Josie odiaba las mañanas pero odiaba más llegar tarde así que sin falta encendía tres alarmas diferentes en su teléfono con separación de 10 o 15 minutos, siempre variando esperando que su cuerpo se sobresaltara por la sorpresa pero por primera vez realmente no quería dejar la cama.
La primera alarma resonó por la habitación, y entre gruñidos y murmullos sin tener completa lucidez se alejó lo mínimo de la cómoda calidez para apagar el infernal ruido. Para la segunda alarma apenas si fue consciente de que el ruido fue silenciado pero para la tercera un gruñido profundo se hizo oír y se obligó a removerse de la cama, apenas logrando recargarse en sus codos antes de que fuera regresada a su sitio con suave firmeza.
Sonrió encantada sin poder evitar volver a acomodarse enseguida pero cuando sus ojos se cerraron volvió a saltar tratando de no caer en el delicioso sueño.
-Hope… alfa tienes que despertar… –. Dijo con voz profunda aterciopelada volteando hacia la cobriza que dormía plácidamente a su lado.
Josie le miro con dulzura. Hipnotizada por su belleza relajada donde su cabello cubría la almohada como un abanico y una pequeña sonrisa casi inexistente llena de satisfacción. Lucho contra el impulso de tocarle y cerciorarse de que fuera real y no solo un producto de sus sueños pero al final fallo, con el mayor de los cuidados y en apenas en un roce, su pulgar se deslizo cariñosamente por su mejilla provocando que la sonrisa durmiente se ampliara.
Sintió como su corazón salto y su estómago dio un vuelco que casi le arranco una risa sonora, queriendo dejar salir toda la alegría que se agolpaba en su interior pero no se lo permitió. En su lugar volvió a decir –Vamos alfa… tus cachorros te necesitan. Despierta…
-No –. Sentencio la loba con una voz profunda que produjo una descarga eléctrica en el pecho de la morocha que de pronto se vio siendo llevada de nuevo a la cama.
Rio por lo bajo y perdió sus dedos entre los cabellos rojizos –¿No?
-No.
-Es hora de moverse –. Dijo con una sonrisa.
Hope se removió en su sitio pero en lugar de levantarse, se acurruco mejor contra el cuerpo de la morocha que realmente no le rechazo y le dejo que se recostara en su pecho hasta que sus labios llegaron a rozar su cuello. Un ronroneo satisfecho y alargado se hizo oír mientras la loba se restregaba cariñosamente a la vez que Josie reía suavemente y le rodeaba entre sus brazos.
-No me refería a esto, sabes –. Pregunto sonriendo.
-Yo sé… –. Susurro la cobriza sonriendo y deposito un suave beso sobre el cuello de la sifón.
Josie soltó un profundo suspiro y sonrió tontamente a la vez que sus dedos no dejaban de pasar por los cabellos de la loba que ronroneaba suavemente y le retornaba la caricia con el pasar de la punta de su nariz por lo largo de su cuello.
Logrando que las ganas de dejar la habitación se fueran perdiendo hasta que ambas llegaron tarde a su primera clase.
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Hope tamborileaba su rodilla con sus ojos fijos en el reloj sobre la pizarra donde no tenía idea de que decía. Su lobo y ella misma ansiaba volver a tener a la sifón entre sus brazos y poder robarle aunque sea unos minutos, solo algo para poder sobrevivir a su siguiente clase sin escapar a la mitad para secuestrarle y llevarle a algún lugar donde pudieran disfrutar su tiempo juntas. Quizás volver a abrazarse, y si tuviera el valor, volver a probar sus suaves labios que le atormentaban a cada momento.
Salto fuera de sus pensamientos en cuanto el timbre sonó y sin importar nada se colgó el bolso al hombro y salió corriendo de su aula para apresurarse hacia la de Josie. Por suerte, estaba cerca y así no tuvo que esquivar a demasiados lobos en su camino. Con su pulso acelerado se detuvo fuera del aula básicamente derrapando y sonrió ampliamente al instante que sus ojos se fijaron en la morena que tranquilamente andaba hacia ella y cuando sus miradas se unieron el mundo dejo de importar.
-Basta de sonrisas tontas –. Se quejó Lizzie rodando los ojos a un lado de su hermana que básicamente salto en su sitio al olvidar que estaba ahí. Coloco su mano en su hombro y le empujo –Chop chop Josie.
Josie se dejó hacer con mejillas coloradas y se acercó a la cobriza junto a su hermana que bufo sonoramente al ver la sonrisa tonta que la loba le daba a la morocha que le retorno el gesto a la vez que se paraba a su lado. Poco a poco los chicos se fueron uniendo a ellas y comenzaron una conversación mientras avanzaban juntos por el pasillo para ir a sus siguientes clases. Ignorando como Hope se deslizaba junto a Josie depositando un beso secreto bajo su oreja, sonriéndole suavemente mientras le tomaba su mano y entrecruzaban dedos.
-¿Cómo va el baile? –. Pregunto MG.
Lizzie soltó un suspiro frustrado –Mal. No encuentro la perfecta idea para la decoración… tiene que ser elegante y extravagante por igual –. Dijo puntuando con sus manos que luego dejo caer –Es tan difícil no caer en algo ya visto.
Hope rodo los ojos y asintió sonriendo –Por supuesto lo harás extravagante.
