba sentada sobre Pavel, quien se limitaba a disfrutar del espectáculo audiovisual que era verla a ella sobre él, moviendo su cadera en un movimiento de péndulo, tenían entrelazadas sus manos, acompañando el movimiento. Taelia jadeaba, por un momento se detuvo, alzando su cadera, posicionando el miembro de su compañero de tal manera que al bajar su cadera otra vez, soltó un ahogado gemido al sentir algo dentro—

—Avísame si… te hago daño—Pavel asintió, ya sabía de buena fe lo que podía llegar a pasar si ella se dejaba llevar demasiado, lo peor de todo era que, si no se daba cuanta a tiempo, podía terminar con una marca indeseable de sus dientes. Taelia se movía con suavidad, apoyada con sus manos en las rodillas de él, alzando su cadera con suavidad para dejarla caer con un pesado suspiro, aumentando el movimiento con rapidez y con fuerza ahogando su voz e intentando no hacer ruido, acercándose a Pavel, besándole en un desesperado intento de contenerse, pero simplemente su cuerpo iba más y más rápido, podía sentirlo y también escuchar un sonido de ambos cuerpos chocando sin parar ni un segundo, por más que lo intentaba, simplemente parecía perder el control. Miró al muchacho, al igual que ella, sus ojos brillaban con suavidad—

—Para un poco, para un poco…—Intentó detener ese agresivo movimiento, pero recibió como respuesta un apresamiento de sus manos—

—No… aún no…—Movía su cuerpo con rapidez, soltando ahogados gemidos. Recostó su cuerpo sobre él, suspirándole casi en el oído mientras le sostenía los brazos con algo de fuerza, la suficiente para que él no pudiese alejarle, al final, por intentar no hacer ruido, comenzó a lamerle suavemente la parte superior del hombro hasta que…—

—Auch… —Se quejó Pavel, sintiendo como una suave mordida aumentaba con el tiempo, a la par que los agresivos y casi erráticos movimientos, logrando zafar sus brazos, alejando el torso de Taelia unos pocos centímetros, viendo como sus ojos brillaban con fuerza—Si no paras un poco te harás mal—Taelia, jadeando con fuerza, asintió, pero ya estaba tan perdida en sus pensamientos que apenas la orden duró un par de minutos, cuando aumentó la velocidad, sintiendo una suave palpitación dentro suyo, a la par que los jadeos de su compañero, quien le sostenía de la cadera mientras ella le besaba el cuello. Terminaron su sesión a los pocos minutos, mirándose mutuamente—Me mordiste—Le dijo con suavidad—

—Creo que… me dejé llevar demasiado… sino… haría ruido—Le dijo, jadeando, apoyada con sus manos sobre su pecho—

—Controla tus instintos carnívoros—Por broma, acercó un dedo a los labios de Taelia, quien lo lamió con suavidad—Pervertida—

—De no serlo sería demasiado agresiva, de alguna manera tengo que dejarme llevar de vez en cuando—Levantó su torso con suavidad, moviéndolo hacia atrás—Tengo que comprar… aquello… para la próxima vez o nos echarán la bronca—

—Nos la van a echar por esto—

—Qué remedio—Le volvió a besar con suavidad—

—La próxima vez no te dejaré que me muerdas—

—Te morderé otra cosa—Pavel le silenció con otro beso—

Se limpiaron, ordenaron todo y salieron de la habitación, volviendo con la doctora Sumire para ver de qué manera podían quemar el tiempo.


Aún era temprano en el viejo continente, quizás aún de mañana. Aelita no había despertado, pero lo más interesante era lo que estaba… soñando, por decirlo de aquella manera, en ese momento.

*POV Aelita*

Hacía un rato que había entrado en un lugar extraño, parecía un mundo cuadriculado que se reorganizaba cada segundo, si dabas un paso atrás, lo que veías podía ser completamente diferente a lo visto hacía tan solo un segundo. El cielo era oscuro con manchas magentas que se movían de manera horizontal por el mismo, con una luz saliente por el norte, iba de camino a esa luz, por el camino había visto cables de energía recubiertos de algo raro que iban en dirección al norte y entre más me acercaba, más cables parecían llegar al mismo sitio.

—¿Dónde estoy? —Me pregunté, siguiendo los cables, pero se separaron a distintas direcciones, unos partieron al noreste y otros al noroeste, seguía por el camino del centro, encontrándome con que era un peñasco, ¿La vista?, un enorme agujero vacío con una luz en el interior, si afinabas tu vista a todas las direcciones veías los distintos cables, de gran longitud y tamaño, bajar por el agujero—Quizás deba dar la vuelta—Iba a rodear el agujero para ver si encontraba una manera de bajar por el mismo, pero al dar un paso atrás, pude ver el mismo proceso que al desvirtualizar algo en Lyoko, provocando mi caída al vacío, intenté agarrarme a un cable que tenía a escasos metros, pero mis brazos no eran lo suficientemente largos, sin embargo, tras un momento cayendo, algo me golpeó y me llevó de golpe hacia un lado, zarandeándome como si estuviese volando, al abrir los ojos…—Una manta…—Si, tenía el mismo aspecto que las vistas en Lyoko, ahora el suelo podía verse; Una gran oscuridad, una pantalla holográfica en frente que ahora estaba oscura, un montículo de cadáveres que en su punta culminaba con un trono escarlata donde estaba recostada una persona y en frente suyo, de rodillas y con muchas cadenas que la ataban alrededor, otra de exacta apariencia. La manta me dejó en el suelo, donde pude ponerme de pie, acercándome de frente al trono, donde vi que la persona era Xana, lo pude reconocer por la particular diana que se veía en sus ojos—¿Es un sueño? —Le pregunté, ella sonrió con malicia, negando con la cabeza—

—Es la representación de una mezcla del consciente y subconsciente de Edge—Respondió con una voz animada, me giré hacia la encadenada, que me miraba de reojo puesto que tenía un grillete en su cuello atado con varias cadenas que dificultaban su movimiento, podía verle… ¿Sonreír?, quizás exagero—

—¿Por qué encadenada? —

—¿De qué otra manera puedo tener el control sobre ella?, no quiero eliminarla—Se puso de pie, convirtiendo su cuerpo en una sombra que, en un segundo, al transformarse otra vez en forma humana, estaba a medio metro de mi rostro—Por otra parte, si dejo que se mueva, todo el sitio se transformará en un agujero, es la parte faltante de su memoria—

—Entiendo que ahora estoy hablando con la versión más pura de Xana—La aludida ladeó la cabeza—Ya entiendo la diferencia—

—Más o menos pura, llámalo como quieras, también me veo influenciada por los sentimientos de Edge mientras esté bajo su control—Se acercó a mí, alzando mi barbilla, obligándome a mirarle a los ojos, pude sentir el tintinear de las cadenas cuando ella hizo ese movimiento—También de sus celos, puede parecer inofensiva, pero no te haces idea—

—¿Sabes?, creo que con el tiempo dejé de tenerte miedo—Su expresión no pareció cambiar—No me caes bien, pero haces demasiado bien tu trabajo para reprocharte algo malo—

—¿No te contentaste con tener a Edge? —Se giró hacia la aludida, sorteando las cadenas con pequeños saltos mientras entrelazaba sus dedos en su espalda—

—Es más humana que tu—

—Criatura, ninguna de las dos nos importa los humanos, si a Edge la enfadas puede llegar a ser más peligrosa que yo, porque al menos se cuándo parar para no causar problemas, ella no y lo demostró en la pelea con Claudio—

—¿Claudio? —

—Una persona que ya no existe—Cortó la propia Edge—Ella me dijo que podía no contenerme—

—Mientras Yumi y Maersk estuviesen fuera de alcance, lo cual nunca lo estuvieron—Edge pareció chasquear con la lengua—

—No os lleváis bien, ¿Eh? —Xana se giró hacia mi—

—Por eso quiero su memoria, ahí no solo tiene cualquier cosa que haya influido en su comportamiento, sino su memoria integra, la gente se forma en base a sus recuerdos y experiencias, sin ellos, no sois más que animales que atacarían a todo solamente por no saber más que hacer, puro y duro instinto de supervivencia de una cáscara vacía—Su manera de comprender a la gente era bastante sobresaliente—

—¿Entonces que será de mi cuando…? —

—Volverás a ser la de antes, ahora eres la que yo quiera, pero lo dejamos por escrito, volverás a tener tu antigua personalidad—Asentí, era verdad, lo habíamos acordado—No eras una cáscara vacía, solo que ahora eres, repito, lo que quiero que seas y hasta que no lo revierta no lo entenderás—

