¿Pueden creer que se me hizo más difícil escribir ese resumen que el final de la historia?
Creo que deje pal de neuronas allí pero bueno...
Les presento mi regalo, un poco retrasado, para el cumpleaños de mi personaje favorito desde que tengo uso de razón! Feliz Cumpleaños Flora, hada de la naturaleza.
Asi que espero que disfruten, sonrían mucho, a mi las mejillas me duelen, y les guste tanto como a mi.
Había una vez en una tierra lejana, un pequeño reino, próspero, tranquilo y rico en romance y tradición; allí en un castillo señorial vivía un caballero viudo con su pequeña hija, Flora, aunque era un padre amable y cariñoso que le da a su hija toda clase de lujos y comodidades, sentía que le faltaba el cariño de una madre y así pensando decidió volver a casarse, eligiendo así como su segunda esposa una viuda de buena familia con dos hijas de la misma edad que Flora, Krystal y Raquel.
Pero con la repentina muerte del bondadoso padre de Flora, la perversa madrastra demostró sus verdaderos sentimientos, cruel y calculadora y celosa de los encantos de Flora, se propuso no cesar hasta ver realizados los planes que tenía para el futuro de sus hijas. Y así andando el tiempo, aquel castillo señorial empezó a quedar en ruinas, toda la fortuna de la familia era derrochada en las dos egoístas hermanastras, mientras Flora, humillada y maltratada, acabó por ser la sirvienta de su propia casa.
A pesar de todo, Flora seguía siempre amable y cariñosa, porque con cada nuevo amanecer renacía en ella la esperanza de que, algún día, todos sus hermosos sueños serían realizados.
La suave luz del sol iluminó tenuemente el pequeño ático de la vivienda, obligando a la joven tendida en la cama a acurrucarse más entre sus sábanas, dos canarios azules entraron cantando para que la joven se despertara, las avecillas se posaron sobre las sábanas picoteando con delicadeza a la joven mientras esta se movía renuente a levantarse, "Por favor, unos minutos más" murmuró pero las avecillas no dieron ala a torcer y tomaron la almohada con sus patas y la levantaron con dificultad, obligando a la joven abrir los ojos.
"Si, si, ya se que la mañana es hermosa" la joven río al ver a los pajaritos aletear alrededor de la ventana, "Pero mi sueño era muchísimo más hermoso" suspiro jugando con sus almohadas recordando.
"¿Qué de qué iba?" La joven respondió a las cabecitas ladeadas que le miraban, "No les pudo decir, porque sino no se cumplirá" río levantándose de la cama e iniciando a organizarla.
Flora inició su rutina de todas las mañanas, tomaba un baño rápido con el agua que se le permitía utilizar, peinaba su cabello y se colocaba su ropa de trabajo, la cual estaba tan remendada que no se sabía que tanto era original pero la había utilizado desde siempre y era perfecta para la cantidad de tareas que su madrastra y hermanastras le asignaban.
"Buenos días" Flora saludo a un ave posada en la ventana mientras bajaba las escaleras recogiendo su cabellera en un moño alto y ataba un pañuelo.
"Buenos días madrastra" Saludo nuevamente cuando llegó al gran salón encontrándose a la mujer sentada en un gran sofá y a sus hijas a cada lado, Flora la observó bajar el periódico que leía y mirarla con el mismo asco de siempre.
"Llegas tarde" especto la mujer mirándola "Te dije que quería que estuvieras abajo para cuando yo despertará, el salón estaba frío y nuestro desayuno se retrasó" continuó gritando arrojando el periódico en la pequeña mesa a su lado.
"Lo siento" Flora se disculpó inclinándose y mordiendo su mejilla para no hablar, desde que su padre murió, su trato como criada era la orden del día, ni siquiera podía sentarse en el comedor o usar su antigua habitación, era menos que escoria en su propia casa.
"No me vengas con tus excusas, ve rápido a ver que este nuestro desayuno" gritó la mujer acomodándose en el sillón, Flora la miró con tristeza recordando las veces que su padre se sentaba allí a leer, "Muévete" la mujer volvió a decir sacándole de sus nostalgias y haciendo que corriera hasta cocina.
"Buenos días" anunció una vez dentro siendo recibida por la única sirvienta además de ella.
"Oh Buenos días mi pequeña Flor" la mujer robusta la saludó mientras sacaba una bandeja del horno.
"Buenos días Griselda" Flora corrió a abrazarla.
"¿Te regaño otra vez?" Le preguntó mirándola tomar una galleta de la bandeja y darle una mordida.
"Como siempre" Flora se encoge de hombros quitándole importancia y terminando de comerse la galleta, tomó el carrito con el desayuno y lo empujó de regreso a la sala.
