Hope despertó al amanecer.
Con sus ojos brillando, la ansiedad saltando en su pecho y sus puños blancos aferrándose a las sabanas ante los recuerdos.
Abrir sus manos fue doloroso, entumidas ante la misma posición y fuerza brutal durante demasiado tiempo. Elevadas para ver sus palmas donde hilillos secos de sangre provocaron pequeños recuerdos acelerados por su mirar y entonces entendió porque su lobo arañaba su piel tratando de escapar.
Se forzó a respirar profundo y repetir hasta lograr que su corazón se calmara. Que su lobo se sometiera a su dominio.
Se concentró en la buena noche que había pasado. En las risas y tonterías de sus amigos pero en especial en la sensación imborrable de tener a Josie entre sus brazos. El fantasma de su cuerpo, su aroma, sus sonidos no bastaban pero al menos ayudaban a calmarle un poco. Lo suficiente para no salir corriendo a buscarle y asegurarse de que estuviera a salvo.
Justo a ese recuerdo se aferró con todas sus fuerzas. A Josie sana y a salvo, feliz entre sus brazos.
Aferrándose a ello tomo control de sí. Alejando la sangre de su mente hasta desaparecerla en lo más profundo de sus pensamientos.
Abandono su cama y se preparó para entrenar en el bosque. Esperando pasar algo de tiempo a solas pero no molesta ante la perspectiva de que tal vez no ocurriera. Respiro profundo frente a la puerta y cerro sus ojos cerciorándose de que tuviera el control, en cuanto lo hizo coloco su palma sobre la madera y rompió el hechizo que cada noche realizaba en secreto para evitar escapar.
Camino con seguridad por el pasillo, sin fijarse o escuchar nada en especial a su alrededor hasta que llego frente a la puerta de las mellizas. Siguiendo su instinto recargo su frente en la madera mientras sus ojos se cerraban ocultando el resplandor de su lobo y dejo que todos sus sentidos se concentraran en ella.
En ella y su suave respirar pausado y tranquilo.
Ella y su aroma a flores y hierbas con un leve toque a libros viejos.
Ella y sus inentendibles susurros y gruñidos tiernos.
Pero sobretodo, ella y el firme pero paulatino golpeteo en su pecho que tocaba la canción perfecta para ella y su lobo.
A salvo.
Una vez que escucho lo suficiente, que rio en silencio ante la conversación dormida entre las mellizas y que su propio latir se sincronizo perfectamente con el de ella. Fue el momento de alejarse y seguir con su mañana. Esperando tener lo suficiente para que la ansiedad no volviera a desgarrar su piel lentamente hasta forzarle a cortar su rutina para saciar su necesidad de estar cerca.
-Demonios –. Maldijo por lo bajo al alejarse por el pasillo –Lizzie tiene razón. Soy un cachorro...
OxxxOxxxO
La noche termino tan bien como fue.
Relajada. Tranquila y divertida pero sobretodo, reconfortante.
La sonrisa de Josie estuvo en su rostro desde el momento en que su despertador sonó. El recuerdo de la calidez que le rodeo toda la noche y estuvo más que presente durante sus sueños.
Sueños de labios rosados y ojos cristalinos brillantes, cabello rojizo ondeante y un suave aroma a tierra húmeda. Al concentrarse en él, todo cambiaba y le daba paso a un esponjoso pelaje blanquizco, ojos dorados que deberían ser atemorizantes pero cuando se fijaban en ella solo eran posesivos llenos de una silenciosa devoción que le robaba el aliento, en especial cuando volvían a cambiar y retornaban al hermoso cobalto que amaba.
Cada que el cambio ocurría la confusión le golpeaba. Era como si solo cambiara la forma y tono pero no lo que mostraba; los dorados eran directos y fáciles de entender pero en los azules había tantas capas que a veces se perdía intentando analizar cada una de ellas, pero el mensaje siempre era el mismo y su corazón se agitaba lleno de ilusión hasta que su cabeza funcionaba y le decía que tal vez solo estaba viendo lo que quería ver.
