-¿Dónde demonios estaban?

Se quejó Lizzie en cuanto les vio aparecer por el pasillo. Sorprendidas miraron a su alrededor buscándole hasta que notaron sus piernas bailando colgadas de uno de los sofás frente a la crepitante chimenea. Dieron algunos pasos al interior de la sala y con suspicacia notaron el vacío a su alrededor aunque pronto su atención estuvo en la rubia que tranquilamente hojeaba una revista de modas que cerro de golpe.

Dio un suspiro cansado y la lanzo sin cuidado a la mesa de centro para luego girar con elegancia en su sitio y ponerse de pie en un movimiento fluido que finalizo con su mano haciendo volar su cabello por sobre su hombro. Hope no pudo evitar sonreír de costado con incredulidad ante todo ello.

-Entonces ¿Dónde estaban? –. Volvió a preguntar con cierta molestia dejando su imagen de modelo en un segundo. Tan de golpe que casi asusto a las chicas –Díganme que no estaban buscando un hueso por ahí, porque iu.

-¡Lizzie! –. Exclamo Josie a la vez que un sonrojo aparecía en su rostro súbitamente. Instintivamente mirando a sus lados, dejando ir un suspiro aliviado al no encontrar a nadie. Miro a su hermana con molestia –Tus comparaciones cada vez son peores.

La rubia con una mueca asintió levemente –Si. No… –. Se encogió de hombros y sonrió con simpleza –No sé, solo vino del fondo de mi alma.

-Que sin duda es del tono contrario que tus impecables deportivas –. Agrego por lo bajo la cobriza sin mirarle.

-Ja. Ja. Ja –. Lizzie le miro con ojos entrecerrados con cierta fiereza pero poco duro. Al acercarse un poco, término encogiéndose de hombros –Que puedo decir, solo es algo gris. Y ni se te ocurra poner tu pata en mis adidas o te trasquilo.

Hope había estado acercando sutilmente su pie pero se detuvo al escucharle y dejo ir un sonoro respingo indignado. Rodo los ojos y se dio la vuelta, volviendo al camino hacia las escaleras.

-¿A dónde crees que vas? Tenemos cosas que hacer.

Josie casi dejo ir un gritillo de terror al escucharle y volteo a verle con pánico, dejando de seguir los movimientos de la cobriza que se detuvo al escucharle. Esta soltó un quejido que se convirtió a la mitad en un gruñido que lanzo a los cielos siguiendo en movimiento para girarse a verle.

-¿Qué hay que hacer? –. Pregunto la morocha con miedo en su tono bajo.

-Sesión de relajación con los chicos y Pedro –. Respondió con simpleza –Veremos algunas películas. Tranquilas, ya luche por una de terror entre la multitud de superhéroes –. Soltó un suspiro y sonrió con orgullo –Por fortuna los ñoños no pudieron evitarlo… Como sea, ya que son las ultimas les toca ir por el helado –. Comenzó a andar hacia el pasillo donde paso a un lado de la cobriza –Y yo que soy un alma caritativa me ofrecí a esperarles y ayudar.

La morocha dejo ir un suspiro siguiéndole con una pequeña sonrisa cariñosa oculta –Querrás decir que te escapaste de ayudar en la habitación, no.

Su mentón se elevó –Tu lo llamas así. Yo le digo servicio de búsqueda intensa.

-Pero si estabas acostada –. Refuto enseguida la mayor.

-Las encontré, no.

La orgullosa simpleza fue obvia en su tono y su andar que no se detuvo, evitando que vieran la sorna oculta en sus facciones. Su hermana casi podía ver la sonrisa pícara en su rostro que desapareció al notar algo. La rubia detuvo sus pasos y miro a su alrededor para al final ver hacia su espalda.

Hope soltó un suspiro profundo y siguió su camino hacia las escaleras haciendo una pequeña mueca mientras movía su hombro adolorido.

-¡Fido! ¿A dónde crees que vas? –. Exclamo haciéndole detenerse.

