¡Holis! Esta historia tuve que adaptarla porque tenían otros nombres mis personajes y ojalá no me haya saltado alguna corrección D:
Espero que disfruten la lectura y que haya valido la pena esperar... ¡Comenzamos!
Capítulo 6 - El señor mala suerte.
LAW TRAFALGAR.
El día prometía ser lo más normal del mundo. Los recepcionistas se fueron, o al menos uno de ellos lo hizo. Pues Luffy regresó, con una sonrisa forzada en el rostro. Su sonrojo constante me preocupaba, siempre está presente y no sé cuál es el motivo. Me pidió quedarse a dormir en casa, y salvo por la parte de dormir en el sofá no le vi problema. Le tendí una llave, más sus ojos se abrieron con pánico y dijo que esperaría.
A la salida lo llame al celular, pero colgué rápido al verlo parado junto a la moto. Me gusta esa expresión en su rostro, parece feliz y me transmite calma. Una vez que sentí su abrazo lo supe de inmediato, me está comenzando a interesar él y eso no es bueno. La última persona que se cruzó en mi camino terminó suicidándose y su recuerdo aun me atormenta. Siempre la tengo presente, constantemente comparándola con quién está a mis espaldas, siendo el fantasma que me persigue por las noches.
Llegamos, estuvo nervioso todo el camino hasta que le avise de los cargos con los que detuvieron al vecino. La policía me informo que no me vería involucrado y supuestamente soy algo así como un héroe. Pero reiteraron el que, evitara meterme en problemas de esa clase nuevamente o podría acabar mal. Una vez dentro él fue a bañarse, yo aproveche para poner a lavar su uniforme en la lavarropas y luego cuando salió, fue mi turno.
Pidió una hamburguesa, me invito, pero la rechace, no me gustan las comidas fritas. Al verlo en mis ropas me pareció aún más pequeño de lo que es. Sus piernas son muy delgadas, mis shorts le quedan por debajo de las rodillas. Lo único extraño y que me llama poderosamente la atención es el constante enrojecimiento de sus mejillas. Se lo dije y me trato de convencer que es algo normal. Eso no lo había visto hacer a nadie, ni siquiera a Corazón. Me nombro las emociones que lo causaban y luego fue como si su cerebro se apagara – Yo… creo que – no alcanzo a terminar la frase. El timbre sonó y la voz de Sengoku al otro lado de la puerta me dejo sentir el enojo que traía.
Lo envié a la habitación, le pedí que no saliera y fui hasta la entrada. Ingreso histérico, no sabía a qué se refería hasta que me mostró fotos de mi visita del domingo a Bepo – Eso no te incumbe Sengoku – mi vida y lo que hago con ella no tengo porque justificarla a nadie. Insinuó que yo consumía eso y comencé a sentir que el enojo crecía en mí – estoy limpio – ni muerto me metería esa cosa en el cuerpo, he visto lo que causa.
- ¡Trafalgar! Enserio ¿Qué es lo que pasa contigo? –Yo no he hecho nada malo, no pienso exponer a Bepo para calmar a unos idiotas - ¡¿De verdad?! – levanté la cabeza un segundo al ver que se dirigía hacia mi habitación. De manera automática me acerque a la puerta. Antes de que pudiera abrirla siquiera un poco, la volví a cerrar. No metería a Luffy también en esto. No es mi supuesto compañero, ya estoy harto. Quiero que se vaya en este momento. No reconocí la voz que salía de mi boca, ese no era yo.
-Me interesa un carajo la prensa, no juegues con mi paciencia Sengoku. Vete ahora mismo – las manos se me entumecieron y el timbre me distrajo. Recibí la cena de mi invitado, la pagué y mi entrenador al salir me dijo que lo hablaríamos con más calma otro día.
En la habitación, Luffy me miraba preocupado, yo no puedo controlarme ahora. Así que solo le dejé la comida y salí. Busque mi saco de box, lo colgué, para rápidamente comenzar a descargar mi ira en este. Escuché la pregunta de él, más ni siquiera sabía lo que quería. Sé que le contesté mal, a pesar de estar concentrado en los golpes, alcancé a ver la mirada de tristeza que hizo.
