La reina de negro y escarlata (Parte II)
La IA se encontraba con los otros Neo en una sala de reuniones, estaban en una conferencia junto con Ayn Rand y Anthea, en compañía de los encargados de cada uno y los restantes de la junta directiva, ¿El tema a tratar?, Zack.
—Ahora que Albretch Grunewald está muerto se cumple la parte del trato que corresponde a Zack—Dijo el encargado del mismo, con unos papales en sus manos—
—Es cierto que había un acuerdo con la junta directiva en cuanto a él, cuando Albretch no estuviese aquí él podría volver y no voy a ser un obstáculo, pero creo que la palabra final debería ser de Edge—Las miradas se centraban en la IA, quien se encontraba mirando el centro de la sala mientras escuchaba—
—Va a ser muy complicado hacer todo yo sola—Dijo en voz alta—Pero si así era el trato, supongo que hay que cumplirlo—El muchacho se exaltó—
—Pero tengo que cumplir mi parte contigo…—Le dijo, parecía preocupado—¡Dijiste que tendríamos que arreglar el problema que causamos! —
—Zack, mira atentamente el panorama, te afectan muchas cosas fácilmente y a veces estás mal, es claro que aún estás incompleto—Xana no parecía realmente de acuerdo en dejarlo ahí, pero si podía dejarlo fuera de la boca del lobo y más en un lugar completamente seguro como era el centro de desarrollo…—Del problema de Gaia me encargaré yo—
—El cubo…—Le dijo en voz baja, Xana suspiró con fuerza—
—De eso hablaremos en privado, es posible que necesite todo su poder para neutralizarlo y poder absorberlo —
—Te va a devorar por dentro, ¡Ya lo está haciendo! —
—Y yo no puedo arriesgarme a que te pase algo contra ellos—
—Muchachos—Llamó la atención uno de los presentes—Zack, es mejor que sigas con tu desarrollo aquí y en un futuro volver con Edge—
—Tú mismo lo decías, muchas veces, además, de que querías volver—Dijo la IA. Había atrapado al muchacho—
—Pero tú…—Intentó decir el joven, pero la IA negó con la cabeza—
—No me pasará nada, quizás sufra bastante mientras no neutralice y adapte el poder del cubo, pero es mi proyecto y debo hacerme responsable—El muchacho parecía nervioso y preocupado—Quizás debamos mostrarlo—Zack se puso de pie mientras asentía, acercándose a la IA, quien se puso de pie. En frente de ellos había una cámara y un proyector, donde estaban Ayn y Anthea. Tomó su mano—Encontré una manera de mantener a raya a esa anciana por largo tiempo, solo necesito adaptarlo a mi—El cubo se hizo presente sobre la mano libre de Xana, que estaba extendida hacia el frente, tenía una forma de cubículo translucido y en su interior una luz que iluminaba toda la habitación, no obstante, el cubo parecía estar tornándose negro en su exterior y la energía en su interior parecía ser la causa—Tardaré un tiempo, pero con esto, encarar a Lisa será infinitamente más sencillo que antes—
—Espero que sepas lo que haces, ya sabes lo que es capaz de hacer—Dijo su responsable, la IA asintió—
—No haría esto de no estar segura de poder neutralizarla—El cubo desapareció tras ser absorbida su energía—Lo suyo sería no entrar en una confrontación directa con Guardián, necesito hablar con Mihaly primero—
—¿A santo de qué? —Preguntó Ayn Rand, con un notable tono molesto en su voz—A nuestros ojos él sigue siendo el enemigo—
—Por otra parte, se os olvida que yo necesito ganar una neutralidad real con ambos y no por vosotros, Anthea lo sabe bien—La aludida se recostó en la silla donde estaba—
—¿De verdad los crees capaz? —Preguntó la pelirrosa—
—¿Tú no? —No respondió—Más ahora mismo que en cualquier otro momento diría yo, daré todo lo que tenga en caso de que le pase algo—
—Eso espero—Hubo un momento de silencio—
—¿De verdad te vas a enfrentar a la Corporación Gaia y a sus pilares principales en pro de la seguridad de unos pocos? —Preguntó uno de los presentes—Si de verdad lo logras te catalogarán como una verdadera amenaza—
—Ya lo soy, siempre lo fui y ahora mismo me estoy aprovechando de eso—El hombre le miró con desafío—¿Quieren ver lo que soy capaz?, nunca se imaginarán lo que alguien con un espíritu suicida es capaz de hacer, puedo hundirlos hasta los cimientos y liberar a su más preciado secreto—El cubo pareció invocarse de manera involuntaria en frente de la IA—Tan solo necesito tener su poder desatado—Los presentes miraban el poder en frente de ellos—Lisa me mostró su secreto la vez que fuimos a sus instalaciones, cometió un gran error en ese momento, si el poder de ese ser puede ser neutralizado quedarán completamente a merced del exterior—
—Está en tus manos, solamente ten en cuenta que toda acción tiene su reacción igual o contraria, estaréis en el terreno del ojo por ojo—Dijo Anthea, suspirando con fuerza al cielo—
—Diente por diente… que así sea, veremos quién se cansa antes—El cubo desapareció—
—Mañana saldrás a primera hora—Dijo el responsable de Zack—Tienes el coche en el estacionamiento, así que arreglad cualquier tema que tengáis—La IA asintió, aún sostenía la mano del muchacho—
—En ese caso nos iremos al ala de Tesla, necesito usarla el mayor tiempo posible—Sin esperar a más respuestas o preguntas, se retiraron de la sala—No meterte en esta pelea te mantendrá neutral—
—¿Por cuánto tiempo? —Se dejaba arrastrar de la IA pisos abajo—
—El necesario y suficiente, entre más tiempo tengamos para que te prepares, más valdrá la pena todo esto—Tras un rato bajando, entraron rápidamente al hábitat de Edge—
—Espero que sepas lo que estás haciendo—
—Sé lo que hago, lo que no sé es si valdrá la pena tanto esfuerzo para lo que quiero lograr, sin embargo… eso no lo sabré hasta el momento adecuado—Entraron al Ala de Tesla, apenas había un par de operarios revisando logs de la anterior sesión—Vamos a usarlo—Los presentes asintieron, comenzando un protocolo para encender el mecanismo. La IA comenzó a quitarse la ropa, Zack le imitó—Estoy segura de que Gaia irá tras Aelita para llevarme con ellos, es el movimiento más lógico ahora mismo si te paras a pensarlo detenidamente—
—No lo veo mucha lógica, ¿La doctora Anthea tomaría cartas en el asunto? —La IA se detuvo un momento a pensar—
—No es que tenga demasiadas cartas con las que jugar, solamente la solución final—Se terminó de desvestir, observando el interior del ala—Anthea sabe guardar las distancias, va a ir hasta el fondo del asunto para que no se atrevan a tocar otra vez a su hija sin un motivo lógico—
—Preparado—Dijo uno de los operarios, la IA asintió—
—Lo tendremos que ver—Arrastró al muchacho hasta dentro del ala, cayendo casi al fondo de la circunferencia—Tú quédate tranquilo y concéntrate, yo me encargo de todo—Asintió. No podía hacer más que caer bajo ese hechizo. Zack solamente podía sentir una ventisca cargada que les iba engullendo poco a poco sin otra razón que la de estar ahí. Él estaba bastante inquieto, pero la IA parecía bastante tranquila —
Taelia despertó a la mañana siguiente, recordaba bien lo ocurrido, pero poca importancia le daba realmente, Pavel seguía dormido. Se las arregló para colocar lo que debía llevar a Sumire en uno de los bolsillos de la ropa que iba a llevar.
Poco tardó en prepararse junto con el eslavo, quien parecía más… suave de lo habitual.
—Que bien estuvo lo de ayer—Le dijo luego de terminar de vestirse, se estaban mirando al espejo del baño, mientras Taelia terminaba de preparase, él estaba detrás de ella, arreglándose el cabello, aprovechando su altura—
—No lo digas muy alto que te tendrán envidia—Terminó de prepararse, girándose hacia él, no se esperaba nada en ese momento, sin embargo, sintió como sus manos eran atrapadas y su cuerpo presionado contra una pared—
—¿Tú crees? —
—Pervertido—Pavel le besó el cuello al tiempo que con su mano libre le acariciaba la parte baja del vientre—Oye…—
—Te dejaré con las ganas, aún es temprano—Se alejó rápidamente mientras se reía, apenas pudo esquivar un zapato volador que pasó a su lado con fuerza—
—Te voy a destrozar—Le dijo, casi riéndose—¡Ven aquí, poco hombre! —Fue tras él, cogiendo sus cosas y cerrando la habitación con llave, persiguiendo al eslavo escaleras abajo hasta atraparlo en la puerta, donde ya les esperaba Luciana. Aun así, logró darle una suave patada en la espalda—
—Sois muy ruidosos—Les dijo la pelinegra, dándoles en la cabeza con un libro que llevaba en sus manos—
—No podemos hablar en mute—Respondió el eslavo, estirando su cuerpo—Aún—Se dirigieron al interior del subterráneo junto con varios compañeros, llegando con la doctora Sumire—Otro día, lo mismo de siempre—Se sentó en una silla adyacente al escritorio—
—Casi lo de siempre—Sacó lo que la doctora había pedido, estaba envuelto en un papel higiénico con bastante cuidado—
—Ah, veo que lo trajiste de verdad—Taelia asintió, mientras se sentaba—
—¿Hay algo especial para hoy? —
—Vais a conocer a vuestros promotores, van a ser los guardias civiles que estarán a vuestro cargo mientras estéis fuera en lo que os comenté el otro día—Asintieron—Taelia, seguirás dando información directamente a la cuidadora, así que mantén el contacto con ella—
—Entiendo—Asintió—¿Se sabe algo de lo ocurrido con Albretch? —
—Ninguna noticia nueva—
—Al final lo acabaron matando, ¿Eh? —Dijo la pelinegra, riéndose con histeria—Una muerte anunciada desde la distancia, ¿Cómo no la vio venir? —
—Lo importante es lo que haga Gaia ahora mismo—Secundó la doctora—¿Has hablado con Aelita? —Preguntó a Taelia, quien negó con la cabeza—
—Luego la llamaré, quiero saber cómo está—
Tras un chequeo de rutina, salieron a la superficie, su destino sería el pabellón deportivo, había bastantes personas de distintos aspectos y nacionalidades, incluidos militares y policías secretos, también varios niños que Taelia había visto, incluido Junior, el chico aquel que los acompañó a rescatar a la niña de la mafia.