La rubia le sonrió satisfecha con fingida amabilidad –Hay Felpudo, los elogios son lindos pero ni creas que olvidaré que mi hermana no durmió de nuevo en su cama.
Gruñendo por lo bajo, Hope le miro con ojos entrecerrados junto a Josie que se sonrojo tanto que se volvió visible desde el otro lado del pasillo.
Kaleb sonrió con picares volteando hacia la pareja al igual que los demás que sonreían por lo bajo –¿Hay algo que debamos saber?
-No de tu incumbencia –. Gruño Hope con ojos encendidos acechando a su amigo que enseguida levanto las manos y se alejó algunos pasos mientras los demás fingían ignorancia y casi silbaban mirando a otro lado.
-Tranquila… yo solo… ok. No importa… debemos irnos –. Soltó atropelladamente el vampiro mientras palmeaba el aire hasta que sujeto a MG por el hombro y sin más desaparecer en un borrón.
Los demás comenzaron a reír mientras Hope soltaba un resoplido y lanzaba su cabello hacia atrás en un fluido movimiento elegante con mirar arrogante. Robando por completo la atención de Josie y varios latidos junto con algunas gotas de baba hasta que su estómago se revolvió cuando la cobriza le dio un juguetón guiño.
Lizzie rodo los ojos al ver a su hermana y se encogió de hombros –Como sea. Necesito ideas –. Volteo hacia los demás que les miraron confusos –¡Vamos! Ideas.
Todos dieron un salto en su sitio, aturdidos pero aun así se apresuraron a pensar en algo para ayudar a la rubia que pasaba su mirada por cada uno de sus rostros mientras con brazos cruzados sobre su abdomen tamborileaba su dedo con impaciencia.
La morena le miro –Quizás deberías empezar con lo básico. Uniste navidad y acción de gracias, mira su decoración.
La rubia hizo una mueca de aversión despectiva –No pienso colgar ningún pavo.
Su hermana rio negando –No me refiero a eso. Elige las cosas favoritas como las luces y el árbol de navidad.
-Oh… entiendo hermanita –. Asintió pensando en ello detenidamente y pronto sonrió satisfecha –Si. Si. Es un comienzo.
Jed elevó su mano con duda encogiéndose al verse bajo la mirada de la rubia que asintió secamente dándole la palabra –¿Quizás el pavo como piñata…? Digo, para los más pequeños.
La sifón que había hecho una gran mueca de disgusto pronto frunció su ceño y comenzó a asentir a la vez que una sonrisa tierna se le escapaba –Si. Si. Scrappy me gusta tu idea. El baile es para los grandes pero los pequeños también merecen divertirse. A Pedro le encantará.
Jed suspiro aliviado haciendo reír por lo bajo a su alfa que le palmeo la espalda dándole cierto consuelo.
Raphael le dio una sonrisa a la rubia al detenerse frente a su aula –Bueno, yo no tengo mucha experiencia en fiestas familiares y eso así que no puedo dar muchas ideas pero te ayudaré en lo que sea que necesites, Liz.
La rubia le sonrió suavemente mientras su hermana y la cobriza les miraban con suspicacia y una que otra sonrisa secreta con cierta picares que solo se comunicaron entre ellas.
-Nos vemos más tarde –. Soltó Jed rompiendo el momento sin darse cuenta para luego mirar hacia su alfa con cierta duda. Tenían clase juntos pero Hope negó provocando que los lobos se encogieran y soltaran pequeños quejidos llorosos a los que esta negó en silencio y palmeo sus espaldas acariciándoles un poco.
-Vayan. Ahora vuelvo.
Los lobos asintieron cabizbajos a las palabras de su alfa y se despidieron en silencio de las brujas para luego entrar al aula. Las chicas siguieron su andar sin que la cobriza hiciera amago de soltar a la morena que iba feliz a su lado casi abrazando su brazo.
-Dime Felpudo –. Soltó Lizzie de la nada mirándole de reojo –¿A dónde piensas que vas?
-A dejar a Josie a su clase, por supuesto –. Dijo como si nada pero al sentir el salto sorprendido de la morena volteo a verle con timidez y hasta sonrojándose levemente –Bueno, si quieres y no te molesta.
Josie se sonrojo por completo bajando su mirada con timidez a la vez que metía un mechón de cabello tras su oreja pero pronto respondió animada y quizás demasiado entusiasta añadiéndole un poco más de color a sus mejillas mientras Hope sonreía feliz –Claro que no. Me encantas… digo, me encanta tu compañía.
Lizzie soltó un bufido al escuchar el tartamudeo de su hermana y por un momento estuvo a punto de reír, en especial cuando vio a esta y la loba sonrojadas por completo rehuyendo de sus miradas –Dios… –. Suspiro frustrada –Eso supongo, sino no entiendo porque sigues desapareciendo con ella.
La morena miro de mala manera a su hermana a la vez que exclamaba –¡Ya dije que me gusta su compañía!
La sifón sonrió con picares y se encogió de hombro con indiferencia –Y yo hablaba de que ella te encanta pero da igual.
Su hermana se mordió el labio mientras intentaba no golpear a la rubia a la vez que comenzaba a sentir hasta sus orejas hirviendo –Tu… t-tu… yo… yo no…
Lizzie le encaro con una sonrisa llena de suficiencia –¿Tú no qué? ¿No te encanta? ¿La odias entonces?
