El lobo jugaba tranquilamente en un rió. La barrera había sido extendida por un gran territorio justo para que tuviera espacio para correr y lo había hecho con todas sus fuerzas.

Hope podía sentir como la ansiedad en su pecho había disminuido y aunque no quería darle algún pretexto supuso que por ello es que había atacado con tanta facilidad a pesar de sus órdenes.

Habían perseguido a algunos animales y corrido sin dirección. Eso ayudo a que ahora su lobo calmado tratará de atrapar un pez aunque no había demasiados pero solo era un juego que lo hacía saltar en el agua como un perro cualquiera.

El lobo casi atrapó un pez pero este se le escapó del hocico justo cuando se lo iba a comer. Hope rio al verlo y él le gruño como respuesta.

"No me culpes por no saber pescar. Somos un lobo, no un oso"

El lobo resoplo y con cierto enojo infantil se echó en el agua que casi lo cubría por completo pero la frescura le relajaba. Lo calmaba.

Una calidez inundó su pecho de pronto y las orejas del lobo se levantaron mientras Hope notaba el resplandor del vínculo.

Este le gritaba que corriera. Era un fuerte llamado en su pecho y corazón. El aroma de Josie le golpeó así como una necesidad de asegurarse de que se encontraba a salvó.

Su lobo se resistió por algunos momentos casi gruñendo cuando no podía hacer desaparecer la sensación pero eventualmente se puso de pie y aunque quiso fingir indiferencia. Sus patas golpearon con firmeza el suelo a cada paso para alargarlos.

Hope sonrió levemente. Reconocía esa frustración de no poder mantenerse alejada aunque toda su razón se lo dijera.

Para ella. Josie era imposible de borrar en su corazón y siempre debilitaba su mente hasta que solo ella y su bienestar importaba.

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Josie se hallaba sentada junto a su hermana. Está había traído su mochila con ella así que trataba de ayudarle un poco en su trabajo atrasado mientras los adultos conversaban a sus espaldas.

La magia de la barrera frente a ellas era electrizante y casi reconfortante pero no lo suficiente como para que calmara su inquietud.

No ver a la loba dejo de ser doloroso para volverse preocupante. No podía dejar de pensar en escenarios dónde esta se lastimaba con las cosas más alarmantes como una trampa de cazador o tropezar con una rama hacia un barranco. Su imaginación era lo peor.

Algo llamo su atención. La calidez en el vínculo poco a poco se fue haciendo notoria y su mirada con anticipación comenzó a buscar por el sitio.

Solo un par de minutos después pudo ver unos preciosos ojos ámbar centellando entre los árboles al otro lado de dónde ella se encontraba. Oculto entre la fauna pudo reconocer un manto blanquizco que se quedó inmóvil y bajo. Le estaba acechando.

La posibilidad de que se diera la vuelta y volviera a desaparecer le asusto.

Dio un salto poniéndose de pie a la vez que tomaba la bolsa de tocino y corrió dentro de la barrera.

-¡Josie! –. Exclamó Lizzie lanzando sus cosas a un lado para seguir a su hermana.

-¡Chicas…! –. Alaric quiso seguirlas pero Keelin lo sujeto.

-Quieto –. Susurró manteniendo su agarre firme mientras su mirada se centraba en el lobo al otro lado.

Alaric quiso luchar y negarse pero la morena no le dejo ir a la vez que Freya avanzaba solo lo suficiente para entrar en la barrera. No quería entrometerme en el espacio del lobo. No quería que le odiase y le apartará.

Josie se detuvo en medio del espacio y le sonrió con suavidad. Al verlo, Lizzie se quedó unos pasos tras la morocha y se concentró en sentir la magia a su alrededor asegurándose de tener algo para defenderse en caso de ser necesario.

El lobo no se movió. Solo la miro desde la distancia sintiendo como su pecho se relajaba al verla a salvó sin ninguna huella del trauma que había pasado el día anterior. El mismo que le había hecho estar tan pegado a ella intentando consolarla en silencio a su manera aunque también por sus egoístas razones que no le parecieron tan malas.

