Cap_04

Un brutal dolor le hizo despertar de golpe. Sintiendo como parecía que alguien estaba serruchando su cabeza. Dividiéndola en dos partes a la vez que sanaba y se obligaba en mantenerse como uno mismo. Gruñidos resonaban en sus oídos casi hasta silenciar los que sus labios dejaban escapar.

-Cállate... cállate... d-déjame en paz... –. Mascullo con voz áspera por acabar de despertar pero sobre todo por los gruñidos que no paraban.

Giro sobre su espalda apretando los dientes y llevo una de sus manos hacia su sien. Su respiración agitada y profunda, entrecortada por momentos era dolorosa pero se forzó a soportarlo y controlarlo a la vez que gruñía con más fuerza en una lucha de dominio contra su lobo al que después de un tiempo logro someter. Alejándolo en el interior de su cabeza.

Dio un suspiro pesado y agotado aun cuando era temprano por la mañana. Masajeo sus sienes con firmeza pero de golpe se detuvo a la vez que abría sus ojos abruptamente.

El olor a sangre era penetrante y ensordecedor. Su cuerpo se tensó al ver sus manos llenas del vital líquido apenas fresco pero era claro lo que era.

-No. No. No. No...

Repitió con pánico a la vez que se sentaba mientras pensaba una y otra vez. "¡¿Que mierda hiciste?!".

Confusa y aturdida se encontró en el suelo de su habitación, cosa que hizo que pánico se acrecentara. Miro a su alrededor viendo como su habitación estaba destrozada en especial el área junto a su ventana mientras se encontraba junto a su puerta e instintivamente coloco su mano en ella.

-Por favor no...

Soltó un suspiro aliviado a los pocos segundos del contacto al sentir como su hechizo se mantenía intacto y vibraba con firmeza bajo sus dedos. Casi como si intentara consolarla.

Lágrimas de miedo y alivio se deslizaron por sus mejillas a la vez que su mano se deslizo un poco por la madera mientras un suspiro se escapaba de su interior.

Una sensación llamo su atención. Marcas de rasguños adornaban su puerta y golpes se marcaban en la madera apenas abollada. Su hechizo no debería permitir daños y que los hubiera solo le indico cuanta fuerza había usado. Entonces lo entendió.

La sangre en sus manos le pertenecía.

Su ceño se frunció mientras sus ojos se mantenían en ellas a la vez que intentaba recordar lo ocurrido. Había vuelto tarde de correr luego de quedarse un largo rato junto a la ventana de Josie y luego simplemente se había metido a dormir en su cama.

No había más. Ni pesadillas o fantasmas, solo oscuridad y unos profundos ojos ámbar brillantes que se movían a su alrededor sin que pudiera ver a quien le pertenecían aunque en el fondo lo sabía.

Entonces fue que se dio cuenta de que el vínculo había cambiado. Ahora su dedo anular había sido cubierto, o al menos la mitad de este y su nudillo junto al de su dedo meñique. Sin importar la sangre el vínculo resplandecía con fuerza. Se concentró en el sintiendo como el aliento le era robado ante el suave toque que le ofrecía.

Como un silencioso consuelo.

Una comprensiva caricia. Un firme susurro de que todo estaría bien.

-¿Qué paso aquí?

Dio un respingo al escuchar la voz de su tía que al ver la sangre en sus manos dejo de poner atención en la habitación para correr hacia su sobrina.

Hope negó sin mirar –No lo sé… creo que yo…

Freya la miro con preocupación –¿Estas bien? –. Hope solo asintió en silencio sin atreverse a mirarla. No quería ver el miedo en sus ojos. No quería que la viera como ella misma se veía –Hope… no… No podemos seguir así. No es seguro.

La cobriza derramo silenciosas lágrimas y apretó sus labios –Lo sé… realmente lo sé pero no quiero alejarme… no más de lo lejos que siempre debo estar…

-Bien –. Su tía la miro con melancolía –Entonces, sin importar lo que digas iremos para allá –. Hope elevo su mirada de golpe y quiso negarse pero la rubia no se lo permitió –Es nuestra última palabra.

-Pero… ustedes tienen sus vidas y yo no quiero…

Freya la miro con seria dulzura –Nada. No existe nada en el mundo que evite que estemos a tu lado cuando nos necesitas… Te amamos y somos familia. Siempre y para siempre.

Hope sonrió levemente entre lágrimas –Siempre y para siempre.

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La mirada decidida de Josie recorrió la imagen que le ofrecía el espejo de su habitación. Acomodo un mechón de sus cabellos tras su oreja mientras se daba la vuelta para tomar de su cama su suéter a la vez que su hermana iba despertando y con pereza se estiro sin salir de sus mantas.

-Buenos días –. Soltó distraídamente a la vez que volvía a mirarse en el espejo y darle una nueva revisión al conjunto elegido.

