¡HOLA! Sé que me tardé en actualizar el capítulo, y me disculpo por eso. Tuve unos cuantos inconvenientes y de paso perdí muchas historias mías cuando mi celular se descompuso. Prometo intentar ponerme al día. Sin nada más importante que aclarar... ¡COMENZAMOS!

Capítulo 19 - Verdades qué lastiman.

ZORO RORONOA

Mientras le contaba sobre el dojo, lo entendí por fin… estaba perdido. Me había enamorado de este rubio ruidoso y contestón. El hecho de haberle contado tan tranquilamente sobre mi pasado, presentárselo a mis amigos y familiares, e incluso traerlo a casa sin dudar, tendría que ser suficiente para que un lento cómo yo lo entienda. Pero la verdad es, que recién cuando me ofrecí a enseñarle, lo capté. Sanji se había metido bajo mi piel.

Somos súper compatibles en el sexo, el después tampoco estuvo mal. Sentarnos en el sofá a hablar por horas de tonterías... Sanji es un noventa y nueve en una escala de cien para mí. Es imposible negar lo que causa con su sola presencia. Lo deseo, me gusta su manera de ser, me encanta cuando algo que digo lo descoloca. Es simplemente mi tipo, en demasiados aspectos para seguir manteniendo distancia.

Había roto todas las reglas que me impuse desde que corte con Hiyori. No traer a nadie en casa, no acostarse con compañeros de trabajo, no mezclar a mi conquista con amigos y familiares. Además de la más importante de todas, no contarle sobre mi vida… Él fue la excepción a cada una de ellas… Esperaría todo el tiempo que me pidiera, con tal de permanecer a su lado. Sólo con nosotros sabiendo la verdad de esta unión, es suficiente para mí.

Incluso acepte ir a una reunión de la familia de Luffy a pedido suyo. De esa manera lo podré ver el fin semana también. Cuando le comenté a mi hermana que pasaría el viernes y sábado con ellos, saltó en una pata de la felicidad – Diviértete, pero no demasiado. Recuerda que no todos son tan abiertos cómo nosotros.

Ella tenía razón, y al mismo tiempo se equivocaba. Es cierto que no todos son cómo mi familia, pero los Gold, han de ser de los pocos, que aceptan a sus hijos tal cómo son. Para los padres de Luffy, Sanji es un hijo más. Me trataron igual que a un miembro de la casa, cuándo el rubio me presentó cómo su amigo, todos le hicieron gestos de complicidad. Al los cuales éste respondió con sonrojos y tartamudez.

-Lamento eso – Habíamos salido al patio. Esperábamos a Luffy para ir a comprar cosas en el supermercado.

-No pasa nada, son muy agradables – Se sentó a mi lado y suspiró – además sólo soy tu amigo por ahora – Más sonrojos.

-Lo siento, sé que todos entendieron que somos más que eso, pero no supe que decir.

No estaba molesto, yo sabía que éramos y es suficiente. Tomé su mano y acaricie sus nudillos – Te dije que todo será a tu ritmo. No estoy apurado.

-¿Seguro que eres real? ¿No un invento de mi mente retorcida? – Reí por su comentario.

-Sí la tuya está retorcida ¿En qué categoría entraría yo entonces? – Lo pensó un rato – No quiero oír la respuesta.

-Pues tú te lo pierdes – Luffy sale por la puerta de la cocina y sonríe al ver a su amigo. Este hace lo mismo y se pone de pie – Vamos por lo que nos pidieron o Roger comenzará con sus pataletas de hambre.

Nos despedimos del hermano y su novia que estaban en la sala antes de partir. Nunca había ido de compras con el rubio. Es un quisquilloso a la hora de elegir la comida y tiene un ritual gracioso para cada verdura o comestible que va a comprar. Al pequeño le dio una lista aparte de cosas que no podía fallar al elegir. Mientras que nosotros fuimos los encargados de recoger lo demás.

En cómo se relaciona con los Gold, veo la confianza y el aprecio que les tiene. Creo que si la palabra padre, no fuera tan mala para él, le diría así a ese señor - ¿Siempre te toca hacer las compras?

