Alaric suspiro avanzando por el pasillo vacío.
La campana había sonado y todos los estudiantes habían corrido a sus clases incluyendo sus hijas a las que personalmente llevo hasta el aula. Lizzie refunfuño durante todo el camino y Josie intento convencerlo de dejarle ayudar con el problema de la loba en la habitación pero se negó, a la vez que la sospecha de que no fuera la primera vez que sus hijas se hacían cargo de la situación comenzaba a ser demasiado real. Quizás ambas lo sintieron porque en algún punto guardaron silencio y simplemente caminaron a su lado fingiendo ignorancia e inocencia.
Después de asegurarse de que los profesores no les dejarán escapar volvió corriendo a la habitación. Imaginando que encontraría el lugar destrozado y a un lobo a punto de matar pero en su lugar, Hope se hallaba echada en la cama de Josie, completamente de costado con sus patas estiradas y su cabeza recostada sobre las almohadas, que perezosamente elevó para voltearlo a ver. Solo se hizo a un lado dejando el camino libre hacia el pasillo y la loba se levantó, caminando con elegancia por todo el camino hasta su oficina.
No había podido evitar mirarle con orgullo al ver su excelente control y su propio cuidado porque nadie les atrapará. Sus sentidos aumentados habían ayudado con ello cuando algunos rezagados se aceleraron por el camino, pero lograron ocultarse sin problemas. Bueno, por decirlo de alguna forma. Ocultar a un lobo enorme no era muy simple que digamos.
En su oficina; la loba rondó distraídamente por el sitio con paso lento e intentando no golpear las cosas con su cuerpo, especialmente su cola que iba de un lado a otro con emoción. Ver su mundo normal desde la perspectiva de su lobo era muy interesante para Hope.
Alaric le pidió que se quedara y que no causara destrozos mientras iba por sus desayunos. La promesa de comida causó que al instante, la loba tomara asiento en medio de la oficina y se quedará inmóvil como un buen can.
Causando la risa del hombre que ahora iba por el pasillo cargando una gran bandeja con sus dos manos. Para nadie sería anormal verlo llevar comida a su oficina aunque si lo haría el que llevara tanta comida como parecía.
Abrió la puerta y elevó su ceja al ver a la loba cómodamente echada en su sofá. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro al ver su mirada arrogante y sus patas cruzadas con cierta elegancia. La imagen de su pupila en forma humana sentada en la misma posición y con el mismo porte cruzó por su cabeza.
Para el, era demasiado obvio quien era esa loba y siempre le reconocería donde fuera.
-Ni creas que vas a comer echada –. Soltó a la vez que entraba por completo y aseguraba las puertas.
La loba soltó un bufido y puso los ojos en blanco pero obedeció. Salto fuera del sofá de triple plaza de cuero marrón y camino hacia el hombre al que empujo con su cabeza con cierta ansiedad. El aroma asalto su nariz con intensidad y lleno el ambiente del sitio así que literalmente estaba babeando.
-Voy. No te desesperes –. Alaric Camino hacia la mesa de centro llena de libros que se hallaba justo frente al sofá que antes había ocupado la loba. Quitó la tapa descubriendo varios platos de alimentos –Te traje algo de huevo, salchichas, fruta picada, leche y por supuesto, tocino.
La loba soltó un potente ladrido con emoción y dio la vuelta sobre su eje con ágil rapidez. Ansiosa por comer.
El rio por lo bajo mientras dejaba los platos en fila en el suelo a su lado. Cuidando no tirar nada y para su sorpresa Hope se sentó para aguardar aunque sus patas golpeaban el suelo de madera con ansiedad como si marchara. Apenas el último plato fue dejado y la mano del hombre se alejó unos cuantos centímetros cuando ya no pudo controlarse más y hambrienta se lanzó a desayunar.
Alaric salto retrocediendo su mano –Tranquila que te vas a vomitar.
Hope solo respondió con una especie de bufido sin parar de comer haciéndolo reír pero al terminar su bocado comenzó a tomarlos más lentamente. Dándole una mirada molesta al hombre que bufo de regreso al notar la evidente burla.