No sé cuánto tiempo estuve haciéndolo, solo paré cuando mis piernas comenzaron a palpitar y mi cerebro volvió a estar en calma. Traté de no pensar en nada, volví a ducharme para sacarme el sudor y recién ahí me pareció prudente volver junto a Luffy. No estaba bien, pero por lo menos la rabia había pasado. Su cena estaba exactamente como yo la traje, fui el causante de un mal rato para él. Nunca consideraría que está en un mal lugar, me gusta tenerlo cerca. Su mano en mi hombro me tranquiliza, el calor de esta contra la mía me relaja. Me hace recordar la época que pase con Ikkaku, intentando ambos olvidar los malos ratos. Él quería decirme algo, más no alcanzo a hacerlo y al preguntarle por eso, volvieron los sonrojos. Trato de alejarse, yo evite que lo hiciera, el enrojecimiento se extendía hasta sus orejas. Ni siquiera me di cuenta de lo que hacía, solo que cada vez estaba más y más cerca. Su boca me provoco y termine acortando la distancia para poder besarle.
Hace muchísimo tiempo no he besado a alguien, me gusta esta sensación, su cuerpo cerca del mío, es cálido. Escuchaba un tono de llamada que no era mío, supuse que era de él, más lo ignoramos y continuamos en esto. Lo senté sobre mis muslos y la respuesta de mi miembro fue automática, no se inmuto, continuo subiendo la intensidad del contacto. Mis dedos acariciaron sus muslos y podía palpar como se le erizaba la piel. Esto no está bien, no porque lo esté haciendo con Luffy, sino porque mi mente deja de colaborar y me trae la imagen de Ikkaku. Él se alejó de mí, miré su rostro solo un segundo y vi miedo, o tal vez decepción.
- ¿Por qué? – No me atreví a tocarlo, mucho menos a seguir mirándolo.
-Porque mientras te beso a ti, pienso en alguien más – podía ver sus piernas, como se alejaba y salía por la puerta de la habitación. No lo seguí, sé lo mal que me he comportado hoy y soy consciente de que he arruinado cualquier oportunidad de tener algo con el muchacho de ojos y boca bonita.
Esa noche solo pasé los límites de mi cuarto para entregarle las sábanas que usaría en el sofá. Me agradeció más no aparto la vista de la ventana. Tenía los ojos llorosos y el ceño levemente hacia abajo. El sueño que tuve me hizo sentir aún más perturbado que nunca. Nuevamente estaba besando a mi compañero, Ikkaku nos observaba a lo lejos y en vez de llorar o estar triste, sonreía. Me aplaudía y se despedía de mí, yo me negué a dejarla marcharse, trate de seguirla, pero Luffy sostenía con fuerza mi mano, rogándome que no me vaya. Desperté sobresaltado cuando escuché movimientos en el departamento, el sol se asomaba por la ventana. Fui a ver de dónde provenía y lo encontré vestido, listo para marcharse.
-Es muy temprano – me daba la espalda. El uniforme resaltaba su esbelta figura.
-Lamento despertarte. Muchas gracias por tu ayuda – sus dedos apuntaron a la mesa que tenía cerca de la puerta –te regreso el dinero que gastaste en la comida – sostuvo sus pertenencias y se encamino a la salida.
-Lo siento – el movimiento de su cabeza me daba a entender que negaba.
-Por lo menos fuiste sincero.
Cuando dejó el departamento, el mal sabor de boca no se iba, volví a tener esa sensación desesperante. Me negué a escucharla e ir tras él. Durante muchísimos años me desinteresé en las relaciones, no tuve novia aparte de Ikkaku y nadie había logrado llamar siquiera mi atención. Luffy se ha ido ganando de a poco un lugar, nunca se lo he ofrecido, pero igual lo consiguió. ¿Qué acabo de hacer?
Mi teléfono sonó, mire quien llamaba y era Stussy. Es raro que me llame y mucho más a esta hora - ¿Si?
-Hola Law, lamento molestarte tan temprano. Corazón está mal y pide constantemente verte – hace muchísimo no lo veo, siempre paso el dinero para su tratamiento, pero tenerlo frente a frente es mucho para mí y también sé que a él le afecta.
-Está bien, iré en cuanto pueda.
-Ok ¿Quieres que mande a un chófer por ti hoy? –Si, es una mujer muy adinerada e importante. Sin contar que, no me libraré de una visita forzada si ella la planea.