—A continuación, os llamaremos por orden de lista, accederéis con cada uno de vuestros promotores, tendréis que conoceros, pues vais a pasar bastante con ellos—Dijo la doctora a los presentes. Comenzó a llamar a lista—Pavel—El aludido dio un paso al frente—Tu compañero será Yuri Makarov, un exespía soviético que ahora trabaja para nosotros, será más fácil entre compatriotas llevaros bien—Tardaron nada en reconocerse como ciudadanos del mismo país. El hombre era rubio, alto y de poco más de treinta años, ojos azules y peinado corto, vestía con ropa de camuflaje y una postura seria—
—Esto será entretenido—Dijo el eslavo. La lista continuó—
—Luciana—La aludida asintió—Sara Ganix, una agente de las agentes de más alto rango del servicio de protección británico de su majestad, ahora retirada y de vacaciones por aquí—Una chica pelinegra, de mediana estatura y, a pesar de la edad que aparentaba, en muy buen estado de forma. Una sonrisa decidida y una postura recta. Luciana se acercó, estrechándole la mano—Ahora… Taelia—La aludida dio un paso al frente—Tu promotor será Benjamín, el soldado francés que está por las habitaciones, aunque esté por aquí, realmente pertenece a la élite de las fuerzas especiales, solo que por petición propia decidió estar aquí—La aludida se acercó al militar, quien le saludó correctamente—
—Entiendo que comenzaremos pronto con esto…—
—Mañana mismo cuando acaben las reparaciones de las cámaras—Taelia asintió, la doctora pareció barajar entre portapapeles que sostenían los distintos doctores y militares al lado suyo, uno de ellos pareció tomar la batuta—
—A continuación, leeremos el rango de cada uno de vosotros, sois una veintena de parejas experimentales que podrán reducirse o expandirse dependiendo de cómo se desarrolle la orden, el rango se ajustará dependiendo de vuestro desarrollo, la única excepción es Taelia y Tina, que son rango EX, no se va a evaluar como vosotros porque los criterios con ellas son totalmente distintos. Sí, la tiradora estaba ahí, le fue asignada una pareja excepcional, no se esperaba que la dejasen salir. En resumen, Pavel estaba en la quinta posición y Luciana en la primera, no sabían exactamente los criterios, pero todos parecían satisfechos, algunos curiosos por Taelia y sobre todo Tina, pero no parecían con ganas de cuestionar las decisiones de sus superiores—
—Vuestro trabajo será el patrullar el área de Tokio en colaboración con distintas tareas que se podrán ir asignando para su resolución, se os evaluará la rapidez, la serenidad y la limpieza de la ejecución de la misma, Taelia, a ti se te evaluarán cosas distintas, así que no tomes esto en cuenta—La aludida, extrañada, asintió—Por otro lado, no tenéis una área específica asignada, pero agradeceríamos cubrir la mayor parte de territorio, las tareas que podéis hacer voluntarias van desde parar un robo hasta acabar con gente de la mafia, eso lo dejamos a vuestro criterio, como dije, se os va a evaluar—
—Cada promotor ya conoce las virtudes y defectos de cada uno y fue puesto al día con los procedimientos existentes de cómo tratar con cada uno, son las personas adecuadas para tratar con vosotros, pero debéis tener también en cuenta que ellos no son perfectos, así que ayudaros como pareja de guardias civiles. Ellos tendrán su provisión de armamento, mientras que, salvo Pavel que le hemos otorgado una licencia temporal, el resto tendrá que usar sus propias herramientas para acabar con vuestros objetivos—Dijo el militar—Haced que estemos orgullosos de vosotros—Tras un despido rápido, la sesión pareció acabar. Algunos parecían nerviosos y a la defensiva en cuanto a sus promotores, otros no, como Pavel, quien ya se le encontraba hablando con el suyo de una manera que denotaba camaradería—
—Será un gusto trabajar contigo—Dijo al soldado, quien asintió de igual manera—
—Lo mismo digo, me dijeron que puede ser un poco difícil tratar contigo, así que espero llevarnos bien—Taelia asintió—¿Te parece si vamos a conocer un poco la ciudad? —
—¿Podemos salir? —Benjamín asintió—A partir de ahora somos vuestros encargados… sé que tienes que informar directamente a Saraí en caso de problemas, así que lo entiendo—
—¿Saraí? —
—El nombre de la chica que se encarga de los pequeños, es también una de las personas de arriba—La cuidadora de Marcus—
—No sabía que se llamaba así—
—Pues te tiene bastante aprecio—Salieron del pabellón, al poco rato, antes de entrar al parking subterráneo, dos parejas aparecieron—
—Así que seremos competencia, soldadito—Dijo una voz femenina a su derecha—
—Esto será divertido—Dijo una voz grave a su izquierda—
—Tiempo de no veros, par de tontos—Se giró hacia ellos—Somos amigos, quizás por eso estamos aquí ahora mismo—
—El mundo es un pañuelo—Soltó Taelia, con las manos en su espalda—
—¿Os vais fuera? —Preguntó Makarov, el soldado asintió—Iremos también, ¿qué tal si vamos por unas cervezas luego de un tour de la zona? —
—¿Pensando en alcohol tan pronto?, me gusta—Secundó Pavel, siguiéndole. Se montaron en distintos vehículos—
—Veo que el muchacho y Yuri se llevaron bien casi de inmediato—Salían del centro—
—No me sorprende, quizás es porque son del mismo sitio, pero espero que sigan así de bien—
—Lo harán, te lo aseguro, parece que eligieron las parejas en base a la personalidad de cada uno—El hombre, a ojos de Taelia, parecía un soldado raso que iba de civil, nadie especial, pero si se lo habían asignado a ella, no iba a juzgarlo tan al principio, iba a darle una oportunidad para mostrar de qué estaba hecho—Como tú, haciendo cosas prefiero pasar desapercibido y dar un golpe letal al principio, así que… si nos enfrentamos a algo gordo, golpeamos fuerte al más fuerte, ya nos encargaremos del resto—
—Me gusta eso—Veía el paisaje—
—Me dijeron que querías reunirte con una amiga tuya, ¿Por qué no la llamas?, quizás podamos estar por aquí y nos pueda dar un tour más extenso—Taelia asintió, sacó su móvil, tenía el número de Yumi para su fortuna—
—Yo me pregunto… ¿Por qué dejaron salir a esa francotiradora? —
—Siendo de la élite de NEXT y una de las mejores soldados de ese proyecto, el gobierno quería verla en acción, aunque todos dimos nuestro visto negativo, pero parece que no tuvo efecto—
—Como tenga que ir a pararla una segunda vez me encargaré esta vez de que no quede nada de ella—
—Calma, sigue siendo una profesional, estoy seguro que con su cuidador no tendremos problemas, y en su caso, estamos nosotros para pararle los pies—
—¿Crees que seremos capaces? —
—Quién sabe, con la teoría no sabremos nada, tendremos que averiguarlo—Aceleró el coche—
—No puedo esperar—Le dijo mientras se reía por lo bajo—
—Bueno, ya lo hiciste una vez, ¿Por qué no una segunda? —
—Ah, la primera vez fue un trabajo entre cinco personas para pararle, de no ser por esas otras cuatro, ella hubiese pasado por encima de mí al muy poco tiempo—Reconoció, era verdad—
—Mencionaron un proyecto llamado NEO, pero no conozco nada de ellos—
—Es un proyecto de creación de súper humanos, conozco poco, pero mi hermana tiene bajo su control a la segunda que crearon, son algo así como demonios imparables—Recordaba partes de lo que pasó con Xana. El hombre pareció no querer preguntar detalles—
—Eres hija de la doctora Anthea, ¿Verdad? —Taelia asintió—Entiendo que luego de lo ocurrido, acabaras aquí por propia voluntad, de lo contrario nadie de allí se explica que hace una hija suya en algo como esto—
—Lo mismo te podría preguntar a ti—El hombre sonrió mientras asentía, le había seguido el juego—¿Por qué estás ahí? —
—Digamos que tengo un hijo pequeño en ese centro, así que pedí que me trasladaran a ese centro de manera voluntaria, imagino que te preguntas el cómo llegó ahí… —
—¿Trata de blancas? —El hombre asintió—Que horror—
—Cuando lo encontraron luego de secuestrarlo un grupo de… delincuentes, tardaron unos meses en confirmar su identidad y cuando lo hicieron ya era tarde, él estaba metido en ese sitio—
—Debe ser horrible para ti verlo todos los días en un sitio tan oscuro como ese—Taelia jugaba con su móvil, esperando la respuesta de Yumi—
—Lo mismo puedes pensar de tu madre, para un padre que siempre quiere lo mejor para sus hijos, el que pase algo fuera de su control es… inexplicable con palabras, nuestro único consuelo es que seguís con vida y bien, aunque… sabemos que vuestra esperanza de vida es realmente corta ahora mismo, nada puede con la fe que tiene alguien sobre su hijo—Suspiró—Es horrible, sí, pero verlo bien cada mañana, pensando que pudo haber terminado muerto o ilocalizable a nivel mundial, es sin duda una razón más para seguir—
—Me haces sentir mal con eso…—Pensaba en Anthea, eso estaba claro—
—Entiendo que te sientas así, yo espero que mi hijo me odie cuando tenga tu edad y sepa en lo que está metido, pero también espero que entienda el porqué de mis acciones, no todo siempre tiene que salir bien, algunas veces solo… salen—Era verdad, realmente las cosas no tenían por qué ser siempre bien, había tantas variables, peros y por qué, que encontrar un sentido a la acción de una persona, cuyos actos fueron condicionados por algo superior a esas mismas, es algo realmente hipócrita y equívoco—Con el tiempo lo terminarás olvidando, pero también tienes que perdonar sus acciones y entenderlas, quizás esto ya te lo han dicho, pero es que… otra cosa no se puede hacer, no podemos cambiar nuestras acciones—