-¿Qué haces despierta? –. Mascullo adormilada Lizzie con voz áspera pero entonces le miro con atención –Espera. ¿Es tu falda, blusa y suéter favoritos? ¿Todo en un mismo día? Ok. Dímelo... ¿A quién te vas a confesar?

Josie sonrió y casi soltó una leve risilla por lo bajo –No lo hare. Voy a hablar con Hope.

Su hermana suspiro a la vez que tomaba asiento –No se si no lo has notado pero creo que no quiere.

-Lo sé pero no voy a dejar que siga evitándome.

Y entonces Lizzie sonrió con complicidad –Y para eso tu atuendo de confianza. Lo entiendo. Vas de cacería.

Esta vez, no pudo evitarlo y la morena rio por lo bajo y encogió sus hombros en un simple movimiento –Es una manera de decirlo.

-Bueno. Te ves linda y supongo que estas preparada con su horario y quizás un dardo tranquilizante. Así que ve por ella –. Apoyo con entusiasmo la rubia dándole un rápido guiño a su hermana que ya se dirigía hacia la puerta de la habitación –¡Que atrapes a tu lobo feroz!

La castaña rio negando mientras cerraba la puerta tras de sí.

El pasillo estaba casi solitario. Era demasiado temprano pero eso le dio la oportunidad de tomarse un momento y respirar profundamente mientras su puño aferraba al collar antiguo que desde hace casi un año adornaba su cuello. Que le daba cierta calidez y seguridad porque la magia de la loba era perceptible.

Porque aunque quisiera ocultarlo. Realmente estaba muy nerviosa.

Conforme el día fue pasando su sentimiento fue evolucionando. Su nerviosismo se convirtió en frustración que luego se volvió decepción para finalizar como tristeza.

Para cuando las clases terminaron, se dejó caer con desanimo en un asiento cualquiera en la biblioteca.

Hope había escapado.

Fue a su entrenamiento con su padre. Ninguno estuvo ahí. Algo extraño pero no le desanimo.

El primer bloque de clases lo compartían. La loba no estuvo ahí pero realmente no le sorprendió solo le molesto.

Pero lo peor fue ir buscándola por los pasillos a cada uno de sus momentos libres. La loba escapaba por más que ella corriera por los pasillos y eso le frustro.

Y cuando llego a tener las contadas ocasiones de suerte donde lograba verla a la lejanía entre los estudiantes. No la atrapo.

En el instante en que Hope le notaba, corría en el sentido contrario a ella. Lo más lejos y rápido posible. Y eso le dolió.

Se sentía como si hubiera hecho algo terrible. Igual a los meses posteriores a cuando hizo lo que le pidió Niklaus Mikaelson y luego este murió.

Se sentía igual de... dolorosamente culpable.

La silla a su lado fue corrida sin cuidado pero lo ignoro. Realmente su cabeza estaba más ocupada en convencerse así misma de que no había hecho nada malo. En que nada de todo esto era su culpa y no merecía ser tratada así.

Que debía seguir intentándolo.

-Dime JoJo. ¿Por qué estás jugando a las atrapadas con nuestra tribrida favorita?

La voz y el tono lleno de sospecha con un toque posesivo y otro tanto de celos mal ocultados. Al menos para ella. Le hizo saltar y voltear para encontrarse a Penélope mirándola juguetonamente.

Paso saliva sonoramente y trato con todas sus fuerzas que su rostro o mirada, no mostrara su pánico –No es de tu incumbencia.

-Oh no, JoJo. Te equivocas –. La pelinegra se inclinó levemente hacia ella. Haciéndola sentir un poco ansiosa –Tiene que ver contigo y no negare que es interesante la desaparición de la chica maravilla de todas nuestras clases juntas. Si. Sin duda me interesa –. Susurro con tono juguetón a la vez que entrecerraba sus ojos para analizar los gestos de la castaña –Digo. Es obvio que huye de ti pero aun no entiendo el por qué, y sabes que no me gusta tener dudas.

Josie se apresuró a tomar sus libros y levantarse sin siquiera preocuparse por el ruido que sobresalto a algunos de sus compañeros que la miraron con molestia.

-Lo que pase entre Hope y yo no es asunto tuyo –. Soltó con firmeza pero apresuradamente –Y será mejor que nos dejes en paz.

Penélope apretó sus labios con cierta molestia y sin pensar se puso de pie para seguirla. Persiguiéndola hasta fuera de la biblioteca y un poco por el pasillo principal de la escuela pero sus piernas fueron veloces...

oooXoooXooo

Lizzie había estado casi todo el tiempo junto a su hermana. Dándole ánimos y cierto consuelo conforme el día iba a avanzando. Viendo de primera mano cómo cada fracaso era un golpe doloroso para Josie por más que intentará ocultarlo.

