Capítulo 5
Conociendo al Equipo
Max y Tyson llevaban un buen rato intentando dar con Kai y Lucy, pero con lo grande que era el barco encontrarlos se había convertido en toda una odisea.
Ya los habían buscado en casi todas las áreas comunes, los restaurants y cafeterías, sin éxito. Aun les quedaban por revisar algunas zonas que eran de acceso exclusivo para los pasajeros VIP, y para los miembros de la tripulación, pero tras ver que intentar colarse a esas zonas era bastante complicado dieron por sentado que Kai y Lucy no se encontraban ahí.
―¡Bu!, esto ya se volvió bastante aburrido ―se quejó Max tras dejarse caer en la banca donde Tyson estaba sentado.
―Y que lo digas ―comentó Tyson con desánimo mientras miraba distraídamente al basto océano.
―Yo opino que dejemos esta misión para después y vayamos a divertirnos un rato; ¿viste la impresionante zona de toboganes que había por allá? ―preguntó Max con gran entusiasmo.
―¡Siii! ¡Y qué me dices de esa sala de videojuegos!, ¡¿verdad que era increíble?! Te apuesto que batiré con todos los récords registrados ―aseguró Tyson lleno de confianza.
―¡Jeje, no si yo lo consigo primero! ―advirtió Max.
―¡Ah sí, pues…! ―pero Tyson se vio interrumpido al casi ser derribado por un par de niños que aparecieron corriendo por el pasillo― ¡Wow chicos!, ¿cuál es la prisa?
―¡Lo siento!, es que queremos ver la bey batalla que se está dando en la proa ―respondió uno de los chicos antes de echarse a correr de nuevo.
Al oír eso, Tyson y Max se miraron y asintieron con complicidad, pues ambos llegaron a la misma conclusión al oír aquello.
Después de almorzar, y de aclarar algunas cosas, Kai y Lucy se habían retirado a una pequeña zona de la proa en donde había algunos bey estadios, durante un rato ambos estuvieron observando a los jugadores, que en su mayoría eran aficionados que jugaban por mera diversión.
―Es sorprendente lo popular que se ha vuelto este deporte ―comentó Lucy―. Aún recuerdo lo poco conocido que era.
―Quizás era por que antes era casi imposible conseguir piezas para armar los beyblades ―opinó Kai.
―¡Cierto, lo había olvidado! Creo que nunca fui consciente de eso porque en mi casa siempre había piezas de beyblade tiradas por todos lados, aún recuerdo lo mucho que mi mamá reprendía a papá por eso ―comentó entre risas, y con cierta melancolía. ―"Ya te he dicho que mantengas tus proyectos en tu oficina, si vuelvo a encontrar otra pieza tirada por ahí la desechare sin preguntarte" ―expresó Lucy intentando imitar el tono de voz de su madre al rememorar una de las tantas reprimendas que le había escuchado decirle a su padre.
Kai esbozó una sonrisa al recordar aquello, pues al pasar gran parte de su día a día en casa de la familia de Lucy había presenciado algunas de esas discusiones que terminaban resultando bastante divertidas, especialmente por la cara de horror que ponía Akio al escuchar las palabras de su esposa.
Muchas veces él y Lucy terminaban ayudando a Akio a recoger todo antes de que Lilia llegase a su casa; aquello era bastante entretenido pues mientras acomodaban todo, Akio les hablaba sobre las características de las diferentes piezas en las que estaba trabajando y de vez en cuando les daba una pequeña demostración de su desempeño en el bey estadio que había en el jardín.
―¿Qué te parece tener un pequeño enfrentamiento por los viejos tiempos? ―preguntó Lucy con su beyblade en mano―. Quizás ahora la alumna haya conseguido superar al maestro ―comentó divertida.
―¡Bueno, eso habrá que averiguarlo! ―expresó Kai lleno de confianza.
Pronto ambos tomaron posición en cada extremo del plato de juego, y comenzaron la popular cuenta regresiva:
―¡Tres, dos, uno…! ¡Let it rip! ―exclamaron, y ambos tiraron de sus respectivas guías, liberando con gran impulso sus beyblades.
Kai posicionó a Dranzer en el centro del bey estadio por lo que fue Lucy quien tomó la iniciativa para iniciar la ofensiva, pero en cuanto consiguió asestarle un buen golpe a Dranzer, este aprovechó el gran impulso que obtuvo para elevarse en el aire.
―¡Hmm! Buena jugada, pero no te servirá de mucho ―se jactó Kai― ¡Dranzer, usa flecha de fuego ahora! ―ordenó y su blade se precipitó a gran velocidad para caer sobre el bey de Lucy, pero ella reaccionó rápido logrando que Graywolf esquivara por muy poco a Dranzer.
―¡Increíble jugada! ¡Pero no eres el único que sabe usar las habilidades de su bit para su beneficio! ―afirmó ella mientras su beyblade comenzaba a desplazarse a gran velocidad por el borde del plato de juego.
Kai vio esto como una oportunidad para sacarlo del bey estadio, así que le ordenó a Dranzer atacar de nuevo, pero Lucy ya lo había previsto por lo que antes de que Dranzer consiguiera impactarse contra su beyblade hizo gala de su contra ataque.