—Manipuladora—Fue lo único que pude decir y, por otra parte, era verdad. Escuché como se reía por lo bajo—

—Gracias, es la única manera de hacer que la gente me deje hacer lo que quiera—Sorteó las cadenas otra vez, llegando hasta mi—Podría hacer que todos me rindiesen tributo y respeto como si fuese una diosa, pero no nos gusta llamar la atención, no somos megalómanas, aunque pueda parecerlo—

—De ella me lo creo, ¿De ti? —

—No cuela, ¿verdad? —Negué con la cabeza—

—No me olvido de dónde vienes—Ella subió como una sombra hasta su trono—

—Por otra parte, ya lo dije antes, me veo influenciada por Edge de una manera que no te haces idea, que no te extrañe que esas ideas se pierdan en un futuro—Por un momento no podía creer lo que decía, le miraba mientras se sentaba en su trono, me giré hacia Edge—

—Puede parecer mentira, pero es verdad, ha cambiado desde la primera vez que la vi—Respondió la chica en voz baja—

—Criatura, mereces saber la verdad, Jeremy se ha visto metido en asuntos donde nadie le llama con única intención de molestarme o intentar que vuelva a Lyoko o Edge a la base de ID, así que, o le dices que pare o esa gente lo matará un día de estos y no estoy jugando—Me giré hacia ella, era la segunda vez que me daba la misma advertencia—Mi único objetivo es cubrirte a ti, si él cae de cabeza en las garras de esa gente yo no haré nada para cuidarlo porque él se lo buscó—No podía mentirle, era bastante justo por su parte, ya nos había ayudado bastante en algunas cosas—

—Lo hablaré con él si hay oportunidad—Le dije al tiempo que la miraba—¿Qué tienes en mente para el futuro? —Era una pregunta que me gustaba hacerle—

—Lejano no sé, inmediato… terminar de preparar el asesinato de Albretch, ya lo tengo hablado con Zack, pero nos faltan los planos de la instalación donde tienen a Ailane—Respondió con interés—

—¿No pensarás hacer un gran escándalo? —Negó con la cabeza—

—En este caso el enemigo solo es uno, nuestro objetivo original era coordinar todo de tal manera que Ailane pueda colaborar con nosotros, pero no hemos podido dar con ella de ninguna manera y parece que no nos van a facilitar esa vía, así que nos toca improvisar, no sabemos en qué estado se encuentra—Golpeaba con suavidad el trono mientras pensaba—No pensaba pedirte ayuda, pero si dado el momento, puedes ver si el sistema informático del lugar está conectado de alguna manera a la red y acceder al mismo mientras Zack y yo estamos intentando entrar para darnos una mano…—

—Claro, solo necesitaría un poco de fuerza bruta para ello—Asentí, era un trabajo interesante—Por otra parte, ¿Qué beneficios tendría asesinarlo? —

—Tranquilidad, aunque a mí me da igual, Zack quiere asegurarse que Ailane esté bien y con ese hombre vivo no es que tenga mucha confianza—

—Araziel—Dijo Edge en voz baja—

—También, ese demonio…—Suspiró—En fin, es un cúmulo de cosas malas que nos encontraremos y lo mejor de todo es que seguramente tengamos que inventar algo sobre la marcha, pero lo tengo todo planeado—

—¿No deberías avisar al resto? —Xana asintió—

—Ayn y Anthea se encargarán de dar a conocer la noticia cuando estemos en el lugar, listos para ejecutar todo—Dio un vistazo al holograma en frente suyo—Creo que ya es momento de volver al mundo real, así que te iré comentando cosas mediante vayamos atando cabos sueltos—Asentí. Pude ver como ella estiraba su mano en mi dirección, con la palma de la misma abierta, solo para cerrarla de golpe y…

Abrí los ojos en el mundo real.

*Fin del POV*

Nada más abrir los ojos, lo primero que se encontró Aelita es que estaba acostada en el regazo de alguien, que estaba sentada en lo largo de su cama. Alzó la mirada y se encontró con un par de ojos que le miraban, recordaba perfectamente lo hablado.

—Buenos días—Dijo Edge en voz suave—Creo que es un poco temprano—

—Mejor—Dio un bostezo al tiempo que levantaba su torso—Debería averiguar lo que me dijiste—Asintió—

Se pusieron de pie al poco rato. Sobre medio día alguien entró a casa con algo en sus manos, parecían una serie de papeles importantes.

—Pensé que te habías perdido por el camino—Bromeó la IA viendo llegar a Zack—¿Son los planos? —El muchacho asintió—

—Tardé un poco en obtenerlos, pero al final los conseguí—Parecía satisfecho—Entrar en las instalaciones del servicio de inteligencia es un poco complicado—

—No hacía falta ir a tanto, pero igualmente, buen trabajo—Despejaron el suelo de la sala de estar, abriendo los papeles y juntándolos, formando una serie de mapas, el primero, un mapa Alemania con la ubicación exacta—No demasiado lejos de la base de Gaia—Ubicación: En medio de la absoluta nada en medio de Alemania, entre Bremen y Hamburgo—Esto nos es indiferente, pero lo importante es… esto—Abrieron un mapa donde se veía una vista aérea de la base, de manera detallada: Un área doblemente vallada con hangares y pequeños edificios desperdigados por ahí, con una gran entrada subterránea con una puerta corrediza que parecía de hierro, con varias torres de vigilancia y prácticamente sin ningún punto ciego—

—Dado a que el terreno es plano no hay mucho que podamos hacer al respecto para pasar inadvertidos—Continuó el muchacho, cruzado de piernas en el suelo—

—No vamos a ir inadvertidos, nos van a ver venir desde lejos—

—Escaparán—

—No lo harán, hazme caso—Zack parecía desconfiado, pero no tenía otra opción—

—En ese caso va a ser complicado coordinar algo—Asintió Aelita—¿Tienes idea de que se puede hacer? —

—¿No conseguiste los planos interiores? —Preguntó la IA a Zack, quien negó con la cabeza—

—No hay planos interiores, pero conozco bien la instalación… por lo menos hasta llegar a mi hábitat—

—Me sirve—Se puso de pie—En ese caso solo necesitamos un ojo guardián que esté atento a las cámaras de seguridad y se asegure que Albretch sigue ahí—Aelita asintió—

—Me pondré con ellos cuando os vayáis—Asintió la pelirrosa—

—¿Necesitamos algo más?, Ayn dijo que no nos iba a dar armas porque no quería verse involucrado de ninguna manera—

—Maldito americano—Suspiró la IA—Necesitamos armas y una manera de llevarlas, el caso es conseguirlas, pero se con quién podemos hablar—

—Entonces iré al súper ordenador a intentaré acceder a las cámaras de seguridad, si hay algún movimiento os aviso—Ambos Neo asintieron—

Un rato muy largo pasó hasta que estaban los tres en una zona de la ciudad donde iban a separar sus caminos, la IA y Zack irían a la zona del Gueto y Aelita a la fábrica.

—Muy buena suerte a los dos, os iré avisando—

—Contamos contigo para asegurarnos de que no escape—Dijo Zack a la pelirrosa—

Separaron sus caminos. Anduvieron por la ciudad por un largo rato hasta llegar a una zona donde, según las miradas de los habitantes, parecían no ser bienvenidos de ninguna manera. Llegaron a una zona amplia llena de escombros y basura, encontrándose con una persona con actitud vigilante.

—Tiempo sin verte, Sam—Dijo la IA al verle—

—Lo mismo digo, ¿Quién es? —Miró a Zack, quien se mostró—

—Zack, es a todos los efectos mi hermano, pero no lo subestimes, el no necesita una pistola para acabar con alguien—

—¿Entonces que necesitas? —

—Un fusil—La morena se quedó mirándole con ineptitud—

—¿Un qué? —

—Fusil—

—No hay manera humana de conseguirte eso—Se dejó caer sobre una pared mientras pensaba—¿Recuerdas los mafiosos que una vez fuimos a visitar a un hotel? —La IA asintió—Quizás debas hacerles una visita—

—La mafia—Susurró—No debería meterme en sus asuntos, pero tienes razón, son los únicos que me pueden dar algo como eso—La morena asintió—

—¿Puedo preguntar? —

—Un pez gordo… muy, muy, muy gordo—Respondió la IA, Sam pareció preocuparse—

—No vas a causar una guerra… ¿O sí? —

—Lo peor que puede pasar es que algunas personas más mueran, pero son añadidos—Secundó Zack—Se nos hace tarde—

—Si, si—Respondió la IA, sacando una tarjeta casi en blanco de su mochila, solo tenía un número de teléfono—Siento haberte molestado—

—No importa, en todo caso tened cuidado, nunca se sabe que puede pasar—

Caminaron fuera del gueto por un rato hasta que la persona tras el número de teléfono contestó.