-Haz lo que quieras pero te advierto que no se dar RCP canino –. Dijo distraídamente tomando su plato que dejó frente a el haciendo a un lado la bandeja. Tomo su taza de café de su escritorio y volvió a su sitio para comenzar con su propio desayuno.
Sin duda, al lobo poco le importo. Devoro cada alimento hasta limpiar los platos con cierta pereza. Cuando estuvo satisfecha camino hacia el sofá pasando frente a la mesa y el hombre que en silencio le siguió con su mirada. Viendo reojo cómo está volvía a subirse para echarse a su lado.
La nariz del animal comenzó a olisquear, dejándose guiar hacia el plato del director que elevó su ceja al verla casi sobre el para quitarle algo de su comida.
-Oh, no. Ni lo pienses –. El lobo enseguida descanso su mentón en el regazo del hombre y le dio su mirada de cachorrito hambriento haciendo de alguna manera que sus ojos parecieran más grandes para maximizar su efecto.
Alaric le miro en silencio unos segundos, resistiendo el ataque con todas sus fuerzas pero cuando la loba le puso la pata encima con suavidad soltó un suspiro –Tramposa…
Murmuró por lo bajo a la vez que le ofrecía una tira de tocino que pronto desapareció. Negó moviendo su cabeza y siguió con su desayuno en silencio, solo roto por el pasar de la lengua de la loba que limpio sus bigotes luego de cada ataque exitoso porque por supuesto, le quitó todo el tocino de su plato con el poder de su mirada.
Cuando la comida termino y luego de recoger los platos. Alaric se sentó en el sofá llevando consigo un montón de carpetas que tenía que leer minuciosamente. Hope sabía lo que eran, expedientes de nuevos posibles estudiantes.
Con curiosidad, la loba se coló bajo el brazo del director para recostarse en su regazo y leer tranquilamente.
Alaric sonrió dejándole –Ahora es cuando extraño los monstruos.
Hope se elevó y dejo salir su lengua apoyándole pero pronto volvió a su lugar relajadamente.
Alaric se acomodó a sostener la carpeta con una mano mientras la libre se entretenía en darle suaves caricias a la cabeza de su pupila. Y le miro de reojo en todo momento, ella no era alguien que aceptara afecto tan fácil y menos el físico pero ahora entendía porque su hija no dejaba de decirle que el lobo era bastante tranquilo y más proclive a aceptar el cariño al que la humana usualmente le rehuía. Era más libre de sus temores.
-Así que… tú y Josie ¿Eh? –. Soltó relajadamente sintiendo como la loba se tensaba al instante y elevaba su cabeza para mirarle a la cara con cierta seriedad, y temor en lo profundo de sus ojos.
Alaric fingió no verlo y siguió con su mirada fija en la carpeta aunque ya no leía a la misma rapidez –Sabes. Cuando eres padre debes fingir ceguera, en especial cuando tienes niñas que se están convirtiendo en maravillosas mujeres. Debes fingir que no sabes nada y no has planeado asesinatos –. Hope soltó un resoplido burlón –Pero lo sabes todo. Lo bueno y lo malo. Lo que ellas no notan gracias a su juventud… tú y Josie, no es una sorpresa. Desde que cumpliste los catorce he visto como la miras en secreto –. La loba bajo un poco su cabeza y dio un quejido muy bajo casi como si estuviera negándolo pero el rio –No lo puedes esconder y realmente siempre estuvo ahí. Siempre has tenido debilidad por las mellizas incluso cuando se llevaban mal, pero en especial siempre has tenido debilidad por Josie –. Colocó su mano sobre su cabeza y le dio unas cuantas caricias –Por años me pregunté cuánto tardarías en aceptar lo evidente. Y aunque la vida paso, jamás perdí la esperanza de que te acercaras. Quien diría que tendría que pasar un accidente para que pasará –. Se burló el hombre y la loba volvió a quejarse poniendo los ojos en blanco a la vez que resoplaba pero luego guardo silencio. Alaric le miro a los ojos con semblante paternal –Hope, no tengas miedo. No te escondas ni te alejes de tus sentimientos por temor a las cosas malas, sin importar si estás sola o acompañada estás llegaran si es tu destino. Y Josie es tu destino… no sé lo que vaya a pasar entre ustedes o lo que el mundo les deparada pero no tengo miedo de nada. Conozco a mis niñas y sé que ambas podrán con lo que sea mientras se apoyen –. Le sonrió suavemente –Yo les apoyo y mi voto debería de valer el triple. Soy quien las educó así que se de lo que hablo. Confía en mí pero sobre todo confía en ella y en ti.