―¡Graywolf usa doble equipo! ―ordenó ella, y al instante su beyblade pareció dividirse en dos, logrando burlar el ataque de Dranzer.
—¡Pero… que rayos! —exclamó Kai, que veía perplejo como su beyblade era aparentemente flanqueado por dos beyblades que lo estaban llevando cerca del borde del plato de juego.
―Ese Kai es bastante bueno ―se dijo Colmillo,quien se mantenía junto a Lucy observando con atención la bey batalla hasta que la presencia de una tercera bestia bit atrajo su atención ―¿Uhm? ¿Quién será el poseedor de este bit? ―intrigado paseo su mirada entre la pequeña multitud que se había reunido entorno a ellos, pero había tanta gente que le fue imposible adivinar quien era el que tenía ese bit.
―¡Dranzer, esquívalo! ―ordenó Kai, pero Dranzer vaciló un poco antes de acatar la indicación de Kai, por lo que Lucy aprovechó la oportunidad y se le adelantó, deshaciendo la ilusión y haciendo que Graywolf se precipitara contra Dranzer.
―¡Dranzer resiste! ―ordenó de nuevo Kai, al ver las chispas que saltaban ante la fricción que se había desatado entre ambos beyblades.
Y aprovechando la ventaja que había conseguido, Lucy le indicó a su beyblade que acelerara.
―Pero, ¡qué! ―exclamó Kai al ver como Dranzer era sacado del plato de juego.
―Y la alumna, superó al maestro ―comentó divertida al ver la expresión de sorpresa en el rostro de Kai.
―Ja, aún tengo muchos trucos bajo la manga ―aseguró el bicolor tras recuperar a Dranzer―, esta vez me tomaste por sorpresa, pero la próxima estaré más atento.
Todos los espectadores gritaban eufóricos por el inesperado final de la bey batalla.
—¡Eso fue increíble! —vitorearon algunos de los presentes.
—Es la primera vez que veo una jugada así ―comentaron otros.
Y en cuanto Kai y Lucy se retiraron de la zona de beyblade, muchos de los espectadores se apresuraron a ocupar alguno de los bey estadios para tener una bey batalla.
—La verdad es que, en otras circunstancias, tú me habrías ganado —comentó Lucy con aire pensativo tras alejarse de la multitud—. Dranzer es tipo equilibrio, ¿cierto?
Kai asintió, y se mantuvo en silencio a la espera de que Lucy explicara su punto.
—Uhm. No estoy del todo segura, pero creo que tu beyblade tiene un desajuste en la base. Noté que por momentos se tornaba ligeramente inestable, especialmente en el último ataque.
Kai se sorprendió mucho al escuchar sus palabras, pues él también se había percatado de los problemas de Dranzer para responder oportunamente, pero aquello había sido tan sutil que pensó que solo él lo había notado.
—¡Asombroso!
—¿Eh? —Lucy se sobresaltó un poco al ser sacada de su ensimismamiento.
—En verdad me parece sorprendente que hayas logrado notarlo.
—Ajaja, no es nada. Suelo prestar atención a los detalles durante las bey batallas, por ello pude darme cuenta de que hubo un cambio en el movimiento de Dranzer, uhm como decirlo su ritmo cambio repentinamente. Lo raro es que no parece tener ningún daño externo, quizás sea interno , pero no creo que el daño sea grave. Uhm… quizás con un pequeño ajuste se corrija el problema y recupere el 100% de su estabilidad. Tengo mi estuche de herramientas en el camarote, si quieres puedo echarle un vistaz... —Lucy se interrumpió al ver la cara de sorpresa de Kai, y ser consciente de lo que acababa de decir—. Ah... No...este. Perdón creo que me estoy excediendo, no debería pedir el Beyblade de otro jugador tan a la ligera. Lo siento. Si lo requieres te prestaré mis herramientas para que puedas repararlo.
—No tengo problema. Confío en ti —le aseguró Kai, haciéndola sonrojar.
—Gra-gracias —dijo intentando mantenerse en calma—. Prometo que haré lo mejor que pueda para dejar a Dranzer en buena forma —aseguró, y de manera inconsciente terminó levantando la mano con el meñique extendido en señal de hacer una promesa, y una tenue sonrisa se dibujó en el rostro de Kai al recordar que siempre hacían eso de pequeños para cerrar un trato o hacer una promesa.
— Entonces te lo encargo―le dijo sin dudar, mientras le correspondía el gesto, provocando que el rostro de Lucy enrojeciera de vergüenza tras ser consciente de que su mente, de nuevo, hacia resurgir viejos hábitos― ¡Solo espero que me lo devuelvas entero! ―advirtió Kai.
―O si no…, ¿me arrojaras por la borda? ―preguntó divertida.
―Es posible ―respondió él, como si considerara la posibilidad.
―¡Ja! ¡No, si puedo evitarlo! ―tercio Colmillo a modo de broma y advertencia.
Y justo cuando Lucy estaba por decir algo más, los recién llegados Max y Tyson, que aun vestían las capas y sombreros de detectives ingleses los interrumpieron.
—¡Kai! ¡Lucy! ¡Justo a quienes queríamos ver! —exclamó Tyson, con gran entusiasmo.
—Y yo que creí que no podían ser más ridículos —se burló Kai al verlos con esos disfraces.
