Capítulo 1: Bell Cranel

En un mundo donde existe la magia y más de un tipo de raza, donde la presencia de dioses era tan común como ir a comprar pan. Un mundo muy hermoso, al igual de fantasioso, pero esta historia no se centra en este mundo, sino en joven niño albino y ojos rojos, para mucho un pequeño conejo, llamado Bell Cranel.

-Que bien, con este ya serian 5 que pesco en menos de 10 minutos.

Dijo el pequeño albino, que se encontraba pescando en un rio que pasaba cerca del pueblo donde vivía.

-Se que el abuelo me dijo que viniera a pescar porque tenía cosas que hacer, pero -volteando a ver una cubeta donde tenía sus capturas- también me ha dicho que no debemos de pescar más de lo que necesitamos.

- ¿Sera que continuo o me voy?

Con un nuevo dilema cruzo sus brazos y se tambaleo de un lado a otro pensando con la mayor seriedad que un niño de 7 años podía tener, después de unos cuantos minutos más se decidió.

-Sorprenderé a mi abuelo con todo lo que he pescado- se levantó de la pequeña roca en la que estaba sentado y con mucho esfuerzo se llevó la cubeta- estoy seguro que me dirá como he conseguido tantos en tan poco tiempo... espero que no me vuelva a decir que por ser un conejo tengo tanta suerte -haciendo un puchero

Después de lo que se sintieron como horas de recorrido para nuestro joven conejo, pudo llegar a su casa. Una pequeña cabaña que tenía un pequeño huerto a su alrededor.

-Ya quiero ver su expresión al verme con tantos peces -llegando a la entrada

"Entonces vas a irte sin saludar a Bell, Alfia"

"Es lo mejor"

-Are... ¿el abuelo está hablando con una mujer?, pensé que ninguna quería entrar a la cabaña cuando estaba solo él.

"Piénsalo un poco más Alfia, estoy seguro que te aceptara"

"No hay nada que pensar"

«No entiendo de lo que están hablando», pensó pegando su mequilla a la puerta

[Pov bell]

Al estar pegado a la puerta apenas sentí cuando esta se abría, pero al estar recargado en esta no me dio tiempo de moverme, y así fue como conocí a una bella mujer, con casi el mismo color de cabello que el mío.

- ¡Bell!

Escuché a mi abuelo nombrarme, pero no lo estaba viendo, cerré mis ojos esperando a chocar con la madera de la cabaña. Pero no sentí ningún dolor, de hecho, cuando abrí los ojos el suelo estaba a unos cuantos centímetros de mi cara.

Luego de unos segundos volví a estar de pie, pudiendo ver a mi salvadora, una mujer que llevaba un vestido oscuro, unos guantes del mismo color y un collar con una linda piedra verde.

-Muchas gracias por salvarme señora…

Al terminar de agradecerle sentí como si una enorme oscuridad estuviese delante mía, lista para tragarme y no dejarme ir. Y con eso todo el aire dentro de mis pulmones desaparecía, dejándome mudo a la merced de esa presencia.

-Bell déjame presentarte a tu tía Alfia.

La presencia se desvaneció cuando el abuelo hablo, pero eso ya no era importante, porque delante mío estaba mi ahora descubierta tía.

-Sugoi, en serio eres mi ti… «Eto otra vez esta oscura presencia»

-No me digas tía…

-Si no quieres que te llame así, ¿Cómo debería de llamarte tía Alfia? -ladee mi cabeza curioso por su respuesta, no dándole importancia a la aterradora presión

-Bell, dime ¿Qué haces aquí tan pronto?

Mi abuelo hablo se veía algo asustado, incluso sus piernas estaban temblando, y no sabía porque estaba así, pero con eso recordé que dejé la cubeta en el porche.

-Termine de pescar… mira, mira, cuantos he pescado en tan poco tiempo -me dirigí a la cubeta y usando mis dos manos la lleve hasta la puerta, todo esto mientras ambos me veían- ves son incluso más de lo que pescamos la primera vez.

-Si, son muchos peces, más de los que necesitamos para el almuerzo… dime Alfia, ¿no quieres quedarte a comer?... «Perfecto, estoy seguro que no podrá negarse si bell le insiste, así al menos puedo ayudarla a salir de ese abismo al que va»

- ¡Si!, así le puedo mostrar muchas cosas a mi tía.

Estaba emocionado, era la primera vez que descubría a un familiar mío aparte del abuelo, no iba a desaprovechar esta oportunidad, quería estar cerca de ella y mostrarle todo lo que me gustaba, no quería perder a mi familia.

-Yo me tengo que ir.

Al escuchar su negativa, hice un puchero, si las palabras no funcionaban tenía que soltar mi arma secreta, ojitos de conejo triste.

-Vamos, di que si… por fis, por fis, por fis, di que si… siiii.

Una y otra vez le roge, cada intento con más efectividad, hasta que al final cedió, estaba tan feliz de eso que la lleve adentro pasando a un lado a mi abuelo, quería contarle y preguntarle muchas cosas antes de que el abuelo hiciera la comida.

A partir de ese día mamá Alfia se quedó con nosotros… y fuimos una linda familia.

..

Orario, ciudad calabozo, la ciudad donde los héroes surgen, la metrópoli de los dioses… el lugar donde todos llegan a cumplir sus sueños. Y donde se desarrollará mi sueño de ser un héroe.

-Alto, ¿Quién es y cuál es tu asunto en Orario?

Un joven me hizo esas preguntas, tal parece que era parte de la familia policiaca de Orario, la familia Ganesha.

-Soy bell Cranel y he venido a convertirme en aventurero.

-Con que un aventurero, dime ¿has pertenecido o perteneces a una familia?

-Si he tenido falna, pero mi dios me la ha dejado libre «según el abuelo y mamá Alfia no tengo que decir que tuve la falna del abuelo, porque si no lo irán a buscar»

-Vale, ¿qué nivel eres?

-No lo sé, nunca me lo quisieron decir.

El ceño fruncido del guardia se hizo presente, pero solo fue eso, me dijo la ubicación del gremio y me dejo ir.

-Wow… es asombroso -no pude evitar ver a mis alrededores, todos los locales, todas las personas de todas las razas conviviendo yendo y viniendo, era asombroso.

«Abuelo, mamá cumpliré mi sueño… seré el más grande héroe», con ese último pensamiento empecé a caminar, perdiéndome entre la multitud.