Hope sintió lágrimas derramarse por sus mejillas, su lobo empujado por su sentir se acercó y recargo su cabeza contra el pecho de Alaric que la rodeo con firmeza con su brazo y cerro sus ojos junto con ella.
Una suave sonrisa se mantuvo en su rostro todo el momento que duro algunos minutos. El sabía que estarían bien. Que no era algo malo que estuvieran vinculadas y jamás lo había pensado. Cómo dijo, eran suyas y el sabía lo que eran.
La loba casi carraspeó al alejarse pero volvió a acomodarse en el regazo del hombre al que no se atrevió a mirar luego de su pequeño momento sentimental. El rio por lo bajo y siguió con su trabajo descansando su brazo sobre su lomo dejando su mano sobre su cabeza rascándole lentamente.
Pronto ambos cayeron dormidos. Culpando a los expedientes por ser demasiado aburridos.
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Josie se encontraba en medio de una clase con un pequeño puchero molesto decorando su rostro cuando la calidez vibró en el vínculo.
No sabía lo que pasaba pero le gustaba la sensación de que Hope estaba feliz. El sentimiento le dio una calma que borró su molestia y su puchero, su clase se volvió más ligera y los ruidos de su vecino de asiento jugando con su lapicero contra la mesa dejo de tentarle para lanzarle algunas llamas.
De alguna manera, su cabeza se preguntó si así era como se sentiría salir con Hope.
Feliz. Ligera. Relajada. Segura y un poco ansiosa por verla de nuevo. Emocionada por ver qué nueva travesura haría, o caer entre nubes al sentirla a su lado apoyándole en lo que fuera que hiciera como cuando leían el libro de Shakespeare. Sentirse querida. Vista y escuchada.
Le gustaba. Le gustaba como se sentía al estar con Hope pero a la vez que sus ilusiones y sueños nacían también lo hacían sus temores.
Intento no escucharlos. Alejarlos y disfrutar el momento, al menos por un rato pero no desaparecían. Siempre se quedaban en el fondo de su cabeza susurrándole lo que no quería que fuera cierto. Había sido así desde niña y según parecía, siempre lo sería.
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Freya y Keelin entraron en secreto a los terrenos de la escuela. Escabulléndose con simpleza gracias a un hechizo de ilusión, el que habían estado usando desde que habían llegado. Nadie debía saber que estaban en el pueblo, estaba casi segura de que sus hermanos tenían informantes ocultos que se encargaban de cuidar a su sobrina.
Verlas ahí pero no a Hope sin duda encendería demasiadas luces rojas y realmente no tenía paciencia para controlar a sus hermanitos. No cuando estaba preocupada por la cordura de su sobrina, o quizás solo tenía miedo de sus reclamos. De fallarles.
Aunque también estaba el hecho de que Hope le había hecho prometer que no les diría. Nadie debía saber que estaba atada a Josie. Su sobrina tenía miedo.
Estaba aterrada y le dolía que lo estuviera pero también lo entendía. Ella misma estaba segura que en su lugar haría lo mismo. Ella misma había intentado correr lejos del amor.
Esperaba que Hope no lo hiciera.
Las mujeres se detuvieron frente a las puertas cerradas de la oficina del director. Se miraron entre ellas sin saber que dirían a las preguntas que sin duda recibirían, no querían decir nada de las travesuras de las mellizas.
Tontas y estúpidamente irresponsables decisiones pero ellas ahora eran parte de la familia. Y la familia siempre se protege de todo, incluyendo castigos escolares y reprimendas paternales.
Estaban por abrir las puertas sin un plan. Eran Mikaelson, ya lo resolverían en el camino. Pero la voz de Alaric les detuvo.
-¿Qué opinas de este diseño leopardo?
El lobo gruño sacudiendo la cabeza con violencia y llevo su pata hacia la pantalla de la tableta que el hombre sostenía de la mejor manera para que pudiera ver.
