Corporación Guardián (Parte III)
Se acercaron al hotel donde se hospedaban, viendo que apenas estaban llegando miembros del equipo tras una buena fiesta. Aelita y Edge subieron por sus cosas a la habitación, por suerte, lo tenían ya todo recogido y era solo cuestión de recoger sus mochilas.
—¿Estará aún despierta Sophie? —Preguntó a sí misma la pelirrosa, colgándose su mochila en la espalda—
—Está abajo—Indicó la IA—
Bajaron, ya con sus cosas, encontrándose con la mánager en compañía de este Mihaly, quien le estaba entregando una carta.
—¿Todo bien? —Preguntó de primeras Aelita, pues no se esperaba que el líder se bajara del coche en donde iban los cuatro—
—Si, solamente le estaba dando un justificante de que te llevamos con nosotros—Indicó el propio Mihaly, girándose hacia ella—Toma, es esto—Le entregó una copia de la carta, que no era más que un justificante básico indicando qué y quién se hacía cargo de ella durante ese tiempo…—
—Vale, me quedo más tranquila—Dijo la mánager, aún aturdida por la fiesta—Pensé que te quedarías hasta la mañana—
—Es mejor ahora, así podemos volver antes—Indicó Aelita—Nos veremos a la vuelta—Se despidió de ella y de los pocos que aún pululaban por ahí, subiendo al coche con Mihaly y Grimm, en compañía de Edge.
—Nuestro destino final es la ciudad abandonada de Nordvik, muy adentro de la propia Rusia, desde ahí nos moveremos en coche hasta dentro del permafrost—Indicó el líder—Viajaremos en avión, esto nos costará unos cuantos días, os proporcionaré vestimenta para el frío—
—Antes iremos a la mansión de Dramak, ¿no es así? —
—Sí, solamente porque necesito hablar de algo con él, será poco tiempo—Indicó—
El trayecto hasta un aeropuerto privado fue bastante silencioso. Se acercaron hasta un avión… curioso, un reactor que parecía algo antiguo.
—Es uno de mi colección—Dijo al bajarse del vehículo—Tupolev Tu-14, un bombardero de la guerra fría, tendremos espacio para los cuatro adentro—
—Se ve bastante bien cuidado para tener tantos años—Dijo la Neo—¿Llegaremos bien con este trasto? —Él asintió—
—No es la primera vez que lo uso para eso, lo he adaptado para aterrizar y despegar de cualquier tipo de terreno, así que tendremos que ver—
Con ayuda de parte del equipo de Guardián, los adecuaron para la travesía aérea que les esperaba. Subieron y se acomodaron, había dos asientos adyacentes al piloto y uno abajo en un pequeño ventanal donde se ubicaba también una mira muy curiosa. Había un asiento en la parte trasera del avión, pero todos se sentaron delante, con Edge en el ventanal y los dos hombres de Guardián delante. Comenzaron a moverse por la pequeña pista y a los diez minutos, tras una breve comprobación, ya estaban sobrevolando Moscú.
—Es una experiencia curiosa—Indicó la Neo, mirando el amanecer desde su privilegiada posición—
—Lo es—Indicó Mihaly—
—Ahora de verdad, ¿A qué os dedicáis en verdad? —
—Trasfondo, somos una PMC, una empresa militar privada, damos apoyo militar a quien nos pague por ello—Indicó—Eso para el mundo, pero para vosotras, nosotros somos los que se encargan de revertir todo lo que haga Gaia, y, sobre eso, nos encargamos de reducir su influencia lo más que podemos—
—No tenemos poder suficiente para hacerles frente en ese tipo de guerra, así que tenemos que reducir su influencia y ganarla por nuestro lado—Secundó el aprendiz—
Arcánge, Oblast de Arcángel, Norte de Rusia Europea. Dos horas después.
Un vuelo silencioso y acogedor los llevó a su primer destino, a las afueras de una ciudad costera en el mar Blanco. En su caso, en la zona más interior. Un gran descampado al lado de lo que parecía un campus, les dio un sitio para aterrizar sin ningún problema, usando el empuje invertido para dar un freno rápido en el terreno. Tras apagar los ruidosos y ensordecedores reactores, Mihaly habló.
—No os asustéis por la falta de presencia humana en este sitio—Dijo—Ni por las marionetas… este sitio es un espacio de pesadilla, por eso estaremos poco rato, así que no os dejéis intimidar—Soltó sus cinturones—No habléis con las marionetas ni con nadie que no sea Dramak, por seguridad de todos—
—Con tantas advertencias, parece que estemos en una cárcel—Indicó la IA—
—Es que este sitio era un internado, luego ese loco lo compró para… hacer lo que sea que esté haciendo—
Salieron del avión con rapidez, viendo con más claridad el gran campus, compuesto de varios edificios dando centro a una pequeña plaza. El ambiente era bastante tétrico, un silencio abismal y sin signos de vida humana. Se podían ver pequeños railes por los que pasaba alguna que otra marioneta con velocidad. Caminaron por la plaza, sintiendo una muy incómoda sensación de ser observados por la nada, un ambiente liminal bastante… malo.
Se adentraron en un edificio extraño, parecía un internado, una recepción con… ¿una persona humana?, ¡El sitio estaba repleto de marionetas!
—Venimos a ver al director—Dijo el líder a la persona ahí, una anciana que… no parecía muy cuerda—
—¡Ah, director!, ¡sí! —Comenzó a mover algún tipo de palancas y mecanismos en su cubículo—La marioneta os llevará con él—Una marioneta sin rostro, únicamente madera en una plataforma dentro de los raíles—Seguidlo—
En silencio, sin molestar, siguieron a la marioneta hasta un lugar que parecía ser un gran despacho. Entraron, estaba solamente él viendo cámaras de seguridad.
—Vine a traerte lo que pedías—Dijo el líder, dejándole una maleta encima del escritorio—
—Y viniste con compañía—Dijo el mismo director, girándose hacia Edge y Aelita—Gusto veros con vida—¿Traes lo que te pedí? —Mihaly asintió—Perfecto—¿Damos una vuelta? —
—Esto parece peligroso—
—Tú espera—
Salieron del despacho con Dramak a la cabeza, explicándoles con todo lujo de detalles. Caminaron por un edifico tétrico, poco iluminado y lleno de railes con marionetas simulando seres humanos y, los humanos que había parecían estar completamente locos. Un internado religioso donde antiguamente se hicieron rituales casi paganos, explicó el director.
—En este sitio se hizo un sacrificio muy extraño—Indicó el director. Entraron a una capilla algo grande, con una concavidad en la que se veía un altar y una cruz con clavos reales, donde parecía que habían asesinado a alguien, pues estaba lleno de sangre y… se veían agujas sobresalir de la madera. Los asientos estaban ocupados por marionetas de niños, los cuales simulaban voces y rezos—Toda su sangre se desperdigó por los que estaban aquí rezando—
—¿Qué clase de ritual religioso es ese? —Preguntó la Neo—¿Con su propia sangre? —Dramak asintió—
—Nunca se supo qué pasó, ¡Así que es un buen secreto! —
—No sé qué te entusiasma tanto—Suspiró la misma—
—Te tengo una prueba, si la pasas, te daré un regalo—
—¿Qué podría querer de ti? —
—Vamos, no seas tímida—Dijo—En el otro edifico tengo… una zona llena de personas mentalmente inestables, personas que se perdieron en la senda de Dios y ya no tienen forma de volver—Se giró hacia ella—Si llegas desde la entrada hasta aquí intacta, completando un simple puzle, te daré una recompensa—
—No tenemos mucho tiempo—Asintió el líder—¿Estás seguro? —
—Iréis a la zona del impacto, ¿verdad? —Mihaly asintió—Entonces le servirá para calibrar sus sentidos—
—Si insistes—Dijo la Neo—
—Las reglas son simples: Sal intacta y no mates a nadie, puedes aturdirlos, pero nada de asesinarlos—La Neo asintió—Vamos, te diré desde donde, nosotros te observaremos—Le dio una llave blanca plastificada—Dile a la persona de la entrada que quieres hacer una prueba, ella sabrá—
Llegaron a una zona del internado que estaba cercada por una pared gran de ladrillos y vallas electrificadas, escuchándose un gran bullicio dentro.
—No soy responsable de la mitad de las cosas que pasan dentro, pero me sirve de inspiración para mis obras de teatro—Indicó—Esto pertenecía a la antigua unión soviética, un orfanato donde se hacían experimentos con humanos—
—Esto no va a ser coser y cantar—Dijo la Neo—
—Lo sé, así que tu compañera va a ver lo que hagas—Edge le entregó su abrigo negro a Aelita, no quería romperlo—Buena suerte, te estaremos observando—Le entregó unos manos libres—Nos vemos en la recepción original—
—Vuelve a salvo—Le dijo la pelirrosa—
—Mantente a salvo—
No le preocupaba Aelita, sabía que había alguien más cuidándola y, en un sitio tan remoto, donde un crimen podía ser muy posible, ninguno se arriesgaría a cometerlo y causar un gran escándalo. Mientras pudiese sentir la señal de su móvil, para ella era suficiente.
De una serie de saltos, Edge logró entrar… encontrándose con una entrada encima de varias escalas y un decorado dórico. Pasó la puerta, encontrándose marionetas, un hedor a podrido y cosas putrefactas que… le hacían revolver el estómago. Justo tras la puerta, en un recibidor lleno de sangre, marionetas y algunos esqueletos que parecían muy reales, estaba una secretaría con las ventanas valladas en metal. Se acercó, viendo a una anciana peliblanca, con la mirada completamente dilatada y un semblante… drogado.
—Vengo a hacer una prueba—Enseñó la llave. Le hizo un ademán—
—Dame, dame—Le dijo con un tono horripilante—Buena suerte…—Se echó a reír con manía—Tu objetivo es salir, la salida está en el segundo piso, pero… no sabemos que pasó en el orfanato—
—Entiendo—Dio un paso hacia atrás—Gracias—
No sabía por dónde empezar, pues la recepción constaba de dos pasillos hacia los lados y una puerta extraña al lado de la secretaría. La puerta parecía estar sellada y los pasillos oscuros. Dio un ligero zapatazo, viendo que el edificio parecía ser una carrera de obstáculos. Sentía levemente algunas presencias humanas, pero al girar su cabeza, solo veía marionetas de niños, algunos adultos y monjas religiosas. Se escuchaban algunos parafraseos en ruso por los altavoces del edificio, pero desconocía que decía. Caminó por el pasillo de la derecha, con muchísimo cuidado. Escuchaba golpeteos y algunas habitaciones en las que no había raíles en el suelo, las cuales vislumbraba con cuidado.
