En algún momento sin que pudiera señalar el cuándo, el mundo giro demasiado rápido haciéndole caer a gran velocidad.

Encontrándose de golpe en un espacio oscuro que por un instante le lleno de miedo.

Se giró buscando a Josie a su lado.

Preocupada por si estaba a salvo pero sin encontrarle dónde debía estar. Provocando que el pánico fuera aumentando al igual que sus palpitaciones que inútilmente le hicieron seguir buscando aunque sabía que era en vano.

Un pequeño quejido.

Solo un leve gemido en la oscuridad le llamo e instintivamente lo siguió. Sabía que no era quien buscaba pero aun así la urgencia le hizo moverse.

No era Josie pero era igual de importante.

Pronto fue visible su lobo.

Tumbado en el suelo, lloriqueando con pesar por lo bajo hasta que sus miradas se encontraron y su volumen aumentó.

Llamándole.

Aturdida se apresuró hacia él.

Cayendo a su lado sintiendo la furia fluir por su ser al verle firmemente sujeto por un grueso hilo rojo brillante. Sus ojos en dorado ante la ofensa y con el ímpetu lo sujeto para luchar contra él. Encogiéndose de dolor y malestar ante la poderosa magia que emanaba.

Que le repelía y quemaba sin herirle realmente.

Su lobo volvió a llorar y ella elevó su cabeza para recostarla sobre su regazo. Acariciándole con dulzura a la vez que sus miradas se unían.

-Tranquilo. Encontraré como dejarte libre.

Sus palabras en lugar de calmar hicieron que el lobo gruñera y luchará por alejarse. Confusa le miro y siguió acariciándolo tratando de calmarlo.

-¿No quieres que lo haga?

Su ceño se frunció sin comprender. En especial cuando el lobo soltó un quejido al sentir como su pata trasera era liberada de la nada.

El hilo solo se aflojó y se fue desvaneciendo en el aire.

Hope volvio a tocarlo pero esta vez no lucho contra el amarre sino lo sentido.

Cerro sus ojos permitiendo que su magia penetre en su ser. Como si este supiera que no tenía otras intenciones, la magia de este no le repelió sino que se mostró. Cómo una marea le atravesó con una calidez intensa que pronto reconoció.

El vivido latir en él, le robó un suspiro aliviado.

Era el pulso de Josie.

Su magia y su misma esencia en ella.

Muchos creían que las mellizas al ser sifones no tenían una marca propia en la magia que realizaban porque simplemente no era propia pero ella sabía la verdad. Lo había sentido y aprendido durante toda su vida hasta el punto que la diferencia, o su presencia eran obvias.

Por su mente cruzo que Josie había lanzado un hechizo sobre ella pero sabía que eso no era verdad.

No lo creía.

Pero eso no significó que entendiera lo que pasaba.

Su mano siguió dando caricias suaves mientras su cabeza intentaba entender sin hacerlo y su mirada seguía el hilo que parecía sujetar cada parte de su lobo.

Sorprendiéndose cuando el mismo apareció volviendo su mano. Detuvo sus movimientos y le miro confusa, mirando hacia la otra que se encontró de la misma forma y por lo que podía ver y sentir el resto de su cuerpo era un reflejo idéntico.

Miro sus manos sin comprender lo que pasaba pero entonces el mundo volvio a girar.

Su lobo se pegó más y ella enterró su mano en su pelaje aferrándose con firmeza sin lastimarlo mientras vigilaba su entorno.

" ¿Quién es ella?"

Una voz infantil llama su atención en un segundo.

Una pequeña esperanza de siete años se encontró de pie en la oscuridad a un par de metros de ellos. Con su mirada baja fija en una hoja de papel donde los trazos eran obvios aunque no lo que plasmaban.

" Mi musa..."

Su mirada se apartó de sí misma para ver la figura de su padre que apareció de la nada a la espalda de la pequeña. Con sus ojos sobre el papel y la añoranza clara.

" ¿Tu musa? –. Pregunto de nuevo la pequeña entre sorprendida y confusa. Elevando su mirada para ver el rostro de su padre. Notando el pesar en su ser.

Klaus le quitó el papel con suavidad y lo miro con mayor detenimiento. Sonriendo suavemente casi de la misma forma que lo hacia al ver a su hija pero no igual.

-Si... Es mi alma gemela.

Hope se tensó al escucharle y verle.

Al recordar el sentir que su padre le había transmitido en aquel momento lejano que ni siquiera grababa hasta ahora.

" ¿Por qué no la conozco? –. Pregunto la más joven.

-Un día lo harás... Pronto.

Klaus volvió a ver a su hija y le sonrió con cierta tristeza".

Y Hope sabía exactamente a qué se refería, que momento exacto de su vida era.

Quizás por ello lo olvido, o fingió que lo hizo.

Porque después había tenido que llorar la ausencia de casi todos los que amaba y luchaba contra la soledad que ello y tener que ocultar quien era le había destrozado.

" ¿Por qué no estás contigo si es tu alma gemela? Tia Becks dice que las almas gemelas siempre deben estar juntas.

Klaus dio un resoplido y negó en silencio con una pequeña sonrisa oculta. Se arrodilló junto a su hija y acaricio su mejilla con dulzura.

-Siempre lo están. Sin importar la distancia ella es mía y yo le pertenezco pero la vida no siempre te deja estar con los que más amas a pesar de que sea lo que más quieres."

Los ojos cristalinos de Hope comenzaron a brillar con humedad. Cerrándolos para tratar que nada cayera pero aun así las lágrimas se escaparon.

" Pero no significa que nos perdamos..."

Volvió a abrir sus ojos y se encontró con una imagen más cercana a la propia. Lágrimas igual de frescas de las que caían por su rostro lo hacían por el de su versión de quince años.

" Cada día lejos de ti fue una agonía que valió la pena porque viviste un día más. Para mí... Para mí amor eso es lo único que importa. Da igual el tiempo y la distancia, mi amor no se desvanecerá... "

En un parpadeo, la pequeña volvió a estar frente a ella.

" El amor y admiración no cambiará. No pertenecemos a la vida del otro pero eso no destruye lo que hay. Nada puede hacerlo, quizás ni nosotros mismos, y sabemos que siempre estaremos ahí para el otro..."

Hope ya no quiso escuchar y apretó sus párpados forzándose a dejar las profundidades de su mente. Sintiendo como el pelaje de su lobo se desvanecía junto a su lloriqueo que le despidió y la magia que solo quedó como una cálida sombra en su mano.

Abrió sus ojos de golpe encontrándose de vuelta en su habitación. Su cama. Con Josie a su lado mirándole con ojos adormilados y un toque de preocupación.

Siendo su atención llamada por su mano que se aferraba quizás con demasiada fuerza a la blusa de la morocha.

Dónde por un momento le pareció ver el hilo rojo que se iba aflojando.

xxxOxxxOxxx

Josie no sabía que había pasado pero las lágrimas que brillaron silenciosamente y se deslizaron por el rostro de la cobriza le dijo todo lo que necesitaba saber.

Se aferró a ella.

Rodeando su cuello para ocultarle en su pecho. Sintiendo una pequeña humedad sobre su piel que aunque cálida hizo rodar sus propias lágrimas.

El agarre de Hope era demasiado fuerte.

No tan cuidadoso como acostumbraba sino un poco más desesperado de lo que jamás le había sentido haciéndole apretarle un poco más y pasar sus manos por sus cabellos deseando mostrarle. Recordarle y grabarle que ahí estaba.

En algún momento su cuerpo perdió fuerza y su mirada se nublo.

Un gruñido profundo le llama en la oscuridad.

Guiándole hasta la imagen de un sitio que alguna vez vio en otro sueño.

Una fuente y luces en movimiento de la enredadera en el patio central de una casa cuadrada que mostró su vejez en sus paredes. La intensa magia vibro en todo el espacio mientras más cosas aparecían a su alrededor, personajes hechos de humo apareciendo de la nada alrededor del lobo blanco que erizado gruñía y mostraba sus colmillos con ferocidad.

Sin fijarse más en su entorno, corrió hasta el lobo al que le acaricio el lomo tratando de calmarlo. Tratando de que ver que era lo que lo tenia tan alterado. Sintiendo el instinto de estar alerta ante cualquier cosa.