Le miro con aburrición y cierto cansancio, ladeando un poco su cabeza sin entender como no era obvio ya que sus dos pies estaban en el escalón –A ducharme. Las veo luego.

Siguió subiendo mientras hacía crujir su cuello que sonó casi doloroso pero le hizo sonreír y soltar un suspiro de alivio.

-No. Espera –. Se quejó la rubia pero fue ignorada.

Dio unos pasos hacia ella pero Josie puso su mano sobre su hombro y evito que la persiguiera –Es su rutina. No te preocupes, estará ahí.

Sonrió cariñosamente sabiendo que su hermana ya estaba más que acostumbrada a la presencia de la loba. Era parte de su día y muchas veces no se sentía cómoda si no le sentía a su alrededor de alguna forma. Pero obvio, todo era un gran secreto que hasta la rubia ignoraba o se forzaba a hacerlo.

Lizzie volteo a verle con un marcado puchero –Y ahora ¿Quién cargara las cosas?

xxxOxxxOxxx

[Al fondo de su mente la tonada volvió a resonar en un susurro hasta que cobro vida. Arrastrándole hasta uno de los últimos momentos en que le escuchó, quizás la última ocasión en que la disfruto sin pensar en nada más que lo bella que era y lo triste de la imagen que veía.

Hope camino entre los pasillos desiertos del complejo. De su hogar. Sonriendo al notar los pequeños detalles que habían cambiado con el paso del tiempo pero seguía sintiéndose como su lugar.

Había tanto en esos muros. Tanta sangre y lágrimas. Tantas risas, y jamás se había detenido a pensarlo hasta ese instante que le hizo desear volver y atreverse a repasarlos sin temor a ello. A los fantasmas que susurraban en su mente.

Aun mientras decidía, sus pasos no se detuvieron siguiendo la música. Sus dedos casi por instinto tamborilearon su costado en un perfecto ritmo aprendido hace ya demasiado, igual que abandonado.

Antes de que pudiera preguntarse cuanto, el mundo le absorbió volviéndole una más en la piedra.

-No… –. Lloriqueo su versión de 7 años que concentraba su ceño fruncido en la gran pantalla de la sala de cine que su padre había construido con sus propias manos solo para ella –Haz algo. Di algo…

En el gran y mullido sofá era resguardada a cada lado por uno de sus padres que le apretujaban entre ellos aunque hubiera espacio de sobra. Riendo por lo bajo ante su claro malestar.

-¿Por qué no vas tras ella? –. Se quejó cruzando sus brazos con firmeza.

Klaus miro su perfil sonriendo pero pronto llevo su mirada de vuelta a la pantalla a la vez que esta se entristecía –Porque es un monstruo.

-No. No lo es –. Refuto ella enseguida con obvia indignación y casi lista para luchar –Solo es diferente. No tiene nada de malo.

El enojo y la fuerza en la voz de su hija enternecieron el corazón de su padre que volvió a mirarle lleno de tierno amor que mostro en su sonrisa suave. Hayley se burló en secreto al ver como el gran mal se derretía y no podía evitar apretujar a su hija entre sus brazos sacudiéndole un poco haciendo reír a la pequeña; pero en lo profundo disfrutaba de la vista que calentaba su interior.

-Cierto, cariño –. Dijo ella mirando hacia el hombre que todos temían y negó un poco en silencio. Borrando un poco su sonrisa pero no lo que su mirada ofrecía –Pero cuando alguien pasa tanto tiempo solo escuchando que son los malos. Que no merecen ser felices. Terminan creyendo que es verdad y ni siquiera son capaces de imaginar que podrían merecerlo.

Klaus unió su mirar con los aceitunados de la mujer que alguna vez pensó en matar y le miro como solo miraba a su familia. Y para su sorpresa, y en el fondo su alegría, esta le miro de la misma manera.

-No es justo –. Se quejó la pequeña.

