Fangaia, Reino del Vrăjitoare.

Una zona un poco alejada del centro del reino era la famosa región de Fangaia, la cual tenía una peculiaridad extraña y era que la mayoría de sus habitantes no eran precisamente solo seres mágicos, sino que poseían características comunes de los vampiros.

Al igual que la sub especie de Demonios Vampiros, había seres mágicos que eran llamados Vampiros Mágicos. La única excepción era que, a diferencia de los vampiros, estos se alimentaban de cosas rojas y no tenían problemas con la luz solar.

Yuzu había colocado como encargado de esa zona a su hijo Wataru el cual se puso manos a la obra a arreglar lo que se había vuelto Fangaia.

- Ha pasado un tiempo desde que Wataru-kun se hizo cargo de esa zona del reino – Maki decía mientras tomaba té con Yuzu.

- Sí, a pesar de eso, ha hecho un buen trabajo – la gata mágica suspiró un poco – me di cuenta que Fangaia había sido marginada durante el reinado de Agrat. El nivel de pobreza era duro y los habitantes tenían que arreglárselas, pero como dije cuando me hice reina, todos tienen que ser felices y tener las mismas oportunidades.

Tal y como la colombiana exclamó, Wataru estaba trabajando duro para que la zona de Fangaia fuera más calmada y con altos niveles educativos. A pesar de eso, no todo era color de rosa ya que había algunas zonas en donde había problemas.

Una pandilla en sí no estaba del todo feliz desde que Wataru fue colocado como encargado de esa región por lo que muchos tuvieron planes para derrocarlo.

- Dios mío, no me gusta cómo es que todo ha cambiado – uno de ellos que parecía ser el líder exclamó.

- Lo sé, desde que ese mocoso asumió el poder de Fangaia, todo ha mejorado para los demás, ya no podemos robar como antes.

- Puso mucha seguridad, además, ya han capturado a varios que cobraban el derecho de piso – otro de ellos escupió a un lado – nuestras finanzas están cayendo.

- Tenemos que hacer algo, de lo contrario, nos moriremos de hambre.

- ¿Y que se supone que hagamos, jefe? Dicen por ahí que ese sujeto es fuerte y que es hijo de la reina.

- Muy hijo de la reina será, pero hay que mostrarle quien manda. Esa mujer no es nadie para decir que podemos hacer y mucho menos su hijo – el aniki del grupo se levantó – vamos a darle una lección, hay que reunir a todos los nuestros para mostrarle que en Fangaia, mandamos nosotros.

- ¡Sí!

En el pequeño castillo que había en el centro de Fangaia, Wataru miraba toda la región que reinaba. Mientras la paz estaba presente en ese momento, decidió sacar un instrumento el cual gustaba de tocar el cual era el violín.

A diferencia de su madre la cual tocaba el piano con una perfección bastante grande, el peli rojo gustaba mucho de hacer eso en sus ratos libres ya que el sonido de las cuerdas era muy relajante.

Lo que el chico no sabía es que se armaría una confabulación para destronarlo de su puesto, pero algo que desconocían es que no les sería fácil.

De vuelta con los maleantes, estos lograron reunir en una parte alejada de población a un gran grupo de malhechores de la peor calaña para llevar a cabo su maléfico plan.

- Muy bien, estamos todos.

- ¿Cuántos somos?

- Somos 400, pero creo que con esa cantidad podremos hacer destrozos, así que todo saldrá bien.

- Lo hará, ya verás – el jefe fue hacia en frente – escúchenme bien todos.

- ¡Sí!

- Muchos camaradas han caído, así como muchos de nuestros negocios desde que la nueva reina se hizo del poder. No solo eso, sino que el recién nombrado conde de Fangaia, ha implementado nuevas formas que han reforzado la seguridad de la ciudad. No podemos seguir así, ya no podemos cobrar libremente el derecho de piso ya que ahora todo está mejor vigilado y algunos han sido capturados – el sujeto tomó algo de aire antes de seguir – hay que mostrar que nosotros mandamos aquí, no dejaremos que un mocoso nos destruya, ¡vamos a tomar el control completo de Fangaia!

- ¡Vamos a tomar el control de Fangaia!