Entró en la sala observando como las tres mujeres estaban ya sentadas en la mesa impacientes por su desayuno, sin mirarlas, camino entre ellas colocando los platos y observando con sutileza las noticias del día, a ella le gustaba estar al día con lo que sucedía en el reino, le resultaba interesante estar al día con los descubrimientos, aunque su madrastra siempre la regañaba por estar pendientes a cosas que según ella, no le concernian.
"Debes ir al mercado a comprar las telas para los nuevos vestidos de las niñas, además compra fruta fresca" la madrastra decretó una vez Flora terminaba de colocar el último plato, "y dile a Griselda que saque la ropa al sol, huele a polvo"
"Si, señora" Flora responde en espera de otra orden pero al verla llevar su taza de leche a la boca, con una reverencia salió del lugar volviendo a entrar a la cocina.
La joven inicio a ayudar a Griselda mientras estas comían a bocados su desayuno, tras la muerte de su padre, todo el dinero había sido destinado a mantener la vida lujosa de las tres nuevas integrantes de la casa y tras algunos años derrochando dinero, ya este no daba para mantener a todos los criados que trabajan allí por lo que la mayoría fueron despedidos dejando únicamente a Griselda, y a Flora pero ella no recibía un pago asi que no era un gasto para la mujer, con tan poco personal las dos mujeres tuvieron que hacer el trabajo de varias personas todos los días impidiendoles comer o descansar adecuadamente.
"Ya me voy" Flora aviso algunas horas después lista para hacer los recados que se le había asignado.
Griselda se despidió de ella y Flora salió corriendo de la casa, tomando el pequeño sendero que la llevaba hasta el pueblo, en su camino admiró las flores que adornaban el sendero cada primavera, Flora amaba esa época del año, todo era más colorido y vibrante, además de que coincidía con el día de su nacimiento.
"Buenos días" canturreo una vez entró en el área de comercios saludando a todos a su paso, "Oh señora DuFour se ve radiante esta mañana" se acercó a un pequeño puesto de vegetales elogiando a la mujer que lo atendía.
"Oh, Flora que alegría verte por aquí" la mujer la recibió con una sonrisa y de inmediato reunió los vegetales que la joven iba a necesitar, "Aquí tienes" le colocó todo en la canasta, "y aquí tienes estas castañas, compartelas con Griselda" la mujer le pasó otra bolsita.
"Muchas gracias" Flora agradeció tomando todo y dirigiéndose al siguiente puesto, "Señor Wizgiz, tan elegante como siempre" saludo al pequeño hombre.
"Oh, Flor, ya pensé que esa vieja cascarrabias no te soltaría" exclamó el hombre mirando de reojo al puesto del al lado para luego sonreirle a la joven, "¿Lo de siempre?" preguntó aunque sin esperar empezó a llenar la canasta con la fruta.
"Gracias" Flora agradeció riendo mientras ayudaba a acomodar todo, "¿Eso son fresas?" Exclamó al ver cómo el hombre le sonreía acercándole una pequeña cesta.
"Traídas desde lejos y de la mejor calidad" el hombre exclamó orgullo pasándole las frutas.
"Oh, no podría" Flora lo rechaza al instante pensando en lo furiosa que estaría su madrastra si gastaba en eso.
"Qué dices niña" el hombre exclamó ofendido, "Son tu regalo de cumpleaños, en serio creías que este viejo no se acordaba" le explicó con una sonrisa, "¿A que mi regalo es mejor que el de esa vieja?" gruño hacia el puesto regresando a mirar a la joven con una sonrisa, "Disfrutalas" finalmente dijo entregando la canasta.
Flora la tomó agradeciéndole varias veces por el detalle, prometiendo disfrutarlas, y con eso corrió hasta el final de la calle entrando en la única tienda de telas de todo el pueblo, "Flora" una joven de larga cabellera rubia la recibió.
"Stella, ¿cómo has estado?" La castaña se acercó dejando la canasta en el suelo y abrazando a su amiga.
"De maravilla querida, ven que tengo novedades" la joven la arrastró hasta la parte de atrás para que conversaran pero antes Flora logró capturar la canasta de fresas para compartirlas con su amiga.
"Adivina quién realizará un baile" Stella chilló una vez llegaron al pequeño cuarto sentándose en un sillón, "El príncipe" exclamó sin esperar, "Bueno… no el príncipe pero sí el rey, en honor al inicio de la primavera pero mi padre me dijo que el rey espera que el príncipe Helia escoja esposa…" siguió explicando mientras Flora comía la fruta.
"¿Y eso en que nos afecta?" Flora la detuvo cuando empezó a hablar de vestidos nuevos, "No somos nobles" le recordó, aunque ambas provenían de familias pudientes, eso no las convertía en nobles, ni siquiera al padre de Stella quien era caballero del rey, se le había otorgado un título.
"Mi padre me dijo que el rey solo quiere casarlo y que siente cabeza por lo que el baile es abierto para todas las damas casaderas" le explicó saltando, "Flora te imaginas, nosotras como princesas" empezó a fantasear.