Que de malo había en querer estar a su lado asegurándole que nada en el mundo podría dañarla.

Josie sintió como la preocupación se desvanecía siendo un suspiro profundo lo único que lo mostraba al mundo. Lo había hecho tan sonoro que supuso que hasta su padre histérico lo había escuchado aunque también dudaba que le hubiera puesto la suficiente atención a ello. Por el momento, sacarlas de ese sitio peligroso era lo único que estaba en la mente de Alaric y su hija lo sabía pero no le importo.

Ya había escuchado y obedecido. Ya había sido la niña buena y ahora solo quería seguir lo que su corazón le dictaba. Cuando se trataba de Hope siempre era lo mismo, al menos hasta que sus miedos gritaran demasiado alto como ahora empezaban a ser.

Ver qué la loba no se acercaba comenzó a preocuparle. Podía ver cómo no hacia amago de avanzar y en su lugar su cabeza comenzó a voltear hacia atrás. Hacia la libertad y simplicidad de estar en el bosque.

Verlo tenso a Josie. Tenía miedo.

Miedo de que se alejara. De que le alejara. De que volviera a ser fría con ella. De que no confiara de nuevo.

Así que sin pensar en la cordura de su padre o de su hermana, dio algunos pasos más hacia el centro del espacio. Hasta entrometerme en la mitad que le pertenecía a la loba que dejó de ver a su espalda para centrarse solo en ella. Eso le gustó. Le hizo sonreír al instante y le dio ánimos para atreverse a arrodillarse en el sitio y tomar algunas tiras de tocino.

-Hope –. Le llamo con suavidad –Es hora de comer. Ven. Trajimos muchas cosas ricas.

La loba no hizo ningún movimiento. En su lugar, bajo más su cabeza hasta casi echarse en el sitio ocultándose tras los matorrales. Si no fuera por sus ojos quizás lo hubiera logrado.

La sonrisa de Josie se desvaneció al ver su comportamiento y se acercó un poco más sin importarle el daño en sus rodillas.

-Anda Hope. Ven… ven conmigo –. Susurró.

"No lo hagas… no la lastimes por algo que sabías que pasaría.

No hay manera en que la dejen con nosotros. Somos la gran loba mala ¿Recuerdas?"

El logo gruño por lo bajo y evidentemente volteó a su espalda aunque de reojo mantenía a la morocha en su visión.

"Acabamos de matar a tres hombres. Despedazamos los cuerpos en un baño de sangre. ¿Cómo se supone que sea seguro que la dejen estar con nosotros?

¿Cómo se supone que aún puedan confiar?"

El lobo sacudió visiblemente su cabeza y soltó gruñidos y quejidos molestos, casi dolidos que fueron escuchados por todos.

Josie sintió como su corazón se volvía a estrujar al escucharla. Su rostro mostró su sentir con demasiada claridad.

Como si leyera su mente susurró con firme seguridad –No eres mala. Sé que no me harás daño, o a ninguno de nosotros.

-Habla por ti –. Afirmo Lizzie. Su hermana volteó a verla molesta pero está agrego ignorándola –Yo estoy bastante segura de que alguna vez ha pensado en arrancarme la cabeza.

La loba que se había tensado por un momento se relajó y entre abrió su hocico casi formando una sonrisa que pronto volvió a ocultar a la vez que unía su mirada con la de Josie que le rogaba en silencio.

En su interior. Hope bufo "Dijiste que no la lastimarías… es claro que ambos somos las peores opciones para tener cerca".

La loba bufo con cierto enojo y se forzó a dar un paso al frente haciendo que Josie se animará a la vez que veía la duda cruzando por sus ojos ámbar. El silencioso temor que siempre rondaba por los ojos cristalinos de la cobriza.

Hope podía ver a Josie a través de los ojos del lobo y sintió que su pecho se contraía al verla tan temerosa de su rechazo. Justo como todas las veces anteriores a lo largo de sus vidas cuando intentaba ser su amiga. Y realmente quiso que fuera tan fácil como antes rechazarla pero no lo era. No quería.

