¡Holis! ¡Volví¡ Iba a subirlo en teoría el jueves, pero lo terminé antes y no me aguanté :D
Espero que lo disfruten... ¡COMENZAMOS!
Capítulo 16 - Reforzando relaciones.
LUFFY MONKEY.
Después de lo ocurrido en el quinto piso del edificio, me sentí diferente. Al hablar por mensaje con Torao, había veces en las que estuve a nada de pedirle que lo repitiéramos. Aunque por suerte alcanzaba a recapacitar, borrando el texto y deseando meterme bajo una piedra.
Me invitó a salir y todo, pensé que iba a ser la mejor semana del mundo cuando eso pasó, pero a la salida del trabajo un día, una moto se paró frente al edificio y comenzó a disparar contra las ventanas de vidrio. Por suerte alcanzamos a cubrirnos todos y los únicos dañados fueron los aparatos. Kin'emon fue lo bastante atento y aviso a todos sobre el arma. Nos sorprendimos cuando se ofreció a acompañarnos a casa por la noche.
-Creo que le gustas – Mi amigo insistió y yo lo llamé loco. Ese sujeto es así con todo el mundo, no hay nada diferente en su trato hacia mí. Además, por lo que entendí de la conversación entre secretarias, está casado.
-Creo que tienes problemas – Sonrió, yo rodé los ojos, cansado – Mejor enfoca tu energía en resolver esa tensión entre tú y Zoro. Porque ya hay rumores de todo tipo.
-Nada malo ocurrió, solo están celosas porque ni les presta tanta atención.
En otro momento le diría que exagera, pero luego de oír cómo se la pasan especulando en el horario del almuerzo, no puedo discutir. Sé que algo está pasando entre ellos, pero Sanji se muestra muy hermético y me parece pesado de mi parte el preguntar de más. Si no me lo dice, debe ser por algo; él no se caracteriza exactamente por el silencio.
Con Kin'emon me estaba llevando mejor, no sé si le afectó eso que dije, pero por lo menos ya no me habla tanto y me trata con menos familiaridad. Sigue diciendo algunas cosas de más, pero es con respecto a su vida. Está casado como todos creen, fue militar, le dieron de baja por una lesión en el hombro y prefiere ser precavido a hacer algo que luego le traiga problemas.
Llegó el día de mi cita, está vez abandoné solo el predio de la empresa y esperándome fuera, estaba el hombre, que para mí es el más atractivo de todos. Lo saludé desde lejos, más escuché mi nombre en un grito y tuve que voltear. Kin'emon me había traído el teléfono que olvidé sobre la mesa. Desconfío de Torao, intuyo cuál es la causa de dicha emoción, pero no hay lugar más seguro, que alado de él.
Fuimos a ver una película de acción, igual que aquella vez en su departamento, ver las expresiones en sus facciones, cuando pasan las escenas de pelea, es gracioso. Por lo menos le gustó. Fuimos a un restaurante cerca y mientras cenábamos, le comenté lo que ocurrió en Water Seven ese día del tiroteo. También más o menos cómo estaba todo el problema con Gin y Sanji.
-Está demente – Llevó un poco de comida a su boca - ¿Qué tal está tu amigo? – Agrandó los ojos.
-Mejorando, se siente más seguro porque estoy cerca – Me pasa lo mismo.
-Eres muy confiable – No me creía – Yo me siento seguro, porque estoy contigo. Si algo llegara a pasar, me protegerás de nuevo con movimientos de Kung Fu.
-Claro, eres mi cita – Sus orejas se pusieron coloradas - … ¿Podemos tomarnos una foto?
- ¿Foto? Pensé que no te gustaban.
- ¿Por qué?
-No he visto una solo foto tuya o de alguien en tu departamento – Saco su celular del bolsillo y comenzó a buscar algo. Una vez que lo encontró, me tendió el teléfono.
-Él es Corazón, es mi padre – Le señor en la imagen se veía radiante. Estaba pintando un cuadro en un precioso jardín. Pasó una más – A Bepo ya lo conoces – Es el muchacho que vi aquella noche en el centro de rehabilitación – Ella es mi madrastra y ella mi hermanastra – Parecía una foto sacada en alguna celebración. Porque todos estaban vestidos de gala, incluido él – Este es Shachi.
