Un suspiro aliviado escapó del pecho de Alaric a los pocos segundos de correr fuera de su oficina. Y en su lugar, una sonrisa pequeña se instauró en su rostro al ver a su hija y la cobriza aferradas en un firme abrazo.
Un necesitado contacto y casi desesperado según por lo que veía en la fuerza del agarre. Sus pasos antes acelerados fueron bajando de intensidad conforme se acercó aunque no se detuvo. Permitiéndoles tener un momento antes de tener que separarles.
Su ceja casi se elevó con cierta sorpresa al ver cómo iniciaban un contacto con sus rostros. Sonrió recordando cuántas veces vio el mismo contacto entre Hayley y su hija, una silenciosa muestra de afecto según había aprendido. Una que toda la familia mantenía cuando no podían explicar con palabras todo lo que sentían. Cuando no sabían decir 'Te quiero' sin que esté pareciera tan insuficiente.
Y sonrió.
Sonrió por primera vez sin preocuparse por su pupila, su hija de otra sangre. Sonrió sabiendo que estaría bien. Sonrió sabiendo que su hija de sangre estaría cuidara por siempre con la mayor devoción, porque si de algo estaba seguro es que los Mikaelson amaban de esa forma. Completamente entregados y esforzándose cada día para merecer a los que les amaban.
Lo había visto con Hayley. Con Elijah. Rebekah. Freya. Y hasta con Klaus…
Era casi irónico que el gran mal del mundo siempre se volviera un simple cachorro bajo la presencia de Caroline. Y ahora, lo mismo le pasaba a Hope con Josie.
Un pequeño respingo burlón fue exhalado al ver cómo la cobriza y su hija mantenían una silenciosa danza con sus labios. Retándose en silencio a qué la otra tuviera el valor de ir a más. Quizás ninguna estaba preparada para dar el salto, no estaba seguro pero eso supuso al ver sus movimientos. Tan deseosas por el contacto pero igual de temerosas.
Se detuvo a unos pasos de ellas y espero a que decidieran. No deseaba interrumpir pero entonces recordó que debía apartarlas, además dudaba que quisieran ser el espectáculo principal como en ese momento ocurría. El mundo se había detenido para ellas y todo a su alrededor también. Observándoles a la espera de lo que fuera.
Se merecían disfrutar de tener el valor a solas y en sus propios términos. No con todo el alumnado mirándoles.
Si. Supuso que era mejor interrumpir y de nuevo, tenían otros asuntos que resolver.
-¡Hope Mikaelson! –. Exclamó con firmeza a la vez que casi pudo oír con claridad la voz de su otra hija.
Lo que fuera les hizo saltar fuera de su agarre. Sonrojándose tan intensamente que estuvo a punto de soltar una carcajada. No siempre podía disfrutar de ver a sus pequeñas volverse un manojo de nervios.
Josie bajo su mirada. Sus cabellos cayeron a los costados de su rostro ocultando el color de sus mejillas y evito que se desvaneciera el intenso calor en ellas. Casi como si estuviera guardando el momento para grabarlo en sus memorias aunque realmente no lo necesitaba. El replicar en su pecho y las volteretas de su estómago sin duda era un recuerdo que permanecería, lo quisiera o no.
Por el rabillo de su ojo pudo ver como sus dedos seguían enredados con los de la loba. Siguió la extremidad solo para encontrarse con su cabello cayendo en una cascada ondulada suave y brillante que casi gritaba porque le tocará. Sus dedos básicamente cosquillearon con el deseo de volver a perderse entre ellos.
Hope mordió su labio inferior mientras miraba hacia el techo de un costado como si fuera lo más interesante del planeta. Su lobo se quejó sonoramente y casi parecía bufar con frustración mientras ella luchaba solo por controlar el resonar de su corazón que sin problemas podría ser oído por todos los vampiros de la escuela.
Alaric dio unos pasos más hacia ellas. Evitando sonreír aunque lo deseaba pero no pudo contenerse para atrapar en un fuerte abrazo a su pupila. Dejando escapar un suspiro lleno de alivio y alegría por volver a tenerle ahí. A su lado.
Está sonrió con suavidad y se recargo en su hombro rodeándole con su brazo libre porque en cuanto se dio cuenta que su mano seguía aferrada por la morena, se negó a dejarle ir. No quería y no podía.
-Me alegra que estés de vuelta –. Susurro el hombre con el tono paternal que usualmente conseguía un gruñido como respuesta pero está vez solo sintió como el agarre se apretó.
-También me alegra volver.
Alaric se alejó y se permitió darle una pequeña sonrisa antes de volver a su semblante serio –Ahora ¿Puedes explicarme porque tu tía apareció de la nada en mi oficina gritando como loca?