-¿El azul? –. Hope ladro y Alaric asintió lentamente mirando el abrigo –Supongo que tienes razón. A Lizzie le gusta el azul y es una opción segura –. Ella elevó su cabeza con mirada presumida haciéndolo bufar –Si. Si. Muy lista. Debería haber luchado más en mi competencia de Candy Crush contra Caroline. Los regalos son difíciles… –. Suspiro con cansancio –Como sea, sigamos. ¿Qué crees que sería bueno para Josie?
Hope enseguida salto fuera del sofá y con toda la amabilidad de la que era capaz aunque tuvo que concentrarse bastante, acercó un libro hacia el hombre.
Él sonrió –Supongo que tienes razón. Uno bueno y caro, no le hemos conseguido ninguna primera edición desde los de Harry Potter. Quizás ¿Un clásico?
Hope ladro con fuerza para luego darse la vuelta hacia la puerta al escuchar y oler sus aromas. El director tampoco había notado su presencia aunque ellas habían visto todo el comportamiento del animal que troto hacia Freya, parándose en dos patas haciéndole caer bajo su peso para luego juguetear con ella y lamerla.
-Hola cariño ¿Te sientes mejor? –. La rubia le sonrió maternalmente a la vez que rascaba tras sus orejas. El lobo le dio una mirada profunda para luego restregarse contra su pecho, a lo que está reaccionó aferrándola entre sus brazos –Me alegro.
Alaric las observo en silencio a la vez que se ponía de pie y se acercaba algunos pasos. Desviando su atención para estrechar la mano de Keelin que también sonreía al ver el ánimo de su sobrina, a la que se reunió arrodillándose a su lado para enseguida ser tacleada por la loba que le provocó una carcajada.
-Hola pequeña –. Saludo acariciándole con cierta firmeza para luego empujarle juguetonamente mientras su esposa se ponía de pie.
-¿Cómo salió? Freya –. Pregunto el director con simpleza –¿Y la barrera?
-Rota... – Respondió al instante la rubia pero al mirarlo no supo que más decir –Yo…
Cuando su silencio se postergo, Alaric suspiro a la vez que su mano iba hacia el puente de su nariz que presionó entre sus dedos.
Soltó un profundo suspiro –No es la primera vez que se queda con mis hijas ¿Cierto?
Freya miro de reojo a su esposa y sobrina que fingieron ignorancia haciéndole soltar un bufido. Volvió su mirada al director y solo lo reto en silencio a decir o acusarle de algo.
El hombre vio los modos defensivos que había aprendido a reconocer de su estudiante con el paso de los años. Gruño por lo bajo y negó en silencio –¿Cuántas veces?
Ninguna le dio una respuesta aunque eso realmente era una a su parecer. Bufo sonoramente y camino hacia su escritorio para tomar asiento en su silla, en silencio las mujeres se sentaron frente a él con la loba sentándose entre ellas.
-Dios. ¿Por qué son tan irresponsables? Algo malo podría haber ocurrido –. Soltó distraídamente.
-Cuando Hope está a su lado es más tranquila. Dudo que algo hubiera pasado, lo sabes –. Dijo Keelin mirándolo.
Alaric asintió sabiendo que tenía razón –Pero aun así… no está bien que se salten las reglas. Se les pide algo por una razón, no por gusto.
Dijo lo último mirando a la loba que comenzó a soltar quejidos defendiéndose.
-Si. Si. Ya sé que no le harías daño a ninguna, me preocupan más el resto. Eres una sobreprotectora –. Dijo mirándole a lo que la loba solo pudo rehuir su mirada y soltar un resoplido haciéndole reír por lo bajo –Bien. ¿Qué haremos? ¿Cuánto más vamos a dejar que esto siga?
Freya bajo la mirada hacia su sobrina que le miro a los ojos. Ambas mirándose con seriedad intentando comunicarse, y en cierta forma lo hacían.
Keelin las observo y pudo ver la tensión e indecisión en su esposa pero también la firmeza y seguridad en su sobrina. Suspiro negando, como loba entendía que las opciones disponibles eran las peores. Ella no las querría para si misma, por ello es que no dejaba de intentar proteger el curso natural de las cosas.