Lucy no pudo evitar soltarse a reír ante su comentario.
—Hmph..., no veo que es lo gracioso aquí —se quejó Tyson.
—Pues entonces párense frente a un espejo para que lo noten —le respondió Kai, con su acostumbrado tono sarcástico.
—Jaja, el señor sarcasmo nos ilustra con sus palabras —replicó el moreno.
—¡Vamos, no comiencen a pelear! —intervino Max—. Tyson, ¿ya olvidaste a lo que veníamos?― le susurró.
—¡Oh, es cierto...! ¡Oye Kai! Max y yo queríamos preguntarte acerca de... ―pero justo cuando Tyson estaba por formular la pregunta fue silenciado por Ray, quien llego en el momento justo, tapándole la boca con las manos, evitando asi que su imprudente amigo firmara su sentencia de muerte.
―¿Qué era lo que iban a preguntar? ―cuestionó Kai con recelo, ya que la actitud de sus amigos estaba resultándole demasiado extraña.
―Na-nada importante, ajaja― aseguró Ray, que estaba tan nervioso que no se le ocurría que decir, por lo que miró a Kenny en busca de ayuda.
―Ahm… T-Tyson solo quería saber ¿Si, querían cenar con nosotros en el restaurant principal del barco?
―¡Hmm! ―su respuesta no dejó muy convencido a Kai, pues los conocía lo suficiente como para saber que algo tramaban.
―Creo que para tener una mesa ahí, hay que hacer reservación ―comentó Lucy distraídamente, haciendo que todos se enfocaran en ella.
―De-descuiden, el señor Dickinson hizo la reserva con anticipación ―aseguró Kenny, aunque esa afirmación era una completa mentira.
Kai lo miró con sospecha, pero no tenía interés en indagar más en lo que realmente estaban tramando sus compañeros.
―¡Bien!, entonces nos veremos ahí más tarde ―confirmó, y dando por finalizada la conversación se retiró junto con Lucy y Colmillo de vuelta a su camarote.
Ray esperó a que se perdieran de vista antes de soltar a Tyson, quien ya comenzaba a impacientarse por estar inmovilizado y con la boca tapada.
―¡RAYY! ―gritó molesto en cuanto su amigo lo liberó― ¡¿Por qué rayos me has tapado la boca, estaba por preguntarles sobre lo de anoche?!
―¡Y TODAVIA LO PREGUNTAS! ¡Vaya que eres tonto! ¿Qué no te has puesto a pensar en lo que te haría Kai si le preguntas directamente algo así? ¡¿Acaso crees que te responderá amablemente?!
―Por supuesto que no…
―¡Uhm, lo más probable es que nos mate antes de confesar ―respondió Max espontáneamente, interrumpiendo a Tyson!
Ray se llevó la mano a la cara y respiró hondo, en verdad sus amigos nunca dejaban de sorprenderlo con su nivel de ingenuidad ante ciertas situaciones.
―¡Ajajá, lo lamento Ray!, admito que no lo pensé ―confesó Tyson, tras comprender lo que su amigo trataba de decirles desde un principio.
Ya de vuelta en su camarote, Lucy sacó su pequeño estuche de herramientas, las cuales llamaron mucho la atención de Kai, pues le resultaron de lo más inusuales.
―Sé que no son las típicas herramientas que encontrarías en una tienda de partes de Beyblade, pero te aseguro que son muy útiles para hacer reparaciones y ajustes a las piezas de un blade ―explicó ella tras ver la expresión confusa en el rostro de Kai.
―Interesante ―murmuró él.
―Muy bien empecemos, ¿me permites revisar a tu Dranzer? ―preguntó Lucy con tranquilidad.
Kai asintió, y tras rebuscar en el bolsillo de su pantalón se lo entregó sin objetar.
Ella lo tomó con cuidado y lo miró con atención.
―El diseño de tu anillo de ataque es genial, apuesto a que causa un gran daño al oponente con cada ataque certero que consigues; tu anillo de defensa está muy bien balanceado y… ¡Vaya esto no lo había notado! ―dijo con sorpresa al percatarse del mecanismo de puntas intercambiables que poseía en la base.
Kai escuchaba con orgullo los elogios de Lucy hacia su Beyblade.
―En verdad el diseño de tu beyblade es muy bueno ―concluyó ella, dejando a Kai un tanto decepcionado.
―¿Muy bueno? ―repitió él, un tanto contrariado por esas palabras ya que esperaba oírla decir "excelente".
―¡No me malentiendas! No quise decir que tu beyblade fuera malo… ¡De hecho es de los mejores que he visto! ―se apresuró a decir ella―, tan solo noté que hay un pequeño fallo en el diseño de su mecanismo de puntas. Si te das cuenta el mecanismo esta atorado ―explicó mientras le mostraba como la punta no se movía por mas que ella la presionaba con el dedo―. Uhm… quizás me equivoque, pero… supongo que pudo dañarse durante alguna bey batalla previa o mientras practicabas…
Kai no dijo nada, solo se mantuvo serio mientras escuchaba atentamente su explicación, pues estaba muy sorprendido por el rápido análisis de Lucy.
Para él fue evidente que ella había heredado el talento de su padre Akio, quien era un genio en cuanto al diseño de beyblades.