Hope fingió ignorancia aunque una leve pizca de humor fue clara en sus ojos. El bufido del hombre fue más que notorio.
-Bueno. Ahora irás a hablar con ella y evitar que vuele el lugar, ni siquiera estoy seguro como puede hacer temblar las cosas a su alrededor aunque no esté aquí –. Dijo a la vez que negaba respirando profundamente tratando de relajarse.
-Exceso de magia y emoción… –. Soltó distraídamente la loba como si no fuera nada pero luego se encogió de hombros con su sonrisa burlona ya en sus labios –O quizás, demasiado café ¿Tal vez?
Alaric rodo los ojos y volvió a negar aunque la cobriza vio con claridad la sombra de una pequeña sonrisa antes de que le diera la espalda.
Iba a seguir pero se detuvo antes de siquiera dar un paso. Volteó hacia la morena que miraba sus zapatos como si fuera lo más interesante del mundo y que reaccionó a dejar caer su mano al sentir sus ojos en ella. La frialdad de la pérdida del contacto fue notoria para ambas.
Hope enseguida reaccionó a dar un paso dentro de su espacio personal y con suavidad llevo su mano hacia su rostro. Recogiendo su cabello para hacerlo retroceder tras su oreja y luego deslizando sus dedos hasta su mentón. Deseosa de volver a ver sus ojos y quizás perderse un poco en ellos.
-Hey. Si no estás ocupada ¿Te gustaría venir conmigo…? Tal vez luego acompañarme a mi habitación a desempacar y eso –. Soltó con evidente nerviosismo que trataba de ocultar aunque fallaba un poco pero aun así se negó a dejar de mirar directamente hacia la morena.
Josie le sonrió suavemente y siguió su brazo en un toque casi fantasma hasta su mano. Abrió sus labios.
-Wow. Demasiado directo ¿No crees? Felpudo –. Se quejó Lizzie con sorna a su lado. Soltando una carcajada al ver cómo la pareja saltaba en su sitio. Sorprendidas de hallarla junto a ellas –Vamos. Quiero saludar a tu tía y no creas que he olvidado que te di una tarea. Quiero mis recuerdos y será mejor que sean buenos o no les dejaré solas… Jamás.
La pareja le miro con una mueca viendo cómo su espalda ya se alejaba con seguridad. Soltaron un suspiro al unísono perfectamente audible que les hizo mirarse para luego soltar una risilla.
Hope ladeo levemente su cabeza y le miro con ternura. Grabando su lindura y provocando un nuevo sonrojo en Josie que se derritió al ver el gesto. Cuando era lobo hacia el mismo gesto le parecía lindo pero no tenía ni idea de cuánto esto se multiplicaría en su forma humana. Aún tenía su muñeca sujeta entre sus dedos y sonriéndose, le tomo de la mano entrelazando sus dedos con firmeza que provocó una brillante sonrisa en la loba.
Freya soltó un suspiro en cuanto vio a su sobrina pasar por la puerta junto a las mellizas. Casi sonrió al ver cómo sujetaba la mano de la morena pero se negó a dejar ir su furia tan fácil. Con sus brazos en jarras y sus ojos entrecerrados llenos de furia, explotó en cuanto la puerta fue cerrada.
-¡Hope Andrea Mikaelson! –. Grito con tal potencia que realmente hizo temblar los muebles en la habitación.
Los Saltzman se miraron con aprensión mientras tomaban asiento. Hope dejo su silla para Josie y Lizzie tomo la otra mientras Alaric fue a su sitio casi seguro tras su escritorio. La loba se recargo con aburrición a un costado del escritorio sin soltar la mano de la morena. Todos girados hacia Freya que se paseaba por el sitio como una fiera enjaulada.
-¡¿Cómo te atreves a desaparecer sin más?! –. Exclamó deteniéndose frente a todos. Sus ojos casi centelleaban con su enojo y la magia pero aun así recordó a las recién agregadas. En un instante su semblante se suavizó y sonrió hacia las mellizas –Hola brujitas. ¿Cómo están?
El tono dulce desconcertó a los Saltzman, bueno, al menos dos de ellos porque Lizzie enseguida sonrió ampliamente.
-Hola Freya. Todo bien aunque he estado algo aburrida y… paso una tragedia. Perdí mi lápiz labial favorito y mamá dice que no puede conseguir otro –. Lloriqueo la rubia.
La mayor le sonrió –Oh, cariño. Eso es terrible… envíame el nombre y veré que puedo hacer.
-Yei. Gracias –. Soltó entusiasmada la rubia. Casi como una niña pequeña.
Josie frunció su ceño preguntándose cuanto se había perdido pero entonces noto que ahora era el blanco de la mirada azulada de la mujer. Le sonrió con cierto nerviosismo y bajo un poco su mirar –He estado bien, gracias por preguntar.
