Nota: Este capítulo está inspirado en el video "#45【中辛】首無人形/前編 幽霊の出る屋根裏へ潜入調査した映像記録【心霊】" y el "#46【激辛】首無雛人形/後編 屋根裏に飾られた首の無い雛人形の謎【心霊】" del canal de youtube Oumagatokifilm
El domingo Sesshoumaru se alistó para ir a entrenar, de ahí debía regresar a casa, bañarse, ir a comprarle un celular a Rin, luego ir a casa de Koga para hablar con su papá y el resto de la noche hacer tarea.
Bajó las escaleras y para su mala suerte vio a Inuyasha vestido con un sweater de niño bueno, unos jeans desgastados y el cabello recogido en una coleta alta, jamás lo había visto así, normalmente Inuyasha era de los que se ponen lo primero que sale de la montaña de ropa en el closet. Se notaba a leguas de distancia que quería verse bien para Rin. Gruñendo por lo bajo, salió de la casa azotando la puerta tras de sí.
—¡Ya suéltalo Sesshoumaru, lo vas a matar! —Gritó el maestro Totosai lanzándole una bola de fuego, logrando así que finalmente Sesshoumaru escupiera a Naraku y revertiera su transformación.
—¿Andas enojadito, bebé? —Preguntó Naraku bañado de sangre y baba con veneno, pero con una cínica sonrisa en los labios partidos.
Él no contestó y salió del dojo rumbo a su casa, no sin antes alcanzar a escuchar a Totosai decir que lo acusaría con su padre.
El padre de Koga tampoco le dio buenas noticias, prácticamente le explicó que la única opción era esperar a que Rin cumpliera 18 años para que pudiera salir del país sin permiso de su padre y así poder ver a su mamá. Normalmente en divorcios entre japoneses, la patria potestad era entregada a la madre si ésta acusaba al padre de infidelidad o violencia primero y si el padre corría con suerte, podía visitar a los hijos siempre y cuando la madre lo permitiera, pero en caso de matrimonios con extranjeros, la ley siempre le iba dar la patria potestad al progenitor japonés. Si la madre de Rin intentaba llevarse a la fuerza a su hija, sería arrestada bajo secuestro infantil con base en el artículo 224 del código penal.
—Tu padre estaba aterrado cuando me vino a pedir consejo para divorciarse, en esa época ya se había enamorado de Izayoi, pero no quería dejar de verte, él sabía que una opción era secuestrarte y después pedir el divorcio para que le dieran la patria potestad a él por el "principio de continuidad"; el hijo se queda con el progenitor que lo tenga al último, para no perturbar el entorno del niño. Pero yo le aconsejé que hablara con tu madre y llegaran a un acuerdo, al final de cuentas, aunque no se amaran, siempre fueron buenos amigos y estaba seguro de que tu madre aceptaría compartirte con él. Pero si se hubieran llevado mal, estarías en la misma situación que tu compañera —explicó el papá de Koga.
—Y el gobierno se pregunta por qué nadie quiere tener hijos…
—Si nadie se queja, el gobierno considera que todo está bien, lo malo es que el japonés está entrenado para no quejarse y aguantar; la cultura del gaman, así que no creo que las cosas cambien en los próximos años, no queda más que esperar a que tu amiga sea mayor de edad. Lo bueno es que tú la ayudaste a que tenga contacto con su madre, solo traten de que esto no se descubra.
Un tanto frustrado de que las cosas no salieran como esperaba, se dirigió a una tienda de celulares para comprarle a Rin uno de prepago que no requiriera contratos mensuales ya que, al ser menor de edad, no podía comprar uno de esos. Pagó con lo ahorrado del dinero que le daba su padre cada mes.
El domingo en la mañana Rin se despertó muy temprano para hacer unos omusubi* de umeshiso* con wakame, tsukune* con oba, pepino con salsa de miso y fresas. Lo guardó todo en su mochila junto con su video cámara y spirit box.
—¿A dónde vas con todo eso Rin? Ya casi nunca pasas tiempo en la casa —su abuela le habló desde la puerta de la cocina.
—Voy a pasear con un amigo abuela, nos vemos en la noche —contestó Rin sin mirarla. Sabía que todo lo ocurrido no era culpa de su abuela, pero no podía dejar de verla como cómplice en todo esto y jamás le perdonaría que hubiera llamado a la policía para ahuyentar a su propia madre.