―Lamento si mis palabras te molestaron ―expresó Lucy con desánimo, tras notar lo serio que se había puesto Kai―. No era mi intensión ofenderte.
Kai, quien hasta ese momento estaba sumido en sus pensamientos notó el cambio de ánimo en ella, por lo que rápidamente comentó:
―No creo que estés equivocada. Recién estuve practicando en la bodega del barco, y por un momento perdí el control de Dranzer, por lo que terminó golpeándose contra algunas cajas de madera. Supongo que fue entonces cuando se dañó, y como no lo revisé no me percaté del daño hasta nuestra bey batalla.
―Entiendo, en ese caso habría que revisar a detalle el anillo de ataque y perfilarlo para que la parte dañada no afecte al balance y…
―Entonces te lo encargo―le dijo sin dudar.
―¿Te parece bien si lo desarmo para verificar el daño? ―preguntó un tanto dubitativa.
―Adelante, no tengo problema con eso ―confirmó él. ―Si necesitas alguna pieza puedo pedírsela a Kenny.
―Gracias, pero no será necesario, o al menos espero que no. Con algo de suerte lograré reacomodar la pieza que se salió sin dañarla, pero habrá que ponerla a prueba para asegurarse de que no se salga de nuevo, de lo contrario si será inevitable cambiar la base.
―Entiendo, ¿necesitas que te ayude con algo?
―Descuida, puedo encargarme sola, pero si requiero tu ayuda te lo hare saber.
―Ok, en ese caso creo que me recostaré un rato.
Y mientras Lucy se encargaba de las reparaciones Kai intentaba relajarse, pero era un poco difícil de conseguir cuando tenías a un imponente lobo observándote.
―Enserio no entiendo que puede ser tan interesante como para que me veas fijamente.
―¡Y quien dijo que me parecías interesante! ―le espetó Colmillo―, tan solo me aseguro de que no hagas nada extraño ―afirmó con bastante seriedad.
―Entiendo que no te agrado, pero créeme que en realidad por quien deberás preocuparte es por Tyson y Max, especialmente si decides hablar frente a ellos.
Colmillo ladeó la cabeza un tanto confuso por sus palabras.
―Nunca tuve intención de hablar frente a alguno de ustedes, y aunque tuve que hacer una excepción contigo, no planeo revelar mis habilidades ante tus compañeros.
―¡Si, lo conseguí! ―exclamó Lucy llena de emoción, atrayendo la atención de ambos. ―Mira Kai, logré reacomodar el mecanismo, ahora las puntas vuelven a girar sin problema. En cuanto termine con el anillo de ataque podremos poner a Dranzer a prueba para asegurarnos de que la reparación fue un éxito…
Un cúmulo de emociones inundó a Kai al ver la dulce expresión en el rostro de Lucy, y un tenue sonrojo tiñó sus mejillas, lo cual no pasó desapercibido para Colmillo quien no pudo evitar soltar un pequeño gruñido.
Esperar a que la hora de la reservación llegara, había sido un tormento para Tyson, pero no mayor al calvario que pasaron Kenny y Ray para conseguirla.
De camino al restaurant, pasaron por el otro camarote para avisar a Kai y Lucy que ya debían irse, pero para su sorpresa no había nadie en la habitación, por lo que supusieron que ya se habían adelantado.
―Buenas noches caballeros, bienvenidos al Harmony, podrían decirme a nombre de quien esta hecha su reservación ―solicitó con gran cortesía el anfitrión.
Al ver que Tyson estaba por decir algo, Ray se apresuró a hacerlo callar.
―Tyson cierra la boca, o harás que nos echen y te quedaras sin cenar ―murmuró Ray, mientras Kenny se encargaba de hablar con el anfitrión.
―Buenas noches señor, tenemos una reservación para el equipo Bladebraikers, por parte del Sr. Dickinson ―explicó Kenny intentando sonar lo más formal posible.
―¡Oh si, aquí esta! ―confirmó el anfitrión―. Solicitaron una mesa para seis personas, veo que aun faltan dos invitados por llegar, pero descuiden puedo llevarlos a su mesa para que no tengan que esperarlos aquí.
Kenny dudó un poco en si debían o no adelantarse, pero al ver lo ansioso que estaba Tyson por cenar, decidió que lo mejor era empezar sin ellos, pues de lo contrario su glotón amigo armaría un escándalo.
Conseguir la reservación había sido un gran dolor de cabeza para Kenny y Ray, pero había valido la pena pues, aunque lo habían hecho para encubrir su mentira, el lugar era un deleite para los sentidos, la decoración era preciosa y muy elegante, de fondo sonaba una agradable melodía de música clásica, y un exquisito aroma inundaba el salón, haciendo que su apetito aumentara.
―Pero que bien huele ―murmuró Ray.
―¡Muero por probar la comida! ―expresó Max.
―Yo solo espero que los de la cocina estén preparados, porque ¡Pienso hacer una gran cantidad de pedidos! ―vociferó Tyson, haciendo que varios comensales voltearan a verlos.