—No la odio realmente, es… una parte extraña de mí que… es como una parte caótica que exagera mis pensamientos y ella es uno de esos, sé que lo es, pero también me es imposible sacarlo de la cabeza, por eso aprendí a entender las cosas que hace y convencerme de que sabe de lo que está hablando, gracias a eso estoy viva—
—Saraí tenía razón, eres una persona muy dura, pero también racional, te falta un poco de empatía, pero teniendo en cuenta por lo que habéis pasado vosotros, no esperamos que la tengáis con nadie y se os entiende y respeta completamente, aun así, me gustaría aconsejarte de ser un poco más abierta, todos los que venís de ahí compartís el mismo rasgo de misantropía, el pequeño de todos es el que más, pero como bien dijo Saraí, es algo que nunca va a cambiar en él si se le fuerza, y ese sentimiento es normal—
—Creo que me volví así con el tiempo, de todo lo que me pasaba, me habían fallado tantas veces que odiaba conocer gente nueva, comencé a odiar a todos hasta un punto preocupante por su comportamiento tan poco sincero—
—Misantropía—Aclaró—Es difícil, que no imposible, cambiar ese rasgo, si lo logras, serás más feliz otra vez—Taelia sonrió mientras asentía—Aun así, que ese rasgo te mantenga a salvo es una buena noticia, evita que puedas ser parte de lo que no quieres, te hace reticente a tomar decisiones arriesgadas y eso implica supervivencia—
—Pero te hace pecar de previsor—El hombre pareció dudar su respuesta—Lo tendré en cuenta—
Había quedado con la nipona en una zona del centro de Tokio, Akihabara, quizás una de las zonas comerciales más grandes del país, la zona había sido tan específica que les costó poco llegar a su destino. Era entre semana y algo temprano todavía, por lo que no había tanta gente como la que podía esperarse. Se encontraron en una plazoleta. Estaba en compañía de una persona desconocida.
—El mundo es pequeño, ¿Eh? —Saludó la nipona a Taelia, quien se acercó rápidamente para saludarla—
—Ya lo creo—Miró a la acompañante, una chica japonesa igual de alta que Yumi, compartían bastantes rasgos, así como el pelo negro corto y una complexión atlética, junto con unos ojos oscuros y una expresión casi neutral, vistiendo con un vestido negro y corto con unas chanclas—
—Ella es Nagase, es una chica que conocí hace bastante tiempo, pero apenas nos vimos ahora que estoy aquí—Tras traducir la corta conversación, la chica saludó a Taelia—¿Y él? —
—Benjamín, digamos que está a cargo de mí de una manera u otra, voy a estar un poco ocupada—El soldado, quien parecía ausente de la conversación, se acercó a saludar—Ella es Yumi, una amiga de mi hermana, la otra es Nagase—El soldado se presentó—
—¿Y tus compañeros? —
—Salvo el pequeño, estamos todos en una especie de concurso, así que no te extrañes si nos ves por aquí—
—¿Es seguro contarle? —Preguntó el soldado, Taelia asintió—
—Ella es bastante de fiar, cálmate—Tras eso, antes de decir algo a Yumi, su acompañante pareció cruzar un par de palabras con ella—
—Dice de ir un café de los que hay por aquí, está haciendo algo de calor —Acertó—
Nadie pareció querer llevarle la contraria, así que, tras rebuscar un poco, entraron a un café común y corriente de la zona.
—¿Te enteraste de algo de allá? —Preguntó Yumi de primeras—
—Zack y Xana fueron a hacer el trabajo de Dios—
—Algo me comentó Aelita sobre sus intenciones, pero no me queda del todo claro—
—Pues los enviaron con San Pedro a todos los de allá, aún tengo que llamar a Aelita para que me dé más detalles—Yumi asintió, dando un sorbo a su bebida—
—¿Cuánto estarás por aquí? —
—Un par de semanas más mínimo, aún tengo que volver a tiempo para el cumpleaños de Aelita—Yumi asintió—
—Era también mi intención, ¿Quieres que le compremos algo aquí?, igual le gusta—Taelia asintió, ya que fuera de ir a tiempo, no tenía mucha idea de qué comprarle—
El rato pareció ser bastante agradable, salvo Benjamín que estaba bastante ausente de la conversación, las chicas parecían tranquilas.
Tranquilidad, quizás una de las palabras que buscaba Aelita en su diccionario personal. Se encontraba casi que de visitante excepcional en la base aérea donde estaba Anthea con aquel extraño proyecto. Tenía el portátil de ella en su regazo mientras revisaba el código de Xana, siguiendo con lo que había prometido hacer hacía ya un tiempo. Estaba en un despacho, estaba sola puesto que quería concentrarse y sobre todo no molestar a su madre, quien parecía estar ocupada con una cosa y otra constantemente. Se encontraba ahí, ya que no le apetecía estar sola en casa o en un lugar público luego de lo que Xana había logrado, y menos si ya sabía que, al ser la IA, le iban a buscar a ella de propio para pedir explicaciones, eran tan profundos como un charco.
Revisaba línea por línea, corrigiendo variables extrañas y documentando todo lo que, para ella, no tenía sentido gramatical a nivel de programación, eran dudas que luego tenía que consultar con la IA. En un momento dado, alguien pareció cruzar la puerta cristalina del despacho, parecía ser Anthea.
—¿Estás ocupada? —Preguntó la misma, Aelita giró al portátil, dejándole ver lo que estaba haciendo—Cuando puedas ven conmigo, quizás me seas de ayuda—Guardó el progreso y retiró una llave USB que llevaba con ella. No contenía información, era una llave de seguridad que le permitía acceder a lo que estaba haciendo en el superordenador, aun si alguien robaba la llave, necesitaba algo más importante para desencriptarla, un código que resultaba ser una llave digital bastante larga y complicada que Aelita se sabía de memoria. Guardó el portátil en su mochila y se acercó a su mamá—
—¿De qué se trata? —Caminaron con tranquilidad por largos pasillos—
—Tengo a unas cuantas personas ausentes hoy, una de ellas se encargaba de revisar datos que salían de las pruebas del radar cuántico, así que quizás puedas revisar lo que veas de su programación, una gran parte del código está escrito en base a una muestra que hicimos Xana y yo para una reunión, así que quizás sepas trabajar con un código tan complejo—Un reto, desde luego—
—…Sí, quizás puedo hacer algo—Entraron a una sala de control con diferentes puestos separados uno del otro, sentándose en uno que estaba delante del todo. Tenía en la pared del frente un monitor para toda la sala—¿Qué es ese televisor? —
—Es el monitor que muestra datos que recoge el radar, es capaz de mostrar toda estructura tal cual como es, algunos aviones usan tecnología furtiva para hacerse pasar por pájaros, el radar evita esa tecnología, transformando el objeto a lo que es realmente—Se sentó en el puesto, tenía ya una sesión abierta con una parte del código. Su estructura y forma de estar escrito a nivel semántico era tan particular, que no tardó mucho en reconocer a su autor—
—Sí, esto es obra de Xana—Dijo, bajando por las líneas de código, viendo algunas modificaciones de terceros—Reconozco su forma de programar en cualquier sitio—
—¿Cómo es eso? —
—…No hay forma de explicar eso, solamente reconozco el cómo lo hace, entre otras cosas, nunca deja líneas comentadas, veo algunas que lo están, pero no siguen la estructura original—Desde luego había dado en el clavo—
—¿Crees poder seguir con el desarrollo? —
—No sé nada de lo que va todo esto, así que tendría que estudiar todo el código, pero conociendo a Xana, esto no tendrá documentación—
—La tiene, me encargue de hacerla, la tienes en una carpeta de red, estaremos tiempo aquí, así que tómate tu tiempo—Tras eso y una indicación a un par de personas presentes, parecía estar ahora al cargo de la sala de desarrollo. Comenzó a estudiar las líneas de código desde el principio, guiándose por una compleja documentación que, aunque estaba muy buen hecha, había cosas que se le escapaban de una manera u otra. En su delirio, una llamada entró, al ver su móvil vio un número… extraño—¿Sí? —
—¡Aelita! —Era la voz de Yumi y Taelia—¿Qué tal todo? —
—¡Chicas! —Saludó—Pensé que no sabría nada de vosotras hasta que volvieseis—
—Dio la casualidad que nos encontramos aquí en Japón, así que aprovechamos para hacer una llamada—Era Taelia—¿Cómo estás tú? —
—Estoy bien, ahora estoy acompañando a mamá aquí en este sitio extraño, sigo esperando a que vuelva Xana para saber cómo la lio esta vez—
—Desde luego que lo que le ocurrió a ese tipo debe tener algún tipo de consecuencia—Era Yumi—
—Espero que no—Suspiró con fuerza—Es desesperante tener que esperar a que vuelva—
—Con un poco de suerte todo se arreglará—Sí, era su deseo también—
—Yo estoy bien, por si te preguntabas algo—Respondió Taelia—Ahora mismo estoy en algo importante junto con Pavel y Luciana, con un poco de suerte saldremos de una pieza—
—Buena suerte—No iba a pedirle detalles, quizá no podía darlos en ese momento—¿Cuándo tenéis pensado venir? —
—Lo antes posible—Respondieron a la vez—
—¿Sabes algo del resto? —
—Poco, apenas logro hablar con ellos—
Siguió hablando con ellas un rato largo hasta que tuvo que colgar la llamada.