-¿Qué tal le fue a tu trabajo de hierbas antiguas? ¿Arrasaste?
La morena casi miro maravillada a la mayor que no dejaba de sonreírle. Y ella le retorno la sonrisa con fuerza al sentirse escuchada por un adulto. Hope le sonrió tontamente al notarlo.
-¡Si! Si. Yo saqué un diez y me dieron un punto extra por lo bien hecho –. Respondió entusiasta.
-Me alegro, cariño. Estoy segura que no necesitas el punto pero siempre es bueno tener un respaldo y… encontré un libro en el barrio bastante interesante. Lo vi y enseguida supe que era para ti así que lo enviaré pronto –. Afirmo Freya cariñosamente mientras la joven le agradecía de la misma forma. Luego su atención volvió a su sobrina –Ya lo tendrías en tus manos sí ¡Alguien no se hubiera escabullido en medio de la noche sin decirle a nadie!
-Corrección. Fue en la noche y no en medio de la noche y yo te dije –. Se defendió Hope con tranquilidad –Hasta te deje una nota en la cocina ¿No la viste?
Freya gruño y apretó sus puños –La vi. ¡¿Tú crees que eso es suficiente para tranquilizarme luego de despertar y encontrar tu habitación vacía?!
-Pero yo te dije.
-¡Y eso qué! Pensé que lo harías en unos días o algo así ¡No el futuro inmediato!
La cobriza elevó su ceja con curiosidad –¿Por qué iba a esperar? –. Su tía gruño con frustración mientras los Saltzman ponían los ojos en blanco a la vez. Ella solo se encogió de hombros –Yo quería volver ya. No en unos días o algo así, así que no es mi culpa.
-¿Cómo que no es tu culpa? ¡Casi me matas de un infarto!
Hope le sonrió con su característica sonrisa segura –Lo siento por tu corazón pero eso te pasa por no escuchar. Deberías poner más atención, tía.
-Te voy a… –. Exclamó Freya deseando poder estar ahí. Su esposa sin saber lo que pasaba comenzó a acariciarle los brazos tratando de relajarle. Algo que logro solo un poco –Ya verás. Estarás castigada.
La loba hizo un puchero –No puedes castigarme en navidad. Los demás no lo permitirán, además estoy segura que me apoyaran.
El silencioso reto en los ojos de la cobriza hizo gruñir a su tía que le miro de la misma forma.
Los Saltzman solo podían mirar sin atreverse a moverse en caso de que eso pudiera convertirles en un blanco. Pero todos negaron en silencio con los ojos en blanco al escuchar el reto, Lizzie rio por lo bajo por el tono casi infantil de las palabras de la loba.
-Si. Bueno. Ya veremos –. Una chispa vengativa centello en los ojos de la mayor pero en lugar de retroceder, Hope casi le sonrió con arrogancia sin impresionarse –Encontrare como castigarte, ya verás.
-Inténtalo pero no te canses –. Soltó poniéndose de pie y casi encarando a su tía con cierto tono burlón.
Freya le miro con orgullo sin poder evitarlo y le sonrió con malicia –Oh, tranquila cariño. No lo haré.
Hope relajo todo su ser y le sonrió suavemente –Bueno pero no se vale meterse con mis regalos de navidad. Esos son sagrados.
La rubia asintió también relajándose –Si pero espero que hayas llevado muchas cajas de beignet's porque no te enviaré nada hasta el otro año. Parte de tu castigo –. La loba soltó un quejido que hizo reír a todos por lo bajo –Y será mejor que no descubra que tienes más multas por velocidad –. Los ojos de azul más oscuro enseguida parpadearon hacia a un lado. Freya suspiro y negó en silencio –Hablamos por la noche, cariño. Te amo.
-Te amo, tía Frey –. Retorno Hope con una voz suave llena de cariño por su tía a la que le sonrió mostrando sus hoyuelos.
Un suspiro escapo de su tía y en un instante fue claro como su semblante se relajó para solo mirar a su sobrina con dulce ternura. Igual a como veía a su hija cuando hacia alguna travesurilla, bueno, Hope era también su pequeña así que realmente no era una sorpresa que pudiera manejarla tan bien. Negó en silencio y rio por lo bajo notando la sonrisa petulante idéntica a la de su hermano aunque sus ojos se iban apagando ante el cansancio.
-Hablaremos más tarde.
-Está bien, tía –. Afirmo la cobriza con tono adormilado casi infantil a la vez que se permitía que Freya mirada su semblante cansado con una suave sonrisa pero clara juventud que usualmente mantenía oculto mientras no se encontrara en algún lugar seguro –Pero no enloquezcas si llamas y no contesto, puede que me quede dormida.