Una profunda bola de humo se concentró frente a sus ojos a la vez que no pudo evitar estremecerse ante el frio que le calo en lo más profundo. Doblándole un poco ante la intensidad opresiva que le golpeó y de la que simplemente no sabía cómo protegerse.

El lobo se interpuso sin pensar. Soltando un alarido a la vez que caía al suelo.

-No… -. Grito tratando de apartarlo pero en su lugar este se acomodó sobre ella. Protegiéndole con todo su ser.

Josie inmediatamente sintió como su cuerpo era liberado y dio un respiro profundo a la vez que una bola azul eléctrica comenzó a brillar en el interior del humo. Su piel se erizo ante la sensación de la magia pero a la vez pudo decir que no era real.

No estaba ahí.

Ya no mas pero una vez lo estuvo y su huella era profunda.

Una bola de humo exploto casi a su lado haciéndole saltar pero pronto un suspiro aliviado escapo al ver salir de ella a Marcel que caminaba discutiendo con alguien y al seguir su mirada otra bola exploto mostrando a Rebekah. Una tercera lo hizo a su costado y de ella salió Kol que se colocó con cuidado en uno de los lados de un cuadrado de gruesa tiza que de pronto fue apareciendo en el suelo.

El lobo aunque encogido de dolor lucho por mantener su vigilancia y protección sobre la morocha, en especial cuando Marcel se detuvo casi a su lado.

De la nada, el empujón del humo golpeo su espalda casi tirándole sobre el lobo que trato de levantarse pero sus patas le fallaron.

Asustada salto a abrazar al lobo protectoramente a la vez que volteaba para ver que o quien era.

Soltando un suspiro tembloroso al ver a Elijah con semblante decidido y mirada desolada que le enterneció. Que siguió por simple inercia reconociendo el sentimiento que oprimió su pecho con demasiada simpatía. Sus labios se abrieron unos milímetros al ver aparecer en una explosión de humo una mirada idéntica en el rostro de Hayley.

Una que brillo con humedad por un momento antes de que cayera y entonces el humo oscuro donde la magia crepitaba exploto mostrando una pequeña cobriza que bien conocía. Y entonces la humedad desapareció, el semblante de Hayley se llenó de fortaleza y miro hacia enfrente donde el humo hizo aparecer a Klaus con mirada llena de dolor que asintió con firmeza pero pronto cayo un poco más hacia su hija.

Hayley volvió a mirar hacia Elijah y entonces Josie se estremeció ante la sensación del toque en su hombro. Una mano que se posó en su hombro y que le hizo voltear para encontrarlo hincado a su lado sin apartar la mirada de la castaña.

-Nunca encontramos el tiempo perfecto para nosotros –. Dijo con suavidad irrumpiendo en los susurros que prevalecían en el ambiente –No porque no existiera, sino porque antepusimos todo a ello. Nunca nos hemos arrepentido pero tarde comprendimos que el tiempo perfecto no existe. Teníamos que crearlo, no buscarlo.

La magia a su alrededor comenzó a vibrar haciéndole estremecer y un tirón en su pecho le hizo removerse incomoda. Volviendo su mirada hacia el centro donde la bola de magia intensa crujió casi dolorosamente y se dividió en cuatro rayos que golpearon los pechos de cada uno de los Mikaelson que la absorbieron apretando sus quijadas.

La sensación opresiva se fue desvaneciendo y entonces comprendió que es lo que estaba viendo.

Sabia de ello pero solo los rumores.

No como había pasado en realidad y verlo hizo que su pecho se estrujara, en especial cuando vio como el siempre juguetón Kol miró con tristeza hacia la pequeña Hope y al siguiente segundo se alejó en un borrón. Rebekah asintió en varias ocasiones casi como si tomara valor, unió su mirada con Marcel por un instante y al siguiente imito a su hermano pero por otro camino.

-Créalo Josette-. Dijo Elijah volviendo a llamar su atención. Encontrándose con sus ojos húmedos que seguían en Hayley que le miraba de la misma forma pero entonces volteo a verle y le dio una pequeña sonrisa a la vez que le daba un apretón suave a su hombro –Y cuídala como nosotros no podemos. Te necesita mas de lo que crees.

Su mirada volvió a Hayley y su rostro se llenó de añoranza antes de que desapareciera en una dirección diferente.

Josie siguió mirando hacia el espacio vacío, entre desconcertada y comprensiva.

En el fondo entendiendo de lo que hablaba.

-Klaus. Por favor -. Dijo una voz que no reconocía haciéndolo voltear.

El hombre se removía en su sitio sin dejar de ver a su hija con temor –Necesito saber que ella está bien.

-Klaus, te lo prometo. Ella está bien, solo vete.

Josie vio como la pequeña Hope despertaba y sus ojos se llenaron de lágrimas enseguida. Rompiendo en un sollozo contenido al escucharle.

-¿Papi…? ¿Qué pasa? –. Pregunto la pequeña confundida y temerosa.

Klaus le miro a los ojos de la forma más vulnerable que era capaz y luchando contra el evidente nudo en su garganta –Hope. Te amo.

Para al siguiente instante desaparecer.

-Papá…? –. Llamo temerosa la pequeña y al no ver respuesta lo hizo con más fuerza –Papá… ¡Papá!

El dolor en su voz rompió el corazón de Josie y el lobo entre sus brazos soltó un quejido profundo que le hizo aferrarle entre sus brazos.

-Jo…

Una lejana voz comenzó a llamarle.

Era distante pero clara y aunque quería ver de dónde venía hasta seguirle, la tristeza que le inundo era demasiado como ni siquiera pensar con claridad en algo más que aferrar al lobo que lloraba entre sus brazos.

-Josie… Josette despierta…

Sus ojos volvieron a abrirse y soltó el aire de golpe al encontrarse de vuelta en la habitación.

Por un momento pensando, quizás esperando, que todo fuera obra de su imaginación pero la humedad en su rostro así como el pánico en la mirada de la cobriza que se cernía sobre ella era más que real.

Al ver sus ojos abiertos, Hope dejo ir un suspiro pero pronto su ceño se arrugo al ver sus lágrimas. El llanto que no se detuvo y que soltó un sollozo profundo que rompió su propio corazón y le hizo apretar los labios para evitar maldecirse a sí mismo.

Enseguida fue su turno de rodearle protectoramente entre sus brazos con fuerza y soportar sus lágrimas que quemaban su piel dolorosamente.

-N-no vuelvas a seguir mi magia. Nunca vuelvas a mi cabeza, Jo. Por favor -. Rogo con voz ronca.

-Lo siento… l-lamento todo lo que…

Trato de hablar la morocha pero su voz apenas y era audible. La loba le apretó un poco más y negó antes de poder lograr armar una palabra –No Jo. Yo lo lamento… lamento tanto que hayas visto lo terrible del mundo por mi culpa… lamento que estés…

Antes de que pudiera terminar.

Quizás suponiendo bien lo que iba a decir.

Josie saltó de sus brazos y unió sus labios con firmeza.

Quizás solo fue el contacto de sus labios pero el sentir en ello fue tan intenso que les hizo estremecer hasta lo más profundo.

Se alejaron lentamente pero solo lo suficiente para que sus frentes se recargaran en la otra.

Josie con ojos húmedos y dio una sonrisa débil –Nunca lo digas porque yo no lo lamento… Jamás –. Dejo ir un suspiro a la vez que Hope se recargo más en su toque –Estar unida a ti es lo mejor que el universo podría darme.

La cobriza le miro a los ojos tratando de buscar falsedad o lo que fuera que le dejara alejarse como lo más lógico pero simplemente no lo encontró. Y en ese instante sus ojos centellaron en dorado y su corazón se hincho.

Y el hilo se aflojaba un poco más.

oooXoooXooo

Su cabeza era un desastre.

Sentía tirones fuertes como si se encontrara en el remolino de una tormenta de la que no podía escapar. Siendo arrastrada a momentos, pensamientos que ni siquiera sabía que aun tenia o que alguna vez tuvo.

Dolor.

Enojo.

Tristeza.

Alegría.

Odio.

Todas las emociones y más cruzaron por su pecho sin control. Aun así lucho por reprimirlas.

No podía permitírselas.

Silenciarlas era lo que más deseaba.

No tanto porque no las quisiera o le afectaran tanto, si no porque era claro que de alguna forma todo le era transmitido a Josie.

