¡Hola! Aproveché que estoy de reposo médico para editar la historia y poder subirla. Este capítulo quedó algo corto, pero me parece que así es más fácil seguir el rastro de los acontecimientos. Espero que disfruten la lectura y... ¡COMENZAMOS!

Capítulo 4 - Distintos tipos de toques.

LAW TRAFALGAR.

Solo compartí con él unas cuantas horas y ya dijo que me tomó confianza. Para su mala suerte, yo no confió en casi nadie. Sé de sobra que, si algo malo llega a pasar, tendré que salir solo del problema, o máximo serán mis amigos/hermanos quien me ayudarán. Aunque debo admitir que me parecen muy graciosas todas las caras que hace. Vimos una película hasta que llego su amigo, y una vez que lo ayude con sus cosas, volví a mi rutina normal. Entrenar, comer y dormir. Hable con Corazón sobre Baby, recalcándole que no debe venir sola aquí porque es peligroso, evitando completamente el tema de ir a visitarlo ya que solo verlo me trae malos recuerdos.

Roronoa estaba muy pendiente de Luffy y su amigo, incluso me pidió que cambiáramos de horario ya que escucho que ellos harían lo mismo. Como no me afecta en nada, accedí. Almorcé con él y, algunas empleadas que solo conozco de vista me miraban raro. Una me comentó que le parecía apuesto y solicitó mi número, solo la ignoré y continué comiendo. La curiosidad de mi compañero por mis peleas y su comentario sobre el pesaje me tomo desprevenido. Ni siquiera Ikkaku me preguntaba sobre mi vida, ya que, según ella, así no tendría que contarme la suya. A medida que le comentaba todo iba mirando los cambios en sus facciones, no entendía la mayoría. Solo que me causaban gracia y sus cejas se movían de arriba abajo expresando tantas cosas. Es un chico interesante y parece agradable, por lo menos puedo creer que la vida fue buena para él. Me hizo muchísimas preguntas, la mayoría las conteste, otras me parecían irrelevantes. Mi pasado parece interesarle mucho más que a mí.

Sengoku fue extremadamente exigente las semanas previas al combate. Explicándome a detalle las debilidades de mi oponente. Entrenando patadas altas y donde si podía golpear. Sin Luffy en el complejo de departamentos no debía preocuparme por nada y podía llegar a cualquier hora. En el trabajo se nos hizo costumbre almorzar juntos, a veces lo hacíamos en la cafetería y otras afuera. Eso sí, cada vez se me hacía mucho más normal su manera de comportarse. Le gusta mucho el contacto físico y lo ha demostrado tocando mi hombro, brazos y manos cuando cuenta sus historias sobre las tonterías que hacía con su hasta ahora amigo Sanji. No soy muy fanático del tacto, pero él no lo hace con mala intención, además de que sus dedos son suaves, dándome una sensación agradable cuando están ahí.

Ese sábado la pelea acabo muchísimo más rápido de lo que yo esperaba. Sabía de sobra que mí oponente era conocido por ser muy hablador, pero el quedar noqueado luego de una sola patada me dejo perplejo. Sengoku vitoreaba de aquí para allá cuando me proclamaron ganador, yo levante la vista solamente un momento para mirar alrededor y parado en la tercera línea estaba él, nuestras miradas se cruzaron, sonrió y saludo, antes de ir por el pasillo hacia la puerta de salida.

-Vengo enseguida – le dije a mi entrenador, no le di tiempo para contestar. Teniendo que hacer un largo recorrido para poder alcanzarlo. No sé qué lo habrá traído hasta aquí, pero sí que no disfruta de la violencia sin sentido. Una multitud estaba rodeando algo, y al escuchar la voz al otro lado pude reconocer al entrenador de mi adversario. Le estaba gritando a alguien, no supe quién era hasta que le contestó. Forcejee con la gente para llegar hasta ellos y una vez que logré alejarlo del sujeto llamaron a seguridad.

Los representantes del evento lo revisaron, el golpe en su frente se podía ver desde lejos, más la manera en la que sujetaba su brazo me indicaba que tiene más heridas de las que enseñó. Su hermano apareció y luego de mirarlo detenidamente no encontré ningún parecido en ellos, más allá del color de cabello. Sengoku trataba de convencerlo de que todo fue un accidente, e incluso insinuó que todo lo que yo conozco sobre combates es gracias a él. Me importaba poco lo que conversaba con él otro muchacho, pero sí los moretones que se le formarían a Luffy.

-Todos los golpes son importantes – le dije, recordando el que mi hermana recibió y le causó problemas en el equilibrio. Antes de que mi cerebro pudiera ahondar más, sentí algo suave y cálido sobre mi pecho. La pequeña mano de Luffy se había colocado ahí, más mi reacción no es la que acostumbro. En ningún momento tuve esa sensación de peligro. Se notaba cuanto le afligía la marca que me había dejado Doflamingo. No quiero que esa imagen quede en su memoria – No te gustará la respuesta.

