Cap_05
Entrada la noche. Lizzie volvió a su habitación temblando bajo la chaqueta de la loba que se la había dado al notar la noche y que no tenía interés en dejarla sola.
Abrió su puerta y entro deseando tomar una ducha tibia pero se detuvo un instante al ver a su hermana tirada en su cama con semblante tenso, sus manos firmemente apretando su libro y sus labios un poco elevados pero firmemente cerrados. Se movió lentamente por la habitación notando como la mirada de la morena le seguía en secreto.
Ya no pudo soportarlo más. Se quitó las chaquetas y las lanzo sobre su cama para luego voltear a encarar a su hermana –¿Estas bien?
Josie se forzó a no mirarla. Sus ojos casi perforaron las hojas de su libro en un solo punto –Estoy bien.
Con incredulidad, la rubia elevo un poco una de sus cejas –¿Segura?
Su hermana bufo y se removió incomoda en su sitio. Conteniéndose para gritar aunque ni siquiera sabía que era lo que quería gritar pero su garganta se apretó desde el momento en que vio la chaqueta de la loba sobre los hombros de su hermana. Por supuesto que la reconocía, aun cuando era como todas las demás un pin con el emblema Mikaelson decoraba su solapa.
Era su pin. Nadie tenía algo ni parecido y ella lo había admirado desde lejos desde que era una niña. Un recuerdo vago pero muy presente hasta el punto en que estaba segura de que podría describirlo con exactitud después de tanto tiempo admirándolo. El verlo adornando el pecho de su hermana hizo que su sangre hirviera dolorosamente.
Pero se contuvo y sin mirar respondió –Estoy segura, Lizzie.
El tono seco alerto a la rubia que solo había seguido con la recolección de sus pertenencias sintiendo algo extraño y casi caliente en la boca de su estómago. Era algo inusual de sentir. Usualmente ella lo provocaba pero al reconocerlo volteo a verla casi sorprendida y claramente confundida –¿Estas enojada?
-No.
-Josie no mientas. Lo puedo sentir.
La morena gruño por lo bajo y apretó más el agarre en su libro –Déjame en paz.
Su hermana la encaro desde el pie de su cama y le sonrió –Dime quien fue y lo golpeare.
No quería decir nada. Apretó sus labios aún más fuerte pero el leve resplandor del pin que alcanzo a ver de reojo fue demasiado y sin pensar lanzo su libro sobre la cama casi a donde su hermana tenía sus manos –¡¿Quieres saber?! ¡¿Realmente quieres?!
Lizzie se sorprendió del pequeño arrebato pero trato de no mostrarlo –Si. Dime quien fue.
-Tu Lizzie. Fuiste tú –. Exclamo.
Esta vez, la rubia sí que reacciono dando un pequeño salto a la vez que frunció su ceño y ladeo su cabeza –¿Yo? ¿Y yo que hice?
Josie se movió hacia la orilla de su cama y respiro profundamente mirando al suelo –Nada...
-No. Dime que está mal. Vamos… habla…
Había intentado controlarse. Volver a guardar su desilusión y tristeza pero tener a su hermana molestándola una y otra vez no le dejaba hacerlo. Soltó un gruñido –¿Que está mal...? –. Negó en silencio aferrando sus puños a la orilla de la cama –¡Todo está mal! Tú... tú simplemente desapareciste...
La rubia le miro confundida –¿Qué no íbamos a intentar ser menos dependientes...?
Volvió a negar tratando de hallar coherencia en sus pensamientos pero eso no detuvo su boca o su enojo –Si pero eso no significa que puedas simplemente desaparecer de pronto por todo el día. Después del último año no puedes… No sabía dónde estabas. Solo que estabas con tu nueva mejor amiga haciendo quien sabe que...
Lizzie la miro aturdida por el reclamo hecho a toda velocidad donde apenas y pudo descifrar algunas cosas –Espera. ¿Estás celosa?
-No.
Su hermana por supuesto que noto la falsedad en su seca y firme respuesta. Soltó una pequeña risilla –Si lo estas.
-¡Dije que no! –. Exclamo Josie a la vez que una llamarada salió de su libro casi hasta el techo. Haciendo retroceder a su hermana que no dejo de sonreírle dulcemente con una mirada suspicaz y casi arrogante –Y no te rías.
Soltó la morena con enojo sintiendo como el vínculo se calentaba tanto que le sorprendió hasta que entendió que estaba extrayendo magia de él. Antes de que entendiera como lo hacía, un vaso que descansaba sobre su mesa de noche salió volando frente a sus ojos.