Y cada rechazo silencioso le hizo hervir la sangre en contra de la loba.

Andaba por el pasillo buscando a su hermana que se le había perdido en algún punto. Sabía que solo era para ocultarle su molestia para que la suya no se incrementara. Como un vago intento de protección pero eso solo le hizo enojar más.

Para ella, eso solo significaba que el daño estaba siendo más que lo que su hermana dejaba ver.

Para su sorpresa. Sin desearlo o intentarlo. Se topó con la causante de su mal día.

Hope se detuvo en medio del pasillo. Podía sentir su esencia en el aire. Tan clara como para que supiera que estaba cerca y su lobo gruño tratando seguirla. Tensándola por completo mientras el vínculo vibraba con cierta necesidad que no se había hecho presente hasta ahora. O quizás no le había notado. Lo que fuera lo silencioso en su cabeza junto a su quejoso lobo y giro sobre sus talones. Apresurándose en alejarse para que Josie no fuera alcanzarla en caso de que la viera. Pasando frente a Lizzie y su ceño fruncido sin notarlo.

La rubia gruño y se apresuró a seguirla con firmeza. Alcanzándole antes de que girada por la esquina y sin ningún cuidado la sujeto del brazo. Tirando de el con todas sus fuerzas. Lanzando a la sorprendida loba contra el muro y parándose frente a ella para que no escapara sin escucharla.

Todo su discurso agresivo se desvaneció en el aire al escuchar el salvaje gruñido que escapó de los labios de la cobriza. Reconocía ese gruñido. Salvaje y vicio. Peligroso. He instintivamente retrocedió un paso y coloco su mano sobre la pared en caso de que necesitara magia.

-Demonios Lizzie –. Mascullo Hope manteniendo su mirada baja.

Sus ojos brillaban con intensidad llenos de agresión según pudo notar pero también noto como el aroma de la rubia no solo le estaba diciendo quien era su atacante sino que su lobo dejo de ser amenazante. Se relajó aunque aún se mantenía alerta en caso de tener que atacar pero no lo deseaba. La reconocía. No como una amiga sino como la hermana de Josie.

Aquello le recordó lo que había pasado con el Dr. Saltzman. No le había agredido así que con él fue algo más inmediato. Un reconocimiento como cuando corría en su forma primaria con su tía Keelin. Era familia. Parte de la manada. En ese momento pensó que era por ser su tutor y tan cercano a ella como su familia pero ahora lo entendía mejor.

Era parte de la familia de Josie y eso les convertía a ambos en suya.

-Jamás vuelvas a hacer eso contra un lobo incontrolable –. Susurró con voz áspera sin atreverse a mirarla –Lo sabes.

Al verla en control. Lizzie casi suspiró aliviada dejando que su cuerpo se relajara a la vez que recargaba su peso en uno de sus pies ladeando su cuerpo con arrogancia y cruzando sus brazos sobre su pecho.

-No eres como los otros –. Confeso. Su tono seguro y lleno de confianza hacia la loba le hizo sentir cierta calidez –Además. Si me muerdes te golpeare con mi pantufla.

Hope no pudo evitar sonreír a la vez que negaba en silencio. Se recargo en la pared y respiro profundamente.

Lizzie tomo esto como una señal –Estas evitando a mi hermana.

-Yo no… –. Intento negarlo pero se calló al ver la mirada de la rubia además que era tonto que lo hiciera cuando literalmente había corrido de su presencia.

-Lo haces y la estás lastimando. Josie no merece esto –. Dijo Lizzie con enojo, frustración y un toque defensivo y protector –Ella no se lo merece. Ella merece el mundo y toda la felicidad en él y tú…

Hope bajo su mirar –Lo sé, Lizzie. Yo lo veo y sé que soy afortunada por estar emparejada con la mejor persona que ni siquiera podría soñar pero el vínculo…

La rubia sonrió un poco al escucharla describir a su hermana pero en un instante vio como los ojos de la cobriza brillaban con peligrosa intensidad mientras miraba sobre su hombro.

Hope vio a Josie por el pasillo. Por un momento pensó en correr pero entonces vio a Penélope tomando su mano y haciéndole que detuviera sus pasos. Su cuerpo se tensó y un gruñido bajo escapó de sus labios. Lizzie siguió su mirar.

-Aun con este vínculo cósmico, yo sé que ella no me pertenece. Sé que no hace que mágicamente ella me quiera a su lado y yo no quiero forzarla –. Bajo la mirada casi dolorosamente al ver cómo Josie no se apartaba del agarre de la bruja y no estaba a la defensiva de su presencia, o al menos no por completo. Podía ver cómo la miraba con silencioso cariño. Una pequeña sonrisa ácida se dibujó en su rostro –Según el universo, podemos ser un por siempre y solo será porque ella así lo quiere. Yo no creo que lo haga.