No lo pensó demasiado. Era un buen sueño y prefería tenerlo a destrozarlo.
Esta vez pudo agregar la permanente sensación de sus labios contra su piel. Confusa al desear encontrar alguna marca en su cuello pero sabiendo que no lo haría porque Hope fue muy cuidadosa y solo acaricio. Suave y firme. Segura y posesiva. Tierna y cálida. Sus labios no dejaron de susurrarle esas sensaciones durante toda la noche incluyendo su beso de despedida que fue dejado con suma lentitud en su mejilla mientras era abrazada, perdiéndose y recargándose en el contacto hasta que su hermana irrumpió.
Si. Fue una buena noche.
Aun así un quejido y puchero escapo de ella al hallarse sola en su cama. Sintiendo demasiado frio y acariciando el lobo de peluche al que todas las noches se aferraba deseando que fuera el real.
Cada noche le extrañaba, en cualquiera de sus formas solo le quería a su lado y como una niña pequeña se molestó al no tenerle.
Pero solo en la intimidad de su habitación se dejaría mostrarlo y sentirlo, al cruzar por la puerta todo estaba bien.
Y no le añoraba como su corazón gritaba y sus labios apretados silenciaban.
XoooXoooX
Un golpeteo contra la madera retumbaba en la cabeza de todo vampiro en la sala que debía oírlo sin escape. Golpeteos rítmicos pero acelerados de dos dedos índice que invisiblemente mostraban la ansiedad de la mente a la que seguían.
Penélope se encontraba sentada sobre una de las tantas mesillas de centro de la sala. Rodeada por varias de sus seguidoras que aunque apenas era mediodía, parloteaban en un incesante ruido blanco a su oído. Sus ojos aceituna estaban fijados en la nada. Perdidos meses atrás cuando la sonrisa en su rostro era realmente sentida. Cuando sus piernas temblaban y su interior se derretía cálidamente bajo la atención de la bruja morena que ahora se hallaba frente a ella y evidentemente ni siquiera notaba su existencia.
Algo se removió en su interior. Un fuego incendio su estómago y el malestar subió por todo su ser hasta su garganta que quemaba deseosa por gritar, patalear o lo que fuera. Lo que fuera porque ella le volviera a mirar con ojos iluminados y sonrisa suave pero sincera, un pequeño sonrojo y cabeza ladeada como un hermoso toque tímido antes de que el resplandor le golpeara y una sonrisa brillante y única solo para ella se mostrara. Si. Así es como Josie alguna vez le miro y ese sentimiento que solo duraba un instante pero su huella era perpetua y aun hacia revolotear su pecho con el simple fantasma de su recuerdo y duraba que alguna vez pudiera olvidarlo.
Pero la perdió.
Ahora no importaba cuanto gritara o saltara, Josie no le miraría más.
No. Sus ojos tenían un brillo que no le pertenecía y su sonrisa suave solo se preparaba para centellar por alguien que no era ella. Y el fuego dejo de arder para reducir en cenizas su sentir, el dolor le aturdió pero aun así no pudo evitar sonreir con ternura al ver la inquietud de la que fuera su amor.
Josie se encontraba en la sala rodea por sus amigos que soltaban bostezos a diestra y siniestra luego de la noche que tarde termino pero a ninguno parecía importarle. El buen humor continuaba entre ellos y aunque la sifón lo sentía, no podía evitar mirar hacia el bosque con añoranza e inquietud. Aguardando el momento de verla y ver cómo le miraba y sonreía solo a ella.
No entendía como pero Hope siempre había tenido una manera de verle que le hacía sentir el centro de su universo. Y eso, eso era algo que siempre le dejaba sin aliento, quizás por ello es que sus piernas le temblaban y la voz le faltaba a su alrededor desde que el retumbar en su pecho comenzó a ser notorio cuando solo era una niña dejando de serlo.
Y Penélope suspiro.