Lizzie se alcanzó a agachar, evitando el golpe a la vez que Hope abría la puerta.
Guiada al sitio por instinto. Por el vínculo que vibro con fuerza por alguna razón pero con la suficiente potencia como para que su lobo y ella se pusieran de acuerdo para correr hacia su encuentro.
Agua y cristales cayeron sobre su cabeza haciéndole cerrar los ojos instintivamente. Desconociendo que un leve resplandor dorado rodeaba sus pupilas así como las de Josie que al ver lo que había hecho la miro con pánico y vergüenza. No logro decir nada antes de correr hacia el baño donde se encerró sintiendo como algunas lágrimas se deslizaban por sus mejillas mientras ella se concentraba en ver y sentir el vínculo que resplandecía encontrando algo de consuelo.
Hope sacudió su cabeza para luego mirar hacia la rubia que reía por lo bajo –¿Y eso que fue?
-Esa... –. Señalo hacia el baño –Es mi hermana furiosa. Encantadora ¿Cierto?
La cobriza soltó un bufido por su tono divertido –¿Por qué está enojada?
Lizzie mostro una mueca molesta –Cree que tenemos algo.
La loba mostro su propia mueca de aversión a la vez que temblaba bajo un escalofrió –Iu. Asco.
-Verdad –. La rubia mantuvo un poco más su mueca para luego mirarla con seriedad –Esto es tu culpa. Ve y soluciónalo o te juro que si tengo que huir de mi habitación, me quedo con la tuya.
Sin más, paso junto a la loba y abandono el lugar.
Hope miro a su alrededor sin saber realmente que hacer. Instintivamente comenzó a limpiar los cristales y vio el libro quemado casi por completo que descansaba sobre la cama de la morena. No sabía que decir o hacer para resolver algo que ni siquiera sabía cómo es que era su culpa pero entonces el vínculo vibro con suavidad. Una profunda tristeza le embargo y miro hacia la puerta del baño que seguía cerrada.
Camino hacia ella sintiendo como el sentimiento aumentaba, casi como si fuera alguna clase de radar. Su lobo gruño molesto y lloriqueo con cierta desesperación por estar a su lado.
Y por segunda vez en aquel día, realmente estaba de acuerdo con él.
Por algunos momentos se quedó estática frente a la puerta.
Simplemente mirando la madera, debatiendo que tan buena idea era estar ahí. Podía sentir su ritmo acelerado y como su respiración básicamente era para tener un poco más del dulce aroma de Josie. Se preguntó qué pasaría cuando intentara alejarse de nuevo, se preguntó si sería capaz. Se preocupó porque en el fondo quizás no lo quisiera.
Soltó un suspiro a la vez que se recargaba en el marco de la puerta. Dejando todos los "Que pasaría" a un lado porque ahora lo único que le importaba es que Josie estuviera bien. No importaba cuanto debiera luchar o si debía encadenarse en la lejana mansión familiar después. Nada importaba mientras pudiera hacer que ella estuviera bien.
Sus nudillos golpearon con suavidad la madera.
-Vete Lizzie –. Dijo Josie sin fuerza –Déjame sola...
Hope frunció un poco su ceño con malestar al escucharla –Jo. Soy yo. Ábreme, por favor.
Josie miro hacia la puerta con temor y vergüenza. No se movió ni dijo nada. No quería verla o hablarle. No cuando ni siquiera entendía porque le había molestado tanto que su hermana estuviera con ella. No cuando había perdido el control de algo que se supone tenía bajo control desde hace años.
No entendía ese extraño sentimiento de pertenencia que vibro en su pecho y cabeza en cuanto la vio con su hermana. O la magia, que aun hormigueaba en sus dedos. Todas esas sensaciones tan abrumadoras que le agregaban más lagrimas a su llanto silencioso.
La loba aguardo en silencio por varios minutos hasta que escucho como el pestillo era retirado.
Al entrar lentamente enseguida vio a Josie sentada sobre la taza del baño. Llorando silenciosamente. Se acercó y clavo su rodilla en el suelo justo frente a ella, lo más cerca posible.
-Josie ¿Qué pasa? –. Susurro a la vez que se atrevía a limpiar las lágrimas que se deslizaron por las mejillas de la morena que mantenía su mirada baja. Que se recargo en la caricia casi instintivamente.
-Lo siento... por el vaso...