Ver a la sifón molesta era horrible.

Le hacia gruñir y querer golpear a alguien pero verla triste le destrozaba. Dolía demasiado, estrujando su corazón como si alguien tratara de arrancarlo.

Dejo la cama con el mayor cuidado, aun cuando su lobo solo quería acurrucarse con la morocha o ella misma quisiera seguir disfrutando de estar rodeado por su aroma y perder sus dedos entre sus cabellos que casi acariciaba con devoción mientras le admiraba completamente perdida en ella con una pequeña sonrisa tonta adornando su rostro.

La sangre hirviendo en sus venas le dijo que era mejor alejarse.

Tomar una ducha fría y quizás golpear la pared para controlar sus pensamientos. Su temperamento que obviamente estaba perdiendo un segundo a segundo por los recuerdos y la tristeza que la morocha le hacía sentir a través de su vínculo y firme agarre hasta las lagrimillas que escaparon entre sus sueños.

Sin pensar entro al baño y se apresuró a la regadera, girando la llave por completo y aunque soltó un resoplido no se apartó el golpe de chorro de agua helado que hizo arder su rostro.

Trato de concentró en el frío que intentó luchar contra el fuego en su interior que bien pudo sentir como sin problema se deshacía de la frescura de fracción de segundos. Haciéndole recordar al tiempo cuando apenas había desatado su maldición y todo era demasiado.

Con el malestar robándole un gruñido bajo dio medio paso para girar más la llave y hacer el chorro tan intenso que su piel dolió ante su golpe.

Un suspiro escapa al darle la bienvenida al dolor con gusto.

Dejo ir un respingo de golpe.

Se apresuró a abrir sus ojos tratando de escapar del recuerdo pero en su lugar se volvió más claro haciéndole retroceder hasta que su espalda choco contra la pared pero su mirada no se alejó del suelo.

La sangre espesa y brillante se arremolino a sus pies. Subiendo por su piel cubierta casi al completo, sus manos lo estaban y la textura pegajosa era tan clara que le desespero e intento lavar frotando con rudeza bajo el chorro pero de nada asignado.

Su pulso se aceleró y enloqueció al momento en que los gritos explotaron en sus oídos. Un claro terror estridente que le hizo golpear sus rodillas contra el mármol del suelo y doblarse apretando sus manos contra su cabeza mientras intentaba convencerse de que no era real.

El sabor metálico en su lengua era real, o al menos lo suficiente para que sus instintos depredadores se inquietaran hasta que sus colmillos salieran así como sus garras.

El sabor no solo trajo inquietud sino los recuerdos vividos del desgarre de cuerpos. Los gritos explotaban de nuevo en sus oídos con todas sus fuerzas y el deseo de correr con libertad hacia revolcarse a su lobo.

Comenzó a buscar una salida del lugar sin tener que cruzar a Josie casi por instinto.

Inquieta hasta desesperarle pero más temerosa de asustarle o incluso hacerle daño aunque sabía que sus instintos primarios le impedirían hacerlo. Incluso así no quería correr riesgos, en especial cuando en uno de sus giros su mirada se topó con su reflejo borroso para el mundo pero claro para ella.

Los ojos dorados con un toque oscuro que los impregnaba de más malicia de la que tenían naturalmente. Sus facciones arrugadas mostrando temblorosamente sus colmillos de forma amenazante por más que intentara no hacerlo así como sus gruñidos bajos y profundos llenos de agresión contenida, y con sus afiladas garras preparadas para desgarrar lo que fuera solo le llevaron una palabra clara en su cabeza.

"Monstruo".

La misma que recordaba que aquellos hombres habían gritado aterrorizados pero aún ante la molestia que esto le generaba.

No podía negar que había lo disfrutado, y aún lo hacía, del miedo que vio en ellos.

La confusión entre el miedo, la culpa y el disfrute que todas aquellas escenas en su cabeza le ocasionaban era algo que simplemente no sabía cómo manejar.

"No luches contra ello. Es parte de quién eres".

La voz de su padre se repetía en su cabeza como un mantra que siempre había mantenido para superar los momentos donde el mundo quería reprimir su carácter. Su persona. Su familia.

Pero era en momentos como este que realmente se preguntaba qué tan balanceada era su moral.

Entonces dejo de analizarlo.

Porque por más que intento no hacerlo, su cabeza comenzó a darle vueltas al recuerdo demasiado fresco del muelle en la oscuridad que bien se debe a un refugio para una pareja.

Deseo tanto no haberlo visto.

No tener que oler ese perfume ajeno sobre ella.

No soportar las miradas que intercambiaron y siguieron haciendo desde entonces. Pero ahora solo pudo sumergirse en el enojo profundo que había silenciado todo este tiempo.

La presion en sus huesos aumento y el crujido casi resonaba en sus oidos. Sabía que no podía dejarlo libre. No ahora que una imagen era clara mientras su lobo luchaba por tomar el control…

El sutil frío en la habitación fue impregnando hasta sus huesos, obligándole a removerse incómoda en la cama buscando lo faltante para volver a la calma.

A ciegas su mano se deslizó por las mantas y al solo encontrar vacío sus ojos se abrieron de golpe. Parpadeo solo un poco adormecida con más ansiedad en el caoba que deseos de volver a sus sueños.

El ruido del agua golpeando el mármol inmediatamente robó un suspiro de alivio que pronto se desvaneció ante los sonidos de desorden. Se movió por inercia, levantándose para de inmediato dirigir sus pasos hacia la puerta que las separaba.

-Hope ¿Estás bien? –. Pregunto con la preocupación comenzando a teñir su voz.

Deteniéndose para golpear la madera frente a ella con suavidad pero firme insistencia que delataba su ansiedad.

-¿Esperanza?

No recibi respuesta.

Al menos no la que esperaba porque en lugar de escuchar una voz se recibió un sutil araño de garras contra la madera.

Elevo sus cejas sorprendida y sin pensar más giro el pomo que por fortuna no estaba asegurado. Empujó la puerta por completo y se detuvo de golpe al ver el baño destrozado con papel higiénico tirado por todo el piso húmedo donde se pegaba y las toallas cercanas al suelo fuera de su estante y roídas o desgarradas casi en tiras.

En medio de todo ese caos se hallaba un hermoso lobo de manto blanquizco que se habia sentado y le miraba con ojos dorados llenos de fingida inocencia. Golpeando sus patas contra el suelo con cierta insistencia pero sin moverse de su sitio, casi pareciendo que deseaba que mirada el desorden sobre el que yacía con orgullo en todo su ser.

Josie le sonrió con suavidad y negó con un pequeño resoplido risueño –Ey tú. Hace mucho que no nos veíamos.

El lobo reaccionó inmediatamente. Saltando de su sitio para trotar hacia ella que se arrodilló y lo recibió con brazos abiertos. Sonriendo suavemente ante el suave ronroneo que este dejo ir oculto bajo su mentón dónde se frotó con firmeza en un toque extrañamente dulce.

Josie paso sus manos por su pelaje y negó sonriendo con su cabeza recargada contra la del can –Estas húmeda... ¿Volviste a escaparte? Eso está mal.

El lobo refunfuño y fingió sordez empujándose más contra su cuello. Robándole una nueva sonrisa aunque la preocupación en sus ojos comenzó a ser visible.

-Que Paso...? ¿Por qué pudiste escapar? –. Susurró sin dejar de acariciarle y abrazarle mientras sin que el lobo deje de saltar con emoción contenida aunque deteniéndose cada tanto para apreciar sus caricias –¿Qué te molesta...?

Sus palabras activaron alguna clase de switch en el lobo que dejo de saltar y empujar para quedarse inmóvil. Su frente completamente recargada contra el pecho de la morocha dónde el retumbar de su corazón era tan claro que la inquietud en su ser pronto fue desvaneciéndose, dio un profundo suspiro y casi dejo caer su peso sobre la bruja que no pudo soportarlo y termino sentada en el suelo pero no sé quejo y solo siguió abrazándole sin comprender lo que había pasado.

Sintiendo su ansiedad subir y lanzarse hasta los cielos en el momento en que sus miradas se unieron. Siendo claro el resentimiento y leve enojo en el dorado opacado, ceño fruncido levemente con recriminación contenida que fue abandonada a la vez que se restregaba levemente contra su mejilla para luego darle una pequeña lamida en el mismo sitio.