―Tyson compórtate quieres ―lo reprendió Kenny―, este es un restaurant muy elegante y los comensales buscan pasar un rato ameno, no les arruines la atmosfera con tus…
Pero Kenny se interrumpió, pues finalmente había llegado a su mesa el que sería su mesero. Él les explicó que esa noche tenían preparado un menú especial de tres tiempos, cuyo plato principal era un bistec new york; pero si lo preferían, podían optar por elegir cualquier otro platillo de la carta.
―La opción del menú de tres tiempos suena bastante apetecible ―comentó Ray―, yo pediré eso, por favor.
―Para mí también ―lo secundó Max.
―Yo pediré el lomo de cerdo, por favor ―indicó Kenny.
Al ver que Tyson seguía leyendo el menú, el mesero supuso que estaba teniendo problemas para decidir.
―Discúlpeme, pero si me lo permite me gustaría sugerir el solomillo con salsa de oporto...
―¡Oh!, no se que sea la salsa de oporto, pero suena bien, tráigame eso, pero también quiero unos medallones de res, un lomo de atún a la plancha… y por último agrégueme la orden de tres tiempos que mencionó al principio ―finalizó el chico, tras dar una larga lista de platillos.
―Entendi-do, joven ―expresó el mesero intentando mantener la compostura ante el asombro que sentía tras anotar el último platillo que le solicitó Tyson.
Y al cabo de unos minutos el mesero empezó un vaivén de la cocina a la mesa de los chicos, en la que poco a poco empezaron a amontonarse los platillos.
―Wow, ¿realmente creen poder acabarse toda esa comida? ―preguntó la recién llegada Lucy.
―Si, sin problema ―aseguró Tyson tras devorar un gran trozo de bistec.
―Tyson siempre come mucho ―explicó Max entre risas al ver la cara de incredulidad de Lucy.
―Es que estoy en pleno desarrollo, así que debo alimentarme bien ―expresó Tyson con una amplia sonrisa.
―Entonces, todos esos platillos, ¿son solo de Tyson? ―preguntó sorprendida, tras tomar asiento junto a Max.
―Sip ―aseguró Max.
― Ajaja, vaya esto sí que es sorprendente ―comentó en voz baja, pero los chicos igual la escucharon y echaron a reír.
―Disculpa Lucy, no creo que los del restaurant te permitan estar aquí junto a tu, uhm… "mascota".
Kenny no estaba seguro de cuál era la palabra más adecuada para referirse al temible acompañante de Lucy, y mascota fue lo primero que se le vino a la mente, aunque se arrepintió de decirle así en cuanto Colmillo profirió un pequeño gruñido a modo de protesta.
―Se llama Colmillo y no es mi "mascota" es mi amigo y compañero ―aclaró ella manteniendo un tono serio en su voz―. Por lo otro no hay de qué preocuparse, digamos que… tengo un permiso especial.
Y para sorpresa de ellos, cuando el mesero se acercó a Lucy para tomar su pedido, ignoró por completo la presencia de Colmillo, quien estaba sentado junto a la silla de ella, olfateando el ambiente con gran interés.
―Yo quisiera el menú de tres tiempos, por favor. Y también quisiera dos órdenes de ese platillo ―pidió Lucy, señalando uno de los tantos platos que estaban en el centro de la mesa.
―¡Oh!, esas son albóndigas de cordero ―explicó el mesero.
―Perfecto, y no se preocupe está bien si se ponen ambas ordenes en un mismo plato.
―Muy bien señorita ―confirmó el mesero, que no dejaba de sentirse confuso ante sus inusuales comensales de esa noche, y tras tomar el pedido de Kai se retiró.
―¡Este lugar es increíble, ni siquiera parece que siguiéramos en el barco! ―comentó Lucy fascinada, mientras se deleitaba observando cada detalle del restaurant.
―¡Deberías ver tu expresión! ¡Cualquiera diría que es la primera vez que ves algo así! ―comentó Tyson, en tono burlón.
―Pues no te equivocas ―confirmó ella con molestia―, esta es la primera vez que veo y estoy en un lugar tan elegante.
Por la expresión en el rostro de Tyson estaba claro que la respuesta de Lucy lo había fastidiado, por lo que Kenny se apresuró a cambiar el tema antes de que el chico comenzara a discutir con ella.
―Por un momento creímos que no llegarían a cenar.
―Hmm ¿Por qué? ―preguntó Kai.
―Pasamos a buscarlos al camarote, pero no estaban ―explicó Max.
―Estábamos en la zona de bey estadios, revisando que los ajustes que se le hicieron a Dranzer, estuvieran bien.
―¡¿Qué?! ―exclamó Kenny al escuchar las palabras de Lucy.
―Descuida Kenny, todo esta en orden ―dijo Kai, un tanto tajante.
―Cierto, no hemos tenido oportunidad de presentarnos adecuadamente ―comentó Max repentinamente―. Mi nombre es Max Mizuhara y mi bestia bit es Dracil ―concluyó animadamente.
―Mucho gusto Max, espero podamos llevarnos bien ―respondió Lucy tranquilamente.
―Ya verás que sí ―le aseguró Max.
Nuevamente el mesero hizo acto de presencia, trayendo consigo los últimos platos que le habían sido solicitados, y tras servirlos frente a sus respectivos comensales, se dispuso a retirar varios de los platos que Tyson ya había dejado vacíos.
