Cap_03
Hacia demasiado tiempo que no entrenaba sola.
Que no pisaba el gimnasio escolar y golpeaba la bolsa que crujía dolorosamente bajo cada impacto de sus extremidades pero era mejor despedazarla a ella que al Dr. Saltzman.
Se sentía en control con la necesidad de cambiar casi como cuando era luna llena. Molesta pero soportable. Aun así no quería arriesgarse. La pasada tarde sus ojos habían brillado al hablar con Alaric y no lo noto hasta que él se lo menciono. Eso era malo.
Solo se había atrevido a salir de su habitación entrada la noche y ahora, demasiado temprano en la mañana como para encontrarse con alguien aunque podía escuchar como la escuela comenzaba a cobrar vida así que supuso que era mejor terminar.
Realmente le importaba poco encontrarse con los demás pero no se sentía igual de segura sobre toparse con Josie. No cuando lo único anormal había sido su necesidad de estar a su lado.
Cuando salió de su habitación en ambas ocasiones tuvo que luchar para arrastrarse lejos de la de las mellizas. Quería verla. Olerla. Sentirla con tanta fuerza que estaba segura que sus ojos habían brillado bastante tiempo mientras se iba internando en el bosque corriendo a toda velocidad en sentido contrario a la escuela.
A ella.
Sintiendo con claridad como su lobo gruñía y arremetía en su interior. El enojo de su lobo haciendo hervir su cabeza. Punzando con solo un pensamiento constante.
Así que ver a Josie estaba fuera de todos los límites y mientras avanzaba por los pasillos de vuelta a su habitación para ducharse. Se lo repetía una y otra vez. Segura de que no serviría de nada.
Todo iba bien.
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Para cuando llego el medio día casi iba sin preocupaciones por los pasillos y sus clases. Por supuesto había faltado a las que compartía con la morena pero por lo demás todo iba de maravilla. Tal vez, demasiado bien.
-¡Hope!
Un grito a su espalda llamo su atención y antes de que se girada un cuerpo se estrelló contra ella. Un leve gruñido escapo de sus labios casi a la vez que se gritaba mentalmente. "Ni te atrevas. Pedro es familia".
Eso fue suficiente para que su lobo se estuviera quieto.
Giro, se acuclillo y rodeo al pequeño brujo entre sus brazos. Enterrando su nariz en sus cabellos y le olisqueo para que su lobo guardara su esencia en su memoria y evitar cualquier problema.
Pedro rio ante la acción –¿Por qué me olfateas?
Hope le sonrió y lo cargo como si fuera un niño de dos años y no uno de ocho. A él le gustaba. Le hacía sentirse seguro.
Ella era su protectora y lo había sido desde que llego a la escuela. Bueno, ella y las mellizas.
Era huérfano y ella es quien lo había sacado del accidente de auto en donde sus padres habían muerto. Solo por mera casualidad se habían topado con el percance justo cuando iban en una misión de reclutamiento.
Desde entonces, él era su familia y las mellizas lo habían adoptado de igual forma. Era lo único en lo que estaban de acuerdo hace unos años hasta el punto que aunque se odiaran cada semana cenaban juntas una noche, los demás días cada una lo checaba por separado y se repartían las materias para ayudarlo con sus tareas.
Básicamente se volvieron sus madres/hermanas.
Así que no le mentiría. Era familia.
-Tengo un pequeño problema con mi lobo y quiero que te recuerde. Que sepa quién eres para que siempre te cuide.
Pedro le miro preocupado –¿Es malo?
-Tranquilo, kiddo. No es malo. Solo un pequeño hechizo que lo puso inquieto pero en unos días todo volverá a la normalidad –. Dijo Hope sonriéndole suavemente. Cariñosamente y llena de seguridad como recordaba que su padre hacía con ella.
Pedro la miro a los ojos así como ella había mirado siempre a su padre. Buscando algún signo de mentira. Y como el, se había vuelto excelente para ocultar la verdad.