- Causaremos el terror hasta que ese dichoso conde Fangaia renuncie ya que no podrá con todos nosotros y apuesto que irá corriendo hacia su madre a pedir ayuda.

- ¡Demostrémosle quien manda!

- ¡Viva el grupo Vilma Palma!

La pandilla, llamada Vilma Palma, decidió ir con todo a hacer destrozos en Fangaia. No pasó mucho tiempo antes de que el terror se apoderara de la tierra de los Vampiros Mágicos ya que iban destruyendo tiendas y demás cosas que se encontraban en su camino.

- ¿Qué es eso? – Wataru logró darse cuenta que algo andaba mal por lo que, dejando su violín a un lado, fijó su mirada en el pueblo.

Pudo ver como en algunas partes salía humo lo que significaba que algo mal andaba, así que decidió salir en la ayuda de las personas que andarían ahí.

Los oficiales de la ley que estaban por ahí luchaban con todo lo que tenían, pero al ser muchos delincuentes, les costaba llevar el ritmo, así mismo, no podían ayudar a todos lo que pedían a gritos auxilio.

- ¡Sigan matando! ¡Sigan destruyendo todo!

- ¡Por la liberación de Fangaia!

- ¡ALTO!

El fuerte grito de Wataru se escuchó y fue cuando apareció frente a todos, especialmente ante el líder de los maleantes.

La gente igual estaba sorprendida de ver cómo había aparecido el mandamás de esa zona del Vrăjitoare. El peli rojo llegó con una ropa estilo japonesa como los que usaban los daimios y otros altos mandos en el Japón feudal. La única diferencia es que el escudo que tenía era el escudo de armas de la familia Araki que consistía en dos gatos negros sosteniendo un escudo en donde había una espada y un libro. Además, la tapa del libro tenía los colores: azul, amarillo y rojo, en honor a la bandera colombiana.

- Es el conde Kiva.

- Nos ha venido a salvar – el hijo de Maki y Yuzu miró un momento a los tipos, especialmente al jefe de esos malvivientes.

- Hasta que has aparecido, famosa conde Kiva – el líder, que era de cabello castaño oscuro y un poco de vello facial lamió un poco su cuchillo apuntando directo al chico.

- He acudido al rescate de mi gente y ustedes están causando muchos problemas.

- ¿Y qué harás? Somos muchos y aunque seas hijo de la reina, no podrás con todos nosotros – un buen grupo empezó a reunirse ahí, con armas de todo tipo, listos para la pelea.

Wataru solo observó hacia donde estaban todos los miembros de esa pandilla, pero solo sonrió por lo bajo, algo que extrañó al jefe.

- ¿Por qué sonríes? ¿Acaso ya estás aceptando tu muerte?

- No, es porque no puedo creer que realmente crean que podrán hacer algo. Puede que me digan que soy simplemente el hijo de la reina y que ella me puso aquí, pero vaya que no me conocen.

- Hablas mucho, idiota.

- ¿Quieres que te muestre quien soy en realidad? Tú lo pediste.

Ante la mirada atónita de los sujetos, miraron como de la cabeza de Wataru se manifestaron dos orejas de gato que se movieron un poco, pero lo que siguió fue impactante y fue la aparición de una cola de demonio.

- ¿Q-Qué mierda?

- ¿Qué carajos eres?

- Sencillo. Mi nombre es Wataru Araki Nishikino, ahora conocido como el conde Kiva, hijo de la reina Blair y su concubina Maki Nishikino, pero también, nieto de la reina de los demonios, Suikyo.

- ¿C-Cómo que el nieto de la reina de los demonios?

- E-Es un monstruo.

- ¿Quieres ver como es un monstruo? Te mostraré lo que es un monstruo – el chico sonrió mientras que los demás vieron como la parte inferior de su cara se manifestaba con algunas líneas negras y sus ojos morados pasaban a ser amarillos.

Lo siguiente que se vio fue notar el cuerpo del peli rojo era envuelto por cadenas hasta que segundos después, la única cadena que quedó fue una que estaba alrededor de su pierna derecha. Parte de su cuerpo era de color negro, así mismo, tenía el pecho rojo, del mismo color sus manos, mientras que sus ojos se agrandaron y daban forma de un murciélago y eran de color amarillo.