Podía escuchar los demás sonidos y voces, más no tenía ganas de apartar mis ojos de los suyos. No recuerdo que otra persona se haya logrado acercar tanto, de hecho, tuve miedo de mis acciones ¿Qué estoy haciendo? Todo lo que se me acerca termina hecho pedazos. Su sonrojo me parecía tan adorable y a la vez peligroso. Se separó, no me estaba prestando atención, yo en cambio no me perdía detalle de lo que hacía. Instintivamente sujete su mano cuando se golpeó por algo y luego salió corriendo de ahí seguido por su hermano.

-Así que Ace – cuando desapareció de mi vista, mi cerebro recién logró concentrarse en otra cosa.

- ¿Qué hay con él?

-Nada. Solo sé que sería una buena propaganda – instintivamente mi mirada fue hacia la puerta – Aunque ni te percataste de su presencia, solo tenías ojos para él hermanito ¿Ese chico es tu "Compañero"? –hizo unas comillas con los dedos al mencionar la palabra. Yo lo ignoré, tratando de despejar mi mente – Es adorable la verdad, aunque no sé si sea legal Trafalgar.

-Hmm – siguió insistiendo en tratar de sacarme información, pero lo ignore y entré en las regaderas. No podía alejar ese calor que su contacto provoco. Ocurrió lo que siempre pasa cuando pienso demasiado y mis manos se entumecieron – demonios… -A la salida no me cruce con él, aunque sería un hipócrita si dijera que no lo busqué con la mirada.

El domingo visite a Bepo, estaba mejorando. Los episodios no se presentaban tan seguidos y ya llevaba dos meses sobrio. Temía salir y volver a recaer, obviamente lo calmé. Siempre que pueda pagar la clínica todo estará bien. Él me dijo que seguía los combates por televisión y que era mi fan número uno – Eres mi hermano – levanto su puño e hicimos nuestro saludo de siempre.

-Claro que sí –quiero asegurarme de que estará bien, él e Ikkaku eran como uña y mugre.

Pague otro mes a la salida y fui en moto a mi departamento. Me encontré con la desagradable sorpresa de ver a uno de los adictos que solía venir a comprar droga del loco al que mandé al hospital. Para mi suerte, simplemente no sabía que ya no viviría nunca más su proveedor aquí.

El lunes transcurrió con normalidad, Luffy estaba extraño y eso me molestaba un poco. Era menos efusivo en sus expresiones, se mantenía lo más lejos posible y sus manos permanecían pegadas a la superficie de la mesa en el almuerzo. Le pregunté por eso y dijo que estaba corrigiendo sus malos hábitos

-No me molesta – hablaba de su manera de ser, pero por algún motivo se sonrojo y eso me desconcertó. No por el hecho de que lo hiciera, sino porque comencé a sentir mis mejillas calentarse, sin saber la causa.

-Pensé que no te gustaba que lo hiciera – jugaba con sus dedos.

-Si fuera otra persona no lo hace, pero si eres tú está bien.

Se aclaró la garganta y volvió a su actitud de siempre, haciendo una sonrisa de oreja a oreja. Ya eligió un nuevo departamento, dijo que su presencia le estaba generando problemas a su amigo y no quería ser culpable de nada. A veces es difícil comprender sus comportamientos, muchas de las expresiones que hace no las conozco y realmente quiero saber todo lo que pueda de él. Me gusta la sensación que tengo cuando estoy a su lado. Es un calor agradable…

SANJI VINSMOKE.

Me encanta tener a mi amigo a salvo, pero me es difícil tratar con Gin, cuando él está aquí. Además de tener que evitar a toda costa hablar con el orangután cabeza de musgo que no hace más que insistir en conversar conmigo. Todos mis intentos por mantenerlo lejos me resultan infructuosos. Pareciera que está pendiente al 100% de lo que hago. Normalmente me gusta hablar con las personas, pero no tener que explicar mis problemas y preocupaciones.

Aproveché que el bonito iba a casa de sus padres para poder aclarar las cosas con mi novio, pero todo resulto peor de lo que esperaba. Esta vez no solo me había abofeteado nuevamente, sino que también me había echado de su departamento y la cereza del pastel fue toparme cara a cara con el maldito musgo fastidioso. Maldije por lo bajo e intenté esconder mi mejilla de su vista.

- ¿Interrumpo algo?

-No estoy de humor –le dije, recogiendo mis cosas del suelo – el lunes si quieres puedes molestarme todo lo que quieras – no espere que se agachara y me ayudara a levantar la ropa que había ahí.

-No sabía que preguntarte como estabas era una molestia –me entrego todo e hizo una inclinación de cabeza. Realmente nunca se ha comportado groseramente conmigo, es más mi recelo al saber todo lo que ha visto y escuchado sobre mi vida.