"Creo que te verás hermosa"
"Nos veremos hermosas" Stella la corrige.
"Stella aún si todas las plebeyas están invitadas, mi madrastra nunca me permitirá ir" le explica, conocía a la mujer, haría lo que fuera con tal de hacerle la vida miserable.
"Ella no tiene que saber" Stella comenta pensando, "¿Por qué debe saber que iras?
"Stella ¿estás bien de la cabeza?" Flora se acerca a su amiga colocando su palma en su frente para tomar su temperatura, "¿Estas enferma?, mi madrastra me encerrará de por vida si me ve en ese baile y eso si siquiera logró salir de la casa vestida con algo más que estos harapos"
"Pero ella no tiene que saberlo" Stella la aparta, "Puedes cambiarte aquí y es solo mantenerte alejada de ellas"
"¿Y de donde rayos saco un vestido o carruaje?" Flora suspiro, "Gracias pero es imposible, ve, disfruta el baile y ya me contaras como fue"
"Flora, ¿por qué eres tan negativa?" Stella suspira enojada, "Yo misma confeccionare nuestros vestidos, puedes ir en nuestro carruaje y no pienso contarte nada del baile porque allí estarás" se levanta firme, "Por favor, se que todo saldrá bien, te mereces una noche de felicidad y puedes considerarlo un segundo regalo de cumpleaños" se arrodilló frente a su amiga tomando sus manos tratando de convencerla.
Flora la miró considerando las palabras de su amiga, quería ir pero sabía cuán peligrosa podía ser su madrastra, la última vez que desobedeció sus órdenes fue encerrada por días sin derecho a comida, fue una experiencia horrible que prometió nunca repetir, "No estoy segura" murmuró desviando la mirada, le daba más miedo las consecuencias que la emoción de ir a un baile, además de que veían injusto recibir otro regalo porque su amiga ya le había confeccionado un vestido por su cumpleaños, hacerle que le confeccione otro era demasiado.
"Piensalo, haré nuestros vestidos, si al final decides no ir, lo entenderé" Stella se levanta, entendía a su amiga y no quería llevarla a una situación incómoda, "Pero por favor piensalo, ¿si?"
"De acuerdo" Flora finalmente aceptó viendo como Stella sonreía y empezaba a sacar telas de un baúl.
"Pues empecemos, solo tenemos dos semanas" sonríe acercándose a ella y probando telas, "Me encantas en verde pero que tal un rosa" murmuró colocando la tela sobre su hombro.
Las siguientes dos semanas fueron todo un caos en el reino, esa misma tarde habían llegado las invitaciones al baile real y todos se apuraron para adquirir las mejores telas y joyas para adornar a sus hijas para el baile, ya que el rumor de que el príncipe escogerá esposa esa noche se extendió como pólvora.
"Seguro fue Chimera quién se lo dijo a todos" Stella exclamó enojada mientras le añadía detalles a mano a uno de los vestidos, "Ahora todas las chicas estarán detrás del príncipe" se quejo concentrada en bordado.
Flora la miró con una sonrisa prefiriendo no agregar nada, su amiga había estado demasiado estresada con los vestidos y los preparativos para el baile, así que estaba más sensible de lo común, "Ya debo irme" Flora dice levantándose del taburete, "Trataré de regresar mañana" se despide dejando a Stella concentrada en su bordado.
Camino a un pasó tranquilo hasta su casa, su madrastra estaba cada día más interica asi que mientras más tarde en llegar serán menos gritos hacia ella, "Hola" saludo a Griselda quien se encontraba en la parte delantera recogiendo flores, "¿Que haces?" Flora la miró horrorizada.
"Lo siento mi Flor, pero la señora quiere que sus hijas lleven adornos de flores" la mujer le explicó continuando su trabajo, "Escuchó que al príncipe le gustan"
"Pero…" Flora trató de refutar pero sabía que no ganaría así que tratando de contener su enojo apretando su falta y se alejó de la mujer. Ese jardín lo había plantado su padre y ella cuando su madre murió y hasta la fecha nadie lo había tocado y esperaba que se mantuviera así, lejos de los caprichos de la mujer.
"¿Flora?, van aca de inmediato" Flora escuchó la estruendosa voz de su madrastra y consideró por unos segundos ignorarla pero sabía bien que era cuestión de minutos que la mujer supiera que realmente había llegado.
La joven suspiró y caminó hasta el salón para ver a las tres mujeres rodeadas de vestidos y joyas, "Rápido" volvió a gritar su madrastra, obligando a Flora a acercarse y empezar a tirar de uno de los corset de sus hijas.
"Espero que pierdas 5 libras para el baile" la mujer exigió a la joven que apenas podía respirar gracias a la prenda, quien la miró horrorizada mientras la otra reía.
Y con el mismo caos, los días pasaron hasta que por fin llegó el día tan esperado para todo el reino.