¿Bueno?

—Necesito cosas, nos vimos una vez, soy la que asesinó a Jack Acero—

Ah, tú, ven al hotel de la otra vez y diles que tienes una concesión, ellos entenderán—La llamada se cortó en ese momento—

Llegaron al destino, un recepcionista de buena actitud se acercó a ellos.

—Bienvenidos, ¿Puedo ayudaros? —

—Tengo una concesión —El hombre asintió, indicándoles ir con él. Les guió a una habitación de un tercer piso con vistas hermosas a la calle, pero era un despacho muy grande donde había una mesa en el centro de una habitación decorada con muchas cosas y una persona en el centro, el moreno que una vez vio la IA—Tiempo—

—¿Qué te trae a este lugar? —Preguntó el hombre, poniéndose de pie, era el único en la sala junto con ambos Neo—

—Necesitamos un fusil y creemos que la mafia es la única que nos puede dar aquello—Respondió la IA, el hombre se sorprendió, no se esperaba que fuese tan directo al grano—

—Si, es complicado, pero si, aunque necesito un pequeño pago por el fusil—Se puso de pie—Hay alguien que solo hace que dar problemas y… ya sabes—

—De momento requerimos el arma por adelantado, cuando acabe con ella te la devolveré y te pagaré con el encargo que quieras que haga—El hombre asintió, le parecía buen trato—

—No suelo aceptar este tipo de tratos, pero siendo tú, acepto, dame diez minutos, mientras, si el muchacho gusta hay unas chicas libres en el hotel—Zack ladeó la cabeza, no pareció entender—

—Tenemos algo de prisa—Dijo la IA. El hombre se retiró—

—¿Para qué quería que fuese donde una chica? —Cuestionó Zack—

—Esta gente es de la mafia más poderosa del país, controlan muchas cosas entre ellas chicas dedicadas a la prostitución, es decir, vender su cuerpo por dinero—

—¿Todo su cuerpo? —

—Es una manera subjetiva de decirlo, pero se refiere a tener sexo con otras personas por dinero, hay quienes lo hacen de manera voluntaria, pero este no es el caso—Zack pareció entender. El hombre llegó con un estuche de guitarra en sus manos, dejándolo en el suelo—

—Un fusil M16 con dos cargadores, es lo más que te puedo dar—Dijo el hombre—

—Me vale—Cerró el estuche, cargando en sus hombros el mismo—¿Cómo te llamas? —

—¿No miras las noticias? —Ambos negaron con la cabeza—Llamadme Michael, creo que tú eres Edge—Xana se sorprendió—Hubo gente de la OTAN, ¡La OTAN!, preguntando por alguien de exacta apariencia a la tuya hace unos meses, una chica con un rifle que creo que se dijo que la asesinaron, me dijeron que te buscaban y nos ofrecieron todo tipo de lujos por dar tu ubicación, pero no te conocíamos—

—No sabía que habían movido hilos tan profundos…—

—Que no te sorprenda, niña, el honor y el respeto es lo único que te mantiene con vida hoy en día, tienes mi respeto por sanguinaria, pero no mucha gente querrá colaborar contigo porque eres un peligro, así que tenlo en cuenta, soy muy buena persona con quien me interesa serlo y creo que tener una conexión contigo puede sernos beneficioso a la larga, así que dejémoslo en que quiero ser tu amigo—

—Bonito discurso, te lo compro, pero hablemos esto más adelante—El hombre asintió—

—Aún con esas, ¿Para qué quieres algo como un fusil? —

—Vamos a matar a una persona muy poderosa y necesitamos algo para llamar la atención—Respondió Zack finalmente, quien había mantenido silencio ante Michael—

—¿Un político? —

—Más poderosa que el mismo presidente—El hombre se quedó mirándolos por un par de segundos—

—No quiero saber, iros de aquí ya y haced lo vuestro, avísame cuando traigas el arma, de verdad necesito a ese hijo de puta muerto cuanto antes—La IA asintió—

Salieron del hotel, llegando al rato a la estación de trenes, el que los llevaría a Bremen no tardaba mucho en salir. Aún era poco más de medio día, tenían unas cinco horas de viaje por delante, más lo que les quedaría para llegar hasta el primer punto, era medio día en total, planeaban robar una moto para ello.


En el país del sol naciente ya era casi de noche, faltaba poco para ello.

Taelia y sus compañeros se encontraban en el pabellón deportivo, estaban sentados en las gradas mientras en el centro había un pequeño cuadrilátero marcado con cintas, estaban practicando artes marciales con un profesor, pero habían llegado a un punto muerto, pues quisieron hacer que se enfrentasen entre ellos solo para ver cuanto podían aguantar antes de perder el control.

—Esto va a acabar muy mal—Dijo Taelia a sus compañeros, estirando su cuerpo, preparándose—

—Hagas lo que hagas recuerda que los humanos son amigos, no comida—Bromeó Pavel, estirando con ella—Como les hagas daño de verdad te encerrarán un par de días ahí abajo—La doctora Sumire, con un par de portapapeles, se acercó a ellos—

—Tengo varias noticias, la primera es que Pavel se enfrentará con un chico que te enseñará mientras Taelia tendrá un enfrentamiento de aguante con un chico que es experto—Ambos asintieron—Seguid el protocolo, así que, Pavel, si se sale de control…—

—Si, sí—Dijo el eslavo—¿Cuál es la otra noticia? —

—Zack y Edge han salido de caza y nos van a dar problemas, van a ir por Albretch, estoy segura—

—¿Qué se les pasa por la cabeza para hacer algo como eso?, lleva tiempo sin dar problemas—Dijo Luciana a la doctora—Pensé que ya habían dejado ese tema de lado—

—No, si a ese demonio se le metió en la cabeza que debía morir, lo hará, y si tiene a Zack consigo es que lo tenían pensado de hace bastante—Atajó Taelia, terminando de estirar—Aelita necesita ser más tajante o nunca dejará de dar por culo esa cosa matando gente a diestra y siniestra—

—La única buena noticia de ello es que ya no dará más problemas Albretch, la mala es que tendremos una época de tensión con Gaia por culpa de esos dos… veremos—Su vista se centró en uno de los espacios de pelea—Si Aelita es la única que puede controlar a Edge… —

—No se va a meter en sus asuntos porque ignora que impacto puede tener—Atajó otra vez la adolescente—Si se le viene en gana podría pararla, pero no va a ser el caso, tenéis que ser más previsores, Aelita no moverá un dedo salvo que vea que esa cosa pueda causar un gran alboroto y ahora ya es tarde—

—Lo que no entiendo es… ¿Por qué le hace caso a ella? —Preguntó Pavel, terminando de estirar—

—Es algo que nadie sabe y parece que no nos van a contar de ninguna manera, pero me contaron que Edge apareció un día de la nada en la academia Kadic y la primera persona en hablar con ella fue Aelita, así que solo podemos especular… demasiado—Terminó de estirar—Yo sospecho que tienen un acuerdo secreto entre ellas, pero como os habréis dado cuenta, todavía aprecio mi vida y no pienso ni intentar averiguar qué tan cierto es aquello—

—Sea como sea, esperemos que no traigan demasiados problemas—Finalizó Sumire—Id a vuestra posición y mantened en mente que tenéis que aguantar lo más posible—

Se acercaron al cuadrilátero, tenían la zona de los nudillos vendada y la zona central del pie igual, todo para evitar rozaduras o heridas mayores. Taelia se puso en un lado del cuadrilátero, el profesor estaba en medio, al otro lado estaba un chico pelinegro, delgado y de mirada tranquila, parecía bastante ágil y no provocaba con su mirada, así que era un extra.

Hubo un momento donde el profesor se retiró, dando un silbatazo para que ambos pudiesen enfrentarse. Ambos se acercaron al centro. Taelia notó como los ojos del chico, casi de su altura, brillaron cuando de un ágil movimiento lo perdió de vista, sintiendo un fuerte empujón en su costado derecho, reaccionando a tiempo para no perder el equilibrio, debía intentar atajarlo de cualquier manera. Dio una patada alta en dirección al chico, pero el mismo pudo preverla con gran agilidad y bloquearla, devolviéndole el golpe con un derechazo en el rostro, pero cometió el error de acercarse demasiado por lo que, aún con el golpe, Taelia logró alcanzarlo, pero su puñetazo solo le alcanzó el hombro izquierdo, no obstante, fue suficiente para separarlos. Se escuchó un silbatazo.

