El mundo giro.

Hope sintió como si su cuerpo cayera sin control desde las nubes y aunque odio la sensación, sus lágrimas se derramaban silenciosamente ante el eco de las risas de su familia.

Pequeños momentos de su normalidad pasaban por sus ojos pero se negó a centrarse en ellos, o quizás sus lágrimas le impidieron hacerlo hasta que noto a su lobo que lloriqueaba a su lado.

Se abrazó a él intentando protegerlo, era más extraño cómo funcionaban ellos pero no podía quejarse. Sentía como se necesitaban mutuamente en un nivel emocional y eso era algo que nunca había notado. En su cabeza, su lobo solo interfería cuando se trataba de su enojo y sus deseos de poseer pero nada más. Su Jekyll personal. Desconcertada hasta ahora descubrió que era más que eso.

Antes de que pudiera analizarlo correctamente, el mundo se detuvo.

Despertó de golpe y con un fuerte respingo. Saltando de su sitio por inercia y con sus instintos vueltos locos, alcanzo a dar algunos pasos antes de que sus patas tropezaran haciéndole golpear al suelo obligándole a soltar un respingo seguido por un pequeño gruñido de frustración. No segura de sí fue propio o de su lobo.

Observo su entorno y olfateo sutilmente sintiendo las esencias de sus tías que sin duda tenían poco de haber partido. Se preguntó que estarían haciendo para evitar que Alaric fuera a buscarle al bosque, o si las gemelas estaban ideando un plan para sacarla y quizás lo necesitaba. Quería correr.

Quería correr tan rápido como sus piernas lo permitieran. Quería al menos intentar alejarse de los recuerdos que desbordaban su cabeza sin permiso, como un susurro de fondo permanente.

Era molesto como cada vez que un recuerdo se apoderaba de ella, el eco de sus voces permanecía a su lado. Enojándole. Destrozándole.

La voz de su padre, su risa y su mirada suave que solo le pertenecía a ella. Todo iba a mil por hora en su cabeza.

Dio un respingo y se forzó a ponerse de pie sintiendo como su magia apenas si se había recuperado lo mínimo. Gruño con molestia y evidente frustración. El pensamiento de que el causante de los recuerdos era su lobo se volvió más intenso pero se negaba a pensarlo demasiado.

Este le hizo a un lado en el control de su cuerpo y con evidente cansancio avanzo por la habitación. Cumpliendo el único deseo que tenía por el momento mientras su corazón aun lloraba. Con trabajo subió sus patas delanteras en la cama de Josie y se empujó con las traseras, fallando un poco por la torpeza de sus extremidades pero eventualmente lo logro.

Dejándose caer para tomar una siesta, o al menos eso intento pero ninguno tuvo la suerte de perderse en la oscuridad.

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Lizzie camino desanimada por todo el pasillo. Ver a Sebastián coqueteando abiertamente con otra bruja le dio la certeza a sus peores pensamientos. Solo era un divertimento.

Lágrimas se acumularon en sus ojos pero se negó a dejar que nadie lo viera. Se apresuró hacia su habitación y entro cerrando de un portazo, sin fijarse en que había asustado a la loba o como está lucía igual de desanimada que ella.

-Ey, felpudo. Te traje el almuerzo… Josie no… –. Un pequeño sollozo se escapó de sus labios y la loba enseguida abandono la cama de la morocha para acercarse pero Lizzie negó sin mirarla –No. Estoy bien.

Hope soltó un quejido llamándole pero no se movió de su sitio. Sabía que no debía presionar a Lizzie que se limpió las lágrimas con frustración hacia ella misma.

Un golpeteo en la puerta llamo su atención y ambas miraron confusas hacia la puerta. Lizzie se apresuró a limpiar mejor las huellas de su pequeño llanto mientras Hope se movió para ocultarse tras la puerta al no reconocer el aroma.