—¡Nueva! —Escuchó desde atrás, una voz pestilente y grave de una persona de su altura, desnuda, con una máscara victoriana en su rostro, así de primeras no pudo saber qué era con exactitud, solamente tenía un hacha en su brazo—
—Mierda…—Susurró, logrando dar un paso hacia adelante, esquivando el golpe—¡Abajo! —Se giró, dando un zapatazo que liberó una descarga de electricidad a la persona, la cual cayó dormida al suelo—Esto va a ser complicado—
—Mucha de esa gente lleva aquí más de diez años, los delincuentes psicóticos llegan aquí, algunos, como ese sobreviven—Dijo la voz de Dramak desde las manos libres—
Siguió su camino con más cuidado. Vio una puerta que la dejaría pasar al siguiente lado, pero estaba cerrada y tenía un accionador electromecánico que estaba apagado.
—El accionador está en algún lado, ¿verdad? —Con tocar el mecanismo pudo ver que estaba en el sótano, para su suerte, a la izquierda tenía una escalera en caracol, con una puerta rota, que la llevaría hasta ahí—
—No le temes a la oscuridad, ¿verdad? —Preguntó—Ten cuidado ahí—
Edge bajó con rapidez la escalera, encontrándose con un sótano de madera y oscuro y encharcado con un líquido pestilente que desconocía su composición. Pudo vislumbrar un generador de electricidad justo al fondo, pero cuando quiso dar un paso, vio la figura de una mujer erguida, con un ladrillo en su mano, jadeando. Dado a que estaba en algo líquido, era terreno favorable, pero…
—¿Hay más? —Escuchó varios gritos muy cerca suyos, obligándola a moverse con rapidez por el sótano, esquivando golpes casi por instinto— ¡Se acabó! —Dio un zapatazo al suelo, liberando electricidad que pudo dormir a los presentes. Se acercó al generador, solo necesitando un golpe para encenderlo. Volvió a la puerta, accionando una palanca que le permitió pasar al siguiente pasillo, el cual pasó a gran velocidad, pues sentía nula presencia humana y no le apetecía husmear por las ventanillas.
Llegó hasta las escaleras, cuando se disponía a subir las escaleras, escuchó un dulce cantar justo al final de estas, un cantar humano. Subió con precaución, viendo a una señora obesa, muy grande y alta, con atuendo de monja, bailando con una marioneta de madera de una niña pequeña. No se fijó en Edge, pues esta logró pasar con cuidado hasta que…
—Una niña… ¿una a la que cuidar? —Preguntó la mujer con ternura. Edge se puso de pie, mirándola con desafío—Una descarriada—Levantó con furia la marioneta y la lanzó hacia ella, la cual pudo esquivar—
—¿Qué cuidar cuando no tienes niños a quién cuidar? —Cuestionó el director—
—Cuídate de ti mismo—Le dijo—
—O de ti—Se lanzó hacia ella, pero Edge pudo esquivarla con previsión, logrando moverse con gran velocidad hacia un pasillo donde se vía una ventana tapiada con madera, cuando intentó girar hacia el otro lado, se encontró con una persona que la tomó por sorpresa; Un hombre muy alto, gordo y fortachón con una viga metálica en sus brazos. Intentó parar el golpe con un escudo de energía, pero este fue roto dado al impacto, ya que no le dio tiempo a prepararlo; La viga la golpeó en el hombro derecho, por suerte, y gracias al peso, logró tambalearse hasta el lado contrario, escabulléndose de ellos.
—Duro golpe—Burló este—
—No fue nada—
Siguió corriendo por el pasillo, encontrándose con una procesión de marionetas que no le dejaba pasar bien, pues estaban tamponando un pasillo que, por lo que veía, daba tanto a la salida como a una capilla. Se fijó en ella de reojo, viendo y escuchando de primicia a una persona colgada en una cruz, sangrando, con las manos clavadas en la misma, había un montón de sangre corriendo por el sitio.
—Qué clase de infierno…—
—No necesitas saberlo—Dijo Dramak—Ellos están locos, por eso están aquí—
Edge corrió con rapidez por el pasillo, encontrándose con la puerta, sellada con un mecanismo extraño, no era mecánico o eléctrico, estaba sellado con energía… y un papel.
"Una fuerza imparable no existe si existe un objeto inamovible"
—A la fuerza, ¿eh?
—Inténtalo—
Edge juntó sus manos en la puerta, electrificándola y empujando hacia adelante, viendo como esta se abría sin apenas esfuerzo.
—…No entiendo—Cruzó la puerta, viendo el exterior—¿Tan sencillo? —
—No teníamos nada preparado—
Edge volvió con ellos en la recepción del otro edificio, ya habían cargado el avión con combustible y estaban listos para partir.
—Por desgracia, no estás intacta, así que no pasaste la prueba—Dijo el director—Pero te daré un premio igual de valioso—Se inclinó hacia ella—Una parte de tu memoria se encuentra en poder de Gaia, específicamente de Maersk, parece que ella se encarga de custodiar este tipo de cosas—
—y tú… ¿Cómo sabes que estoy buscando algo así? —Cuestionó de vuelta, sin nada de confianza—
—Las noticias vuelan—Dijo—Una persona de la base vuestra nos dijo que te llevaste las memorias, así que supuse que las estabas buscando—Edge frunció el ceño—No sé cuántas sean, pero lo único que te puedo decir es que ella custodia una de esas—
—Lo tendré en cuenta—Dijo—Ahora será más complicado conseguirla—
—Buena suerte en vuestra aventura—
En cuestión de minutos lograron rodar por el descampado hasta poder alzar vuelo a su destino final.
—No te ves muy alegre, Edge—Indicó el propio Mihaly, pues la podía ver de reojo abajo suyo, mirando por el ventanal—
—Lo que era un secreto ahora resulta que lo sabe todo el mundo—Le inquirió—
—No todo el mundo—Dijo—Que él lo sepa, no quiere decir que en Gaia lo hagan, simplemente habrá sido una charla de café—
—Aun así—Suspiró—Ahora será muchísimo más complicado encontrar las otras partes—
—No preguntaré para qué lo quieres, pero ahora sabes dónde está una de ellas, así que tan complicado no será… esa niña aún no es nada ni nadie para enfrentarse contigo—
—La idea es hacerlo de forma pacífica—Atajó Aelita, de primeras—No queremos romper el acuerdo atacando a Gaia—
—No tiene que ser dentro del acuerdo—Indicó el líder—Intenta atraparla en tierra de nadie yy negocia, es lo único que veo factible—
—Tiene razón—Dijo la IA—Gracias, Mihaly—El hombre asintió—
—Simplemente intenta no hacerle daño, el resto… debería ser sobre ruedas—
El viaje fue bastante silencioso, largo y aburrido. Había algo de música, que poco a poco se fue quitando por lo repetitiva que resultaba. Más de cuatro horas tardaron en aterrizar en un aeropuerto privado… casi en medio de la nada en el océano ártico, o eso parecía, pues había una pequeña guarnición de personas que parecían ser de la corporación.
—Ponte esto, Aelita, afuera hará muchísimo frio —Dijo Grimm, quien le entregó ropa térmica que, si bien le iba algo grande, debía reconocer que era mejor que ir con la ropa que tenía. Bajaron del avión gracias a la ayuda de los hombres en tierra, quienes saludaron al líder —
—¿Alguna novedad? —Preguntó el mismo —
—Nos han informado de un desaparecido hace una semana en un asentamiento cercano, se cree que estaba de camino al sitio al que vais y no ha vuelto —Dijo uno de los presentes —No hemos corroborado las pruebas ya que no podemos dejar la base —
—Nosotros nos encargamos —
Dejaron las cosas en el vehículo, una camioneta todoterreno, y partieron a gran velocidad por una estrecha carretera, ¿su destino?, el asentamiento. Se acercaron al mismo, que constaba de pocas casas y algunos edificios costeros con algunas pocas personas presentes, pero todas reunidas en lo que parecía ser un bar, con un cartel de "Desaparecido" escrito en ruso, que tenía la foto de un hombre adulto de unos cuarenta años. Edge se quedó cerca de Aelita mientras Mihaly y Grimm recababan información sobre el desaparecido.
Rápidamente volvieron a la carretera, ya era más de medio día.
—Tiene familia ahí, estaba de vuelta y seguramente se desvió —Dijo el líder —Es una situación inusual —
—Espero que no lo encontremos en ese sitio precisamente —Dijo Edge —O puede salir muy mal —
Sin saber exactamente a qué se refería, se aproximaron a un sitio donde todos, incluida Aelita, podía sentir una extraña disrupción en el ambiente, viendo como el bosque de taigas se iba reduciendo poco a poco hasta ver un sitio árido, con una extensión de decenas de kilómetros. El coche tenía problemas eléctricos, pero eran subsanados gracias a la intervención de Edge, lo que les permitió acercarse varios kilómetros.
—Nos acercamos al epicentro —Dijo finalmente el hombre—Cuidad de vosotras mismas, yo y Grimm haremos lo nuestro—
Salieron del coche. Al hacerlo, y fijarse en el centro de una grandísima circunferencia que había penetrado tanto en el suelo que ahora mismo se veía la misma caliza, había una perturbación… rara, se veía con mucha energía, cambiando su forma constantemente, emitiendo una muy fuerte radiación energética. Edge tomó la mano de Aelita para protegerla de la radiación, creando un campo de repulsión, usando un campo magnético para desviar cualquier peligro.