—Nada de golpes en el rostro—Dijo el profesor, ambos asintieron. Otro silbatazo—

Ambos simplemente daban giros lentos al cuadrilátero, esperando un errático movimiento de alguno de ellos. El muchacho se acercó de frente a Taelia, logrando moverse con gran rapidez para ponerle zancadilla y golpearle en la parte trasera del cuello, suficiente para hacerle caer al suelo… La adolescente no podía contener su rabia mucho más, pero lo intentaba, se puso de pie muy rápidamente intentando asestar un rodillazo que fue detenido con un zapatazo que la detuvo en el aire, ahora estaba ya desesperándose.

El muchacho seguía moviéndose de manera esquiva, no dejándose tocar por Taelia que tenía un tiempo de reacción bastante pobre al requerido para alcanzarle. Hubo un momento donde el chico intentó ponerle zancadilla que Taelia logró bajar su torso para poner su brazo izquierdo a la altura del cuello del muchacho, agarrándole con fuerza y tirándolo hacia el suelo. Se escuchó un sonoro quejido, seguido de un fuerte puntapié; Pavel había logrado reaccionar para golpear a Taelia y alejarla a la fuerza del muchacho.

—¡Oye! —Se levantó de golpe, encarando a Pavel, quien no iba a dejarse intimidar y se acercó aún más, retador—

—Estás practicando, contrólate, bestia—Taelia jadeaba. Se alejó unos metros hasta el borde del cuadrilátero, esperando a que el muchacho pudiese recuperarse. Pavel volvió a su lugar—Si esto continúa, ese muchacho no dormirá con nosotros esta noche—Dijo a la doctora, quien parecía estudiar, con un equipo de personas, la situación—

—Está bien, que sigan—Anunció la misma. Pavel se echó a reír de manera histérica—

—¡Segunda ronda! —Silbatazo—

Ambos se acercaron, ahora el chico ya sabía que Taelia era lo más cercano a un Berserker, entre más daño le hiciera, más daño recibiría de vuelta, así que tenía que desgastarla intentando no quedar a su alcance, pero era fácil decirlo cuando sus movimientos tenían que ser casi milimétricos. Se movió con rapidez por la derecha de Taelia, quien se giró hacia el lado contrario esperando un movimiento circular que nunca llegó, leyó mal la jugada y recibió un golpe en la espalda que la hizo arrodillarse, pero se levantó con rapidez, girándose con una patada alta que el muchacho paró con su pie, alejándose casi hasta el límite.

El chico seguía golpeando a Taelia, no tenía fuerza para hacerle mucho daño, pero si resistencia y una gran agilidad, lo suficiente para sacarle de quicio rápidamente, lo notaba. La mirada de Taelia ahora era bastante agresiva; sus ojos brillaban con fuerza, su expresión era de hartazgo y rabia sumado a sus brazos que, aunque no parecían capaces de hacer mucho, tenían la suficiente fuerza para romperte todos los huesos del pecho de un golpe con fuerza. Taelia apenas tenía ya aliento para seguir, así que solo le quedaba una última cosa; intentar a la desesperada alcanzarle. Se puso de pie, girándose con agresividad hacia el muchacho, intentando agarrarlo con puños y patadas poco precisos, pero fuertes, a todas esas él solo podía esquivar, cuando encontró un hueco luego de una patada donde pudo darle un puñetazo en el pecho, intentando darle la vuelta para empujarle, pero Taelia logró agarrarle del rostro, sin darse cuenta cuando había ido en dirección a la mano de la adolescente y el resultado fue el esperado; su cabeza se estrelló contra el suelo con muchísima fuerza, pero Taelia no paró ahí le dio un puñetazo en la espalda e iba a pisotearlo, pero alguien lo impidió, otro puntapié en el vientre le hizo retroceder unos metros, pero esta vez no se detuvo ante eso, se lanzó de golpe hacia Pavel, quien no se lo esperó, pero no se arrugó ante ese ataque y le dio un cabezazo, logrando confundirle por un par de segundos… volvió a intentar golpearle, pero Pavel interpuso su antebrazo derecho para detenerle y por alguna razón, sintió como esta vez le mordía tan fuerte que casi pudo jurar que iba arrancarle la piel, pero sintió un suave empujón y lo próximo que vio fue Taelia cayendo al suelo como una piedra, detrás, Luciana, había salido de la nada y de un golpe en alguna zona del cuello le había conseguido dormir.


Un… demasiado largo rato pasó, ambos Neo estaban ya saliendo de la estación de trenes de Bremen, tenían un estacionamiento al lado y su primera intención era robar una moto, pero debían, primero, comprobar el trayecto a seguir.

—¿Sabes por dónde ir? —Preguntó la IA a Zack—

—Recuerdo el trayecto que hice al escapar, puedo seguirlo, pero deberíamos desviarnos—

—Te avisaré cuándo parar—Entraron al estacionamiento, encontraron una moto, una Yamaha con aspecto deportivo, color negro, bonita. La IA solo tuvo que tocar con sus dedos el sistema de la llave parar girarla y encender la moto—Necesitamos parar a una distancia de unos diez kilómetros antes, quiero crear una barrera—Antes de poder partir, recibió una llamada—

Encontré las cámaras de seguridad, están tras dos proxys, así que la conexión es bastante inestable—Resumió la pelirrosa—Al parecer sigue dentro, pero no veo exactamente donde, os avisaré cualquier cosa—Colgó, parecía concentrada en su trabajo—

Desviándose de cualquier camino a seguir que pudiese estar vigilado, ambos salieron a la fuerza del estacionamiento y siguieron a toda velocidad por una carretera secundaria que luego derivó en carreteras urbanas que parecían meterse en la Alemania profunda, pasando por diversos pueblos en el camino, pero no deteniéndose en ninguno, solamente para que, al cabo de unas tres o cuatro horas, se detuviesen en un descampado donde se podía ver en la lejanía una base militar.

—Ahora sería un buen momento para saber que tienes en mente—Dijo finalmente Zack, dejando aparcada la moto al lado de un árbol—

—Nos quedaremos un rato aquí y nos acercaremos al amparo de una tormenta—Se dejó caer en el suelo, arrodillándose—

—Está nublándose rápidamente… creo que te entiendo—Se sentó a su lado, observando como un cúmulo de nubes cubría todo el horizonte, quitando luz solar que era reemplazada por una relampagueante; las nubes tornaban su fondo de una bruma morada y ya comenzaban a tocar tierra, iniciando una neblina de color magenta claro donde no se podía ver mucho y solo relampagueaba, el cielo sobre ellos era atemorizante y no parecía haber nada que pudiese romper esa barrera. Se fijó en la IA cuando sintió un cosquilleo, era ella tomando su mano—Vamos a tener que ser un poco más pacientes—


Igual pasó un rato muy largo, pero cuando Taelia abrió los ojos podía sentir en su boca un raro, pero característico sabor a sangre, no obstante, también sentía como algo pasaba tras su cuello y apretaba su boca.

Era una habitación que en ese momento estaba oscura, pequeña, con una cama donde ella estaba acostada, dos cámaras de seguridad a bastante altura tras un cristal y una reja metálica y un baño casi improvisado. Se sentó en la cama, notando magulladuras en sus manos y algo parecido a un bozal en su boca pues evitaba que pudiese morder algo, atado con correas que se ataban tras su cuello y cabeza, apenas si recordaba vagamente lo ocurrido, lo último que se le venía a la cabeza era la cara de Pavel, sorprendido por su movimiento.

—¿Dónde estoy? —Se preguntó en voz alta, poniéndose de pie, acercándose a la puerta, metálica y con apenas un agujero con dos barrotes de acero que dejaban poco que hacer. Lo único que sacó en claro es que había perdido el control y había atacado a Pavel por entrometerse. Se volvió a recostar en la cama, era dura, pero era mejor que nada. El frío y el sentimiento de aislamiento casi le quitaban el aliento puesto que le traían amargos recuerdos de una vida que creía ya pasada, pero que seguía bastante presente en su subconsciente. Cerró los ojos, intentando no pensar en ello, pero la sensación de apresamiento se le venía a la cabeza, sentía como si el bozal no le dejase respirar, se sentía atada y eso comenzaba a desesperarle. Respiraba con fuerza, con una mano cubriéndose el rostro y con la otra apretando el colchón.