"Quiero que esta casa esté reluciente para cuando regresé" la mujer decreto subiendo en el carruaje seguida de sus dos hijas y antes que Flora pudiera siquiera responder ya este había partido dejándola en la entrada completamente sola.
"Flora, de prisa" una voz gritó haciendo que la joven apartará la vista del carruaje que se alejaba y sonreirá viendo a su amiga sacando la cabeza desde un carruaje que se acercaba a ella, "Rápido aún tengo que peinarte" la rubia abrió la puerta y Flora con una sonrisa entró en transporte.
"Gracias" le dijo pero Stella ya estaba sobre ella quitándole el vestido de trabajo para meterla en el vestido de baile.
Treinta minutos después, el carruaje estaba acercándose al palacio real iluminado por cientos de luces.
"Es magnífico" Stella exclamó asomando la cabeza para admitir el castillo que se levantaba frente de ellas.
Flora por su parte no se animó a siquiera mirarlo, al inició no estaba nerviosa pero una vez Stella terminó de ajustar el vestido a su cuerpo y peinar su cabello, se dio cuenta que realmente asistirá a un baile y lo fuera de lugar que se verá, imitando a alguien importante cuando era una simple sirvienta.
Luego de unos minutos el carruaje se detuvo, Flora observó como Stella bajaba dando unas instrucciones al cochero y dándose cuenta que era hora de afrontar la realidad, Flora trató de seguir a su amiga pero sus piernas no respondian, "Stella… Creo que me quedaré aquí unos minutos" dijo temblando.
"Ni hablar, no he puesto tanto esfuerzo para que te eches para atrás, vamos" la rubia la jalo de la mano obligándola a levantarse, "Ves, hermosa" Stella exclamó y prácticamente la arrastró fuera del carruaje hasta la entrada del palacio.
"Hay demasiadas personas…" Flora murmuró aterrada al ver todas las damas y caballeros vestidos con bastante elegancia y cargado de joyas, en realidad no le molestaban las multitudes pero se sentía simplemente fuera de lugar, sus vestidos eran bastante sencillos si los comparaba con los demás, Stella considera un crimen agregar demasiado elementos innecesarios a un vestido, por lo que ellas desencajaba en alguna medida, incluso las personas de muy bajos recursos habían invertido todo con la posibilidad de su hija fuera escogida por el príncipe y se convirtiera en princesa.
"Estamos increíbles y no desentonamos" Stella leyó sus pensamientos al verla revisar su vestido y mirar los demás, "Recuerda: Menos es más" le dijo jalandola hasta el lado contrario a las presentaciones para tener una buena vista de todo sin ser descubierta por la madrastra quien estaba en fila para ver al príncipe.
"Aqui esta perfecto" la rubia exclamó mientras sus ojos buscaban a alguien en la multitud, "¿Donde estará mi amor?" murmuró tratando de ver a lo lejos, Stella estaba saliendo con uno de los guardias del palacio, por lo que solo había ido al baile para pasar tiempo con él ya que su padre había prohibió la relación y consideraba al chico una vergüenza para su nombre, aunque todos sabían que Radius en realidad solo odiaba al chico porque era el primer y único que había logrado enamorar a su muy exigente hija.
"Ahí está" Stella exclamó corriendo hasta el joven moreno que la miraba con el mismo anhelo, la chica se despidió de su amiga prometiendo que regresaría pronto pero Flora no tenía esperanzas de verla por algunas horas, cuando ellos se juntaban no había forma de separarlos.
Flora suspiro mirando alrededor en busca de algo que hacer, sin mucho en mente se movió por la pista mirando a las personas bailar y a un grupo de damas haciendo fila, "El príncipe debe estar ahí" murmuró, y su madrastra también, miró horrorizada a las tres mujeres paradas en la fila y por instinto huyó contrario a ellas entrando en uno de los balcones, dejando salir el aire aliviada de no haber sido descubierta.
Con alivió camino hasta la baranda maravillada por la vista de los jardines bañados por la luz de la luna, "Maravilloso" exclamó admirando la belleza ante ella cuando un movimiento la asustó sacándola de su hechizo obligando a mirar atrás y encontrarse a un persona sentada en un mueble a poco distancia de ella, "No sabia que habia alguien" murmuró con la mano en su pecho tratando de controlar su respiración luego del susto.
"No era mi intención asustarla" la persona murmuró permitiendo a Flora saber que se trataba de un hombre.
"Creo que es mejor irme…" sonrió tratando de no parecer asustada por estar sola con él y se empezó a alejar cuando este salió de la sombra, Flora lo observó más de cerca, era un hombre joven alto y bastante apuesto pero eso no le quitaba lo peligroso así que Flora se esforzó en apartar la mirada y seguir su camino pero este la retuvo asustandola ante su toque.