-Siempre enloquezco, cariño –. La rubia le sonrió con malicia –Así que será mejor que contestes enseguida o algo malo puede ocurrir.
-Si, si... muerte y destrucción, ya sé –. Dijo la cobriza con poco interés. Freya le miro con silenciosa amenaza a lo que su sobrina solo le miro con sorna retadora antes de poner los ojos en blanco y asentir secamente.
La mujer bufo con molestia pero luego volteo hacia las mellizas –Liz te veré a las 9:30pm. Nada de doble acondicionador y no olvides el aceite, dime cuando se termine para buscar algo con un aroma diferente ¿Te parece?
Lizzie asintió sin problemas casi como si esperada con ilusión que la cita fuera confirmada. No hubo quejas o comentarios sarcásticos, solo una sonrisa alegre.
Alaric miro la interacción confuso y sorprendido pero dejo eso de lado para saltar –¿Le estas enviando cosas a mi hija...? ¡¿Cómo?!
La mujer le miro con arrogancia y soltó un bufido de aburrición –Claro que no. Tu hija es una mujer capaz, no lo olvides. Ella lo hizo y muy bien debo decir. Tiene talento.
El hombre se encogió un poco avergonzado, en especial bajo la mirada furiosa y ofendida de su hija que luego miro hacia la mujer con tristeza y vergüenza pero Freya le sonrió como si nada. De hecho, le miro con orgullo queriendo mostrarle que creía lo que había dicho. Lizzie sonrió con más suavidad y bajo un poco su mirada para esconder el sonrojo que ilumino su rostro de una forma tierna.
Su padre le miro y sonrió con cierta tristeza, sus hijas debería sentirse apreciadas. No. Deberían saberse apreciadas y lo grandiosas que eran. La culpa subió hacia su garganta y la cerro un poco, era su trabajo que ellas fueran seguras de sí mismas y estaba fallando rotundamente. Sus ojos se fijaron en como Freya miraba a las chicas con afecto, con orgullo y con seguridad casi inquieta por desear ver lo que harían y quienes serian.
Era una mirada familiar…
Distraídamente con la mirada perdida, o fingidamente perdida aunque su cansancio ocultaba como sus ojos no dejaban de disfrutar deslizarse con suavidad por el cuerpo y semblante de la morena pero de pronto su mente volvió al momento y la loba soltó descuidadamente –Ah... así que ese era el aroma extraño.
Lizzie le miro ofendida con el ceño fruncido y una mueca clara –¡¿Me estas olfateando?!
La loba se encogió de hombros a la vez que respondía –No pero no puedo evitar respirar y soy sensible, pero tranquila estoy enfocada en Josie.
El ceño de la morena se había fruncido en cuanto escucho que el aroma de su hermana estaba en la nariz de la cobriza. Que esta reconociera lo suficiente el aroma de esta para notar el cambio era dolorosamente molesto y sus labios se apretaron arrugándose pero en un instante, un sonrojo se apodero de su rostro. No pudo evitar sonreir por lo bajo al saber que la loba le ponía atención y podía sentirlo gracias a su intensa mirada.
Pero por supuesto, al siguiente segundo su mente comenzó a darle vueltas a la duda de si olía agradable y fresca como recordaba haberlo hecho cuando abandono su habitación aquella mañana. La cobriza sintió su inquietud sorpresiva y de inmediato apretó su agarre levemente para llamar su atención. Arrebatando a la bruja de sus pensamientos y haciéndole fijarse en su mirar que era suave al igual que su sonrisa que logro tranquilizarle.
Lizzie vio la interacción y bufo rodando los ojos –¿Enserio? Felpudo… ¿Usando eso para coquetear?
Esta se encogió de hombros con tranquilidad –No es mi culpa que sea relajante… Me encanta, siempre lo ha hecho.
-Demasiado directa ¿No? –. Soltó la rubia con tenue burla pero no se atrevió a molestar más al ver el intenso sonrojo que su hermana portaba y que trataba de ocultar al bajar por completo su mirada pero aun así era más que notorio el brillo alegre en esta. Lo que provoco una mueca de divertida aversión.
-Solo soy sincera –. Declaro la loba con seguridad.
Freya rio al ver a la morena tan colorada y que seguía luchando por ocultarlo pero al ver que no era capaz formo un lindo puchero tierno. Se acercó a su sobrina –Es mejor que vayas a dormir. Tus filtros se están apagando, cariño.
Hope asintió sin quejarse a la vez que sus facciones se iban relajando ante el cansancio pero aun así logro notar como su tía le miro con sorna a lo que gruño por lo bajo y puso los ojos en blanco.