-Al final si tenías recuerdos de tus seres cercanos – Apagó la pantalla con el botón y me volvió a mirar.
-No tengo ninguna contigo – Yo también quería una con él, pero no me animaba a pedirle.
Me puse de pie, ubique mi silla a su lado y saqué mi teléfono para usar la cámara – Aprovechemos ahora que aún estoy presentable y me veo guapo – Si comenzamos a comer, no puedo prometer verme bien.
-Siempre te ves hermoso – Yo había dicho guapo, porque era lo máximo que escuché alguna vez. Me sonrojé, tan natural fue su comportamiento, que me dejó descolocado unos segundos. Recobré la conciencia cuando sentí su mano en mi cintura, y su brazo hizo presión en mi hombro.
Tomé la foto, pero no se la cara que estoy haciendo en este momento. Al voltear el móvil y ver la imagen me acaloré… Lo miraba como su fuera un idiota y él me sonreía, ninguno tuvo la decencia de enfocar sus ojos en la cámara - ¡ESTA salió terrible! – Le dije a donde debería mirar y al iluminar el lugar con flash, su cara seguía apuntando a mí.
-Déjame ver que tal salieron – Sujete mi teléfono unos segundos y cedí a su petición – Esta me gusta, ¿Me la puedo quedar? – no tuve corazón para negarme.
Al final una sola foto se transformó, en 30. Algunas juntos, otras individuales y las finales ya entrarían en la parte de joda. Cada uno eligió las que quería y ahí se acabó el intercambio. Torao estaba calmado, parecía estar disfrutando y eso para mí es lo mejor que puede pasar, quiero que sea feliz a mi lado.
Una vez cenamos todo, fuimos en moto a la playa más cercana y aunque había algunas personas, estaba casi desierta - ¿Hay algún motivo en específico para elegir venir aquí?
-Bepo me dijo que este era el mejor lugar para preguntarte aquella incomodad que siento.
Pensé que le estaba haciendo pasar un mal rato cuando dijo eso - ¿Qué hice ahora?
Estaba desconcertado – Nada, soy yo el problema y si no lo hablo ahora, podrías pensar mal de mí.
- ¿Involucra a otras personas? – Negó con cabeza, más sus ojos parecían no seguir mi cuestionario. Si soy sincero, ni siquiera yo sabía a que me refería.
-Para; No te estoy entendiendo. Lo que yo quería decir era… ¿Somos solo amigos? - Dude un poco, pero asentí - ¿Puedes hacer eso que hicimos en el techo con un amigo? – No levanto la voz, pero fue como si se le apagará el sonido poco a poco.
-No podría hacer eso con alguien que no seas tu – pensé mucho antes de hablar de nuevo – Ya te lo había dicho antes, me gustas.
-A eso voy – Arquee una ceja, el soltó mi mano y se paró justo en frente. Respiró despacio unos cuantos segundos y abrió la boca – Quiero salir contigo.
-Estamos saliendo – Me miró un minuto en silencio.
-No me refería a esto… - Frunció levemente el ceño - ¿Querrías ser mi novio? – Mi primer instinto fue voltear a todos lados, a ver si no había gente alrededor que pudiera burlarse de mí. El seguía el recorrido de mis ojos - ¿Luffy?
- ¿Es alguna apuesta?
-No – Sujetó mi mano, ni me había percatado que estaba temblando y mi corazón parecía a un soplo de salirme del pecho - ¿Te incomoda la pregunta? Pensé que era lo normal, cuando dos personas se gustan y quieren pasar más tiempo juntos.
- ¿De verdad querrías ser novio de alguien como yo? – bajé la voz - ¿Qué va a pensar la gente de ti?
Me estaba agarrando una crisis ansiosa luego de tanto tiempo, que había olvidado como minimizarla. Sentí sus brazos apretar mi cuerpo contra el suyo, conteniendo los espasmos que comenzaban a aparecer. Duró cerca de diez minutos el episodio, él no me había dejado solo como se lo pedí. Una vez estuve más calmado, dio un paso hacia atrás - ¿Mejor? – Asentí – No me interesan los demás, las únicas opiniones que me importan, son de mis personas más cercanas.