El pequeño le sonrió –Entiendo.
Detuvo sus pasos frente a una de las aulas de los de primaria y lo bajo junto a la puerta –¿Me ayudaras más tarde con mi proyecto de geografía?
-Claro que si. Te veo a las dos en la biblioteca –. Afirmo Hope con una sonrisa.
-¿Y tú ultima clase?
Hope tenso su sonrisa pero su rostro se mantuvo impasible –No hay. No hoy.
Pedro salto y chocaron sus palmas –Ok... –. Le sonrió brillantemente –Te veo más tarde.
La loba asintió y lo vio entrar a su aula –Aprende algo.
Retrocedió despidiéndose hasta que unos segundos después su cuerpo se tensó de golpe. Su lobo aulló tan fuerte y golpeo su mente con tal brutalidad que la hizo trastabillar un poco. Sus ojos brillaron con intensidad y confusa miro su mano que se volvió más cálida. Volteo a su alrededor para buscar lo que le estaba haciendo reaccionar y lo encontró.
A menos de 10 metros por el pasillo, se encontraba Josie junto a su hermana. Ambas la miraron. La segunda con algo de molestia y sin duda a punto de gritar algo pero Hope realmente la ignoro.
Su atención estaba fija en Josie que le miraba con curiosidad y preocupación mientras el corazón de Hope enloquecía y su mente se quedaba en blanco pero al ver que la morena daba un paso hacia ella, reacciono.
Torpemente retrocedió un par de pasos a la vez que cerraba sus ojos con fuerza. Al siguiente segundo, se encontró corriendo hacia el bosque sin permitirse en ningún momento mirar hacia atrás.
Ignorando como el rostro de Josie se descompuso al momento. Como la tristeza y el miedo le invadían dejando solo la calidez del vínculo como consuelo.
Pero Lizzie si lo vio y también lo sintió. Y gruño con enojo por lo bajo mientras intentaba no correr tras la loba y arrastrarla de vuelta con la ilusión de sacarle una disculpa para su hermana a punta de gritos estridentes.
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Hope dio un gruñido molesto. Tenía hambre pero no quería arriesgarse a volver a toparse con Josie.
En el fondo lo deseaba.
Desde hace años se tomaba pequeños momentos donde se tomaba la libertad de mirarla oculta bajo el manto de la multitud. Disfrutando de su sonrisa y gestos aunque estos no le pertenecieran. Había aprendido a adorarlos aunque jamás fueran para ella y aunque ser su amiga ayudaba a que algunos lo fueran. No era suficiente.
Con el tiempo deseo mas pero era incapaz de hacerlo. Tenía demasiado miedo.
Y ahora ni siquiera eso podía tener y le molestaba. Le dolía.
Olfateo un poco mientras avanzaba por el pasillo principal. Sentía su aroma a su alrededor pero era un lejano fantasma. Eso le confundió.
Todos se encontraban en el comedor y eso debería incluirla pero no era así. No le percibía con la intensidad que debía y comenzó a tensarla conforme sus pasos se aceleraban un poco, dispuesta a asomarse al interior del sitio sin ya importarle nada.
No podía evitar preocuparse pensando en todos los posibles motivos y su cabeza dibujaba terribles escenarios para cada idea. Todos malos. Todos producidos por su profundo miedo y la ansiedad comenzando a agitar a su lobo.
Este quería correr a buscarla y por un momento estuvo tentada a permitirlo.
Pedro salió del comedor junto un grupo de sus amigos. Al verla sonrió ampliamente y corrió hasta ella.
Se forzó a sonreírle con normalidad aunque su pulso se estaba alterando –Ey, kiddo. ¿Ya cenaste?
Pedro asintió –Si. Me senté con Lizzie y MG. Son divertidos.