(N/A: Apariencia similar a Kamen Rider Kiva, solo que sin el cinturón)

- ¿Q-Qué demonios?

- ¡¿En que se transformó?!

- ¿Saben por qué es que me dicen Kiva? Porque es mi nombre de demonio, así como de gato mágico. Esta transformación es heredada de la sangre de demonio que tengo, así que no sé qué esperan ustedes, pero es hora de pelear.

- T-Tú – el líder de los pandilleros pudo ver como varios de sus hombres estaban con algo de miedo – no sean maricones, ¡ataquen! ¡Maten a ese monstruo!

Siguiendo órdenes, los tipos fueron de lleno hacia donde estaba el peli rojo transformado, pero se llevarían sorpresa grande cuando Wataru dio un gran salto evitando que estos lo hirieran, aunque no fue lo único ya que usando la cadena de su pierna, golpeó a varios de los maleantes dejándolos muy lastimados.

A pesar de la superioridad numérica, eso no parecía afectar mucho a Wataru que seguía con lo suyo, atacando a varios de los maleantes que iban hacia él, aunque lo más llamativo fue que cuando se alejó un poco de ellos, sacó un instrumento bastante peculiar.

- ¿Qué es esa cosa?

- ¿No vas a matar con música?

- La música tiene poder sobre las personas y puede hacerlo ante ustedes – sin perder más tiempo, Wataru comenzó a tocar.

(N/A: Sí, es la melodía de Tapión XD)

Aunque los de la pandilla Vilma Palma estaban riendo porque no creían que el peli rojo estuviera haciendo eso, rápidamente se dieron de su error ya que sintieron como sus cabezas empezaron a zumbar como si tuvieran un enjambre de avispas dentro.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah!

- ¡Es como si avispas me estuvieran atacando el cerebro!

- ¡Mátenme! ¡El dolor es insoportable! – los aullidos de los sujetos era opacado por la hermosa melodía que Wataru seguía ejecutando de su ocarina.

La mayoría estaba en el suelo aullando de dolor, unos cuantos decidieron suicidarse ya que no soportaban ese sufrimiento. Mientras tanto, el líder de estos se fue arrastrando hasta donde estaba el vástago de Yuzu y Maki y llegando a sus pies, solo lo miró a pesar de que su cabeza lo estaba matando.

- M-Maldito… e-eres un malnacido… te maldigo… – a pesar de eso, el chico solo continuó tocando su melodía hasta que casi todos se desmayaron del dolor ya que no podían soportarlo.

Y así fue como terminó rápido esa rebelión fallida.

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La noticia sobre lo ocurrido en Fangaia recorrió rápidamente en el Vrăjitoare y ahí fue donde se le dio captura a esta peligrosa pandilla.

La reina Yuzu condenó a todos los que pudieron capturar y cada uno de ellos se les impuso la pena de muerte por decapitación. Mientras tanto, al líder de estos, se le dio la condena de lapidación ya que no solo organizó el desorden de Fangaia, sino que conspiró contra su hijo lo cual se pagaba caro y así fue. Los mismos residentes de Fangaia le dieron muerte al condenado.

La paz volvió a Fangaia y aunque se sabía que varios miembros de Vilma Palma huyeron, por ahora no harían nada ya que conocían lo que ocurriría si se atrevían a hacer algo similar.

Por mientras, Wataru siguió tocando su violín a la bella y pacifica zona en la que reinaba. Por ahora, lo único armonioso que se oían eran las dulces notas de su instrumento de cuerdas.

Y eso era parte de las responsabilidades de ser el conde Kiva.

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Continuará…

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Y hasta aquí el capítulo de hoy.

En este capítulo nos centramos más en Wataru ya que había pensado en cómo sería él gobernando esa zona llamada Fangaia y bueno, como su apodo viene del Kamen Rider homónimo, entonces que mejor que su forma demoníaca fuera justamente como Kiva.

Y el uso de la ocarina de Tapión fue porque pensé en usarla en algún momento y que mejor con uno que sería un guerrero musical como lo es Wataru.

Por cierto, el nombre de la pandilla, Vilma Palma, es referencia a la banda argentina Vilma Palma e Vampiros. ¿Por qué le puse así? Bueno… vampiros.

¡Feliz Navidad!

Sin más, este ninja se despide.

Bye.