Hope sintió como la morena se removía acorralada y no pudo evitar interferir saltando frente a ellas al detenerse junto a su aula –Bueno ya. Lizzie deja el tema y no molestes a Josie.
La sifón le sonrió suavemente con agradecimiento y la cobriza no pudo evitar sonrojarse un poco ante el afecto en los ojos caobas que le robaron un suspiro silencio casi tembloroso.
-Bien… –. La rubia rodo los ojos y respondió con aburrición fingiendo que no le molestaba pero pronto fijo su atención en la loba. Sonrió con malicia a la vez que entrecerraba sus ojos –Entonces Felpudo… ¿Alguna razón en particular para robarte a mi hermana cada noche o solo tu caseta es muy fría?
La loba gruño por lo bajo con fiereza protectora que fue ignorado a la vez que rodaba sus ojos –Me niego a darte el gusto de responder. Usaras lo que sea.
-Cierto pero tú silencio lastima a Josie –. Soltó Lizzie con superioridad.
De inmediato la cobriza dejo de ponerle atención para mirar hacia la morena que bajo su mirada para ocultar su culpa y apretó sus labios en un puchero lindo. Hope enseguida acorto el espacio entre ellas y de nuevo tomo su mano sin dudar, entrecruzando sus dedos y mirándole suavemente.
-No. Sabes que me encantas y me encanta pasar tiempo contigo… dormir contigo entre mis brazos vuelve mi cama el mejor lugar del mundo –. Susurró sintiendo como su corazón enloquecía al ver la sonrisa que iba brillando con más y más intensidad en la sifón que apretó su agarre.
Lizzie acercó su rostro hacia los de ellas que se habían estado acercando sin que lo notaran y la intensión en su mirar era evidente. Susurro con voz baja pero firme –No te atrevas a clavarle tus colmillos o te teñiré el pelaje de rosa chicle.
Las chicas dieron un salto ante la interrupción y el tono tenebroso pero se negaron a soltar su agarre. La loba gruño hacia la rubia que rio por lo bajo, disfrutando de haber roto el momento.
-Ese es un detestable color. Mejor escúchala, querida.
Hope giro de prisa al escuchar la lejana pero clara voz que vino de la aparente nada y sus ojos se abrieron de sobremanera al ver a su tía caminando hacia ellas. Con su usual ritmo elegante que resonaba gracias a sus tacones de aguja y vestido ajustado que delineaba perfectamente sus curvas mientras una sonrisa arrogante y sin duda patentada como propiedad familiar fue dirigió hacia las brujas.
Las bocas de las mellizas cayeron al ver a Rebekah Mikaelson desfilando por el pasillo como una super modelo que miro hacia su sobrina antes de que esta corriera a lanzarse contra ella. Escondiéndose entre los brazos de su tía que le aferro y acaricio su cabeza lentamente con su mejillas.
-Mi lobo más pequeña, te extrañado tanto –. Susurro la mayor con afecto.
-Y yo a ti, tía Bex. Siempre –. Afirmo la cobriza apretándole un poco más.
-Oh, cariño –. Rebekah apretó un poco más su agarre y se obligó a no dejar que sus lágrimas acumuladas cayeran pero pronto sonrió a la vez que se alejaban para verse mejor –Pero mírate. Cómo has crecido.
-No le mienta… –. Susurró Lizzie sin poder evitarlo.
Josie enseguida miro con pánico a su hermana que se golpeó los labios al cubrirlos con rapidez justo cuando la Mikaelson mayor fijo su atención en ellas.
Rebekah entrecerró sus ojos mirándoles pero volvió a sonreír suavemente cuando su sobrina se alejó por completo. Volvió su atención a ella y acaricio su mejilla para luego pasar sus dedos por sus cabellos y los peino correctamente.
-Tan hermosa… sin duda mi parte de los genes –. Afirmo con orgullo la mujer. Hope rodo los ojos pero su sonrisa sigo brillando con intensidad.
-Lástima que no heredo el buen gusto –. Soltó de nuevo Lizzie sin querer poniéndose pálida.
-Lizzie –. Grito bajo Josie reprendiéndole con voz chillona llena de pánico y cara de sufrimiento.
Rebekah le miro y elevó una ceja cuestionándole en silencio o al menos eso entendió Lizzie que salto en su sitio.
-Lo siento. Lo siento pero es que las blusas de cuello V en una gama de colores oscuros no cuentan como buen gusto y tú vestido es precioso. Me encantan tus zapatillas y ¿Crees que me prestarías tu bolso? Iría de maravilla con un mono que tengo –. Soltó rápidamente sin filtro en un segundo.
Josie tuvo que saltar a cubrirle la boca, aferrándole entre sus brazos hasta el punto que parecía que quería asesinarla pero no se preocupó de ello y solo sonrió tensamente hacia la mujer –Lo siento.
Rebekah les miro por un momento con seriedad pero luego soltó una carcajada –Deben ser las hijas de Caroline. Ella tampoco se corta mucho en sus pensamientos y si querida, podría prestarte mis atuendos pero mejor consigamos algo que te ajuste perfecto. Vamos.
Giro con elegante fluidez casi como si bailará y volvió por sus pasos con la misma confianza arrebatadora que robó el suspiro de un lobo retrasado que se detuvo ante su paso para recibir un guiño como agradecimiento que le provocó enseguida una sonrisa tonta. Todo ante las miradas de las chicas que estaban perdidas en la intensidad de su presencia excepto Hope que sonreía orgullosamente a la vez que negaba en silencio.