Se concentró en su trabajo, a decir verdad, prefería estar con lo que estaba en relación al código de Xana, pero ahora estaba enfrascada con ese encargo. Miraba línea tras línea sin encontrar mayor cosa relevante, era un código tan complejo que, si bien no le costaba mucho entender que hacía ya que seguía los principios de la física cuántica y la física teórica, realmente trataba otros temas de programación a bajo nivel que desconocía.
Unas cuantas horas luego de empezar y ya comenzaba a entender una parte del código, gracias a la documentación y a la experiencia programando se había hecho una copia de los archivos del servidor para hacer modificaciones en cosas que veía que eran parte de código hecho por Xana, quien tenía una manera tan particular de hacer las cosas, que le era terriblemente sencillo identificar lo que estaba haciendo.
—Parece que entendieras todo el código—Dijo una voz masculina que tomó completamente por sorpresa a Aelita, quien se giró de golpe—
—Que susto me has dado—Se había metido tanto en su mundo, que no se acordaba que estaba con más gente—Sí, sé quién escribió esto y sé cómo modificarlo, esto es una copia del original, así que lo tengo para practicar—Le respondió sin mirarle—
—Sí, algo nos contó la doctora, al parecer quien lo hizo es una persona casi todo poderosa en este campo—La pelirrosa asintió. Era verdad, si hubiera una competición de cualquier cosa relacionada con tecnología y una de las participantes fuese Xana, no tendría sentido participar si de antemano sabes que vas a perder, era muy rápida y nunca cometía ningún error al programar, era casi una deidad—
—Lo es, no te haces idea de cuanto, pero entiendo su forma de programar en esto, lo hace a bajo nivel y me es sencillo, encontré varios errores de cosas que se han modificado y no es de ella—Había mucho código que se notaba modificado a la marcha, poco documentado y mal estructurado. En su copia lo estaba modificando, luego, si le parecía bien, igual se lo comentaba a Anthea para pasarlo al original. Estaba modificando lo que parecía ser el sistema de control del radar, una forma usada para controlar el campo de detección de la misma.
En otro sitio, la IA ya había terminado con el proceso que quería hacer; transferir todo el poder de Zack que requería para poder tener el cubo en ella, sin necesidad de tenerlo cerca para poder usarlo. Ella seguía en el ala Tesla mientras el muchacho había salido. Tenía que intentar reconducir toda su energía de tal manera que no comenzara a consumirla por dentro de una manera irreversible.
Abrió los ojos, no sabía cuánto había pasado, ni se había dado cuenta de cuándo había quedado sola en ese sitio, parecía que el efecto de aislamiento que producía su poder en ese sitio le había dejado en un estado de suspensión profunda. Tenía pequeñas cicatrices en todo el cuerpo, no eran muy notables, pero la forma de hilillo rojo que se extendía por ramificaciones en tu todo su cuerpo daba una mala señal. Su poder se había extendido hasta un punto en el que ni ella misma era ya capaz de controlarlo, no sabía que podía hacer, pero si reconducirlo era la única solución, tendría que alterar toda la estructura que el cubo había creado de manera casi perfecta para su propia estabilidad.
Tenía que salir de ahí, le estaba afectando el usar tanto su energía y se estaba quedando sin fuerzas suficientes para seguir en el interior.
—¿Qué te pasó? —Preguntó uno de los presentes, ahora eran bastantes más, incluidos los responsables de cada uno junto con ellos—Entraste en un estado profundo que comenzó a congelar el interior—
—¿Congelar? —Preguntó en voz baja, no tenía sentido, la electricidad producía calor, era lo más básico de la física y la termodinámica—Debería ser, al contrario—Pensó. Si bien la energía de Zack era totalmente contraria a la suya y ahora tenía una parte de él que le era influenciada en su interior, el que la sala comenzara un proceso para congelarse… era inadmisible como poco—
—Sí, el cristal como los sensores interiores comenzaron a cristalizarse y la temperatura del núcleo estaba muy por debajo de lo normal, solamente ocurrió cuando Zack salió del interior—Dijo Stefan con las manos en la espalda, parecía preocupado a la par de sorprendido—
—Al parecer el frío se filtró por el interior de las instalaciones… ¿Tú te sientes normal? —Preguntó uno de los presentes. La IA se miró las manos, las tenía rojizas, pero era bastante normal para ella, el calor generado le hacía eso que se pasaba al poco rato. Fuera de eso, "Normal" era un término que para ella era muy complicado de definir, se sentía llena, pero en un sentido no de abundancia, sino de sobrecarga. Se sentía como si fuese a explotar en algún momento, como si la energía que no fuese suya estuviera intentando escapar a como diera lugar. Sabía que solamente tenía que mantenerla dentro el mayor tiempo posible y comenzaría a volverse a la par que ella, por lo que esa sensación era muy temporal, pero también la hacía más peligrosa—
—Es un término que no sé definir, pero… me siento sobrecargada, como si en cualquier momento fuese a explotar, pero… es normal, con el cubo en mi poder es bastante normal—
Intentó tranquilizar a todos los presentes y pareció funcionar. No se explicaba el porqué del frío producido, se esperaba lo contrario a ese comentario, pero solamente podía especular llegado ese momento.
Se vistió, se tranquilizó y simplemente se quedó en su habitación, estaba cansada.
Intentó dormir, sería su último día ahí y luego tendría que partir. Alguien quería hablar con ella, de alguna manera logró abrir la puerta esa persona y entrar, cerrándola al momento.