-Por lo que veo, esto no está tan mal –. La atención de todos fue hacia ella que colocó su mano sobre el lomo del animal y apretó su pelaje intentando dejarle saber que estaba de su lado –Sé que es preocupante que Hope no pueda volver pero no debemos olvidar que no a pasado tanto tiempo. Ni una semana, eso no es suficiente para obligarnos a hacer algo extremo. Yo digo que les demos un poco más de tiempo.
Alaric llevo su mirada hacia la loba –Parece bastante controlada. A pesar de estar en esa forma es ella, está ahí, más en la superficie que el primer día. La siento.
-Creo lo mismo –. Agrego la castaña dirigiéndose más hacia su esposa que solo seguía acariciando hacia su sobrina con su ceño fruncido.
Freya suspiro –¿Cuánto más… ?... No quiero hacerle daño pero ¿Cuánto más puede estar de esta manera sin que su psique se hiera?
Keelin frunció su ceño levemente –Posiblemente otra semana sea segura, de ahí en adelante realmente comenzaría a preocuparme las consecuencias.
-Bien. Estoy de acuerdo, por lo que sé forzar las transformaciones solo conllevan traumas profundos. Hope ama su lobo, no quiero eso para ella –. Dijo Alaric mirando hacia el animal con afecto –Romper el lazo… yo… no sé cómo las afectaría y eso realmente me aterra. No hay precedentes de que alguna vez se haya hecho.
-Yo tampoco he escuchado que haya pasado –. Agrego la rubia –Puede herirlas profundamente o ser tan simple como cortar un hilo.
-Nada es nunca tan simple con la magia –. Soltó el director.
-Así es –. Keelin sonrió satisfecha por cómo iba la conversación. En lo profundo estaba bastante sorprendida, en el camino pensó que tendría que luchar contra ambos pero estaba aliviada y aprovechando el buen momento se arriesgó un poco –¿Dejaras que se quede con las mellizas?
Alaric se tensó al instante –¿Una loba encerrada en una habitación con dos brujas sin magia propia…?
-La han cuidado bien y no parece haber problemas. De hecho; parece que con cada noche a su lado, su lado humano se vuelve más dominante –. Soltó la rubia para sorpresa de su esposa.
-Podríamos arreglar que las mellizas se queden con nosotras en la mansión. Estarían vigiladas por nosotras para que te sientas más seguro y mientras están en clase, Hope puede y debe salir a correr por todo el día para que la ansiedad no le haga una mala pasada –. Agrego la castaña.
El director miro al animal directamente de nuevo y luego de un largo rato soltó un suspiro –Creo que podría ser una buena idea pero primero debo hablar con ellas. Estoy seguro que Josie aceptara al instante pero Lizzie no será tan fácil pero sé que no querrá apartarse de su hermana.
Freya se puso de pie –Estamos de acuerdo. Las mellizas se irán a la mansión por algunos días, desde mañana que realmente no revisamos el estado de las otras habitaciones.
Keelin imitó a su esposa con entusiasmo –Me encargaré de ello mientras imagino que tú llevarás a Hope a correr. Ayer se mantuvo con ellas, debe necesitar explotar la energía.
Alaric le sonrió dulcemente a su estudiante. Agradeciéndole en silencio, suponiendo que ayudo a Lizzie.
-Yo hablaré con las chicas a la hora del almuerzo pero creo que todo irá bien.
-Lo hará –. Aseguro Freya colocando su mano sobre el lomo de su sobrina que soltó un potente ladrido feliz haciendo sonreír a todos los adultos.
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Hope caminaba en la oscuridad de su subconsciente con calma. Había dejado el control a su lobo para que jugueteara tanto como necesitara.
Atrapada en sus pensamientos sobre la conversación que había presenciado. Huyendo de las palabras de Alaric que se repetían constantemente y a las que no sabía cómo reaccionar.
Por supuesto que en ese momento se sintió bien. Querida y aceptada, aun cuando ella aún no se aceptaba a sí misma. No podía dejar de pensar que estar con Josie sería un gran error pero en lo profundo no podía desear nada más.
"No huyas…"
Escucho a la lejanía. Sus pasos se detuvieron al instante y miro a su alrededor tensándose a la vez que sentía como su corazón se aceleraba aunque no estaba segura si era la agitación provocada por su lobo o su propio miedo a su mente.