Josie tenía tanto que decir.

Tanto que preguntar pero su aliento se desvaneció ante la intensa mirada del lobo.

-Josie ¿Y Fido? Es hora de su paseo...

Lizzie irrumpió en la habitación y el momento se rompió.

La loba retrocedió un paso y se alejó de la morocha pasando por sobre sus piernas con agilidad.

-Vaya. Realmente saliste a dar un paseo –. Sonrió al ver a la loba contoneándose en su camino –Necesitas una correa–. Volteo a su alrededor –Jo ¿Dónde tienes la que usas?

De un lindo contoneo la loba paso a trotar unos cuantos pasos que le dieron el poder para saltar y sin usar fuerza tacleo a la rubia hasta llevarla al suelo.

-Ah. No... Espera. No me pises… ¡Josie…!

La morocha ignoro el grito y solo sonrió con cierto humor al ponerse de pie e introducirse en el baño, sin poder quitarse de la cabeza el comportamiento de la versión más expresiva de la cobriza. Solo tratando de imaginar la intensidad real de su sentir.

Sin siquiera poder comprender de dónde venía.

Muchas veces había lo que su sufrimiento, su tristeza y soledad, lo cruel de ser un sentido de Mikaelson y como le pesaban a la más pequeña pero esta vez era tan diferente. Tan intenso que simplemente no podia imaginar de donde, o quien le hacia sentir de aquella forma.

El crujir bajo sus calcetines llamo su atención al desastre a su alrededor. Pasando por los usuales destrozos del lobo casi había llegado a la regadera donde las plumas y algodones se perdían para darle lugar a los cristales y mármol en trozos, a la marca de puños y garras en las paredes y suelos.

A la sangre que corría lentamente hasta la coladera que no se la llevaba con la suficiente rapidez como para que la ignorada.

Cerro el grifo y miro a su alrededor sin palabras. Sin estar seguro de que era más lo que sentía. Preocupación. Tristeza. O hasta cierto enojo porque la cobriza le mantuviera apartada cuando evidentemente le necesitaba y estaba en la otra habitación, quizás un poco hacia ella misma por haberlo ignorado.

Cómo demonios lo había ignorado cuando había notado cuánto le molestaba algo desde la mañana. Cómo podría ser tan inocente para creer que unos besos y abrazos harían magia y borrarían lo que fuera que estuviera mal.

Miro a su alrededor mientras mordía su labio, quizás con demasiada fuerza pero no lo noto.

Sin saber qué hacer.

Cómo solucionarlo.

-No… No te restriegues estás mojada ¡Iak!

El grito de su hermana le mostró lo consciente que estaba la loba de lo que había pasado. Por eso estaba húmedo, había tratado de limpiarse y quizás hasta las toallas desgarradas habían sido un intento o ayuda final.

No.

Hope no estaba separada por completo. Estaba ahí y había tratado de dejarle a oscuras, y eso solo le lastimo y enojo más.

Sin importar los cristales camino hacia la otra habitación. Casi sonriendo cuando vio a su hermana arrastrarse de debajo de la loba para ponerse de pie y en guardia.

-Suficiente.

Lizzie se apresuró hacia el baño pasando junto a su hermana y avivando un pequeño empujón que está ignoro.

Su semblante serio detuvo la persecución de la loba que se detuvo de golpe. Rehuyendo su mirada con cierta vergüenza pero ni un ápice de culpa. Cosa que solo enfureció un poco más a la morocha pero antes de que supiera que decir su hermana volvió a pasar a su lado.

El ruido de aire empujado con intensidad rompió el tenso ambiente que la rubia ignoro por completo luciendo orgullosa con su arma en alto y una sonrisa maléfica.

-Te voy a volver a una bola esponjosa.

La loba volvió su atención a ella y frunció su ceño con desagrado. Eso le encantó a la rubia que sin esperar más se lanzó en su persecución.

Comenzaron a correr por toda la habitación tirando todo sin importar. Cosas que después hicieron tropezar a Lizzie para gusto de la loba que se detenía cerca para sonreírle burlona haciéndole gruñir con molestia y volverse a levantar a la vez que maldecía demasiado.

Josie encontré gracia al juego pero no lo disfruté. No cuando tenía tanto por decir.

-Ven aquí tú tonto lazarillo-. Exclamó Lizzie lanzándole sobre la loba que en el último segundo saltó literalmente la cama sin problemas -¡Ey! Eso es trampa.

Se quejó la rubia apresurándose para saltar sobre el lecho pero enredándose en la manta para terminar cayendo. Sus brazos y cabeza giran por un costado como una muñeca dejada sin cuidado y sus cabellos alborotados convierten una vista desastrosa para lo usual en ella.

Algo que saco una pequeña carcajada seca de la loba.

Lizzie levanto su cabeza un poco y mascullo –Si… ríe pero ya verás cuando te atrapé.

La loba aceleró en un instante para darle la vuelta a la cama y saltar sobre ella aunque esta vez no la evito sino todo lo contrario. Josie pudo ser testigo de un lobo dando un clavado y fue todo un espectáculo.

Cayó sobre la rubia que solo dejo ir una exclamación de desinflado. La loba se sentó sobre sus muslos y comenzó a saltar sobre su espalda golpeándole con sus patas.

-No… Espera. Auch... Basta...

Se quejó Lizzie y entonces algo crujió haciendo que todo se detuviera.

Hope ladeó su cabeza con duda y silenciosa preocupación.

-No siento mis piernas-. Susurro la rubia provocando que sus ojos se abrieran un poco más y su semblante se llenará de ansiedad por un momento –Ah. No. Espera. Solo es tu gran trasero que me cortó la circulación.

Hope dio un resoplido a la vez que Josie no podía dejar ir una pequeña risillas que casi se convierte en carcajada al ver la mirada arrogante que su hermana le dio a la loba.

Está gruño por lo bajo y antes de que Lizzie intentará escapar se lanzó a saltar sobre ella con más fuerza.

-Ah. No. Gorda...

xxxOxxxOxxx

En el suelo yacía la secadora casi sin vida. Luchando por seguir adelante pero solo logrando dar pequeños gruñidos al igual que Lizzie que colgaba sin fuerza de la cama mientras que un gran lobo se relajaba mirando la nieve caer a la vez que la usaba de cama.

Josie estaba recargada contra ellas mirando hacia el mismo paisaje. Perdiendo sus dedos en firmes caricias entre el suave pelaje del pecho de la loba que aparece su cabeza en alto solo para seguir obteniéndolas.

-En algún momento tendremos que hablar. Lo sabes, no.

El ceño de la loba se frunció levemente pero no se permitió alejar su atención del paisaje nevado a las fueras hasta un suspiro cansino se hizo audible que le hizo respingar risueñamente. Volteando para encontrar un puchero molesto en el rostro de la morocha.

-Lo digo enserio…

Una afectuosa lamida en su mejilla fue la única respuesta que recibió antes de que la loba se levantara causó un pequeño quejido por parte de Lizzie que no se movió realmente. Con gracia bajo de la cama de un salto y camino de vuelta hacia el baño sin voltear atras.

Josie sacudió la cabeza y se apresuró a seguirle –Estoy hablando…

La puerta se cerró de golpe casi en su cara, realmente no supo que le sorprendió mas. Que la puerta se cerrara o que una loba tuviera el control de sus extremidades para hacerlo con su pata trasera pero lo dejo de lado; apretó el pomo en su puño e intento abrir pero justo cuando iba a dar el paso al interior el primer crujido sordo resonó.

Se detuvo al instante.

Estremeciéndose ante el sonido que aunque se silenció por un momento al siguiente se volvió más intenso y frecuente. El claro gemido al otro lado le hizo salir del shock, alejar su mente de los dolorosos crujidos.

Dándole un impulso que le hizo empujar la puerta sin esperar que del otro llegara una fuerza inversa que la lanzo de espaldas.

-Esperanza…

-No.

El gruñido profundo entre humano y bestial apareció a las mellizas hasta el punto que Lizzie levantó su cabeza para voltear hacia el baño. El parecido preocupó fue compartido y Josie intentó apresurarse hacia el interior encontrándose con la puerta asegurada.

Los crujidos sordos fueron intensos pero rápidos, casi apresurados hasta que tan pronto como empezó todo término.