Entonces la mujer volvió su atención a la morena, a la que le sonrió con suavidad mientras su mirada era un poco traviesa –Josie, cariño. Por favor encárgate de que llegue a su habitación, no le dejes desviarse hacia el bosque o se dormirá ahí y se perderá hasta mañana –. La joven se tensó al escuchar aquello y sus hermosos ojos caobas eran quizás demasiado expresivos para su gusto. Por supuesto, su preocupación fue notada por la mujer –No es grave y lo controla casi por completo. Estará bien y tú, no quiero que te preocupes de más. Algo más de tiempo y todo volverá a la normalidad, si te sientes muy ansiosa pídele a Liz un poco de aceite. Es relajante y te ayudara a dormir bien porque sí, sé que has tenido problemas para descansar.
Josie había concentrado sus ojos en Hope para cerciorarse de que estaba bien. Necesitaba esa certeza según le dijo el abrupto saltar en su pecho pero al verla, con sus ojos suavemente cerrados y su cabeza caída aunque cada poco tiempo durante su caída se volvía a elevar. Aquello le hizo sonreir con suavidad y ternura hasta casi reír por lo bajo al ver como siempre al elevar su cabeza miraba a su alrededor como revisando que nadie le hubiera visto.
Pero pronto escucho como la conversación iba hacia ella y con ceño confuso miro hacia su hermana para tratar de buscar alguna explicación de cómo esto era algo conocido, esta enseguida le rehuyó la mirada fingiendo que la pared era muy interesante. Esto le hizo soltar un silencio bufido teniendo su respuesta pero al regresar sus ojos hacia la mujer, vio como su padre le miraba con el ceño fruncido con evidente preocupación y un atisbo de culpa jugando en el rabillo de sus ojos.
Y ella misma no pudo evitar encogerse con culpa y susurro –Gracias… no tiene importancia… yo…
-No. Si te molesta, importa. Tú importas –. Aseguro Freya con firmeza y protectora intensidad –Además no podemos tener a una brujita cansada, en especial una con afición por las llamas.
Josie se sonrojo ante lo último y sonrió con cierta picares pero a la vez no pudo evitar mirar a la mujer con afecto y hasta agradecimiento mientras se removía incómodamente al ser el centro de atención en la habitación.
Hope, que pensaban solo estaba ahí durmiendo, hablo de pronto con demasiada firmeza para alguien que se suponía estaba adormilada –No lo necesita, estoy aquí. Yo la cuidare. Si es necesario toda la noche sin problemas.
-Ok Julieta. Contrólate un poco y no te quiero de nuevo en mi habitación –. Se quejó Lizzie.
-Vamos. Nos divertimos la última vez –. Respondió la cobriza sonriendo con arrogancia pero casi de inmediato se quedó en silencio y volvió a pensar sus palabras. Luego de unos segundos dio un pequeño salto en su lugar mostrando una mueca –No. Espera. Eso se escuchó muy mal. No lo quise decir así.
Lizzie se encogió horrorizada mientras Josie elevaba su ceja y les miraba con fingido enojo aunque estaba a punto de soltar una carcajada. Pronto la rubia bramo –Oh dios. No vuelvas a decir eso, de ninguna manera. Jamás.
Freya no fue tan amable y soltó una sonora carcajada –Cariño, ve a dormir.
La loba dejo caer su cabeza entre avergonzada y adormilada –See...
Freya negó burlonamente –Bueno, me voy chicas. Pórtense bien y las llamo más tarde. Las quiero.
Les dio una última sonrisa amorosa a las jóvenes y se difumino en el aire.
-Bueno... eso fue sorpresivamente fácil –. Comento Lizzie y luego miro a su padre con dulzura –Papi deberías aprender de ella y no cansarte ideando sermones.
Alaric bufo con molestia y miro con seriedad a su hija que fingió inocencia e ignorancia.
-Supongo que sí pero se vengara y no dudo que será bueno. Lo Mikaelson somos excelentes en... –. Un gran bostezo escapo de la cobriza que con debilidad acaricio su ojo con el dorso de su mano casi como un gatito. Josie sonrió con ternura –Jodernos de la mejor manera y buscar la perfecta lleva tiempo. Solo tenemos una oportunidad, es la regla.
-Lenguaje –. Reprendió el director a lo que la cobriza le miro con disculpa silenciosa. Este suspiro y negó con una leve sonrisa –Ve a descansar un rato, estas por acomodarte en medio de mi oficina.
Hope se forzó a parpadear –Ok...
La morena se puso de pie en un salto y le dio un pequeño tirón en el brazo para ponerle de pie –Te llevare a tu habitación.
-Solo hasta la puerta de su habitación y luego de regreso –. Dijo Lizzie con un claro tono de advertencia juguetona.