-No lo es… –. Afirmo Klaus ladeando un poco su cabeza para ser capaz de ver el firme agarre que su hija mantenía sobre los brazos que le aferraban contra su pecho –Pero hasta que no dejen de creerlo no podrán ser felices… No podrán ver nada más… Quizás, sí tienen suerte una hermosa personita aparecerá en sus vidas para llenarles de alegría y poco a poco desvanecer el pensamiento.

Hope asintió –Eso espero… –. Apretó un poco sus labios en una pequeña mueca pensativa –Los monstruos no existen. Solo son nuestros malos pensamientos.

Sus padres sonrieron orgullosamente mientras le miraban con dulzura.

-Así es, cariño.

-Recuérdalo siempre, love…]

La tonada se mantuvo constante. Un bucle sin fin con notas claras desde el momento en que recordó el tema, con la letra rondando la punta de su lengua peligrosamente.

Capaz de ser irrumpida solo por Lizzie, que con poca amabilidad se empujó en el pequeño espacio existente entre ella y un adormilado Pedro que descansaba su cabeza en Josie.

-Aun lado, Fido. Y deja de acechar a mi hermana, parece que te la quieres tragar de un mordisco. Nadie quiere ver lo que eso significa.

Hope gruñó casi por inercia a la vez que se recorría en el suelo para no ser aplastada por una rubia molesta por haber tenido que cargar, y más aún por haberse ensuciado por ello. Salió de su ensoñación y solo hasta ese momento se dio cuenta del semblante tímido en la morocha que tenía sus mejillas un poco coloradas gracias a su fija atención.

Le dio una pequeña sonrisa que solo duró un segundo antes de acomodarse derecha con su brazo de vuelta a su costado. Extrañando al momento la calidez que sus dedos habían estado percibiendo al rozar el hombro de la morocha. Deseando tanto tocarle pero negándose a ello, así que solo el fantasma del contacto tuvo que bastar.

-Hey, que hay –. Saludo con simpleza Landon ante su empuje que siguió por la fila de sus amigos. Sonriéndole en la oscuridad aunque su preocupación era clara en su mirar.

-Nada nuevo –. Respondió con indiferencia. Tratando de no voltear porque podía sentir lo que su rostro decía.

-¿Segura? Te veías algo fuera –. Susurró el chico.

La loba soltó un suspiro bajo –Si. Solo demasiadas cosas dando vueltas.

-Creí que tú lobo lo detenía.

-Usualmente… Es una válvula de escape porque lo detiene. Pone una pausa a todo y me da el tiempo de calmarme para poder pensarlo fríamente al volver a mi forma humana, pero no sirve de nada si me sigo sintiendo igual o no dejo de darle vueltas cuando se supone que debo silenciar mi cabeza.

Landon asintió y se giró un poco más hacia ella –¿Quieres hablar de eso?

-No realmente –. Soltó casi tajante. Apretando su mandíbula como modo de silenciar todo lo que pensaba –Creo que solo necesito golpear algo y todo estará bien.

Trato de convencerle pero su amigo pudo ver aún en la oscuridad la falsedad.

Presionar era lo peor que se podía hacer con ella y lo sabía pero aun así reunió toda su amabilidad en su voz y valor el para hacerlo –¿Segura? Porque todo el día has estado algo fuera... Poner las cosas en palabras a veces ayuda –. Recibió una mirada firme al momento haciendo que se encogiera un poco –Solo digo. Quiero ayudar y puedo escuchar sin juzgar, lo juro.

Hope relajo su semblante y le sonrió un poco –Lo sé y gracias pero creo que aún no estoy lista. Juro que te lo diré cuando lo este.

Landon asintió secamente y le dio un empujón con su hombro –No tienes que hacerlo pero si quieres aquí estaré. Lo sabes.

-Lo hago.

-Bien –. Asintió orgulloso de si y de su comunicación que a veces era difícil a causa del estoicismo de la cobriza pero esta vez fue bien. Al menos no le hizo explotar en gritos de que le dejara en paz –¿Quieres que te entretenga con datos curiosos?