—¡Mihaly! —Gritó Aelita, señalando al frente, pues había vislumbrado una figura adulta que no era ellos—¿Puede ser él? —
—Lo es—Dijo el mismo, remangándose—Preparados, no creo que ese hombre esté cuerdo ahora mismo—
Se acercaron con precaución, intentando llamarle, pero cuanto más se acercaban, más se daban cuenta que no escuchaban ningún sonido más que un ruido blanco. Caminaron rodeando pro ambos lados la gran circunferencia que había en medio, viendo al hombre con sus ropas casuales, arrodillado y con las manos apoyadas al suelo.
—¿Estás…? —Intentó preguntar Aelita, pero vio como la figura levantaba su cabeza, mirándolos con ojos negros, vacíos. Edge notó un súbito movimiento de esa persona, moviéndose hasta estar en frente de Aelita, protegiéndola de un ataque invisible que logró parar el campo—
—Este no está cuerdo—Se giró hacia él, viendo como Mihaly corría hacia él, a pesar de su avanzada edad, aún estaba en una forma muy buena. Aun así, cuando intentó entrar al cuerpo a cuerpo, el ser se movió con una velocidad vertiginosa hacia otro lado, sorprendiendo a todos—Mierda…—Hizo una X con sus brazos al ver cómo se acercaba a ellas, logrando parar con dificultad al hombre. Lo echó para atrás del impulso, pero… su energía parecía estar anexada a la transparente circunferencia, no sabía si debía romper la circunferencia o a él—
—¡Edge! —Gritó Mihaly—Intenta romper su atadura, yo me encargo de la esfera—
La albina entendió el mensaje al instante, atacándolo con algunos rayos de electricidad, pero sin separarse de Aelita, pues ahora que su cristal estaba roto, no tenía manera de asegurarse que estaría bien. En un momento dado, recordó su comodín…
—Xana…—Se concentró, logrando invocar la Cuna, la cual desapareció en un destello negro, invocando una gran aura poderosa—Por favor, hazte cargo, no puedo dejar sola a Aelita—
—A sus órdenes—Dijo en voz traviesa, pues parecía estar deseosa de luchar—¡Ven aquí! —Le gritó al ser, volviéndose del doble del tamaño de Edge, flotando en el aire a varios metros. El ser, quizá con miedo, le dio un grito poderoso del cual se pudo ver una gran descarga de energía en forma de ondas sonoras—Esto será divertido—
Xana se dividía en varias partes, intentando acercarse, pero cada vez que intentaba atacarlo, el hombre se movía rápido y soltaba un potente grito que la obligaba a evadirlo. Más de siete intentos hasta que dejó de acercarse y se puso tras Edge y Aelita.
—No puedo acercarme si esa cosa no deja de gritarme—Dijo la IA—Necesito que lo neutralices justo cuando él vaya a gritar—Edge asintió—Me vale cualquier cosa—
Edge, asintiendo, vio como Xana comenzaba a dar vueltas sobre el tipo, el cual parecía completamente absorto en el humo que lo rodeaba. Edge preparó una pequeña, pero potente esfera de energía muy concentrada en su mano libre. Aelita podía notar como toda la energía de Edge se concentraba en una esfera del tamaño de su puño. Xana se puso en frente de ellas, a varios metros de altura, mirando al hombre. Cuando este intentó gritar al ver que el humo se abalanzaba sobre él, Edge movió su mano como un pesado péndulo, liberando la esfera que viajó a gran velocidad hasta impactar contra el pecho de él, logrando ahogarle el grito. Xana, aprovechando el ataque, logró acceder al cuerpo de aquel ser controlado y, de una manera u otra, romper la atadura que tenía con la perturbación presente, robándole gran parte de su energía, o como lo habían bautizado Edge y ella, su "núcleo". El hombre cayó bocarriba casi sin aliento, pero aun vivo. Xana se acercó a Edge con una esfera muy brillante en sus manos.
—Genial, buen trabajo—La recibió en sus manos, logrando que la Cuna del Deseo absorbiera aquella energía—
—¿Por qué…? —Preguntó Aelita a Xana—
—Esta energía sirve para estabilizar la energía de la Cuna, de esta manera, en el futuro, podemos usar más de ella y potenciarla—Dijo la IA—Solamente no sabemos cuál es el límite real—Desapareció en un destello—
—No sé qué es esa cosa, pero hicisteis buen trabajo—Dijo el líder, acercándose al hombre al mismo tiempo que ellas—Está vivo—
—Pero su mente está vacía—Edge se arrodilló al lado de él, tocando con ambas manos la frente de este—No tiene absolutamente nada—
—¿Podemos hacer algo? —
—Puedo intentar crearle una personalidad falsa o… intentar restaurar lo que sea que quede dentro de él, solamente me costará un momento—Los tres asintieron, viéndola trabajar—Mientras tanto… ¿qué es este lugar? —
—Cada poco venimos aquí a estabilizar esto, es el sitio donde ocurrió el llamado "impacto" —Indicó—Lo que pasa es… que, desde hace unos meses, está muy rebelde, no termina de quedarse quieto—Suspiró—Este es el epicentro, hace más de noventa años que Lisa y yo vinimos aquí a matar o… destruir lo que sea que salió de aquí.
Mismo lugar, hace 90 años, periodo entre guerras.
Tras semanas conduciendo en medio de las vacías estepas siberianas, con las reservas casi vacías y apenas alcanzando un asentamiento casi vacío, dos personas jóvenes alcanzaron un sitio que era muy preocupante para el gobierno zarista, pues había diezmado a una gran parte de la vida presente en un radio de más de cien kilómetros.
Caminaron por varias horas en medio de la taiga, esquivando la vida silvestre que podía hacerles daño, viendo, desde una colina, una neblina espesa, de color negro, que había arrasado con gran parte del bosque en su extensión. Brillaba, de una forma translucida, soltando sonidos extraños que se podían escuchar desde la lejanía más absoluta. Había una figura gigante que se veía en el interior del brillo de la inestabilidad.
—Necesitamos acercarnos—Dijo una voz joven, Lisa—
—No podemos hacer más, es morir o morir—Respondió su fiel compañero, Mihaly—
Caminaron con gran velocidad por lo que quedaba de la Taiga del lugar, teniendo que detenerse ante la gran ventisca que se había liberado cuando se acercaron. Caminaron, cubiertos con un escudo de energía que usaba la energía de ambos. El escudo no podía hacer milagros, pero, desde luego, hacía un buen trabajo.
El ser dio un paso, viendo que su tamaño era más grande que un rascacielos, pero no se podía ver a simple vista. Su pisada hacía temblar el suelo como un terremoto y su energía era tan poderosa, que podía destruir toda Siberia con un solo pisotón inyectado de energía. Sin embargo, era vulnerable, no controlaba lo que hacía y eso bastó para que tanto la pareja como su propio ser, se viera víctima de una aglomeración de su propio poder, explotando.
Los remanentes fueron reducidos a una mínima parte, pero aún había un problema, no dejaban de crearse criaturas del epicentro, incluso los animales muertos volvían a la vida cuando un temblor se sentía, todos recubiertos de aquella inestabilidad.
¿La solución?
Contener todo ese poder en un recipiente enterrado bajo tierra.
Presente.
—Entonces no fue tan caótico como pensaba—Dijo la Neo—
—Es que… esta es la segunda vez que ocurre, así que los remanentes históricos ya los habíamos estudiado—Dijo este—El problema es… ¿cómo detenemos esto de una vez por todas? —
—No puedo hacer más por él, debemos llevarlo a la ciudad—Dijo de primeras—En cuanto a tu pregunta…—
—¿Puedes usar la Cuna? —
—No voy a usarla, no me quiere hacer caso últimamente—Inquirió, tampoco le apetecía mostrarla al mismo Mihaly—Mi solución es simplemente mandarla lo que haya al espacio, ya lo hicimos una vez—
—Inténtalo—
Edge se acercó a la zona donde apenas se veía una esfera translucida del tamaño de un grano de arroz, flotando a un metro del suelo. Aelita se acercó a los otros dos, quienes se tomaron de la mano para protegerse, alejándose de Edge, la cual extendió sus manos, encerrando a la esfera con su propia energía, comenzando a rellenarla de la misma, provocando un torbellino de energía repentino el cual fue subiendo de altura hasta ponerlo en sus manos. Lo observó, lo dejó elevarse una decena de metros en el aire y… un gran destello muy luminoso se dejó ver en el cielo, con un gran haz de energía elevándose hasta ahí, creando una nube de huracán que rápidamente pareció dispersarse.
—Tienes razón, no funciona—Dijo finalmente la Neo, cuando el torbellino se deshizo—La energía vuelve a acumularse aquí—
—A eso me refería, el problema tiene que estar metros y metros bajo tierra, pero no tenemos ni la forma ni el tiempo para averiguarlo—
—Después de todo el espectáculo, ¿me estás diciendo que nada sirvió? —Preguntó el aprendiz, llevándose las manos a la cabeza—
—No del todo, esto os ahorra unos cuantos meses de trabajo, por unos días la energía será expulsada al espacio por su propia inercia, pero volverá a su estado original—Asintió Edge—¿Sabes de otro sito igual? —
—Nos han dicho que una base del ártico está teniendo problemas eléctricos y de comunicación, uno de mis hombres de confianza aún está de camino a estudiar la zona—
—Entonces es verdad—Dijo para sí misma. Sacó de su mochila un papel A4 que estaba manchado con algo negro, pero servía como mapa. Mihaly lo entendió al momento—Parece que el tercer impacto será en el ártico—
—Miyu…—Susurró este—Sí, si esto os lo dijo ella, tiene que ser verdad… ¿Desde hace cuánto…? —Ambas chicas negaron con la cabeza—
—No sabemos, simplemente tenemos la información de que ocurre y punto—Indicó—El resto de las cosas es vuestro problema—
—Dado a que esto puede ser un problema global, podrías ayudarnos a controlarlo—
—Eso lo decidiéremos cuando acabe mis encargos, de momento, salvo que la situación empeore repentinamente, es problema tanto tuyo como de Lisa—La respuesta no gustó al líder, pero la respetaba—
Se quedaron en la zona varias horas más, estudiando el terreno y averiguando más del sujeto, el cual subieron al coche. Al final optaron por volver al no detectar más inestabilidad, era ya de noche. Volvieron a la ciudad, dejando al hombre en el ayuntamiento, volviendo a prisa al aeropuerto donde reposaba el avión con el que volverían.