Hope sonrió momentáneamente –No pasa nada. Solo un poco de lluvia en interiores, lo normal en esta escuela.
Una sonrisa débil apareció en el rostro de Josie y la cobriza respiro con cierto alivio cuando no fue apartada. Su mano se mantuvo en su mejilla.
Ninguna se apartó del contacto que les hizo relajarse a la vez que disfrutaban del momento. Del aroma, la sensación o hasta la temperatura.
La mirada de Josie se elevó lentamente conforme la calma la fue llenando hasta que sus ojos chocolates se clavaron en los de la loba que mantuvo su mirada en todo momento. Ambas aturdidas por la sensación de estar en el lugar más perfecto y seguro del mundo. Ambas ignorando la línea brillante que rodeaba sus pupilas aun.
-¿Quieres contarme que paso?
Josie negó con firmeza lentamente. Volvió a rehuir de la mirada de la loba que no insistió, solo asintió y dejo que su pulgar se deslizara varias ocasiones por la suave mejilla. Esperando que la calma volviera.
Nuevas lagrimas cayeron por el rostro de la morena que dio un suspiro –Es solo que...
-¿Qué...? –. Pregunto tentativamente esperando no estar presionando demasiado.
Josie negó y apretó sus puños con frustración. Bajo su mirada y suspiro de nuevo antes de inhalar profundamente –Toda mi vida... siempre he tenido que compartir todo con Lizzie. No me molesta pero... –. Mordió su labio inferior con fuerza –Cada vez... cada vez que alguien me gusta... ella va tras ellos y siempre gana...
Suavemente Hope acaricio su mejilla para luego deslizar sus dedos por su mandíbula hasta llegar a su mentón. Lo elevo con delicadeza haciendo que le mirada y le sonrió con dulzura.
-Jamás. Jamás podría verla como te veo a ti –. Susurro con firme seguridad. Con silenciosa devoción.
Josie la miro –¿Enserio?
-Lo juro.
-Entonces. ¿Por qué me evitas?
Hope suspiro y asintió en silencio convenciéndose de que lo mejor era ser sincera –Estoy teniendo algunos problemas para controlar a mi lobo desde el hechizo. Por eso, Lizzie estuvo todo el día conmigo. Quería ayudar, solo eso.
La morena se sintió un poco tonta pero lo oculto sonriendo levemente a la vez que dejaba que la felicidad le invadiera. Su sinceridad le hacía feliz siempre –¿Por qué? ¿Qué pasa?
Una sonrisa levemente vergonzosa se hizo presente en la loba –Mi lobo esta algo necesitado por estar contigo y no se lo permito. Me mantengo alejada para que no sea tan inquieto.
Josie se sonrojo sonriendo con timidez –Entonces. ¿No me odias?
-Jamás podría hacerlo –. Afirmo a la vez que le daba una sonrisa y volvía a acariciar su mejilla.
De nuevo. Una especie de burbuja les rodeo dejando el mundo fuera. Sus miradas, sonrisas y pulsos se ralentizaron al unísono. La magia fluyo entre ellas electrificando el ambiente mientras un dulce y suave sentimiento les inundaba.
-Así que... –. Josie susurro mirándola con cierta timidez –¿No tienes nada con Lizzie?
-Iu. No. Nunca. Jamás.
La morena rio de la respuesta instantánea. Silenciosamente aliviada.
El silencio volvió a caer entre ellas por otro rato.
Entonces. Hope inhalo profundamente y susurro con culpa –Lamento lo del anillo fosforescente. No me importa lo que diga el cosmos o mi lobo, jamás te obligaría a nada.
Por un momento, Josie sintió como si le dieran una bofetada. El rechazo implícito de las palabras fue doloroso y sofocante pero al mismo tiempo no le sorprendió. Sabía que la loba jamás le vería de aquella forma y sus disculpas eran el producto de su naturaleza protectora. Esa. Que toda su vida había estado a su alrededor aunque casi no se hablaran de niñas.
-Quizás... –. Susurro Hope y por primera vez en su vida Josie no supo lo que sus ojos reflejaban. Descendieron y nerviosamente fueron a un lado y otro como buscando algo perdido en el suelo. Un leve resplandor dorado que duro solo un parpadeo y un suspiro. Al siguiente segundo, la morena ya no pudo tratar de identificar sus gestos. Hope le dio esa dulce mirada suave y su encantadora sonrisa Mikaelson. Todo el conjunto que siempre le arrebataba todo –Si un día llegáramos a tener algo... quiero que sea porque nosotras lo quisimos. No mi lobo o el cosmos. Nosotras.