Cerró los ojos e inhaló profundamente antes de dejar escapar sus palabras. Antes de ayudar a su propia locura pero aun así lo hizo "Anda. Dijiste que eras más valiente que yo. Pruébalo y sé bueno".

Josie sonrió abiertamente al ver cómo el lobo avanzaba con lentitud. Pudo sentir a su hermana absorber algo de magia a su alrededor y escuchar a su padre quejarse para luego tomar su ballesta y apuntar haciendo que Keelin reaccionara a interponerse en el tiro mirándolo con agresividad.

Pero nada de eso le importo. Ni al lobo que no dejo de avanzar aunque noto las silenciosas agresiones. Todas ellas pero no sé permitió reaccionar. Era casi un instinto, no ser lo que se esperaba de ella y Hope sonrió con orgullo en su cabeza.

Se detuvo a un metro de distancia de la morocha que le sonrió en todo momento y acercó su mano ofreciendo la comida.

El lobo le miro y dio solo los pasos suficientes para tomarlos. Luego retrocedió y mastico bajando su hocico pero sus ojos no dejaron a la joven que se apresuró a tomar otro puño de la bolsa.

Repitiendo el ejercicio hasta que el tocino se acabó.

La loba le dio una última mirada a la morocha y comenzó a darse la vuelta. Ambos sintieron como la tristeza fluía con claridad por el vínculo pero esta vez Hope no se atrevió a decir nada. No quería forzarlo. No quería forzarla pero sobretodo tenía miedo de ser la causa de tanto malestar en alguien.

De ser importante.

La última vez que lo había sido resultó en muerte. No quería repetirlo. No quería que Josie sufriera por su causa. Solo quería protegerla.

Todos esos pensamientos y sentimientos aturdieron al lobo que solo pudo fruncir el ceño como muestra de su confusión. Lanzándolo al límite de seguir su instinto y correr hacia la libertad.

-No te vayas –. Susurró la morocha con lágrimas en sus ojos –No me dejes.

Solo ese pequeño susurró basto para que el lobo aclarada su mente y aunque aún tenía a Hope ordenándole que se alejara. Se echó en el sitio. Dejando a un lado a la morocha a la que veía de reojo pero no volteó a verla. No por varios momentos. Que fuera débil hacia ella no significaba que hubiera olvidado su enojo y con orgullo mantuvo su cabeza alta.

Josie le miro con tristeza y bajo la mirada con arrepentimiento –Sé que estas molesta y lo entiendo. Te dije que estaría a tu lado pasara lo que pasara pero no pude –. Negó silenciosamente sintiendo como el enojo consigo misma comenzaba a calentar su interior de nuevo –Debí luchar más por hacerlo. Pude haber hecho tantas cosas y no lo hice. Y con ello te lastime… –. Una lagrima rodo por su mejilla. El lobo se estremeció al sentir su tristeza con tintes de dolor disuelto en la mezcla pero aun así se negó a voltear o acercarse –Sé que herí tu confianza. Que te herí y realmente lo siento mucho… –. Mas lagrimas comenzaron a fluir por su rostro pero su mirada al fin se elevó para ver el perfil del animal –Lo siento tanto y ni siquiera sé cómo puedo lograr que me perdones… solo puedo pedir que te atrevas de nuevo y me dejes estar a tu lado. Esta vez no me iré. Lo prometo… No podría…

La loba se mantuvo mirando hacia el bosque y cerro sus ojos disfrutando del viento golpeando su pelaje. Bajo su hocico apuntando su nariz hacia la tierra esperando que este aroma reconfortante fuera lo suficiente para calmarla pero la ansiedad de ver triste a la morocha le estaba rodeando hasta dejarla sin espacio para pensar.

De manera real, le dolía su dolor en su propio pecho o quizás solo fuera el propio por sentirse responsable de él. No estaba segura pero lo único que deseaba era rodearla entre sus brazos. No puedo evitar voltear levemente hacia ella viendo como las lágrimas caían lentamente por sus mejillas y sus labios se mantenían apretados en un leve puchero adorable. Suspiro lentamente y cerro sus ojos.