"Lo siento" el joven exclamó alejando su mano, "Lo siento…" repitió mirándola nervioso, rascando su cabeza, "Verá…" murmuró tratando de encontrar las palabras correctas, "Soy pintor" exclamó demasiado alto nuevamente sobresaltando a Flora, "Lo siento…" se volvió a disculpar alejándose aún más de ella, "Cuando entró solo pensé que se veía muy bien con la luna bañando su rostro y… intente dibujarla sin molestarla pero…" balbuceo.
Flora lo miró tratando de analizar la situación y sus palabras, técnicamente él había llegado primero así que no fue que la estaba siguiendo, lo volvió a mirar encontrándose con su mirada intensa devorandola, "De acuerdo" dijo sin saber en que estaba realmente de acuerdo pero no se le ocurría nada, todo su confianza había quedado en el carruaje una vez se puso ese vestido.
"¿Quizás podría terminar el dibujo….?" él preguntó ligeramente mientras Flora se movió incómoda por su atenta mirada, "Prometo enseñarselo" le propuso tratando de que ella aceptara, Flora solo pudo asentir y caminar cerca de la baranda nuevamente, "¿Así?" preguntó mirando por encima de su hombro al joven que la miraba sonrojado, este sacudió la cabeza para salir de su asombro y corrió de regresó al mueble tomando algo que Flora pudo identificar como un cuaderno y un lápiz, y retomó su dibujo.
Pasaron alrededor de veinte minutos y ya Flora estaba reconsiderando si había sido buena idea, el joven del cual no conocía su nombre solo la miraba suspirando y regresaba a su cuaderno, ella no se sentía incómoda con su mirada pero si la ponía cada vez más nerviosa, "¿Falta mucho?" se animó a preguntar viéndolo subir la mirada alarmado.
"Oh… no, bueno… está terminado, creo" le dijo levantándose y extendiendo el cuaderno para que ella pudiera verlo.
Flora exclamó maravillada al ver su figura dibujada con la noche estrellada al fondo y la hermosa luna adornando el paisaje, "Es…" murmuró tomando el cuaderno sin saber cómo describir esa vista, todo estaba estaba perfectamente dibujado, los detalles de su cabello, su vestido, cada pétalo que Stella había cosido cuidadosamente había sido plasmado a la perfección, sabía que era decente a la vista pero su dibujo le hacía creer que era más hermosa de lo que alguna vez hubiese considerado.
"Es imposible captar complementa la belleza…" el joven murmuró haciendo que Flora lo mirara como si estuviera loco, "Esto es bellísimo, capturaste belleza que nunca hubiese imaginado" exclamó mirando a los ojos, "Lo digo en serio" agregó cuando lo vio intentando negarlo.
"Gracias" el joven murmuró apartando la mirada, "Helia" dijo lentamente observando a Flora admirar nuevamente el dibujo.
"Flora" ella respondió regalándole una enorme sonrisa que hizo que Helia se sonrojara aún más, "Gracias" susurró, "Estaba arrepentida de haber venido pero me alegró haberlo hecho" río regresando a admirar el dibujo.
"De nada…" Helia susurro tratando de encontrar alguna neurona funcionando luego de haber escuchado su risa, "¿Habías venido a esconderte?" pregunto logrando formar algo coherente.
"Si" Flora ríe, "Y algo me dice que tu también" sonríe mirándole juguetonamente, parte de su confianza había regresado y su miedo había disminuido así que trato de aligerar el ambiente entre ellos.
"Quizás…" Helia respondió no dispuesto a admitirlo pero cuando la vio sonreírle dudosa de sus palabras, solo pudo soltar una carcajada dejando escapar toda la tensión y nerviosismo, "Bueno… si, no soy bueno en esto de los bailes" admite mirando por las cortinas, "Muchas personas…" murmuraron los dos al mismo tiempo sorprendiendose al coincidir y se sonrieron sosteniendo sus miradas, "Oye…" Helia es el primero en alejar su mirada de ella, "Conozco un buen lugar para… caminar" le propone nervioso, "Bueno… menos concurrido y si te gustan las plantas como tu nombre me indica, lo amaras" comenta.
"Me encantaría" Flora sonríe haciendo que Helia casi salte, tenía esperanza de que dijera que sí pero realmente no lo esperaba, Flora levantó la mano invitando a que lo tomará, Helia la tomó y con delicadeza la guió fuera del balcón y luego entre la multitud de personas conversando y bailando, "Por aquí" la arrastró hasta una puerta de servicio antes de que algún guardia lo reconociera, "Perdón pero es la mejor manera de llegar sin atravesar todo el salon" le explico a lo que Flora asintió contenta con la decisión, prefería evitar los riesgos de encontrarse con su madrastra o hermanastras.
La pareja siguió su camino hasta una puerta, por donde salieron a los jardines del palacio y Helia la guió por un laberinto hasta un pequeño invernadero al otro lado, "No es muy grande pero…" iba a explicar pero hizo silencio al ver como Flora no podía contener su asombro y miraba la cantidad de plantas en lugar.