-No, pero siempre lo intentan de todas maneras. Dicen que lo elegido por estas expertas manos, es lo más delicioso que hay – Sonrió con suficiencia y cuando volteó para seguir caminando, se congeló. Dio algunos pasos para atrás hasta que chocó con él carrito de las compras.

-Pero si es mi hermanito – Dirigí mi vista hacia el dueño de la voz y me sorprendió el parecido de ambos. Incluso en las cejas graciosas - ¿No hay un saludo para tu familia?

-Niji – Fue todo lo que le dijo.

-No sabía que este establecimiento había bajado tanto su calidad. No lo habría comprado si tenía esa información – No me gusta la actitud de este sujeto, es un reencuentro demasiado diferente al que tuvo con Reiju.

-Ahora entiendo porque olía feo este lugar – El rubio al fin levantó la cabeza – Si el dueño eres tu, definitivamente no sabrás como guiar a tu personal. A las patadas la gente no rinde bien.

-Pero a ti te sirvió bastante –Al fin desvío los ojos de su hermano y me miró con el ceño fruncido - ¿Eres el nuevo idiota?

Mi cara más aterradora no le movió un solo pelo. Ha de ser un idiota o muy temerario - ¿Quién es este tarado? – Lo ignoré y me dirigí a Sanji.

-¿Eres sordo? Acabo de decirle hermano –No reparé en él, seguía mirando al rubio. Este batalla con algo en su cabeza, tarda un rato en responderme.

-Otro de los hijos de Jude Vinsmoke –Asentí y el tipo de pelo azul bufó.

-Muy a pesar mío, también eres su hijo.

-Sólo compartimos sangre, mi familia real son los Gold –Sanji giró en mi dirección y tocó mi mano – Adiós Niji.

-Aún no he terminado contigo – Cuándo sujetó la muñeca de mi pareja, yo hice lo mismo con la suya.

-No lo toques y ya nos vamos –Con más fuerza de la necesaria los separé. Caminé por el pasillo con Sanji delante de mí, lo guiaba por la cintura para que no dejara de caminar. Él se dejó hacer.

Busqué a Luffy con la mirada y cuando hizo contacto visual con su amigo, se acercó corriendo. Le preguntó muchas veces cómo estaba y qué pasó, este no contestaba, solo se frotaba las muñecas una y otra vez. A pedido de rubio pagamos todo para poder regresar a la casa, éste corrió escaleras arriba ni bien puso un pie dentro.

-¿Qué ocurrió?

-Se encontró con su hermano… Niji creo que se llama – Pude intuir mucho más sobre el desgraciado al ver la cara de Luffy que la del más afectado.

-¿Le hizo algo? No lo golpeo ¿verdad? – Fruncí el ceño.

-No dejaría que le toque un solo pelo en mi presencia – Susurró un gracias y salió corriendo escaleras arriba junto a su amigo.

Me quedé mirando al vacío y no me percate de que alguien estaba escaneando mis movimientos, hasta que levanté la cabeza. Si soy sincero, ni siquiera había reparado en su presencia al entrar. Trafalgar se retorcía las manos, mientras fruncía el ceño en mi dirección. Suspiré y caminé a paso calmado hasta él. Se encontraba solo en el patio, parecía estar luchando en su mente contra algún fantasma o demonio.

-¿También tuviste un encuentro con tu pasado hoy? –Era un broma pésima, considerando el estado en el qué quedó Sanji.

Este se mantuvo en silencio, con una expresión de incredulidad y algo de pánico diría yo. No hay rastros del Trafalgar taciturno que conozco, se ve cómo un niño aterrado.

LUFFY MONKEY

Luego de esa noche tan íntima que tuve con Torao, todo era color de rosas en mis ojos. Nada parecía molestar, incluso reí ante la mención de mi hermano sobre mi novio peleador. Estaba genuinamente feliz, lo invite al almorzar un fin de semana a casa de mis padres, este dijo que sí. Sanji se había animado incluso a traer a Zoro, a pesar de que lo presentó cómo su amigo, no logro convencer a nadie de su mentira. Esta prometía ser la mejor reunión familiar de todas, sólo faltaba la comida y regresar a casa.