Añorando en silencio que volviera a mirarle de esa forma, justo como Hope miraba a Josie y viceversa. Pero su momento llego y debía aprovecharlo, la señal llego justo en los ojos caobas de la sifón que se iluminaron al ver trotar a Hope junto al resto de la manada. Saliendo sudorosos y mugrosos del interior del bosque, riendo mientras se empujaban y charlaban de camino a la escuela.
Penélope abandono su asiento de un salto y casi como si fueran parte de ella, su grupo de seguidoras le siguieron en su andar hacia el pasillo principal. Importándole muy poco interponerse en el camino de los lobos que casi saltaron para esquivarle pero no detuvo su paso y en su lugar lo apresuro al ver su blanco que pronto desaparecería por las escaleras hacia las habitaciones.
-Ey Hope –. Saludo con seguridad. La cobriza solo había subido la primera parte de las escaleras y se detuvo en el descanso volviendo su mirada hacia la voz con poco interés. Subió los escalones para alcanzarla con una sonrisa coqueta en su rostro y al estar a su lado le recorrió lentamente con la mirada –Wow. El sudor te sienta bien.
Las cejas de Hope despegaron por un segundo pero luego su ceño se frunció profundamente en confusión –Ehm… gracias ¿Creo?
-No. Gracias a ti. Quien diría que podrías convencerme de unirme a tu rutina física –. Las palabras bajas y suaves fueron dichas a la vez que la pelinegra acortaba el espacio entre su cuerpo y el de la loba que se negó instintivamente a retroceder aunque su mente corría por todos lados sin entender lo que estaba ocurriendo –Pero… dejemos eso de lado por un momento. Necesito un favor –. Delicadamente sus dedos fueron hacia el hombro de la loba que se tensó y salto en su sitio ante el contacto, la bruja sonrió y bajo un poco su mirada para volver sus ojos más encantadores mientras sus dedos acarician la piel desnuda levemente húmeda y sucia que era visible gracias a la camiseta sin mangas –Bueno, todas las brujas lo necesitamos pero yo… yo estaría terriblemente en deuda contigo…
Al sentir como los dedos se convertían en una mano que confiadamente se recargaba en su hombro para luego seguir el camino y deslizarse hacia su cuello, Hope se apresuró a detenerle con suave firmeza y mirarle a los ojos tratando de buscar el motivo de todo aquello a la vez que alejaba la extremidad de su ser ordenándole en silencio que no volviera a hacerlo.
Había algo mal. Lo sabía, lo sentía y su lobo rugía para ser liberado y apartarle sin disfrutar ni un poco de la cercanía o el contacto, o quizás fue el tono de su voz. No estaba segura pero no le gustaba nada de aquello y tampoco a Josie que se había levantado de su asiento cuando le vio dirigirse a la escuela y comenzó a andar deseando toparse con ella pero sus pasos se fueron ralentizando y su sonrisa fue desapareciendo al ver el intercambio. En el instante en que vio el contacto, en que vio como Hope y Penélope se daban miradas fijas y se hallaban unidas por sus manos, sus labios se apretaron hasta que un puchero molesto fue visible y Lizzie casi salto de su asiento al sentir el fuego que su hermana emanaba de su vínculo y que sin duda tenía su cuerpo vibrando por completo pero no se atrevió a moverse. No tenía derecho a hacerlo así que solo pudo conformarse con apretar puños y dientes.
-¿Qué es lo que quieres y por qué debería ser yo la que te ayude? –. Soltó la cobriza con tono frio que no impresiono o hizo retroceder a la bruja que se soltó de su agarre a la vez que su brazo libre rodeo su cuello haciéndole apartar su rostro antes de ser tirado hacia enfrente.
-Porque tu… –. Penélope le apunto juguetonamente con su dedo –Eres la mejor bruja en kilómetros alrededor y la que más conocimiento tiene –. La loba frunció su ceño con suspicacia a lo que la pelinegra sonrió –Por lo que eres la mejor para enseñarnos magia ofensiva.
-¿Qué…?
Hope casi salto en su sitio aturdida olvidando por completo la cercanía aunque la sifón estaba a segundos de incendiar algo y su hermana era lo único que le detenía de hacerlo.