Josie giro a verle con rapidez y le lanzo una mirada mordaz que solo hizo reír por lo bajo a la rubia mientras ella soltaba un resoplido. Estaba a punto de lanzar su propio gruñido cuando la puerta de la oficina fue abierta de golpe, dándole solo un segundo para comprender la palabra lanzada aceleradamente.
-¡Hopey! –. Chillo MG con una gran sonrisa adornando su rostro. La loba enseguida elevo su ceja junto a su usual sonrisa suave que enseguida se vio ocultada por los brazos del vampiro que sin preguntar le apretó –Los rumores eran ciertos. Te extrañe.
-También te extrañe.
Kaleb siguió a su amigo en la invasión a la oficina y relajadamente elevo su puño a la vez que casi gritaba –Whasup, red.
La cobriza le sonrió juguetonamente aun entre los brazos del vampiro y elevo su mano libre para chocar puños con el recién llegado –Nada nuevo, K. ¿Y tú?
-Todo bien –. El chico le sonreía casi con tranquilidad pero en su mirada podía verse su alegría controlada y un dejo de alivio que casi sorprendió a la loba –Aburrido sin ti para que golpees a los cabeza huecas.
Se rió mientras al fin era liberada de los brazos de MG que casi le deslumbra con su sonrisa abierta. Landon se hizo visible en cuanto el moreno se hizo a un lado y Josie reacciono tensándose al momento, en especial cuando este sin preguntar solo rodeo a la loba en un suave abrazo. Familiar y cariñoso. La visión de ello apuñalo su corazón y lo retorció lentamente pero entonces como una ventisca que alejo lo malo, Hope apretó el agarre de sus manos recordándole a la morena que jamás le había dejado ir desde que llego y suavemente le acaricio con su pulgar tratando de animarle.
Josie sonrió en secreto y sintió como sus pulmones podían inflarse de nuevo sin que fuera doloroso aun cuando el contacto continuaba. Quizás no borraba por completo el malestar pero lo hacía más manejable.
-Me tenías preocupado –. Susurro Landon.
Hope sonrió suavemente mientras susurraba –Lo siento. Olvide mi móvil.
-¿Cómo es eso posible? –. Se quejó Landon con incredulidad juguetona a la vez que iba soltando el agarre –Somos adolescentes. El móvil es parte de nosotros, como las uñas o el cabello.
Lizzie se encogió de hombros asintiendo tras de Hope mientras esta dejaba escapar una pequeña risa –Si bueno, ya sabes. Como cuando cambias en el bosque y olvidas tu chaqueta en un árbol.
La cabeza del chico se ladeo y asintió sonriendo –Bueno, eso tiene sentido.
Kaleb irguió su cabeza y su ceño se frunció en confusión haciéndole mirar hacia fuera –Creo que te buscan.
Hope ladeo su cabeza imitando su ceño e instintivamente camino hacia la puerta de la oficina. Apenas saliendo y girando su cuerpo hacia el pasillo, sin ser capaz de ver lo que ocurría porque enseguida fue levantada en un fuerte abrazo por Raphael y aturdida logro reconocer a Jed a su espalda. De pie, mirándolos con anhelo mientras trataba de mantenerse físicamente alejado según mostraban sus extremidades que se movían solo en su sitio.
Le miro y sonrió sobre el hombro del que le estrujaba –Vamos...
El rostro de Jed enseguida se partió con una sonrisa y se lanzó a casi taclearlos al unirse al abrazo donde la cobriza se acomodó para quedar entre ambos chicos pero de pronto noto como la temperatura aumentaba y la presión también de una manera confortable. No sé quejo aunque su cabeza no podía reconocer lo que ocurría y no lo hizo cuando salió del agarre solo para ver a la manada entera retroceder un par de pasos.
Clavando sus rodillas a la vez y mirándole con orgullo cuando dijeron con firmeza –Alfa.
Sus ojos centellearon con fuerza a la vez que se abrían un poco de más ante la sorpresa que le hizo elevar la cabeza. Los ojos de la manada también se iluminaron mientras ella giraba a ver casi asustada a su director que le sonrió suavemente y le dio un seco asentimiento como única confirmación aunque realmente no lo necesitaba. Un sentimiento se presentó de la nada, acelerando su corazón y casi sintió como se formaba y reafirmaba su lazo que le unió a la manada.
La confusión y pánico retumbo en su cabeza casi presionándole contra el suelo pero algo profundo en sus instintos despertó en ese instante.
-Levántense –. Dijo con voz firme que todos obedecieron –Gracias por su recibimiento. He conducido toda la noche así que estoy un poco atontada pero antes de la cena Raphael y Jed pasaran por mi habitación para ponerme al corriente –. Ante la mención, los antiguos alfas y amigos inflaron el pecho con orgullo –Los demás, por favor sigan su día con normalidad. Mañana nos tomaremos el tiempo para hablar y conocernos ¿Ok?
