Con la amabilidad que lo caracteriza, Taro Misaki se acercó a Sanae y le pidió a la asistente de ella que los dejara solos. El compañero del Dúo de Oro de Japón también había visto la noticia y los conocía a ambos. Fue su padrino de matrimonio y estimación por Tsubasa.

Pero por Sanae, algo más…

El castaño miró con amor a esa mujer por la que tuvo que llamar sus sentimientos desde que la volvió a ver en su regreso al Nankatsu. Él vivió todos esos años en donde Tsubasa persiguió su sueño de ser un gran futbolista en Brasil. La ayudó en su locura de irse a Sao Paulo para verlo, consoló su tristeza y luego acompañarla en su alegría cuando su mejor amigo le propuso matrimonio mientras su corazón se arrugaba.

Y ahí estaba, como por cosas del destino para su amor Sanae, a la que jamás había visto así.

Taro: Lo vi todo.

Solo con esa frase, Sanae se derrumbó. Esa mujer fuerte se volvió a ser una niña frágil. Taro simplemente la sentó en el sofá del consultorio, tomo sus manos y le dijo: "Desahógate"

Al toque, Sanae se puso a llorar desconsolada. Taro la abrazó y comenzó a acariciar su cabello castaño. Era tan suave, delicado y con un aroma que lo enamoró más. Así pasaron los minutos hasta que el llanto comenzó a disminuir.

Taro: "Suelta todo el dolor que tienes, amiga"

Sanae: "Por qué. Qué hice mal"

Taro: "No creo que hayas hecho nada malo"

Sanae: "Y si no pudo superar esa crisis de algunos años"

A raíz de la pandemia, Sanae y Tsubasa se alejaron. Pero Sanae, al ser médico y por cuidarlo se alejaba para evitar algún riesgo de contagio. Además, el encierro afectó mentalmente al capitán japonés ya que no podía jugar al fútbol. Tuvieron muchas roces por tanto estrés, pero a medida que pasó el tiempo, las cosas fueron tomando su curso normal.

Taro: "Pero pude solventarlo Sanae"

Sanae: "Tal vez no. Y acá están las consecuencias"

El móvil de Sanae siguió sonando. Taro tomó el teléfono y vio la pantalla. Eran mensajes de su familia, sus sueños, amigos y justo entraba una llamada de Tsubasa.

Sanae: "No quiero hablar con él"

Taro: "No puedes huir de él. En algún momento tienen que hablar. Aclarar todo".

Justo en ese momento tocaron la puerta del consultorio.

Sanae: "Luciana, dije que no quiero ver a nadie"

Quienes abrieron la puerta fue el Director de la Clínica y su esposa. Ambos querían mucho a Sanae y la consideraban parte de la familia.

Sofía: "Hija, acá venimos a acompañarte"

Sanae los abrazó a ambos.

Dr. José: "Ese muchacho me va a oír"

Sofía: "Tranquilo amor. Déjame y yo hablo con ella y atiende a este joven"

Taro: "Podemos dejar la cita para otro día. Acá lo importante es Sanae"

Sanae: "Gracias a todos"

Volvió a sonar el móvil y era nuevamente Tsubasa.

Sanae: "No quiero hablar con él, no quiero no quiero". Sanae nuevamente entró en llanto y esta vez quien la abrazó fue Sofía. Taro tomó el móvil y lo apagó. El Dr. José se sorprendió ante el accionar el joven.

Taro: "La veo alterada. Si sigue viendo el móvil, será peor"

Dr. José: "Tienes razón".

Luciana: "Dr José, la prensa está llegando a la puerta del hospital y los de seguridad no saben que hacer"

El Director salió a la puerta para calmar las cosas. El escándalo se hacía más grande.

Sofía abrazaba a Sanae mientras ella lloraba. En un rincón, Taro tenía su puño apretado, conteniendo toda la rabia que tenía por todo.

Minutos más tarde, volvió el Director.

Dr. José: "Estos periodistas, uffff me costó trabajo sacarlos de acá"

Sofía: "¿Qué pasó, amor?"

Dr. José: "Tuve que inventar que Sanae no estaba acá. El tema es que no se si me creyeron"

Sofía se asomó a la ventana sigilosamente, todavía estaba uno que otro fotógrafo esperando.

Sofía: "Parece que no te creyeron querido. Hagamos algo, Sanae deja tu carro acá y te vas con nosotros al barrio privado. Vivimos ahí mismo y no te molestarán"

Sanae: "No quiero ir a casa"

Taro, ni corto ni perezoso aprovechó para metro su cucharada.

Taro: "Ven conmigo. Necesitas despejar la mente en un lugar más tranquilo y pues mi carro no lo conoce nadie acá en Barcelona"

La pareja aprobó la sugerencia.

Dr. José: "Cuídala, la queremos mucho"

Sofía: "Sanae, te doy un consejo de madre… en algún momento tienes que confrontarlo y no puedes huir a esto. Trata de hablar con tu esposo y busca ser lo más tranquila posible. En esto hay dos alternativas, o separarte o seguir. Sea lo que decidas, acá estaráré para ti"

Sanae abrazó a Sofía, tomó sus cosas y se fue. Taro tomó su mano y se la llevó al parqueadero.

Sofía: "Ese muchacho la quiere"

Dr. José: "Son amigos desde niños"

Sofía: "No es esa manera de querer a la que me refiero. La miraba con amor"

Dr. José: "Tú y tus cosas"

Taro se llevó a Sanae al carro. Y aprovechó que nadie conocía su coche para sacarla de ahí.