La mirada de Lizzie se suavizó con sus palabras y semblante –Eso no explica tus escapes.

Hope suspiró y comenzó a respirar profundamente intentando controlar a su lobo que deseaba ir y alejar a Josie de la bruja. Sentía como se quejaba furioso porque ella estuviera con lo que le pertenecía. Y justo eso era lo que la asustaba. No estaba segura de que tan enloquecido estaba y temía que la hiriera. Ese profundo sentimiento salvaje de pertenencia era arrollador para su propia cabeza.

-Mi lobo no piensa igual. Quiere reclamarla a cada momento que está cerca y por supuesto, tengo que evitar arrancar algunas cabezas –. Confeso con voz áspera volviendo a clavar sus ojos en la bruja que ahora sostenía ambas manos de la morena.

Lizzie sonrió con malicia –Con gusto te ayudaría a ocultar los cadáveres.

La loba rio por lo bajo negando –Lo imagino pero no gracias.

Un suspiro desanimado fue sonoro de parte de la rubia –Esta bien. Por el momento te ayudaré a evitarlo.

-Solo será por hoy. Mañana llegaran mis tías y todo será más fácil…

Lizzie asintió y al escuchar un nuevo gruñido aún más vicioso de parte de la loba, le sujeto de la mano a la vez que soltaba un suspiro –Bien pero será mejor que la compenses. Ahora vámonos antes de que tengamos que limpiar sangre de las paredes. Nadie quiere ver a los vampiros lamiéndolas

Hope quiso reír por el mal chiste pero sintió como su lobo intentaba resistirse a irse. Cómo luchaba con brutalidad para ir hacia ella, de hecho lo intento por un momento pero Lizzie la empujo de nuevo contra la pared. No sabía si era muy valiente o muy estúpida como para interponerse entre un lobo y su presa.

Josie no era la presa desde luego. Desde hace pocos instantes su lobo comprendió que no le dejaría ir por ella pero en ningún momento le dijo que no podía destrozar a la bruja que le enfurecía tanto. Su mera existencia le hacía gruñir. Realmente no le sorprendía. Penélope nunca le había agradado y que jugara y rompiera el corazón de la morena solo había aumentado su opinión.

Apretó sus dientes que dolorosamente se volvían intermitentemente colmillos y siseo por lo bajo con un profundo tono. Estaba lista para saltar pero Lizzie volvió a tirar de su mano y con todas sus fuerzas se forzó a seguirla.

Su aroma ayudaba a que fuera un poco más débil a sus órdenes. Su lobo no le veía como amenaza así que la siguió a regañadientes.

Por el rabillo de su ojo, Josie alcanzo a ver a su hermana tomada de la mano con la cobriza y una terrible tristeza le invadió a la vez que un furioso ardor burbujeo en su estómago.

En el bosque luego de una hora Hope seguía hiendo y viniendo por un pequeño claro. Gruñendo hacia la nada.

Su lobo estaba furioso y en el interior de su cabeza no dejaba de quejarse e intentar volver.

Lizzie se hallaba sentada en una piedra y con desinterés se limaba las uñas. Por enésima vez pregunto a la nada –¿Mejor?

Hope gruño –Casi…

Lizzie asintió en silencio. Realmente solo le hablaba para ver si seguía ella al mando. Si fuera el lobo el dominante no habría palabras. O eso supuso. Además de que su aroma y voz parecían ayudar un poco. No sabían cómo funcionaba pero parecía que su lobo solo intentaba ser bueno alrededor de ella y se controlaba o dejaba de luchar

Un suspiro escapó de los labios de la cobriza –Creo que ya está.

La rubia suspiro y se puso de pie de un salto –Finalmente. Y yo que pensé en como escapar de cenar conejo fresco…

Hope rio por un momento y al siguiente se dio la vuelta con rapidez. Corrió hacia un árbol y con todas sus fuerzas le dio un puñetazo al tronco a la vez que rugía con furia.

Lizzie se dejó caer de nuevo en su asiento y soltó un suspiro –¿Te consigo un juguete para masticar?

-Cállate –. Respondió la loba con voz áspera y ojos centellantes.

-Dios... –. Se quejó Lizzie casi ofendida levantando las manos –Yo solo decía. Según leí son buenos para el estrés –. Hope le dio una mala mirada y la rubia fingió ignorancia volviendo su atención al cuidado de sus uñas –Alguien necesita que la saquen a pasear más…

Susurro por lo bajo sin dirigirse a nadie pero la loba le escucho sin problemas. La miro con cierta ferocidad pero la rubia ni se inmuto y solo le sonrió con simple inocencia haciéndole dejar escapar un bufido aunque en el fondo sonrió un poco.