-Esperanza. Abre la puerta por favor.

Josie golpeo la puerta pero en lugar de una respuesta recibió el sonido de la regadera que tuvo su siguiente golpe en el aire y miro la madera con molestia contenida en un puchero demasiado adorable para su gusto.

-Esperanza hablo enserio. Tenemos que hablar –. Se quejó volviendo a golpear la puerta.

-Oye Jo…

-¿What? Lizzie-. Soltó con evidente enojo.

Quizás la rubia fuera la más demostrativa pero la morocha era la más explosiva y eso lo sabía cualquiera, en especial su hermana que se encogió un poco en su sitio pero realmente no demasiado.

-Si sabes que eres una bruja, no-. Soltó como si fuera lo más obvio –Y esta casa tiene tanta magia que me siento como una niña llena de azúcar sin haber tomado ni un poco.

La morocha rodó los ojos y volvió a girar hacia la puerta a la vez que una pequeña lucecilla era tomada del suelo y se deslizaba por su pierna hasta su torso para ir hasta su hombro y caer hasta la punta de sus dedos que apenas y tocaron el pomo antes de destrozarlo en pedazos.

-Chi chi chi… alguien tiene que volver al curso de control con tía Bonnie. De nuevo.

Se burló la rubia antes de silenciarse con la mirada fría que su hermana le dirigió por un momento pero luego se concentró en quien realmente quería golpear, o al menos más.

-Espero que tengamos que hablar-. Soltó a la vez que empujó la puerta sin pensar.

Deteniéndose de golpe al ver a la cobriza apenas envuelta en una mullida toalla aunque las gotas eran visibles y se deslizaban de una manera demasiado atrayente para el momento. O eso le pareció porque no pudo evitar seguir una que bajo lentamente por el cuello de esta que solo le miro con una pequeña sonrisa arrogante y una ceja elevada.

-Demonios, Jo-. Su voz profunda saco a la morocha de su ensoñación –Veo que aún no pierdes el toque–. Dijo con tono burlón centrándose en la madera astillada con un agujero del tamaño de un balón de fútbol.

Tratando de ignorar la mirada que le hizo estremecer y por un momento volver a perder el control y dejar que un gruñido posesivo resonara o que al menos sus orbes dorados se centraran en ella pero en su lugar siguió su andar hacia el vestidor de junto.

El puchero molesto había desaparecido dejando solo sus labios entreabiertos sin que lo supiera y sus ojos fijos en la figura que se alejó. Solo cuando volvió a desaparecer tras una nueva puerta fue que despertó y volvió a perseguirle, sacudiendo la cabeza mientras se golpeaba mentalmente con un pequeño sonrojo colorando sus mejillas inevitablemente.

-Espero que tengamos que hablar-. Soltó demandante sin entrar en el vestidor donde el sonido de ropa era claro.

-Eso ya lo dijiste pero aún no veo de qué exactamente –. Respondió Esperanza sin asomarse.

-¿Es un enserio? –. Exclamo Josie quizás con demasiada más fuerza que la que realmente quería pero ni siquiera lo pensó –¿Por qué tu lobo estaba aquí? ¿Volviste a perder el control…?

-Estoy bien-. Dijo la cobriza con demasiada simpleza mientras miraba su mano que temblaba incontrolablemente y el dolor de la presión que era cambiar tan rápido aun rezumbaba dolorosamente en sus huesos o el profundo deseo de volver a cambiar sujeto a su temperamento que seguía enardecido.

Hizo una pequeña mueca y siguió con el movimiento de colocarse una simple blusa de cuello V.

-Estas bien… ¡¿Estas bien?!

La frustración era más que palpable en la morocha que solo quería patear la puerta pero apenas se contenía y cuando estuvo un punto de no hacerlo la cobriza volvió a aparecer frente ella completamente vestida con su cabello húmedo sin cepillar.

Su puchero se pronunció al ver la tranquilidad en ella.

Al ver la mentira en su máscara que bien conocía.

-Entonces ¿Cómo llamas a todo esto?

Señalo al desastre que aún era el baño.

Hope seguidamente su mano y sus ojos se deslizaron por el lugar como si no encontrara nada fuera de lugar –Lobo y regadera no una buena idea.

La sonrisa oculta claramente fue vista por la morocha que aguantó su mirar provocando que la cobriza no pudiera mantener más su semblante serio y la comisura de sus labios se elevó un poco pero Josie solo pudo verlo un momento antes de que esta pasara por su lado.

Con un simple chasquido de sus dedos la quietud en el baño se rompió y como en recuperar los trozos del suelo volvieron a unirse sin dejar una marca de que alguna vez había sido diferente.

Cuando la quietud volvió, la cobriza solo hizo un movimiento con su mano y su cabello se secó.

Sonriendo arrogante volteo hacia la morocha que no había perdido su semblante malhumorado –Estoy bien, amor. Nada de qué preocuparse.

Josie dejo ir un resoplido y miro hacia otro lado tratando de controlar el fuego en su interior que solo quería que gritara, quizás golpeara un poco a la terca loba que se negaba a dejarle entrar pero aun no era algo muy seguro.

Le vio salir hacia la habitación y le siguió por simple inercia, sin querer dejar el tema sabiendo que realmente podría tener lo que quería si solo la cobriza se quedó quieta y le dejaba un momento para hablar.

Por supuesto, Hope sabía que es lo que quería y sabía que no podía negarse demasiado si se llegaba a ese momento así que solo tenía un plan.

Su tío Elijah le había enseñado que no había vergüenza en la retirada, aunque el orgulloso de su lobo no pudiera evitar gimotear ante su paso acelerado para obtener espacio. Y quizás hasta hubo un pequeño resoplido burlón pero no le puso mucha atención.

-Espero espera.

-I can't. Es mi turno de la tortura –. Soltó mirando a la rubia caída ya que solo levanto el pulgar como respuesta haciéndole sonreir –Sera mejor que vaya antes de que vengan a buscarme con poca delicadeza.

Sin dejar de moverse, tomo sus botas y se las pusieron dando pequeños saltos mientras Josie ocupaba de igualar sus movimientos.

Realmente pareciendo que huía despavorida de la morocha.

O al menos eso le pareció a Lizzie que se fue levantando sin dejar de observar a la pareja y no pudo evitar reír por lo bajo al ver a la gran y ruda loba correr lejos de su hermana que no dejaba de llamarle en voz alta tratando de detenerle. La escena le pareció tan digna de admirar que se apresuró a levantarse, aunque su espalda crujió un poco, y les siguió fuera de la habitación.

-Esperanza.

El tono molesto de la morocha resonó por el hueco central de la mansión haciendo que tuviera más potencia.

Hope no pudo evitar detener su paso que estaba a punto de tocar la planta baja y girar a mirarle con dulzura que le arrebato el aliento a la morocha que también se detuvo.

Le sonrió suavemente prometiendo en silencio que todo estaba bien.

Tratando de robar la preocupación que vibraba en su vínculo pero no era suficiente para Josie que dio un pequeño paso y estiro su mano llamándole en silencio pero con tal intensidad en sus ojos que la loba se movió para ir.

-Y yo que deseaba ir a cazarte –. Soltó Allison rompiendo el momento.

La sonrisa arrogante volvió a la loba al igual que su semblante seguro y apartado volvía a dominar su cuerpo frente a los ojos de la morocha que solo pudo maldecir a la vampira que se acercó.

-Sabes que no tendrás oportunidad, cierto.

Allison soltó una falsa carcajada a la vez que tomó su mano y tiraba levemente para terminar de descender hasta que sus cuerpos casi chocaron –A quien le importa, sabemos que la persecución es lo realmente interesante. Y cariño, se hacerlo tan de maravilla que puede que te dejes atrapar.

Mientras decía lo último dio un paso más entrando demasiado en el espacio personal de la loba que no retrocedió. Entre sus brazos que solo levantarse para atraparle a la vez que la cobriza ladeaba levemente su cabeza y reía por lo bajo.

Allison sonrió pícaramente al ver el pequeño sonrojo ganado y los disfruto sin soltar su mano con la que le empezó a guiar hacia el salón vestidor –Ven cariño…

Josie dejo ir un bufido profundo a la vez que sus labios se apretaban. El ardor que había estado molestándole desde hace un rato de pronto se hizo más notorio pero se negó a responder ante la evidente provocación porque por supuesto que vio la mirada de la vampira en ella por un pequeño instante seguido por un toque burlón en su sonrisa.