Hope se rió por lo bajo y clavo su mirada en la pantalla –Claro. Al menos así podré caer dormida sin problemas.

-Hey –. Se quejó en voz alta.

-Silencio, muphet. Matas el suspenso –. Lizzie le miro con enojo, en especial luego de haberle hecho saltar en su lugar por el susto que fue claro para la loba qué rio por lo bajo y recibió un codazo en su abdomen como castigo –No más helado para ti –. Soltó con indignación antes de volver su mirada a la pantalla.

Se miraron entre ellos casi al instante y el pelinegro no pudo evitar sonreir como un niño pequeño que había tenido éxito en una travesura, causando el respingo de cobriza que rodo los ojos pero su sonrisa risueña era obvia desde el inicio a lo que fue empujada buscando que dejara en libertad en sonido pero su voluntad era mayor aunque eso no evito que volteara a verle riendo un poco por lo bajo.

Volviendo a negar a la vez que le daba un firme empujón que lo lanzo a recostarse casi al regazo de Raphael, estrellando su cabeza en una zona blanda que hizo encogerse al lobo que soltó un quejido.

-¡No…! Mi mejilla lo toco –. Exclamo Landon desesperado tratando de tocarse el rostro pero sin querer hacerlo hasta que se comenzó a golpear, limpiar con demasiada fuerza su mejilla.

Lizzie esta vez sí salto evidentemente al igual que su gritillo que hizo encoger en sus sitios a Kaleb y MG, pero eso poco le importo al voltear con mirada asesina –¡Maldito seas, trapeador barato!

Landon le ignoro mientras seguía limpiando su piel con demasiada fuerza pero algo llamo su atención a su costado y al voltear encontró a su hermano con mirada dolorosa y puchero molesto, pero solo lo vio por un segundo ya que al siguiente el lobo soltó un resoplido y le dio una bofetada que lo impulso fuera de los cojines para llevar su rostro hasta el suelo frente a la pantalla.

Ante el golpe seco, Hope ya no pudo soportarlo y dejo en libertad una gran carcajada con un leve tono profundo que sus amigos sabían que era su risa malvada. Traviesa.

Desde que su hermana le había apartado de su lado, los lugares se intercambiaron. Con sus dedos perdiéndose en los rizos de Pedro, su atención hizo lo mismo que Hope.

Bajo su mirada se había sentido nerviosa. Tímida. Cálida hasta que noto que ya no estaba ahí. El leve resplandor dorado que impregnaba como raíces los profundos charcos azulados, se lo aseguro.

La sentida añoranza con tintes de dolor le hizo estremecer. Sabía exactamente donde estaba, o mejor dicho, con quien y su corazón se estrujo ante su sentir. En especial sabiendo que solo era una mínima parte de lo real lo que percibía, pero eso no evito que notara la pequeña confusión en el azul que muto en sorpresa amorosa.

Su propia curiosidad nació, picando su interior así que alejo su atención y se forzó en dejar ir la sensación. Esperando poder saber en el futuro pero conciliándose con la idea de que quizás no ocurriera.

Entonces fue que volvió a ser evidente la sensación extraña que había notado más temprano. Sabía que le pertenecía a la cobriza pero esto le dio la certeza y en cierta forma le dijo qué significaba.

Comenzó a pensar en que podría hacer para acallarlo. Como dar consuelo a un dolor que jamás desaparecería. No por completo.

De no haber sido por la presencia de Pedro entre ellas, se hubiera lanzado a abrazarle. Apretarle entre sus brazos esperando que sirviera de algo, quizás más tarde cuando fueran a dormir le ocultaría en su pecho. Su lobo lo amaba así que era muy probable que también lo disfrutara, quizás dejarle una lluvia de besos sobre sus labios para dar tan directamente posible su sentir.

Ofrecerle todo su amor para que su dolor aunque no silenciado, al menos fuera amortiguado.

Compensarle de alguna forma.

Ella sabía que lo necesitaba y lo merecía, y en el fondo quería mostrarle que era así porque también sabía que la cobriza no lo creía.

