Cap_07

-¡Muévete, maldita niña! –. Grito el hombre que antes cargaba a Pedro y ahora se encargaba de llevar a arrastras a la chica que luchaba para no avanzar.

El otro hombre se acercó y con fuerza la tomo del agarre y le dio un tirón de la nada. Haciéndole tropezar y caer al suelo sobre su estómago –Nos has costado bastante.

-D-debemos darnos prisa. La policía puede estar en camino –. Tartamudeo ansiosamente el que llevaba la escopeta y miraba a su alrededor sin parar. Varios pasos alejados de la morocha. Listo para correr –Deberíamos escapar ahora que podemos...

-Cállate idiota –. Soltó el hombre que tiro a la morocha y se agacho a su lado. La tomo bruscamente por el mentón y le hizo mirarlo –Te juro que nos vas a compensar por los problemas...

La soltó casi lanzando su rostro hacia el suelo. El hombre encargado de llevarla soltó un bufido mientras su compañero se alejaba algunos pasos –Tiene razón. Debemos salir de aquí…

Josie los miro desde el suelo con temor pero se concentró en sentir la tierra bajo sus manos. Buscando desesperada los restos de la magia de la escuela que se hallaban a lo lejos, apenas y podía tomar un poco si realmente se concentrara en ello. Se preguntó si lo lograría a la vez que el hombre elevo su mano sobre ella.

Cerró instintivamente sus ojos al ver que el impacto se aproximaba pero este no llego. En su lugar un golpeteo de patas se hizo audible y algunas maldiciones. Cuando sus ojos se abrieron se encontró con el hombre tirado en el suelo a metros de ella y al par apuntando sus armas hacia un gran y hermoso lobo de pelaje blanco grisáceo que le cubría con su cuerpo, dejándola bajo su estómago horizontalmente.

Un gruñido profundo y gutural escapo de su garganta a la vez que su cabeza y cuello se acercaban más al suelo dejando sus patas traseras completamente erguidas. Sus colmillos fueron visibles y su mirada dorada escaneo a los hombres. Moviendo un poco su cabeza para darle a cada uno un gruñido furioso.

La morocha no tuvo que pensar quien era. Al menos no cuando el lobo dejo de gruñir y sin apartar su mirada de sus atacantes, acaricio con el costado de su hocico la mejilla de la bruja que sonrió y se permitió soltar un suspiro de alivio.

-Wow. Estos ricos tienen hasta mascotas extravagantes –. Soltó con una sonrisa el de la escopeta que parecía estar bastante tentado a acercarse y tratar de acariciar al animal.

Su compañero se paró con dificultad del suelo y sacó su arma de su cinto para apuntarla hacia el animal a la vez que su mano libre se sobaba el abdomen donde había sido impactado –Voy a matarlo.

-¡No! –. Exclamo el de la escopeta –Llevémoslo con nosotros. Podemos venderlo o también pedir un rescate por el… quizás quedárnoslo…

-Detesto a los perros –. Gruño el líder que mantenía sus ojos fijos en la silenciosa interacción del animal con la morocha –Y dudo que nos deje tocarla… y yo sí que quiero tocarla… –. Chasqueo la lengua y quito el seguro del arma –Matémoslo y larguémonos de una vez.

El lobo había estado escuchando todo y gruño defensivamente. No sin antes darle una firme indicación a Josie. Esta quiso negarse pero el can solo le respondió empujándola con su pata.

Todo pasó en un segundo. El lobo la empujo con fuerza a la vez que saltaba hacia los hombres. Josie rodo por el suelo por un par de metros pero reacciono a ponerse de pie y correr hacia la escuela. Sabía que no podía hacer nada para ayudar. No cuando Hope era un lobo y no había manera de que pudieran trabajar en equipo.

Así que con lágrimas de impotencia y miedo. Corrió.

Justo como Pedro lo había hecho. Con todas sus fuerzas y un doloroso pánico revolviéndose en su estómago. Con su cuerpo temblando y más lágrimas escapando a la vez que volvía su mirada para intentar ver algo pero en su lugar solo pudo escuchar algunos disparos seguidos por gritos de dolor.

-¡Josie! –. Grito Alaric lleno de pánico con un arma de fuego en sus manos.

Su hija lo vio y corrió hacia él. Notando al instante a su hermana que corría desesperada junto a su padre y a Dorian pero entonces vio hacia un lado. Keelin y Freya Mikaelson estaban ahí y no detuvieron su carrera siguiendo el camino por donde había ido.

Se sintió estremecer cuando escucho a Freya gritar –¡Ve…!

Su esposa asintió en silencio y dejo que su velocidad lobuna se volviera dominante. Pasando los metros que los alejaban en solo unos contados minutos.

Keelin sentía su corazón acelerado luchando contra el puño de miedo que lo presionaba dolorosamente pero no se detuvo. A la lejanía escuchaba los pasos apresurados de su esposa pero eso dejo de ser importante al entrar en un pequeño espacio libre de árboles.