No podía más, agarró con ambas manos el bozal, tirando de él hacia afuera, sentía la presión de las correas de cuero, intentaba con toda su fuerza de una manera desesperada quitarse aquello que casi no le dejaba respirar, no le gustaba, odiaba, repudiaba con todas sus fuerzas aquello… Lo rompió, pero escuchó un desagradable pitido viniendo de su reloj, momento donde la luz se encendió, viendo como el bozal caía al suelo con dos de las cuatro correas rotas, aún con esas, sentía la habitación cada vez más pequeña. Se puso de pie, acercándose a la pared, buscando en el metálico lavamanos algo de agua, pero apenas pudo abrir la llave, la puerta de la habitación se abrió, esperaba ver a la doctora Sumire, en cambio eran una mezcla de militares con personas de blancas batas que simplemente le daban una sensación de ya haber pasado por algo similar en el pasado. Se giró hacia ellos sin dar un solo paso, solo observándolos con odio.

—Tenemos algo que hacer contigo—Dijo uno de los militares con un francés muy básico, entrando a la habitación con el arma en mano y dedo en el gatillo—¡Andando! —Taelia tuvo que morderse la lengua. Respiró hondo un par de veces y dio un paso adelante, momento en el que el militar se puso a su alcance y, con un golpe del arma, le empujó hacia adelante. Tristemente para él, eso fue la gota que colmó el vaso dado a que instintivamente recibió un muy fuerte puñetazo que le mandó a estrellarse contra la pared que tenía a escasos metros, veía unos ojos rojos brillantes que le amenazaban con seguirle golpeando, pero un bullicio tras suyo le llamó más la atención, se giró, viendo otro grupo de personas venir—

—No pueden seguir un maldito protocolo—Dijo una voz perezosa, pero molesta—Taelia—Se asomó a la habitación, la adolescente se giró—Deja a esa pobre alma, andando—La aludida asintió, saliendo de la habitación, sentía algo de alivio—

—Ese maldito…—Susurró para sí misma—

—No tardaste mucho en romperlo—

—¿El bozal? —Sumire asintió—Me estaba sintiendo aprisionada y me costaba respirar—Miró al suelo—¿Por qué estoy aquí? —

—Protocolo, al ser de nivel uno en amenaza tienes que estar aquí un par de días hasta saber que estarás tranquila—

—Sabes que lo estoy siempre…—Seguía a la doctora con un comité tras suyo—

—Protocolo—Repitió. No podía juzgarle, si ella tenía que seguirlo… Entraron a un consultorio extraño, tenía una camilla con diversos aparatos y bastante personal con trajes biológicos—Van a estudiarte un tiempo, parece que, por la mordedura a Pavel, tus dientes se están fortaleciendo, así que queremos ver que está ocurriendo—

—¿Ocurrió algo mientras no estaba? —Preguntó al tiempo que se quitaba la ropa por indicación de un hombre de traje en frente suyo—

—Está ocurriendo ahora mismo—Taelia se detuvo, mirándole de reojo—Hemos perdido conexión satelital con los sistemas de comunicación europeo, toda Europa central está incomunicada y con fallas críticas en el sistema de suministro eléctrico—

—Dime que esos dos no han desaparecido sin dar rastro—Sumire suspiró, Taelia miró al techo—

—Hemos intentado hablar con Anthea, pero parece que definitivamente fueron por Albretch, pero no sé por qué el sistema está incomunicado—Taelia le miraba, había captado el mensaje—Te mantendré al tanto, mientras, quédate con ellos y colabora, no te quieren lastimar, eres un objeto de investigación valioso—

—Pues ese soldado no lo sabía—

—Hice un protocolo únicamente para tratar contigo y lo único que tenían que hacer era esperar a que salieras por tu cuenta si veían que estabas intranquila e hicieron justo lo contrario, no espero que te disculpes con él, pero recuerda que si se ven amenazados…—

—Lo entiendo—Sintió algunas manos rozarle la parte inferior de las piernas, estaban midiendo su cuerpo—Por otra parte, ¿Pavel está bien? —La doctora asintió—

—Obviamente tiene una herida en su antebrazo por la mordedura, pero nada que no pueda superar—

—Perdí el control completamente, me sacó de quicio ese niño y al final…—Suspiró—

—El niño está estable, resultó con una fractura en su pómulo derecho y algunas heridas más, pero se recupera bastante rápido, al principio pensamos que lo habías matado—

—Pues casi, el no poder alcanzarlo me estaba molestando—Estiró los brazos hacia los lados, los investigadores estaban tomando medidas—

—Al principio la cosa fue igualada, pero luego se notaba la diferencia física, aún con esas, parece que quieren que formes parte de un escuadrón de entrenamiento militar—

—Paso, principalmente porque no me quiero quedar aquí mucho tiempo, quiero volver a Francia—

—Tampoco iba a dejarte, de forma no oficial ya formas parte de uno—Taelia le volvió a mirar con curiosidad—Cuando fuisteis por Luciana, se os llamó la división fantasma por la facilidad que teníais de moveros sin ser detectados y creo que el reporte oficial lo pone de esa manera, así que en los registros de la OTAN eres parte de esa división junto con Pavel y los dos Neo—

—¿Entonces…? —

—Irás a cualquier cosa que te llamen los militares, pero no formarás parte de ninguna división, son ordenes de Anthea—Taelia asintió—Quizás puedas plantearte usar tu capacidad y tu potencial para ayudar a las fuerzas especiales—

—Déjame vivir como una adolescente normal por un tiempo y luego lo pensaré, sé que tengo que aprovechar mi capacidad, pero no voy a meterme en esas cosas desde tan joven y menos cuando no tengo ganas—

—Haces bien—La doctora sonrió perezosamente—Por último, los cuatro hacéis parte del sistema de respuesta inmediata en caso de fuga de alguno de los internos, nunca hemos tenido que desplegarlo porque los intentos los detectamos al momento, pero solo para que lo tengas en cuenta—

—¿Alguna cosa que tener en cuenta? —

—No es obligación que los fugados vuelvan con vida—Taelia asintió. La doctora se retiró—

Por el primer momento no parecía que fuese a ser otra prueba más de las tantas que ya le habían hecho en el pasado, pero hubo un momento donde le hicieron sentarse en una camilla, viendo como delante suyo se acercaban personas con una cajita plástica y cuatro jeringas con un líquido amarillento en su interior, hablaban entre ellos, eso estaba claro, lo único que tenía seguro es que ese líquido lo iban inyectar a ella y así fue, cada jeringa fue para una extremidad distinta. Luego de un rato de estiramientos, le hicieron trotar en una cinta mientras la observaban de cerca. Era incómodo por la cantidad de cables que tenía en su cuerpo.

—¿Te sientes diferente? —Preguntó una persona a Taelia, esta negó con la cabeza de primeras, no se sentía especialmente diferente.

Trote tras trote, sentía sus piernas entumecerse rápidamente, trotando torpemente hasta que tuvo que dar un suave salto hacia atrás, cayendo de espaldas al suelo, no podía más. Rápidamente la agarraron entre varias personas y le hicieron sentarse.


El rugido del motor no era nada comparado con el sonido de los relámpagos que caían a la distancia. Se acercaban a gran velocidad por la carretera que se ensanchaba lentamente.

—Rompe la barrera, no te detengas, usaremos la moto de ariete—Le dijo la IA al muchacho cuando ya veían la misma en la lejanía—Limpiaremos la superficie de gente y luego iremos bajo tierra, el objetivo es Albretch, nadie más—

—Entendido—Aceleró la moto, asegurándose de mantener el control en todo momento. Al acercarse lo suficiente, dio un giro rápido a la derecha, escogiendo una de las entradas a la base, viendo y también escuchando el sonido de una sirena de emergencia que provenían de dos torres de concreto de varios metros de alto, una a cada lado de la entrada, que era separada en dos por una garita y dos puertas metálicas férreas, lo cual no fue suficiente para la carga energética que impactó contra la misma, provocando que la puerta entera volase a gran velocidad y en línea recta hasta estrellarse contra el suelo—¡Ahora! —Se bajaron de la moto, dejándola como pudieron en el suelo. La IA sacó el fusil del estuche a gran velocidad, apuntando a los guardias de las torres que comenzaron a dispararle, pero no pudieron hacer nada y un par cayeron varios metros hasta el suelo luego de recibir un impacto. La sirena no dejaba de sonar—

—Vamos al interior antes que cierren todo a cal y canto—Zack asintió, poniéndose en cabeza, guiándole por la superficie, pasando entre pequeños edificios hasta ver una gran entrada subterránea en un montículo de tierra que se hundía por una rampa amplia, siendo cubierta por una puerta de acero eléctrica, parecía desactivada. Escucharon disparos que impactaron cerca de ellos—Dame un momento—Se giró hacia el origen del disparo, extendiendo sus brazos hacia los lados, viendo como en el cielo las nubes se arremolinaban a gran velocidad sobre ella, alzó el brazo derecho con fuerza, viéndose un gran destello que liberó un haz de energía corto que impactó contra el edificio, implosionando el mismo hasta sus cimientos, provocando a su vez una potente onda expansiva, volando restos de todo tipo a kilómetros a la redonda—