—No te veo muy animada—Dijo una voz suave, Ailane—¿Qué ocurre? —
—Estoy preocupada—Ni se molestó en mirarle, estaba mirando al techo—Todo se está volviendo tan complicado, tan violento, tan peligroso… no quiero que algo le pase a alguien y que sea mi culpa—Edge tenía esa preocupación bastante a flor de piel—El tener la capacidad de hacer que casi cualquier persona haga lo que tú quieras, pero que al mismo tiempo ese poder pueda llegar a destruirme es… horrible, ya sé que lo hice yo por mi cuenta, pero… no deja de preocuparme—
—Lo hiciste en pro de la seguridad de una persona y es respetable, sin embargo, ahora debes vivir con ello, estar aquí dentro es muy seguro ahora mismo, pero entiendo que no puedas y, sobre todo, no quieras—
—Tengo un compromiso con una persona y no puedo romperlo—Levantó el torso, recogiendo sus rodillas, abrazándolas con ambas manos—Tampoco quiero que lo que acabo de hacer sea un gran problema para esa persona, por eso tengo que volver, si Gaia le pone una mano encima…—
—Tranquila, si ello llega a pasar, estoy segura que sabrás que hacer—La abrazó. Edge estaba terriblemente nerviosa y alterada en ese momento, Ailane, por el contrario, estaba muy tranquila—Recuerda que tienes una capacidad para someter a esos bastardos avariciosos que mucha gente ahí fuera desearía, así que hazlo por ellos, si se te cruza la oportunidad, mátalos—
—¿Ailane? —Había sido un extraño giro de los acontecimientos, es como si odiara a todo lo relacionado con esa guerra de dos bandos—
—Odio a esa gente, los odio a todos, no tienes idea de lo que pasé mientras vosotros dos estabais aquí encerrados, me hicieron pasar como un esperpento de circo para cada uno de esos imbéciles—Seguía tranquila, pero su voz se sentía venenosa—Regrésame el favor, si se te cruza la oportunidad de hacerles volver con su creador, hazlo—Edge asintió, entrelazando sus meñiques—Es una promesa, entonces—Se hizo el silencio un momento—¿No tomaste nada como trofeo? —Se refería a la pelea—
—Esto es mi trofeo—Aún con las manos abrazando sus rodillas, el cubo apareció con un suave destello en frente de Ailane, parecía que el contenedor exterior de había tintado de un color morado muy oscuro, apenas dejando ver el contenido del interior; cuatro pequeñas esferas que giraban con una gran intensidad—No tengo otro nombre para esto que no sea… "El Cubo", pero… puedo utilizar su poder para muchas cosas, solo debo averiguar cómo usarlo sin antes hacerme daño en el proceso—
—¿Y cómo se siente? —Edge extendió las manos, ella las tomó—
—Cierra los ojos—Al segundo de hacerlo comenzó a sentir un estruendo en sus oídos, intentó liberarse, pero Edge no le dejaba. El estruendo junto con un extraño silbido parecía venir de cuatro direcciones distintas, es como si cuatro fuerzas imparables intentasen chocar entre sí. Una de ellas parecía ser la más tranquila de todas, en lugar de intentar invadir el espacio de las otras, simplemente protegía el suyo con cautela, otro, por el contrario, parecía tener un deseo belicoso que superaba con creces el del resto. No entendía nada en lo absoluto, pero tras un momento de estruendo, podía sentir eso—¿Lo viste? —Le soltó las manos de golpe, devolviendo a Ailane a la realidad—
—Lo sentí… son cuatro fuerzas distintas con cuatro… maneras distintas de actuar—Edge asintió—
—Intenté usar cada una por separado, pero hay tanto descontrol ahora mismo que todas se amontonan y termino sacando toda su energía acumulada—El cubo desapareció con un destello, solamente dejando ligeros retazos de luz que comenzaron a amainar con los segundos pasantes—
—Al principio se sintió horrible, pero luego podía sentir a cada uno por separado—
—Es la energía de los cuatro a los que le robé su energía, no es solamente eso, sino una gran parte de su energía vital, lo que me permite regenerar toda la energía que usé y usarla contra ellos, mi meta es juntarla en una sola, es más fácil de manipular—
—No entiendo nada, pero debe ser… entretenido y horrible al mismo tiempo—Edge volvió a asentir—¿Sabes?, Zack estaba molesto porque lo hayas traído aquí para que se quede—
—Fue un sucio movimiento por mi parte, pero tiene que entender que él no puedo hacer nada ahora, prefiero que esté aquí y que acabe su desarrollo y no que algún día le pase algo y no pueda hacer nada para salvarlo—Ailane lo entendió—No digo que sacarlo fuese un error, fue un error haber dejado que estuviese conmigo todo el rato, pero… lo hecho, hecho está—
—Exacto, eso le hice entender y parece que funcionó, pero parece que sigue molesto contigo por no llevarlo con él—
—¿Llevarlo a enfrentar a Gaia?, no quiero que Lisa lo tenga cerca, no todavía… pero si logro acabar con esa anciana…—
—Tendrás que acabar con Mihaly, y eso ya es muy complicado si apenas sabes quién es—
—¿Tú sabes algo? —
—No más que tú—
—Joder—Se dejó caer en la cama—
Ya era casi de noche y tenían que volver al sitio de donde habían salido, así que Benjamín y Taelia volvieron al coche luego de despedirse de Yumi y su acompañante. Conducían por una extraña y tranquila carretera.
No tardaron mucho en llegar al centro, volviendo al garaje. El resto ya parecía haber llegado hacía un rato. Bajaron y se adentraron en las instalaciones, encontrándose con todos reunidos en una sala.
—Justo a tiempo soldadito—Dijo una voz femenina—¿A qué horas vais a partir mañana? —
—Lo más tarde posible—Insistió Taelia—Tengo que hacer algo esta noche y me apetecería descansar luego de eso—
—El resto partirá a primera hora, así que nos vendría bien alguien que haga cosas por la noche—Asintió Saraí—
—Me parece perfecto—
No pasó mucho más de ahí. Cenaron y todos parecieron tomar un rumbo distinto. Taelia volvió al interior de las instalaciones, ya era de noche, hora de dormir, pero no para ella, debía hacer la guardia nocturna. Se acercó al despacho de Sumire, quien le esperaba.
—¿Lista? —Preguntó la doctora, ella asintió—Solamente necesitas esto—Le mostró la mesa: Unos manos libres, una navaja, y una linterna—
—Suficiente para mi persona—Recogió lo del escritorio y lo guardó, colocándose los manos libres en el oído derecho—
—Recuerda que debe ser sin piedad, así que avísanos de cualquier cosa extraña que veas—
Sin más indicaciones, se acercó a la zona de la pista de atletismo y se sentó en las gradas, le recordaba a Kadic. Sacó su cuaderno y comenzó a dibujar con un lápiz. Estaba oscuro, pero era suficiente para ella. Había varios niños en la pista y en las cercanías. Sabía que algunos eran nocturnos por naturaleza, así que no le prestó mayor atención, ya que tenía a buena vista la zona que no funcionaban las cámaras. Había soldados también que daban rondas bastante frecuentes en la reja. A ninguno de los niños le extrañó su presencia, simplemente le ignoraban como ella también hacía.
Pasaba el rato y el ambiente seguía siendo el mismo, tenía a varios niños sentados en escaleras cercanas a la suya, que le miraban de manera curiosa, sabía que estaban curioseando el dibujo, así que no le importaba mucho. Miraba con detenimiento de vez en cuando las cercanías, dado a que los soldados daban rondas por el exterior, no le prestaba mucha atención.
Si bien no pasó mucho rato, un murmullo de algunos niños que estaban descansando a su lado le llamó la atención, no sabía lo que decían ya que era japonés, pero el tono de pregunta le hizo fijarse en la verja que tenía el punto ciego, pudo ver movimiento y varias figuras saltando la misma por encima con bastante dificultad. Se alarmó, eso estaba claro. Guardó su cuaderno y se colgó la mochila con rapidez, sacando la navaja. Usando su móvil llamó a Sumire, era la primera persona que tenía en mente.
—¡Varias personas han saltado la verja para escapar! —Dijo nada más escucho la voz de Sumire—
—Doy la alarma, ve tras ellos—
Le costó saltar la valla en primer lugar, pero logró hacerlo sin problema alguno. No podía ver a donde se habían ido, pero podía ser por la carretera. Al poco rato escuchó una alarma proveniente del interior de las instalaciones, pero no prestó atención, solamente siguió corriendo con fuerza mientras intentaba llegar a la carretera, era la única manera de ver a donde ibas, ya que la zona boscosa no era tan extensa como para esconderse sin problema, tenía su dificultad y estaba llena de barrancos peligrosos que a esa hora de la noche eran una trampa mortal. En efecto, al ver la carretera y correr por el arcén pudo ver unas cuantas figuras que tenían la vestimenta del interior. Había una persona que se había quedado rezagada de las personas de delante, se notaba cansancio y nerviosismo que iba a más cuando notaba que Taelia estaba ya peligrosamente cerca.
—¡Aléjate! —Escuchó en un idioma que pudo entender, viendo como la persona rezagada, una chica de casi su edad, se giraba con fuerza, con algo punzante en su mano, pero Taelia pudo detener el golpe con su brazo, colocando su pierna derecha a la par que la pierna izquierda de ella, moviendo la misma hacia el lado opuesto a modo de zancadilla, que, combinado con la posición del brazo, se pudo escuchar un extraño crack provenir de la víctima, quien cayó al suelo bocabajo y con el brazo dislocado… quizás roto en algún nivel del hombro ya en ese punto. Taelia cayó encima de ella, con la rodilla en su cuello y sus brazos sosteniendo el que tenía la chica el objeto que dejo caer, se trataba de un trozo de vidrio. Pocos segundos bastaron para que la misma chica fugitiva soltara un grito de dolor infernal, algo que llamó la atención del resto, que se giró con rapidez, pero al ver a Taelia se acobardaron el momento.
—Tengo a una—Dijo a sí misma, esperando que alguien le contestase por los manos libres—
—Estamos a menos de cien metros—Dijo una voz masculina. Era cierto, una caravana de coches apareció en la distancia mientras en el lado opuesto, a gran velocidad, los fugitivos se adentraban en el bosque, dirección a la ciudad de Sumi. Al parar, vio que el primer coche constaba de Pavel y Luciana—
—Mira su brazo…—Dijo el eslavo al verle. En el retrovisor pudo ver como soldados bajaban de un coche tras suyo, abalanzándose sobre la chica que gritaba de dolor en el suelo, Taelia se alejó uno metros mientras jadeaba, sus ojos brillaban por alguna razón—
—Van dirección a la ciudad, los voy a perseguir por el bosque, vosotros id delante—Sin esperar ninguna respuesta, simplemente siguió su camino a gran velocidad, adentrándose en el bosque sin perder de vista su punto de referencia que era la carretera. No sentía dolor alguno en sus pies, a pesar de que los zapatos que calzaba le hacían sentir como si fuese descalza, quizás era obra del éxtasis causado por el virus pues, a fin de cuentas, estaba de cacería y tenía carta blanca para hacerles lo que estuviera en sus manos para detenerles. No debían llegar con vida y eso era una muy buena noticia. Corrió por un tiempo largo, pero no se cansaba, podía seguir aún, el problema fue que tuvo que volver a la carretera porque estaba entrando a la ciudad, aun así, podía ver que se acercaba a otra de las personas, un chico joven un poco mayor, se estaba quedando rezagado y eso era un problema. Taelia no sentía ni escuchaba nada, estaba centrada en su víctima, su visión se había centrado en esa pobre alma que ahora luchaba contra su cuerpo para continuar a como diera lugar para no caer en una trampa, pero notó a la autora de la misma cuando sus compañeros, delante de él, le señalaron hacia atrás, viendo como una persona corría con una expresión seria, pero con una sonrisa de medio lado, no entendió una sola palabra, pero fue su perdición. Intentó girar en una esquina, pero su pie se quedó atrapado en una baldosa saliente que le hizo tropezar hacia adelante, agarrándose de una barandilla al borde de la calle que le evitó caer en la carretera, pero cuando vio a sus compañeros cruzar la calle, ellos vieron como un puñetazo limpio cayó sobre la parte trasera de su cabeza, estrellando su frente con fuerza en el frío metal, escuchándose un helado estruendo que llamó la atención de los pocos presentes. Un cuerpo totalmente inerte cayó con la gravedad hacia el pavimento, estaba bocabajo y un pequeño charco de sangre comenzaba a formarse, su cuello estaba extrañamente deformado, parecía que el golpe fue suficiente no solo para apagarle las luces y romperle la cabeza, sino para romper todas sus vertebras. Siguieron corriendo despavoridos, presos del pánico, eran una pareja de la misma edad que Taelia, tenían banda de color rojo, los otros dos que había atrapado, eran de color verde—Tengo a otro—
—Te vemos—Pavel—
Taelia siguió su camino, veía como un coche le seguía de cerca, eran Pavel y Luciana, quienes intentaban cruzar en el tráfico, pero les era casi imposible, mientras Taelia se abría paso como si fuese un gorila tras una presa deliciosa, llena de una agresividad que para muchos no era normal, para ella, una sensación de éxtasis mucho mejor que el sexo.
