¿Y si lo trágico es todo lo que tenemos..?
Hola, bienvenidos a mi primer historia. Decidí que esta fuera más apegada a lo que sucede en el primer libro de la serie Divergente.
Estoy muy emocionada de compartir con ustedes estas ideas que llevan ya un tiempo rondándome la cabeza, espero que la disfruten :)
Será mi perdición si me convierto en mi obsesión
Aún con 18 años y dentro de la comodidad de mi propia casa no puedo desprenderme completamente de los hábitos que luchan con la rebeldía de mi naturaleza. Pero tengo que mirarme, dediqué las últimas diez horas a pasarme las manos por mi cabeza en un intento por sofocar los gritos que en verdad urgían por salir de mí.
El cabello que nítidamente acomodé en un chongo por la mañana ahora juega suelto, como la evidencia del fracaso que significa este día, en realidad, este y cada uno de las últimas dos semanas…
Días como el de hoy me gustaría ser lo suficientemente osada para romper la más insignificante de las reglas delante de mi padre; aunque ya no vivimos juntos, cada semana nos reunimos para compartir la cena, y aunque nos vemos todos los días en el trabajo, pasar tiempo con ellos me hace sentir como si los años no hubieran pasado y yo siguiera siendo una niña pequeña. Así que por más que quiera soltarme el pelo y descansar la pesadez del día frente a mis padres, es un acto de rebeldía que hasta el día de hoy solo puedo permitirme con mi madre.
Tengo 18 años y de haber sido más valiente, hubiera escogido cambiar de facción a mis 16 años; no lo fui, lo deseaba con todas mis fuerzas pero por obra del destino ese año tocaba llamarnos a todos empezando por el último de la lista, lo que hizo que mi hermano Caleb pasara antes que yo. Si no hubiera tenido que escuchar el sollozo sofocado de mi madre a mi lado y si no hubiera visto a mi padre contener en lo más profundo de su ser la mezcla de odio y decepción al escuchar que Caleb escogía transferirse a Erudición, entonces hubiera podido elegir el sueño de toda mi vida: ser miembro de Osadía.
Pero hace mucho aprender a no vivir del "¿qué hubiera pasado?". Los primeros meses después de la ceremonia de elección fueron los peores. Mi iniciación fue una pesadilla, entre las tareas que se nos asignaban que no hacían otra cosa más que ser tediosas, una más que la anterior, y tener que cuidarme todo el tiempo de no mostrar el hecho de que en realidad Abnegación no es la única facción para la que tengo aptitud.
Cuando mi padre me propuso, estoy segura que después de ver lo deprimida que estaba, continuar con mi entrenamiento para poder elegir un trabajo más cercano al gobierno y me habló sobre los embajadores, supe que era la única manera de satisfacer un poco mi lado erudito. . Los embajadores tienen la oportunidad de convivir con embajadores de otras facciones y con los líderes. Cuando tenía 16 años, aún se permitía que se hicieran visitas entre facciones para que estos pudieran establecer acuerdos o explicaran sus inconformidades o dudas antes de las reuniones en El Centro; pero desde que terminé mi entrenamiento como embajadora y empecé a ejercer, no se han realizado visitas a ninguna facción. Ahora solo hacemos reuniones en alguno de los 100 pisos del Centro.
Me despierta de mis propios recuerdos el sonido de la puerta. La mesa tendría que estar montada, y lista para colocar la comida que amablemente mi madre se ofreció a preparar para nuestra cena, pues sabe que mi padre y yo hemos trabajado bastante duro en las últimas semanas y yo no tengo fuerzas ni ánimos para ser la anfitriona perfecta que mi facción me demanda, por lo que no me preocupa demasiado por mostrarme relajado. Ya montaremos la mesa juntos y me callaré cualquier respuesta que quiera escaparse cuando mi padre cuestione mis modales.
"Beatrice, hija. Esperamos no importunar llegando unos minutos antes de la hora acordada" mi madre me abraza mientras me pasa una de las canastas en donde trae nuestra cena.
"Para nada, estaba justamente empezando a poner la mesa" intento sofocar el suspiro de alivio que me proporciona justificar mi falta de abnegación.
"Beatrice" Mi padre ingresa y sostiene unos segundos su mano en mi hombro en señal de afecto. Nos hemos visto todo el día en el trabajo, no es necesario extendernos en cortesía.
Él toma asiento en mi sala mientras mi madre y yo nos apuramos a montar la mesa y colocar la comida para comenzar con la cena. Cuando los tres nos sentamos a la mesa mi padre preguntó "¿Robert no nos acompañará esta noche?" Tengo que toser para disfrazar un quejido que sale involuntariamente de mi boca. Mi padre aprovecha cualquier oportunidad para hablar de Robert Black, desde que hace un mes le pidió permiso a mi padre para cortarme, ha intentado, sin éxito, que Robert y yo pasemos cada minuto de mi tiempo libro juntos.
