Inuyasha vio cómo su hermano se retiró de la mesa dejándolos a todos atónitos y sin dar mayor explicación. Cuando su padre se recuperó del shock continuó la plática —Bueno ahora sí que tengo curiosidad por el aspecto de la chica, ¿no tienes alguna foto?

—¡Cómo voy a tener una foto!

—Pues ustedes los jóvenes siempre suben miles de fotos en las redes sociales…

¡Es verdad! podía buscar a Rin en Instagram y verla así también durante la noche…

Se atascó lo que quedaba del oyakodon y corrió a su cuarto para buscar a Rin en redes sociales.

¿Cuántas Akaboshi Rin podían haber en Luisiana? Para su mala suerte no la encontró en Instagram ni en ninguna otra red social, pero sí encontró un canal de YouTube: "Entre cocodrilos y pantanos", nombre del video: "Rin Akaboshi y Matthew Anderson hacen contacto, Pamela Arceneaux se pierde". Le dio clic y aunque no entendió ni pe de lo que decían, le sorprendió la buena producción de éste, no parecía hecho por chicos de 15 años, la edición era muy buena y el ambiente de terror se transmitía perfectamente a pesar de no haber música. No solo era terror clásico de ellos tratando de contactar con fantasmas, también era muy cómico. No entendió por qué, pero a la mitad de la grabación la tal Pam, dejó de contestar por el celular, por lo que lo que Rin y Matthew salen de la casa en busca de su amiga y al final la encuentran haciendo pipí en el jardín.

Inuyasha estaba muerto de risa. En los videos Rin tenía una personalidad completamente diferente a la que mostraba en la escuela; en el video era alegre, valiente y siempre estaba con una sonrisa de oreja a oreja.

Bajo el nombre del canal, encontró un Instagram y se sorprendió al ver un comunicado con muchísimos comentarios y emojis de tristeza. Como no entendió nada, le tomó una captura de pantalla y tradujo la foto en el traductor de Google: "A nuestros queridos cocodrilos, queremos informarles que nuestra amiga Rin está desaparecida, no solo ella, sus hermanos menores también, se especula que el padre los secuestró, no creemos que estén en peligro, pero si saben algo, comuníquense con las autoridades."

Apagó el celular, había leído algo que no debía, o quizás si debía… ¿y si lo consultaba con su papá? No, mejor debía hacerse amigo de Rin y escuchar su versión de los hechos.


Rin abrió su libró de inglés donde el profesor dijo que leyera, pero el libro estaba rayado con plumón con frases en japonés como "regrésate a tu país", "trasero gordo", "fea", "tienes caca en la cara", "cerda".

—No puedo leerlo.

—¿Cómo no vas a poder leerlo si tú eres extranjera? —Replicó el profesor.

—Sí, pero está todo rayado.

—¿Y por qué lo rayaste? Yo sé que a los extranjeros les gusta rayar sus cosas y las paredes, pero aquí en Japón eso no está permitido.

Rin exhaló tratando de mantener la calma —yo no lo rayé —explicó mostrando el cuaderno. El maestro se asustó y le quitó el cuaderno saliendo a toda prisa del salón. Inmediatamente sus compañeros comenzaron a abuchearla.

—No debiste decir nada —le susurró Taisho.

—¿Por qué? Solo dije la verdad.

—Ahora te van a molestar más, los japoneses normalmente no se quejan de estas cosas, tienes que aguantar y desquitarte después de manera similar o hacerte amigo de otro grupo que te defienda.

Rin recordó cómo su papá siempre le gritaba a su mamá que no aguantaba nada y se quejaba de cualquier cosa, la famosa cultura japonesa del "gaman*", que, a pesar de los esfuerzos de su padre, ni ella ni su mamá pudieron adaptarse —Bueno, pues si me matan me harán un favor.

Taisho la miró aterrado y la tomó de la muñeca —Oye no digas esas cosas, me estás dando miedo.

—Mejor ya no me hables o te comenzarán a asociar conmigo.

—Keh, a mí no me pueden ni tocar porque soy demasiado poderoso, ni modo, a partir de hoy te acompañaré hasta tu casa para asegurarme de que no te hagan nada, nos vemos en el parque a la salida. —Taisho le sonrió y se levantó de su asiento para ir a platicar con Koga y otros chicos en lo que regresaba el profesor.

Minutos después la señora Kaede la sacó de la clase para hablar con ella y poder investigar el caso de bullying, al parecer estos casos las escuelas sí se los tomaban muy en serio porque muchos de ellos acababan en suicidio, llamando la atención de los noticieros y eso era muy mala reputación para una escuela privada.

A la salida, tal como Taisho lo había prometido, en cuanto ella entró en el bosque él calló del cielo y caminó con ella.

—Oye, te agradezco, pero de verdad no tienes por qué hacer esto.

—Yo hago lo que quiero.

Rin rio genuinamente, Taisho quería dar el aspecto de chico malo, pero en realidad se notaba que tenía un gran corazón de pollo —Bueno, pues gracias entonces.