Una nueva bofeteada golpeo a la bruja pero esta vez fue una que hizo tartamudear a su corazón y dejar caer su estómago desde las estrellas. Trato de que no se notara pero dio un pequeño respingo y tuvo que jalar aire con urgencia porque en algún punto había olvidado respirar entre los fuegos artificiales que jugaban en su cerebro.
El aire iba plagado del aroma a tierra y bosque. De un toque de lavanda y pintura.
Iba plagado de Hope. Literal e implícitamente.
La loba carraspeo torpemente y bajo la mirada mientras Josie no podía evitar sonreír con todas sus fuerzas. Y entonces fue que entendió que significaba esa mirada esquiva y recordó que no era la primera vez que la veía. Muchas veces había estado ahí por un instante antes de ser ocultada. Siempre dirigida a ella.
-Salgamos de aquí. El inodoro tiene poderes mágicos –. Dijo poniéndose de pie y casi queriendo correr lejos de la morena pero se detuvo. En su lugar le ofreció su mano que con gusto esta tomo y lentamente se puso de pie.
El agarre se mantuvo.
Hope bajo su mirada y lo vio dejando que la cómoda naturalidad le reconfortara. Apaciguara su miedo y casi le hiciera olvidar sus dudas. Casi.
Su pecho salto justo a la vez que el de Josie que sonreía sin poder evitar que una silenciosa ilusión volviera a despertar en ella. Pensando en todas las posibilidades. Rodeada por la seguridad del agarre firme pero suave que la guio hacia su cama.
-Hope… –. Susurro con timidez antes de que su mano fuera liberada. No quería que se alejara. Y sabía que en cuanto le soltará la loba lo haría. Quería ser egoísta y disfrutarla un poco más. Quería estar con ella y mirarla, escucharla y sentirla casi como la necesidad que se tiene del mismo aire –¿Te quedas conmigo hasta que Lizzie vuelva?
-Está bien…
Acepto con torpeza la cobriza sin pensar. Sus instintos solo tomaron el control y ahora estaba ahí sentándose en la cama junto a Josie que le sonrió tímidamente haciendo que cualquier negativa o intento de escape se perdiera en su cabeza.
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Lizzie volvió un par de horas después luego de ver algunos capítulos de su comedia favorita en la habitación de MG.
Abrió la puerta con cuidado. Esperando que ningún vaso volviera a atacarla y al ser recibida por oscuridad casi suspiro de alivio. Había tenido buenos reflejos la primera vez pero dudaba que pudiera repetir su proeza.
Dio algunos pasos en el interior y entonces se apresuró a cubrirse la boca con sus manos para evitar que un gritillo escapara. La imagen era demasiado linda como para que no hubiera alguna reacción.
En la cama. Josie y Hope dormían tranquilamente. Una a lado de la otra de costado encarándose, con sus frentes rozándose al igual que sus narices.
La cobriza abrazaba protectoramente a la morena que se aferraba a ella por la cintura. Eran suaves agarres pero era seguro que ninguna podría escapar de ellos. Y sus rostros, visibles gracias a la luz de la mesa de noche, mostraban cuánto lo disfrutaban.
La rubia sonrió con ternura sin poderlo evitar pero luego la malicia llego a su mirada. En un segundo tomo el teléfono de su bolsillo y corrió sigilosamente hasta los pies de la cama.
-Bye bye próxima limpieza de cuarto –. Susurro con una leve risilla mientras presionaba sin parar el capturador.
Su hermana se movió un poco haciéndola retroceder de un salto a la vez que ocultaba su teléfono a su espalda temiendo haber sido descubierta pero en su lugar de nuevo tuvo que cubrir sus labios con todas sus fuerzas a la vez que mordía su lengua para evitar que una carcajada escapara.
Y es que Josie solo se acomodó mejor. Escondiendo su rostro casi en el cuello de la cobriza que giro más hacia su espalda como respuesta. Dándole espacio pero sin dejar de abrazarla mientras la mano de la bruja se deslizaba hacia su trasero dándole un ligero apretón a la vez que la jalaba hacia ella todo lo posible negándose al espacio ofrecido.
-Que mañosa, Jo… Jamás lo espere de ti… –. Dijo Lizzie riendo por lo bajo mientras volvía a tomar múltiples fotografías en todos los ángulos posibles.