"Esto es…" ella murmuró acercándose a una mesa y ahogando un grito tomando una maceta, "Es una Sauce negro enano" le mostró con los ojos brillates, "y esto un Lumiflora" casi se ahogo ante la belleza de la flora, "¿Como estan aqui?" susurró mirándolo sin palabras, esas plantas eran extremadamente raras y solo eran vistas en libros.
Helia le sonrió acercándose a ella, "Me gusta viajar mucho, así que las traigo de distintos lugares" le susurra, "¿Te gustaron?" preguntó casi en broma, viendo como Flora giraba los ojos burlándose, "No, para nada" le dijo riendo, "Como si no estuviera a punto de morir de la felicidad" ríe alejándose de él para ver las demás especies.
Helia la siguió por el lugar mostrándole todo cada rincón y enredadera, haciendo que Flora sonria feliz, empezando a hablar sobre plantas y medicina natural, aunque Helia no era un letrado en esos temas, sus experiencias viajando le había dado conocimiento suficiente para mantener la conversación fluida, aunque no se tuvo que esforzar mucho ya que Flora dejó de lado su vergüenza inicial y habla sin reparo.
La pareja pasó las siguientes horas así, hablando, observando las plantas y riendo de las ocurrencias de ambos, "Me alegró haber venido" Flora río luego de un momento de silencio mientras ambos estaban acostados en una manta a mitad de invernadero, la joven giró la cabeza para mirar a su acompañante disimuladamente pero se sobresaltó al descubrir que él la estaba mirando y con vergüenza apartó la mirada nuevamente, aunque se habían concentrado en las plantas, ninguno de los dos podía ignorar las señales de coqueteo en sus palabras, ni como en varios momentos buscaron excusas para tomarse las manos.
"Yo también" Helia murmuró acercándose un poco más ella, "Flora…" empezó a decir cuando el estruendo de las campanas los sacó de su ilusión, "Rayos, ya es medianoche" Flora se levantó de inmediato nerviosa dándose cuenta del tiempo que llevaban allí y de que Stella seguramente estaría enojada, "Debo irme" dijo caminando hasta la salida.
"Espera, puedo llevarte a tu casa" Helia le sugiere deteniéndola en la puerta.
"No" ella exclama horrorizada al siquiera considerar que su madrastra se enterará, "Fue todo muy bello pero debo encontrar a mi amiga, ella debe estar desesperada buscandome" murmura.
"Pero puedo ayudarte… a buscarla" dijo tomando su mano, "Por favor, ¿o haremos como que nada pasó aquí?" susurró mirándola a los ojos. Flora le miró tentada a decirle que sí y alejarse de él, era demasiado bueno para ella, aún no sabía exactamente su título pero si sabia que era noble y ella una simple sirvienta, pero cuando abrió la boca para rechazar su acercamiento, su mirada suplicante la detuvo y con un suspiro se alzó dejando un beso en su mejilla, "No" murmuró apartándose pero Helia no lo permitió y la atrajo de la cintura uniendo sus labios.
Flora casi saltó de la sorpresa pero se dejó guiar por sus labios y sus caricias gimiendo de la euforia al sentir sus manos acariciar su mejilla solicitando profundizar el beso pero antes de que la joven pudiera reaccionar, otro campanazo los sacó de su burbuja, obligándolos a separarse, "Busquemos a tú amiga" Helia dice siendo el primero en salir del asombro y la tomó de la mano guiandola fuera del laberinto hasta nuevamente el salón de baile.
"Allí" Flora exclamó ahora tomando el rumbo y guiando a Helia hasta Stella que estaba igual buscándola con Brandon a su lado, "Stella" la llamó levantando su brazo libre para que su amiga la viera.
"Flora, estuve tan preocupada" la joven corrió hasta ellos seguido de su novio, alcanzando a medio camino para jalarlos hasta una esquina, "Vi a tu madrastra salir furiosa, al parecer el príncipe nunca se presentó, es una escándalo" Stella le explicaba cuando cayó en cuenta del joven que la acompañaba, "Su alteza real" de inmediato se inclinó seguida de Brandon que a penas lo había reconocido.
Helia los miró incomodó, un poco enojado porque lo hayan expuesto ante Flora, "Te lo iba a decir" dijo rápidamente mirando a la joven que solo le miraba atando cabos en su mente, él conocía el palacio muy bien, le dijo que las plantas eran de él, Flora pensó dándose cuenta que fue una tonta al no darse cuenta antes.
"Siento mi atrevimiento" murmuró soltando su mano y realizando una breve reverencia, "No lo sabía" susurra dándose cuenta que realmente no podrían estar juntos.