Cuando vi a Zoro en el pasillo del supermercado, supe de inmediato, que algo andaba mal. Al ver la expresión en el rostro de Sanji, mis sospechas fueron confirmadas. Me recordó al pasado, luego de las palizas por parte de sus hermanos. El guardia me confirmó mi peor temor. Se había cruzado con uno de los desgraciados y para colmo, era el peor de todos.

Fui corriendo tras de él y para mi buena suerte, había dejado la puerta abierta - ¿Estás bien?

-No – Estaba sosteniendo sus muñecas con fuerza, y luego tocaba su flequillo. Ese recuerdo de cuando lo amarraron para pegarle, sigue grabado en su corazón – Aún le tengo tanto miedo…

Me senté a su lado y entrelace su mano con la mía – Lo raro sería que no hicieras amor – Afianzó el agarre, estaba temblando cómo una hoja.

-Podía sentir el calor de las cuerdas y – Sus hermosos ojos azules estaban sin brillo – ... Escuchar a mi padre dándoles la razón en sus insultos.

Lo abracé cómo un koala, intentando transmitirle seguridad – Ya no pueden hacerte daño – Una risa rota, salió de sus labios.

-¿Sabes quién es el hombre influyente que protege a mi ex novio demente? – Miró por la ventana al vacío – ¡El honorable General Jude Vinsmoke!

-No es cierto – Sonrió cansado - ¿Cómo lo sabes?

-Ese fue el motivo por el cual Zoro llamó a mi familia unos meses atrás. Quería pedirle ayuda al insensible de mi progenitor – Quise indagar más, pero no está en condiciones ahora.

-Olvídate de ellos, tienes personas mejores a tu lado y nos tienes a nosotros también. Además de a Zoro, quien puedo apostar mi porción de carne, que estará más que feliz de ayudarte – Una sonrisa sincera se asomó en sus labios.

-Está clavado conmigo – Asentí – Niji casi tuvo un colapso cuando Zoro lo ignoró.

Esa suele ser una tarea difícil, pues ese tipo es un pesado – Pues debería ser cura con ese temple.

-Seria un desperdicio, ponerlo a vestir santos – Logré lo que quería, se estaba relajando.

-¿Para ti o para las mujeres? – Torció la boca y solté una carcajada al reconocer un atisbo de celos en su mirada – ¡No puedes estar celoso de gente imaginaria!

Con esa conversación tan trivial, el Sanji real y risueño regresó a la superficie. Tal vez sea solo momentáneamente, pero por ahora es suficiente. Mientras yo esté aquí, mantendré su lado alegre a flote y no dejaré que su pasado vuelva a hacerle daño. Así tenga que mandar a Torao para que le dé una lección.

Bajamos nuevamente a la reunión una vez que Sanji se limpio la cara. Zoro estaba sentado en el sofá, esperando nuestro regreso y nada más al cruzar miradas con mi amigo, pude ver la fuerte conexión que habían desarrollado.

-Trafalgar te está esperando en el patio – No sabía que había llegado – Quiere decirte algo importante.

Ni siquiera lo dude, corrí al patio feliz de poder verlo. Pero al encontrarlo sentado sobre uno de los sillones, no se veía como el Torao que acostumbró. Parecía más lúgubre, era casi cómo si estuviera viendo a otra persona.

-Torao – Los ojos que normalmente brillaban al verme, se llenaron de dudas - ¿Pasó algo malo?

-Tengo que contarte algo…

-¿Quieres que me siente? – El se colocó de pie, ni bien me acomodé a su lado. Poniendo entre nosotros toda la distancia posible.

Me miró a los ojos por unos segundos y luego desvío la mirada – ¿Recuerdas el apellido que usaba cuando ibas al instituto? – Asentí. Era muy parecido al nombre de un libro – La familia Donquixote fue quien me puso bajo su tutela cuando mis padres murieron.

Pero Torao dijo que su padre estaba vivo – Dijiste que tu padre se volvió a casar.

-La persona a quien yo considero mi padre, es hermano menor de aquel que me adoptó – Estaba mirando al cielo mientras hablaba - ¡Demonios! ¡Basta de darle tantas vueltas al asunto Law! – se lo dijo a sí mismo – La familia Donquixote era una de las más grandes en el bajo mundo - ¿Qué? – Sus actividades favoritas eran las peleas clandestinas, la prostitución y la venta de estupefacientes.

