¡Saludos, queridos lectores!
Los dejaré seguir leyendo el siguiente capítulo n.n
Sasuke no estaba muy seguro de haber manejado bien el asunto de la comida y se sentía inquieto por ello. Incluso, cuando la gente lo miró mal en la heladería porque uno de los gemelos estaba llorando, le hizo pensar que quizá debía dar un paso atrás. Sin embargo, al final se mantuvo firme porque la crianza dura de su padre era la que conocía, y en su opinión, era la mejor forma de enseñarles a los niños que los acuerdos debían cumplirse.
De regreso al auto, Sasuke se sorprendió cuando el gemelo mayor estuvo dispuesto a compartir su postre con su hermano, pues llegó a pensar que él vería lo injusto que sería perder parte de su premio conseguido al comer algo que no le gustaba, en pos de su hermano que no había hecho ni el intento por conseguir su propio premio.
No, no estaba enojado y tampoco decepcionado, pues el niño había hecho su elección, y ya fuera que lo hizo como buen hermano o porque aún no entendía que debía asumir las consecuencias de sus acciones, Sasuke podía notar que de ambos hermanos, él era el más analítico y aún así, podía sentir compasión y empatía por su hermano.
Para Sasuke, pensar en ello le gustó, pues aquel pequeño le recordaba a su hermano fallecido, aunque al mismo tiempo se sentía incómodo al no saber cómo tratar al gemelo más emocional. Al menos sentía que había aprendido algo de los niños.
Al llegar a casa, Sasuke podía sentir que el ambiente entre ellos había cambiado, y de no ser que aún tenía el pendiente de los objetos peligrosos en casa, habría puesto más atención en los niños. En su lugar, los dejó viendo televisión, mientras que con la excusa del equipaje, pudo dar un momento para cerrar con llave su despacho y regresar a solas a la habitación, pues ya lo había pensado mejor, y era mejor sacar lo que había en el cajón de su esposa y ponerlo fuera del alcance de los niños.
Sí, era verdad que ya había hablado con ellos sobre la privacidad, pero después del asunto de los helados, no podía estar seguro de si los niños lo habrían entendido y serían obedientes, o si estaban enfadados y por ende, podrían comportarse más rebeldes.
Tan pronto como entró al cuarto, Sasuke sacó el consolador de Karin, junto a otros artilugios del tema para guardarlos en lo más alto del armario.
¿Por qué Karin tenía tantos objetos sexuales?
La pregunta que Sasuke se hizo, fue más bien retórica, pues pensando con detenimiento, en realidad, no eran muchos, sólo le ponía nervioso que los niños fuesen a encontrarlos y siguieran haciendo preguntas incómodas. Por suerte, cuando encontraron el cajón con los artilugios, él había llegado a tiempo, así que sólo vieron el consolador. Eso sí, le habría gustado llegar antes de que dieran con el objeto.
Por otro lado, Sasuke sabía la respuesta a por qué Karin tenía esas cosas, pues aunque algunas llegaron a usarlas un par de veces como las esposas y la venda, el resto, según había explicado su esposa, era porque al fondo de ese cajón guardaba un pequeño alhajero con joyas valiosas, y ella esperaba que si llegaba un ladrón a hurgar, no llegara al fondo del cajón al ver los artículos sexuales.
"A la mayoría de las personas les asusta y avergüenza el tema, así que no cualquiera seguirá buscando", fueron sus palabras. Y aunque Sasuke le daba la razón a su esposa, en ese momento en que sus hijos estaban de visita, no esperaba que fuesen a hurgar y encontrarlos.
"Estoy cambiando de lugar tus juguetes", Sasuke le envió un mensaje a su esposa. "Guardaré tus alhajas en tu cajón de ropa interior". Envió el azabache, pues de todas formas los niños ya habían sacado la ropa y al no encontrar algo de su interés, no creía que fueran a buscar allí de nuevo.
Gatita: Crees que los niños sigan hurgando en la casa?
Gatita: Esconde bajo llave las cosas peligrosas
"Hablé con ellos sobre respetar la privacidad de los demás, pero no sé si obedecerán", respondió el azabache esperando que los niños fuesen sólo un poco traviesos y no rebeldes.
Gatita: Espero que obedezcan. No sería muy grato para los niños que los castigaras la primera vez que pasan contigo en la casa
Al leer el mensaje de su esposa, Sasuke suspiró, pues si bien no había sido un regaño, el asunto de las zanahorias y el helado, no había sido grato, y Karin parecía confirmar parte de sus temores cuando intentaba buscar una postura.
"Ya he tenido que sermonearlos durante la comida sobre la privacidad y sobre comer bien y a cambio les daría postre. Ambos parecen enojados"
Sasuke vio que su esposa escribía, pero de repente se detuvo y al poco sonó su celular.
—¿Están los niños contigo? —ella preguntó con cautela.
—No.
—¿Qué pasó? —preguntó más relajada.
—Les ofrecí helado a cambio de que comieran toda su comida y no dejaran de lado la que no les gustaba. Uno de ellos lo hizo y el otro no, así que sólo le compré helado a uno y el otro se puso a llorar.
—Tienen cinco años, así que no me sorprende que el niño se pusiera a llorar y se enojara contigo.
—¿Qué hago?
—¿Lo regañaste por no comer?
—No. Sólo les dije que debían comer todas sus verduras y a cambio les compraría un helado de postre.