Merecer amor es algo que Hope no aceptaba con facilidad. Por fortuna, Josie lo creía con firmeza y tenía mucho que ofrecerle.

Al sentir la certeza y la simpleza con la que le llego, Josie se sonrojo con timidez y una sonrisa dulce ante la confianza con la que ahora se permitía escuchar su corazón.

Casi al mismo tiempo que su hermana se interpuso entre ellas. Siendo esto lo que su rostro mostro cuando su mirada se unió con la de la cobriza que le miro con cierta vergüenza y evidente disculpa.

Quiso decirle que no se preocupara pero antes de poder recuperar su voz, Lizzie regaño a la loba haciendo que se alejara ahora no solo físicamente. Quiso entonces reprender a la rubia pero vio como esta se acomodaba levemente contra el costado de la cobriza.

No pensó mal en ello. Solo le dio cierta curiosidad ante el cambio de percepción en ella, porque en su pecho, su vínculo gemelo le mostraba que Hope ahora era como una hermana mayor para Lizzie pero también algo como un tío o hasta un padre.

Hope hacía sentir a Lizzie vista, escuchada y comprendida. Había una cercanía inconfundible y firme que le hizo sonreír feliz.

Feliz por su hermana y agradecida hacia la cobriza que aun entre gruñidos se acomodó para ser un buen apoyo. Busco la forma de hacérselo saber pero entonces vio la cercanía con el otro lado.

El semblante preocupado de Landon y el tenso de Hope que sin duda se encontraba levantando todas sus paredes y reforzándolas tanto como podía. No necesitaba su vínculo para saberlo aunque la sensación se volvió más nítida.

Su atención se quedó en ellos. A pesar de la oscuridad pudo ver como la loba se iba relajando de a poco, su semblante se suavizaba y hasta una sonrisa le era robada por el rizado que hacia demasiadas muecas mientras hablaba.

Sintió algo de malestar aunque no tanto como hace unas semanas cuando sospechaba de la relación pero eso no evito que un lindo y pequeño puchero fuera visible. Al menos hasta que le escucho reír y entonces agradeció la existencia de Landon que había logrado animarle.

Entonces el caos exploto.

Y se unió a la carcajada sin poder decidir cuál escena era su favorita pero sin importar se encontraba llena de cálida felicidad de estar ahí.

oooXoooXooo

Por primera vez, Josie pudo dormir casi enseguida sin encontrarse entre los brazos de la cobriza aunque eso no significaba que lo hiciera completamente a gusto.

Aun entre sueños la ausencia estaba presente, como si le faltara su manta favorita que le rodeaba dándole la paz y seguridad que nunca sabía que le hacía falta.

Una caricia apenas perceptible y un suave beso depositado sobre su frente fue todo lo que necesito para que sus ojos se abrieran. Sorprendiendo a la loba que ya se alejaba y a la que le tomo la mano para devolverla a su mejilla.

-Perdón por despertarte –. Susurro Hope enseguida.

La morocha negó mientras se removía un poco para sentarse pero no se movió más que algunos centímetros al estar atrapada entre el peso de Pedro que casi dormía sobre ella y los protectores agarres de Lizzie y Jed a su espalda para su sorpresa.

Parpadeo varias veces hasta ser consciente de la poca luz que apenas iluminaba el rostro de la cobriza que se hallaba con medio cuerpo flotando, sostenida por la cama que nadie había usado.

-¿A dónde vas? –. Pregunto con voz profunda que hizo la loba elevara una ceja con cierta mirada aturdida a la vez que luchaba para que su estremecimiento no fuera obvio.

-Yo… ehm… –. Tartamudeo torpemente pero enseguida carraspeo y obligo a su mente a enfocarse –Correr. Los lobos nerviosos, ya sabes.

Josie asintió comprendiéndolo, quizás eran sobrenaturales pero todos eran adolescentes y hasta las brujas estaban teniendo algunos accidentes en los últimos días.