- ¡Lo siento yo! –el solo sonrió y se disculpó, no quería que lo haga o me sentiría peor. Encima de todo Gin abrió la puerta y en vez de tratar de calmar las cosas se puso aún más violento. Tomando mi bolso y arrojándolo al suelo nuevamente con rabia.

- ¡Ahora tienes amantes en mis narices y todo! – cuando su mano sujeto el cuello de mi camiseta polo, Zoro intervino. Lo sostuvo con fuerza de la muñeca, hasta que este me soltó.

-¡Solo somos compañeros de trabajo! – aclaré – ¡su hermana es tu vecina hace años!

-Eso quiere decir que se ven hace mucho tiempo – su rostro estaba desfigurado del enojo, parecía que todo lo que le dijera estaba mal - ¿Te divierte follar el culo del muñequito barato?

- ¡GIN! – el golpe que le dio el moreno lo mando de una contra la pared. Tan desprevenido lo tomó que no logro recomponerse hasta pasados unos minutos. Quería ayudarlo, pero no me atreví a moverme.

-No puedo obligarte a comportarte como una persona decente en casa, pero por lo menos si le faltas el respeto frente a mí, te pondré en tu lugar.

Mi novio no dijo nada al momento, parecieron años hasta que volvió a abrir la boca – entra – me lo dijo a mí, pero Zoro no me lo permitió, sujeto mi muñeca con firmeza – vamos a conversar amor – miré al musgo, no tenía intenciones de soltarme.

-Lo que tengas que decirle, puedes hacerlo frente a mí – no le gusto la respuesta. Hizo esa expresión que siempre me causaba miedo.

-No tiene nada que ver contigo. Esto es entre él y yo – El guardia recogió mis pertenencias, me las entrego y mirando a mi novio le contestó.

-Entonces no hablaras con él –Zoro puso sobre la mesa cada uno de los abusos que escucho o presencio. Amenazándolo con llamar a la policía si volvía a pasarse de la raya - ¿Tienes todo lo que necesitas?

-… Si –mi novio me suele dar miedo a veces. Pero parecía que veía al mismo demonio cuando seguí a mi compañero por las escaleras. Ninguno de nosotros dijo nada en el camino, él me acompañó hasta el departamento que compartía con Luffy y luego de revolver mis cabellos agregó.

– Si te retiene, te insulta, te pega o amenaza no te confundas. Eso no es amor Sanji. Me llevo años descubrirlo.

-No sé qué hacer yo… ya no quiero volver a estar solo – Creí que solo lo pensaba, hasta que él me contestó.

-No estás solo –sonrió. Ahora puedo entender la fascinación que tiene mi Luffy por él, su sonrisa es muy bonita – Nos vemos.

ZORO RORONOA.

Trate de hacerme amigo de Sanji, si su historia es en algo parecida a la mía lo habrá apartado de la mayoría de sus círculos. Se quejaba mucho, más siempre tenía una sonrisa para Luffy. Un fin de semana no supe nada de él y me preocupó, por suerte solo se había quedado a hacerle compañía a su nuevo compañero de apartamento. Al siguiente si lo volvimos a escuchar, no a él, sino al muy varonil de su novio. Mi hermana horrorizada corrió hacia la puerta cuando los escucho discutir en el pasillo, yo la detuve y fui a ocupar su lugar, ella observaba todo desde el lindero.

No solo lo golpea, no lo respeta y lo trata como si fuera basura, sino que tiene el descaro de llamarlo amor y someterlo a humillaciones públicas. Cuando lo sujetó del cuello ya no lo soporté, al principio solo iba a alejarlo, pero lo insulto y un puñetazo basto para que se controlará. A sabiendas de que si yo estaba de por medio no podría hacer nada, trato de alejarlo, cosa que no pasará. Me despedí de mi hermana con un movimiento de mano y acompañe a Sanji todo el camino de vuelta a su departamento. Él nos guió, más no había otra palabra que saliera de su boca.

Se sentía solo, yo estuve exactamente en el mismo lugar y no es bueno. Mi hermana había estado ahí para mí o no sé cómo habría terminado todo. Ahora yo estaré para el – Nos vemos – me despedí de él, más lo que hizo me tomó por sorpresa. Sujeto mi mano parando mi movimiento, al girar para ver qué pasaba me plantó un beso en la boca. No me dio tiempo de rechazarlo o corresponder ya que se retiró rápidamente.

- ¡Madre mía! –Exclamó sorprendido - ¡¿Qué acabo de hacer?! –corrió a su departamento antes de que pudiera siquiera articular una palabra.

Soy bisexual, por lo cual no estoy horrorizado al recibir el beso de un hombre, pero si sorprendido de que lo hubiera hecho. No tengo una idea de que ha pasado por su cabeza, y no sé cómo afrontar esto en este momento. Desde que acabé mi relación, me he dedicado a vagar de cama en cama, pero jamás con alguien que conozco y trabajo. Va en contra de todas las reglas estipuladas...

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Nos vemos en el siguiente capítulo #.#