La pelinegra casi rio por lo bajo al mirar de reojo pero en su lugar lo hizo por la confusión de la loba que comenzaba a negar con su cabeza –Relájate. Es el proyecto en el que trabajaba JoJo y ya convencimos al Dr. Saltzman, solo te necesitamos a ti abordo ¿Qué dices?
Al escucharle Hope se relajó un poco y en cuanto escucho que Josie trabajaba en ello por supuesto que ya había aceptado sin importar la decisión del director aunque eso no evitaría que hablara después con él. Solo para cerciorarse –Okay…
Penélope sonrió brillantemente –Estupendo. Nos reuniremos por la tarde con las chicas y solo discutiremos como organizar horarios porque será un taller por el momento.
La cobriza solo asintió y cuando quiso retroceder fue cuando noto el agarre que continuaba a su alrededor –Penélope… ehm… ¿Puedes soltarme? Necesito tomar una ducha.
-Uy, más humedad –. La bruja sonrió pícaramente y se acercó hasta casi rozar sus labios. Provocando que la loba se tensara y se estirada todo lo posible para alejarse de algún contacto pero sin retroceder realmente. Su lobo se negaba a hacerlo solo gruñía con enojo –¿Necesitas ayuda?
-¿Qué? ¡No! Yo no… No –. La loba carraspeo y se sacudió dejándose vencer y encogiéndose un poco para salir del agarre y retroceder varios pasos hasta que su espalda se topó con la pared –Yo no la necesito pero gracias… ehm… te veo luego.
Sin esperar respuesta solo escapo escaleras arriba con su lobo refunfuñando en su interior pero con su instinto de supervivencia gritando que era lo correcto y que lo hiciera rápido. Quizás porque por el rabillo del ojo creyó ver una flama formándose, no estaba muy segura.
Solo corrió escaleras arriba aunque a un ritmo tranquilo, tratando de no parecer que corría más de lo que lo hacía. Al pie superior de las escaleras, Landon se hallaba de pie con el rostro desencajado y ceño fuertemente fruncido.
-¿Qué pasa? –. Pregunto la cobriza tranquilamente al pasar a su lado.
Landon volteo a verle casi con terror en su rostro –¿Penélope te estaba coqueteando?
-¿Qué? No. Por supuesto que no… solo estaba molestando. Le gusta molestar –. Soltó Hope casi en un bufido al dejar que su lógica dominara su cerebro en lugar de pensarlo demasiado.
-¿Enserio? Porque realmente me lo pareció y a Josie también –. Susurro mirando hacia la bruja que era firmemente sujeta por su hermana que le sifoneaba mientras se interponía en su camino.
Hope quiso voltear pero supuso que era mejor huir aunque claramente escucho antes de correr a su habitación…
-Jo, no puedes asarla… papá ya conoce tu movimiento. Te buscaremos uno mejor y lo harás más tarde ¿Okay? –. Soltó Lizzie animada.
OxxxOxxxO
El ceño dolorosamente fruncido fue casi una advertencia para cualquiera en el camino. Pasos firmes y aura potente eran lo único que necesitaban sentir para alejarse corriendo aunque no era algo que Hope realmente estuviera notando.
Su atención se concentraba en su teléfono y el silencio que este emanaba. Para su solitaria personalidad era algo común casi toda la semana, de hecho aún se sorprendía cuando los chicos le enviaban mensajes entre semana pero eso era diferente los sábados.
Los sábados su teléfono no dejaba de sonar. Era el día que quizás más hablaba desde que era una niña, era el día en que no se sentía sola porque de una u otra forma su familia estaba a su lado. Llamadas o videollamadas, videojuegos online y proyecciones astrales. Todo para hacerle sentir que no estaba tan sola como había llegado a sentirse y por años había funcionado así que era su día sagrado. Sin importar dónde sus tíos estuvieran o la hora que fuera, ese día llamarían y conversarían durante un largo rato como si estuvieran en el mismo lugar del mundo.
Pero hoy.