"Oh no, por favor" Helia la miró dolido, "soy yo él que lo siente, debí decírtelo pero lo estábamos pasando tan bien y pensé que…" intentó explicarse acercándose a ella pero una nueva campana anunció que el baile culminaba y las personas empezaron a salir, Flora alarmada miró a Stella, "Debo ir" le dijo apartándose para correr al carruaje.
"De acuerdo pero iré a buscarte" Helia la retiene pero Flora se niega, "Esto… no puede ser" trato de decir pero Helia la calló con un beso, "Hablemos calmadamente mañana, por favor" susurra viendo como Flora suspiraba y asentía alejándose de él para subir con Stella a su carruaje.
"Debes de contarme todo mañana" Stella le susurró una vez la dejaron en la esquina de su casa, "Sin omitir detalle" le recalcó mientras Flora se despedida para correr por los matorrales y entrar por la puerta de atrás antes de que su madrastra y hermanastras llegarán.
"Mi niña" Griselda exclamó asustando a Flora quien intentaba entrar sin ser descubierta, "Corre Lady Rachel ya llegó" la mujer la apuró, Flora salió corriendo entrando en el pasillo rogando por no encontrarse con ninguna de las tres mujeres y para su fortuna, logró subir las escaleras que daban hasta su ático sin ser vista.
"Gracias" agradeció a cualquier fuerza que la estaba protegiendo y tras cerrar la puerta se desplomó en la cama abrazando su almohada sin poder reprimir su sonrisa antes los recuerdos de su tiempo con Helia. Flora recordó sus besos, su sonrisa y el dibujo que le había hecho, todo le había encantado pero sabía que una vez descubriera su condición prácticamente de sirvienta perderia el interes en ella, aunque a pesar de su miedo, no se privó de poder rememorar cada segundo de su noche juntos, quedándose dormida con el recuerdo de sus ojos acompañándola en su sueño.
La mañana llegó antes de que Flora lo deseará y bajo quejas se levantó de la cama para iniciar su día, por lo poco que le había comentado Stella, su madrastra debía estar furiosa esa mañana, asi que decidio bajar de inmediato y ayudar a Griselda para evitar que todo la ira terminará contra ella.
"Como se atreve a dejarnos esperando toda la noche" Flora escucho a la mujer quejarse mientras les servía el desayuno, "Ni siquiera bailó con una sola joven, eso es inaudito" siguió vociferando mirando a sus hijas, "Y ustedes ni siquiera pudieron atrapar a su primo o algún otro noble" les gritó.
"Mamá pero tuvimos buenas parejas, chicos amables" Krystal le explica pero es callada con un golpe en la mesa por parte de la mujer, "De que me sirve eso si son pobres" exclamó, "Estamos en la ruina si alguna de ustedes no se casan rápido con algún hombre rico"
Flora siguió colocando cosas en la mesa tratando de llamar la menor atención posible y cuando terminó huyó a la cocina feliz de que la atención no se haya dirigido hacia ella, "Esta roja" le susurró a Griselda dejando la bandeja y acercándose a su lado.
"Me imagino, con esos gritos" la mujer resopló continuando con el guiso que estaba preparando cuando el sonido de caballos llamaron la atención de ambas, "¿Estamos esperando visitantes?" ambas se preguntaron confundidas caminando hasta la ventana para ver quien había llegado, Flora casi gritó cuando vio a Helia con varios caballeros entrando a su jardín.
"¿Ese es…?" Griselda le preguntó mirandola, Flora solo puedo asentir sonroja, esa mañana lo primero que habia hecho habia sido contarle todo a la mujer, todo desde sus risas hasta sus besos, pero le había asegurando que él ni siquiera se acordaría de ella pero allí estaba a punto de tocar su puerta.
Flora salto de la alegría abrazando a Griselda y corriendo a abrir la puerta, "Porque tardaste tanto" su madrastra la regañó a su paso por el salón concentrada en su desayuno pero Flora no le prestó atención y abrió la puerta encontrándose con los ojos con los que había soñado toda la noche.
"Hola" susurró cuando él le sonrió saludándola, "Te dije que nos veríamos hoy" Helia murmuró tomando su mano y dejando un beso en su palma.
"¿Quién rayos es Flora?" su madrastra preguntó enojada por no saber quien había llegado y antes de que Flora lograra sacar a Helia de allí, ella exclamó apartando a la joven.
"Su alteza real, que honor poder contar con su presencia en nuestro humilde hogar" la mujer exclamó haciendo una profunda reverencia, alertando a sus hijas quienes corrieron a la puerta apartando a Flora a su paso.
"Su alteza" ellas se inclinaron de inmediato, "Mis hijas, Krystal y Rachel" la mujer las presentó orgullosa.
"Un placer pero vengo a hablar con Flora" Helia dijo señalandola.
"¿Con nuestra sirvienta?" la mujer preguntó alarmada mirando entre ambos.
"Si, con ella, por favor" dice extendiendo su mano pero sin mirar a la mujer y en cambio rogándole con la mirada a la joven que consideraba sí involucrarse más con él era correcto.