"Cómo pintura deslizándose por un cristal, el color lleno la oscuridad de su subconsciente. Sumergiendo suavemente en un momento lejano aunque no tanto como los anteriores.
La tristeza se dibujó en su rostro mientras Rousseau tomaba forma ante sus ojos. La suave tonada de trompetista que siempre se hallaba frente a las puertas durante el día, le ayudaron a relajarse un poco. El aroma a bourbon y el cercano bayou que tanto extrañaba le lleno de seguridad para dar algunos pasos hacia el interior.
No tuvo que buscar para encontrarse. Era verano y ella estaba en casa. Por las tardes antes de que llegara de los adultos, ella siempre estaba en el bar de la familia. Su sitio al final de la barra era cuidado por las meseras que esperaban su visita, sin importar que las mesas estuvieran llenas y necesitarán más sitio.
Ella se sentaba ahí por horas. Disfrutando de la música, los aromas y los sonidos de su ciudad mientras dibuja cualquier cosa. Ese había sido su lugar feliz.
Su mandíbula se apretó en el instante en que vio a su madre entrando al lugar que estaba casi vacío aún.
Hayley sonrió suavemente al detener sus pasos a espalda de su hija. Lo suficientemente cerca para ver lo que hacía pero aún tan lejos como para que no le sintiera.
-¿Esa es Josie Saltzman? –. Pregunto al dar los últimos pasos.
Su voz y cercanía hicieron saltar a su joven versión mientras el corazón de la actual se estrujaba dolorosamente.
-¡No…! –. Grito una Hope de catorce años recién cumplidos que salto intentando cubrir su trabajo sin exito. Su madre sonrió apretadamente a la vez que entrecerraba sus ojos. Un suspiro vencido escapó de la cobriza –Lo es… yo solo… yo estaba practicando, ya sabes, ser mejor al pintar personas.
-Mhmmm… –. Hayley se sentó a su lado y miro su libreta de bosquejos –Parece que la has observado lo suficiente para que sea perfecto.
-No. Yo solo… basta mamá –. Se quejó la cobriza bajando su mirada para ocultar el pequeño sonrojo que iluminó su rostro.
Su madre rio por lo bajo al verla, sin dejar de hacerlo amorosamente.
Declan apareció en la barra en cuanto le avisaron que Hayley estaba en el sitio, y con una brillante sonrisa se acercó –Para mis hermosas chicas –. Soltó con entusiasmo dejando un postre de chocolate recién salido del horno sobre la barra antes de casi subirse a ella para plantar un beso en los labios de la mujer que le sonrió –Me alegra verte.
-Y a mí me alegra verte –. Susurro Hayley mirándolo a los ojos.
Hope se mantenía en silencio observando la interracial. Su boca se movía lentamente masticando el pastel pero su atención no estaba siquiera en el sabor. Declan bajo de la barra y le sonrió a la joven con cierta vergüenza pero luego volvió al trabajo. Dejándolas solas.
-Mamá… –. Hayley que se hallaba de costado hacia la barra regreso su atención a su hija. Dándole una mirada suave para que siguiera, en especial cuando noto la duda en su mirar –¿Tío Elijah… te rompió el corazón?
-Si –. Respondió al instante su madre y la tristeza dominó sus rasgos en un segundo. Suficientemente notorios para que su hija se arrepintiera de hablar pero Hayley sabía que había algo más ahí –Pero nunca fue su culpa que la vida no nos permitiera estar juntos.
Hope parpadeo varias veces, mirando hacia su dibujo. Desde que había comprendido lo que había pasado, la culpa se había vuelto una constante en su pecho –¿Lo extrañas?
-Lo hago.
-¿Duele?
Hayley suspiro sonoramente y tomo el vaso de su hija para darle un trago. Deseando por primera vez, que está bebiera algo más fuerte que su fría soda de limón –Siempre... –. Apretó sus labios y sonrió, o al menos lo intento a la vez que su mano comenzaba a pasar por los cabellos de su hija. Un intento para calmarla y calmarse –Algunos días son recuerdos felices y otros, no tanto pero siempre estará en mi corazón.
