-Es hoy. Es hoy. Es hoy.

Una estridente voz con demasiado ánimo para el gusto de cualquiera resonó por la habitación. En especial para la que apenas entendió entre la niebla de sus sueños.

-Lizzie… Siempre es hoy –. Dijo Josie con voz adormilada sin siquiera intentar luchar contra el peso en sus parpados.

-Hoy… Mañana… Ayer. Día del futuro presente pasado. Me da igual –. Se quejó la rubia para luego removerse en su sitio hasta volver a encontrar el perfecto para volver a su sueño –No molesten…

En un segundo sus parpados se abrieron por completo apenas reconociendo que se miraban entre ellas antes de que la magia tomada de donde fuera abandonara sus dedos.

Sus hechizos parecieron danzar entre ellos por el par de metros que atravesaron antes de golpear un cuerpo que aunque trato de esquivarlos sin suerte ante de la sorpresa del ataque.

El cuerpo salió volando mientras las mellizas saltaban fuera de la cama con torpes movimientos.

Josie no tuvo que mirar a su alrededor para saber que Hope no estaba junto a ella o nadie hubiera podido siquiera entrar en la habitación sin que gruñidos y gritos agónicos fueran lo que les despertara. Y aunque esto le inquietaba, la magia crepitante empujada en su ser con arrebatadora intensidad que exclamaba apoyo.

Murmurando en su oído que usara su poder para quemar el mundo y a quien fuera necesario para protegerse.

Gritando en su vínculo que sabía que podía hacerlo. Que confiaba en que podía cuidarse y sabía que no le necesitaba a su lado para hacerlo.

Esa confianza ciega hizo explotar fuegos artificiales en su estómago mientras la adrenalina hacia correr su mente a mil por hora y la confianza llenaba sus venas con fuerza a cada latir.

Lizzie sintió su vibrar que golpeo su mente con brusquedad.

Tanta que por un momento fue demasiado y le hizo tensarse con pánico a la vez que el ruido en su cabeza aumentaba súbitamente. Aferrándose a su control que no titubeaba, aunque lo creía fielmente.

Y entonces la mano de su hermana le aferro con fuerza a la vez que su vínculo comenzaba a calmar su pulso hasta que fue lo suficiente bajo para que pudiera escuchar el susurro escondido, aquel que había aprendido a reconocer a traves de las semanas, le repitió una y otra vez…

"No estas rota"

"No tengas miedo de ti y tu grandeza"

"No te abandonaremos. Jamás"

Sus ojos rodaron un poco haciendo una pequeña mueca ante la voz pero al final su mirada se suavizo mientras una pequeña sonrisa apenas perceptible se hacía presente por un milisegundo.

Sus miradas se cruzaron por un instante donde se dieron un leve asentimiento seguro.

Listas para lo que fuera.

-Maldición, mis niñas. Estoy dolorosamente orgulloso –. Dijo una voz desde los escombros de un librero que se sacudieron para pronto mostrar a un risueño hombre.

*

En el bosque una mancha blanca se movía con agilidad entro los árboles y matorrales haciendo que la nieve en ellos cayera ante su paso.

Con sus instintos abiertos al mundo tanto como le era posible. Atenta a cualquier sonido o aroma que no perteneciera, y conocía el lugar con tal exactitud que realmente no debía estar tan nerviosa pero no podía evitarlo.

Se detuvo en lo alto de una roca, irguiéndose tanto como le era posible para tener mejor visión. Sus orejas levantadas captando el sonido de fondo que poco a poco fue irrumpido por desordenados pasos potentes que mantenían cierto ritmo sutil mientras destrozaban la nieve acumulada hasta raspar la tierra oculta, respiraciones agitadas llenas de vitalidad que llenaban su pecho de calidez.

Esa misma calidez era la que le impulsaba a romper el orden natural. La tradición jerárquica que dictaba su sitio al final del grupo pero simplemente olvidándola prefería adelantarse para tener la certeza de su seguridad.

A salvo.

En caso de ser necesario, luchar por ellos. Protegerlos.

Una sensación rozo su pelaje a la vez que Jed en su forma lobuna pasaba frente sus ojos seguido por el resto en la forma de su preferencia pero juntos como cada mañana. Las sonrisas en sus rostros aumentaron la sensación que comenzó en su pelaje y pronto impregno su pecho vibrante ante la familiaridad. Obligándole a ocultar su propia sonrisa orgullosa que su semblante no contuvo realmente invisible pero el dulce aroma a hogar tampoco se lo permitió.

En una simple brisa la sensación se desvaneció dejándola solo con una suave sonrisa satisfecha que hizo feliz a su manada.

Bajo de un salto de la roca y comenzó a trotar junto a Rafael que en su forma humana era el guardián final del grupo. Este le miro con culpa y está trato de borrarlo dándole un empujón.

Mientras volvía a acelerar adelantando el grupo fue golpeada por la dolorosa sensación de caer en un lago congelado, con miles de agujas atacando su piel a la vez haciendo crujir con electricidad cada terminación sensorial. Su gemido fue claro y profundo.