-No es necesario, iré en moto.
-De acuerdo, le aviso que vendrás para calmarlo.
Colgué la llamaba sin decir nada más, Stussy es la mujer que se casó con mi padre luego del intento de homicidio por parte de su hermano. Es viuda y se volvió a juntar con Corazón cuando lo conoció. Si lo ama o no, es algo que nunca lo sabré. Porque la palabra amor para mí tiene demasiados significados y cada uno es completamente opuesto al otro. Doflamingo decía que nos amaba, más constantemente nos golpeaba e insultaba. Llegué a defender a mis hermanos de sus abusos, ya que yo era más fuerte y podía soportarlos, pero no fueron suficientes mis esfuerzos. No los cuide como debía hacerlo o todos ellos seguirían aquí.
Llame a la oficina, pedí permiso en Recursos Humanos e informe el motivo de mi ausencia. Ellos me dieron el día "libre", más me lo descontarían a fin de mes. Fui a la casa que tenían y el ama de llaves me recibió feliz. Según ella, mi padre se encontraba en la sala, esperando poder verme. ¿No se supone que está mal? ¿Acaso no debería estar en el hospital de ser así? – Mi pequeño – me saludo desde el sofá blanco de la gran habitación. Su enfermera estaba parada a su espalda.
-Pensé que estabas mal – fingió toser – Corazón…
- ¿Había otra manera para que te dignaras a pisar tu casa?
-No es mi casa.
-Claro que sí, donde yo esté siempre será tu hogar – los recuerdos rápidamente hacen acto de presencia cuando lo veo. Su rostro magullado, mis manos amoratadas y cubiertas de la sangre de mi tutor – Siéntate Law.
-Dime que por lo menos es algo importante, porque acabo de perder un día de pago por esto –él sonrió y me invitó nuevamente a sentarme. Su semblante a pesar de su enfermedad era mil veces mejor que el que tenía cuando Doflamingo estaba libre.
- ¿Está mal que pida ver a mi hijo?
-Si necesitas mentir para eso sí – sostuvo mis manos y miro los moratones que quedaron a causa de mi sesión con el saco de box.
-Dime que no son por culpa de una de tus peleas – las aleje y negué con la cabeza.
-Ellas no tienen nada que ver – las escondí en los bolsillos de mi chaqueta - ¿Qué pasó? ¿Por qué querías verme con tanta urgencia?
Rodó los ojos y nuevamente sonrió – tu hermana se acaba de recibir y me pidió que te invitara a su fiesta – levanté una ceja con incredulidad – sabes que siempre te ha admirado – no dije nada – Además hace muchos años que no salimos los cuatro juntos.
-Lo pensaré – me coloqué de pie. Estar aquí me molesta, no me siento a gusto y prefiero mi departamento o trabajar, a quedarme mucho tiempo.
- ¿A dónde vas?
-Veré si puedo evitar que me descuenten el día completo – me despedí de él y volví volando a la oficina, eran pasadas las 10.30 de la mañana cuando estacioné mi motocicleta.
Luffy no estaba en su puesto cuando llegué, pasé a recursos humanos para avisar de que solucioné lo de mi padre antes y quería retomar el trabajo para evitar el descuento completo. La chica acepta, pero no me podía asegurar cuanto me pagarían a fin de mes. Me coloqué un traje extra que tenía en los vestuarios y fui a mi lugar.
- ¿Qué te paso a ti?
- ¿Qué? – Roronoa me descolocó al preguntarme eso.
-Sí, Nami está enferma, Luffy tuvo un accidente y tú también faltaste.
- ¡¿Cuándo?! – se sobresaltó porqué levante la voz.
- ¿Cuándo qué?
-Luffy ¿Cuándo tuvo el accidente?
-Esta mañana. Venia para el trabajo y una moto lo atropelló o algo así. Sanji ya pidió salir más temprano para ir a verlo – Estoy enojado conmigo en este momento. Yo debería haberlo traído… – Sé que es tu amigo, por eso te avise.
-Sí, gracias yo – Me siento fatal en este momento - ¿En qué hospital está?
-No lo sé, le preguntaré en el almuerzo.
-Gracias – Quiero verlo y saber cómo se encuentra.