—Volveremos ahora—Dijo el líder—
—Llevas todo el día volando y no duermes desde ayer—Indicó la Neo—¿Estás seguro? —
—Como aviador, siempre tienes que estar listo para cualquier cosa—Inquirió con voz grave—No hay problema, solo serán unas pocas horas—
Sin cuestionarlo, y tras ayudar al personal de tierra a realizar una comprobación de los sistemas eléctricos y mecánicos, subieron al avión, despegando de la Taiga siberiana con destino Moscú.
Salvo Mihaly y Edge, el resto parecía dormir plácidamente. Edge observaba la hermosura del cielo nocturno sin ninguna iluminación artificial desde su posición en la zona del ventanal, el líder simplemente se centraba en volver a salvo.
A pesar del silencio, quería preguntarle algo:
—¿Qué es en verdad la Cuna? —Le preguntó la IA en voz baja, mirando por el ventanal. El hombre la miró, suspirando—
—Creo que leíste algo de ellos en la base de Gaia, ¿verdad?, tienen un montón de libros de Taumaturgia—Dijo, pilotando, sin quitarle ojo a los instrumentos—
—Más de la mitad de las cosas que dice no se pueden, son todas fantasía—Dijo, mirándolo de reojo—
—Eso es, se escribieron en épocas medievales, muy anteriores a la nuestra—Suspiró—Estuvimos mucho tiempo probando esos métodos antiguos y… la grandísima mayoría era obvio que no iban a funcionar, pero las pocas que servían…—
—Los caleidoscopios… son de esas cosas que pude comprobar que sirven, pero muy limitado—él asintió—¿Y la Cuna…? —
—Era un artefacto mencionado en un papiro muy antiguo, donde se mencionaba que podías extraer el poder más puro de cuatro personas para formar un cubo que contendría una personalidad única para "conceder deseos" —Indicó, enfatizando las comillas—En verdad, lo de los deseos es relativo, es poder hacer cosas con la voluntad de la gente—
—Pero… no siempre, ayer me rechazó dos veces—
—Porque debes hablar con sus partes, entenderlas o… hacer que te obedezca por la fuerza, pero no puedes esperar que lo haga por su propio pie—
—No he conseguido que me hable, me ignora—Dijo—Siempre—
—Entonces debe ser por la fuerza—Suspiró otra vez—O intentar hablar con ellos lo más que puedes, no te puedo decir más—
—¿Y por qué estaba incompleta? —
—Porque Lisa se lo robó, y tuve que agredirla para quitarle mi parte, por eso no podía… usarla—
—¿De quién son las otras dos…? —
—Antiguos aprendices—Dijo—De hace más de noventa años—
—¿Cómo es que dos personas de más de cien años están tan completas?, ¿se puede hacer eso con poder? —
—Sí, aunque no lo parezca, puedes alargar tu vida, pero… puedes morir al instante también por este mismo método—
Llegaron a Moscú por la mañana, aterrizando en el mismo aeropuerto privado del que habían despegado. Sin embargo, ahora tenían otro destino.
—Si descubres algo sobre el tercer impacto, hazme saber las noticias—Dijo el líder a Edge, la cual asintió—Si lo que dice Miyu es verdad, tenemos poco tiempo para comenzar a contenerlo—
—De momento no cuentes con mi ayuda directa, pero te daré la información que buscas cuando tenga algo—
—Os acercaremos al avión, sé que vuestro destino debe ser ahora… ¿Alemania? —
—Vamos al centro de desarrollo de los Neo—Indicó Aelita—Por eso no volvemos aún a París—
—Entonces nosotros nos encargamos del transporte, tómalo como un gracias por ayudar con la inestabilidad—
Cumpliendo su palabra, los hombres de Guardián las llevaron al aeropuerto, donde tuvieron que esperar poco para salir de ahí.
Brema, Alemania. Cinco horas después.
Ya atentos a su llegada, un comité del centro de desarrollo las esperaba a la salida del aeropuerto internacional, sosteniendo un cartel que tenía el apodo de la Neo, "Edge".
—Bienvenidas a Alemania—Dijo uno de ellos—Os llevaremos a la base, los responsables os están esperando—
Tras guardar su equipaje, partieron. Por el camino, Aelita llamó a su mamá.
—¿Cómo ha ido la travesía por Eurasia? —Se escuchaba un bullicio mecánico de fondo—
—Cansada—Dijo—Apenas hemos llegado de Siberia y ya tenemos que partir a otro lado—
—Te acostumbrarás a no tener tiempo para dormir—Bromeó—Intenta tomarlo con calma, ahora te reunirás con gente igual de importante que Mihaly—
—Lo sé, lo sé—Inquirió—¿Cómo ha ido Taelia? —
—Más tranquila, estar en el laboratorio de Sumire la distrae muchísimo—Suspiró—¿Te contó lo que decidió? —
—No he hablado con ella desde hace dos días—Dijo—Pasó algo malo, ¿no? —
—Depende cómo lo veas—La puso al día con la noticia de que al final había decidido acceder al plan del consejo de engendrar un hijo que fuera infectado con el virus—Es una tragedia y una calma al mismo tiempo—
—Es muy joven aun…—Pensó en voz alta—¿Y el resto está de acuerdo? —
—Casi de acuerdo—
París, Isla de Francia. Hace un día en el laboratorio de Ayn Rand y Sumire Muroto.
Tras decidirlo con Anthea el día anterior, ahora era su turno para cumplir su palabra y hablar con sus responsables del proyecto… tenía miedo, se había retractado muchas veces y les había provocado problemas otra infinidad para que, al final, decidiese que seguir con ese proceso era lo mejor para que la dejasen en paz. Sabía perfectamente que no iba ser una buena noticia y no les iba a gustar en lo absoluto, pero… ya debía dejar de comportarse así.
Habían acordado hablar ese tema junto con Anthea. Entraron a una de las tantas salas que había en el laboratorio, encontrándose a Ayn, Sumire y Saraí, todos de brazos cruzados ya imaginándose la noticia. No parecían contentos, pero… tampoco estaban del todo molestos.
—Y bien ¿Qué te hizo cambiar de parecer? —Preguntó de primeras la doctora, cruzada de piernas y de brazos—
—Simplemente… —No sabía qué responderle—Creo que es algo que eventualmente va a pasar—
—Eso no tiene sentido, es obvio que eventualmente pasará—Se quejó la doctora, inusualmente molesta—Después de todo el lío con los de la base de Tokio…—
—Asumiré las consecuencias—Dijo—Sé que os causé muchos problemas—
—No es el hecho de habernos causado problemas, sino… ¿Por qué cambiaste de opinión tan rápidamente? —
—Simplemente… es algo que, supongo, estoy condenada a pasar—Dijo, antes que pudiesen replicar, continuó—No lo digo en mal tipo, pero, seamos honestos, si estamos aquí es porque tenemos un plan a seguir—
—Es cierto, por un lado—Dijo Ayn—Por otro, la cantidad de veces que se enfrentaron al consejo por tu negativa…—
—Asumiré las consecuencias de ello—
—No habrá consecuencias de ello porque pasar nueve meses ya será suficiente castigo—Indicó la cuidadora—Además, sigue siendo parte del itinerario, al igual que los Neo, quienes pasarán también por esto—
—¿Entonces? —
—Informaremos al consejo y comenzaremos a pensar en el plan a seguir con ambas, ya que se incluye a la chica aquella en esto también, así que… de momento, dejemos todo en stand by—Indicó—Por otro lado, serás sometida a más pruebas que antes, será temporal, solamente para tomar registros anteriores y comprarlos con las distintas fases—Taelia asintió—Puedes ir con tus compañeros—
Taelia se retiró rápidamente.
—Vaya cambio de opinión tan repentino—Indicó la doctora, escribiendo algo en un portapapeles—
—Compensa su falta de afecto emocional y amoroso de su niñez con… sexo—Dijo la cuidadora, cruzada de brazos—Es la enésima vez que veo esto—
—Como me gustaría volver tan atrás en el tiempo para cambiar eso—Terció Anthea—
—Eso da igual, lo importante es que sabe que su situación es extraordinaria y no es algo malo, si fuese una chica normal, a su edad, sería para estudiar—
—A su edad, ¿eh? —Se levantó de la silla—Supongo que lo que debo intentar es que Aelita no lo haga—
—Es una chica buena, no lo hará, sabe bien lo que vale ahora mismo—Suspiró—Hablando de ella, ¿Dónde está ahora? —
—Visitando a Guardián—
Presente, en algún lugar rural de la región Baja Sajonia, cerca del centro de desarrollo del proyecto Neo.
—Entiendo, pensaba que lo pasaría peor—
—Aún es pronto para ello, debemos esperar a los meses venideros—
—Solamente… espero que pueda ir a clase, aunque sea al principio—
—Deberá tomar clases en casa, pero dependerá de cómo lo vea el director Delmas—
—Pensará que eres mala madre—Bromeó Aelita. Anthea se echó a reír por lo bajo—
—Mi consuelo es que no saben lo que hay detrás de todo ello—Dijo en voz baja—Llámame si ocurre algo urgente, ¿vale? —
Se despidieron, pues había llegado Aelita al centro de desarrollo, entrando al aparcamiento subterráneo donde les esperaba un comité compuesto por los responsables y los otros tres Neo.
—Es una suerte tenerte de vuelta tan pronto, Edge, bienvenidas a las dos—Saludó Stefan, el encargado de Edge—¿Fue bien vuestro viaje? —
—Mejor de lo esperado—Secundó la pelirrosa—Soy Aelita, encantada—Se presentó ante el resto—
—Entonces entremos, hagamos una rápida introducción—
Mientras los encargados le enseñaban la base subterránea a Aelita, Edge se acercó a sus compañeros, viendo como Ailane la abrazaba con fuerza, sonriendo.