-Torao – No sabía que decirle y el pudo intuir eso, ya que continuo hablando.

-Me entrenaron para las peleas desde los 10 años y me volví su torturador estrella a los 15 – Respiró profundo – Durante dos años, me pasé las tardes a la salida del colegio, cumpliendo el papel que me encomendaron.

-¿Mataste a alguien? – Fue lo único que logré preguntar.

-Hay destinos peores que la muerte Luffy – los nudillos se le estaban poniendo blancos, debido a la fuerza que estaba ejerciendo sobre sus manos – No he matado a nadie, pero las heridas que les infligí se quedarán por el resto de sus vidas…

Era mucha información para procesar. Tu taciturno novio era un torturador en una familia de mafiosos y a pesar de no haber matado a nadie, se cree aún peor que un asesino - ¿Sigues metido con esa gente?

-La familia se desmantelo muchos años atrás. Hubo un incidente con la cabeza, uno de sus pequeños trato de matarlo y la policía intervino para llevarlo preso, luego de un operativo.

-¿Quién? ¿Quién intento matarlo?

-… Yo.

Torao estaba estático, me miraba expectante. ¿Cómo esperaba que yo reaccioné a la noticia? ¿Está buscando alejarme de nuevo al contarme esto? ¿O simplemente quiere ser sincero? ¿Tal vez paso algo que le preocupa? Está moviendo uno de sus pies a una velocidad exagerada a causa de la ansiedad. Sus cejas fruncidas en una mueca de rabia, la cuál no creo que esté dirigida a mí.

-Por favor háblame Luffy – Su voz sonaba rota – Lo que sea yo… - Respiró profundamente – Sé que debía contártelo antes y – Comenzó a caminar de un lado a otro, cómo si fuera un león enjaulado.

-¿Por qué decidiste contármelo ahora? – Pasó saliva con dificultad, mirándome por el rabillo del ojo.

-La novia de tu hermano es la hija de uno de mis antiguos clientes. Prefería explicártelo yo mismo, a que ella te lo contará – Sé sobre el pasado de Yamato de manera muy superficial, pero eso no es importante ahora.

-Torao, eres pésimo para contar las historias. Pues no me has explicado nada realmente. Sólo estás tirando mucha información suelta y así no puedo entenderte.

-Soy un huérfano, adoptado por una familia de mafiosos, designado cómo torturador y luego intenté matar a quien me dio una mano – Pues lo que yo veía en sus ojos, no encajaba con la descripción que estaba dando – Soy una mala persona, he hecho muchas cosas deplorables.

-¿Tenías otra opción?

Se quedó mudo, fue cómo si su cerebro se hubiera apagado. De tanto que apretaba sus dedos, se cortó las palmas con sus propias uñas. El puede ser el villano perfecto, de una historia mal contada y vaya que él es un desastre cómo narrador.

LAW TRAFALGAR

Me quedé ensimismado luego de la charla con el hermano de Luffy, Zoro apareció de la nada e intentó hablar conmigo, pero no me animaba a hablar con nadie, o podría olvidar lo que practique decirle a Luffy cuando lo viera. Repetí las palabras tantas veces en mi cabeza y aún así, lo que salió de mi boca, fue un desastre.

No logré darme a entender y lo más preocupante de todo, es que a cada intento de explicar lo ocurrido, la historia se ponía peor. Incluso llegó un punto, en el que Luffy se quedó callado y yo le rogué que me dijera algo. Tuve que volver a resumirlo todo porque no le trace una línea recta de los acontecimientos y el pequeño se perdió en mi relato. O al menos eso pensé, hasta que me preguntó algo inquietante -¿Tenías otra opción?

¿Opción de qué? ¿De negarme? Al principio si lo hice, pero eso no salió muy bien. El último castigo causado por mi rebeldía, me valió un pulmón perforado y semanas de estar en cama. Luego descubrió que valoraba a mis amigos, más que a mi mismo y los empezó a usar cómo rehenes. Llegó un punto, en el cuál ya no sentía nada por las personas a las que torturaba y ahí fue cuando me preocupé por mi actitud.

-Uno siempre tiene otras opciones – La mano que tomó mi puño con delicadeza, me devolvió al presente.