Salió de la casa a toda prisa para subirse al camión que la dejaría en la estación de Miyoshi, apenas bajó del camión, divisó a lo lejos al peliplata bebiendo un café del seven eleven. —¡Yaho! ¡Qué bien te ves hoy!
—Huu... gracias, tú también —contestó Inuyasha ofuscado.
—De qué hablas, yo vengo en overol lista para el trabajo rudo y tú parece que vas a ir a un restaurante muy elegante, de haber sabido me pongo un vestido. He notado que las chicas japonesas siempre se visten muy bien, debería esforzarme más en eso.
—Oye no lo hagas, vístete como tú quieras. Como sea, vamos a tomar de aquí un tren a Bingo-Mikawa y de ahí caminamos al shinreisupotto*. Después podemos quizá ir al Serakoen.
—Escuché que el parque Sera es muy famoso por sus shidare* sakura, ojalá el próximo año pueda ir.
—El próximo año vamos, ahorita creo que hay un campo de nemofila.
—¡Wooow tú de verdad que investigaste todo muy bien! ¡Muchas gracias Inuyasha!
—N… no es nada, andando.
Así llegaron a la prácticamente despoblada zona de Sera. Caminaron entre los interminables campos de cultivo y kominkas* que adornaban el paisaje hasta que llegaron a una casa abandonada con el apellido de "Kamidera"
—Es aquí… —anunció Inuyasha sacando su celular —según lo que investigué, el hijo mayor de la familia Kamidera recibió esta casa como herencia por parte su madre y él se mudó aquí con su familia, pero los rumores cuentan que la hija se suicidó por culpa de los espíritus y la familia Kamidera abandonó la casa tiempo después. Se dice que en el ático* de la casa hay un "Yakkaibeya"(厄介部屋); un cuarto donde en la antigüedad se escondían a los hijos no deseados o no presentables para la sociedad.
En los siglos 16 y 17 en algunas regiones montañosas y pobres del país, solo el hijo mayor tenía derechos humanos y el resto de los hermanos no tenían permitido estudiar, enamorarse, casarse o incluso interactuar con la sociedad. Se les obligaba a trabajar en los campos de la familia para apoyar al hermano mayor quien sería la nueva cabeza de la familia. A los hermanos menores varones se les llamaba ojiroku y a las hermanas menores obasa. En el Koseki* a estos hijos-esclavos se les registraba solo como Yakkai "problemáticos". Tal situación de esclavitud y ostracismo probablemente provocaba que los niños desarrollaran problemas mentales, ya que se comportaban como robots, sin emociones o aspiraciones, por lo que eran vistos con miedo y asco por los vecinos, así que los padres solían esconderlos en estos cuartos, de ahí que recibieran el nombre de "yakkaibeya"; cuarto problemático. Al parecer los últimos ojiroku y obasa murieron en 1960.
—¿Es enserio? La historia por sí sola ya suena aterradora, no me imagino lo horrible que ha de ser vivir aquí. Cuando estemos de regreso pásame esa información, la quiero poner como introducción del video.
—¿Video? ¿Vas a grabar?
—Sí... pero si quieres no grabo tu cara o te puedo poner mosaicos.
—No, está bien, grábame, no importa.
Y así entraron a la peculiarmente fría casa. Rin apuntó con su lente hacia Inuyasha, quien al principio parecía cohibido, pero entre más pasaba el tiempo, más desenvuelto y atrevido se volvía, hasta que entraron al yakkaibeya.
—No puede ser Rin, aquí se siente como si fuera invierno.
—Probemos con el spirit box. —Rin sacó un aparato con apariencia de radio, se sentaron en la sala y comenzaron a preguntar cosas.
—¿Oíste eso? Hay alguien aquí, puedo sentir una presencia maligna.
—¿Puedes sentir fantasmas?
—¿Te refieres al reikan? Sí, creo que todos los youkai tienen cierto nivel de reikan, Kagome también lo tiene y en menor medida Miroku y Sango.
—Ay qué envidia me dan, yo no tengo ningún poder espiritual, aunque sí siento vibras pesadas aquí. —En el momento en que Rin dijo eso, la cabeza de una muñeca calló de un pequeño estante y rodó hacia ellos. Inuyasha la tomó y se acercó al estante donde intentó devolver la cabeza.