Solo un pequeño óvalo dónde se detuvo de golpe al ver al imponente lobo hiendo y viniendo frente a unos cuerpos inertes. La sangre ensuciaba el manto blanco del animal que volteó a verla sin detener sus pasos.

-¿Hope? –. Susurró a la vez que elevaba sus manos.

Este sacudió la cabeza y siguió en su vigilancia. Gruñendo a cualquier sonido a la vez que miraba los cuerpos esperando que alguno se atreviera a moverse pero ninguno lo hizo.

Keelin trataba de acercarse cuando su esposa apareció en el sitio. El ceño de Freya se frunció dolorosamente.

-Oh no, cariño –. Dijo.

Llamando la atención del animal que volteó a verla y relajo su ceño fruncido a la vez que suavizaba su mirada para dejar entrever la culpa que no dejaba su cabeza que sacudió con desesperación para volver a su semblante agresivo.

-¡Hope! –. Grito Josie al llegar junto al resto y aunque quiso correr hacia ella, su padre alcanzo a rodearla por la cintura evitando que lo hiciera.

Lizzie soltó una exclamación y se giró al ver los cuerpos mientras Alaric cerraba los ojos dolorosamente.

El lobo miro a Josie y su semblante se relajó por completo. Se cercioró una última vez que los cuerpos no se movieran y luego se giró para ir hacia ella pero solo alcanzo a dar algunos pasos antes de caer al suelo soltando un quejido.

-¡No! –. Grito Freya y corrió hacia ella junto a su esposa. Sin importarles el riesgo. Acaricio su hocico mientras Keelin tanteaba su cuerpo –Todo estará bien, cariño. Estoy aquí.

El animal intento inhalar profundamente pero se ahogó y tosió dejando escapar sangre de su hocico y nariz. Su tía enloqueció.

-¡Keelin! ¡Está herida!

La morena asintió con urgencia –Creo que tiene balas en su interior. No puede sanar si no las sacamos.

Alaric se tensó al escucharla –Hay que llevarla a la escuela.

-No hay tiempo… –. Dijo la doctora mientras le revisaba notando las heridas de bala por su abdomen que no se estaban sanando por su propia cuenta.

-¡No te acerques! –. Grito Freya furiosa al ver que los profesores intentaban acercarse y sin pensar les lanzó una onda mágica que tiró al grupo al suelo.

-¡Cariño! –. Exclamó Keelin para llamar su atención –Mi mochila de emergencias. Ahora.

Freya ni siquiera se concentró. Con simpleza solo hizo un movimiento de mano y está apareció a un lado.

Su esposa la tomo y desesperada comenzó a sacar varios suplementos médicos. Incluyendo un cuchillo de cacería que le hizo temblar al sacarlo de su funda.

Miro a su esposa y susurró –Cariño. Sera mejor que te apartes.

Freya lloraba en silencio. Sintiendo como su corazón se destrozaba al escuchar la trabajosa respiración de su sobrina que evidentemente estaba sufriendo.

-No. No la dejaré sola. No de nuevo –. Afirmo con firmeza. Susurró un hechizo que produjo que el cuerpo del lobo se relajara pero su respiración empeoró –La hice dormir. Hazlo ahora.

Josie veía todo desde el suelo a unos metros. Vio a la gran Freya Mikaelson destrozada acariciando sin parar la cabeza del animal y escucho sus susurros.

-Hope. No me dejes. No tú también… tienes que vivir y ser feliz… tenía que haber estado a tu lado… no debí haber dejado que volvieras… debí hacerlo mejor… –. Lloriqueo sin parar. Humedeciendo el pelaje con sus lágrimas.

Vio a Keelin tomando un respiro profundo. Intentando controlar las lágrimas que se deslizaban por su rostro hasta caer en el acero que enterró bajo las costillas del animal. Apretando sus labios para evitar que un sollozo escapara pero no se detuvo. Corto lo necesario para que su mano entrara en la cavidad.

Sintió como el aire le abandonaba a ella misma al ver toda la sangre que fluía del animal. Pronto se halló rodeada por los brazos de su hermana que como ella, lloraba en silencio al igual que su padre que frustrado pasó sus manos por sus cabellos y apretaba sus puños.

-¡Keelin! ¡Está empeorando! –. Grito Freya con pánico al escuchar cómo las respiraciones se apartaban más entre ellas.

-Lo se… tiene el pulmón perforado… necesito la maldita bala… –. Se quejó Keelin empujando más su brazo en la cavidad.

Josie sintió como la fuerza en su vínculo se iba perdiendo. Casi como si fuera el espejo del corazón de Hope y con desesperación se aferró a su mano.

-No te atrevas a dejarme –. Susurró una y otra vez entre sollozos.

-¡Lo tengo! –. Exclamó la doctora con una sonrisa leve en su rostro a la vez que sacaba el proyectil y lo lanzaba al suelo –Ahora faltan tres más…

Josie hizo una mueca al escucharla pero poco a poco sintió como su vínculo de volvía algo más fuerte.