—Volviste pronto—Le dijo—
—Te dije que volvería pronto—Indicó la Neo—
—Demasiado pronto, quizá—Terció Zack, subiéndose a su espalda, abrazándola por el cuello desde atrás—¿Estás bien? —
—No del todo, pero me arreglaré usando el Ala de Tesla un tiempo, es por culpa de la Cuna del Deseo—
—¿Entonces estás bien como tal? —Edge asintió—
—¿Y dónde estabas? —Preguntó Araziel, quien ya hablaba más fluido, parecía más… humanizado—
—Hablando con Corporación Guardián—Les resumió rápidamente todo el rifirrafe con Guardián y Gaia—Obtuvimos neutralidad por el momento, si vais a París, estaréis seguros todos—
—Harás de jueza, pero ¿cómo lo harás?, París es gigante—
—Los llamo… guardianes—Mostró, con sus manos, una estructura hecha de energía que se asimilaba a un poste de luz, pero en miniatura—Es una baliza que me permite saber la posición de las personas que quiero localizar, si alguien que conozca de Guardián y Gaia entra, sabré donde está, y los que no… aún tengo que pensarlo—
—Me alegra que todo salga bien—Indicó Ailane. Edge se fijó, desde la última vez, hacía poco más de un mes, su vientre había crecido notablemente—
—¿Y tú estás bien? —
—Claro que sí, simplemente… es algo pesado de llevar—
—Sigo sin entenderlo…—Suspiró. Entraron a una sala de juntas improvisada—
—Bueno, empezad vosotras, ¿qué os trae por aquí? —Comenzó el cuidador de Zack, curioso—
—Quiero hablar con vosotros con respecto a Edge y a lo que ocurrió con Albretch, mientras tanto, estoy segura de que podéis aprovechar el tiempo para hacer algo con ella—Resumió—No hay más razones—
—¿Y con respecto a Guardián? —
Aelita les resumió todo el problema y lo que habían acordado con ambas organizaciones.
—Si algún día tenéis un problema, la región de París es una zona blanca, no deberían haceros daño—
—Aún estamos pensando la manera de controlarlos a todos, pero… poco a poco—Secundó Edge—¿Vosotros tenéis alguna noticia? —
—Todo en orden por aquí, la única noticia es que hemos hecho mejoras en la Ala de Tesla—Indicó su responsable, viendo como se le iluminaban los ojos—En breve podrás ir a probarla—
La reunión fue corta. Salieron con Stefan, a conocer el hábitat de Edge.
—Es una zona especialmente echa para ella y solamente ella—Indicó el anciano, viendo como Edge se descalzaba al entrar, pues el metálico suelo hacía de toma a tierra, pudiendo quitar sus limitadores a su eléctrico poder, sintiendo una gran carga irse de encima—Está conectada a una serie de baterías y transformadores para aprovechar la energía que ella produce, por eso esta zona es de las más provechosas—
—Es todo metal, imagino que es por la electricidad—
—Todo planeado para ella—Se acercaron al Ala de Tesla, viendo todo igual—Las mejoras son a nivel del mecanismo interno que concentra la electricidad—Indicó el anciano—¿Lo querrás probar? —
—¿Cuánto tiempo puedo estar? —Preguntó la Neo—
—Hoy, el que quieras, mañana o cuando salgas comenzaremos a tomar datos nuevos para arreglar tu piel, esas cicatrices tienen que irse—Edge miró a Aelita, no parecía hacerle gracia dejarla a su suerte—
—No te preocupes por mí, estamos seguras aquí dentro—
Viendo como Edge se desnudaba, la dejaron entrar al interior del Ala, a la atenta vista de los operarios. Al poco se escuchó un ruido sordo del interior, viendo como alimentaba al mecanismo interno de electricidad.
—Debemos decirte algo urgente, pero no queríamos decirle a Edge—Eso alarmó a Aelita. Siguió a Stefan hasta el despacho de él dentro del mismo hábitat, dentro esperaban los otros dos responsables, Davenport y Constanze—Perdona el misticismo—Cerró la puerta con ellos dentro—
—Te suena el apodo de… ¿Dido? —La expresión de Aelita les dio una clara señal—Me lo imaginaba… eres la hija de Anthea y Waldo después de todo—
—¿Qué pasa con esa persona? —Preguntó de vuelta, manteniendo la compostura—
—Suponemos que vendrá de visita algún día de esta semana—Dijo Constanze—Siempre viene de improviso, sin avisar—
—No queremos un baño de sangre, ella es parte de quien financia todo—Siguió Stefan—Y sabemos que Edge puede matarla nada más verla—
—No puedo prometer nada, si mato a Dido, podré cumplir mi prometido—Dijo a estos—Debéis decirle que se aleje, a no ser que quiera morir a manos de Edge—
—O tuyas—Siguió Davenport—Esto es muy malo visto así—Dijo a Stefan—
—Paso—Pareció rendirse. Cambió de tema—Sabemos que Albretch tenía un servidor NAS donde guardaba sus diarios personales, hablaba de esto, pero no hemos podido quitar la encriptación—
—Si me dais un portátil, puedo arreglarlo—
—En cuanto a lo de Dido… ¿qué quieres hacer? —
—Si la veo, la mataré—Dijo de primeras—Ella… hizo cosas malas a mis padres, es la culpable de muchas cosas—No quería dar mayor pista—Así que es cosa vuestra saber qué hacéis con esa información—
—Hará lo que quiera igualmente—Dijo Davenport a sus compañeros—Tenemos que avisar al resto de un posible baño de sangre y… posiblemente la muerte de Dido—
—Si ella es la que financia todo, ¿por qué dejarme venir para empezar? —
—Porque hemos tenido una nueva fuente recientemente, proveniente de la división australiana del plan de Nuevo Mundo—Indicó Constanze, cruzándose de piernas—Y ya no tiene poder como antes, así que el propio nuevo jefe insistió en que vinieras también, porque quería que alguien se enfrentase a esa tipa—
—Por favor, de momento, mantén esto en secreto de Edge, que esté tranquila, cuando llegue el momento, podremos decirle lo que quieras—Aelita asintió—En cuando a lo del servidor NAS, ordenaré que te den acceso completo a la red, intenta romper la seguridad del servidor, quisiéramos ver esos videos—
—Esta semana no será tranquila, por lo que veo—
—No pienses en lo inevitable, igual tienes suerte y no la ves—Indicó Davenport—Por otro lado, te quedarás en las habitaciones de este piso, son las nuestras, hay una libre aún, está de camino al hábitat de Zack—
La llevaron a su habitación, una que era más bien pequeña, pero bastante completa; una cama grande, un pequeño armario, un baño con ducha y un escritorio. No necesitaba más. Le entregaron una tarjeta de identificación junto con una llave maestra del hábitat de Edge.
—Tendrás tanto poder como nosotros, pero no me seas tirana—Bromeó Stefan, caminando con Aelita por los pasillos—
—No me gusta hacer de dictadora—Bromeó de vuelta—Tranquilo, no lo haré—
—Dime, ¿ha estado tranquila? —
—Ha estado… intranquila, pero es por un nuevo artefacto—
—Ese cubo, ¿no? —Aelita asintió—
—Lo ha logrado controlar, pero es lo que la mantiene más ocupada—Estiró su cuerpo—También hemos estado ocupadas por otro tema, no deja de estar nunca en guardia—
—No es bueno para nadie, estar tanto en guardia puede fatigarlos, ¡incluso a ellos! —Indicó—Debe relajarse más—
—Recientemente descubrió lo que es la lascivia—Eso llamó poderosamente la atención de Stefan. Aelita le resumió lo ocurrido esa mañana en el hotel de Moscú—Estaba desesperada—
—Vaya por Dios—Suspiró, riéndose—Bueno, ella es la que menos sabe comportarse de sus hermanos, es normal que quiera probarlo todo, debe tener… una personalidad incompleta—
—Aún sigue buscando los vestigios de su memoria—Indicó—¿Sabes algo de eso? —
—Lo único que sé, es que se llevó los guantes Extirparrecuerdos que fabricó tu madre y las memorias que guardábamos aquí—Señaló el ala de Tesla, entrando ahí—Hay una razón por la que se le borró la memoria, Aelita, no quiero que la recupere—
—¿Tan malo es? —
—Ella es muy agresiva, aún con distintas bases de personalidad, siempre acababa provocando y peleándose con todos, matando cuando tenía oportunidad… al final recurrimos a no darle personalidad y dejarla como un cascarón vacío, pero… veo que está destinada a convertirse en una tirana bélica—La observaban en el interior del Ala, alimentando el mecanismo interior que la ayudaba a calmarse—
—Si recuperamos su memoria, ¿es posible que vuelva a ser peor que antes? —Stefan, a su pesar, asintió—Ya veo—
—Será cosa tuya saber qué haces, eres su responsable ahí fuera—Indicó—Yo, como persona que la conoce desde que "nació" hace más de diez años, te recomiendo que no las recupere, hay una razón por la que no las debe tener—
—Entiendo—Seguía mirando a Edge—¿No hay nada que se pueda hacer? —
—Si sabes una manera de borrar selectivamente sus recuerdos sin los guantes… toda tuya—Indicó—No quiero que se vuelva loca y tengamos que matarla, ya se intentó en el pasado y una persona pagó el precio—
—¿Oh? —
—Para resumir, intentamos activar las contramedidas de su hábitat, que inhibían su poder, pero logró romper los accionadores electromecánicos y… el soldado que tenía por misión matarla con un rifle antimaterial, fue torturado por ella hasta la muerte, no pudimos hacer nada, bloqueó su hábitat con todos fuera y lo mató pasadas tres horas de tortura—Parecía estar arrepentido de esa época—Acordamos no volver a intentarlo, posteriormente le borramos la memoria y la dejamos vacía—
—¿Por qué no la matasteis cuando le borrasteis la memoria? —Preguntó—Sería una buena oportunidad—
—Porque en ese entonces nos financiaba el tratado del atlántico norte, ahora son un accionariado… más pequeño—Resumió—Y ellos veían en Edge un potencial militar y destructivo de clase continental, incluso la misma Lisa lo certificó, así que no podíamos deshacernos de ella, o los siguientes seríamos nosotros—
—¿Se llegó a usar en combate? —
—Casi, en las guerras yugoslavas, pero el riesgo de escape era tan extremo que… no nos arriesgamos, no podíamos certificar que Ailane pudiese controlarla ni que ella volviese o que no destruyese todos los Balcanes—
—Ha estado cerca de destruir toda Europa central—Indicó de vuelta—Imagino que están descontentos de no poder contar con ella—
—No del todo, las últimas colaboraciones con el ejército francés para buscar a los Gastrea del proyecto de la doctora Sumire Muroto… parecía dar por satisfecho las expectativas de los inversores, solamente desean verla más en acción, pero con Araziel aquí, parece que han centrado su atención en él—
—¿Tomará ese puesto de Edge? —
—No sé qué tan fuerte o poderoso sea, aún tenemos que hablar con Lisa por si quiere hacer lo mismo que hizo con Edge—Indicó—Pero eso es a largo plazo, ahora mismo la situación se caldeó cuando matasteis a Albretch Grunewald—
—Si hubiese intervenido antes… seguiría vivo—
—Cuando veas los videos, quiero que hagas una recopilación y se la muestres a ellos, que vean lo que han hecho, han matado a un inocente—
—Me lo imaginaba—Pensó—En fin, supongo que tendré algo con qué entretenerme esta semana—
—Me disculpo si te cansamos mucho, vas a tener que asistir a todas las reuniones y juntas que tengamos con respecto a Edge.
