Capítulo 21.

* * * P.V.G * * *

Me deshago de Makise de un puñetazo rápido y contundente después de haberle gritado un par de veces que no se meta en mis asuntos y me deje en paz, subiendo en la moto en cuanto ceja en su empeño, y poniendo rumbo a mi casa, aunque mi padre no haya llegado aún, igualmente no debería de tardar mucho. Estoy tan cabreado que no pienso en nada más que en tenerlo frente a mí, acelerando más de lo permitido e ignorando la velocidad.

Al llegar ante mi casa aparco la moto sin mucho cuidado al ver que el coche de mi padre está allí, anunciando su presencia en la casa, con lo que voy a grandes zancadas hasta la puerta, abriendo cuando saco las llaves del bolsillo de mi pantalón con premura.

Cierro con un ligero portazo, adentrándome en el salón e ignorando a uno de los guardaespaldas que salen ante el sonido, y voy a encarar a mi padre, quien sentado en el sofá habla con otro de sus hombres. Sin pensarlo los interrumpo mostrando el enfado que estoy sintiendo.

-Te dejé bien claro que no quería tu ayuda, y gracias a hacer lo que te da la puta gana, Inami está muerto. Yo no soy uno de tus esclavos ni lame culos, así que deja de meterte en mis cosas o te sacaré a patadas.

-Por favor –interviene el tío que está a mis espaldas, hablando con delicadeza-, no hable así a su padre.

-Esto no va con vosotros, largaos de aquí. ¡Qué os larguéis! –Grito con cabreo al ver que no me hacen caso, y se mueven sólo cuando mi padre hace un gesto con la mano de forma desganada. Cuando estamos a solas habla por primera vez, totalmente tranquilo, como siempre.

-Si hice ir allí a mis hombres fue precisamente para que ni tú ni ninguno de tus amigos pudierais acabar con esa bala entre ceja y ceja. Esa gente no va a parar, Genji.

-Lo sé y me da igual. No quiero tu ayuda, no quiero tener nada que ver con tu negocio ni la puta Yakuza, ¿no lo entiendes? Yo me ocuparé de esos gilipollas y les quitaré las ganas de venir a joderme.

Mi padre se levanta de mala gana, mirándome fijamente y dejándome ver que se está cabreando, pero no me importa una mierda ni me amedrenta. Él pasa a responder mientras se acerca.

-Sí, ya, eres muy macho, Genji, pero esa gente no se amedrenta por unos puñetazos. Que les des una paliza sólo hará que vengan con más ganas. ¿Vas a parar las balas también con tus puños? Te estoy haciendo un favor quitándotelos de encima. Kuroki piensa que eres el heredero de mi clan, y si no los detengo te acabarán matando.

-Si no dejas de defenderme lo seguirá pensando, ¿no lo entiendes? –Alzo la voz, haciendo que el me responda casi de inmediato con mala leche.

-Y si no actúo acabará conquistando mi territorio; esto va más allá de ti, así que por una vez vas a joderte y aguantar lo que te toque. Si no quieres ser parte de la mafia deja de comportarte como un estúpido, porque esa fachada de malote no te servirá de nada contra las balas. Esto es el mundo real.

La furia se apodera de mí, y sin pensarlo me lanzo contra él para pegarle un puñetazo, pero el cabrón lo esquiva y me la devuelve.

A pesar del dolor vuelvo a intentarlo con más ganas, y termino logrando darle un puñetazo en la cara, lo que me hace ganar terreno y ensañarme con un par más hasta que me detengo, y aún jadeante vuelvo a hablar mientras él se levanta del suelo con lentitud, sangrando por la nariz.

-Déjame en paz. Haz que tus hombres se retiren de una puta vez.

De inmediato giro sobre mis talones y me dirijo a la puerta, esta vez cerrando con un potente portazo, subiéndome en la moto después de colocarme el pelo

* * * P.V.S * * *

Apago mi cigarro tras exhalar con resignación el humo de la última calada, volviendo a posar los ojos en Airi, quien fuma con nerviosismo ante mi mirada y la de Ruka. Ambos estamos sentados frente a ella, ahora en su casa después de que la policía nos interrogara sobre lo que sabíamos y nuestra fiesta se disolviera por lo que pasó con Genji.

Makise fue a tratar de buscarlo para que no hiciera ninguna estupidez después de que Genji intentara pararlo a puñetazos, cosa que no lo detuvo. No obstante, dijo que llamaría y aún nada de nada, lo que hace que a cada segundo que pasa en el reloj vea más difícil que mi hermana se esté en casa quieta sin ir a buscar a su novio, algo que no conviene en absoluto que haga. Ya no sé que más decirle para que se tranquilice.

Veo en su cara pálida y de facciones rígidas como las palabras de Ruka caen en saco roto, casi como desde el momento en que tuvimos que sujetarla para que no corriera tras Genji y empezara a revolverse en mis brazos con violencia en cuanto ignoró a Makise.

El sonido de mi móvil rompe el silencio de la sala llenándonos a todos de tensión, y mientras descuelgo veo como Airi apaga velozmente su cigarro y clava sus ojos angustiados en mí, preguntándome si es Makise.

-Hola, dime Makise ¿Lo has encontrado?

-Pásamelo, quiero hablar con él. –Interviene sin perder un segundo mi hermana, arrebatándome el móvil un instante después sin dejarme casi decir que ella va a ponerse al móvil. –Makise, soy Airi, ¿dónde está Genji?

