CAPÍTULO TRES
Narra Itachi:
Regresé a casa con una sonrisa pegada en mi rostro, me encontraba feliz después de dejar a Naruto, no se porqué, pero su mirada me reconfortaba, pase por el pasillo que va a mi habitación pensando sobre el día siguiente sin que nada me preocupara pero, una vez más era golpeado con la realidad.
En ese momento me tope con una conversación entablada por mi padre y otro hombre, acerca del movimiento en contra de la aldea, inmediatamente se me borró aquella sonrisa mientras escuchaba detrás de la puerta.
Narradora:
No era de extrañar para Itachi escuchar sobre un golpe de estado, llevaba días espiando, y sabía con seguridad los planes del clan, pero esperaba que desistiera de esa idea sin embargo, todo indicaba que no pensaban dejarlo, eso lo alteró.
Antes de que el sol saliera Itachi informó de la situación a los ancianos y al hokage, era de esperar que las medidas para solucionarlo fueran algo extremas y difíciles de asimilar pero quizás no tenían alternativa.
La discusión se alargó hasta la tarde, mientras eso ocurría Naruto fue al encuentro pactado pero no encontró a Itachi, espero gran parte del tiempo ya que creía en su palabra pero nunca apareció, la noche cayó y el ojo azul quedó devastado, sin embargo, era imposible para él creer que le había mentido ya que al mirar a través de esos ojos negros descubrió sinceridad así que no sentía que le hubiera fallado, abatido regreso a su casa esperando que al día siguiente pudiera aclarar todo.
Pero la noche le aguardaba algo distinto al pelinegro su intención no fue la de no asistir a lo pactado pero una misión fue decretada y el joven tuvo que ejecutar las órdenes al pie de la letra, mientras el alma del rubio se llenaba con lágrimas el de Itachi se llenaba de sangre.
Esa noche Sasuke fue testigo del crimen de su hermano, obligando a Itachi a convertirse en un asesinó, ni su hermano ni nadie debían saber las verdaderas razones para cometer ese terrible crimen, en ese momento, se convertiría en un fugitivo, "ya no podré volver a la aldea" fue lo que pensó mientras se encaminaba a la salida, en eso, la imagen de "su ángel" lo detuvo, él no podía irse sin verlo una última vez.
Cuando estaba dentro de su casa se acercó a la cama donde Naruto dormía tranquilamente, se notaban que estuvo llorando hasta que se quedó dormido, viendo esa imagen tan frágil le hizo pensar en el dolor que le causaría al abandonarlo y una tristeza lo invadió ya que él tampoco lo vería.
Itachi se acerco al rostro de Naruto y le dio un tierno beso en la frente en modo de despedida, diciéndole al oído la tierna frase de " Nos volveremos a encontrar" una promesa que esta vez pensaba cumplir ya que el sufrimiento de estar apartado de la luz que daba sentido a su vida era algo que no podía aceptar, después se retiró no sin antes dar una última mirada al ojo azul mientras un lágrima bajaba por su mejilla, el dolor que sentía al alejarse era mucho más grande de lo que hubiera imaginado pero aún así, despareció en la oscuridad, como una sombra furtiva sin nada más en su alma que un corazón roto y con su único consuelo de que no sería para siempre.
Esa noche Naruto soñó con Itachi y por extraño que pareciera había sentido el beso de cariño y escuchado esas palabras.
Con la separación forzada el alma de los dos se rompió a través de los años, Itachi sintió una gran agonía dejar su aldea pero más por dejar a Naruto, mientras aquel niño angelical tuvo que afrontar el abandono del pelinegro, el jamás supo las razones por la cual Itachi no volvió a aquel bosque o porque ya no lo veía en la aldea, la soledad que nacía al perder a un amigo lo afectaba, pero también, un sentimiento ajeno lo invadía cada vez que visitaba aquel lugar en el bosque, era como si su corazón se desgarra obligándolo a llorar.
Narradora:
El tiempo pasó, dejando los recuerdos atrás haciendo que sus corazones creyeran que nunca volverían a verse, aproximadamente cuatro años después, a las afueras de la aldea de Konaha cerca del territorio de la niebla se hallaba Itachi pensativo, ahora pertenecía a un grupo llamado Akatsuki.
Narra Itachi:
Me encontraba meditando cuando una voz interrumpió mi concentración, la voz me llamaba una y otra vez para que respondiera, cuando abrí los ojos Kisame me miraba preocupado.
-últimamente tienes la cabeza en otro lado- me dijo mientras devoraba su comida-es como si no te encontraras aquí, si no que estuvieras metido en tus recuerdos.
Su comentario tenía fundamentos ya que no era la primera vez que me llamaba para sacarme de mi mente, hacía tiempo que el grupo no se movía así que Kisame y yo nos quedamos explorando el territorio, en eso él me dijo sin voltear a mirarme.
-cuando estás dormido sueles murmurar y logro escuchar que dices mi ángel, a quien te refieres- me preguntó sin perder la concentración de lo que comía-¿es tu hermano a quien llamas por las noches?
Yo lo mire inexpresivo, de por sí mi rostro nunca mostraba lo que sentía así que no fue raro para Kisame mi reacción, después me retiré del lugar sin contestar a la pregunta, a decir verdad mi mente solo se enfoca en una sola persona y era Naruto, aunque el tiempo pasó su rostro y aquella bella sonrisa de ángel no se borraba de mi cabeza todo el tiempo pensaba en lo que estaría haciendo y si al fin había conseguido amigos, aunque eso último me ponía un poco mal, no quería que estuviese solo pero tampoco deseaba que me reemplazara.
No se porque pero la idea de que estuviese con alguien más me irritaba, en cierta forma quería ser el único al que le mostrara cariño, él único capaz de protegerlo, esos eran los pensamientos que me desconcentraba.
Narradora:
La mente de Itachi estaba confundida, miraba el horizonte preguntándose cuánto más estaría sin verlo por cuánto tiempo más se encontraría apartado de él, no pasó mucho para que sus oídos volvieran a escuchar el nombre de su ángel.