Se negó a caer en su juego, cualquiera que este fuera porque realmente aun no lo entendía o realmente no quería pensarlo demasiado.

Era bastante seguro que si lo esperaba le explotaría.

Respiro profundo varias veces mientras bajaba los escalones siguiéndoles en silencio porque por supuesto que no iba a dejar sola a Hope con esa vampira graciosa. Sin notar como su hermana también les seguía y negaba sonriendo ante sus exhalaciones que no dejaban de sonar como pequeños bufidos, y el pequeño quizás sutil ardor en su estómago que no le pertenecía.

Allison guio a la cobriza hasta el vestidor y al apenas pasar las puertas se giró hacia ella sin dejar de caminar hacia el interior –Muy bien, cariño. Tiempo de que te quites la ropa para mí.

Hope dio un respingo risueño con un toque nervioso antes de que se doblara con dolor llevando su mano hacia su pecho. Sintiendo como si tirarán de sus tendones hasta su corazón donde fue más que claro el "clac" de algo.

-¡Josie no…! –. Exclamo Lizzie.

La bruja no detuvo su hechizo o el movimiento de sus manos y con una mirada fría lanzo una bola de fuego del tamaño de una pelota de playa hacia la vampira que le miro sorprendida pero aun con un toque burlón.

El fuego avanzo en un parpadeo pero a centímetros de tocar a la vampira que no tuvo tiempo de reacción, esta fue empujada por la cobriza que sin querer se metió en el camino. La bola le golpeo directo en las costillas rompiendo algunos antes de lanzarle por los aires hasta atravesar un ventanal.

La frialdad en Josie se desvaneció a la vez que el estruendo le hacía despertar.

-¡Esperanza!

-¿Qué demonios paso? –. Exclamo Rebekah apareciendo en un borrón con sus cabellos un poco desordenados. Seguida por su esposo que ya portaba una espada en la mano.

Allison soltó una carcajada –Tenías razón. Es peligroso… perfecta para la familia.

Sin entender la rubia miro hacia la bruja que había corrido hacia el ventanal destrozado y tratado de saltar sin hacerse daño.

-Genoveva. Explícame por favor, querida –. Pregunto a la rubia a su lado.

-Nada. Mi hermana solo es posesiva con su mascota y tiene problemas de ira –. Dijo encogiéndose de hombros y al voltear hacia la mayor sonrió pícaramente –Tía Becks ¿Estabas enrollándote con Marcel?

-What -. Soltó Rebekah desconcertada ante la información y la pregunta pero pronto negó a la vez que instintivamente peinaba sus cabellos –No. Claro que no. Tenemos visitas y menores en casa, sería muy descortés.

Lizzie dio un respingo risueño –Primero. Ya no somos unas niñas y en la escuela nos han hablado sobre los pájaros y abejas así que relájate y segundo. Tu labial esta corrido.

Marcel rio por lo bajo orgulloso de recibir un golpe en el hombro por parte de su sonrojada esposa que lo lanzo por los aires.

oooXoooXooo

La conversación llenó el salón pero Hope ni siquiera lo noto.

En silencio volvió al sitio luego de su, no recordaba, baño del día. Intentando no llamar la atención, en especial la de Allison que podría llegar a ser demasiado intensa y aunque estaba acostumbrada dudaba que fuera algo que Josie soportará.

Bueno ya había quedado más que claro que no lo hacía ni un poco.

Sin tener que pensar o buscar pudo hallar a la morocha compartiendo un sofá con su hermana que animada conversaba con Rebekah y Allison.

Hope sonrió sutilmente al ver el adorablemente puchero molesto que se movía en pequeñas ocasiones y al concentrar solo un poco pudo escuchar el murmullo imitador lleno de molestia hacia la vampira. Pero la sonrisa desapareció al ver la postura de su cuerpo y el velo culpable en sus ojos bajos.

-Demasiado acosadora, no cree.

Enseguida paso su atención hacia su hermano que sentado junto a su esposa, relajadamente bebía una copa de whisky entreteniéndose solo con pasar sus dedos por los preciosos cabellos de su amada. Algo que sin duda podría y planeaba hacer por el resto de su eternidad pero ahora tenía otra actividad.

Le sonrió sutilmente pero con silenciosa burla en su ser que solo robo un bufido de ella.

Rodo los ojos y volvió su atención a la morocha –Debo acostumbrarme a mi destino así que no veo el problema en practicar ¿Tienes algo que decir?

Marcel frunció levemente su ceño y negó sutilmente –Seguirás con eso.

-Por supuesto. Ella es y siempre será libre de ir y venir de mi lado, obviamente. No soy una Salvatore psicópata posesiva.

En esta ocasión hasta una carcajada baja fue robada de su tía que cubrió sus labios pero lanzo una mirada pícara hacia su sobrina.

La cual no pudo soportar más ver a la morocha encogida en su sitio, casi tratando de desaparecer por su causa.

Abandono la seguridad de la oscuridad del rincón desde que acechaba y camino hasta el sofá de las mellizas ignorando el mundo. Aún cuando estuviera algo reducido se acomodo entre ellas, por molestar a la rubia y para darle la espalda en cierta forma a la vampira.

-Oye. Estás demasiado esponjosa –. Se quejó Lizzie pero aun así le hizo un poco de espacio aunque con sus dos manos le empujó para que se fuera.

-Lizzie déjala en paz-. Reprendió Josie a la vez que se encogía todo lo posible contra el brazo del sofá.

La cobriza volteo sacándole la lengua provocando un resoplido y ojos rodando por parte de la rubia que pronto frunció su ceño para luego empezar a empujarla más fuerte y darle algunos golpescillos.

-Lizzie basta.

Hope de rio por lo bajo ante los débiles golpes que no paraban y al escuchar la burla la rubia se movió más rápido inyectando un poco más de fuerza en sus manos. Sin querer golpeando una de las costillas que aún estaban sanando y ganó que la loba se encogiera hacia su costado a la vez que respingaba.

-¡Genoveva! –. Exclamó Josie alarmada apresurándose a tratar de revisar a la loba que solo levanto sus manos y negó con una sonrisa dolorosa.

-UPS -. Soltó la rubia con cierta culpa a la vez que dejaba sus manos en alto mientras se cercioraba que estuviera bien por un momento para luego encogerse de hombro –Lo olvidar.

-¿Cómo pudiste olvidarlo si literalmente voló por la ventana? –. Exclamó su hermana con molestia aún peleando en silencio con la loba para que le dejara revisarle.

Lizzie se encogió de hombros –¿Eso que tiene de especial? Le pasó a diario con los monstruos.

Rebekah y Marcel pusieron atención a la pelea con evidente molestia.

La esperanza prefirió ignorarlo. No era tan importante y realmente no quería volver a sufrir un sermón de su parte.

Rodeo la cintura de la morocha en un movimiento y al siguiente la aproximación a su cuerpo lo suficiente para que estuviera sentado a la vez que aprovechaba para unir sus frentes y robarle cualquier reprimenda que estuviera preparando para su hermana.

Le miro a los ojos y le sonrió suavemente –Estoy bien, amor.

Josie resopló y rodó los ojos aunque eso no borro su pequeño sonrojo por la sorpresiva cercanía abrumadora –Tienes que dejar de decir eso.

-No veo porque, es la verdad. Tú tienes que dejar de preocuparte por todo… Soy la gran trihibrida y una simple bola de fuego dudo que pueda hacerme algo –. Afirmó con arrogancia.

Josie frunció su ceño y pico con firmeza sus costillas haciéndole saltar a la vez que borrara su orgullo y ella sonreía en su lugar –¿Me decían?

Hope rio por lo bajo y negó levemente –No me dejaste terminar. Una bola cualquiera no me haría nada pero las tuyas, maldición love, tienes el toque.

Fue el turno de la morocha de reír por lo bajo y negar. Volteando hacia otro lado mientras sus mejillas aumentan un poco de tono ante el encanto de la loba que no le dejo ir.

Aprovechando su buen humor, pellizco con delicadeza su mentón y devolvió su mirada a ella. Ignorando el tartamudeo del corazón de la morocha.