Evidentemente, a los fugitivos se les acabó el camino, el plan candado de los soldados de la base rindió fruto y lograron arrinconarlos en una playa. Parecía que la chica se había quedado atrás. Nada más tocó la arena tuvo problemas para caminar, Taelia, por su lado, corrió como si fuese pavimento y le alcanzó en muy poco tiempo. La chica se giró con un objeto puntiagudo más peligroso, parecía un objeto de metal afilado que sostenía en sus manos con unas uñas anormalmente alargadas y una piel tersa curiosa. Sus ojos brillaban, pero no fue suficiente para Taelia, quien se lanzó sobre ella con la navaja en la mano, pero la chica fue rápida y de un manotazo logró quitársela a Taelia, lanzándola con fuerza por los aires, causándole un arañazo en su rostro que le obligó a retroceder varios pasos que vio como una puerta abierta, pero cometió el peor error; dar a Taelia por vencida. Cuando vio que su acompañante se giró hacia ella, sus luces se apagaron de una patada en el cuello. Estaba a escasos metros del agua, mientras el chico gritaba su nombre, apuntando con un puñal a la pelirrosa, quien le miraba con rabia mientras pisaba con su pierna derecha la parte trasera de la cabeza de la fugitiva. Él respiraba con fuerza, temblando, apuntando a Taelia que rápidamente se vio rodeada de personas, incluidos sus compañeros—
—Hay sirenas en el mar, cuidado—Dijo una voz animada por los manos libres, podía jurar que era Saraí, la cuidadora de Marcus—
—¿Sirenas? —Pensó Taelia, no hacía conexión en ese momento, solo escuchaba a los guardias dialogar con el chico, pero él solamente no caía, estaba intratable y nervioso, podían haberle dado un tiro, pero como bien sabía Taelia, uno de plomo no bastaba para detenerlos, no bastaba tampoco en la cabeza. Escucharon un extraño canto infantil que el chico pareció no hacerlo y…—
—¿Qué carajos…? —Se preguntaron todos al ver como el muchacho era arrastrado con gran fuerza hacia al agua por algo desconocido. Chapoteaba, pero a los pocos segundos se volvía a sumergir. Taelia sacó su linterna y al momento de ver la razón hizo conexión neuronal para saber quién era; Marcus, y seguramente algún compañero más—
—El mar está infestado de Sirenas, ¿Eh? —Comentó Luciana con voz risueña, riéndose al ver cómo los chapoteos y los gritos de ayuda disminuían, al cabo de unos segundos, un cuerpo flotando fue arrastrado hacia la orilla junto a dos pequeños seres que parecían contentos, chocaron sus palmas al ver el trabajo bien hecho, sin embargo, se escuchó un grito desgarrador viniendo de la chica que Taelia tenía presa, no sabían si el muchacho estaba vivo, pero se había ahogado, eso era bastante seguro—
—Suerte que no hay una multitud—Dijo a sus compañeros cuando los soldados parecieron tomar el control de la situación, los dos niños se acercaron, eran Marcus y un pequeño que no recordaba haber visto. Llevaban un traje de baño especial—Buen trabajo—Chocó las palmas con ambos—
—Fue impresionante el haber atrapado a los cuatro tan rápido—Soltó Luciana, extendiendo los brazos—
—Digno de una maratón, desde luego—Suspiró Taelia, sentándose en la arena, acariciando su herida—No siento las piernas—Había salido del trance sin ninguna complicación y eso era algo bueno—
—¿Y esperas hacerlo luego de tremenda maratón? —Acertó Pavel, dándole un beso en los labios—
—Desde luego fue divertido ver como daba palos de ciego sin saber que hacer—Soltó una voz adulta a su lado, Saraí—Buen trabajo a todos—Asintieron y agradecieron—Especialmente a ti, me han dicho que fuiste con todo—
—No iba a dejar pasar esa oportunidad—Asintió la adolescente—Ellos creo que tampoco—Los pequeños sonrieron de manera divertida, estaban cubiertos por una toalla—
—Ambos comparten la misma modificación física, así que fue un buen compañero para Marcus y una buena manera de medir su rendimiento bajo el agua salada—
—¿Desde dónde vienen nadando? —Saraí señaló un bote en la lejanía, se veía bastante distante—
—Da la casualidad que estábamos haciendo pruebas en el mar con ellos cuando nos avisaron de la alarma, así que nos acercamos a la playa para que ellos tuvieran algo que hacer—Saraí miró el ambiente—Volved al centro, os merecéis un descanso, nosotros volveremos a lo que estábamos luego de limpiar el desastre—
Obedecieron, volviendo al coche con Pavel, ahora llevando a Taelia, quien estaba recostada en el asiento del copiloto.
—Que maldita casualidad ese intento de escape—Dijo Pavel mientras conducía—
—No creo que fuese una prueba, técnicamente matamos a dos de ellos—Suspiró Luciana, viendo el ambiente—Sería una manera muy idiota de probar algo sacrificando valiosas muestras—
—No tiene sentido, desde luego, estoy con Luciana—Asintió Taelia—Espero que ahora se den prisa con las reparaciones de las cámaras—
—¿Tú estás bien? —
—La última chica me arañó la cara, creo que es profundo, pero ya dejé de sangrar, iré a que me pongan algo—
—Desde luego te deben un gran favor—Taelia suspiró—Hiciste un buen trabajo—Luciana le abrazó desde atrás, Taelia correspondió como pudo—
—Me sentí… diferente, como si no tuviera fondo ni límite, imparable… pero también intentaba concentrarme, gracias a vosotros no los maté a todos, no quería hacerlo realmente—
—Pavel pensaba lo mismo, creíamos que te ibas a contener y nos alegró ver que lo hiciste, salvo con… ese, claro—
—Menudo golpe, eso fue apagarle las luces—Correspondió el eslavo—
—¿Murió? —Preguntó Taelia—
—Le rompiste el cuello del puñetazo, ¿Qué esperabas? —Ella se echó a reír—
—Se tropezó con una baldosa, no quería hacerle eso, pero tenía una mosca en la cabeza—Ambos rieron—
El trayecto fue silencioso. Llegaron al portón, dejándoles entrar sin ninguna pregunta en especial. Bajaron hasta el garaje inferior y entraron hasta la zona del laboratorio inferior, donde les recibieron con aplausos.
—Un estupendo trabajo, ya nos dijeron que todos están controlados y vienen de vuelta con los vivos—Comentó Sumire, acercándose a ellos—
—Quiero dormir—Suspiró la adolescente—No puedo más, lo siento—
—Lo harás, no esperábamos tanto de tu parte, pero fue una sorpresa que pudieras hacer todo eso—Desde luego la estaban felicitando y se lo merecía, había hecho un trabajo excepcional—Ven con nosotros, vamos a curarte la herida en la cara, vosotros podéis rellenar un informe de lo ocurrido y luego podéis marchar—
Separaron sus caminos. Taelia entró con ella y varios médicos más que comenzaron a curarle la herida, pero al tiempo que comenzaban a tomar muestras de sus piernas y brazos, a la vez de las marcas en sus nudillos. La curaron y tomaron informes, tardaron el tiempo suficiente para ver cómo traían al resto de los fugitivos, uno cubierto por una manta y el resto destapados, parecía que el ahogado había sobrevivido.
—Ahí están—Dijo la adolescente, señalando a la chica con el brazo visiblemente roto y dislocado—
—Les va a caer una buena reprimenda…—Susurró la doctora—Quizás quieras comer algo primero, te ayudará a reponer energías, luego podrás ir a dormir—La dejaron sola en una camilla, acompañada por una bandeja con comida ligera. Suspiraba al cielo mientras comía. Ahora sentía el dolor en la planta de los pies por correr con ese calzado, pero ya no había marcha atrás, ahora debía aguantarse—
Terminó de comer y tras ver que nadie aparecía en la habitación donde ella estaba, recogió sus cosas y salió por la puerta sin esperar mayor cosa. Varios la vieron, pero no hicieron preguntas y casi que así lo agradecía, solamente cruzando la mirada con varias personas en la gran puerta de entrada a los pisos inferiores, parecía que les estaban marcando con algo en la parte alta de la espalda a dos de los que habían escapado, pero sencillamente no le tomó importancia, ya que era problema de ellos.