La rubia se acercó y le miro en silencio cerciorándose de que estuvieran de acuerdo. Como única señal que recibió, la loba tomo asiento.

Abrió la puerta. Solo lo suficiente para que su cuerpo fuera visible y la sonrisa fingida que había preparado dudo entre sus labios pero se mantuvo.

-Hola Elizabeth –. Saludo con su usual tono galante Sebastián a la vez que sonreía encantadoramente –Note que habías venido sola a tu habitación y supuse que era una invitación.

Lizzie hizo una leve mueca sonriente –Pues no. Así que vete que estoy ocupada.

Antes de que la puerta se cerrará el vampiro coló su brazo al interior y sujeto la muñeca de la bruja deteniendo el moviendo, haciéndole que soltará la puerta.

-Vamos. Déjame entrar y pasaremos un buen momento –. Sebastián dio un paso más hacia ella.

Lizzie lo miro a los ojos con enojo y silencioso dolor ocultó tras este –Dije que no y será mejor que aprendas esa palabra porque es la única que vas a recibir de ahora en adelante.

-Pero ¿Por qué? Tu y yo somos estupendos juntos –. Afirmo el sonriendo sin inmutarse por el desprecio en la voz de ella.

-Porque no soy un juguete –. Soltó Lizzie con simpleza y una sonrisa apretada –Me quiero más que eso y sin duda merezco más que eso, así que desaparece y olvídame. Sé que te costará pero será mejor que lo logres –. Jalo su mano para liberarse –Ahora vete. Tengo cosas que hacer.

-Elizabeth. No puedes… –. El tono molesto del vampiro alertó al lobo que se puso de pie y soltó un gruñido bajo lo suficientemente intenso para ser una justa advertencia –¿Un lobo? ¿Me cambias por un sucio lobo?

Lizzie había dejado de ver al vampiro para mirar a la loba que estaba lista para saltar. En silencio, le rogó que no se descubriera pero al escuchar el tono ofendido del chico volteó a verlo con una sonrisa de suficiencia.

-¿Qué puedo decir? Al menos ellos son leales –. Soltó elevando sus hombros y trato de cerrar la puerta pero la mano del vampiro lo impidió.

-Escúchame. Tú eres mía y no permito…

-No necesito tu maldito permiso. No somos nada. Ya lo dejaste en claro, y aunque lo fuéramos no soy una yegua –. Soltó la bruja molesta –Tú y tus maneras de la edad de piedra deben irse a la mierda.

Antes de que el vampiro pudiera responder; Hope se empujó contra la puerta con todas sus fuerzas para cerrarla y a la vez darle un buen golpe en la cara.

Gracias a sus orejas pudo escuchar que tuvo éxito a pesar de encontrarse un poco atontada porque su cabeza había golpeado la madera. La sacudió aclarando un poco sus ideas y saliendo de su aturdimiento.

Lizzie le dio una sonrisa apretada llena de tristeza –Gracias… tu comida está en tu plato…

La loba gruño como respuesta mirando hacia la puerta y luego con amabilidad clavó sus ojos en los de la rubia esperando que entendiera.

"Es un imbécil. Y tienes toda la razón, te mereces algo mejor". Dijo Hope con debilidad.

Lizzie asintió a la vez que lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas –Lo sé pero… realmente me gustaba…

Y sin decir más, fue hacia su cama y se recostó dándole la espalda al animal. Acomodándose en posición fetal y aferrando entre sus brazos a su oso Stef que comenzó a tomar todas las lágrimas desconsoladas que escapaban de ella. Sollozos sonoros llenaron la habitación aun cuando no quería que lo hicieran y la soledad comenzó a destrozarle el corazón en tiras.

El lobo por un momento miro hacia su comida con apetito pero sus instintos fueron más fuertes.

Se olvidó de ella y avanzo hacia la cama de la bruja. Se paró en dos patas colocando las delanteras en ella y sin subir por completo se acercó todo lo posible para recostar su cabeza sobre el costado de la rubia. Soltando quejidos, llorando con ella.