—Rin mira —Inuyasha la llamó y Rin se acercó con la cámara de su celular para grabar lo que sea que encontró su amigo. Debajo de unos muñecos estaba una hoja de papel donde se leía la frase "hiciste un gran trabajo" (良く頑張りました) una y otra vez, como una especia de mantra. Inuyasha leyó las palabras en voz alta y las cabezas de todos los muñecos rodaron por el piso.
—¡Kaaaaaa! ¡Vámonos de aquí Rin! —Gritó Inuyasha y tomando el tripié con la cámara salió corriendo del lugar. Rin recogió sus otras cosas con un poco más de calma, pero igualmente apurada salió tras su amigo.
—¡Dioses casi me meo del susto, creo que no estoy preparado para estas cosas! —Gritó su amigo una vez que ya habían dejado bien atrás la casa del terror.
—Jajaja, estuviste genial, pero a decir verdad, nunca había entrado a un lugar tan perturbador como este, hasta los cementerios de Luisiana se sienten más serenos que esa casa.
Después de su horripilante aventura, fueron al parque a ver la montaña enorme llena de nemofilas azules, se sentaron en una banca, donde Rin sacó un bento. El corazón de Inuyasha latió con fuerza, nunca antes alguien se había tomado la molestia de prepararle un bento, fuera de su madre, bueno tampoco era como si hubiera salido con muchas chicas con anterioridad. Rápidamente devoró su porción y el malestar que sentía después de haber pisado esa casa se apaciguó por completo.
—Oye yo no traje nada, pero ¿quieres un helado de nemofila?
—¡Oh muchas gracias me encantaría! —Sonrió Rin, aunque se notaba que no estaba completamente feliz.
—Ey, ¿qué te pasa? Te noto triste.
—No es nada, es solo que olvidé que aquí no tengo computadora, así que no voy a poder editar el video que grabamos hoy.
—Si solo es eso, qué te parece si vienes a mi casa después de la escuela, pero solo puedo el martes y el jueves, porque el lunes, miércoles y viernes tengo entrenamiento.
—¿De verdad? ¡Muchísimas gracias Inuyasha eres el mejor! —Gritó Rin emocionada.
Con los ánimos renovados, Inuyasha se levantó a comprar helado de nemofila para los dos y así finalizó su aventura dominguera.
El martes Sesshoumaru iba de regreso a su casa y por un momento creyó que se estaba volviendo loco, ya que en todo el camino pudo percibir el olor de Rin y al pasar por la cocina corroboró que no estaba loco, su hermano estaba con la susodicha haciendo un cochinero.
—¡Sesshoumaru! Qué extraño verte en uniforme, ¿cómo estás? —Rin lo saludó como si nada mientras revolvía algo en un recipiente hondo —Sé que casi no comes, pero vamos a hacer hamburguesas, ¿quieres una?
—No puedo, voy a ir a entrenar.
—¿También entrenas?
—Casi todos los youkais entrenamos, aunque cada uno en diferentes escuelas de habilidades, pero él y yo vamos al mismo dojo, solo que en diferentes días —explicó Inuyasha.
—Oh ya veo, bueno si quieres cuando regreses puedes comer, te dejaré dos ya hechas en el refrigerador.
Sesshoumaru contestó con un parco "Hmm" y se retiró del lugar, no sin antes alcanzar a escuchar como su hermano le preguntaba a Rin que cómo soportaba a tan despreciable ser y a Rin contestar que a ella le parecía muy agradable.
En el entrenamiento de hoy le volvió a tocar al pobre de Naraku ser el recipiente de su mal humor y no se separaron hasta que Totosai les aventó un balde de agua helada. Empapado y con el labio partido regresó a su casa. Hizo una parada técnica en el refrigerador para devorar las hamburguesas que aguardaban por él y se retiró a su cuarto solo para escuchar la ricita de Rin y la sobre estimulada voz de su estúpido hermano al otro lado de la pared. Intentó hacer la tarea repitiéndose así mismo que eso no era de su incumbencia, hasta que divisó en una esquina la caja del celular que le había comprado a Rin el domingo, encontrando en ella el pretexto perfecto para espiarlos.
Tomó la caja y como Juan por su casa abrió la puerta del cuarto de su hermano de golpe, asustando a los jóvenes que estaban sentados frente al escritorio.
—¡Por qué entras sin avisar idiota! —Gritó Inuyasha
—¿Temías que te cachara haciendo algo indebido, hermanito?