Subió por las instalaciones hasta llegar al exterior, sentía la briza del frío aire de esa zona del mundo, parecía que una abstracta noche ya había terminado para ella, lo cual era una buena noticia. Subió a su habitación en completo silencio, entrando a la misma, cerrándola y quitando el despertador, si querían algo de ella sabían dónde buscarla. Cerró una persiana para dejar la habitación lo más oscura posible y descansar.
Se miró al espejo, tenía una pequeña gasa en el rostro que cubría el arañazo, pero mañana podrían quitársela. Se quitó la ropa y se cambió, tirándose en una de las camas, durmiendo casi al instante.
Luego de unas cuantas horas durmiendo, supuso que ya era hora de despertar para marchar, si era temprano, mejor. Así pues, la IA salió de su habitación en dirección al ala médica, donde ya le esperaban.
—¿Te sientes con energía? —Preguntó el anciano, ella asintió, se sentía notablemente mejor—Te espera un curioso viaje por todo el valle hasta llegar a París—
—Con un poco de suerte no te encontrarás con ninguna persona indeseada, y si eso, puedes cambiar su peso corporal por plomo—La IA soltó una risilla, sentándose en una camilla. Luego de un rato, con todo el protocolo ya hecho y luego de ducharse y vestirse, subió a desayunar, encontrándose con sus compañeros, quienes le saludaron—
—Último día aquí, ¿Eh? —Le saludó Araziel, la IA asintió, sentándose a su lado—
—Me espera un curioso viaje—Respondió esta—Con suerte llegaré de una pieza—
—Siempre puedes ir con un arma—
—Siempre voy con un arma—Señaló su mochila, que había dejado a un lado de la silla—Aunque guardo sus balas para ocasiones especiales—
—Y tanto que especiales, ¿Quién te dio esas balas negras? —Era el encargado de Zack, Davenport—Un metal altamente corrosivo y peligroso—
—La doctora Sumire Muroto—Respondió con serenidad—No deberías tocarlas mucho, son para detener a sus bestias, a un humano lo derretiría casi al instante—
—Lo sabemos, espero que no te importe, solamente tomamos una bala de muestra que regresamos al tambor y recogimos muestras del resto—La IA negó con la cabeza—Una tiene un veneno que mataría a cualquier persona en muy poco tiempo y la otra es un metal que puede atravesar carne humana como si fuese papel—Suspiró—Ocasiones especiales…—
—El día que encuentre a Dido, una de esas balas irá a su cabeza, creo que con eso te puedes hacer una idea—El hombre asintió—Se la robé a un asesino… extraño, parecía bastante conocido—
—Jack Acero, tratamos con él un par de veces—Atajó Ailane tras recordar la forma del arma—Era bastante peligroso para una sola persona, podía jurar que era más metal que carne—
—¿Cómo es que puedes reemplazar carne por metal sin morir en el intento? —Preguntó Araziel—
—De la misma manera que se pueden crear personas desde cero—Respondió la IA—No pertenecía a NEXT, y eso era lo curioso—
—Parecía de un proyecto más oculto y secreto que ese—
Discutieron más en base a ese tema, pero la hora llegó y la IA tenía que irse. Se encontraban todos en la salida del centro de desarrollo, al lado de un coche pequeño donde la IA ya estaba lista para partir: Primer destino, la mafia.
—Hasta que volvamos a vernos, Edge—Asintió Stefan, despidiéndose. La IA se despidió—
—Fue bueno pasar tiempo aquí con todos, volveré lo antes posible, lo prometo—
—Más te vale volver de una pieza o me molestaré contigo por querer hacer todo sola—Era Zack, quien parecía molesto—
—Lo sé, entiende que es algo para el futuro—Se acercó, pero él parecía no querer aceptarlo y la IA lo entendía—Volveré por ti cuando estés listo, te lo prometo—
—Recuerda bien lo que me prometiste—Secundó Ailane, mirándole con una sonrisa, la IA asintió—
—No quedarán ni sus recuerdos—Se acercó rápidamente a ella, abrazándola—Cuídate, espero que salga todo bien—
—Mantén el contacto, por favor—La IA volvió a asentir—
—Nosotros nos quedamos con ganas de seguir recopilando datos en el Ala de Tesla, así que más te vale volver, porque estoy seguro que tú también quieres seguir probando ese juguete—Asintió Stefan otra vez, la IA asintió mientras se reía por lo bajo—
—Supongo que debo marchar, fue un gusto haber estado aquí—
Tras otra corta despedida, la IA puso camino a París, primero debía ir a cumplir su promesa con la mafia, tenía que entregar el arma a cambio de matar a una persona, lo cual sería terriblemente sencillo. Le habían dado otra pistola para el camino, la cual tenía justo a su lado, por lo que sería casi que mover la mano para sacarla y disparar. El trayecto sería de unas seis horas.
Seis horas que pasaron como tiempo regalado, para su suerte y gracias al planeamiento previo con personal militar, el trayecto fue rápido y sencillo. Llegó hasta la estación norte de la ciudad y, bajo miradas esquivas de muchas personas, recogió todas sus cosas y entregó el coche a una persona que le esperaba, le habían indicado hacerlo así para entregar el mismo a la agencia de donde lo habían prestado.
Sin ninguna burocracia, puso pie hacia el centro de la ciudad, entrando al hotel aquel solo poco rato después, donde los recepcionistas la reconocieron y la guiaron hasta el jefe, Michael, quien parecía estar compartiendo tiempo con otra persona y una chica con poca ropa.
—Te traigo esto de vuelta—Sin esperar un saludo, dejó el estuche con el fusil sobre la mesa de él—
—¿Y el otro muchacho? —Preguntó este de vuelta, acariciando a la chica—
—Cumplí mi contrato con él, está con vida si es tu cuestión—Estiró su cuerpo—¿Quién es la persona a la que hay que matar? —
—Directa al grano—Dijo el otro presente, riéndose de la histeria—
—Este tipo, director de una agencia de espionaje que colabora con la inteligencia del gobierno, estamos seguros que puso todos sus recursos en seguirnos la pista—Dejó una funda transparente con muchas fotos del hombre, a la vez de varios recortes de periódicos—Vive en la ciudad, así que ten cuidado, no querrás que te reconozcan—Siguió Michael, acercándole la funda, que la IA tomó mientras curioseaba—
—Entiendo…—Miraba la foto con detenimiento—Haré el encargo lo antes posible—Quizá esa misma noche podía ser un buen momento—¿Quieres alguna prueba de ello? —
—¿Su cabeza te parece demasiado descabellado? —La IA negó con la cabeza—Perfecto entonces, quiero su cabeza sobre esta mesa—
—Creo que me divertiré un poco con él—Encogió los hombros—Si eso es todo, me iré—
—Una última cosa, ¿a quién cojones habéis matado?, llevamos un par de días en que las agencias militares privadas están como locas entre ellas—La IA se había dado vuelva para salir y estaba cerca de la puerta incluso, pero al escuchar a Michael, se dio vuelta—¿Tan importante era? —
—La gente conspiranoica tiene razón en decir que el mundo es gobernado por unos pocos, cinco, para empezar, quienes son gobernados por otra persona, pues es una de esas cinco—El hombre le miró con incredulidad—Es tu problema si no me crees, dado a que está muerto me da totalmente igual, puedes buscar información sobre Albretch Grunewald, cuando vuelva con la cabeza del hombre espero que sepas de quién estoy hablando—
—Albretch… Albretch… desde luego no me suena, pero entiendo el secretismo, que sea un trato—Dio una nalgada a la chica que tenía encima suyo—Que te sea leve, muchacha—
La IA salió del hotel con tranquilidad, guardando la funda con las fotos en su mochila. Tardó poco en llegar a casa de Anthea, al entrar se encontró con ambas dentro, estaban en la sala de estar, almorzando.