Conocía esa alteración en su magia pero nunca había sido tan intensa ni dolorosa.

Instintivamente se obligó a luchar contra el dolor hasta alcanzar a Jed, dándole una señal de que algo iba mal antes de dar un giro cerrado utilizando el tronco de un árbol que crujió ante el choque de sus patas.

El tirón se concentró en el centro de su ser y aumento la intensidad como si tratara de arrancarle las entrañas. Sus patas tropezaron y rodo por la nieve mientras reconocía la rara conexión al vinculo de las mellizas. A la vez que también veía que no había forma que estuviera a su lado a tiempo por más que lo deseara.

"Pueden hacerlo... Destruyan a quien sea que trate de dañarlas... Las dos pueden hacerlo. Sé que pueden..."

Y mientras repetía sus pensamientos con seriedad, esperaba que escucharan. Confiando ciegamente a la vez que empujaba su magia tanto como fuera posible.

Relajándose de golpe al percibir lo ocurrido, o al menos cierta idea cercana, y deseando volver en un segundo para mordisquear con fuerza poco controlada.

*

Las puertas abiertas por completo le dieron la bienvenida a la mansión permitiéndole ingresar sin necesidad de romperlas de nuevo o disminuir su velocidad. Sus patas golpearon el suelo de mármol por donde no pudo evitar derrapar en varias ocasiones mientras corría inquieta por todas las habitaciones.

Sabía que estaban bien.

Lo sentía pero aún tenía la urgencia de asegurarse de ello. Paso por el recibidor, la sala y la biblioteca donde se tomó un momento para gruñirle desde lo profundo de su pecho a su tío que colgaba de cabeza atado por completo.

-Solo las desperté.

Trato de defenderse pero eso no evito que le golpeara con su pata con tal fuerza que lo hizo estrellarse contra los libreros cercanos en varias ocasiones al ser un péndulo sin control.

Quizá fueron sus golpes y quejidos lo que llamó la atención de los demás en el hogar. Lo que fuera llevo a Josie a asomarse por el pasillo principal junto a Rebekah que sonrió suavemente al ver el brillo en sus ojos dorados cuando les encontró. Se dio la vuelta siendo la loba acelerando hacia ellas lo último que viera.

Josie avanzo algunos pasos hacia ella con una gran sonrisa en su rostro. Riendo por lo bajo al verla usar su trasero para tratar de frenar y fallando hasta hacerle caer de costado estrepitosamente pero enseguida se levantó como si nada para rodearle dando saltos emocionados a la vez que no dejaba de rozarle con su ser. Marcándole a la vez que se cercioraba de que estuviera bien.

La sifón sabía lo que hacía y se quedó inmóvil dejándole mientras clavaba sus dedos entre su pelaje rozando su lomo y costados disfrutando de la suavidad conocida.

Hope dio un respingo de alivio y se detuvo frente a ella que se acuclillo, permitiéndole acariciarle tras las orejas mientras se restregaba contra sus mejillas para luego dejar una lamida y mirarle con dulzura.

Le dio un empujón con su cabeza haciéndole que se levantara. Le dio una última mirada y un suspiro profundo para luego dar un salto acelerando hacia la cocina donde los demás esperaban.

Nickie dio un grito emocionado al verla pero ella no se le acerco. Se apresuro hacia Lizzie que tranquilamente bebía café recargada en la isla de la cocina mientras conversaba con Freya.

Su sonrisa entusiasmada trajo algo de paz a la loba pero no por ello alejo la idea de empujarle hasta que la alejo lo suficiente de la isla.

-Basta Felpudo ¿Qué quieres? –. Pregunto con fingido tono molesto al verle y sentirle hacerle lo mismo que a su hermana. En secreto le dio algunas caricias y una momentánea sonrisa suave que pronto se esfumo –No me marques, que tal y encuentro un lindo lobo o algo.

La loba resoplo por lo bajo y elevo su poco gusto por la idea.

-Hey, no. No te me pongas toda sobreprotectora.

Se quejo la rubia recibiendo las patas delanteras y todo el peso de la loba contra su pecho. Trato de resistirse empujando su torso hacia enfrente pero de nada sirvió y aun quedo inclinada hacia atrás.

Hope le encaro con rostro animado y su lengua colgando.

-¡No de nuevo...!

Alcanzo a exclamar Lizzie antes de apresurarse a cerrar la boca y apretar sus labios justo a tiempo para evitar que la lamida volviera a robarle un beso.

-Ew...

Lloriqueo mientras la loba le dejaba en paz y saltando levemente de un lado a otro se fue acercando al bebe que no había dejado de gritar para llamar su atención.

Cuando se encontró a poco menos de un par de metros; Keelin bajo a la pequeña al suelo dejándole apoyada en sus piernecillas regordetes. Ante la sonrisa de todos, Nickie comenzó a marchar en su sitio como si calentara para al momento siguiente comenzar a avanzar con pasos torpes pero apresurados hacia la loba que se sorprendió y su semblante se llenó de alegría.