Y así pasó, cuando Edge salió del Ala de Tesla, la inspeccionaron en la zona de enfermería, tomándole muchas fotos que luego se mostraron en una reunión con los encargados de esa zona. Querían reparar la piel de Edge dañada y ya tenían un plan hecho de la última vez que había ido, tenían todo listo y, sobre todo, el visto bueno de Aelita y la Neo. Sería lo siguiente a hacer esa misma noche.
En la cafetería, en una zona especial de la misma, se sentó a cenar con los responsables y el resto de los Neo.
—Así que te quitarán todas esas cicatrices, ¿Eh? —Atajó de primeras Ailane, sentada a su lado—
—Eso parece—Dijo—Será una buena excusa para usar más el Ala de Tesla—
—Por cierto, Aelita, ¿nos conocíamos? —
—Creo que no—Dijo de vuelta la pelirrosa—Pero nos hemos visto en el pasado, siempre te confundía con Edge—
—Si, de la primera vez que nos vimos saliendo de ese hotel, cuando os cruzasteis…—Aelita se echó a reír por lo bajo—Ha llovido mucho desde eso y… desde que intentamos secuestrarte—
—No me lo recuerdes—Suspiró. Se refería a la vez que Taelia les dijo qué hacer para provocar a Edge, lo que desencadeno a ambos Neo, Zack y Ailane, en invadir Kadic—Fue obra de Albretch, ¿no? —Ambos Neo implicados, asintieron—No os preocupéis, no os odio por eso—
—No fue nuestra culpa—Indicó el pequeño Neo—Vaya… horror—
—De verdad… desde ese día tengo un montón de problemas con los del proyecto NEXT—Terció Edge, comiendo—
—¿Aún sigues detrás de ellos? —Preguntó de vuelta Davenport, sorprendido—
—Ya tengo una excusa para matarlos a todos—Dijo—Una de sus integrantes mató a los padres de mi aprendiz y voy a entrenarla para que sea su peor pesadilla—
—La chica pelirroja, ¿no? —Preguntó Zack, Edge asintió—Ya veo—
—Solo te diré, que, si quieres acabar con ellos, tendrás que irte a América, tendrás que acabar con toda su cúpula—
—Lo tengo en mente—Dijo—Matar a Dido y a los de NEXT es mi objetivo a medio plazo—Ellos estaban sudando frío, sabían información valiosa. Edge pareció ignorarlo—
—¡Edge!, mira esto—Tras un momento de silencio, Zack habló, mostrándole una hoja de papel, al cual rompió en varios trozos que dejó encima de la mesa. Concentró su energía y atrajo los trozos, los cuales parecían fundirse entre ellos, formando de vuelta la misma hoja con su contenido intacto—
—¡Genial! —Le respondió, pues había sido una buena demostración—
—Puedo hacerlo con cosas mucho más grandes, he estado practicando—
—Entonces creo que podemos practicar más cosas juntos—Dijo—…tengo que mostrarte algo después, ¿recuerdas lo del Báltico? —
—¿Al final…? —
—Explotó—Eso alarmó al Neo—Luego te digo en detalle que pasó—él asintió—
Cuando acabaron de cenar, Edge se dirigió hacia la zona de enfermería, bajo la mirada de Aelita y Stefan, quienes dieron luz verde a seguir. Un gran grupo de doctores y enfermeros se tomaron su tiempo en marcar las zonas cicatrizadas y preparar un gran plano para arreglar a Edge. Aelita, quien ya estaba muy, muy cansada de lo poco que había dormido y lo mucho que había estado ocupada, casi se quedó dormida apoyada en la pared que separaba la zona interior de la exterior de la enfermería.
—¿Mucho sueño? —Le preguntó Stefan, percatándose—
—No he dormido más que dos horas—Le dijo, resumiendo cómo había sido su noche anterior, desde salir de Moscú y volver de la taiga Siberiana—Que horror, aún no logro quitarme de la cabeza nada del concierto—Stefan se echó a reír por lo bajo—
—Los jóvenes de hoy en día sí que tenéis energía de sobra—Suspiró—Me quedaré atento a esto, no creo que tarde mucho, ve a dormir—
—¿Puedo? —
—Pero claro, no te fuerces mucho, que te enfermarás—Suspiró—
—Dile que me he ido, que no se preocupe—Stefan asintió—
Aelita salió de ahí, entrando a su habitación al poco rato, asegurándose de que estuviera cerrada. La temperatura era buena, la cama era cómoda y el ambiente era bueno, incluso para estar varias decenas de metros bajo tierra. Se cambió de ropa rápidamente, lanzándose en la cama. Llamó a Jeremy, tenía suerte que había antenas celulares en el interior.
—¿Estás despierto? —
—Me iba a dormir en breve—Le dijo—¿Está todo bien por allá? —
—Ha pasado de todo, no he dormido nada—Le resumió el día con todo detalle—Y aún no se acaba la semana—
—Así que Dido, ¿eh? —Fue lo que más le interesó— ¿Qué harás? —
—No decirle a Edge, cumpliré con mi palabra—Dijo—Pero si la veo… quiero acabar con ella—
—Aelita…—Era la primera vez que la escuchaba decir algo similar—
—Jeremy, ella es la culpable de todo lo que les pasó a mis padres, ella intentó matarme como tal, está en la lista de mamá y Edge, no puedo dejar escapar la oportunidad—
—Entiendo, supongo que no hay otra manera—Dijo—Pero, tampoco quiero que afecte a tu tranquilidad, si matarla a ella llega a arreglar algo… ¿valdrá la pena? —
—Desde luego—Indicó—Me aseguraré de que así sea, recuerda lo que he vivido por su culpa—
—¿Y Xana… o Edge saben de esto? —Aelita hizo un sonido negativo—
—Su responsable aquí me pidió ocultarlo temporalmente, por si acaso, no quería estresarla, pero… llegado el momento, se lo diré para que me ayude—
—Espero que no salga mal lo que intentas hacer—
—Confía en mi—Le pidió, en voz baja—
—Claro que confío en ti, pero… ya sabes, es algo muy peligroso lo que vas a hacer—Aelita sabía que tenía razón, pero…—
—¿No que el fin justifica los medios? —Jeremy hizo silencio. Había sido una frase profunda a la par que peligrosa—Si el fin es que pueda vivir en paz, buscar cualquier medio para deshacerme de Dido está justificado—
—Juntarte con Xana te está afectando—Le dijo de vuelta—El fin puede justificarlo, pero eso no significa causar una masacre, si el objetivo es Dido, ¿no valdrá solamente con… deshacerse de ella y ya está? —
—¿Y si alguien toma su puesto? —
—Aelita…—Sabía que tenía una oportunidad de oro frente a sus ojos, no iba a dejarla pasar, pero… se olvidaba que la pena podía ser larga si esta llegaba—Piénsalo mejor con la cabeza fría, no ahora, no sabes si lo que estás imaginando puede ser fruto de simplemente estar cansada—
—Supongo que tienes razón—Dijo, no queriendo seguir más con esa conversación, pues Jeremy parecía en contra de su sangriento aquelarre—
Hablaron durante más tiempo, hasta que cayó irremediablemente dormida, en un sueño muy profundo…
¿…?
Aelita caminaba por un oscuro bosque con un claro de luna que no era suficiente para desterrar las tinieblas de la oscura noche. Seguía los pasos de un pequeño elfo que saltaba de un lado a otro entre los árboles, uno pequeño, con la piel ligeramente oscura, orejas puntiagudas, vistiendo unas ropas blancas con una capa morada y un sombrero en punta de color azul, ¿su nombre?, Míster Puck.
Aelita lo seguía a buen ritmo, pero no sabía su destino, ya que no veía fin al eterno bosque y la luna, quizá su única espectadora, estaba ocultándose cada vez más, con su claro inalcanzable de iluminar la oscuridad de su camino.