Hoy era sábado y no tenía ni un mensaje a pesar de que ya había pasado de la hora de la comida, era tarde para los estándares y no tenía ninguna señal de nadie.
Eso era malo. Su cabeza trataba de no preocuparse pero no podía y su lobo agitado tampoco ayudaba. Quizás llamarían más tarde o mañana, trato de convencerse recordando como todos estaban entusiasmados porque se volviera alfa o consiguiera su super escuadrón.
Si. Quizás eso fuera. Si. Su familia debe pensar que ahora que tiene amigos el domingo es mejor para el día en familia. Si. Debía ser eso. Habían estado molestando con que fuera a fiestas y se desatará así que quizás está era la manera de insinuarle que los sábados se usan para la resaca. Si. Eso era.
Eso era… ¿Cierto?
Trato de aferrarse a ese pensamiento mientras su lobo burbujeaba bajo su piel deseoso de salir y correr, quizás muy rápido y fuerte hasta New Orleans.
Sin fijarse abrió la puerta de la pequeña aula que le prestaron al nuevo club de hechizos avanzados. Con sus ojos aún fluctuando entre azul y dorado miro hacia las menos de quince brujas en el sitio ya sentadas en un círculo; eso incluía a Lizzie, Penélope y Josie que iba dando panfletos con información general de lo que querían y Emma a un lado casi como si estuviera ignorando a las estudiantes aunque era obvio que era la encargada del grupo.
Y ella. De pie en la puerta con sus ojos fijos en la sifón que rehuía su mirar por alguna razón pero no podía evitar seguir buscándole casi rogándole que le mirada y le diera algo de calma. Su lobo lo rogaba y ella, ella lo imploraba pero Josie no respondió.
Se forzó a mantener su vista en las brujas o el suelo y seguir con su tarea casi temblando de enojo y frustración recordando la imagen de su ex sobre la cobriza que no se alejó. No le aparto. Y eso dolió, le hizo darse cuenta casi como un balde de agua fría que le gritó que no eran nada. No lo eran. Se repetía una y otra vez mientras intentaba que las lágrimas no se formaran y le iba dando la espalda a la ilusión.
Hope sintió su corazón siendo apuñalado. No sabía qué hacer. No sabía que había pasado solo sabía que dolía y no entendía nada.
-Oh, llegaste –. Soltó Penélope con una sonrisa a la vez que dejaba su asiento –Ven. Vamos. Siéntate aquí.
El ruido y la voz llamaron la atención de la loba que había bajado la mirada con tristeza pareciendo un pequeño cachorro apaleado. Miro hacia la bruja y le dio una débil sonrisa como respuesta aunque para los estándares fue igual a su sonrisa educada que conocían de toda la vida. Solo Lizzie y Josie lo notaron aunque la segunda apenas y se atrevió a mirarle de reojo.
Penélope camino hasta ella y le tomo de la mano para llevarle hasta el lugar bajo la mirada de todas que se preguntaban cuándo es que se habían vuelto cercanas.
Hope guardo su teléfono en su bolsillo y respiro profundamente antes de sentarse en la silla. Concentrándose solo en el curso y cuál debía ser su papel pero todo se fue al demonio en el instante en que la pelinegra se sentó sobre su regazo, le abrazo el cuello y cruzó las piernas coquetamente sin apartar sus ojos de la loba que se tensó por completo en un segundo.
-Que… ¿Qué estás…? Porque… –. Tartamudeo la cobriza desconcertada mientras la bruja se recargaba cómodamente entre sus brazos y le sonreía.
Penélope se encogió de hombros y soltó con simpleza –No hay más sillas.
Desde el instante en que inicio el movimiento de la bruja, Lizzie sujeto a tu hermana del brazo. Josie sintió como si un rayo le golpeara y todo su cuerpo se calentara en un segundo. Realmente se pusiera a hervir era el mejor termino e instintivamente comenzó a sifonear del suelo con la planta de sus pies a la vez que su hermana desesperada succionaba de su brazo sujeto.