—Genial…—Le dijo—¿Qué haremos con la puerta? —La IA sacó el móvil—

—Vamos a preguntarle a Aelita—Llamó a la indicada, quien respondió, pero se escuchaba una fuerte interferencia—

Él… sigue dentro… mucho tiempo… está abierta—El mensaje no llegaba correctamente—

—Hay mucha interferencia, necesitamos que abras la puerta principal—Le dijo—

Está… abierta… detrás… armas—Colgó. No necesitaba más información—

—Supongo que tendremos que atender a un comité de bienvenida—Bajaron la rampa, acercándose a la puerta metálica, que tras analizarla superficialmente se dieron cuenta que se abría por la mitad, separándose en dos. Un solo toque bastó para abrir la puerta con gran velocidad, viendo el comité formado por muchísimos soldados que les apuntaban con sus armas. La IA sentía la presencia de un PEM en el interior, parecía de baja intensidad lo cual podría significar que estaría listo para ser ejecutado en cualquier momento—¡Gracias! —Extendió sus brazos, creando una esfera de energía en frente suyo, manipulándola con sus dedos hasta el punto de retorcerla y enviarla directamente contra los soldados, que, en el intento de esquivarla, fueron impactados por la misma, provocando una gran descarga sin precedentes. Lo que había tras la puerta era un aparcamiento grande, con camiones y vehículos militares en el interior, pero aún más al fondo, al frente, había un gran portón metálico donde se podía sentir algo emanar de ahí—Siento… rastro de la presencia de Ailane—

—¿Crees que siga con vida? —

—Eso parece—Dio un vistazo rápido al panorama—Ve delante, no conozco estas instalaciones—

El muchacho fue adelante, acercándose al portón, abriéndolo usando fuerza bruta.

—Muy al fondo parece estar ahora mismo—Dijo—Estoy buscando unos guantes, creo que los viste en casa de Anthea, hay otro de esos aquí, así que piensa en ello como una misión secundaria—El muchacho asintió—Primero deberíamos buscar a Ailane—Sonó su móvil, contestó—

No encontré a Albretch, pero si a Ailane, están en lo más profundo de la zona 1F, no sé qué significa—parecía que la señal dentro era más estable—

—1F es la zona de intercambio entre hábitats, ¿hace cuanto fue eso? —Preguntó el joven Neo—

Pocos minutos, estaré atenta a las cámaras de fuera por si se os escapa alguien, así que tened cuidado, parece que está con Araziel

—Gracias Aelita, mantente en contacto—Colgó la llamada—Sigamos—Caminaron por un amplio pasillo que daba a un recibidor que estaba vacío—

—La alarma los habrá evacuado—Dijo el muchacho—Unos pisos abajo hay una zona que se separa en tres, es un intercambiador, hay tres puertas que dan a diferentes hábitats con diferentes condiciones climáticas y configuraciones adaptadas para cada uno de nosotros, conozco la mía, pero no sé cómo estará la de Ailane o… si estarán en la de ella—

—Lo principal es buscarla a ella, si Albretch escapa me da igual, muy lejos no puede irse, para eso creé el límite de la tormenta—Cerró los ojos un par de segundos—Así que centrémonos en buscarla a ella—Se cruzaron los pasillos con rapidez, bajando por las escaleras a gran velocidad, encontrándose con un amplio pasillo que se separaba en varios más, con una fachada blanquecina—¿Qué es esto? —

—Es una zona de inteligencia, está en la misma planta que una zona de ejercicios—Caminaron con cautela por el pasillo principal—Aquí hay bastantes oficinas, hay una antena en distintas ubicaciones alrededor del centro para monitorizar a la gente que venga cerca y cualquier cosa que pueda afectar a la seguridad, pero no se los detalles—

—No siento presencia de gente en este piso, ¿Dónde están todos? —Era raro, se esperaba un sitio lleno de gente hasta arriba, por el contrario, estaba todo vacío—Otra llamada—

Están evacuando por una salida de emergencia al noroeste de vuestra ubicación, estoy viendo varias cámaras, pero no veo nada salvo gente salir corriendo

—Que conveniente coincidencia—Suspiró la IA—Muy lejos no podrá ir Albretch y dudo que quiera mezclarse entre la gente… Aelita, vigila los coches que salgan, intenta ver si alguno tiene algo llamativo y avísame, la barrera debería detenerlos—Colgó—Ahora que sabemos que no hay nadie… vamos hasta el sitio que dijiste que era un intercambiador—

—Quizás nos convenga pasar por el almacén de armas, igual ahí encontramos los guantes que buscas—La IA asintió—Vamos—

Tomando la delantera y sin perder tiempo, bajaron a gran velocidad por los diferentes pasillos y escaleras hasta cruzar, luego de dos pisos, con un gran almacén de armas, provisto de campos de tiro de todo tipo y tamaños, separado en varias secciones donde se podían encontrar armas de todo tipo para probar con materiales de todo tipo, desde armas cortas y blindaje ligero hasta armas de largo alcance y blindaje tanto corporal como vehicular, había otra sala más escondida antes de entrar por una escalera que parecía un atajo al piso inferior a ese donde se veía una sala dividida en tres, parecían oficinas centrales con muchos artefactos y cada sala tenía un escritorio, un ordenador entero y varias estanterías y cajones donde se podían ver diversas cosas, desde armas a carpetas sueltas. Se acercaron a las mismas ya que parecían contener los artefactos más pequeños y dieron justo en el clavo, no obstante, estaba todo desordenado, parecía que habían evacuado lo más rápido posible para evitar la tragedia.

—Ojalá tener tiempo para husmear en todo esto—Soltó la IA para sí misma, buscando en una de las oficinas algo que pudiese llamarle la atención—

—Aquí solo hay papeles con mucho texto—Asintió el joven, merodeando por otra de las oficinas—Bingo—Alzó con sus brazos los guantes que buscaba—

—Entonces las memorias tienen que estar por aquí—Comenzó a rebuscar por los cajones con insistencia—

—¿Memorias? —

—Los guantes permiten extraer recuerdos de la cabeza de las personas y almacenarlos en una memoria para visualizarlos luego, necesito todo lo relativo a esas memorias—Zack echó un vistazo al aparato, revisando el agujero y dándose cuenta de cómo era lo que realmente buscaba, así que se puso manos a la obra, rebuscando en cajas, estanterías y cajones varios. La IA intentaba buscarlos haciendo pequeños pulsos eléctricos con sus manos que harían reaccionar el contacto metálico de las memorias, pero había tantas cosas en la habitación que eran de metal que intentarlo era simplemente absurdo—

—Aquí hay algo—Dijo el muchacho, levantando su mano con un pequeño contenedor plástico transparente, contenía diferentes slots para almacenar muchas memorias, pero en ese caso, solo contenía dos, que parecían estar marcados en una letra y un número—

"E1" y "E2" —Leyó, la etiqueta estaba borrosa, pero era bastante evidente que pertenecía a Edge y eran del mismo tipo que las compatibles por los guantes, así que tenían que ser—Vamos a quedarnos con esto y… rezar para que sea lo que estoy buscando, no parece haber nada por aquí—Guardó el contenedor en su mochila, en un lugar seguro—Sigamos—Zack asintió, tomando el atajo a las escaleras de la parte baja, llegando a una zona de pasillos larga que no tenía ninguna puerta salvo al final, donde se encontraba una zona circular con tres puertas metálicas grandes, marcadas con el nombre de cada uno, "Zack, Edge y Ailane", Xana recibió una llamada—

Os veo, por cierto, acaba de salir un pequeño convoy por el noreste, igual es lo que buscas—Dijo la pelirrosa—Ailane sigue ahí, pero no tengo acceso a las cámaras del interior, parece que su enlace es diferente y no está en la misma red así que no puedo hacer nada por el momento

—Gracias, nos encargamos nosotros, de aquí en adelante ya es cosa nuestra—

Entendido, buena suerte a los dos—Colgó la llamada rápidamente—

—¿Qué crees que nos encontremos? —Dijo el muchacho, sacando sus dagas, posicionándolas en sus manos con firmeza—

—A esos dos, no creo que pueda haber más—Se acercó a la puerta de la izquierda, que tenía el nombre de Ailane escrito en negro, pues tanto la pared como ambas puertas eran blancas con rayas azules con un suelo metálico—Lo averiguaremos ahora mismo—Tocó con firmeza la puerta, provocando que esta se abriera al aplicar un toque eléctrico a la misma—