- ¿Cómo yo? – Me estaba mirando el alma.
-Si – Sujeté su mano, el correspondió a mi gesto.
-Está bien. Seré un novio terrible, pero daré lo mejor de mí para que no te arrepientas – Sonrió, no suele hacer ese gesto y se ve aún más guapo.
- ¿Puedo besarte? – Reí.
-No tienes que pedir mi permiso para eso, si quieres hacerlo – Sus labios rozaron los míos. El contacto fue como una brisa suave.
-Me siento más cómodo haciéndolo – Estaba sonrojado, miraba el agua en un inútil intento de ocultarlo.
-Tendremos que hacerlo más veces, así no te sentirás incómodo – Sus ojos tenían un brillo nuevo, me gustaba la sensación que me deja en la piel.
-Estoy a favor de esa idea.
Esa noche no hubo muchos besos, pero si sostuve su mano casi todo el tiempo y conocí un poco más de él. A pesar de su aspecto rudo, tiene gustos musicales más románticos. Tenemos algunos artistas en común como Edd Sheeran y Madonna; además, tararea sus canciones favoritas, sonando muy sexy al cantarlas. A medida que lo voy descubriendo, me atrae más.
LAW TRAFALGAR.
Mientras esperábamos la comida, tenía dos cosas que no sabía la manera de pedir. Lo de la foto me la dejó muy fácil, aunque debo admitir lo difícil que fue no mirarlo al tenerlo tan cerca. Su piel era suave, tenía un leve rubor en las mejillas y olía súper bien. Al final termino siendo la parte sencilla y ya tengo unas imágenes para mostrarle a Bepo.
Lo de ser su pareja, si no estaba resultando. Lo llevé a la playa que me recomendó mi amigo y luego de mucho caminar hice la pregunta. Su respuesta no era la que esperaba, así que fui más directo. Al estar frente a frente, pude ver el momento exacto en que su mirada cambió. Estaba asustado, al verlo temblar, supuse que era más que solo miedo. A mí sólo me importa lo que piensen mi círculo más cercano y quiero que él pertenezca a éste.
Aceptó y aunque solo nos besamos un par de veces, tengo la certeza de que vendrán más y cuando estemos cómodos con nuestra compañía, podre volver a hacerlo como en ese techo, sin que haya posibilidades de ofenderlo.
Mientras seguíamos un camino imaginario en la arena, me abrí un poco. Le comenté de mis gustos, él tenía algunos parecidos y aunque en otros no coincidimos, no tiene problema en escucharlo para ampliar su repertorio. Estaba tan feliz que comencé a tararear una de mis músicas favoritas de Edd Sheeran y hasta llegué a cantar una frase sin darme cuenta.
-Lo siento, me emocioné – Él apretó más fuerte la mano y se unió a mi canto a capela. No era muy bueno y eso lejos de molestarme, me animó a seguir. Parecíamos un par de locos cantando en la playa de noche y que se joda a quien no le guste. Jamás había hecho algo como esto antes, es liberador.
Lo lleve a su nuevo departamento y lo dejé en la puerta. Bajó sin mi ayuda y no se alejó, hasta que me retire el casco. Acercó más su rostro y me planto un beso en la mejilla – Gracias por esta noche maravillosa… novio.
Mi pecho se infló de orgullo y cuando ya estaba llegando al área de portería respondí – Nos vemos hermoso – Logre lo que esperaba, se sonrojó y salió corriendo escaleras arriba.
…
Entré a mi departamento con unas energías renovadas. Trabajar todos los días, será un juego de tontos, si puedo verlo después – Deberías aprender a cerrar las puertas niño – Esa voz no la reconocía. Había alguien sentado en el sofá individual en plena oscuridad.
-Estaban cerradas – Ya tenía cada nervio alerta - ¿Quién eres y qué quieres?
-Soy el dueño de esa putita y la vengo a sacar de tus alas – Al encender la lámpara pude distinguir su rostro, es Pica. El antiguo encargado de ser el proxeneta de los Donquixote.