Rebekah avanzó por varios metros hasta que se detuvo abruptamente y sin voltear frunció su ceño un segundo para luego elevar su ceja al girar hacia ellas –¿Qué esperan?
La cobriza se removió en sitio, deseosa por ir con su tía pero sin el suficiente deseo de abandonar a la morocha por quién sabe cuánto tiempo sabiendo bien que su tía tenía tendencia a secuestrarle por todo el día, o semana.
-Yo…
-Tenemos clase… –. Susurró Josie mirándole con cierto nerviosismo y temor. Instintivamente bajando su mirada hacia su uniforme que aunque lindo por supuesto no iría a la par de lo que la mayor Mikaelson al menos pudiera considerar decente.
Deseando con todas sus fuerzas tener el tiempo de prepararse para estar más de unos segundos con ella, no porque fuera genial y eso sino porque era la tía de Hope y realmente quería ser aceptada por ella. No sabía exactamente dónde estaba con la loba pero sabía que su familia y su opinión importaban lo suficiente, y en el fondo a ella misma lo hacía. Le importaba. Quería sentirse suficiente.
Lizzie sin pensar guardo los libros de su clase en su bolso para luego comenzar a andar hacia la mujer con una sonrisa –Ok.
-¡¿Eh?! –. Soltó la cobriza por lo bajo al verle tan contenta pasar a su lado.
Instintivamente su hermana dio pequeños pasos siguiéndole pero no demasiado. Miro a su alrededor con precaución –Pero… ¿Y papá?
La pregunta iba más hacia su hermana pero en su lugar, Rebekah le dio una sonrisa dulce –Tranquila querida. Yo lidiare con Alaric… –. Su sonrisa pronto se llenó de enojo reprimido aunque eso no le hizo perder belleza –A fin, tenemos una conversación pendiente.
Hope se encogió en su sitio como una niña pequeña al escuchar el tono serio de su tía que paso sus ojos por ella. Ni siquiera tenía que pensar de que iba a ir la conversación y el pánico se filtró en su rostro cuando una sonrisa suspicaz brillo en el rostro de la mujer.
Ellos sabían de Josie.
Volteo hacia la morena rogándole que huyera mientras casi se preparaba para saltar sobre su tía y que no le atrapará para atormentarme aunque ni siquiera estaba segura de tener la razón.
Entonces Rebekah le sonrió con malicia pícara mal ocultada –Apresúrate cariño. Nos esperan en la mansión.
Su lobo soltó un gruñido que realmente se escuchó más como un quejido y su instinto se disparó para tomar entre sus brazos a la sifón y correr como había imaginado hace menos de unos minutos pero ya no tan feliz. Sutilmente se acercó a ella pero su tía reaccionó para en un borrón estar a su lado colocando su mano sobre su hombro que se dejó caer al instante.
Atrapada, así es como se sentía y solo pudo dejar caer sus hombros, la mirada y soltar un suspiro. Luciendo básicamente como una niña pequeña en camino a ver al director, quien diría que en el fondo lo prefería mil veces.
Las mellizas le miraron confundidas, bueno, Josie. Lizzie realmente se rio por lo bajo suponiendo que lo que vendría sería entretenido.
Rebekah tranquilamente enrolló sus brazos con las mellizas que no habían discutido para volver a iniciar su caminata hacía afuera. Casi asegurándose de que no fueran a escapar, en especial Josie que no dejaba de voltear hacia la cobriza que les seguía a regañadientes.
Y cuando sus miradas se unieron estuvo bastante segura de que está le había susurrado una disculpa que hizo que todos sus instintos de supervivencia se encendieran pero ya era tarde. La limosina ya estaba ante ellas y sin pensar Lizzie se deslizó al interior con una risa entusiasta mientras ya conversaba con la mujer que le dio el paso, mirándole fijamente a la vez que entraba lloriqueando y maldiciendo a su hermana casi por igual.
Por supuesto, Lizzie ignoro su puchero lloroso y sonrió satisfecha mientras le daba un trago a su copa de champagne lleno de jugo de naranja recién exprimido.
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La mansión Mikaelson era justo eso. Una mansión de preciosos acabados incluso en la fachada que era lo único que veían por el momento. La anterior vez que habían estado en el sitio no habían tenido el tiempo o la atención, al menos Josie no pero ahora en relativa calma y a la luz del día el sitio le pareció sacado de una revista de ricos y poderosos porque justamente eso era lo que gritaba la edificación clásica.
Hope piso el césped retrocediendo unos pasos por lo bajo sintiendo como la presión de los recuerdos le golpeaban. La sangre y el dolor estaban casi en el aire, y sintió su cuerpo tensarse a la vez que inhalaba profundamente tratando de alejar el malestar.
Josie volteo a verle y al notar su palidez le dio una mirada preocupada que está trato de borrar con una sonrisa que pareció más una mueca que gritaba que necesitaba correr lejos o un abrazo. Algo que la bruja estaba más que dispuesta a hacer aunque la presencia de Rebekah le intimida un poco pero nada le importo al ver cómo la loba miraba el sitio pero antes de que pudiera está desapareció en un borrón.
Soltó un gritillo alarmado pero pronto a los metros la cobriza volvió a aparecer girando en el césped con un hombre que le sujetaba. Trato de tomar magia del suelo y maldijo al sentir que estaba bloqueada pero aun así avanzó hacia ellos que se revolvían en el suelo hasta que una mano se posó en su hombro haciéndole detenerse aunque instintivamente sifoneo magia en cuanto lo sintió.