Durante el almuerzo trate de llamarlo, más la llamada iba directamente al buzón. Cuando regresaron de su turno, me indicó el hospital en el que se encontraba y según lo dicho por Sanji, él estaba relativamente bien para lo que le paso. Ese día se me hizo eterno, las horas no pasaban, me las pase todas pensando en el chico. Me arrepentí de haberlo alejado ayer, lo hice todo mal con Luffy.
Por la noche fui rapidísimo a donde me indico Roronoa. Pregunté por él en recepción y ni bien la enfermera me indico cuál era su habitación, camine-trote hasta ahí. Dentro estaba Luffy la pierna derecha con una herida gigante en el muslo y algunos hematomas repartidos por todo su cuerpo. Se sobresaltó cuando me vio.
- ¿Qué haces aquí?
-Me enteré de tu accidente – dejé mi casco sobre la silla que estaba junto a la puerta.
-Estoy bien, se ve peor de lo que se siente – rió un poco, pero se quejó al instante.
-Cada vez que te separas un poco, terminas golpeado de alguna manera –me sorprende la mala suerte que tiene, todas las cosas malas le pasan, me preocupa.
-Siempre dije que alguien me echó alguna Macumba o algo así – si eso fuera cierto, tendrían sentido todas las barbaridades que le pasan – Pero eso no explica porque estás aquí.
-Estaba preocupado – agrando los ojos - ¿Eso es malo?
- ¿Pensabas en mí o en alguien más?
-Luffy yo.
-No necesitas repetirlo. Entendí la primera vez – no sabe ni siquiera lo que quiero expresarle, pero puedo entender su enojo.
Acerqué el sofá individual hasta su lado, me acomodé ahí y volví a intentarlo – Lo que dije ayer.
- ¡Enserio! No estoy de humor para volver a ser rechazado ¡Quieres que seamos amigos, genial! Dame tiempo y seremos eso. Compañeros de trabajo con una relación de amistad, te habrá asqueado el beso de un hombre y prometo no volver a – tomé su mano y se calló al instante.
-Me gustas – acaricie sus dedos con los míos.
- ¿Pero dijiste?
-Tuve un mal final con mi antigua novia y por momentos, la recuerdo. Por eso te trate así, no quiero involucrarme sentimentalmente con nadie… aún.
-… Entonces pensabas en ella cuando me besabas –bajé la cabeza.
-Ojalá fuera solo eso – no quiero volver a tener esa sensación de vacío, el día que la encontré muerta sobre la cama de su habitación se me repite una, otra y otra vez.
-De nuevo estás haciendo esa cara – cubrí mis cejas con la mano libre, Luffy es el primero en darse cuenta cuando pienso cosas tristes, el único que vio expresiones en este rostro, ni siquiera Ikkaku lo había logrado – Si te hago recordar cosas malas, no quiero estar cerca de ti.
-Por el contrario, yo – la puerta se abre de nuevo y el amigo de Luffy ingresa despreocupado. Se asusta al verme ahí.
- ¡Madre mía! ¿Qué? –Me coloqué de pie – ¿Interrumpo algo? –sus ojos miraban nuestras manos que aún seguían unidas, lo solté rápidamente y escondí mi mano en la chaqueta, la otra seguía cubriendo mis cejas.
-No, ya me iba –Él me miraba expectante, yo no sabía que decirle. Estuve a un pelo de volver a exponerme y un subidón de adrenalina comenzó a correr por mis venas – Me alegra que estés bien – No está bien bobo – Que no haya sido algo demasiado grave – Tiene una herida casi a carne viva… - Ya me voy.
-Torao –gire la cabeza un poco y la sonrisa en su rostro era bonita, aun a pesar de los moretones que tenía – gracias por preocuparte.
Solo incline la cabeza y salí disparado de ahí. Mi teléfono lo olvide en la oficina y todo del apuro que tenía por verlo. Definitivamente siento cosas por Luffy, no voy a decir que es amor, porque para mí, eso no es algo bueno. Pero me gusta estar a su lado.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Estoy pensando si deseo alargar los capítulos un poco, o dejarlos en esta cantidad de palabras más o menos. Si les son más cómodos de leer así, permanecerán de esta longitud.
Si le gusta la idea, me avisan :3
Nos vemos o/