El hechizo estaba en la punta de su lengua y con naturalidad su mano hizo el fluido movimiento de muñeca que quizá manejaba demasiado bien pero antes de que la flama se formara en el aire, Penélope fue elevada en este.
Con simpleza, Hope le sostuvo entre sus brazos y se levantó cargándole como una princesa aunque no hubo cercanía romántica ya que irguió su espalda tanto como le fue posible. Dio la vuelta y dejo a la bruja en la silla con suavidad aunque sin mirarle a la cara en ningún momento y luego le soltó y aunque en ningún momento la pelinegra hizo amago de hacer lo mismo, la loba le obligo con firmeza sujetando sus manos para dejarlas sobre su regazo al liberarse.
-Pero… –. Quiso quejarse antes de que se alejara pero la loba fue más ágil y antes de que dijera algo se apartó un par de pasos por las espaldas de sus compañeras.
-Para quien se lo pregunta, yo seré solo una consultora y quizás una tutora que les ayudara con ciertos temas pero en su mayoría ustedes investigaran los hechizos que les interesen. La profesora Tig estará aquí en cada reunión para ayudarles con el control, por favor no practiquen fuera sin supervisión o solas, algunos hechizos conllevan mucha magia o control y en caso de fallar pueden causar explosiones o herirse a ustedes mismas. No queremos eso…
Mientras hablaba, Hope fue caminando hasta llegar a espaldas de Josie y le dio un guiño juguetón cuando esta volteo a verle desconcertada al cubrir su mano con la propia para extinguir su hechizo dejando que una calidez se filtrara entre sus pieles. Sus miradas se conectaron y la loba le sonrió suavemente antes de mover su mano dejando que una bocanada de humo espeso escapara de entre su agarre a lo que elevo su ceja burlonamente causando el sonrojo de la morocha que se encogió en su sitio con sus mejillas enrojecidas.
Rio por lo bajo y se dobló para depositar un pequeño beso en el cuello de la bruja que solo se sonrojo más ante la muestra publica aunque eso solo lo noto después de escuchar las exclamaciones a su alrededor pero realmente no se fijó.
-Iak. Deja de babear a mi hermana –. Se quejó Lizzie.
Hope sonrió y se volvió a erguir aunque no siguió caminando. Se recargo en uno de los escritorios que se encontraba tras la morocha –Así que no necesito una silla pero por favor siempre siéntanse libres de hacerme preguntas aunque no asista –. Les dio una mirada amable al resto del grupo y luego volvió su atención a la sifón, pareciendo como si no pudiera mantenerse alejada de ella por más de unos segundos –Ahora. Nuestra linda e intrépida líder debería comenzar.
Josie giro en su silla para poder mirarle y le sonrió con tímida coquetería –Bueno, gracias señorita tutora.
-Un placer, love. Siempre un placer –. Dijo Hope dándole un guiño mientras Lizzie fingía vomitar haciendo reír por lo bajo a varias a la vez que Penélope apretaba sus puños en silencio mirando la íntima interacción de sus miradas que no podían alejarse de la otra pero a la vez sonreía con tristeza.
XoooXoooX
LittleWolf _¿Todo está bien?
LittleKing _Por supuesto, hermanita.
LittleWolf _Entonces ¿Por qué el silencio?
LittleKing _Oh...
_No es nada
_Solo... ya sabes...
_Cosas que hacer. Nuevo viaje y empacar...
_Lo usual. No es nada...
_Relájate ¿Okay?
LittleWolf _¿Cuando esta familia fue capaz de relajarse sin que se acabara el mundo?
_Algo está mal ¡Y no me lo quieres decir!
LittleKing _Hermanita te juro que no pasa nada. Por la garrita.
Little Wolf _Nada de garrita ¡No te creo!
_Dime que está pasando o yo hare mi propio viaje ¡Y conocerás mi garrita!
LittleKing _...
LittleKing Offline.