-Tranquila querida –. Dijo Rebekah mirando a la pareja en el suelo con una sonrisa cariñosa que fue visible de reojo por la bruja.
Josie volvió su mirada con duda pero pronto escucho las risas entre los golpes y empujones. Básicamente era como ver a dos cachorros peleando juguetonamente aunque golpeándose con la fuerza suficiente como para que se escuchará con claridad.
El momento termino y en el césped quedó Hope tumbada boca arriba respirando agitadamente con una sonrisa iluminando su rostro. Relajada y casi habiendo olvidado lo malo que jugueteaba en su mente por algo mejor. La calidez de su familia. Volteo a ver al hombre a su lado que también sonreía mirándole.
-Mírate pequeña. Tan ruda –. Soltó Marcel con orgullo en su mirar.
-Por supuesto que lo es –. Afirmo Rebekah con una sonrisa –Pero amor, por favor no le ensucies su lindo uniforme escolar. No tengo una foto aún.
Hope giro los ojos a la vez que Marcel asentía obedientemente y elevaba sus manos mientras se sentaba para luego volver a desaparecer y encontrarse junto a su esposa a la que beso en la mejilla.
Josie a la vez corrió hacia la cobriza que le sonrió negando asegurándole que estaba bien y se puso de pie de un salto sacudiendo su trasero.
-Josie. Lizzie… les presento a mi hermano, Marcel Gerard –. Dijo está con afecto.
El hombre se movió enseguida y se encontró frente a Lizzie que atontada le dio su mano cuando se la pidieron sutilmente. Haciéndole sonreír y sonrojarse un poco cuando un beso fue depositado en sus nudillos.
Marcel volteo y en un instante apareció frente a Josie pero antes de siquiera elevar su mano en petición recibió un profundo gruñido que le hizo sonreír sin detenerle. En cuanto hizo su movimiento, su muñeca fue firmemente sujetada y doblada hacia fuera incómodamente provocando que su cuerpo se ladera un poco sin que su sonrisa se borrará.
-Demasiado posesiva –. Soltó burlonamente.
Hope que ahora se interponía en su camino hacia la bruja le sonrió con molestia –No quieres probarlo.
Marcel soltó una carcajada y retrocedió varios pasos cuando fue empujado por su hermana que le miro con ojos entrecerrados pero le ignoro pasando su mirada por la sifón que se removió tímidamente tras la loba. Le sonrió con amabilidad y le dio una reverencia –Un placer… cuñadita.
Lo último lo susurró por lo bajo pero por supuesto fue oído por Rebekah que soltó una carcajada y por Hope que se sonrojo de sobremanera a la vez que gruñía para luego salir corriendo hacia el vampiro que huyó.
Rebekah negó en silencio sin borrar su sonrisa –Vamos queridas. No se preocupen por lo niños, ahora nos alcanzan.
Las mellizas instintivamente reaccionaron a seguir a la mujer en cuanto está comenzó a andar. Josie corriendo un poco hasta situarse junto a su hermana que sujeto su mano en silencio y le dio una sonrisa tranquilizadora cuando le miro.
Al ver hacia las puertas principales, la morena casi detuvo sus pasos al encontrarse con dos personas que no habían estado ahí antes. Reconociéndoles al instante, estaban en sus libros. Davina Claire, una de las brujas más poderosas e importantes en la actualidad y, Kol Mikaelson, el hermano menor de la familia original que era famoso por su impulsividad y crueldad. Aunque en ese momento ninguno parecía una leyenda viviente, ambos sonreían suavemente mirando hacia donde Hope aún jugueteaba con su hermano.
-Bienvenidas –. Dijo Davina con una sonrisa cuando sus pies tocaron los escalones del pórtico.
-Hola –. Saludo la sifón rubia enseguida con una sonrisa segura en su rostro –Lizzie…
-Y yo soy Josie Saltzman –. Saludo la morocha tratando de igualar la tranquilidad de su hermana aunque su voz salió un poco más tímida de lo que hubiera deseado.
-Oh, las pequeñas de la rubiecita –. Soltó Kol mirándoles con una sonrisa pícara –Veo el parecido… Las hijas de una de mis asesinas siempre serán bienvenidas en mi casa.
Las mellizas se encogieron incómodas en un segundo a lo que la sonrisa del vampiro se amplió, bueno, hasta que fue golpeado por su esposa.
-Déjalas en paz y no las asustes –. Le reprendió Davina.
Kol soltó una carcajada –Estoy jugando –. Les miro con picares –Relájense ¿Saben cuántas personas me han matado? Si pudiera recordarlas a todas no hablaría con nadie en el mundo.
-A mamá la recuerdas –. Soltó Lizzie sin pensar sintiendo con claridad como su hermana quería golpearla a la vez que volteo a verle con reprimenda que solo le hizo encogerse en su sitio.
El vampiro no dejo su sonrisa que se llenó de suspicacia –Por supuesto. ¿Cómo podría olvidar a la domadora de mi hermano? –. Dijo encogiéndose de hombros entonces sus ojos se clavaron en Josie –Es casi irónico… –. Susurró por lo bajo pero aún lo suficientemente alto para ser oído recibiendo enseguida un nuevo golpe de su esposa que le hizo reír –Pero vamos dentro. Conversemos un poco… quizás ustedes puedan decirme porque su padre sigue siendo director con tantas fallas, o quizá solo es temerario y le gusta probar nuestros límites.