La manada asintió y sonrió con entusiasmo. Murmurando ya como deseaban pasar el rato con ella y al escucharlo le aturdió un poco.
-Voy a dormir un rato, los veo más tarde –. Les sonrió con fingida seguridad pero la manada no lo noto y se alejaron, despidiéndose sin parar.
Hope no dejo caer su sonrisa mientras los veía desfilar pero sus ojos mostraban toda la confusión que le inundaba junto al temor que comenzaba a robarle el aliento. Josie pudo verlo casi sentirlo y sigilosamente se acercó a su lado para volver a unir sus manos en un firme agarre. La loba volteo a verle sonriendo suavemente.
Alaric se acercó a su pupila, sabiendo bien lo que podría estar pasando en su cabeza y coloco su mano sobre su hombro dándole un pequeño apretón –Ve a descansar. Ya luego puedes hablar con Keelin para que te explique y te calme.
La loba le miro con claro pánico filtrándose en sus facciones usualmente en blanco –Esto no está bien ¿Cómo paso esto? Yo... yo no... Esto no está bien ¿Está bien?
-Está bien, Hope –. El director le sonrió paternalmente –Todo lo estará. No digo que será fácil pero sé que lo harás estupendamente. Serás una magnifica alfa, como tu madre.
La cobriza le sonrió con debilidad pero le miro con afecto aunque la tensión aún era evidente en su ser.
Josie sonrió y tiro levemente de la mano de la loba –Suficiente. Vamos a que duermas antes de que tengas un corto circuito.
La cobriza asintió y se dejó guiar por la bruja que solo comenzó a andar. Hiendo al piso superior casi sin que nadie se entrometiera en su camino y la bruja suspiro con preocupación mirando de reojo durante todo el recorrido a la loba que básicamente miraba el suelo y su ceño se iba profundizando casi a cada metro que avanzaban.
-Puedes pensarlo todo lo que quieras pero en cuanto entremos a tu habitación le dejas de dar vueltas –. Le susurro con suave firmeza y le miro con dulce preocupación –Necesitas descansar y eso no pasara si sigues preocupándote ¿Entendido?
Hope elevo su ceja y sonrió –Yes, ma'am.
La moreno rodo los ojos aunque sin dejar de sonreir –Bien.
Al llegar a la habitación de la mayor. La morena trato de abrir la puerta pero al girar el pomo una descarga dolorosa pero no demasiado recorrió su cuerpo haciéndole retroceder de un salto. Frunció su ceño y miro hacia la madera con temor solo por un instante antes de que la cobriza tomara su mano y revisará el daño con preocupación.
-Hay magia más potente de lo usual –. Susurro Josie deleitándose por el suave pasar de los dedos de la loba sobre su palma.
Hope resopló –Ese no es mi hechizo de cerrado. Nunca he usado algo que lastime, debe de ser de tía Freya… le gritaré por esto.
-No. Creo que está bien.
-También lo creo pero te lastimo –. Soltó la cobriza con firme semblante mirándole a los ojos –Eso no lo permitiré aunque fuera solo una casualidad. Es más que obvio que tú podrías tratar de entrar así que debería haberte incluido para que tuvieras paso libre.
Una sonrisa tonta iluminó el rostro de la bruja –¿Tengo permiso de ir a tu habitación cuando quiera?
-Siempre que quieras -. Afirmo la cobriza, sujetando su mano para guiarle de nuevo hacia el pomo.
Con vivida claridad, la morena pudo sentir como la loba le emanaba magia. Concentrándose alrededor de su mano, envolviéndole de una calidez protectora que le arranco un suspiro. El sentir de la loba, su magia, su presencia a su lado le confortaba profundamente como hace días que no se sentía de aquella forma.
Segura.
Se encontraba perfectamente a salvo junto a la hermosa cobriza que le sonreía de medio lado con juguetona arrogancia a la vez que terminaba de susurrar el contra hechizo, escuchando un clic a la vez que Josie reconocía que justo así era la sombra que había estado en su pecho cuando el vínculo se volvió visible y aunque lo había extrañado sin duda prefería esto.
Prefería la realidad y el sentir de tenerle a su lado. Era más intenso y claro ahora que se permitía dejar que sus sentimientos hablaran en lugar de reprimirlos aunque eso no significara que fuera a seguirlos. No estaba segura del sentir de Hope por ella. Existía el vínculo por supuesto pero eso no era nada en el amplio espectro de los sentimientos. No quería ser un deber. No quería ser solo la perpetua obligación por más que deseara ser a la que quisieran.