-Maldito. Sabía que algo está mal –. Soltó Hope con un gruñido bajo a la vez que se sentó de golpe en su cama con su ceño fruncido. Miro hacia el suelo preguntándose qué tan malo era lo que pasaba y si debía hacer algo, como realmente cumplir su palabra y escapar a casa. Soltó un suspiro y dolorosamente miro hacia la puerta mientras escuchaba el lloriqueo de su lobo -Ya sé que no quieres alejarte pero ¿Y si nos necesitan?
Su lobo por supuesto que respondió y se quejó iniciando de esta manera un debate interno lleno de gruñidos y quejidos. Ambos equivocados. Ambos en lo correcto pero sobretodo, ambos de acuerdo. Soltó un molesto bufido y se dejó caer de espaldas en su colchón con sus brazos extendidos como si esperada que en cualquier momento algo le llevara al cielo. Apretó en puños el cobertor y gruño profundamente dejando que sus ojos se volvieran dorados y aunque estaban llenos de ferocidad había un dolor silencio en ellos.
En lo profundo, no podía decidir.
Podía.
La decisión debería ser fácil.
Tan simple...
Pero la sola idea de alejarse más de unos metros de ella, le destrozaba el corazón. Y de la nada pensó en su padre, en su madre que dejo todo por siempre cuidar a la familia y la culpa le golpeo como una marea sin control que le hizo apretar los labios y humedecer sus ojos.
Inhalo profundamente y luego dejo ir el aire de golpe mientras comenzaba a pensar en todas las formas en las que podía conseguir saber lo que pasaba sin tener que dejar la escuela, poniéndose de fecha limite el lunes por la tarde. Si no estaba segura de que su familia estaba a salvo para el lunes, ella se iría.
Al menos así no parecía ni sentía que estaba sobre reaccionando pero aun iría a proteger a los suyos. Y aunque su lobo aulló dolorosamente, no se negó.
De golpe su puerta fue abierta haciéndole saltar en su sitio hasta casi sentarse de nuevo, quedando recargada sobre sus codos con un semblante amable en su rostro a pesar del susto inicial.
-Hola Jo.
La bruja le miro con sus puños y labios apretados formando un lindo puchero, con su cuerpo temblando y su cabeza enloqueciendo bajo los murmullos y las imágenes del día que no dejaban de repetirse. Bajo todos los recuerdos y la necesidad de aferrarse a algo. No algo. Ella sabía perfectamente a que quería aferrarse y el impulso fue tan grande que simplemente tu cuerpo reacciono a subir sobre la cobriza, sentándose en su regazo dejándole entre sus piernas, abrazándole por el cuello con fuerza.
Ocultando las lágrimas de sus miedos entre sus cabellos hasta llegar a la calma de su piel y su dulce aroma que le hizo estremecer.
Hope le aferro entre sus brazos y dejo que se ocultara contra su cuerpo –¿Estas bien? –. La morocha negó en silencio y solo enterró mas su rostro contra su hombro mientras una mano se deslizaba con suave firmeza por su espalda –¿Qué paso?
-No puedo… –. Susurro apenas con voz pero no era necesario que hablara fuerte, la loba le escuchaba perfectamente a ella y su corazón acelerado que poco a poco se fue calmando en su agarre –No puedo dormir sin ti.
-Somos adictivamente mullidos ¿Cierto? –. Soltó la cobriza con su característica sonrisa arrogante.
La sifón rio por lo bajo –Un poco…
La sonrisa abandono su rostro y su mirada se llenó de sinceridad a la vez que respiraba profundamente el dulce perfume de la morocha –Yo también te…
-Pero aunque amo despertar junto a tu lobo. Amo más despertar entre tus brazos –. Dijo Josie a la vez que no podía evitar enterrarse más en el cuello de la cobriza que le imito y soltó un suspiro contra su piel haciéndole estremecer mientras su corazón comenzaba a galopar sonoramente deleitando el oído del lobo –Me gusta cómo me haces sentir cálida y segura –. A pesar de sus manos temblorosas y todo el miedo que vibraba en su cabeza dolorosamente; la morocha se alejó un poco, solo lo suficiente para que sus miradas se encontraran y sus frentes se recargaran cariñosamente –Me encanta tu mirada adormilada que es abrumadoramente sincera –. Sonrió amorosamente provocando que el corazón de la loba se estrujara y su ser por completo temblara mientras olvidaba como respirar –Y cuando tu mente se aclara lo suficiente me hace estremecer ante la suavidad que ocultas el resto del día pero por suerte ahora soy mejor para entender tus silencios.