En su tono fue evidente la molestia que volvió a hacer encogerse a las mellizas que se miraron entre ellas con duda.
-No es temerario, solo me tiene más miedo a mí –. Soltó Hope con firmeza situándose entre su familia y las mellizas. Dejándoles a su espalda protectoramente.
Kol le miro con sonrisa ladeada –Entonces deberíamos, quizás ¿Recordarle quiénes somos?
La cobriza le regreso el gesto –Y aun así yo sigo dando más miedo. Ya te mataron una vez, recuerdas. Realmente no tengo ganas de un hechizo para regresarte.
Las mellizas se tensaron al escuchar el intercambio.
-Pequeña rufián –. Soltó abriendo sus brazos dónde pronto Hope se encontró resguardada –Demasiado de tu padre en ti.
La cobriza rio por lo bajo mientras las chicas soltaban un suspiro de alivio al unísono.
-Vamos. Vamos dentro y conversemos –. Soltó animadamente el vampiro sin dejar ir a la loba que se dejó hacer aunque volteo a ver a la morena que le sonrió suavemente tratando de asegurarle que estaba bien.
Entraron al sitio y Josie paso sus ojos por el al igual que su hermana que con confianza paso hasta la sala junto a los demás como si fuera su casa. Pinturas decoraban los muros blanquecinos dándoles el toque de color necesario junto algunas estatuas de mármol que decoraban principalmente el vestíbulo pero no se detuvo a admirarlos sino que se apresuró a imitar a su hermana que se hallaba cómodamente sentada en un sillón de doble plaza.
Hope pronto se encontró a su lado, acomodándose sobre el brazo del mueble mientras conversaba tranquilamente con Davina que les sonreía.
Kol se sirvió una copa de bourbon y tomo otra de jugo para su esposa mientras una ayudante ya se deslizaba por el sitio ofreciéndole tragos a todos.
Se acercó a Davina que acepto su copa y beso su mejilla en agradecimiento haciéndole sonreír feliz pero pronto esto se borró del rostro del vampiro que miro hacías las jóvenes aunque pareciera que solo se concentraba en su sobrina.
-Bien… ahora alguien puede explicarme ¿Qué carajos paso y por qué no nos enteramos hasta semanas después? –. Su voz aunque tranquila mostraba la misma seriedad y enojo que su mirada.
Las mellizas y Hope se encogieron en su sitio. Por un momento, la cobriza pensó en de nuevo bromear pero al ver su mirada sabía que no era el momento y su familia estaba realmente molesta según decía su silencio.
-Fue mi culpa… lo siento –. Susurró.
Kol le miro y apretó sus labios antes de darse la vuelta y negar en silencio.
Todos siempre le habían descrito como el bromista, el impulsivo e irresponsable. Realmente lo era no lo negaba pero varias cosas habían cambiado desde que sus hermanos se habían ido definitivamente, y su personalidad fue algo de ello. Con demasiada nitidez recordó como estos le habían pedido solo una cosa y eso era estar ahí para su sobrina. La pequeña que debía cargar con tanto cuando aún era una niña.
Una niña. La palabra retumbó en su cabeza haciéndole enfurecer contra todo y todos.
-No quieras tomar la culpa… la tienes pero en este momento estoy pensando más en los adultos que se suponen deben cuidarte y en su lugar no han dejado de fallar una y otra vez –. Soltó con fiereza –Un director inútil. Profesores ignorantes y hasta Freya y Keelin con las que aún no les termino de gritar
Hope dejo su asiento –Ellos no… yo…
-¡Tú nada! –. Exclamó Kol haciendo a las mellizas saltar en su sitio y a su sobrina mirarle con culpabilidad –No es posible que simplemente acepten tus palabras y órdenes sin pensar ¿Qué tan irresponsables son? Eres una niña y ellos las figuras de autoridad… ¡¿Cómo se les ocurrió que simplemente podían callarse cuando estás en peligro?! ¡De nuevo!
Hope sabía de dónde venía el enojo y sin mirar sabía que el resto pensaba de la misma manera.
Los Mikaelson básicamente habían enloquecido al saber que habían perdido a su sobrina y no lo habían sabido. Habían estado a segundos de destrozar a Alaric y la escuela pero ella les había convencido que no lo hicieran. Luchando un poco más para que le dejaran volver pero sabiéndose vigilada más de cerca y aun así volvió a hacerlo. Volvió a ignorar su opinión y se puso en peligro. Sabía cuánto les dolía más que molestar, quizás un síntoma de la perdida de sus padres y tío pero no podía evitarlo. Dejarlos fuera nunca fue por falta de confianza sino por la necesidad de protegerles, al menos de Malivore, está vez sería más difícil de explicar.
-Esto no puede seguir así –. Gruño Kol llamándole de vuelta al momento –Estoy harto de que estés en peligro a cada semestre y que el idiota de tu director crea que está bien y es normal.
-No –. Soltó Hope enseguida dando un paso al frente –Realmente fue mi culpa está vez –. Bajo la mirada recordando todo, sintiendo como aunque divertido y cálido había cosas que aún le pesaban. Una en especial y une mueca dolorosa y frustrada se filtró en su rostro –Yo… creí que no era nada tan importante.