Hope rio por lo bajo suponiendo como el vampiro había entretenido al niño. Tal vez al inicio solo se le había acercado para quedar bien frente a Lizzie pero en poco tiempo también se perdió ante la ternura del pequeño.
Su ceño se frunció levemente y su cabeza se ladeo un poco –¿Y Josie? ¿No te ayudo con tu tarea?
-Me ayudo con mi tarea de matemáticas y luego se fue a su habitación…
Su corazón se fue acelerando con el temor burbujeando en su pecho. Inundándolo todo a la vez que su lobo comenzaba a retorcerse y arañar desesperado. Tuvo que luchar por no dejar escapar un gruñido que sin duda asustaría a los niños que aguardaban a Pedro, que ignorando su agitación siguió hablando.
-Lizzie dijo que tenía tarea atrasada por culpa de quedarse viendo películas con MG.
Enseguida supo que eso era una mentira. Josie jamás se permitiría dejarse arrastrar por su amigo sin que su trabajo escolar se lo permitiera. Era demasiado responsable, a veces hasta para su propio bien.
La preocupación escalo en su cabeza pero se vio interrumpida por una punzada dolorosa.
Quizás le estuviera evitando y se encerraba en su habitación por su culpa. Quizás le había asustado con su estúpida carrera de la tarde o peor, ella estaba enojada por el vínculo. Por su maldición.
-Debo irme –. Dijo Pedro sacándola de su cabeza.
Con esfuerzo. Hope le sonrió con suavidad y beso su frente con cariño –Anda. Ve a dormir. Que tengas dulces sueños.
El niño se abrazó a su cuello –Tu también. Te quiero.
-Y yo a ti, kiddo. Siempre –. Susurro aferrándolo entre sus brazos un momento para luego dejarle ir de vuelta con sus amigos.
Vio al grupo desaparecer por el pasillo y de repente se lanzó a correr por el pasillo. Saliendo de la escuela en un instante luego de haberse reprimido por demasiado. Inhalo profundamente y permitió que sus ojos brillaran con la fuerza que deseaban, la ansiedad le hizo mirar hacia la ventana de la que reconocía era la habitación de las mellizas.
Una idea cruzo por su cabeza y a su lobo le pareció correcta. El tomo el control sin que ella pudiera evitarlo pero tampoco le molesto. Reconoció que lo que haría no era tan malo ni intrusivo.
Bueno...
Quizás un poco.
Dio un salto que basto para situarla sobre la pendiente del techo del porche de la escuela. Sigilosamente avanzo por este cuidando de no romper nada o caer. El sentimiento le hizo recordar a cuando cazaba en el bosque y tener su cuerpo casi pegado al suelo ocultándose en la penumbra solo acrecentada esta sensación.
Llego a su destino y apenas si se asomó por la ventana. Retrocediendo al ver como sus ojos resplandecían casi como si estuviera en su forma lobuna y eso era extraño. Aun así se volvió a asomar cuidando de no ser visible.
Y ahí la vio. Sentada en su cama rodeada de libros que parecían ser solo adornos a su alrededor.
La miro por unos instantes sintiendo como era suficiente para que su lobo se calmara al verla a salvo pero en ella en cambio sintió como su corazón se estrujaba. Demasiado tiempo observando le había dado la facilidad de reconocer las emociones de la morena que usualmente mantenía bastante silenciadas y justo en ese momento su acoso estaba siendo muy útil.
Josie estaba triste. No había duda. Sus ojos chocolates estaban apagados y melancólicos fijos en su libro que parecía no leer, su ceño levemente fruncido y sus labios un poco elevados pero lo que le dio la certeza fue verla lanzar su libro con frustración para luego abrazar su rodilla y quedarse mirando hacia la nada. Luchando contra algunas lágrimas que se acumularon en sus ojos pero resplandecieron lo suficiente para que Hope las viera.
Se alejó lentamente de la ventana y se quedó sentada a su lado. Permitiéndose soltar un lamento casi silencioso mientras miraba hacia la luna.