-No te lo llevaras, el no terminará cómo Ikkaku – Me saqué la chaqueta y remangue mi remera.
-Les di lo que me pedían. Unas cuantas líneas y un papi que los complazca – No gritaba, pero genuinamente lo creía capaz de llevárselo.
- ¿Y su seguridad? – Se encogió de hombros - ¿Su salud mental? – Nada - ¿Su niñez? ¿Cuándo se los vas a devolver?
-Para la niña ya es tarde – La niña… No podía estar hablando así ella, no después de todo lo que le hizo – A Bepo le puedo conseguir un papi que lo trate bien.
-No te le vas a acercar – Acorté la distancia que nos separa en un par de pasos – Si estas a menos de 50 metros de él, haré que te vuelvan a meter preso – Los años que paso en prisión se notaban, estaba demacrado y no ha parado de consumir sustancias por lo que veo - ¿Por qué no vendes tu cuerpo si aún necesitas dinero para esa porquería?
Sus ojos parecían perdidos, es un vestigio del ser humano que conocí en aquella horrorosa casa – No te vas a deshacer de mí – Retrocedió un paso cuando cruzamos miradas.
-No sabes de lo que soy capaz – Podría golpearlo y dejarlo incapacitado si deseo alejarlo de mi amigo, pero eso me llevaría a la cárcel y me haría igual a Doflamingo. Tomé mi teléfono y llamé a la policía. Informé de que había un ladrón en mi departamento, lo reduje cuando trato de huir y esperé a que llegarán. Me preguntaron si lo conocía, le dije que era el tutor de una ex novia, también hable de lo que este individuo les hizo a mis amigos y – Acaba de salir de prisión, pensé que seguía en libertad condicional.
Ellos lo llevaron a la estación de policía y yo acompañe al oficial para presentar mis declaraciones. A pesar de que tengo un mal aspecto, él se ve aún peor y quedó detenido. Le consulte el caso de Bepo a una oficial y ella me indicó que debo gestionar una orden de alejamiento, así si vuelve a molestarlo, lo llevarían a prisión. Inicie los trámites, pero necesitan que venga el implicado (Bepo) a hacer la denuncia.
-Veré como hago para traerlo – La oficial fue muy amable, se ofreció ir para hablar con él si yo lo creía necesario – intentaré solo, si no funciona, pediré su ayuda. Ella solo Sonrió como respuesta.
…
-Estas raro desde ayer – Mi amigo me miraba fijamente mientras me cambiaba a mi uniforme - ¿Tuviste problemas con tu cita?
Una sonrisa se me escapa al pensar en Luffy – Ya es mi novio – Gritó una vez y agarró mi móvil que estaba sobre la banca – También tengo fotos.
- ¡Lo sabía! – Mostraba todos los dientes cada vez que cambiaba de imagen - ¡Es muy tierno!
-Lo sé – Caminé hacia la salida y el me siguió sin rechistar.
- ¿Cómo se lo pediste? ¿Fuiste a la playa? ¿Cuándo saldrán de nuevo? ¿Podré conocerlo oficialmente?
-Secreto, si fui, el próximo viernes y él quiere venir a verte – Al menos eso fue lo que dijo por mensaje – En ese orden.
Comenzó a dar saltos de alegría, le comentó a cada enfermera o trabajador que encontrará por el camino. Yo solo rodé los ojos y asentí a las preguntas de ¿Enserió? No le molesta en lo más mínimo que le cuente a quien quiera, lo hace feliz y a mí me gusta, pero no lo admitiré en voz alta.
Pensé mucho si debía contarle a Corazón o si era mejor esperar a que pasará un tiempo. Opte por lo segundo, no he hablado con la otra persona en la relación para pedir permiso de divulgarlo. Cuando vi su rostro el viernes que llegó a la clínica me arrepentí por no haber mantenido la boca cerrada.
-Estás muy serio – Mis compañeros de trabajo le hacían muecas y él sonreía con un ápice de molestia.
- ¿Por qué me miran así? – Lo saludaban, pero luego voltearon para seguir cuchicheando entre ellos.