Kol apretó su copa hasta hacer el cristal crujir –¿No tan importante…? Hope perdiste el control de tu lobo que eventualmente se escapó sin dejarte volver hasta que estuvo complacido. ¿Sabes lo cerca que estuviste de perder tu conciencia humana?
-Lo sé… –. Susurró la cobriza negándose a mirar a Josie que se tensó al escucharlo y apretando sus labios preocupada aunque deseosa de hablar.
-No lo parece y además de todo ello, mataste. Te enfrentaste a armas que casi te matan ¡Ni siquiera sabemos que pudo haber ocurrido si te convirtieras sin tener conciencia humana! –. Exclamó Kol haciendo que su sobrina se encogiera en su sitio –Esa escuela no te ha protegido ni un poco. No sirve de nada… sería mejor que vuelvas con nosotros. Te enseñaríamos más y sin duda te protegeríamos mejor ¡Y sabríamos si algo va mal!
Josie sintió que perdió fuerzas al escucharle. Se querían llevar a Hope. Se la querían llevar y sin duda no le dejarían volver. Enseguida la tristeza y dolor de solo imaginarlo le robó el aliento inyectando le fuerza para lanzarse a pelear aunque sin saber cómo pero pronto sintió como su hermana apretaba su agarre en su mano y al voltear a verle está negó en silencio asegurándole a su asiento.
-No me iré –. Dijo Hope con firmeza encarando a su tío que bufo –Ya te dije que fue mi culpa. Yo no creí que fuera necesario.
-¿Es así? Explicamos cómo llegaste a esa conclusión, señorita –. Su tío le miro con seriedad esperando encontrar porque su sobrina no dejaba de empujarles. A todos les dolía ello y no lo entendían.
Hope desvío un poco su mirada –Yo… bueno, ya sabes cómo se pone Rick con ustedes cerca y ustedes siempre llegan gritando y eso… además no había nada que pudieran hacer realmente.
-Déjate de tonterías y di la verdad –. Gruño Kol reconociendo las señales de la mentira.
Hope bajo su mirada ante la seria de su tío –Y-yo… yo no quería molestarles. Ustedes tienen su vida y así…
El vampiro soltó un suspiro negando en silencio. Tomándose un momento para pensar antes de acercarse para poner sus manos en los hombros de su sobrina a la vez que doblaba un poco sus rodillas para que le mirada –Hope jamás nos molestarías ni aunque fuera una tontería… eres nuestro pequeño gran tesoro. Nuestra princesa Mikaelson ¿Recuerdas? Sin importar si tengo que cruzar mares o el mismo infierno siempre vendré a estar a tu lado. Siempre y para siempre, mi pequeña rufián.
Con ojos húmedos la cobriza se lanzó a los brazos de su tío que le aferró cariñosa pero sobretodo protectoramente. Perdiendo parte de su enojo pero no por completo, asegurándose de guardar el suficiente para gritar después al que tanto deseaba destrozar desde hace meses. Recargo su mejilla en los cabellos cobrizos y suspiro sin dejarle ir tratando de darle todo el afecto que era posible para fijar en su gruesa cabeza que estaban ahí. Siempre lo estarían.
Su mirada fue hacia las mellizas a las que escudriño en secreto. Estás lo notaron y se removieron incómodas, Josie se encogió un poco en su sitio pero Lizzie se irguió orgullosa y casi defensiva contra el vampiro que sonrió.
-Lo siento, tío Kol –. Susurró la cobriza llamándose su atención –Realmente creí que no era nada y que podía hacerme cargo. Yo no quiero que vivan preocupados por mí, al fin están en paz y quiero que sean felices.
Kol sonrió con dulzura sin poder evitar recordar a la pequeña que aun cuando no tenía demasiados años intentaba protegerles –Cariño, nuestro trabajo es preocuparnos. Tienes el poder de tener el mundo a tus pies pero aún si lo hicieras nuestro trabajo siempre será el protegerte. No porque sea nuestra obligación sino porque eres lo que más amamos. Nuestro legado. Así que te ruego dejes de pelear contra ello y solo nos dejes hacerlo… viviremos felices siempre que sepamos que tú también lo eres.
Ella asintió en silencio contra su pecho y le apretó un poco más sin poder evitar que su cabeza fuera aún recuerdo fresco. Se alejó de ello y susurro –No quiero irme.
El vampiro suspiro y miro hacia su hermana que sonrió mirando a su sobrina con ternura. Ambos sintiendo como todas sus buenas razones para llevársela lejos se desmoronaban ante su petición suave que sonó casi infantil quizás adecuada para su edad que siempre olvidaba gracias a su madurez.
Rebekah asintió en silencio luego de dar un suspiro profundo casi doloroso que Marcel pronto consoló abrazándole desde su espalda. El también asintió sin dudar y Davina pronto le imito sin necesidad de audición mejorada para saber de lo que hablaban en silencio. Estos últimos completamente seguros de que tener a la pequeña de la familia en New Orleans solo podría traerle más problemas de los que ya había tenido con los lobos y brujas del lugar buscándole con buenos o malos motivos. Al menos en la escuela estaban seguros de que no era perseguida por su poder.
-Está bien –. Soltó Kol lo suficientemente alto como para que hasta las mellizas lo escucharán confusas.
La loba se alejó de golpe para mirarlo –¿Está bien?