Hope sonrió suavemente y llevo su mano hasta su mejilla que apenas rozo, como si temiera causarle algún daño pero Josie no le temía en lo más mínimo y como prueba se recargo en el toque –¿Lo eres?
Ella sonrió con seguridad mirándole a los ojos sintiendo como su pecho se estrujaba de una manera molesta, quizás dolorosa pero a la vez tan deliciosa que no pudo evitar disfrutarlo –Lo soy.
-Bien –. Sin darle algún aviso, Hope dio la vuelta y le recostó en la cama con su cuerpo acomodado de la mejor manera para que se tocaran por completo. En ningún momento dejo de mirarle a los ojos, adorándole en silencio –Tu problema tiene una fácil solución, love –. No pudo evitarlo más y acerco sus labios. Rozando fantasmalmente la tersa piel de la mejilla que se iba colorando lentamente a la vez que sus corazones repicaban cada vez con mayor potencia hasta que deposito un beso que prolongo mientras sus ojos se cerraban y grababan la sensación que la otra provocaba en su ser. Aun contra su piel susurro –Quédate.
Josie deslizo su mano desde su nuca por todo su cuello sintiendo como la piel se iba erizando a su paso hasta llegar a su mejilla por la que ascendió lentamente hasta que sus dedos se perdieron entre los cabellos rojizos que siempre había soñado tocar. Entretanto, la loba deslizo sus labios por la piel hasta llegar a sus labios que no se atrevió a robar y se elevó un poco, solo algunos milímetros para que sus miradas se volvieran a encontrar antes de que la tentación le venciera.
-Puedes tener mis brazos siempre que quieras –. Aseguro en un susurro sincero y mirada suave –Quédate y déjame disfrutar de tenerte entre ellos… de apretarte contra mi cuando hayas lanzado todas las mantas al suelo, déjame darte toda la calidez que tengo… déjame aferrarte cuando las pesadillas te persigan y jurarte en susurros que estas segura mientras consuelas a mi corazón al tener la certeza de que lo estas…
La morocha tiro suavemente hasta que sus labios se rozaron en un beso a dos milímetros que les robo el aliento –¿Y si quiero más?
Hope cerro sus ojos y respiro profundamente antes de susurrar –Te pertenezco por completo, Josette Saltzman. Puedes tener lo que desees, con una sonrisa te lo entregare aunque sea mi propia vida.
A la vez, Josie cerro sus ojos y solo pudo soportar dejarle hablar sin siquiera escuchar realmente. No pudo resistir más y tiro apenas un poco para que sus labios se encontraran. A diferencia de la vez anterior que se habían besado, esta vez fue suave y dudosa casi como si temieran romper o herir a la otra. Toques tímidos y lentos donde se mostraban algo más que pasión, algo más cercano al amor y sus mentes se apagaron dejándose solo sentir.
Sentir como sus ritmos cardiacos saltaban sin control, como sus estómagos giraban en vértices sin control y sus manos se aferraban a los cuerpos que comenzaban a arder bajo los toques. Sus cabezas explotaban y sus labios se encontraban una y otra vez, a veces con agresividad casi brutal y otras con suave ternura, queriéndose conocer de todas las formas y maneras posibles.
El aire se perdió y perdieron la batalla contra la mortalidad. Se alejaron solo milímetros, los suficientes para que sus pulmones se volvieran a llenar pero no los suficientes como para poder ver algo más que sus ojos aunque ninguna abrió sus ojos.
A la vez que el contacto termino, el miedo golpe a Josie como una ola helada que le hizo estremecerse provocando que Hope le aferrada cálidamente entre sus brazos. Atándole con seguridad.
Y cuando sus miradas se encontraron, la loba susurro –Quédate…
