En otra parte de la ciudad, Taro llevó a Sanae a su apartamento alquilado cerca al mar.
Sanae: "Es una vista preciosa"
Taro: "Apenas para que pongas tus ideas en orden. Toma tu móvil, lo apagué para que estés tranquila"
Sanae: "Gracias, lo dejaré apagado"
El móvil de Taro sonó y era Genzo.
Genzo: "Hola, sabes algo de Tsubasa y Anego?
Taro: "Estoy con ella"
Genzo: "Se lo que sientes por ella así que cuidado"
Taro: "No digas donde está, no quiere hablar con nadie"
Wakabayashi aceptó a regañadientes pero colgó
Taro se fue a su habitación mientras Sanae estaba en el balcón poniendo orden a sus ideas. Miró su móvil y buscó esa foto reciente que se tomó con ella meses atrás. Sanae estaba hermosa y nunca había tenido una foto con ella a solas.
Taro: "Te amo, Sanae"
En el balcón, Sanae cerró los ojos y escuchaba el sonido del mar. Eso le ayudó a tranquilizarse y a poner orden en sus ideas. Como dijo Sofía, estaban las dos alternativas sobre la mesa.
Por su mente pasaron todos los recuerdos de su historia con Tsubasa. La infancia, esa declaración de amor, el Mundial juvenil, su matrimonio, su llegada a España. Los momentos de crisis y los de amor.
"Por qué" Se repetía Sanae una y otra vez
Los pensamientos seguían en su mente. Era la primera vez que afrontaba dicha situación. Nunca se la imaginó ya que siempre confió en su esposo.
Taro se acercó y se sentó al lado de ella. Ambos contemplaban ese mar tranquilo.
Taro: "Más tranquila?"
Sanae: "Si, me sirvió desahogarme"
Taro: "Que quieres hacer"
Sanae: "Afrontar la situación. Tsubasa tiene que explicarme qué pasó y porqué lo hizo"
Taro: "Y después"
Sanae: "Tomaré una decisión, pero necesitaré tiempo"
Taro tomó sus manos. Enseguida, sintió ese corrientazo que solo puede pasar cuando estás cerca del amor de tu vida.
Taro: "Acá estaré para ti, Sanae"