Rebekah se acercó y paso la mano por su cabeza cariñosamente haciendo que le mirada. Le sonrió suavemente –Está bien.
Marcel que también se había aproximado colocó su mano en lo bajo de su cintura y le sonrió –Pero habrá nuevas reglas, jovencita.
Davina tomo su mano y le dio un apretón a la vez que se recargaba en el hombro de su esposo –Y será mejor que las cumplas o te juro que todos nos mudaremos.
Hope sonrió ampliamente volteando a ver a cada uno buscando señales de mentira y al no encontrarlo se lanzó de nuevo a los brazos de su tío para luego pasar por todos los demás.
-¡Si! Si. Me portare bien y prometo ya no meterme en problemas.
-Y… –. Agrego Rebekah.
-Y si lo hago les diré enseguida –. Soltó la cobriza rodando los ojos.
Josie enseguida entendió y sonrió feliz haciendo que la emoción vibra por todo su cuerpo hasta hacer saltar a su hermana que casi se atragantó con su trago de jugo.
Al escucharle, Kol les miro sonriendo –Bueno, ahora deberíamos pasar a disfrutar el día y conocer a las nuevas adiciones Mikaelson.
Lizzie ladeó su cabeza entre sorprendida y algo temerosa –¿Fuimos adoptadas?
-Por supuesto, hermosa. Un Mikaelson solo se sacrifica por su familia –. Afirmo el vampiro provocando que una sonrisa apareciera en la rubia.
-O por amor –. Agrego por lo bajo Rebekah sonriendo con picares provocando un sonrojo intenso en la loba que desvío su mirada, en especial cuando noto como su tía miraba hacia la morocha que se sonrojo tímidamente sin saber realmente de que hablaban aunque era obvio que estaba incluida.
La calidez fluyó por Lizzie que pasó su mirar por cada integrante de la familia que ya le miraba con afecto aunque aún ni la conocían. Tuvo cierto temor por ser rechazada una vez que supieran sus problemas pero en el fondo algo le decía que no sería así. Pronto lo dejo de lado y miro hacia Hope, sonriendo con cierta malicia –Ah… que tierna, Felpudo. Pero no creas que dejaré de quejarme porque te robes a mi hermana cada noche.
La loba soltó un resoplido y todo los ojos aunque no pudo evitar sonrojarse un poco –Cállate.
Kol soltó una carcajada –Creo que encajas perfectamente pero dejando eso de lado –. Dio una mirada pícara a su sobrina –¿Cómo es eso de cada noche?
Josie se sonrojo golpeando a su hermana en el muslo y su mirada se cruzó con la de la cobriza que se encontraba en igual estado.
-Yo… Eh… cállate –. Gruño la loba rehuyendo de su familia para acercarse hacia la sifón que suspiro satisfecha al sentir su calidez cerca de nuevo.
Kol volvió a reír y le siguió para acercarse a las mellizas. Clavo su rodilla en el suelo y le sonrió –Es un placer, pequeñas Saltzman. ¿Qué les parece si pasamos el rato conociéndonos? Quizás… ¿Contando algunas historias vergonzosas de mi querida sobrina?
-Me encantaría –. Soltó animada Lizzie a lo que la loba gruño por lo bajo mientras todos comenzaban a moverse en el sitio.
-Hagamos una fiesta en la piscina –. Dijo Rebekah llamando a la ayudante para que preparara todo.
-Si. Debemos conocerlas –. Davina avanzó y ofreció su brazo a Josie que confusa ya de pie lo tomo.
El tono suspicaz y pícaro de su tía llamo la atención de Hope que le siguió con la mirada. Recibiendo una sonrisa pícara que le aseguro que realmente sabían todo y no estaban solo tanteando el tema por molestar. Enseguida corrió para colocarse junto a Josie protectoramente, gruñendo por lo bajo a su tía que rio.
Marcel se acercó y colocó su mano sobre el hombro de su hermana para evitar que saltara para hacer algo. Pelear, alejar a su tía de Josie o huir. Lo más seguro era que huyera pero ahora la mano le detenía provocando una mala mirada hacia su hermano que sonrió casi complacido –Bueno. Fue una estupenda reunión. Nada explotó.
Josie volteo a verle sorprendida y Davina sonrió –Si. Casi es sorprendente que ninguna silla haya muerto –. Volteo a ver a su esposo que escoltaba a Lizzie pero escuchando rio mientras Hope resoplaba –Que sorpresa ¿No?
Al final, la cobriza soltó un suspiro y negó sonriendo –Ni que lo digas. El complejo aún no se recupera de la última.
Todos rieron mientras caminaban hacia el amplio patio trasero dónde los reflejos de la piscina fresca ya eran visibles al menos por las puertas francesas.
Rebekah se acercó a su sobrina y le entrego un pequeño sobre sellado con cera y el escudo Mikaelson que le confundió un poco. La mujer le sonrió –Te lo envía Freya, cariño. Junto con todo su amor y el de Keelin y Nickie.
Hope sonrió pero al fijar su mirada en el sobre frunció su ceño y sin dudar lo abrió…
"Para que aprendas a no fugarte de nuevo, señorita.
Te amo y vengan a visitarnos pronto.
Siempre y para siempre. Freya, Keelin y Nickie".
Un gruñido profundo se hizo oír sorprendiendo a los que iban en la delantera mientras Rebekah y Marcel reían por lo bajo al haber leído.