—¡Tenemos que salir! —Dijo el pequeño elfo, uno del tamaño de sus manos—¡Nos atraparán! —
—¿Quiénes? —Preguntó, corriendo como podía, casi perdiendo el aliento—
—¡Ellos! —Señaló a su espalda, logrando caer encima del hombro de Aelita, esta se giró, viendo a una manada de lobos grises que se acercaban a gran velocidad. Intentaron sortearlos por los árboles, incluso treparon a uno, viendo como la manada pasaba cerca… no había sido buena idea—Nos acorralaron—
—¿Dónde se supone que tenemos que ir ahora? —Le preguntó—No veo la salida—
—Hay… una puerta—Señaló hacia algún lado del bosque que Aelita no lograba vislumbrar—Pero esos lobos…—
—Esta rama me debería servir—Arrancó una con sus manos, tenía la punta afilada y podía ser de utilidad. Alzándola con sus manos sobre su cabeza, se lanzó al vacío sobre un lobo pasante, al cual logró asestar el golpe, pero se volvió humo con el impacto—¿Cómo? —Se dijo, viendo como dos de ellos se abalanzaban sobre ella, logrando quitarse a uno de un desesperado movimiento de la rama que había roto, el otro la mordió en su brazo izquierdo, siendo deshecho en una nube de polvo cuando la rama lo golpeó—¡Vamos! —Le gritó al Míster Puck. El pequeño elfo cayó sobre sus brazos, posteriormente corriendo entre los árboles
—¡Ahí!, ¡La puerta! —Una puerta de madera blanquecina en medio de la nada parecía llevarla a un lugar seguro. Cuando llegó a ella y la abrió, de un costado suyo, algo la zarandeó tan fuerte, que la mandó a volar hasta estrellarse contra un árbol, sintiendo un gran dolor en su costado izquierdo—¡Aelita! —
—¡Escapa! —Le gritó. No tenía forma de defenderse que no fueran sus manos—¡Vete! —El elfo obedeció, cruzando la puerta que no tenía fondo, simplemente desapareció—Mierda… —Se fijó, había sido un lobo, pero detrás, justo al lado contrario de la puerta, había una figura sin rostro de un hombre de negro acompañado por otro lobo gris. Intentó moverse, pero el lobo se abalanzó sobre ella, intentando morderle la cara, logró pararlo con ambas manos sobre su hocico—Muérete…—Movió sus manos hasta doblarle la cabeza, viendo cómo se volvía humo—
—Debes morir—Dijo la figura humana sin rostro, apuntándole con una pistola. En la lejanía se escuchaban aullidos de lobo. Aelita sacó valor para intentar esquivarlo, pero sintió al otro lobo tirarla a un lado, mordiéndole ambos brazos que por instinto había puesto en X. El hombre de negro apareció a su vista y disparó sin dudar un solo segundo.
¿…?
Despertó de golpe con un grito ahogado, sosteniéndose el pecho, alzando su torso. Sudando, con el pulso muy alto y un miedo inusual, encendió la luz gracias a la cercanía del interruptor.
—¿Una pesadilla? —Se dijo a sí misma, pues sentía de alguna manera el dolor fantasma de las mordeduras—Joder…—Se dejó caer en la cama mientras intentaba calmarse. Respiró profundo durante un par de minutos hasta que, por fin, pudo volver a dormirse.
Afueras del Praenost. Espacio imaginario.
Abrió los ojos, sintiendo una helada brisa de un paisaje brumoso, con un misterioso sol encima suyo y una serie de monolitos negros del tamaño de rascacielos que parecían escribir algo con tinta invisible. Estaba en el jardín que frecuentaba con Miyu, pero no estaba en ese momento. Se puso de pie, entrando al palacio, sabía un sitio donde podría estar, aquella habitación con el mapamundi que tanto llamaba la atención a todas. Nada más cruzó la puerta se encontró, efectivamente, con Miyu y Edge, ambas mirando detenidamente la zona del báltico.
—Pensé que estarías despierta—Dijo a Edge, acercándose a la pelinegra—
—Sigo dormida—Asintió—Bonita pesadilla—
—una muy curiosa—Siguió Miyu, riéndose por lo bajo—
—Si estabais mirando ¿por qué no me habéis ayudado? —Preguntó, molesta—
—Si no es algo que creemos nosotras, no podemos intervenir—Siguió la Neo—Así que bien hecho, una lástima que te volaran la cabeza—Eso no le hizo gracia a Aelita—
—Quitando eso, ¿qué hacéis? —
—Sobre la explosión de energía en el báltico—Dijo de primeras—Tengo una sensación lejana de que explotó dos veces, pero… no logro recordarlo bien—Edge miró de reojo a Aelita, quien tenía la misma expresión de sorpresa. ¿Recordaba algo después de la vuelta al pasado?, no podía ser—Da igual, el caso es… que algo salió de ahí, pero nadie sabe el qué ni cómo saber qué salió—
—No le prestamos atención porque no tuvimos tiempo ni lugar para hacerlo, estábamos demasiado ocupadas—Se defendió la Neo, apoyándose contra la pared contrario a la habitación—
—Aun así…—Musitó—¿Por qué no vais al lugar?, igual encontráis pistas—
—Nos estaríamos metiendo en lo que no nos conviene—Contrarió Edge—¿Cuál es el punto?, ¿Y si no hay nada? —
—No lo sabrás hasta que no vayas—Indicó la pelinegra—Es cosa nuestra, como personas que nos hemos dado cuenta, el averiguar qué ocurrió—
—Ya hay personas averiguando qué está ocurriendo, como Guardián—
—¿Y confías que ellos hagan el trabajo bien? —Se encaró a la Neo, quien alzó una ceja—
—Si encuentran algo podrán avisarnos, nosotras no tenemos por qué correr un peligro tan grande, ¿si quiera sabes qué salió de ahí? —Iba a encararse a Miyu, pero Aelita se interpuso—
—¡Ya basta!, ¡Las dos! —Ordenó—¿Por qué discutís ahora? —Miró a Miyu—Edge tiene razón, no sabemos qué ha salido de ahí y si es demasiado peligroso estaremos metiéndonos en un peligro muy grande, por otro lado, es verdad que no es muy confiable el hecho que Mihaly y los suyos estén metidos en eso, pero también pidieron nuestra ayuda, así que no tendría mucho sentido mentirnos si ven algo fuera de lugar—
—Pero os habéis dado cuenta de primera mano desde el principio que había algo mal, ¿por qué no lo averiguaste desde el principio? —
—Lo noté cuando pasé cerca el día que iba de camino a cumplir un encargo, pero no tenía tiempo medios para acercarme a mitad del mar, sin mencionar que, la última vez que me metí en donde nadie me llamó, matamos a más de medio millón de personas porque alguien se aprovechó de nuestro error, aquel huracán que alguna vez te mencioné—
—Vale, no discutiré contigo, intentaré averiguar por mi cuenta que ocurre—Se giró de vuelta al mapa, arreglándose su vestido—
—No te enfades, Miyu—Dijo Aelita—Entiende que ya estamos hartas de estar en peligro constante últimamente—
—Gaia, Guardián, NEXT, los Gastrea, mercenarios rusos… ¿cuándo se acabará todo este rifirrafe? —Secundó la Neo—
—Y con el tema de las abominaciones…
—Seguiré buscando lo que encuentre, es de los pocos temas que no puedo ignorar, principalmente porque ya estoy tratando con una—
—Una… ¿la rubia? —Edge asintió—¿Crees ser capaz de arreglar un juguete tan roto? —
—No lo sabré hasta que lo intente—Le dijo, burlona—Pero, en este caso… de verdad que no lo sabré hasta que lo intente, está demasiado inestable emocionalmente y eso puede hacer que cualquier cambio pueda romperla más aún—
—Solamente cuídala de la iglesia, si la descubren, tendrás que enfrentarte a ellos, y pueden ser muy… malas personas, usan artimañas muy asquerosas, nada que ver con los que te has enfrentado—
—Pensé que serían buenas personas—Miyu negó con la cabeza—
—No los que están metidos en el tema de identificar a las aberraciones—Dijo—Esos son unos monstruos—
El tema del báltico pareció olvidarse muy rápidamente, algo que alegró a la pelirrosa, pues la repentina discusión la había preocupado.
París, isla de Francia, ese mismo día por la tarde-noche.
Taelia había terminado su jornada en el laboratorio de Sumire y Ayn Rand. El día había sido poco fructífero, pero era un sin más. Caminaba por las calles de París, contemplando el paisaje de la ajetreada ciudad, recibiendo una llamada.
—¿Sanderson? —
—Perdona las horas, pero tengo lo que me pediste la última vez, sobre el proyecto Cartago—Dijo—No estoy en Francia, sigo atascado en Asia, pero uno de ellos podrá darte los documentos, Axel, se encuentra en un hotel de lujo en las cercanías, te envío su ubicación y su contacto—
—De todos, ¿por qué él? —Le preguntó de vuelta—
—Solamente él estaba disponible, lo siento—Dijo—Espero volver a verte pronto, cuídate—Colgó—
Sin esperar mucho más, llamó al número indicado por Sanderson, escuchando la voz del tipo al poco rato.
—Taelia, ¿verdad? —Hizo un sonido afirmativo—Bien, creo que el calvo te dio mi dirección, así que ven para aquí, nos divertiremos un rato, esta información no es gratis—
—Vale, iré para allá—
Maldiciendo su suerte, incluso se planteó no ir, pero la información… era de bastante ayuda, incluso había escuchado decir a Anthea recientemente que no habían tenido ninguna pista de algún miembro restante del proyecto Cartago. Cogió el metro, esquivando personas que iban y venían, llegando a su destino, un hotel de lujo por una calle comercial en pleno centro de parís, a un par de calles del rio Sena. Entró al recibidor, viendo una elegancia sin fin, algo que no cuadraba mucho con ella. Se acercó a un empleado, quien le indicó el piso tras comprobar con la persona hospedada que alguien quería verlo. Subió el ascensor, llegando hasta una de las suites más altas y lujosas que había. Tocó la puerta tas comprobar la dirección.
—Cuando tiempo—Le dijo el hombre de saludo, vestido con un albornoz y una copa de vino en sus manos—Pasa—Entró—
—¿Puedo ver la información? —El hombre asintió. Se sentó en un sofá, en frente de un televisor donde se podía ver una erótica película en acción—
—Nos costó lo suyo porque son personas muy específicas, de suerte estabas que los espías estuvieran cortos de pasta últimamente—Bebió—
—Parece auténtica—Los nombres que veía los había visto en una pancarta que tenía la Neo en su habitación, de la docena, había diez, dos mencionados como no encontrados—Y bien, ¿qué quieres por esta información? —
—¿Qué estás dispuesta a darme? —Preguntó de vuelta, extendiendo sus manos hacia los lados—
—Dinero—Sabía que, gracias a las misiones que había realizado, no tendría problema en pedir la recompensa monetaria que Ayn Rand les daba por ello—
—Tengo suficiente para morir tres veces y seguir viviendo así—Le dijo—Quiero… algo… un espectáculo, o algo erótico—
—¿No te quedó claro la última vez? —Preguntó, asqueada—Si te quieres infectar, tendré que matarte por ello—
—¿Y que el calvito te odie por ello? —
—Estás muy seguro de aquello—
—¿Entonces aceptas? —Taelia lo meditó—
—¿Qué quieres exactamente? —
El hombre movió una de las sillas de la habitación, colocándola enfrente de la cama, sentándose ahí.