"No, acordamos vernos mañana por la tarde. Voy a ayudarle un poco en el almacén a armar paquetes para los sin facción" Mi madre sonríe pero mi padre no parece convencido. No es que Robert sea una mala persona o que no quiera pasar tiempo con él porque me ponga demasiado nerviosa. En Abnegación la tradición dicta que el pretendiente pida permiso para cortejar primero al padre o madre, dependiendo de quien esté a cargo y después se lo pida a la chica en cuestión. Yo no quiero a Robert, nunca me ha parecido atractivo y jamás hemos tenido una conexión que me haga flotar y dar vueltas a mi estomago imaginando nuestras vidas juntos. Cuando Robert me pidió acercarse a mí con interés romántico, aunque siempre en Abnegación tenemos la opción de rechazar la propuesta, en mí caso no quedaba duda, mi padre me urgía que aceptara.
"Beatrice, recuerda que un buen cortejo necesita un esfuerzo de ambas partes. Los Black son una buena familia y te haría bien que la facción entera supiera que su aspirante a líder toma las mejores decisiones aún dentro de la intimidad de su hogar" Esa es la razón por la que en un futuro seré Beatrice Black en lugar de Prior. Llevo un año en entrenamiento para algún día remplazar a Marcus Eaton como líder, no solo de Abnegación si no de Chicago en general.
La idea era de entrada, descabellada. Lograr que Marcus aceptara fue un reto, después de eso ha sido bastante tirano en que yo sea el miembro ideal de Abnegación, lo que significa que siendo una mujer adulta miembro oficial de esta facción, mi soltería no puede durar mucho.
"Oh créeme, lo recuerdo bien" intento que la ironía no se muestre en mi tono de voz "Hemos trabajado tanto en estas últimas semanas que Susan quería pasar tiempo con su familia, por eso hemos acordado pasar tiempo juntos mañana. Si todo sale bien, también encontraremos una actividad beneficiosa para vernos el domingo". Esto es suficiente para tranquilizar a mi padre, Susan es la hermana de Robert y mi compañera embajadora. Todos hemos trabajado más de lo humanamente aceptable por días. Chicago está tan ciego ante el peligro inminente que se respira en el aire que me resulta inexplicable que problemas tan trascendentales como tener una cita sean los que más le preocupa a mi facción.
Aunque tal vez, si lograra descifrar qué es lo que realmente sucede en Chicago, me sería más fácil convencer a las demás facciones que debemos ser más cuidadosos con la manera en que tratamos a nuestros ciudadanos. Hasta el momento no he podido armar el rompecabezas de todo lo que he descubierto, solo sé que entre facciones cada vez hay más desconfianza; la parte que cada una de las facciones tiene que hacer para ayudar al bienestar de la ciudad es cada vez más escasa; el número de sin facción ha ido en aumento en los últimos dos años; además de que las diferencias entre Erudición y Abnegación son cada vez más notorias e irreconciliables, los boletines informativos esparciendo rumores íntimos sobre los miembros del gobierno de Abnegación, o por lo menos es lo que Marcus ha insistido en que todos creamos, que son solo rumores; por supuesto si de algo estoy parcialmente segura, es que no todos son mentira.
"¿Crees que con la proximidad de la ceremonia de selección, las cosas se solucionen en las reuniones?, estoy juntando todos los datos de las personas que recientemente han quedado fuera de sus facciones; la tarea es bastante complicada porque nunca nadie se había preocupado por censar a los sin facción. Y si de alguna manera logro convencer a los embajadores de las otras facciones para que investiguen el número de expulsados, será más notorio que hay un aumento que no podemos dejar pasar."
Mi madre me lanza una mirada reprochándome traer temas del trabajo a una cena familiar, pero ella sabe lo importante que es esto. Fue ella la que me primero me comentó acerca del incremento de sin facción en las áreas en que normalmente se encuentran. Puede que yo me emocionará con la tarea de llegar al fondo, pero ella lanzó la primera carnada para atraparme.
"No sabría decírtelo, pero me gustaría que dejaras pasar algún tiempo este tema. Tal vez puedas escribir una propuesta para el centro de distribución que ayude en la siguiente iniciación. Supe que Dora estaba teniendo problemas con algunos de los paquetes al momento de distribuirlos… " Mi padre al igual que el resto del concejo de Abnegación se niega a aceptar mis sospechas. Y el hecho de que de las cinco facciones tres estén negándose rotundamente a hablar sobre el tema, hace que mi insistencia se mantenga firme. Puede que parezca malagradecida, pero tener de mi lado a Cordialidad ya Veracidad no sirve de mucho cuando tengo que enfrentarme contra los líderes de Osadía y Jeanine, la líder de Erudición; Además de tener que enfrentarme contra Marcus que desde el primer momento que toqué el tema estoy segura que ha mantenido toda su atención enfocada en no lanzarme contra la pared para poder callarme. No sé realmente que este sucediendo en esas reuniones o en Chicago en general pero sí sé que no puedo quedarme tranquilo cuando he visto de primera mano a hombre y mujeres perfectamente capaces, siendo exiliados de sus hogares y de sus vidas, todos y cada uno de ellos con una cosa en común: nadie parece recordar exactamente qué es lo que los orilló a vivir en las calles.