—Creo saber cómo llegar a su habitación—

—…Siento una fuerte presencia y no es de Ailane, déjame ir delante—Se adelantó al cruzar la puerta. Se encontró con el llamado hábitat uno, era una zona amplia que se dividía en tres partes, pues a la entrada había un plano detallado; una zona central separaba el ala médica del ala atlética y del ala habitacional, cada uno se separaba en distintos sectores y con distintas funcionalidades—

—Es bastante simple, el mío tiene un ala de entretenimiento y un ala de estudio aparte de esas tres—Añadió el muchacho—Ailane debe encontrarse en la zona de habitaciones, está protegida por una puerta metálica que tras ella tiene otra más simple—Siguieron delante, con bastante cuidado. La IA iba delante. Se acercó a la puerta metálica de color negro y cinta amarilla, aplicando electricidad y algo de fuerza bruta para abrirla, encontrándose con otra metálica más rudimentaria que estaba abierta, la cruzaron, era un apartamento algo acogedor, una sala de estar con una televisión, un baño separado y dos habitaciones, una donde parecía ser de estudio y otra que estaba cerrada, por lo que se imaginaban que era la habitación de Ailane, cuando dieron un paso al frente, la puerta se abrió mostrando una persona de pantalón largo, vaquero, un torso desnudo y altura igual a la de Edge, pelo grisáceo y ojos amarillo oscuro, una expresión neutra, pero que reflejaba nada de miedo, al salir de la habitación, cerró la misma tras si—

—Araziel—Dijo la IA, dando un paso al frente con firmeza, el aludido se giró hacia ellos—

—Ah… habían dicho que era posible que fueran dos de mis… ¿hermanos? —Su voz era suave y grave, casi en un susurro, pero no emocional—Tengo… que proteger a Ailane—

—Nosotros hemos venido con un propósito más bien parecido—Asintió el joven neo, tras la IA—Déjanos entrar a verla—

—Él me dijo que no podía hacer eso o luego me castigaría—Alzó sus manos, enseñando la limpia palma de sus manos, la IA se puso en guardia, haciendo sus manos un puño, su energía era impía—

—¿Albretch? —Araziel asintió—Venimos a matarlo—La expresión de Araziel pareció abrillantar su mirada—

—¿Por qué? —Preguntó—Él no hizo nada malo… conmigo—

—Contigo—Dijo una cuarta voz, abriendo la puerta de la habitación repentinamente, Araziel dio un paso adelante para darle espacio, se dejó ver a Ailane, estaba notablemente agotada y se podía ver su vientre ligeramente crecido, era notable, habían pasado casi tres meses desde que tuvieron una noticia de ella—Tiempo sin veros—Sonrió de manera perezosa, apoyándose en la pared—

—Se supone que no tenías que salir… ellos son la amenaza—Ailane negó—

—Sigues con vida… esperable—Dijo la IA. Zack se escabulló tras ella y salió corriendo para intentar abrazar a la Neo, pero un brazo se lo impidió—

—¿Por qué no habéis evacuado? —Era la IA—

—Por alguna razón nos dijeron que venía una tormenta y luego dijeron que se trataba de vosotros dos así que intentaron que vinierais hasta aquí para que les diese tiempo a escapar y poder parar la amenaza—Asintió Ailane—Por otro lado, ¿Qué plan lleváis? —

—Matarlo, pero creo que será fuera, no irá muy lejos con la tormenta—Ailane sonrió, pero se tuvo que apoyar contra la pared, sosteniendo al tiempo su boca—¿Te encuentras bien? —

—No debería estar mal, pero… tengo nauseas—

—Está débil, por eso estoy con ella—Secundó Araziel—

—Así que es la última fase del desarrollo—Siguió la IA—Intentamos ponernos en contacto contigo, pero fue imposible—

—Desde que empezó la última fase no puedo saber nada del exterior, nos encerraron una semana en mi zona para que hiciéramos nosotros las cosas y desde eso estoy aquí atrapada—

—Entonces no tenemos nada que hacer aquí—Dio un paso atrás—

—¡Espera! —Dijo—¿Qué pasará luego? —

—Una de las prioridades es que estuvieras a salvo, así que salvo que Araziel quiera colaborar…—

—Sigo sin entender… ¿Por qué matar al maestro? —Dijo el aludido—Él… nos dio la vida—

—Intentó quitársela a Edge y casi mató a Zack, ha estado jugando a ser Dios y ya me utilizó bastante, por eso estoy a favor, pero… tengo miedo del después—

—Tendremos que verlo—Dijo la IA—Tú eliges, Araziel, con nosotros o con él—

—Edge es la más fuerte de los cuatro y la única con… la habilidad de hacer que todos aquí hagan lo que ella quiera—Siguió Ailane—Ven conmigo—Tomó la mano de Araziel—

—¿Decís que esto es lo mejor para los cuatro? —Los otros tres asintieron—Entonces… supongo que iré… con mis hermanos—

—Entonces vamos, no tenemos mucho tiempo—Se dieron vuelta y comenzaron a subir plantas rápidamente—

—¿Cuál es el plan? —

—Hay que localizar a Albretch, se fue por la carretera noreste, así que deberíamos intentar llegar a él—Respondió la IA—Podéis acompañarnos o ver desde la distancia, lo que os venga en gana a los dos—

—Será mejor ir con vosotros… por seguridad—Siguieron su camino—

—Ahora que lo pienso, ¿No era mejor sellar el centro en un perímetro más pequeño? —Preguntó Zack a la IA, llegando casi a la superficie—

—Estoy intentando atraer a dos personas a mi aquelarre, solo espero que al menos una de ella caiga en la trampa, si hay suerte lo veremos más adelante—Llegaron a la superficie, viendo el oscurecido ambiente ahora con muchas personas en zonas seguras, que se giraron hacia los Neo al verlos salir—Necesitamos un vehículo—Ignorando las escudas miradas, se acercaron a un vehículo aparcado a la salida de la entrada subterránea—

Poco tardaron en ponerse en camino, con Zack al volante, cogieron rumbo a la carretera noreste a gran velocidad, acercándose a la muralla magenta de energía que se veía como un gran velo que ocupaba toda su extensión, con una gran actividad energética, viéndose relámpagos desde distintos sitios. A medida que se acercaban, el coche parecía tener problemas, hasta el punto de detenerse de golpe.

—Sin batería, parece que entramos en el límite—Dijo Zack, intentando traer de vuelta al coche, pero fue imposible—

—Seguiremos a pie—Señaló al frente, veía un coche estrellado contra un árbol seguido de unos cuantos más que componían un convoy, algunos estaban calcinados y con grandes señas de haber sido víctimas de una descarga eléctrica. Bajaron del vehículo—

—¿Esto es una buena idea? —Preguntó Araziel, viendo fascinado el paisaje aterrador que le deponía estar dentro del velo—

—Mientras estéis cerca de mi no pasará nada—Respondió. Se quedaron junto a la IA, quien esta vez iba en cabeza, entrando a una planicie con varios árboles donde vieron una serie de cuerpos tirados en el suelo con la piel ennegrecida por la electricidad, uno aún con vida, tratando de ponerse de pie. La IA se acercó con tranquilidad a esa persona, viendo que era la víctima que necesitaban—Hilarante, ¿No crees? —La persona, con la cara ensangrentada, vistiendo con traje grisáceo y rasgado, con las piernas llenas de cortes y una herida profunda en su vientre, se giró—Albretch Grunewald—

—Mierda… tenias que ser tú… no tenía otra explicación—Intentó ponerse de pie, pero recibió una fuerte patada en la cara por parte de la IA que lo puso bocarriba en el piso, apoyado contra el tronco de un árbol—Y vosotros…—Miró al resto de Neo—

—Un creador siendo asesinado por sus creaciones… me gusta como suena eso—Dijo Zack, subido al tronco de un árbol circundante, viendo a su alrededor—

—Pero vosotros dos… os traté bien… ¡Iba a haceros lo mejor de lo mejor! —Se giró de golpe, mirando a Ailane y Araziel, quienes parecían no querer meterse en ese asunto—

—Podías convencer a Araziel, pero no a Ailane—Atajó Zack, jugando con sus pies, sentado en una gruesa ramificación de un árbol—No voy a olvidar lo que nos hiciste pasar—

—Era por vuestro bien… esto no tenía que estar pasando de esta manera—Escuchó un trozo de metal tintineando a un metro de él, al alzar la vista pudo verlo con detalle—Y tú… maldita zorra… debí matar a Anthea en lugar de a ti—

—Entonces tu muerte hubiera sido más temprana que ahora mismo—Empuñaba el revolver de Jack Acero—Por el bien de nosotros… y de lo que queda de mundo, tú no deberías estar aquí—