Lucy esperó hasta que el hombre se hubiera retirado para poder tomar el plato rebosado de albóndigas y ante la disimulada, pero curiosa mirada de los chicos, lo bajó con cuidado hasta el suelo para que Colmillo pudiera comer sin ser molestado.
—¡Esto esta delicioso! —expresó Lucy, tras probar un bocado del bistec.
—¡Y con esto sabrá aún mejor! —afirmó Max, antes de ponerle una considerable cantidad de mostaza al bistec de Lucy.
—¿Qué es esto? —preguntó ella intentando mantener la calma, pues claramente la acción del chico la había molestado.
—Es mostaza, ¡y es el mejor aderezo para la comida! Le agrega un exquisito toque de sabor —afirmó con gran entusiasmo— ¡Vamos pruébalo!, verás que el sabor será mucho mejor.
Y tras hacer esa afirmación, Max continúo comiendo su bistec, al que por supuesto ya le había agregado su infaltable mostaza.
Lucy contempló su plato con desanimo, pues ahora su delicioso bistec estaba arruinado
—Argh… De todas las cosas que le pudieron haber puesto, tuvo que ser mostaza.
Kai notó su molestia, por lo que rápidamente tomó el plato con el bistec bañado en mostaza y lo intercambió con el de Tyson que aún estaba intacto, y como el moreno aún estaba devorando sus otros platos de comida no se percató de ello.
—Gracias Kai —le susurró Lucy.
Y a fin de evitar que Max intentara ponerle una segunda dosis de mostaza, ella se apresuró a terminárselo.
―¡Pero que rayos! ¡Max porque le pusiste mostaza a mi comida! ―vociferó Tyson, que acababa de engullir un pedazo del bistec que Kai le había intercambiado.
―¿De qué hablas?, yo no le puse mostaza al tuyo ―se defendió Max.
―Si claro ―farfulló Tyson―, eres el único fan de la mostaza aquí. Además, porque rayos le pondría mostaza a mi comida si la odio.
―¡Ey, no es tan mala! ―se defendió un indignado Max.
―Lo más seguro es que tú que se la hayas puesto inconscientemente, pensando que era otra cosa ―comentó Ray en un intento por conciliar la situación.
Pero ambos chicos lo ignoraron y continuaron discutiendo.
Lucy no pudo evitar empezar a reír ante la forma en que habían resultado las cosas, provocando que Ray y Kenny se unieran a ella entre risas, ante lo absurdo de la situación.
Colmillo la miró con sorpresa, pues era la primera vez que la veía así de divertida.
―Hmph… Puede que estar con estos bobos no sea del todo malo ―pensó.
Finalmente, la cena continuó con tranquilidad, y a fin de conocerlos un poco más, Lucy se animó a preguntar el cómo fue que se convirtieron en equipo.
Tyson y Kenny le hablaron sobre lo ocurrido antes del torneo regional, sorprendiendo a Lucy al decirle que Kai era líder de una pandilla llamada Blade Sharks. Ella lo miró de reojo, pero él se mantuvo de brazos cruzados y en silencio, escuchando tranquilamente la conversación. Luego Max le habló del torneo regional, y le contó con emoción como Dracil llegó a él cuando más lo necesitaba.
Ray le habló sobre su viejo equipo, los White Tigers, y sobre todos los problemas que enfrentaron durante el campeonato chino.
Después, Max le contó que su madre era la líder del equipo All Starz, y le explicó que como también era científica, estaba buscando una manera de usar la ciencia para crear beyblades que se ajustaran a las habilidades de sus beyluchadores.
―…Actualmente está realizando investigaciones sobre las bestias bit ―comentó Max muy emocionado, pero aquello no le hizo mucha gracia ni a Lucy, ni a Colmillo, quienes tuvieron que reprimir su molestia.
―Asi que hay más personas que comparten las ideas de Boris ―pensó con amargura.
—Disculpa Lucy ―la llamó Ray, sacándola de sus pensamientos―. Podrías contarnos, ¿cómo fue que fuiste elegida para unirte al equipo?
Aquella pregunta trajo devuelta a su mente el horrible momento que pasó al enterarse de la petición de la BBA, y tras recordar como Boris la obligó a aceptar tuvo que esforzarse para mantener la compostura.
—Pues… para serles sincera no sé porque la BBA me solicito a mi… —confesó sin mucho ánimo, pues no le apetecía hablar a detalle de ello, además de que no podía hacerlo.
Pero ante las miradas confusas de los chicos , supo que de algún modo debía explicarse.
―Verán; fue hasta hace algunas semanas, que el director del instituto, en el que me encontraba recluida, me mencionó que la BBA le había solicitado que se me permitiera unirme a su equipo para participar en el campeonato mundial.
—¿Recluida? —murmuró Ray, a quien le pareció extraña la palabra que Lucy empleó.
—¿Y, ya has participado en algún torneo anteriormente? —preguntó Tyson, que moría de curiosidad por saber más de ella.
—¡Tyson, no hables con la boca llena! — se quejó Kenny, tras ser salpicado por lo que Tyson masticaba.
―Lo siento Jefe.
—Uhm… pues, solo he participado en uno, pero no pude concluirlo…
―¿Por qué no? ―preguntó Max.