Le sonrió dulcemente pero le miro con firmeza –Eres un peligro andante, love pero aun así estoy bien. No me lastimaste. No puedes.

Josie asintió en silencio sintiendo cierta molestia que no supo definir con un sentimiento mientras los restantes en la sala solo les miraban con incredulidad casi burlona mientras Hope suavizaba su semblante observándole con cierta tristeza hasta que resoplo y volvió a sonreír con suavidad viendo como ya no parecía tan molesta como al principio…

La conversación continua junto a la noche donde viejas historias amenizaron el ambiente junto a bastante vergüenza para todos en algún momento incluyendo a las mellizas, o en especial a Josie que no dejo de ocultarse en el cuello de la cobriza gracias a su hermana con sus recuerdos infantiles que sin que notará robaban sonrisas suaves de quién le rodeaba estaba con sus brazos.

Hope estaba cómoda en el ambiente relajado y alegre que tener a su familia a su alrededor le provocaba. Notando solo en ese momento como era tan parecido a cuando estaba en New Orleans y tenía noches de conversaciones tontas con sus tíos.

Amaba esas noches aunque ya hubiera escuchado sus historias tantas veces que las sabía de memoria sin esforzarse. Y no pudo evitar pensar en sus padres, en sus propias noches con golosinas dónde se acurrucaba entre sus brazos mientras les escuchaba desvariar con sus aventuras y los detalles que siempre cambiaban ocasionando pequeñas discusiones graciosas que normalmente terminaban con su padre sonriendo arrogantemente y su madre resoplando con molestia a la vez que giraba sus ojos.

Algunos habían cambiado de asiento, mostrando su comodidad con el momento.

Rebekah dejo la elegancia para volver a sus tiempos de juventud y acomodarse en el suelo cerca de la chimenea con Lizzie sentada frente a ella dejándole trenzar sus cabellos.

Allison se encontraba tirada frente a ellas desgarbadamente con una botella de champagne a su lado con la que rellenaba su copa cada tanto y Josie y ella se habían unido en el suelo para formar un semi círculo frente a la chimenea que crispaba cada tanto pero daba ese toque hogareño y cálido que todo invierno debe tener.

La morocha soltó un suspiro relajado. Acomodándose mejor contra el costado de la cobriza que le enseñaron entre sus brazos y recargaba su mejilla contra su coronilla.

-... Y así fue como supe que el ballet no es lo mío.

Finalizo Lizzie su historia con el dramatismo que solo ella podría dar una simple historia de niñez.

-Lanzando a la instructora por los aires-. Agrego pícaramente Josie riendo un poco por lo bajo.

-Se lo merecía-. Se defendió inmediatamente la rubia para luego sonreír con malicia -Además, no fui yo quien la tiró por la ventana.

Todas las miradas risueñas fueron hacia la morocha que se sonrojo y se encogió un poco en el sitio para luego desviar la mirada.

-Te hizo gritar-. Soltó en un susurro intentando defenderse.

Rebekah le sonrió con afecto y toque orgulloso que robaron una pequeña sonrisa de la morocha.

-No me estoy quejando –. Lizzie se encogió de hombros –Se lo merecía por recargar su rodilla en mi espalda y hacerme estirar de más.

-Así que… lanzar por la ventana es lo tuyo –. Afirmó Allison con una sonrisa.

Josie quiso mirarle con molestia pero luego de unas horas conversando sin que está volviera a aproximarse a Hope, ya no tenía tanta agresión hacia ella. Bueno, en su mayoría.

Así que al final soltó un resoplido risueño y se encogió de hombros antes de tomar su taza de cacao caliente del piso.

Allison se estiró hacia ella con su copa por delante que fue chocado por la morocha –Buena chica.

Josie sonrió levemente y dio un sorbo de su bebida mientras la loba le miraba con una suave sonrisa. Admirando la facilidad que tiene para hacer a un lado su rechazo y decidir tratar de conocer a la otra persona. Darle otra oportunidad.

Pero algo llamo su atencion.

El suave toque de las notas de piano que su hermano produjo con simpleza.

Le vio sonreír hacia su esposa que embelesada le sonrió tontamente. Bastando para que esté se animará a borrarlos con una pequeña serenata clásica que la mujer bien reconocía como una muy antigua canción de amor.

Una tan antigua que solo sus hermanos conocían y que Elijah se había ocupado personalmente de adecuar para el piano.

Hope sonrió al ver su amor llenar el ambiente. Al recordar su boda donde la misma tonada había fungido cómo su vals pero no pudo evitar estremecerse.

Ese frío helado que le acompañaba de pronto se volvió más intenso. El vacío profundo en su pecho punzo tan notoriamente que casi le arrebato un gesto.

Había empeorado desde el hechizo de Josie.

Toda la sensación se había multiplicado por 10 volviéndose algo que ya no podía ignorar. Haciéndole aceptar que debería hablar de ello pero eso lo haría luego, por ahora solo se concentro en silenciar la sensación para que su corazón no se partirá o se volviera tan notorio hasta para la morocha entre sus brazos.

Principalmente eso.

La canción llegó a su fin mientras estaba en ello y los aplausos aunque pocos fueron claros para el hombre que se levantó para clavar una rodilla al suelo y tomar la mano de su esposa que llevo a sus labios. Depositando un beso suave pero decidido sobre sus nudillos mientras sus miradas se unían con intensa adoración.

Josie sonrió con ternura al verlos. Deseando tener eso mismo. Instintivamente pegándose un poco más a la loba y voltear para esconderse un poco contra su clavícula.

Allison termino de aplaudir –Siempre es un placer escuchar a un Mikaelson aunque hay alguien que hace mucho no me satisface aunque le ruegue.

Se quejo pasando su atención de la pareja que unió sus labios hacia la cobriza que salió de su ensoñación al sentir como el sifón saltaba fuera de sus brazos y se giraba hacia ella con sus grandes ojos puestos en ella con un toque de sorpresa y emoción.

-¿Tu toca?

Le miro desconcertada sin saber que decir. Aún demasiado aturdida por el rápido momento de salir de su cabeza.

Lizzie rodo los ojos –Por supuesto que lo hace. A este ritmo me dirán que también puede hacer malabares.

Rebekah afirmó sonriendo –Kol le enseño.

-Demonios.

Se quejo la rubia menor haciendo reír a todos menos a la pareja que seguía mirándose. Hope con evidente reticencia a aceptarlo mientras Josie con clara ilusión y expectativa.

Marcel sonrió al verles y cierto picares cruzo por su mirar –Por supuesto que lo hace–. Respondió por ella provocando que la mirada de la morocha brillará mientras su hermana se encogía mascullando insultos por lo bajo que casi le robaron una carcajada –Es obvio que cualquier hijo de Klaus terminaría estudiando con el mejor pianista de la historia.

Hope negó –A diferencia de ti, hermano, solo tuve algunas sesiones hace demasiado así que dudo que sea algo digno de tener público.

Respondió sin apartar la mirada del sifón que en lugar de desilusionarse solo pareció que su emoción se multiplicaba provocando que el pánico de la loba le imitara.

-Sabemos que fue más que suficiente-. Dijo Rebekah y su sobrina enseguida volteo a verle con ansiedad esperando que le ayudara, y por supuesto ella respondio a su llamado –Pero a las pruebas me remito. Anda. Muéstrale.

La negativa inmediatamente llegó a sus labios pero se desvaneció ante el apretón emocionado en su mano.

Dejo de amenazar a su tía con la mirada para suavizar todo su ser ante el brillo en el hermoso caoba frente a ella.

No había salida y sin luchar demasiado lo acepto a la vez que dejaba ir un suspiro profundo que fue el perfecto fondo para su suave semblante.

Suspiro y rodo los ojos antes de soltarse del agarre y ponerse de pie.

-Advierto que hace demasiado no toco una tecla.

Josie que se había levantado con ella, sonreía con todas sus fuerzas –Esta bien. No importa.

Le tomo de la mano y casi dando saltillos le acompañaba, aunque parecía más que le arrastraba, hacia el piano de la sala.

Hope se acomodo en el asiento, por un momento esperando que la morocha se sentará a su lado pero este fue abruptamente interrumpido por un escalofrío venido desde lo más profundo de ser. Resonando por sus venas mientras su mirada se perdió en las teclas de mármol que con duda acarició con la punta de sus dedos. Pareciendo que utilizando de recordar cómo debía golpear cada una aunque en realidad dejo de estar presente.