-Saber que hay mas opciones y poder elegir alguna, son cosas diferentes – Cedí a su caricia y abrí las palmas para dejar que me tomará de la mano – Quisiera escuchar el resto de la historia esta noche, porque en éste momento estás demasiado nervioso.

-¿No quieres que me vaya? – Se apretó contra mi brazo y me sonrió - ¿Estás seguro de eso? Soy una persona peligrosa y tengo un historial de violencia.

-Lo de peligroso, puede ser que para los maleantes o padres abusivos – Afiance el agarre de su mano – Y lo del historial de violencia, aun debemos hablarlo bien.

-¿No vas a irte?

-Esta es mi casa – Sonreí, pues él estaba haciendo lo mismo.

-¿No me dirás que salga de tu vida? – Negó con la cabeza – Ni me dirás que no vuelva a mostrar mi asqueroso rostro frente a ti.

-¡Oye! ¡Tienes un rostro hermoso! – Sonríe de oreja a oreja – El más atractivo que he visto la verdad.

-¿Me tratas bien porque te gusta mi apariencia? – Bufa y pasa de mi -¿O porque estás enamorado de mí?

-Si consideramos ambas opciones, sería la segunda sin lugar a dudas – Sentí mis orejas calientes – Vamos a la casa, mamá y papá nos están esperando.

-Tu hermano no estará muy contento de verme – Pues su cara de odio, no me pasó desapercibida.

-Que se aguante, no sabe nada sobre ti.

Podía palpar la incomodidad en el ambiente durante el almuerzo. Sanji y Luffy se encargaban de darle algo de vida a la mesa, pero el hijo mayor de los Gold, desprendía un aura asesina hacia mí. Hasta que madre le dijo que cambie su cara o se retire y este, hizo lo segundo. Se levantó y se marchó en silencio.

-¿Cómo sigue tu padre? – El señor Gold me estaba preguntando por Corazón – Rocinante siempre fue muy reservado, era de pocas palabras.

-Pues creo que conoce a otro Rocinante entonces, pues mi padre no guarda silencio en ningún momento – Todos se rieron a carcajadas y yo me sorprendí, porque lo decía de verdad.

-Lo peor es que Torao habla enserió Pa – Más fuerte fue esta risa, que la anterior – No es muy bueno con el humor.

-Eso es porque nunca escucharon al cabeza de musgo contar un chiste, el es tan malo que da risa – Todos enfocamos nuestros ojos en el guardia y este se sonrojó.

-No voy a contar ninguno – Se escondió tras su vaso y papá soltó una carcajada.

-Aguafiestas – Le susurró Sanji y este le hizo un gesto de enfado.

-Igual, espero que este mejor tu padre Law. Es una excelente compañía, en cualquiera de sus facetas – El señor Gold tenía un buen concepto de Corazón, a pesar del historial en la familia.

Luffy no había cambiado su actitud hacia mí, a pesar de mi confesión en aquel patio. Me seguía sonriendo con afecto y acariciaba mis manos al hablar ¿Puedo soñar con mantener estos tratos a pesar de todo lo que hice?

-Zoro me llevará a casa bonito ¿Quieres un aventón? – El rubio hablaba con mi novio.

-Yo puedo acercarlo – No quería que el día se acabe, aun no habíamos hablado bien con Luffy.

El pequeño se giró en mi dirección y luego de mirarme unos segundos le dijo a su amigo que se quedaría. Suspiré aliviado y el apretón en mi mano, me hizo darme cuenta de que mi actitud fue demasiado obvia. Ellos se despidieron con un abrazo y deseándole una buena noche al otro, a pesar de que se verían en algunas horas.

Nosotros fuimos a caminar a un parque cercano, Luffy estaba pensativo y yo ansioso. Sabía lo que venía a continuación, pero era algo necesario – Torao, puedes respirar - No me había dado cuenta que contenía el aliento.

-Lo siento – Negó con la cabeza.

-¿Puedo preguntar algunas cosas? – Asentí y nos guíe hasta una banca alejada de los curiosos para conversar – Estuve dudando si debía preguntar o no, pero me parece un tema demasiado delicado para tomarlo a la ligera.

-¡Por supuesto! Estás en todo tu derecho.