-¿Te veo en el desayuno?

Hope le miro con ternura y paseó su pulgar por su mejilla unos segundos hasta que no pudo evitar sonreír levemente –Es probable.

La morocha asintió sonriendo ampliamente –Bien. Te guardare algo de fruta.

-Tocino. Solo preocúpate por el tocino –. Dijo con firmeza.

-No –. Respondió juguetona pero igualando su firmeza a lo que la loba soltó un quejido bajo y se encogió un poco.

-La fruta es genial…

Josie rió por lo bajo haciéndole soltar un bufido pero al final le sonrió negando a la vez que comenzaba a levantarse. Sintiendo la renuencia de la bruja a dejarle ir.

-Volveré pronto –. Prometió la cobriza con suave voz.

La morocha asintió pero tuvo que forzarse a soltar su mano hasta lograrlo –Ten cuidado, por favor.

-Lo intentare –. La bruja gruño haciéndole sonreír mientras se erguía arreglando su cabello en una coleta descuidada –Lo prometo.

Josie asintió y en silencio le siguió con la mirada hasta que el alfa se escabullo de la habitación dejándole con un poco de sueño, una sonrisa y el vivo deseo de poder acomodarse entre sus brazos.

xxxOxxxOxxx

Hope despidió a los lobos en la entrada de la escuela. Dejándoles libres para ir a limpiarse o desayunar, o lo que quisieran y ella también lo hizo.

Se dirigió hacia el comedor con una leve mueca al ver sus ropas un poco sucias pero realmente no quería dejar esperando a Josie. La sola idea de tenerle ahí sola le hizo gruñir por lo bajo.

Para ella, el mundo es el que debía detenerse para la bruja y sus deseos. No al revés. Josie se merecía al menos eso.

Sus pasos se detuvieron abruptamente en las puertas. Congelando y endureciendo cada uno de sus músculos hasta sus labios que apretó para no dejar ir ningún sonido.

Sus ojos fijos en el rostro tímido pero sonriente de la morocha que conversaba con Penélope. Riendo en algunas ocasiones. Con alegría iluminando su mirar.

Se hizo a un lado ante el flujo de estudiantes hasta casi ocultarse al marco de las puertas donde se mantuvo por algunos segundos. Sonriendo con suavidad ante su alegría resplandeciendo a diferencia de su propio mirar que se iba opacando más y más.

Un suspiro escapo de sus labios y se dio la vuelta.

Por un segundo había pensado en ir hacia ella pero le fue imposible irrumpir en su felicidad, y aunque su lobo estaba furioso, no se quejó ni un poco de su decisión.

Solo lloriqueo por lo bajo mientras se alejaban por el pasillo y subían hacia su habitación.

-Hey, rojita –. Saludo MG animado apareciendo a su lado en un parpadeo –¿No vas a desayunar?

La cobriza fingió que todo estaba bien. Que no había algo en su interior doliendo y solo negó con semblante cansado –Voy a limpiarme.

El vampiro asintió –Ok. Te conseguiré algunos panqueques y una torre de tocino.

Le sonrió con sinceridad, tanto como fue capaz pero con afecto real en su mirar –Gracias MG.

-Cuando quieras, red.

Hope siguió con su camino. Desapareciendo la sonrisa de su rostro en cuanto se giró…

-Vamos JoJo. ¿Cómo que no le has invitado?

Josie se encogió en su sitio al ver la mirada decepcionada de Penélope que se quejó hacia los cielos con frustración.

-No… es que vamos todos juntos y…

-¿Y eso que? –. Resoplo la pelinegra –Se trata de demostrarle tu interés. Gritarle claro y a la cara "Quiero todo contigo, babe" –. Frunció su ceño –La multitud de tontos no dice eso, te lo juro.

