ROMANCERO SAIYAJIN: ANTES DE AMARTE

ESTA HISTORIA OCURRE ANTES DE LA SAGA DE LOS ANDROIDES

Bulma estaba sentada afuera en el patio leyendo una novela romántica. No era muy buena, pero estaba terriblemente aburrida y no había nada más que hacer. De repente, se escuchó una fuerte explosión en el lugar donde estaba la cámara de gravedad. La peliazul frunció el ceño.

-Dios mío, otra vez no. Él rompe esa cosa casi tan rápido como yo la arreglo- Suspiró y dejó el libro, en cualquier momento su Real Dolor en el Culo vendría a gritarle por eso- 5-4-3-2-1…

-¡MUJER!- Vegeta se acercó furioso a donde estaba sentada Bulma y justo a tiempo

-¿Qué pasa ahora?

-Ese pedazo de basura se rompió otra vez. Arréglalo.

-Sabes Vegeta, si es una basura tan grande, ¿por qué no te compras otra? Y mientras estás en eso, ¡deberías conseguir otro lugar para vivir porque me estoy cansando de ti!

-¿Con quién estás hablando, mujer? ¡Sin duda, no conmigo!

-Por supuesto que te estoy hablando, ¡te estoy mirando!

-¡Arregla a esa maldita maquina ahora!

-¡Lo arreglaré cuando esté lista para arreglarla, que no es ahora!

-¿Cómo te atreves a hablarme así? Soy el...

-El poderoso príncipe de los saiyajin, lo sé. No es como si no lo hubiera escuchado un millón de veces ya. Mira, si lo arreglo ahora, ¿te callarás y te irás?

-Yo...- El príncipe comenzó enojado.

-No respondas eso. ¡Sé que lo harás porque estarás demasiado ocupado "entrenando" para prestarnos atención al resto!- La peliazul se levantó, dejó el libro de golpe y se dirigió furiosa hacia la sala de gravedad, murmurando sobre estúpidos y feos saiyajin.

(…)

Cuando Bulma terminó de inspeccionar la sala de gravedad, entró a la casa, esperando una buena ducha fría, solo para ser "recibida" por adivina quién en la cocina.

-¿Y bien?- espetó Vegeta.

-Bueno, tendrás que esperar. Sobrecargaste la batería y necesito la autorización de papá para conseguir otra, y como está fuera de la ciudad en este momento...- La joven extendió las manos- Oh, oh…

-¡Oh, oh, oh! ¡Oh, oh, oh! ¡Mujer, te daré oh, oh, oh! ¡Si no vas y arreglas esa maldita máquina de gravedad, volaré tu casa! ¡Entonces veremos quién dice oh, oh, oh!

-¿Sí, Vegeta? ¡Pues entonces me iré a quedar con uno de mis amigos! ¡Así que adelante, haz explotar la casa! Si lo haces, no tendrás dónde vivir y dudo seriamente de la cantidad de personas que invitarían a un psicótico megalómano a quedarse con ellos. Yo misma alego locura temporal.

-Mujer, al contrario de lo que puedas pensar, no necesito vivir en esta casa, simplemente... elijo no vivir en otro lugar.

-Ah, sí, claro; ¿y dónde más vivirías exactamente?

-…

-¿Ves? Admítelo, vives aquí porque no tienes otro lugar donde vivir, y no me matas porque- Bulma juntó las manos e hizo ojitos de cachorrito- ¡Dios no permita que el alto y poderoso Príncipe saiyajin haga algo por sí mismo!

-¡Mujer…!

-¡Cállate, Vegeta! ¡Cállate! ¡Me desesperas! ¡Me duele la cabeza!

En ese momento sonó el teléfono

-¡HOLA!- La peliazul gritó en el auricular- ¿QUÉ PASA... oh Yamcha? ¡Qué agradable saber de ti!

Vegeta hizo una mueca de asco y luego salió de la cocina murmurando para sí mismo sobre mujeres terrestres estúpidas e inútiles.