—Juega contigo misma, tócate… déjame ver—Tenía aún la bebida en sus manos, quitándose el albornoz, dejando ver que no había nada debajo.
—Enfermo—Susurró.
Se quitó su ropa, dejándola a un lado en el sofá, acercándose a la cama, gateando al subir a ella, sentándose con las piernas ligeramente abiertas en frente de él. No podía concentrarse si veía sus ojos de enfermo y lujuria, así que los cerró. Con una de sus manos, usando sus dedos estimulaba sus pezones poco a poco, jugando con ellos, pellizcándolos suavemente y atrapándolos entre ellos haciendo un movimiento circular. Con la otra, estimulaba su sexo con cuidado, tenía las uñas ligeramente largas y no quería hacerse daño. Estaba sentada, pero se sentía incómoda y decidió acostarse, continuando con el sutil movimiento de sus manos.
—Esto es como una película… ¿y si la hacemos interactiva? —Se puso de pie, algo que alertó a Taelia, quien alzó su torso, jadeando, sonrojada y acalorada. El hombre sacó algo de un cajón, un preservativo—
—Estás demente—Le dijo—No creo que te salve—
—Si me infecto, que sea por una causa buena para mi—Se acercó a ella, quien estaba sentada en el borde de la cama con él de pie, en frente suya—Ponlo—
Taelia lo abrió, usando sus manos para colocarlo en su lugar y su boca para estirarlo bien sobre toda la superficie que ocupaba el mismo. El hombre la obligó a girarse, colocándose sobre sus extremidades en la cama. Sintió al mismo entrar agresivamente en ella, moviéndose con fuerza, lentamente. Él parecía disfrutar mucho, ella no tanto. Se acercó y apresó las manos de Taelia, moviéndose con más fuerza. Al final, pocos minutos después, sintió una estocada profunda que daba señal de que había acabado, ella… no.
—¿ya está? —Preguntó la adolescente, girándose hacia él, quien estaba apoyado en la pared al lado de la cama, quitándose el preservativo—
—¿Te gustó? —Taelia negó con la cabeza al instante, eso lo sorprendió—
Sin decirla nada más, se acercó al baño con sus cosas, apenas había sudado algo y… debía acabar lo que él había empezado. Salió del baño a los pocos minutos, viendo al hombre sacar algo de una esquina de la habitación. Taelia se quedó estática mientras lo veía sacar una diminuta cámara del lugar, sin pensarlo dos veces, sacó su puñal.
—Sabía que no tenía que haber accedido a ello—Se movió rápidamente por la habitación, tomando por sorpresa al hombre, quien se giró, dejando caer la cámara, la cual estaba encima del televisor—
—¡Mierda! —Se tropezó, cayendo encima del sofá, con Taelia encima suyo y la hoja negra del puñal en su cuello—No es lo que piensas, era para asegurarme que pagabas por la información—
—Ahora que lo recuerdo, ya te había pagado por esto—Presionó el puñal—Maldito degenerado—
—Mátame y… esos dos te matarán a ti—
—¿Apuestas? —Manteniendo la presión sobre él, sacó su móvil, llamando a Sanderson, quien contestó, extrañado—
—¿Pasó algo? —Preguntó el mismo—
—¡ESTA CABRONA QUIERE MATARME! —Gritó Axel de primeras—
—Porque me estabas grabando—Le dijo rápidamente Taelia, enfadada.
Sin quitarse de encima, presionando su cuchillo contra la yugular, le explicó lo que había pasado. Aún en contra de sus predicciones, Sanderson pareció estar de acuerdo con Taelia.
—Creo que estamos hasta los cojones de ti, Axel—Dijo otra voz, la de otro compañero que no era Sanderson, Lars—Un puto enfermo pederasta que hace sino causar problemas—
—Y encima se los causas a la que más posibilidades tiene de matarte—Secundó Sanderson—Mantendremos esto en secreto, acaba con él, que parezca natural, hablaremos cuando sea el momento—
—Salúdame a tu vieja de mi parte—Siguió Lars, colgando la llamada—
—Natural, ¿eh? —
Hizo una llamada rápida, pues sus opciones eran limitadas; Si lo lanzaba por la ventana, sería demasiado obvio que había sido ella, si lo ahogaba con sus manos o lo agredía, los del hotel sabrían que había sido ella, incluso si lo apuñalaba. ¿Su mejor baza? Drogarlo. Y sabía bien de alguien que podía conseguir algo. Atándolo con algunas sábanas a la cama, Taelia no dejaba de vigilarlo mientras este intentaba zafarse de alguna manera. Alguien tocó la puerta.
—Perdona meterte en esto, Sam—Le dijo rápidamente, abriéndole la puerta a la morena, la cual iba bastante de incógnito—
—No es la primera vez—Indicó, acercándose al hombre—Traje algo que puede servir—Sacó de una pequeña bolsa una jeringa con un líquido dentro de color ennegrecido—Heroína—Taelia le contó rápidamente el contexto y lo que había pasado—Así que lo vendieron sus compañeros—
—Es un degenerado—Suspiró, guardando su puñal en su sitio—Acabemos con esto—
Borrando sus huellas del lugar, le inyectaron una dosis que, según Sam, era muy alta para una persona normal, tanto, que en menos de media hora, el hombre ya no tenía signos vitales. Su cuerpo se había apagado muy rápidamente y no parecía haber manera de despertarlo. Se aseguraron, sofocándolo por unos minutos, solamente para dejar la escena lo más natural posible, él sentado en el sofá con la droga al lado.
Salieron del hotel por las escaleras de emergencia a una velocidad vertiginosa, asegurándose no ser vistas por el personal del hotel. Más tarde, a unas calles de ahí, separaron sus caminos.
En el metro, de camino a casa, Taelia llamó a Sanderson, contándole lo ocurrido.
—Natural, estupendo—Dijo, se escuchaba música animada de fondo—Hacía tiempo que ya no nos servía para nada y queríamos quitarlo del camino, bueno ver que alguien se adelantó—
—¿Por qué?, ¿no era vuestro compañero? —Suerte que el vagón estaba casi vacío—
—Dado a que es un niño rico con pasta, nos daba más problemas que beneficios—
—Llegó a perder un negocio millonario por putero—Siguió Lars, de fondo—Y de esto hace una semana—
—En resumen, no te comas la cabeza, ya no está con nosotros y eso es bueno para todos, cuando salga de este agujero hablaremos—
Llegó a casa, encontrándose con Anthea en la sala de estar.
—Tengo algo para ti—Le dijo, entregándole los papeles que Axel le había dado—Un favor que me debía un conocido que trabajaba para Bondrewd—
—¿Un conocido? —Ojeó los papeles, sorprendiéndose de su contenido—Son los que nos faltan del proyecto Cartago…—
—Sabía que estabais atascadas con ello, así que me apetecía ayudar—
—Le echaré un ojo a esto—Le dio un beso en los labios—Gracias, Taelia—
Centrándose como nunca, se sentó con su portátil a comprobar la información de ubicación que los papeles indicaban. Taelia, por su lado, subió a su habitación, cerrando suavemente la puerta, sacando la cámara digital que había robado a ese bastardo degenerado. La encendió, viendo el contenido del clip. Lo borró tras verlo, viendo que había mínimo una decena con otras mujeres, algunas mayores, otras jóvenes, otras incluso mucho más jóvenes.
Rompió la memoria de la cámara con un pequeño martillo y despedazó la cámara digital, guardando sus restos en una bolsa pequeña de basura que tenía en su habitación. El trabajo lo había terminado con éxito y no podía estar más satisfecha.
A pesar de que la noticia de que habían encontrado muerto el cuerpo de Axel, la propia policía lo dio como muerte por sobredosis al no disponer de más pruebas.
Taelia solamente tenía una preocupación; en los papeles decía que una persona importante, apodada "Dido", estaría en la base de desarrollo de los Neo esa misma semana, donde estaba su hermana. Debía hablar con ella para decírselo.
—Continuará—
Próximo capítulo: Vestigio del pasado
Muchas gracias por leer. Espero que el capítulo sea de vuestro agrado.
Si, ya sé. "¿Por qué el Lemmon?" Yo que sé. Ya me conocéis, siempre sobran, como si no existieran.
¿Qué tal estáis?, espero que bien, estudiando y trabajando para seguir adelante como todos. ¿Yo?, planeando seguir mis estudios… Tiempo al tiempo.
Creo que dividí mal esta saga de capítulos, pero… bueno, mejor es nada.
Intenté algo nuevo, pero creo que debo mejorarlo en cuanto a estructurar el capítulo. Estoy avanzando muy lento.
En fin, poco más que delirar por mi lado.
Reviews:
Titokenny01: Muchísimas gracias por leer, espero que el capítulo sea de tu agrado. Sobre el qué explotó exactamente, se verá pronto… no sé cuándo, pero es, por decirlo así, "el siguiente arco". Al padre de Taelia también es lo siguiente, ¿quién sabe?, un trato VIP en el infierno no estaría mal para ese bastardo, tendremos que ver sus razones. No diré más, que me conozco y te haré spoiler. En fin, agradecido contigo por estar aquí, ¡Gracias Víctor!
Loboplateado2541: Siempre es parte de uno, es como flotar, todos flotamos. Muchas gracias por leer, espero que te guste.
Daroptimusstar3: Nunca es tarde para cobrar un plato roto, siempre hay tiempo para cobrar y, contrario a la creencia popular, la violencia arregla muchas cosas. Un virus que nadie conoce y de poco se sabe, se sobrevive a punta de teorías, por lo que tenemos que esperar a ver qué sale de ahí. Xana no confía en humanos simples, se fía de los complejos, como Aelita. Una persona inestable con un poder reprimido solo puede acabar en tragedia, ¿quizá es eso lo que Edge quiere evitar? Muchísimas gracias por leer, Draop, espero que el capítulo sea de tu total agrado.
Y eso, que poquito más. Nos leemos… espero que pronto.
Adiós.
Never give up, Never Surrender.