Y así pasó la semana, en la escuela dejaron de molestarla de manera física, aunque seguían gritándole cosas y riéndose de ella. A la salida Taisho le contaba sobre los chismes de la escuela.

Llegó el fin de semana y desde muy temprano se levantó para ir a la biblioteca, no quería convivir con su familia en lo absoluto.

Buscó el área de libros en inglés, quería tomar fotos con su cámara de las páginas que sus compañeros habían rayado de su libro para imprimirlo y no fallar en clase, sabía que probablemente podía pedirle prestado el libro a Taisho, pero no entendía muy bien la dinámica de hacer amigos en Japón y no quería incomodarlo de alguna manera.

Entró en el pasillo y se sorprendió de ver a Taisho ahí, o eso creyó al inicio, rápidamente notó que faltaban las orejitas de perro y en general la cara era diferente, aunque tenían rasgos parecidos. El joven en cuestión sostenía varios libros en un brazo mientras con la otra mano leía otro libro. —¿Está estudiando inglés británico o estadounidense? —Rin había preguntado sin pensar, los ojos dorados del chico se posaron en ella como si le hubiera hablado en un idioma alienígena, se le olvidó que en Japón la gente no habla a desconocidos, ella y su gran bocota —Perdón, no quise incomodarle —rectificó y se dispuso a buscar su libro.

—Británico —la voz más grave y deliciosa del mundo, le contestó.

Rin casi deja caer su libro de la impresión, pero trató de aparentar que nada la había afectado —Es que ese libro de tapa azul es inglés estadounidense y el de tapa verde es británico.

—¿Y hay alguna diferencia?

—Un poco en la gramática, el vocabulario… por ejemplo en EUA decimos "take a bath" y los británicos dicen "have a bath"… —El joven abrió ligeramente los ojos, y ella se tomó la libertad de acercarse a él —¿Me deja ver los libros que lleva?

El joven le mostró los libros y ella tomó los que eran de inglés americano y los regresó al estante y en su lugar tomo otros de inglés británico y se los entregó. —¿Veo que también tomó libros de negocios, está estudiando economía?

—Voy a estudiar, el próximo año.

—Ah, va en tercero de preparatoria, vaya, qué dedicado es usted, ya estudiando desde ahorita sobre su carrera.

—¿Tú por qué estás en este pasillo si ya sabes inglés?

—Bueno... es que, algunos chicos de la escuela me rayaron el libro de lecturas de inglés y vine a sacarle fotos a esas hojas.

—Pídeselo a Inuyasha.

Rin se quedó boquiabierta —¡Conoce a Taisho Inuyasha!

—Es mi medio hermano menor.

Ya no supo qué responder ante eso, no quería inmiscuirse en asuntos familiares de otras personas cuando ella ya tenía suficiente con sus propios problemas —mmm… me gustaría, pero no quiero incomodarlo, mejor le tomo fotos a este…jeje, bueno ¡suerte en su estudio! —Hizo una pequeña reverencia y salió corriendo de ahí a sentarse en las mesas de trabajo.


Sesshoumaru entendía el inglés leído, el problema era hablarlo, no tenía con quién practicar, peor aún con la pereza que le daba hablar con la gente estaba seguro de que su inglés no iba a mejor antes de que tuviera que ir a la universidad a Inglaterra, no era como si planeara hablar mucho, pero había escuchado que en el extranjero los ponen a dar conferencias como práctica y no podía quedar en ridículo frente a sus futuros compañeros.

Agarró otro libro de inglés para negocios y comenzó a leer el prefacio, cuando ese olor que le había llamado la atención desde el lunes en la escuela, entró al edificio. Exhaló y volvió a concentrarse en las palabras, pero su corazón comenzó a bombear más sangre, la chica se estaba acercando a donde estaba él. Se molestó consigo mismo por sentir anticipación, casi como cuando estaba a punto de iniciar una pelea, pero estaba claro que lo último que quería era golpearla.

Y ella entró al pasillo, él no se atrevió a mover un músculo, sus ojos estaban fijos en la palabra "finance" y de ahí no pasaba. Entonces ella le habló. Él la miró sorprendido, no podía creer que una mujer iniciara la conversación con un completo desconocido y de una manera tan fresca, por primera vez se había quedado mudo y sin quererlo, realmente deseaba contestarle, pero había perdido el control sobre su propio cuerpo. Obviamente la chica se arrepintió de haberle hablado y en cuanto dejó de mirarlo y sonreír, él pudo recobrar la autonomía sobre su cuerpo y respondió.

Después de una breve, pero muy fructífera conversación, la chica se esfumó. Sesshoumaru se debatía en si seguirla o no, era una excelente oportunidad; usar a esta chica para practicar inglés. Podía hasta estudiar cómo eran los extranjeros y por si fuera poco era muy agradable a la vista. Inuyasha tenía razón, tenía todo lo que en Japón era considerado feo, pero por alguna razón en ella se veía muy bien, quizás la belleza física verdaderamente era subjetiva… inglés, le iba a hablar para practicar inglés y punto.

Dejó que su nariz lo guiara hasta donde ella estaba sentada y tomó el asiento de enfrente. Alcanzó a ver los rayones en el cuaderno y sintió molestia, al rato hablaría con Inuyasha para asegurarse de que cuidara bien de su nueva maestra de inglés.