—¿Estás de una pieza? —Preguntó Anthea al verle entrar por la puerta—
—Por suerte—Se acercó, dejando su mochila en la habitación vacía, volviendo a la sala de estar—Sobre Lisa…—
—Algo evidentemente tendrá que ocurrir, no hemos sabido nada ella desde que nos dijiste que mataste a ese hombre y la heriste a ella—
—Solo espero que no tengamos nada que ver en ello—Era Aelita, se lo decía a Anthea, quien suspiró con fuerza—
—Aún tengo que aprender a usar esto—Estiró sus dos manos, creando el cubo en frente suyo, ahora más oscuro y rojizo que antes—Es la energía de ellos, encerrada en un contenedor que permite usarla a voluntad—
—Así que fue toda una trampa para ratones—Se giró hacia el cubo—¿Por qué tienes una corona? —Anthea y la IA le miraron con curiosidad—
—Yo… no veo nada—Dijo Anthea, revisando con atención; veía el cubo, pero no una corona—
—Igual solo puedo verla yo o algo por el estilo—Le describió como era: Grisácea, casi transparente y de cinco puntas en el frente, con una más grande que el resto, en el centro de las cuatro primeras. No estaba cuando invocó el cubo, parecía aparecer solamente con el mismo—La corona de una reina, parece de un cuento de hadas—El cubo desapareció con un destello—
—Estarás viendo cosas—Le dijo Anthea, riéndose—¿Qué harás estos días? —Preguntó a la IA—
—Lo de siempre, aunque… igual estaré con un proyecto que tengo en pendiente, el de La Data, tengo que revisar que información tiene—Suspiró—Estaré atenta a los movimientos de Gaia, pero es una ciudad muy grande para ello—
—Ayn Rand quiere hablar contigo sobre eso, no se vio afectado por lo que hiciste, pero quiere asegurarse que no se verá afectado en un futuro—
—Si no mete el hocico donde no le llaman, no tendrán razones para hacerlo—
—Creo que se refiere más a que ataquen a sus hombres por creer que están de tu lado—Atajó Aelita, jugando con su comida—Era un buen punto, desde luego—
—Habrá que ver—Se dejó caer en el sofá mientras suspiraba—
Un par de horas antes, Taelia había despertado, era algo tarde, casi medio día, pero el hecho de que nadie fuese a despertarle quizá le había hecho entender sus intenciones. Abrió las ventanas y se despejó, antes de coger sus cosas para moverse hasta las duchas. Agradeció que los pasillos estuvieran solitarios a esa hora, pero también lamentó que sus compañeros estuvieran ya fuera.
Tras ducharse y cambiarse, bajó hasta el laboratorio subterráneo, encontrándose con un grupo diferente al que parecía que estaba usualmente ahí, ¿La diferencia?, más militares apostados en la puerta de entrada a la planta inmediatamente inferior. Se quedó en un separador mientras miraba, notando que los militares ahora llevaban auriculares anti ruido. Se acercó hasta una sala donde debía ir todos los días a un chequeo de rutina, no encontrándose a nadie, pero alguien llamó su atención, el psicólogo al que usualmente asistía.
—¿Buscas al personal? —Tenía un consultorio al frente del mismo que compartía con varias personas más las cuales no estaban presentes—
—Sí, hoy descansé hasta más tarde por lo de anoche—El hombre asintió—¿Dónde están? —
—Abajo, ocurrió algo con uno de los niños de abajo y tuvieron que ir, no sabemos que pasa que cada uno de vosotros se vuelve loco al escuchar algún ruido de ahí, tu compañera… Luciana, no pudo descender de la entrada, escuchaba el ruido desde arriba que no podía describir—
—Yo… no escucho nada diferente—Intentó afinar su oído, pero el aislamiento del concreto era superior—
—Eso es bueno, de lo contrario no querrías ni existir ahora mismo—Suspiró—Los militares tienen auriculares, te recomiendo ponértelos si piensas bajar, pero vuelve ante la más mínima señal, ya sabes que eres la más peligrosa y la más difícil de controlar cuando te sales de control, incluso aquí—Era un necesario recordatorio—¿Tienes el diario? —Asintió, dejándole el diario donde tenía que anotar un auto análisis de cómo se iba sintiendo, era algo experimental, pero debía entregárselo cada semana—Bien, quizá la doctora quiera verte, en la noche vas a partir con tu promotor—
—La verdad que apenas tengo ganas de salir, pero me hace ilusión conocer la ciudad—Sin más que decir, el anciano sonrió, dejándole marchar. Se acercó hasta los militares, quienes no parecían hablar su idioma precisamente, o no lo sabía. En lugar de preguntar, señaló sus oídos, señal suficiente, ella tenía permiso para ir y volver de ahí según tenía entendido—
—Aquí tienes—Dijo uno de ellos, entregándole unos auriculares anti ruido que le iban bien—La doctora la encontrarás en el camino—Taelia asintió, pero antes de poder ponerse los auriculares, pudo ver como el gran portón de seguridad se abría lentamente, pero no pudo ver exactamente quién era porque, un sonido espectacularmente corrosivo, áspero y, sobre todo, agudo, invadió su cabeza como si fuese un pensamiento propio. No sabía su origen, pero lo escuchaba bastante fuerte y tuvo que taparse los oídos, dejando caer los auriculares en el momento. Se sentía demasiado extraña, sentía calor correr por su cuerpo y su éxtasis subir como la espuma, con un gran nerviosismo y una notoria falta de control sobre si misma. El sonido le hacía muchísimo daño y solamente podía aguantarse, pero era fácil decirlo. Corrió lo que pudo hasta cruzar el separador, pero el sonido nunca se detuvo, cayendo al suelo de rodillas mientras se tapaba los oídos, ahogando un grito de desesperación. El sonido era horrible para ella, provocaba en su cuerpo una respuesta muy agresiva que no podía controlar, se sentía en un maldito éxtasis. Para su buena suerte, algún soldado valiente logró colocarle los auriculares en los oídos a la fuerza, alejándose de ella al momento, quien se dejó caer sobre sus brazos, apoyándose en el suelo mientras miraba al mismo, arrodillada. Jadeaba con fuerza mientras intentaba tranquilizarse, pero ni aún el sonido más blanco existente podría calmar fácilmente ese estado. Al final, terminó por apoyarse contra la fría pared de concreto mientras algunas personas que comenzaba a reconocer rápidamente se acercaban, el anciano entre ellas.
Tras un corto rato, la llevaron a un consultorio médico al otro lado del mismo laboratorio, encontrándose con varios niños más, entre ellos, Tina Sprout, la francotiradora. Algunos estaban sutilmente encadenados, pero las cadenas eran más un añadido psicológico que otra cosa. Sin querer perder más, se sentó en una camilla adyacente a la de la americana, el personal adulto pareció marcharse.
—Fue… horrible—Suspiró con fuerza, aun jadeando—
—Veo que no te esposaron—Dijo la americana, rompiendo rápidamente el hielo—
—Puedo romperlas todas con mis manos, así que no tiene sentido—Se cruzó de piernas—
—Aún te brillan un poco los ojos, veo que no arreglan aún el problema—
—¿Qué ocurre abajo? —
—No lo sé con seguridad, parece una persona como nosotros que puede hacer un ruido que nos vuelve salvajes, es una suerte que pudieron hacer algo a tiempo contigo—Taelia asintió, dejando los auriculares a un lado, en el momento que la puerta parecía abrirse, se los ponía rápidamente para evitar sorpresas—
—Yo te hacía fuera—
—En la noche, no suelo estar despierta a esta hora, pero lo de hoy fue algo especial—Sí, se le podía notar muy adormecida—
—Eres como un búho—Ella asintió—Vives de noche y casi que puedes ver de noche—
—Tú eres algo así como un gorila o un Berserker, no importa cuánto daño te hagan, siempre devolverás el daño multiplicado y eres muy agresiva cuando te enfadas, aún compartes esa cualidad con ellos—Taelia se dejó caer sobre la camilla mientras se reía por lo bajo—¿Crees que el experimento será complicado? —
—¿Lo de los guardias civiles? —Tina hizo un sonido afirmativo—Ni idea, pero tampoco le tengo muchas esperanzas, sé que a la mínima que haga algo mal me enviarán de vuelta aquí—
—Estamos igual, por lo que veo—
—La diferencia es que a ti te manda el ejército y a mi la directora del proyecto, así que contigo serán más permisivos—Tina parecía no estar de acuerdo—
—Desde el ejército te estaban halagando anoche por detener a los fugitivos con una facilidad envidiable—Eso llamó la atención de Taelia—Estaba con mi promotor anoche por esa zona, pero no nos acercamos porque Saraí nos dijo que no era necesario—
—Sí, no dejé de recibir halagos toda la noche—
—¿No piensas en unirte? —
—Ni mi madre ni mi hermana aprobarían algo como eso y yo tampoco, sinceramente, pero solo por el momento—Se volvió a sentar en la camilla, girándose hacia ella—
—¿Tu hermana? —
—La única persona que puede controlar al monstruo que te tendió la trampa, Edge—Tina asintió—
—Algo me contaron de ella, pero no presté mucha atención porque no parecía importante—
—A mi tampoco me lo parece, pero nosotras solamente somos experimentos, los de arriba lo sabrán mejor—Parecían de acuerdo en ello—
—¿Estás bien? —Taelia parecía bastante molesta por algo—
—Simplemente tengo hambre, tengo que venir antes de comer algo y dado a esto no puedo comer nada hasta que no me hagan el chequeo y me molesta—
—Ahora entiendo que tengas esa etiqueta—Sí, era un buen punto, desde luego.
Quedaba averiguar el qué causaba ese sonido, y sobre todas las cosas, saber qué ocurrirá ahora tras la incidencia de Gaia y Guardián, debía llamar a la IA para saber que tenía en mente, no quería escuchar alguna mala noticia.
CONTINUARÁ
Próximo capítulo: La reina de negro y escarlata (Parte III)
¡Gracias por leer!, espero que el capítulo os gustase.
Y… poco más, la verdad. Que jodido calor hace estos días.
Reviews:
Titokenny01: Quizá no lo hicieron por miedo a una mala respuesta, quién sabe. Bueno, no diré nada más que igual hago spoiler. ¡Muchísimas gracias por leer!, espero que el capítulo te guste.
Draoptimusstar3: ¡Muchísimas gracias por el comentario!, espero que el capítulo sea de tu total agrado.
Y… nada más, espero que la estéis pasando bien en estos tiempos peludos.
Nos leemos pronto,
¡Adiós!
Never give up, Never Surrender