-Bepo… Les contó a casi todos que estábamos saliendo – Agrandó los ojos, y se sonrojó violentamente – Yo se lo conté a él.
- ¿Por eso están así? – Asentí y él suspiró – No es… - Mi jefa lo detuvo en el pasillo.
- ¡Hola guapo! – Luffy le devolvió el saludo – Cuídalo mucho, es algo silencioso, pero muy leal.
-Lo haré – Nunca imagine que les importará tanto lo que hago o con quien salgo. Como no habló prácticamente con nadie, me tomó por sorpresa su interés.
Una vez que nos dejó solos en el pasillo, él volvió a respirar – Lo siento… jamás pensé que se pondrían así cuando supieran que eres mi novio.
-No estoy enojado – Se volteó, seguía rojo, pero su expresión era más relajada – No creí que fueras tan popular.
-No lo soy – Sonreía – Ni siquiera hablo con ellos, salvo para cosas del trabajo.
Me tendió la mano y cuando la sostuve, me sentí más tranquilo – Ese es el efecto Torao – Enarqué una ceja – Yo me entiendo, algún día lo harás tú.
- ¿Es algo bueno?
-Mega bueno.
Lo dejamos ahí, Bepo estaba saliendo de su consulta con psicóloga y nos tocaba esperarlo en la sala de visitas. No se veía nada bien cuando llegó, tenía días buenos y malos, éste era lo segundo. Trato de sonreírle a Luffy, pero le salió un gesto aterrador.
-Lo siento – Dijo al ver nuestras caras.
-No te preocupes – Afirmó él – Hay días mejores.
Eso lo relajó, tanto que el ambiente entero había cambiado. Al ver sus interacciones, me reprendí a mí mismo por estar tan preocupado. Ambos tienen algo que atrae a los demás y los hace sentir cómodos. Sé, que se acabarán llevando de maravilla.
SANJI VINSMOKE.
Desde ese día en el techo, nos comportamos como adolescentes hormonales. El no perdía oportunidad para besarme y tocarme, yo por supuesto que le daba pase libre cada vez. En la oficina, los pasillos, algunos callejones y las escaleras de casa habían sido testigos de nuestras aventuras. Me preocupaba lo libre que me sentía en sus manos, tan fuera de mí, sin medir reacciones y fingir placer.
- ¡Zoro! – Estábamos en el asiento trasero de su auto, en el estacionamiento del complejo de departamentos donde vivo – Aquí no.
- ¿Arriba entonces? – Beso mi mandíbula - ¿En mí casa?
No habíamos tenido sexo aún, tenía tanto miedo de que no me guste y terminé odiando la intimidad con él también - ¿Sólo piensas con la polla? – Sonrió, pero no de risa, era una de sus expresiones seductoras y vaya que funcionaban.
-En condiciones normales no, pero cuando estás cerca – Una mordida en el lóbulo de mi oreja me arrancó un gemido – Se me olvida cómo comportarme.
Seguía frotando su miembro contra el mío y la facultad de razonar estaban a nada de irse por la borda – ¡Eres un! – Otro grito contenido, mientras sus manos me sujetaban de las nalgas, la lengua traicionera se desliza desde mi clavícula a mentón.
- ¿Un qué? – Maldito, desgraciado, pervertido… Mis pensamientos se concentraron en intentar no correrme – Me lo dirás o seguiré – El movimiento de su cadera se volvió lento, tortuoso, restregándose con descaro – Aunque creo que lo mejor es parar – Gruñí a modo de protesta, él se río – Si, eso haré.
Mi pelvis actuó sin que mi cerebro pensará, levantándose para ir al encuentro con la suya, anhelando continuar hasta terminar – Por favor.
-Aquí no – Fruncí el ceño, se estaba burlando de mí.
-En tu casa – Él sabía cómo provocarme, pero yo también había aprendido una cosa o dos en nuestros toqueteos – Más te vale que me dejes satisfecho o no volverás a tocarme – Con mis dedos acaricie su abdomen, aun llevaba la camisa puesta. Me mordí el labio inferior y sus pupilas se dilataron - ¿Qué esperas para arrancar el auto? Estoy así por tu culpa.