—¿En EUA también te hacían bullying por las pecas? —preguntó Sesshoumaru en el mejor inglés que pudo pronunciar y la chica se sobresaltó.

—Hey, hola de nuevo jeje, hum no. Allá hay mujeres que hasta se tatúan las pecas.

—¿Qué?

—Sí, es muy extraño cómo algo considerado bonito allá es feo aquí. Allá algunas chicas me molestaban por ser un poco edgy, pero no por mi apariencia…

—¿Qué es edgy?

—Una persona que intenta llamar la atención siendo irreverente, o teniendo opiniones extremistas e impopulares.

—¿Y sí te gusta llamar la atención siendo así?

—No, no creo, bueno no sé jaja, es que sí me gustan las películas de misterio y la naturaleza, pero no entiendo qué tiene de malo. Además, también me gustan algunas cosas de chicas normales como pintarme las uñas y ver fotos de chicos guapos jeje… ¿y a usted que le gusta? A todo esto, ¿cuál es su nombre?

Jamás había hablado, bueno, escuchado tanto hablar a alguien. En la escuela Akaboshi no hablaba con nadie, no sonreía, no hacía bailecitos en su asiento… nunca imaginó que la verdadera Akaboshi tuviera el alma de locutor en su interior, lo peor de todo es que estuvo tan interesado en todo lo que decía que ni cuenta se dio que ya estaba obscureciendo, había pasado 8 horas escuchándola, 8 horas. Akaboshi había iniciado hablándole en keigo* como debe ser, al ser ella su kouhai, pero a medida que avanzó la plática, el respeto lingüístico se perdió, normalmente es algo que ningún senpai perdonaría, sin embargo, él se sintió en paz, aliviado incluso cuando el muro de la formalidad de desvaneció ante la marea de complicidad que fluía entre ambos.

Acabaron de platicar cuando las luces de la biblioteca se encendieron. —Es tarde.

—¡Perdóname! No te dejé estudiar por estar hablando, para la próxima sólo dime que me calle, necesito que me pongan límites.

—Para mí fueron 8 horas de inglés intensivo.

—Si tú lo dices, oye ¿no tienes hambre? No comimos en todo el día.

—No necesito comer diario como los humanos.

—Es verdad, mi amiga Pam es una vampiresa y casi nunca comía con nosotros, aunque sí nos acompañaba bebiendo algo… lo siento ya empecé de nuevo, ya me voy.

—Te acompaño a que comas algo.

—¿De verdad? Bueno vayamos por un nikuman* al konbini.

Saliendo de la tienda seguían tan ensimismados en la conversación que los pies de la chica lo guiaron como polilla a la luz, recobró su libre albedrío cuando ella tembló ante el viento nocturno primaveral y se dio cuenta que estaban sentados en la banqueta frente a la casa de la chica. —Tienes frío —afirmó.

—Sí jaja, tienes razón, tengo frío. Perdón por haberte quitado tu sábado.

—Quiero que me quites más sábados… como mi maestra de inglés, te pagaré ¿1000 yenes la hora?

—¡Qué dices! Pero yo no sé enseñar… además no podría cobrarte.

—Aprendí más vocabulario en estas 8 horas que en 12 años de escuela, tómalo como un part time job.

—Hmmm, de acuerdo, pero págame menos, y para el próximo sábado de verdad voy a preparar algo útil para ti y no hablar de tonterías.

—De acuerdo. ¿Puedes compartirme el QR de tu line?

—Yo... me encantaría, pero no tengo celular.

¿Cómo una chica de su edad no va a tener celular? Si de verdad no quería compartirle su número no tenía por qué inventar tremenda ridícules.

—Es complicado —ella continuó —yo no entiendo muy bien qué pasó, pero llegué a Japón con engaños y en cuanto pisamos Narita, mi padre me quitó el celular.

Los ojos de Akaboshi se veían tristes y en eso su nariz le avisó que alguien se aproximaba. —Te veo en la biblioteca el próximo sábado a las 10 —le susurró al oído y desapareció en la obscuridad de la noche. Desde la rama de un árbol observó a Akaboshi mirando hacia todos lados buscándolo, cuando la puerta de la casa se abrió.

—¿Qué haces aquí Rin? Ya iba a salir a buscarte, ¡por qué no habías entrado! —Una anciana la increpó.

—Perdón abuela, estaba por entrar, solo me quedé observando las estrellas…

La abuela miró al nublado cielo, pero no dijo nada más y la dejó entrar.

*Gaman: siginifica aguantar, en la cultura del gaman, mantener en silencio los asuntos privados, los problemas y las quejas demuestra fortaleza y cortesía, ya que otras personas también tienen problemas aparentemente más grandes. En mi experiencia, demasiado gaman conlleva a frustración, represión y suicidio

*Keigo: manera formal de hablar en japonés. Se usa para todo aquel que no sea familia cercana o amigos de la misma edad.

*Nikuman: boyo relleno de carne al vapor. (Solo se venden en la época de frío en las konbini).