La morocha no pudo evitar reír pero enseguida se sonrojo –Ya sé… p-por eso pensé en conseguirle un corsage de pareja… –. Encogiéndose un de hombres a la vez que fingía que el contenido de su plato era más interesante –No sé… pedirle su primer y último baile, quizás…

Penélope sonrió al instante y le empujo un poco con su hombro –Eso sí que suena a algo. ¿Y? ¿Cómo es? –. Se encogió de nuevo haciendo que la sonrisa de la bruja desapareciera en un segundo –¿No me digas que todavía no lo tienes…? –. Susurro con miedo de conocer la respuesta que pronto llego con el movimiento de la cabeza de la sifón. Un nuevo quejido escapo de ella –Dios… JoJo ¿Por qué…? ¿Por qué me torturas así?

Ella rió un poco por lo bajo con nervios evidente –Lo siento pero quería combinarlo con nuestros vestidos pero hasta hoy los conseguiremos…

-¡¿Qué…?! ¿Cómo que no tienen vestidos aun…? ¡Jo, el baile es mañana!

Exclamo la bruja horrorizada y con muchas ganas de golpearle pero supuso que eso significaría que perdería la mano o algo más ante una feroz quijada así que se aguantó. En su lugar, se apresuró a sacar su teléfono para comenzar una búsqueda desesperada pero fue detenida.

-Tía Rebekah se ofreció, nos obligó, a hacerse cargo de ello así que hoy los conseguiremos.

Penélope le miro aturdida por un momento pero al siguiente suspiro con alivio –Primero que nada, que envidia. Ella tiene tanta elegancia y glamour, que no dudo que serán geniales. Y segundo, fiu… eso me tranquiliza mucho. No confió nada en los gustos de Mikaelson, en mi mente va en botas sucias.

Esta vez Josie no pudo evitarlo. Rodo sus ojos y dejo ir una sonora carcajada porque en el fondo también lo imaginaba aunque no le molestaba ni un poco. De hecho, todo lo contrario si era sincera pero eso era tema para otro momento y que sin duda no quería discutir a fondo con su ex aunque fueran amigas de nuevo. Quizás algo pronto en la relación.

De reojo noto una estela que se detuvo por segundos en la barra de comida, dándole los segundos para reconocer a MG, pero antes de que pudiera llamarle este se desvaneció.

-Eso te quita tiempo valioso por mas genial que sea –. Dijo la bruja con mirada baja, llamando su atención. Le encaro en el siguiente segundo –Bien. En cuanto tengas los colores me llamas. Iré a la florería y hechizare, cof cof, convenceré a la amable señora de que trabaje hasta tarde. Te envió las opciones.

Josie le sonrió brillantemente –Gracias Penny. Eso sería genial.

-Lo que sea por ti, JoJo.

Penélope se puso de pie en cuanto vio a una rubia pasar por las puertas. Se acercó y deposito un beso en la mejilla de la morocha –Te llamo.

Josie asintió viéndole partir aun con una sonrisa en su rostro. Ignorando la picara que la bruja le dio a su hermana que se había detenido con semblante horrorizado.

Lizzie corrió hacia ella y golpeo con sus palmas la mesa causando un gran estruendo. Llamando su atención con un susto –Oh no. No. No. No. Ni siquiera se te ocurra volver a caer, Josette. Te lo prohíbo. Ya tengo una cuñada y es buena –. Se encogió algo de hombros –No genial pero se le puede educar aunque tiende a dejar algo de pelo por todas partes pero no es nada que no pueda solucionarse con un ataque de cera… Satán ni con exorcismo llegaría a ser aceptable siquiera.

La morocha le miro completamente aturdida ante el golpe de sus gritos acelerados por los que no se detuvo ni un poco para tomar aire.

Su hermana noto su torpeza y se acercó por sobre la mesa hasta casi estar en su cara –¿Lo deje claro? –. Josie asintió por inercia pero con energía ante su mirada seria y su tono amenazante. La rubia sonrió enseguida y dio un bufido presumido –Excelente… –. Elevo su mirada e hizo una pequeña mueca a la vez que golpeteaba rítmicamente su mentón con su dedo –También deberíamos enseñarle trucos, como ir por mis revistas al pueblo y eso.