—Tu eres demasiado serio, así que quizá lo sintió como si lo regañaras.
—Necesito un consejo.
—Déjame pensarlo un poco —comentó Karin pensativa— Creo que podrías buscar algo para hacer que los alegre. Que el niño vea que no estás enojado, que sólo actuaste como dijiste que lo harías en torno a la comida, y que no tiene nada qué ver con que tengas algo contra él —sugirió su esposa— Juega con ellos a algo.
—No sé jugar a nada —bufó Sasuke.
—No digas tonterías. Debiste jugar a algo de niño: a la pelota, a las escondidillas, o quizá jugaste a ser pirata o algo así —comentó ella— O sólo pregúntales a qué les gusta jugar. Si no conoces el juego, deja que te enseñen cómo se juega.
—Temo que no tenga la paciencia para hacer esto.
—Vas a jugar, no a una tortura psicológica —respondió Karin— Se supone que disfrutes el tiempo con tus hijos.
Sasuke no respondió enseguida y soltó un suspiro pesado.
—Creo que fue demasiado pronto traerlos a casa.
—Sí, lo fue, pero hiciste lo correcto al aceptar cuidarlos bajo estas circunstancias, y considerando lo que me has dicho, parece que lo estás haciendo bien.
—No mientas.
—Hablo enserio. Considerando que no has tratado con niños desde que eras uno, parece que vas bien —se rió con el primer comentario— Te lo dije, no esperes que las cosas salgan de inmediato. Es progresivo y no debes desesperarte.
Sasuke quería decirle a su esposa que le gustaría tenerla junto a él para ayudarle a lidiar con los niños, pero sabía que sería muy egoísta, así que evitó expresarlo. Sin embargo, tardó en pensar qué decir.
—¿Algún consejo para la hora del baño? —preguntó mientras terminaba de ordenar las cosas del cuarto y mirando el contenido de las mochilas de los niños.
—Creo que primero deberías averiguar si les gusta bañarse, porque si la respuesta es negativa, será muy problemático que lo consigas, especialmente porque son uno contra dos —respondió su esposa— Creo que les encantará la tina, así que podría ser fácil convencerlos si se las muestras. Sólo no les quites los ojos de encima. Aún son pequeños y son muy propensos a accidentes.
—Un día sin bañarse, no les afectará —comentó Sasuke que se preguntaba si estaba listo para bañarlos sin ponerlos en peligro.
—Claro, pero deberás mantenerlos limpios el resto del día. Por fortuna para ti, están por dar las cinco de la tarde, y me imagino que los niños se dormirán a las ocho, así que te quedan tres horas para evitar que se ensucien mientras juegan.
—Los llevaré a comprar la merienda y un banco para que alcancen el lavamanos y eso debería dejarme con dos horas —murmuró el azabache a modo de plan.
—No creo que tardes una hora de compras, pero evita darles leche chocolatada. He oído que el azúcar pone hiperactivos a algunos niños y así no se dormirán a las ocho —respondió Karin riendo.
—De acuerdo.
—Sasuke. Lo harás bien, mi amor —ella le dijo con cariño después de unos instantes de silencio.
—¿Cómo puedes estar tan segura?
—Porque eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas, ya me lo has demostrado, y sé lo importante que es esto para ti, así que sé que no lo dejarás ir tan fácil —respondió su esposa— Además, ¿cómo esperas que yo interactúe con los niños si no consigues crear un lazo con ellos primero? Sé que soy tu muleta en lo social, pero en está situación…
—¡Papá! —los niños entraron a la habitación.
—Espera —Sasuke le pidió a su esposa para después mirar a los niños— ¿Qué ocurre?
—No podemos poner nuestro programa. Algo le pasó a la televisión.
—Voy en un momento —respondió Sasuke.
—¿Está todo bien? —preguntó Karin que aunque oyó las voces de los niños, no alcanzó a distinguir lo que dijeron.
—Si. Quieren ver la televisión.
—¿Es mamá? —el hermano menor le preguntó a Sasuke, pues los niños se habían quedado en la habitación a esperarlo.
—Te llamo de nuevo más tarde.
—De acuerdo. Te amo.
Sasuke no respondió a la despedida de su esposa porque le avergonzaba hacerlo frente a los niños, así que colgó la llamada. Por desgracia, sabía que su mujer se enfadaría, así que tendría que pensar en algo para compensarla.
—Yo también quería hablar con mamá —Haru se acercó a su padre. El niño parecía entusiasmado y triste al mismo tiempo.
—¿Mamá ya terminó de trabajar? —preguntó el hermano mayor, quién parecía pensativo.
—No era Sakura, era Karin —respondió Sasuke— Vamos a poner la televisión —dijo indicándoles a los niños que fueran a la sala. Sin embargo, recordó la sugerencia de su esposa— ¿O prefieren jugar a algo?
¿Qué le responderán los gemelos a Sasuke? ¿Los gemelos querrán jugar con él después del descontento de las zanahorias? ¿Sasuke conseguirá alegrar a los niños o se alejará de nuevo de ellos? ¿Los consejos de Karin le servirán? ¿Sasuke conseguirá terminar esa visita sin más incidentes como el de las zanahorias? ¿Qué otras dudas les han surgido al leer el capítulo?
Me encantará leer sus teorías y dudas en los comentarios n.n
Espero que las actualizaciones estén siendo de su agrado n.n
Sin más por el momento, me despido n.n
¡Hasta la próxima actualización!