No pudo evitar cerrar sus párpados con firmeza al sentir como algo se descubrió de su ser. Robándole el aliento y dejándole una sensación de frío vacío. Helado hasta los huesos.

El recuerdo de su breve muerte a garras del Hollow le golpeó como un mazo del que había huido desde hace años pero la risa de Josie irrumpió y como una burbuja que explotó en su pecho la calidez volvió a recorrer su ser como una marea que fue hasta la punta de sus dedos.

Tomo una tecla solo siguiendo su instinto que obedecía a cierta voz en su cabeza. Tomándose unos segundos para saborear su sonido antes de pasar a la siguiente y la siguiente.

Cuatro en total pero sus ojos no estaban en las teclas. Seguían las manos grandes con gemelos brillantes sobresaliendo contra el blanco de los puños de una camisa que podría apostar era impoluta.

-Ves. No es tan dificil, princesa.

Al susurro tras su oído reaccionar para comenzar a tocar con su otra mano que se había mantenido oculta.

Ignorando como se había hecho el silencio a su alrededor, o como su tía y hermano congelaban sus expresiones con claro dolor en sus miradas que solo mostraba una milésima del que les atravesaba mientras le observaban.

No mas hablar de la oscuridad

Olvidate de estos miedos de ojos abiertos

Estoy aquí, nada puede hacerte daño.

Mis palabras te calentaran y calmaran.

Déjame ser tu libertad

Deja que la luz del día seque tus lágrimas

Estoy aquí, contigo, a tu lado

Para guardarte y guiarte

La voz de Elijah llena su cabeza, sin saber que la propia en un susurro claro le repetía con claridad.

Di que me amas cada momento de vigilia

Voltea mi cabeza con charlas de verano

Entonces la voz de su madre llego con potencia. Con esa fuerza que le caracterizó pero también su profunda dulzura que solo su hija conocía ya la que sus ojos se humedecieron. Una caricia viva en su mejilla junto con su aroma en el ambiente fue todo lo que pudo soportar antes de que su voz comenzara a temblar.

Di que me necesitas contigo ahora y siempre

Prométeme que todo lo que dices es verdad

Eso es todo lo que te pido

Escucharles juntos le rompio el corazon.

La añoranza y tristeza le inundaron pero también la culpa de saber que ella siempre fue el motivo de que sepultaran su amor bajo un "Después ".

La sonrisa amorosa de su madre observándole mientras seguía tocando. Sabiendo que todo ese amor en su mirar no era solo para ella, le arranco una lagrima. En ese momento en que Hayley podía tener a las dos personas que más amaba en el mismo sitio, era sin duda uno de los más felices que tuvo y fueron tan pocos que era injusto.

Déjame ser tu refugio

Déjame ser tu luz

Estás a salvo, nadie te encontrará.

Tus miedos estan muy lejos de ti

La voz de Klaus entra en esa parte.

El aroma a whisky lleno su presencia y en su recuerdo o quizás momento, estaba de pie junto al piano sonriendo con orgullo en sus ojos mientras le veía tocar encantado. Acercándose a acunar su mejilla mientras cantaba prometiendo cada palabra con su corazón.

Hope apretó sus parpados queriendo alejarse de la vivida sensación hasta el punto de mover su cabeza y bajar su rostro. Respirando temblorosamente ante el llanto contenido. Sin saber ni siquiera como podía seguir cantando.

Sin poder evitar regresar su mirada a ellos.

A su padre sonriendo que comenzó a rodear el instrumento, pasando tras su madre que descansaba cómodamente entre los brazos de su tío ya la que le dio un guiño presumido señalando a su pequeña haciéndola soltar un bufido risueño.

Algo que le robo su propio resoplido risueño mientras bajaba la mirada con tristeza.

Todo lo que quiero es libertad

Un mundo sin mas noche

Y tú, siempre a mi lado

Para abrazarme y esconderme

La potente voz de su padre le sobresalto y llama su atención para encontrarle junto a Josie.

Di que compartirás conmigo un amor, una vida

Déjame salir de tu soledad

Di que me necesitas contigo aqui a tu lado

Donde quiera que vayas, déjame ir también

Ámame, eso es todo lo que te pido

Y dejo ir su voz con aterciopelada potencia.

Dejando ir todo su amor por ellos hasta que su mirada encontró a la morocha. Rogándole que le permitiera amarle sin saberlo.

Di que compartirás conmigo un amor

Una vida de la palabra y te seguiré

Comparte cada día conmigo, cada noche, cada mañana

Dime que me quieres

Ámame, eso es todo lo que te pido

La conexión aumentó mientras solo el piano se escuchaba.

Ignorando como Klaus se acercaba a su hermana para depositar un beso en su coronilla para luego palmear con firmeza el hombro de su hijo para al final darle un apretón afectuoso.

Hayley rodeo con sus brazos a la rubia, susurrando un gracias a su oído que no escucho pero fue sentido. Y sujeto la mano de Marcel otorgando un apretón firme como su mirada sin un atisbo de duda que le ordeno en silencio que continuara cuidando a su pequeña.

Elijah peino los cabellos de su hermanita en una suave caricia y deposito un sentido beso en su frente haciendo que está dejaran caer las lágrimas que tanto había luchado por soportar. Marceló su puño sonriendo con tristeza pero con amor claro aún bajo la humedad en su rostro y mano afectuosa que se posó por un instante en su hombro como cuando era solo un niño.

Donde quiera que vayas, déjame ir también

Ámame, eso es todo lo que te pido

Josie sintió como la tristeza inundo el ambiente pero no podía apartar su mirada de la cobriza, en especial en ese último párrafo que hizo su estremecer su ser.

Su corazón vibro enloquecido y el calor lleno su ser mientras el zoológico entero danzaba en su vientre que caía desde lo más alto de los aires a toda velocidad, y sin ningún miedo oculto en el zumbido de sus oídos.

Aturdida por el golpe de todo su sentir.

Dudando de la calidez, sin saber si le pertenecía solo a ella o la recibida.

Ignorando como el sonido de la última tecla se perdía y los Mikaelson se alejaban hacia el fuego de la chimenea.

-¿No pudiste elegir… no sé, Dua Lipa o algo de esta generación? Hermano.

-Creo que es un bello clásico.

Hayley abrazo el brazo de Elijah situándose entre ambos –Yo creo que fue hermoso.

Klaus se quejó hacia el cielo –Maldición, toda una eternidad con ustedes será una tortura… Lexie tiene razón. No más tardes de música con Stefan. No vaya a ser que se corten las venas con una paleta –. La pareja rodo los ojos negando –¿Vamos a molestar a Kol?

Hayley se encogió de hombros –Claro pero primero vayamos a darle las buenas noches a Nikkie.

-Es tan linda-. Dijo Elijah sonriendo suavemente.

-Por supuesto. Es una Mikaelson y mejor aún, una Nik –. Soltó Klaus sonriendo con arrogancia.

Desapareciendo primero entre las llamas y el muro de la chimenea pero seguido sin dudar por la pareja que rodeo sus ojos.
-Una eternidad con ese ego, nos volverá a matar–. Dijo Hayley.

Elijah beso su nudillo –Peor aún… puedes vivir con ella toda una eternidad.

-Hay no…

Se quejó la castaña a la vez que desaparecían juntos por el mismo muro, bajo el escudo de la familia hacia donde Rebekah y Marcel voltearon en cuanto la música finalizó.

Sin saber qué es lo que buscaban pero sabiendo que había algo. Al no hallarlo se vieron entre ellos confusos con lágrimas en sus rostros pero una pequeña sonrisa de consuelo en sus pechos. Preguntándose en secreto si la cobriza había desarrollado un nuevo poder y al querer preguntarle, no se atrevieron a hacer ningún sonido.

No cuando Hope miró con tal intensidad a Josie gritando de la única forma que podía todo su amor y la bruja regresando cada molécula de su sentir.

-Si sabes que a veces gritas "Niña mimada" con fuerza, no –. Soltó Lizzie sin pensar robando un respingo risueño de todos.

oxoxoxoxoxoxooxoxoxox

"All I ask of You" del fantasma de la operá, mi versión favorita es con Matt y Savanna Shaw de youtube