Rin se puso roja pero no dijo nada e Inuyasha negó enérgicamente con la cabeza. Se acercó a Rin y le entregó el celular —Ten, te lo iba a entregar el sábado, pero ya que estas aquí… no dejes que tu familia lo descubra.
—¡Qué! ¡pero Sesshoumaru, no puedo aceptar esto, cuesta mucho dinero y yo no tengo cómo pagarte —completamente mortificada Rin rechazó su regalo, pero él no tenía planeado rendirse tan fácil.
—Siendo así tendrás que pagarme con un día de clases gratis.
A Rin se le llenaron los ojos de lágrimas y se abalanzó hacia él abrazándolo fervientemente, provocando una cara de desconcierto en su hermano lo que generó en Sesshoumaru una enorme satisfacción y para asegurarse de causar más daño, correspondió el abrazo con ambas manos estrujando a Rin fuertemente contra su pecho. Su hermano desvió la mirada, completamente abatido.
Se sentía fenomenal y victorioso… aunque ya no estaba seguro de si era por el despecho en los ojos de su hermano o por la agradable calidez que recorría su cuerpo al tener a Rin entre sus brazos.
—¡Hiiii qué te paso! ¡Tienes una herida en tu boca! —el pulgar de Rin recorrió su labio inferior provocando en él una especie de escalofrío que rápidamente identificó como algo peligroso así que la soltó como si Rin fuera lava incandescente.
—No es nada, en unas horas se curará. Mejor dime qué están haciendo —trató de distraerla con lo que sea que estaban viendo en la computadora de Inuyasha.
—Mira ven siéntate, —Rin tomó su mano y lo dirigió a la silla frente a la laptop —grabamos un fantasma.
Rin reprodujo el video que estaban editando y pudo escuchar claramente como después de que su hermano leyera en voz alta el texto de "hiciste un gran trabajo" una voz femenina contestó con clara perturbación en la voz "pero nunca fue suficiente". Seguido de eso, Rin reprodujo otro video grabado con una cámara más lejana —¿lo viste? —preguntó ella emocionada.
—No.
—Le voy a bajar la velocidad, y aumentar la exposición al máximo —explicó ella volviendo a reproducir el video.
Sus normalmente inexpresivos ojos se abrieron estupefactos ante lo que claramente era la cara de una persona atrás de una hilera de muñecas y acto seguido las cabezas rodaron como si una espada invisible las hubiera cortado.
Él, al ser un daiyoukai heredero de un gran poder, nada en este mundo le asustaba y esta no era la excepción, pero no pudo evitar sentir algo de preocupación por Rin y su estúpido hermano, ya que claramente ese espíritu era todo menos amigable. Inmediatamente le lanzó una mirada desaprobación a Inuyasha para dejarle en claro que no estaba de acuerdo con esto.
—Oye cálmate —su hermano agitó las manos frente a él.
—Sera mejor que vayan a un oharai pronto.
—¿Qué es eso? —Preguntó Rin un poco asustada.
—Un rito de purificación hecho por monjes. En fin. Ya es tarde Rin, te llevaré a tu casa —concluyó al ver que el reloj en la pared marcaba las 10 de la noche.
—¡Yo la llevaré a su casa! —replicó el hanyou con renovadas fuerzas.
Antes de poder objetar, Rin declaró que nada la haría más feliz que regresar a casa acompañada por ambos hermanos, así que muy a regañadientes salieron los tres de la casa.
*Omusubi: bolitas de arroz, sinónimo de onigiri.
*Umeshiso: pasta de ciruela con oba roja.
*Oba: la comúnmente llamada albahaca japonesa.
*Wakame: un tipo de alga comestible.
*Tsukune: albóndigas de pollo.
*Shidare: árbol llorón, que tiene las ramas hacia abajo, como el sauce llorón.
*Shinreisupotto: lugar embrujado o maldito.
*Kominka: Casa de campo tradicional japonesa.
*Ático japonés: los áticos no son comunes en las casas modernas, pero sí existen en las casas antiguas de lugares donde cae mucha nieve y por ende los techos son de dos aguas; como en Shirakawago. Se utilizan mas que nada como almacén de cachivaches, led dejo foto de un ático japonés antiguo. Publiqué una foto en Xtweeter.
*Koseki: el Libro familiar, en México sería como el acta de nacimiento, pero de toda una casta familiar.