―Porque mi tía me obligó a abandonar el torneo en cuanto se enteró que estaba participando. Ella odia todo lo relacionado al beyblade, es por eso que tuve que entrar al torneo en secreto.
—Eso explica lo que nos contó Kenny— pensó Ray.
―¡¿Tu tía?!, pero ¿qué hay de tus padres? ―preguntó Tyson, ganándose una fría mirada por parte de Kai y de Colmillo.
Lucy guardó silencio, pues su pregunta la había tomado desprevenida.
―No tienes que responder ―se apresuró a decir Kai al notar su incomodidad.
Lucy esbozó una pequeña sonrisa al oír sus palabras, la verdad es que no quería tener que hablar del tema de nuevo, pero si quería entablar una relación de confianza con ellos, debía explicarles algunas cosas.
―Verán, mis padres fallecieron en un incendio hace años, por eso he estado al cuidado de la hermana de mi madre desde entonces…
Tras escucharla decir aquello, un silencio incómodo surgió en la mesa.
—Yo… Lo siento —se disculpó con torpeza Tyson.
—Está bien, no te preocupes… ―dijo ella, sin levantar la mirada.
―Oye Lucy, ¿Kai y tú ya se conocían? ―preguntó tímidamente Max, en un torpe intento por cambiar el ambiente.
Aquella pregunta la desconcertó un poco.
―¿Eh, porque lo preguntas?
―Es que… ayer cuando nos dijiste tu nombre Kai se molestó mucho, y hoy parece que se conocieran de toda la vida.
―Kai y yo somos amigos de la infancia ―aclaró ella―, pero con todo lo que pasó tras el incendio en el que fallecieron mis padres, no pude despedirme de él antes de ser llevada a Rusia por mi tía… por lo que perdimos contacto.
—A mí se me dijo que ella también había fallecido —la interrumpió Kai—. Por eso me molesté cuando la escuché decir su nombre, pensé que se trataba de una mala broma…
—¡Oh, ahora entiendo! —exclamó Tyson, haciendo que todos voltearan a verlo —¡Eso explica lo del abrazo!
Un silencio sepulcral reinó entre ellos tras ese imprudente comentario, el cual fue roto por el golpe seco que hizo Kai al dejar caer sus manos con los puños cerrados sobre la mesa.
Por la mente de los chicos, solo pasaba un mismo pensamiento: "PELIGRO, PELIGRO …SALVESE QUIEN PUEDA".
Ray quien era el que estaba más cerca de Kai, por instinto se alejó de su capitán, arrimándose con todo y su silla más cerca de Kenny.
Kai se levantó con brusquedad de su asiento, haciendo temblar algunos de los platos vacíos.
Y sin decir una palabra, caminó alrededor de la mesa hasta situarse detrás de Tyson, que temblaba de pies a cabeza.
Y tras sujetarlo por la parte trasera de su camiseta lo sacó de la silla y comenzó a arrastrarlo en dirección a la terraza.
―¡KAI ESTAS LOCO, ME ESTÁS AHORCANDO! ―gritó Tyson.
―Esa es la idea ―murmuró Kai en tono siniestro.
Apenas había avanzado un par de metros cuando se detuvo y dirigió una mirada aterradora a sus compañeros.
―Ustedes también vienen ―sentenció haciendo que un escalofrió recorriera a los tres chicos, que inmediatamente se pusieron de pie y siguieron a Kai, dejando a Lucy y Colmillo solos en la mesa.
―Ay, porque… ―se lamentó Lucy, cuyo rostro estaba rojo de vergüenza al saber que ambos fueron sorprendidos en ese preciso momento.
―Vamos, no es tan malo ―comentó Colmillo antes de comerse el resto de la comida que había en el plato de Ray.
Mientras tanto, en la zona exterior del restaurante:
―Me alegra no estar en el lugar de Tyson ―susurró Max―. Nunca imaginé ver a Kai reaccionar así.
―Yo se los advertí Max ―le recordó Ray en voz baja.
Y luego de lo que para Tyson pareció una eternidad, Kai se detuvo.
―Kai, ten piedad, ¿qué piensas hacerme? ―preguntó el aterrado Tyson, que aún estaba siendo sujetado por la parte trasera de la camiseta.
―¡Ni se te ocurra moverte de aquí! ―ordenó Kai tras soltarlo, a lo que Tyson asintió; después de todo estaba bastante asustado como para intentar huir.
―Chicos tenemos que ayudar a Tyson ―suplicó Kenny.
―Buena suerte con eso Jefe ―bromeó Max.
Kai se acercó a la barandilla, y tras sujetar la cuerda de un flotador de rescate ató un extremo a la base de la barandilla, para luego dirigirse de vuelta hasta donde estaba Tyson, mientras sujetaba el otro extremo de la cuerda.
Por un momento los chicos pensaron que Kai planeaba dejar a Tyson amarrado como castigo; pero su capitán tenía algo mucho más malvado en mente, algo que Tyson jamás olvidaría.
―Oye Kai ¿pa-para qué es esa cuerda? ―preguntó Tyson con nerviosismo―. No iba en serio lo de ahorcarme, ¿verdad?
―Solo quédate quieto ―ordenó de nuevo el bicolor―. Digamos que, te ensañare un juego.