Saltó al asiento delantero y manejo cómo un endemoniado hasta su departamento. Bajó, me sacó a rastras del vehículo y si no lo hubiera evitado, me habría desnudado por antes de llegar a la entrada. Los besos succionando el aire de mis pulmones y las manos tentando cuanta porción de piel que encontraban me volverían loco.
- ¡Espera! – Lo detuve cuando lleno de saliva uno de sus dedos – Deja que me bañe primero –Tardó mucho tiempo en bajarme, pude sentir la fuerza del agarre mientras pensaba.
-De acuerdo – Me dejó en el suelo, apretando mi trasero en el proceso – No tardes.
Asentí con la cabeza, y corrí al baño. No sé si a hacer lo que me pidió o para separarme un momento a pensar con claridad. Oí un murmullo bajo, tan enfadado que me asustó. Este Zoro no lo conocía, suelo sentir su deseo en nuestros encuentros, pero hoy parecía que me comería entero y sin condimentar.
Primero tuve que calmarme, luego darme una ducha e intentar dejar mi agujero lo más dilatado posible para el encuentro, es mucho más grande que Gin… El hecho de pensar en ese desgraciado me dio una punzada de dolor en el pecho. Rememorar mi primera vez sabe a mierda.
Unos golpes en la puerta me trajeron al presente - ¿Estás bien?
- ¡Ya casi terminó! – Moriría de vergüenza si me encuentra así, jugando con mi entrada para dilatarla.
-Lo siento – Su voz se escuchaba muy despacio a causa del agua y la madera. Apagué el grifo, para acercarme – No estaba pensando con claridad.
Envolví mi desnudez en una toalla y le pedí que pase, no lo hizo. Por lo que yo salí a su encuentro - ¿Ya no quieres hacerlo? – Me miró mucho tiempo, su mano descansó en mi mejilla y la acarició con suavidad.
-Así no – Sujetó mis dedos – Estabas aterrado y evidentemente, pensé con la polla.
- ¡No estoy! – Sonrió, ese si era el musgo que me gustaba – Bueno un poco.
-Creo que me gustas, más de lo que me animaba a admitir – Mi corazón dio un vuelco – Desde mi última novia, jamás me había atraído alguien, cómo lo haces tú.
-Quizás es solo deseo – Sabía de su vida libertina y que no había tenido ningún encuentro hace meses. Fácilmente esto que siente, es simple calentura – Yo no… No puedo gustarte.
-Si era solo eso, habría dejado que esto siguiera. O te hubiera seducido alguna de las veces donde los toqueteos escalaban – Se rascó la cabeza – Cuando estás excitado eres muy influenciable – Arrugué el gesto, él sonrió – También quise pensar eso, habría hecho todo más fácil.
-No entiendo… - Mi cabeza daba vueltas – Te gustó, pero no quieres acostarte conmigo – Ambas mejillas fueron jaladas por sus grandes dedos - ¡AU! ¡¿Qué haces?!
-No te minimices. Quiero tener sexo contigo, ¡Infiernos que sí! Pero, también debes desearlo.
- ¿Seguro? – Miré su entrepierna, buscaba una confirmación de su deseo. Negó con la cabeza.
-Estás en ese baño hace 30 minutos. Por supuesto que bajará – Me arrodillé y se escandalizó tanto, pensé que hice algo malo - ¡No necesitas!
- ¿No quieres? – No podía ver bien su rostro desde esta posición. Sentí la mano acariciando mi cabeza y bajando a mis labios, para separarlos y tocar mi lengua.
-Te asustarías si supieras todo lo que quiero hacerte – Saboree el índice con devoción. Deseaba probarlo, no sé si para confirmar el hecho de que lo excitaba, o mi cerebro dejo de funcionar cuando dijo que le gustaba.
Levanté la vista y sentí una punzada de deseo recorrer mi columna al ver cómo me observa. Nunca me han visto de esa manera y me sentía demasiado sensual para poder describirlo. Confío en mis habilidades, pero espero poder cumplir con sus expectativas.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Nos vemos en el siguiente capítulo :3