—Si me matas… tendrás a toda Gaia tras de ti, esa anciana no te lo va a perdonar—

—Hablando de la reina de roma—Dijo Zack, señalando hacia el sur con sus manos—Alguien acaba de cruzar una parte del velo—

—Si nada raro ocurre, no tendría por qué preocuparme de ello, en su lugar, mi aquelarre servirá para mantener a esa gente a la distancia… solo debo ser cuidadosa—

—Entonces matarlo no era tu plan principal—Atajó rápidamente Ailane—¿Verdad? —

—Vaya que eres observadora—Respondió la IA, con un hilo de risa en su voz—Esto es solo una excusa para lo siguiente, Zack es el que quería verlo muerto, yo solo me encargué de cumplir mi parte del trato y aquí estamos—

—Entonces acabemos con esto—Zack se dejó caer del árbol, acercándose a Albretch, desenvainando sus dagas—

—Os vais a acordar de mi… ¡Monstruos! —Gritó, ya moribundo, Albretch— Araziel… sabía que no podía dejarte fuera al alcance de ese monstruo de Edge…—

—Ellos tienen razón, hiciste cosas malas, aunque no las vea, confío en ellos—Respondió este, seguro—

Bonne nuit—Susurró el joven Neo, alzando sus dagas al aire, dejándolas caer con fuerza sobre el cuello de Albretch en forma de X, cruzándolas de tal manera que con un fuerte movimiento logró desprender el cuello del resto del cuerpo—Asqueroso… pero satisfactorio, ¿Qué haremos con el cuerpo? —

—No sería justo darle cristiana sepultura, así que vamos a arrastrar su cuerpo a la carretera—Así hicieron, pero al llegar a la carretera, dejando caer el cuerpo junto con la cabeza, vieron que ya había un coche que les esperaba a una distancia prudencial—Gaia—

—¿Cuál es el plan, majestad? —Preguntó Zack, en un tono burlón—¿Luchar a muerte contra una anciana todo poderosa? —

—El conejo acaba de caer en la trampa… ambos—Vio a su derecha, del coche bajaron dos personas, la anciana y su aprendiz, quienes se acercaron con lentitud—

—¿Qué significa esto? —Preguntó la anciana, viendo el cuerpo del doctor en el suelo—

—Perdone usted, Lisa, pero ya me cansé de ser una simple espectadora, quizá sea momento de que veáis que tan equivocada estabas sobre mi… bienvenida a mi aquelarre—Alzó el brazo derecho con fuerza, apuntando al cielo, moviendo la tormenta hasta que el ojo estaba sobre ellos, concentrando la misma hasta apenas tener el diámetro de un kilómetro—Sabía que estar aquí y causar un alboroto os llamaría… a los dos—Tras de ella se escuchó una explosión, la IA se giró, viendo como del bosque norte salían otras dos personas. Una anciana, alta, con una fuerte complexión, cabello canoso y no muy largo, peinado hacia la derecha, con una mirada cansada y decidida que adornaba dos ojos amarillos. Vestía con un mono gris extraño que se podía ver debajo una camiseta marrón y unas botas negras, a su lado iba una persona joven, castaño oscuro con pelo puntiagudo, ojos verdes claros y abiertos, piel blanca como la de su acompañante, vestía con un mono gris y una camiseta blanca debajo, con botas negras—Tú deber ser Mihaly, creo que hemos escuchado cosas el uno del otros, pero nunca hemos hablado en persona—Respondió la IA—

—¿Qué significa este santo alboroto? —Preguntó el mismo, furioso, con un marcado acento ruso—Lisa…—

—Un enemigo común, une a los más antiguos adversarios—Dijo la IA, juntando sus manos—

—Matarlo es una cosa, ¿Pero que se debe que hayas creado esta inestabilidad? —Preguntó Maersk de primeras, delante de Lisa—Tienes que acabar con esto—

—Grimm, mantén la distancia, ella es lo peor que nos podríamos haber encontrado—Terció Mihaly a su acompañante, quien asintió—¿Y bien? —El cuerpo de la IA se vio envuelto en un aura rojiza que brillaba con fuerza—

—¿Por qué no me demuestras de qué estás hecho? —La IA creó algo encima de ella, que cayó lentamente hasta tocar sus dedos y verse impulsado con fuerza hacia la izquierda, dirección Mihaly, quien solo tuvo que extender su brazo para absorber el ataque, solo para darse cuenta de su error—

—Mierda… —Dio un paso hacia atrás, mirando con hostilidad a la IA, quien hizo lo mismo con Lisa, parando el ataque, desviándolo con su propio poder, dándose cuenta también—Registró nuestra energía—

—Es momento—La IA agarró la mano de Zack, quien le miraba, curioso—La tormenta se cernió sobre ellos, envolviéndolos a todos en una niebla espesa de color magenta, parecía girar en contra de las agujas del reloj, centrando su energía en un solo sitio. El sonido de la electricidad a gran velocidad era ensordecedor, pero no lo suficiente para no escuchar el lamento siamés de dos personas a la distancia—

—¡Detente! —Escuchó a alguien gritar, acercándose a gran velocidad a la IA, pero fue su error, puesto que al acercarse y tocar con sus dedos la piel de la IA, fue expulsada de alguna manera por los aires, metros sobre él, como un muñeco de trapo. Otra persona logró agarrarle antes de caer—

—Está hecho—La energía de la niebla se concentró en la palma de la mano de la IA, que, con un gran brillo, se pudo ver un destello que encegueció a todos los presentes; una esfera muy brillante energía pura se sostenía en sus manos, encerrada por un cubo de energía translúcido que parecía ser su recipiente, la esfera estaba partida en cuatro trozos que iban dando vueltas de manera irregular sobre sí mismo—

—¡No! —Se escuchó un grito anciano a su derecha—

—Yo gané—La energía comenzó a girar a gran velocidad, entrando poco a poco en el cuerpo de la IA y Zack, nadie parecía dispuesto a atacarlos—¡Gracias por venir a mi aquelarre!, haber venido fue perfecto para robar toda vuestra energía de una manera muy gratuita—La esfera, junto con el cubo, desapareció con el viento, ahora dentro de ambos Neo, sobre todo dentro de Edge, quien solo tuvo que extender su brazo derecho para dejar caer un gran relámpago sobre Lisa, quien intentó bloquearlo con un muro, pero este fue destruido con gran facilidad, siendo impactada con el relámpago—

—¡Suficiente! —Gritó Mihaly, acercándose a la IA, quien se giró hacia él—Esto fue un gran error por tu parte—

—Primero deberíamos hablar tu y yo, pero… ¿Quizás es tarde? —Mihaly simplemente se acercó, pero no le atacó, solamente le esquivó para recoger a Grimm, quien estaba inconsciente al lado de Maersk—

—Hablaremos, pero en un futuro—Se alejó con tranquilidad, la IA no iba a atacarlo todavía—

—¿Qué es ese cubo? —Preguntó Zack en un susurro a la IA—

—La mitad de la energía de ellos cuatro, la cual ahora es nuestra, aunque debemos readaptarla, mientras el cubo esté en nuestra posesión, ninguna de esas organizaciones podrá tocarnos, cuando sea totalmente parte de nosotros… nadie será rival—Respondió la IA—Ganamos esta vez—Se giró hacia Lisa, quien estaba tendida bocarriba en el asfalto—Deberíamos retirarnos hacia el centro de desarrollo—Dijo a sus hermanos—No tardarán en despertar—


—CONTINUARÁ—

Próximo capítulo: La reina de negro y escarlata


¡Muchas gracias por leer!

¿Qué excusa saco ahora?, ninguna, el trabajo me quita ganas de escribir, demasiadas. Llevo con el capítulo casi terminado desde noviembre, lo cual es una tortura.

¡Feliz año!, ya sé que estamos a mitad de enero, pero mejor tarde que nunca.

Bueno… creo que no me dejo nada.

Reviews:

Draoptimusstar3: Todos los cambios pueden ser buenos o malos, solo depende de la aplicación que tenga. ¡Muchas gracias por comentar!, espero que el capítulo sea de tu total agrado.

Titokenny01: ¡Muchas gracias!, la verdad que me alegra leer que hice bien esa parte. Eh… sobre la idea, voy a utilizar el virus, ¿Cómo?, veremos, solo hay que tenerme paciencia… demasiada. Si, depende, en una situación desesperada, tienes que tirar del arma desesperada que te hace daño a ti mismo, así que es factible. ¡Muchas gracias por comentar!, espero que el capítulo sea de tu total agrado.

Y… nada, espero que la paséis bien y cuidaos en estos tiempos peludos.

Nos vemos, espero, pronto.

¡Adiós!

Never give up, Never Surrender