-Dijiste que te adoptaron, o al menos eso entendí – Asentí con cautela - ¿Sabes que le pasó a tu familia? – Parpadeo una y otra vez tratando de asimilar la pregunta… ¿Su primera duda era esa? ¿No a qué me refería con torturador o si tengo enemigos? ¿No le preocupa que sea un peligro para su familia? - ¿Lo recuerdas?

-Sí, murieron en un accidente de tránsito. Los tres – Pude ver el dolor por mi situación en los ojos de Luffy – Un conductor de camiones se quedó dormido.

-Cuánto lo siento Torao – Su mano acarició la mía con delicadeza.

Yo seguía pasmado. Puesto que el pequeño en vez de querer conocer más sobre mi vida de delincuente, estaba interesado en el primer Law. Ése que solo parece un niño idiota, con ansias de ser médico al igual que se padre. Un padre del que no recuerda el nombre…

SANJI VINSMOKE

Me sentía fatal, y todo era culpa del maldito Niji. El cuerpo me temblaba sólo de recordar mi pasado. Las palizas, humillaciones, sanciones y ni hablar del ático. Luffy sabía poco o nada sobre mi vida, lo justo para entender, pero no suficiente cómo para dimensionar el daño causado.

Pude reír y olvidar mientras estaba en casa de los Gold, pero una vez que el silencio me rodea, todo regresa. El escalofrío recorre mi columna y las lágrimas se comienzan a formar en mis ojos.

Una mano en mi muslo derecho, me regresa al presente - ¿Seguro que estás bien?

-Sí – Miraba por la ventana del vehículo – No.

-¿Es por el idiota? – Giré para mirarlo, con lágrimas contenidas.

-Por el pasado – Estacionó su auto a un lado de la carretera y me atrajo a un abrazo. Acaricio mis cabellos con calma, instándome a desahogarme.

-Puedes llorar, nadie va a decirte nada – Hice exactamente eso.

Zoro es mi pañuelo, una persona en quien puedo confiar y sentirme seguro. Casi cómo si me amara. Apoye mi mejilla en su hombro, mirando al vacío de la carretera entre de sus brazos – Gracias – Me calma con sus caricias.

-En una escala del uno al diez ¿Qué tanto daño te ha hecho tu familia? – Era demasiado pequeña para tanta maldad.

-Cien – Su cuerpo se tensó – Prefiero no pensar en ellos, me hace daño.

-Pensemos cosas agradables – Asentí – Cómo nuestro primer encuentro en este auto.

Me sonrojé ante el recuerdo - ¿Fue tan bueno? – Sonreí pegado a su pecho – Para mí, cualquier cosa era una mejor experiencia. Pues tu mayor competencia, fue un eyaculador precoz, egoísta y narcisista.

-Nadie, me hizo sentir lo que tú ese día. Si hubiera tenido tu permiso, te habría follado con ganas – Tal vez sea lo que necesito para pasar mi mal humor.

-Hoy lo tienes, pero no en la luz – Me miró desde arriba y sonrió. Me acomodó, pasó el cinturón de seguridad por mi cintura y aceleró.

Mientras el manejaba por la carretera, yo me liberé del seguro y acomodé mi cabeza entre sus piernas. El gruñó como advertencia, pero lo ignoré y seguí en mi tarea. Al primer beso en el falo, este siseó algo inentendible -Es peligroso.

-¿Por qué pueden vernos? – Lamí el glande y este saltó feliz a recibir mis atenciones.

-Porque podemos tener un accidente si no me concentro.

-Pues mantener tus ojos en el camino – Dicho esto, lo engullí completo. Una de sus manos sujetó mis cabellos al principio, pero después, se dejó mimar por mis atenciones.

Es grueso, no entra por completo en mi boca si está de costado. Pero vaya que le gusta, pues sus caderas se levantan cada vez que yo bajo cabeza. Si no usa su mano para mover el volante, juega con mi cabello. Manteniendo el ritmo, cuando algo lo hacía vibrar. Me siento atrevido, con Zoro todo parece posible.

-Hay un retén adelante.

Pensé que la diversión se había acabado, pero sólo me cubrió con un abrigo largo el cuerpo y continuo el camino cómo si nada. Se sintió el cambio de velocidad del vehículo, había disminuido la marcha, pero no se detuvo. Por suerte no tuvimos que parar, o se habrían dado cuenta de nuestra actividad.