Hope se atrevió a mirarle –Sí duele… ¿Por qué volver a intentarlo?
Hayley abrió de golpe los ojos por un momento, sin duda sorprendida pero enseguida su mirada parpadeo hacia el dibujo de una niña de labios gruesos y sonrisa dulce hecha a detalle.
-Porque el amor es bueno, Hope –. Su hija le miro con incredulidad y ella le sonrió –Es difícil y enloquecedor en todos los sentidos pero es bueno. Mágico. Es tan poderoso que no puedes bloquearlo por más que huyas… Declan me hace feliz y el amor es eso. Felicidad sin importar cuánto dure, lo que importa es su existencia ¿Entiendes?
-No estoy segura –. Respondió con sinceridad la cobriza.
Hayley le sonrió maternalmente dejando escapar una pequeña risa dulce sin ningún toque de burla. Tiro su brazo sobre los hombros de su pequeña y la jalo hacia su cuerpo en un abrazo firme. Beso su cabeza –Ya lo harás, y llorare cuando lo hagas.
-Si tú lo dices –. Murmuro la cobriza aun clavada en el pecho de su madre que volvió a reir.
-Dime ¿La vas a invitar a salir?
-¡¿Qué?!... ¡No! –. Grito enseguida saltando fuera de los brazos de su madre con un profundo sonrojo cubriendo su rostro –Absolutamente no.
Su madre rio ante su reacción –¿Por qué no?
Sus hombros se elevaron y volvió a concentrar su mirada en su dibujo, tomo su lápiz y fingió seguir dibujando aunque la punta nunca toco el papel –Ella no me ve de esa manera, o de ninguna para el caso.
El ceño de Hayley se frunció levemente aunque su sonrisa maternal jamás dejo su rostro –¿Cómo lo sabes?
-Estamos hablando de una de las mellizas. No sé si has puesto atención a nuestras llamadas pero ella me odia –. Soltó Hope con una sonrisa sarcástica aunque con cierta tristeza en su mirar. Soltó un suspiro –El solo intentar acercarme podría resultar en una guerra.
Hayley puso los ojos en blanco un momento pero luego miro a su hija con ternura –Según nuestras llamadas, es la clon de Caroline la que siempre molesta. Lo más seguro es que sea solo ella la que te odia.
-Tal vez pero jamás me dejara acercarme a Josie… o ninguno de su familia, para el caso –. Soltó con cierto tono juguetón sin animo a la vez que elevaba sus hombros queriendo quitarle importancia al asunto.
Aquello molesto a su madre. En un instante, tomo su mano y con la otra guio con suavidad su mentón para que sus ojos y los cristalinos se unieran –No digas eso. Eres estupenda, cariño –. Dijo con voz firme esperando que su hija lo escuchara y no lo olvidara. Suavizo su semblante y acaricio su mejilla –Sé que Alaric y tu papá, no tienen el mejor pasado. Y Caroline y yo nos hemos roto el cuello mutuamente las suficientes ocasiones para que sea casi nuestro saludo pero eso no tiene nada que ver con ustedes –. Volvió a sonreírle dulcemente a la vez que acunaba su rostro –Mi pequeña lobo, tu eres tan especial. Amable y dulce, fuerte e inteligente… No tengas miedo del mundo o las consecuencias porque mientras seas feliz, luchar contra todo tendrá sentido. No huyas del amor, cariño. Nunca. Eres una Mikaelson y los Mikaelson luchan por lo que quieren. Y siempre lo consiguen, por eso son tan molestamente arrogantes…"
Un doloroso aullido fue lanzado al cielo por su lobo.
Tan potente que todos en la escuela se estremecieron al escucharlo y los ojos de los lobos se iluminaron al unísono a la vez que se removían ansiosamente, bajando sus cabezas instintivamente.
Josie y el resto de las brujas miraron el cambio sorprendidas pero la morocha se preocupó más por la onda de dolor que de pronto le golpeo robándole el aliento. Se dobló y aferro a la mesa para evitar caer aunque sus piernas lucharon por salir de su clase aunque para cuando su mano toco el pomo de la puerta, su rostro se hallaba bañado por lágrimas y su hermana le abraza tratando de detenerla.