Lizzie no le dijo nada. Apenas si le dio una pequeña caricia en su hocico antes de seguir llorando. Cuando su cuerpo comenzó a temblar por todos los sentimientos contenidos, la loba dio un pequeño salto.

Con cuidado de no molestarle, se recostó a su lado recargándose todo lo posible en la espalda de la rubia para que supiera que estaba ahí. Y doblo su cuello para volver a acomodar su cabeza contra ella, sobre su cabeza para que de alguna forma su calidez le recordara a una especie de abrazo. Era todo lo que podía hacer y no lo sentía como suficiente pero ahí se quedó.

A los pocos momentos, Lizzie giro su cuerpo y se aferró a su cuello ocultando su rostro en su suave pelaje.

-Gracias… Hope…

El oso Stef dejo de ser el que tomara sus lágrimas.

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Las clases terminaron y Josie se apresuró hacia su habitación.

No había visto a su hermana desde la hora del almuerzo y su vínculo le decía que algo estaba mal. La tristeza casi se desbordaba de ella sin saber quién era la causante porque estaba segura de que Hope apenas y le enviaba una sensación de calidez.

Algo estaba mal y aunque quiso escapar de sus clases, no lo logro. Su padre se había asegurado de ello con ayuda de los profesores que le mantuvieron bajo sus miradas vigilantes.

Ahora corría por los pasillos tan rápido como podía hasta que llegó a la puerta de su habitación donde un golpe había hundido la madera visiblemente y la magia de un hechizo de insonorización le dijo que su hermana estaba dentro.

Con el corazón acelerado, entro al lugar. Sintiendo tristeza abrumadora pero a la vez una gran ternura y agradecimiento al ver a la loba que alerta volteó a verla en silencio sin alejarse de Lizzie que se había quedado dormida abrazándola.

Josie le sonrió con tristeza y se acercó a la cama –¿Mal día?

El lobo soltó un suspiro como única respuesta mientras la morocha se recostaba tras su hermana y le abrazaba protectoramente. Su mano le dio unas caricias en la cabeza al animal.

-Gracias –. Susurro con sinceridad y silenciosa adoración que hizo que su corazón se estrujara.

Hope sacudió un poco la cabeza negando para luego volver a recostar su cabeza pegada a la coronilla de la rubia que le aferró en respuesta.

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Después de una necesaria siesta, las gemelas permanecieron en su habitación.

Josie intento que su hermana le contará lo que había ocurrido pero está aún no estaba lista. Desanimada, Lizzie se quedó en su cama intentando hacer algo de tarea.

Su hermana no dejaba de mirarle preocupada cada tanto pero con frustración se encontró sin poder hacer nada ante la evidente tristeza que fluía en su vínculo.

Hope también le preocupaba. Lucía cansada y molesta pero podía sentir como en el fondo la melancolía burbujeaba con intensidad aunque no era aceptada. La loba se negaba a dejarse doblegar por su dolor, aún no aprendía por completo a aceptar esos recuerdos pero al menos no dejaría que le patearan. No quería ser tan débil.

Así que prefirió concentrarse en otra cosa.

Gracias al desánimo de Lizzie. Las mellizas tuvieron el pretexto perfecto y creíble de porque no querían ir al bosque. Solo un vistazo de Alaric basto para que esté entendiera y asintiera sin decir mas, o revisar la habitación para fortuna del lobo que se escondió en el baño. Las Mikaelson al ver a su sobrina despierta se relajaron un poco y les dejaron solas al notar el desánimo que reinaba en el sitio, aunque prometieron volver más tarde para ayudar a sacarla para que corriera.

Hope quería hacerlo. Las palabras de su padre no dejaban de darle vueltas en la cabeza e instintivamente miraba hacia la morocha por momentos pero se obligaba a concentrarse en Lizzie.