―¿Y… es divertido? ―preguntó con la esperanza de que fuera lo que fuera que su capitán planeaba hacerle no sería tan malo como todo lo que había imaginado.
―¡Oh… no sabes cuánto! ―le respondió con malicia―. Se llama… ¡Bungy!
Tyson no sabía si sentirse aliviado o aterrado, pues era la primera vez que escuchaba esa palabra.
―¿Bungy? ¿Dónde he escuchado eso? ―se preguntó Max.
―¡Oh no, pobre Tyson! ―exclamó alarmado el jefe.
―¿Qué pasa jefe, es algo malo? ―preguntó con preocupación Ray, pues al igual que Tyson era la primera vez que escuchaba esa palabra.
Y en cuánto Kai terminó de atar la cuerda alrededor de los pies de Tyson, lo hizo ponerse en pie para arrastrarlo hacia el barandal de la terraza.
―¡Kai no dijiste que esto era un juego! ―dijo alarmado el chico.
―Si ―confirmó ―y así es como se juega.
―¿No pensaras arrojarme al agua, ¿verdad?
―No exactamente.
―¡Oh, ya recuerdo! ―exclamó Max golpeando levemente la palma de su mano izquierda con la mano derecha cerrada como un puño.
―¡AHHHHHHH…! ―gritó Tyson a todo pulmón, tras ser arrojado por la barandilla.
―¡Y así es como grita la gente cuando se avienta al vacío! ―mencionó el rubio, sin advertir que el que había proferido semejante grito había sido Tyson.
Pronto todas las personas que se encontraban en la terraza, consideraron que lo más prudente era alejarse del extraño grupo, especialmente del chico de cabello bicolor que, a su juicio, tenía pinta de homicida.
―¿Oigan y Tyson? ―preguntó el despistado de Max a sus amigos, cuyos rostros estaban pálidos ante lo que acababan de presenciar.
Y la única respuesta que obtuvo fue de Ray, quien señaló en dirección a donde Tyson había sido lanzado. Max solo necesitó unos segundos para comprender lo que había pasado.
―¡OH NO, POBRE TYSON!
―Hmm, fue mejor de lo que pensé ―murmuró Kai para sí con satisfacción, mientras se encaminaba en dirección hacia el resto del equipo, quienes estaban paralizados del miedo, pues temían ser los siguientes.
Kai los miró muy serio y les dijo:
―Al que se le ocurra mencionar algo de lo que vieron ayer, le aseguro que le espera algo mucho peor que un salto en bungy.
Los chicos se estremecieron y se limitaron a asentir con la cabeza.
―Ray por favor recuérdame nunca hacer enojar a Kai – pidió Kenny, en voz baja.
―Oigan chicos ¿no creen que ya deberíamos subir a Tyson? ―preguntó Max.
―No ―respondió el ojimiel―. Hay que dejar que Kai se aleje un poco más.
Y en cuanto los tres se sintieron seguros de que su capitán ya estaba lo suficientemente lejos corrieron hacia la barandilla para auxiliar a Tyson.
El pobre chico se había desmayado por el susto, pues pensó que Kai lo había lanzado al mar abierto, pero la realidad es que su capitán, lo había lanzado de tal forma que quedara suspendido a pocos metros de una de las albercas de toboganes.
Entre los tres se las arreglaron para subir a su amigo devuelta a la terraza.
―¡Tyson, Tyson, dime algo! ―pidió Kenny mientras lo tomaba de los hombros y lo sacudía en un intento por hacerlo reaccionar.
―Ay... Prometo no volver a hacer travesuras, mami ―dijo el aturdido chico.
―Yo digo que esta normal ―opinó Max entre risas.
―Será mejor que lo llevemos al camarote para que se reponga ―dijo Ray.
Max y Kenny asintieron, y con gran dificultad entre Max y Ray se encargaron de cargarlo.
De vuelta en el restaurante, Kai se dispuso a terminar su cena.
―Menos mal que no me demoré más ―comentó Kai―, de lo contrario habrías arrasado con mi cena también.
―Ja. Por suerte para ti, me llené antes de llegar a tu platillo ―se burló Colmillo.
―Lo siento mucho ―se disculpó Lucy, mientras jugaba a rodar con el tenedor una frutilla de su postre―. Fue mi culpa que...
―No es necesario que te preocupes por eso.
―¡Pero…! ―Lucy no podía evitar sentirse culpable por haber expuesto a Kai. Especialmente porque él, le había mencionado que acostumbraba a mantener una actitud fría hacia sus compañeros.
―Digamos que… me diste una excusa para torturar a Tyson.
―¡Y vaya forma de torturarlo! ―comentó colmillo entre risas, tras recordar el grito de Tyson, y escuchar la explicación de Kai sobre lo que le había hecho―. Seguramente le dejarás un trauma psicológico de por vida.
―Hmph. Eso espero ―aseguró Kai en tono divertido.
Bueno queridos lectories, finalemente puedo compartirles una nueva entrega de este fic.
Espero haberles hecho pasar un rato ameno, mientras leian este capitululo, pero sobre todo espero haberlos hecho reir con algunas de las situaciones.
Ojala puedan compartirme sus opiniones X3
Nos vemos en una proxima entrega, bye, bye.