"Sabes que es estúpido ¿No?". Soltó Hope con debilidad y sumisión, sonriendo levemente "Ni cuando no éramos amigas podíamos apartarnos… no de ella…".

La loba se tensó de pronto. Se puso de pie y miro hacia el bosque.

Josie sintió que el corazón se le rompía al ver que se disponía a correr lejos de ella pero entonces el lobo se dio la vuelta y avanzo lentamente los pasos que les alejaba. Con su nariz húmeda empujo su mano un poco escuchando atentamente como los adultos que se habían mantenido silenciosos ahora volvían a hacer escándalo por su cercanía. Bufo con enojo pero se concentró en la mano de la morocha que no se movió y solo le miraba con curiosidad con una sonrisa suave oculta hasta que le sintió olfatear contra su piel para luego lamer su mano repetidas ocasiones hasta pasar su lengua por cada centímetro de su piel.

-Asco –. Susurro Lizzie a su espalda con aversión en su voz.

La loba elevo una de sus cejas y abrió su hocico dejando caer su larga lengua a la vez que miraba profundamente a la rubia que se estremeció.

-Ni te atrevas o te juro que te rapare –. Soltó Lizzie retrocediendo algunos pasos.

Josie rio por lo bajo al ver el leve paso que esta dio hacia la rubia pero la loba solo se burló de ella haciéndole bufar con molestia.

Los ojos ámbar se clavaron en los caobas y Josie le sonrió con tristeza volviendo a disculparse en silencio. Recibiendo como respuesta un empujón suave en su mejilla por el hocico de la loba que luego se agacho para tomar la bolsa vacía de tocino y caminar lentamente hacia Freya.

Al verlo, Josie frunció un poco su ceño y miro su mano con curiosidad para luego sonreir –Creo que aun olía apetecible.

-Ahora hasta trapeador resulto –. Respondió Lizzie mirando hacia el lobo junto a su hermana.

Freya le sonrió a la loba pero no se movió mientras su esposa se tensaba preocupada tras la barrera. No pudo evitarlo. Keelin dio un paso al interior y en cuanto lo hizo la loba gruño profundamente mirándola y no se detuvo hasta que volvió a su sitio.

La rubia no se inmuto. Se colocó de cuclillas frente a ella y le ofreció su mano para que le olfateara. La loba así lo hizo con sus ojos fijos en los de la bruja que le sonreía amorosamente luego solo dejo la bolsa a sus pies.

Freya frunció el ceño levemente –¿Quieres más?

Keelin sonrió aun manteniendo sus manos en alto –Creo que es lo mismo que en la mañana. A Josie no le gusta la carne así que le limpio el aroma de la mano y ahora lo está alejando.

Josie a unos metros atrás junto a su hermana sonrió sin poder evitarlo a la vez que su corazón revoloteaba un poco.

Lizzie bufo –Como dije. Un trapeador.

La loba se dio la vuelta y comenzó a volver hacia las mellizas pero al escuchar que los adultos iban a seguirla dio un salto dándose la vuelta y gruño hacia ellos. Haciéndoles retroceder torpemente o al menos al par que se encontraban fuera. Freya no se movió.

Le miro con seriedad y dijo –No me iré.

La loba le ladro con firmeza dejándole en claro que no le quería ahí pero aun así la bruja no se movió. Keelin sintió como un hielo se deslizaba por su espalda al ver la mirada de la loba que no estaba feliz.

"No la lastimes. Es familia".

Al siguiente instante. La loba corrió hacia la bruja que no se movió pensando que solo estaba probándola pero sin ningún remordimiento el animal estrello su cabeza contra el abdomen de esta haciéndola volar de espalda algunos metros. Los suficientes para que cayera fuera de la barrera.

-¡Freya! –. Keelin y Alaric corrieron a socorrerla.

La rubia dio una trabajosa inhalación y tosió sonoramente. Sin poder hablar por varios minutos hasta que el aliento volvió y al poder sentarse vio la loba que le miro con superioridad desde su lado de la barrera por un momento para luego ignorarla burlonamente a la vez que se daba la vuelta volviendo hacia las mellizas.