Fue su turno de ser guiada.
Conducida al interior de la habitación en un sutil agarre solo en sus dedos y mientras su mente intentaba controlar el saltar de su pecho, la de la loba se perdía en la añoranza. Inhalo profundamente a la vez que dejaba escapar los dedos de la bruja. El aroma a encerrado poco le molesto junto al del polvo acumulado por días; la sutil impregnación de su perfume de lavanda y pintura junto a hojas viejas de los libros familiares le robaron una sonrisa y casi un ronroneo de satisfacción.
Josie cerró la puerta a su espalda. Dándose la vuelta solo para tener un momento en que la belleza de la otra no le aturdiera y rompiera sus barreras para casi convencerle de lanzarse a sus brazos y besarle con el afecto que presionaba su pecho hasta que le dejara volver a respirar con libertad como hace tantos años no podía pero estaba segura que de nada serviría. Si de algo le habían convencido todos esos años en silencio, es que ese afecto no mermaría sin importar el pasar del tiempo. En algún momento, en especial cuando había notado como la cobriza tenia cierto afecto por algún otro; se pensaba y sentía maldita.
Maldita a querer a alguien que jamás le notaria. Invisible hasta para ella…
Con ese pensamiento sujeto en su mente, se dio la vuelta y sonrió al ver la sonrisa de satisfacción de la cobriza que no dejaba de respirar profunda y lentamente disfrutando cada microgramo de aire.
-¿Hogar dulce hogar? –. Pregunto en un susurro casi por inercia.
Hope negó desapareciendo la satisfacción en su sonrisa para llenarle de cierta timidez que trataba de ocultarse tras su usual petulancia –Casi pero no…
La morena frunció su ceño y el temor comenzó a burbujear. Ignorando como la mirada azulada de la loba se llenaba de duda y temor propio pero de golpe les deshecho. Con más impulsividad que seguridad, acorto los pasos que le alejaban de la bruja y tomándole desprevenida le tome entre sus brazos en un abrazo firme pero a la vez delicado. Necesitado pero no aprisionante. Protector pero a la vez tan flojo que solo un paso atrás y se desharía
El aliento de Josie se perdió en ese instante y aunque había reaccionado a soltar un pequeño gritillo por la sorpresa a la vez que sus brazos rodeaban el cuello de la cobriza que oculto su rostro entre sus cabellos volviendo a dejar que su lobo tuviera un poco de lo que deseaba. Extrañamente o quizá no tanto, la bruja también se permitió disfrutar de la esencia de la cobriza y sonrió tontamente recargándose en ella.
-Listo… –. Susurro Hope y soltó un suspiro permitiendo que sus labios rozaran la piel del cuello bajo la oreja de la morena que se estremeció –Hace mucho aprendí que puedo encontrar sitios donde me siento cómoda, quizás hasta disfrutarlo pero solo donde tu esencia ronda es donde puedo… donde es mi… eres la razón por la que vuelvo cada otoño a Salvatore…
El corazón de Josie salto queriendo escapar de su pecho, quizás al fin entregarse por sus propios medios a las manos de la cobriza que no podía evitar temblar ante su propia confesión. Sin saber de dónde aun habían algo de valor en ella, sus labios depositaron un beso casto en el cuello de la morena que sintió un fuerte estremecimiento recorrerle hasta doblarle las rodillas y hacerle apretar su agarre en la cobriza que no se quejó, en su lugar ella misma apretó el suyo.
Instintivamente se acomodaron para que sus mejillas se encontraran y recargaran entre ellas. Juntas deseando tener el valor para que sus rostros se enfrentaran.
-Tu tía tiene razón –. Susurro Josie en apenas un susurro que sin la audición sobrenatural hubiera sido perdido –Tus filtros se apagan…
-Están apagados –. Respondió Hope sin duda y sonrió levemente –Pero está bien… yo… bueno, supongo que era justo que al menos alguna vez antes de graduarme lograra decir lo que siempre he pensado.
Sin alejar sus rostros, la bruja giro un poco su rostro y la loba le imito sintiendo como sus alientos se combinaban aunque sus labios aún no se encararan. Haciéndoles temblar mientras luchaban con el impulso.
-Necesitas dormir…
-¿Quieres hacerlo conmigo? –. Casi a la vez que lo dijo la cobriza se gruño a sí misma y bufo –No lo dije de esa forma…
Josie reía aunque sus mejillas estaban tan rojas y calientes pero se alejó para mirarle a los ojos, complacida de ver que se encontraba de la misma manera –Demasiado directa ¿No?
Hope rodo los ojos pero entonces la bruja salto sorprendida –Espera… ¿Cómo creciste?
El gruñido de la loba fue instantáneo y agresivo.