La rubia le preocupaba. No le gustaba verla de aquella forma y detestaba lo que suponía que el idiota vampiro le había dejado casi como firme creencia confirmada. Tenía demasiadas ganas de volver a su forma humana, o quizás como lobo estuviera bien para perseguirlo y hacerlo sufrir un poco.

Solo ella podía molestar a Lizzie pero jamás sin hacerle un daño real. Sabía que en ocasiones lo había hecho, eran chicas que se gritaban insultos así que no dudaba que pasará sin que ella lo quisiera pero no por ello permitiría que nadie más lo hiciera.

La loba se encontraba recostada a los pies de la cama de Josie pero por primera vez, sus ojos no estaban fijos en ella sino en Lizzie que mantenía su vista pegada en sus libros aunque era evidente que no estaba trabajando mucho.

Le dio una pequeña mirada de disculpa que sorprendió a la morocha pero antes de que entendiera lo que pasaba, abandono su cama con un salto perezoso. Lentamente camino hasta la de la rubia y sin pedirle permiso subió, recostándose a su lado y dejando caer su cabeza en su regazo.

Lizzie le miro un poco sorprendida pero no se quejo. En silencio, comenzó a acariciarle la cabeza.

-Hueles feo, felpudo –. Dijo luego de un rato. El lobo bufo –No es mi culpa ¿Hace cuanto no te bañas?

Hope quiso gruñir como respuesta hasta que lo pensó y avergonzada volteó hacia otro lado provocando una pequeña risa de la rubia.

-Si vas a seguir durmiendo con nosotras, necesitas un baño –. Aseguro Lizzie levantándose de la cama –Vamos.

La loba realmente quiso negarse. Alejarse o correr, pero noto como la idea de molestarla un poco animó a la rubia así que con un gruñido se puso de pie.

Josie sonrió levemente al verlas. Había estado atenta a su interacción desde que la loba dejo su lado y no pudo evitar sentir cariño por esta que evidentemente solo quería estar ahí para su hermana.

Lizzie tomo algunas toallas y sin cerrar la puerta abrió la llave de la regadera hasta que estuvo a una buena temperatura.

Hope le miraba con rechazo pero obedeció cuando le indicaron que se metiera en la bañera. Un bufido escapó de ella y la rubia le sonrió con un poco más de ánimo al ver cómo su pelaje se pegaba a su cuerpo ante la humedad dándole un aspecto lindo.

-Ahh. Pareces una gran rata –. Soltó la rubia y el lobo bufo ofendido.

Ella corrió por su teléfono y selecciono la cámara a la vez que Josie se asomaba al interior pero al siguiente instante se ocultó tras la pared mientras su hermana soltaba un grito. Cuando volvió a asomarse Hope aún lucia su pelaje empapado pero su mirada era divertida y arrogante, fija en Lizzie que comenzó a maldecir completamente empapada.

Fue entonces cuando Josie tomo su teléfono y les tomo la necesaria foto.

Por supuesto, Lizzie se vengó después.

Para cuándo Freya y Keelin volvieron a la hora de la cena, no pudieron evitar reír al ver a Hope con su pelaje completamente esponjado que le hacía parecer un algodón de azúcar gracias al poder de la secadora y unos lindos moñitos de colores pastel decorando todo su lomo. Claro está, su rostro estaba lleno de molestia y Josie podía jurar que lucía un puchero malhumorado.

Y aunque era cierto, a Hope no le importaba.

Lizzie había reído y aún lo hacía, y eso fue lo único que le importo mientras dejaba la habitación junto a sus tías.


Hola.

Supongo que se nota un poco (al menos a mis ojos) que esto formaba parte del capítulo pasado pero ya que lo hacia muy largo lo quite. Quise incluirlo en el siguiente pero por alguna razón no me gusto, así que aqui esta siendo independiente.

Espero que les guste. Gracias por sus lecturas.

Cuidense mucho y lavense las manos. SeeU