Me sorprende ver su desesperación, pero me concentro en intentar oír la voz de mi amigo al otro lado, y en descifrar las muecas de mi hermana mientras escucha. Unos escasos minutos después Airi cuelga el móvil y pasa a hablarnos, levantándose ágilmente.

-Genji ha vuelto al bar, voy a ir a verlo. Makise dijo que fue a su casa y su padre le dijo que se habían peleado y se había largado. Tengo que hablar con él.

-Airi quizás deberías esperar un poco. –Agrega Ruka con suavidad, pero ella la ignora y se pone la chaqueta negra de cuero, recogiendo después las llaves que se mete en el bolsillo.

-Esto no puede esperar, Ruka. Adiós, chicos.

Cuando Airi sale por la puerta aún sigo callado, pensando en que no va a solucionar las cosas, no está noche, y eso va dejarla peor de lo que está. Lo quiere tanto que es incapaz de pensar.

* * * P.V.A * * *

Entro en el bar y voy directa a la barra, donde Ushiyama trabaja junto con su sobrina, a la cual ignoro profundamente al llegar frente al lugar.

-Ushiyama, ¿dónde está Genji?

-Está abajo con Ken. –Responde con una mueca algo tensa en la que no me entretengo, dándole las gracias mientras me dirijo a pasar tras la barra y encaminarme al lugar.

Ken está hablando con firmeza y efusividad, pero en cuanto me ve aparecer se calla y trata de parecer más relajado, saludándome con una sonrisa fingida.

-Hola, Airi. Os dejaré solos, yo ya me iba. Ya hablaremos, Genji.

Ningún sonido sale de mi garganta, y mi limito a medio sonreírle cuando pasa por mi lado y desaparece poco después escaleras arriba, entonces bajo hasta llegar junto a Genji, quien se apoya contra la pared sin mirarme, pero yo me acerco y alzo su cara al ver la herida en su labio superior.

-¿Eso te lo ha hecho tu padre?

-Airi, ahora no estoy de humor. No quiero pagarlo contigo.

-¡Nunca lo estás últimamente! –Respondo exasperada, apartándome cuando vuelve a erguirse, encaminándose escaleras arriba.

-Escucha, mañana hablaré contigo, te lo prometo, pero hoy necesito estar solo.

Me callo cuando veo como me mira, y tras un suspiro derrotado le digo que está bien, avanzando tras él hasta llegar arriba. Salgo de la barra y veo que a un lado está Ken, con lo cual me acerco cuando veo que Genji está ya a sus cosas, dirigiéndose al pasillo de los baños y el otro almacén.

-Creía que te ibas ya. –Le digo con una leve sonrisa que él responde.

-No estaba muy seguro de que Genji controlara su carácter y te lo hiciera pasar mal, así que me quedé aquí por si podrías necesitarme.

-Gracias, Ken. Eres un encanto, y un gran amigo.

-Gracias, no es para tanto.

Sonrío con cariño ante su gesto humilde que despierta mi ternura, y entonces me ofrece tomar una cerveza antes de irnos para relajarnos, a lo cual acepto siguiéndolo hacia la barra donde Ushiyama está, dándome cuenta de que su sobrina ha desaparecido del lugar.

Poco después la localizo saliendo del pasillo del almacén junto con Genji, lo que ya me hace estar atenta a la escena. Ella habla y él responde más que lo estrictamente necesario, pero aún así Theia no se rinde y continúa con su modus operandi, sonriendo y acercándose de más. No sé que le estará contando, pero me interesa muchísimo cuando me doy cuenta de que él la escucha y le responde, pasando después a amagar para irse cuando ella vuelve a hablar y hace que la mire. Un segundo después Theia se lanza a besarlo, y aunque Genji se aparta rápido, veo que sin más se aleja de ella en vez de ponerle los puntos sobre las ies.

Cabreada, me levanto dejando a Ken con la palabra en la boca, avanzando hacia Genji cuando cruzo un segundo mi mirada con la de Theia, quien me sonríe al saber qué me pasa, pero prefiero ignorarla y continuar hasta que logro sujetar a Genji por el brazo.

-Podrías dignarte al menos a hablar con esa zorra y ponerla en su sitio. Ya se ha pasado. –Le recrimino con enfado, haciendo que su cara de circunstancias sólo dure un instante, porque después vuelve a cabrearse, y molesto me responde.

-Le he dicho que no vuelva a hacerlo, relájate, Airi. No montes una escena otra vez.

-Tiene gracia que eso lo digas tú –agrego con una risa irónica-, el que va pegándose con su padre porque intenta defenderlo de una panda de matones.

-¡Quieres callarte y dejarme en paz de una vez! –me grita con casi rabia, encarándome-. ¿Qué no entiendes de que no quiero hablar de esa mierda, ni de nada? Theia ya sabe que paso de ella, y si no lo ha entendido y vuelve, yo me ocuparé, porque sé que tengo que hacer. ¡Deja de meterte en mis putos asuntos, Airi!

Inspiro con fuerza para calmarme y no desmoronarme al escucharle decir eso con aquellas maneras, y cuando sé que mi voz no va temblar por la furia y las ganas de llorar, le respondo sin gritar, antes de darme la vuelta y largarme.

-Muy bien, haz lo que quieras entonces, y que te vaya bien solo con tus problemas. Ya no voy a molestarte más.