-Llegaremos en breve – Quitó la prenda de mi cabeza y me ayudó a sentarme bien. No se había corrido, pero estaba duro.

Me limpie la saliva con los dedos cuando mis ojos estuvieron al mismo nivel que los suyos y éste carraspeó – Hice un desastre.

-Eres mi desastre – Abrí la boca para agregar un comentario, pero Zoro empujó mi cabeza para abajo y luego las ventanas explotaron.

El lugar se llenó de vidrios rotos y los disparos sonaban cómo si estuvieran casi a quema ropa. Yo estaba lleno de sangre, pero no era mía – ¿Zoro? – Los disparos se habían detenido, escuché una moto alejarse a gran velocidad. Me quite de encima al moreno, pues hacía de escudo con su cuerpo. La cabeza chorreando el líquido rojo, al igual que su camisa, me dejaron helado - ¡OH DIOS! ¡AYUDA! ¡No te duermas! – Acaricie su rostro - ¡ALGUIEN, AYUDA!

Las manos me temblaban, en el apuro, solté el teléfono y cayó en un charco. Sollozaba amargamente al ver sus ojos cerrados. Cómo pude, llamé a emergencias y cuando dijo la ayuda va en camino, fue que respire de nuevo. Zoro está inconsciente, respira y estoy haciendo presión en la herida de su costado para que deje de sangrar.

Esperé una eternidad para que llegara la maldita ambulancia, lo subieron a una camilla cómo si fuera una bolsa de papas y una vez que monté con ellos, aceleraron. Odiaba verlo ahí tirado, sin sonreír, sin algún comentario tonto, sin mirarme… Solo sentado, respirando con un respirador.

Fueron directo a quirófano para extraer la bala que se había alojado en su cuerpo y la herida en su cabeza, fue solo un roce. Entonces ¡¿porque demonios no despertaba?! Me entregaron sus cosas un poco después y dijeron que me pusiera en contacto con algún familiar. Yo no tenía el número de nadie, pero el muy loco, no tiene clave en su móvil. Por lo cuál utilizaría éste para comunicarme.

1… 2… 3… - ¿Zoro? ¿Pasó algo? Son las 11 de la noche.

-Señor Mihawk, soy Sanji. Hubo un problema y debe venir al hospital…

Algo cayó del otro lado de la línea, el hombre asintió y una vez que le dije el lugar, colgó. Me preguntaba si debía avisarle a su hermana, pero no tenía el coraje para verla a la cara. Puesto que estoy casi cien por ciento seguro, de que esto es obra de Gin ¿Por qué otro motivo, alguien vendría a disparar a un vehículo de la nada?

El hombre con ojos casi amarillos, llegó hecho una tormenta. Le había pasado la ubicación de local para que viniera lo antes posible, pero fue mucho más rápido de lo que esperaba. Tras él venía la hermana de Zoro y su esposo. Trague grueso, temiendo en todo momento que me culpen de lo ocurrido. La mujer ni bien me vio, apuró el paso y cuando estuvo a mi lado, me miró fijamente.

Su abrazo me tomó completamente desprevenido - ¿Estás bien? – Se separó un poco para posas su mano en mi mejilla - ¿Te lastimaron?

-No, yo… Zoro me cubrió – Sujetó mis manos.

-¿Qué dijo el doctor? – El señor Mihawk se veía intimidante sin su hijo de por medio.

-Aún sigue en el quirófano, tienen que extraer la bala.

-¡Juro que si encuentro al culpable! – La dulce voz de la chica, resonó con rabia por el largo pasillo. El esposo la contuvo contra su pecho - ¿Viste al tirador?

-No, estaba a mi espalda creo. La verdad no estoy muy seguro… lo siento mucho.

-Esto no es tu culpa Sanji. Mi hermano tomó la decisión de protegerte. El único criminal es quien jaló ese gatillo.

Sé que tiene razón, en mi cabeza entiendo que no soy el responsable de esto. Pero también sé, que si no me hubiera involucrado con Zoro, ahora él estaría bien. Sonriendo con su familia y no en un quirófano peleando por su vida.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Nos vemos en el siguiente capítulo :3