La imagen era de lo más linda con una entusiasmada loba siendo perseguida o persiguiendo a una pequeña brujita que carcajeaba a todo pulmón. En especial cuando un poco de magia se le escapaba lanzando a su prima por los aires haciéndole parecer un cojín peludo.

Para el placer de Lizzie...

Todo el día era para el placer de Lizzie.

Navidad.

Cumpleaños.

Día de la independencia, o todos ellos a la vez. La sonrisa tenue que se asomaba bajo las indicaciones a los diferentes grupos del comité de preparación era prueba de ello.

Josie dio un resoplido risueño mientras le veía desde lejos con ternura. Y quizás rogando levemente porque bajara un poco su tono pero eso no mermaba el afecto en su pecho.

-Parece que se divierte.

Hope apareció a su lado sonriendo con suavidad imitando hacia donde se dirigía su atención siguiendo el progreso de una rubia que avanzaba seguida por un grupo de brujas a las que iba repartiendo en el camino.

-No parece. Realmente lo está haciendo –. Respondió la morocha ampliando su sonrisa mientras disfrutaba del esplendor libre de su hermana. Notando como había llegado el turno de los lobos en la repartición de tareas –¿Rafael está bien? Estuvo algo callado en el almuerzo.

Un suspiro fue liberado –Está desanimado. Es de los pocos que no cambia a su lobo a menos que sea forzoso y cree que me decepciona por ello –. Miro hacia su amigo que mantenía la cabeza baja fingiendo desenredar luces pero era obvio que no tenía su cabeza en ahí –No logro que me escuchen... Jed y él sienten que deben probarme algo. O al mundo. Por más que trato de hablarles como su amiga, creo que solo escuchan al alfa...

La tensión fluyo por su cuerpo enseguida al ver como Lizzie se acercaba a espaldas del lobo en un ataque sorpresa. Un movimiento rápido donde simplemente abrazo su espalda sin una palabra de por medio y Hope no pudo evitar levantar un poco su mano lista para recitar un hechizo.

Obvio fue cuando la defensa instintiva se detuvo.

Detenida por un moreno que lo hizo sin dudar a la vez que Josie tomaba la mano de la cobriza y le hacía bajarla mientras esta dejaba ir un suspiro con una pequeña sonrisa cálida al ver a la rubia cómodamente recostada en la espalda que segundo a segundo iba perdiendo fuerza.

-Hay que recordarle no hacer eso –. Soltó sin aliento.

La bruja le dio un apretón tranquilizador –Lo sabe. No le importa, confía en él.

-Aun así. Somos criaturas de instintos tan entrelazados con los propios que sin problemas muchas veces pueden silenciar a lo humano en nuestra cabeza. En especial al de nuestro razonamiento.

-¿Por eso no querías cambiar a tu lobo?

Hope dejo de ver a la pareja distante para voltear hacia la morocha.

Sonriéndole con suavidad mientras su pulgar pasaba apenas perceptible por su dorso –Si... El lobo quiere lo que quiere, es egoísta y no se detiene a pensar si debería –. La bruja se acercó instintivamente un poco más a la vez que inhalaba profundamente sin saber cómo tomar aquellas palabras pero la loba no le dio señales claras con su atención devuelta a la pareja –Es impresionante la facilidad que tiene de percibir el sentir de los demás.

Casi tuvo que sacudir la cabeza para salir del vórtice de pensamientos que iban y venían mientras trataba de darle un significado correcto a sus palabras pero lo dejo ir.

Imitando hacia donde estaba su atención.

-¿Sabias?

-Que vigila a todos a la lejanía. Por supuesto –. Hope sonrió de costado y volteo levemente hacia ella juguetonamente –Hacen un gran dúo. Ella lo siente y tú los consuelas, el equipo perfecto.

Josie sonrió hacia su hermana –Es pésima para consolar.

-Y tú lo eres para leer a los demás. En especial cuando se trata de ti misma –. Soltó con un pequeño toque burlón que provoco un puchero en la sifón que le miro con enojo infantil que le robo una carcajada –Debo irme, hay cosas que terminar –. Le dio un nuevo apretón y al fin dejo ir su agarre sin dejar de mirarle a los ojos con suavidad –Cuando hables con el trata de convencerlo de que no me decepciona, por favor. Cada quien tiene su ritmo para aprender a entenderse a sí mismo y estaré ahí apoyándolo paso a paso, no importa el tiempo que tome.

La morocha sintió que se estremecía bajo su mirar.

Derritiéndose en un feliz charco dulce que no entendía de donde venia y porque pero eso no evito que sonriera hacia la cobriza que se alejó con la fija sensación que sus ojos caobas estaban en ellas en todo camino hasta que se perdió entre el pasillo.

Dejando a Josie con la molesta sensación de que algo se estaba perdiendo.