"Ella no va a ningún lado" la mujer exclamó furiosa notando la mirada de anhelo que intercambiaban los jóvenes y se interpuso entre ellos, "Su alteza" agregó al ver a Helia mirarla enojado.
"No le estoy preguntando a usted" este respondió apartando a las mujeres y acercándose a Flora, "Por favor" susurró extendiendo sus manos mientras la miraba con suplica, Flora suspiro y con una sonrisa tomó su mano dejándose llevar fuera de la casa hasta el jardín.
"Me gustas" Helia dijo una vez fuera sosteniendo sus manos, "No he podido dejar de pensar en ti en toda la noche" susurró ganándose una sonrisa por parte de la joven.
"Ya escuchaste, soy sirvienta…" Flora susurró sin apartarse, "Soy…" trató de decir pero Helia la calló uniendo sus labios, iniciando un beso mientras sostenía sus rostro, "callar a las mujeres con besos ¿es un hábito tuyo?" Flora susurra riendo cuando se separan en busca de aire.
"Puedo convertirlo en uno" Helia murmura con una sonrisa acercando su rostro lo suficiente para solo rozar sus labios, "Pero solo contigo" le sonrió viendo como Flora sonreía tratando de aguantarse las ganas de volver a besarlo.
"Pues no me gusta" ella le aparta mirándolo juguetonamente, "No puedes anular mis argumentos con besos" sonrie.
"Casate conmigo" Helia le susurra mirándola directamente, Flora le sostuvo la mirada considerándolo, era un hecho que le gustaba pero eso no indicaba que se conocieran.
"No puedo" Flora le mira negando ligeramente con la cabeza, "Me gustas y quisiera conocerte pero esta no es la forma, no nos conocemos lo suficiente" le susurra.
"Pero…" él se queja mirando sus manos pero luego sacude la cabeza, "Lo entiendo pues permíteme conocerte más, permíteme estar a tu lado" le suplica acariciando su mejilla.
"Eso si puedo aceptarlo" Flora ríe mirándolo con alegría dejando un beso en su mejilla, "¿Quieres dar un paso?" le pregunta tomando su mano mientras le jalaba rumbo al sendero que iba al pueblo, "Te presentaré a mis amigos" Flora ríe iniciando a contarle cosas sobre el pueblo mientras Helia la miraba con una sonrisa y se dejaba llevar por la joven.
Mientras la pareja iba caminando tomados de la mano felices de que sus sentimientos estuvieran en armonía, la madrastra y hermanastras se quedaron asombradas al ver como aquella huérfana había logrado cautivar el corazón del príncipe.
Y así pasaron los días mientras la pareja empezó a conocerse, cada dos días, el príncipe iba a buscar a su amada para pasar la tarde juntos y hablar de sus planes a futuro, hasta que una tarde, meses después, luego de mucha insistencia, la joven por fin le dió el "sí quiero" al joven príncipe, celebrando la boda más grande que haya visto el reino, invitando a todos las personas del pueblo, ya que, tras la pérdida de su propia familia, ellos se habían convertido en una segunda familia para nuestra dulce Flora.
Por otro lado, la cruel madrastra recibió su castigo por todos los años de maltrato hacia Flora, viéndose obligada a vender la casa y mudarse a un lugar más modesto con ninguna empleado a su servicio, aunque el destino no fue cruel con todos, las hermanastras por su lado, lograron casarse bien con dos jóvenes poco adinerados pero que las amaban con locura.
Y así, años después de perder a su única familia en el mundo, Flora logró volver a formar una propia con el amor de su vida,
Sin más, nuestra historia llega a su final, recordándonos que el amor verdadero puede encontrarse en el lugar que menos lo esperamos y que el "Y vivieron felices para siempre" es algo que incluso el menos afortunado, puede encontrar.
El Fin
Saben... si vieran el borrador de esta historia se darian cuenta que nada salió como estaba planeado, ósea, yo tenia una idea y cuando empecé a escribir no se que me pasó, le di una dirección diferente... si iba de Cenicienta... pero de Cenicienta 3, no de la 1, pero algo se apodero de mi dedos, me emocione y termine todo el drama que imagine allá abandonado en mi borrador... cosas que pasan...
En fin, ¿aclaraciones?, creo que la unica es por si quizás no quedo bien es que le vestido de Flora era rosa, con flores bordadas... y que no quería que quedara en boda inmediata, como leyeron, porque me parece absurdo como Cenicienta y el príncipe sin conocerse ni siquiera 24 horas, se casaron, ósea nop, como ella acepto eso así super random? y si tenia alguna maña? o vicio?, así que como Flora es una mujer inteligente, espero pal de meses antes de casarse.
Ah bueno... que quería hacer algo de Flora sola pero... pasaron cosas... y termine con un Florelia así que quizás esperen otras historias por el cumpleaños de Flora.
