Capítulo 18. Tres a la vez

Cuando desperté a la mañana siguiente, no encontré a Natsuki. En su lugar abrazaba a una almohada. He de haber caído profundo para no notar cuando se levantó.

Natsuki tiende a ser muy escurridiza. ¿A dónde habrá ido? Me quedé pensando, mientras recordaba el día anterior y lo bello que fue tenerla entre mis brazos.

Me desperecé, tomé mi ropa y fui a la ducha para alistarme. Luego bajé para preparar el desayuno. No podía sacarme a Natsuki de mi mente, seguramente salió a correr. Generalmente tiene su rutina de ejercicio por la mañana.

Preparé unos sándwiches con mayonesa (su favorita), sopa de miso y puse a calentar el arroz y desde luego el té no podía faltar.

Justo cuando terminé de preparar el desayuno, la puerta de la cocina se abrió y la rubia entró haciendo un sonoro bostezo.

Buenos días, Shizuru.

Buen día Rossie, ¿Cómo dormiste?

Olvídate de eso, ¡Cuéntame! ¡¿Qué cosas hiciste con las gemelas?!— Me preguntó curiosa y con un toque de lujuria en su voz.

Fufufu, nada, nada... — Respondí divertida.

¡Shizuru, por favor! Ya dime, ¿Qué tanto hicieron anoche? —Se sentó en la mesa y me miró expectante.

Que no paso nada, enserio — Le dije riendo mientras servía los sándwiches en la mesa.

¡Eres una mentirosa de primera! ¡Quiero detalles, Fujino Shizuru!

Ara... eso es algo privado, fufufu— Le respondí evasiva.

¿Durmieron en la misma cama?

Si — Respondí aguantándome la risa— Dormimos en la misma cama.

¿Las 3?

Si, si.

¡Eres una enferma, Shizuru! —Me dijo sonriente — Y de seguro tu en medio, ¿no?

Fufufu

Ya cuéntame... ¿Quién te gusta más Kruger o Natsuki?

Rosie... ¡Ya! —La corté apenada.

¿Las dos? — Me reí, tímida y divertida — ¡Las dos!— Atinó.

¡Shh!— Ya me sentía muy abochornada.

¿Y están de acuerdo?

Fufufu— Yo solo podía reír.

¿Se turnan o lo hacen juntas?— Me preguntó con morbo.

¡Rosie!— Le advertí entre apenada y muerta de risa.

¡Cuéntame!

No ha pasado nada —Respondí evasiva.

Hay, ¿Ya te vas a poner así? —Me reclamó decepcionada.

Es que no hay nada que contar— Le pasé un plato y fui por la tetera.

Entonces, ¿No paso nada? — Preguntó decepcionada.

Nada de lo que estás pensando— Le dije seria.

¿Sexo?

¡No! —Exclamé avergonzada.

¿Pero si quieres?

Obvio quiero— Le afirmé con la cabeza.

¿Y con quién? — Me preguntó curiosa y no supe que responder— ¡Con ambas!, ¡Hay Fujino!

— Exclamó negando con la cabeza, pero con su sonrisa de lujuria. Estaba disfrutando de lo lindo de esta situación mía.

¿Y si has tenido acercamientos con ellas?

Algo así — Le dije evasiva.

¿Pero no sales con ellas? — Suspiré, ¿Cómo explicar mi situación actual?

Es complicado. —Respondí finalmente.

Pero, ¿Tienes algo con las dos? — Sonreí, ¿Cómo explicarle que son la misma persona?— ¡Si!... ¿Se han besado? —Sonreí y Rosalie se llevó las manos a la boca y puso cara de sorpresa y picardía— ¿Y cómo es que no ha pasado más? Así como veo el panorama... Tú estás que te mueres de ganas, pero el conflicto es de ellas, ¿no? ¿No se deciden? ¡No se animan! ¡Vas a separar una familia, Fujino! —Expresó ofendida pero curiosa.

¡Ya!— Le dije riendo, su mente iba a mil por hora y quien sabe cuántos escenarios estaba generando su cabecita enferma.

Entonces, se puede decir que estas soltera— Comentó con duda.

Soltera pero no disponible, Ross.

¿Desde cuándo eres tan aburrida? —Me reprochó decepcionada.

¿Ara? —Y yo fingiendo demencia.

¿Ya se te olvidaron los buenos tiempos?

fufufu, sin comentarios Rossie.

Porque, si quieres puedo recordártelos —Sugirió coqueta.

Fufufu. No, no es necesario Ross.

Piénsatelo Shizuru, no he perdido el tiempo, te garantizo que he aprendido cosas muy interesantes... —Me comentó con una sonrisita.

¿Ah, si? fufufu, ¿Qué cosas has aprendido? —Pregunté para molestarla.

Hay unos masajes.

¡Ara!, ¿Masajes? — Exclamé burlona— ¿Desde cuándo te volviste tan cálida? Fufufu— Rosalie era más bien del tipo sadomasoquista.

¿Cuál cálida? —Me dijo ofendida.

¿Pasaste de un extremo a otro? ¿Ahora eres dulce y tierna? —Me reí con ironía. No me la imaginaba.

Para nada, tú sabes cuál es mi estilo, entre más rudo, mejor… —Me guiño un ojo. — No te estoy hablando de masajitos de espalda como el spa. Masaje es por ponerle un nombre, pero es a mi estilo y con utilería.

¿Con utilería? ¿De qué tipo?

¿Recuerdas las pezoneras?

¡Ara! No, bueno... fufufu— Eso no lo vi venir. Y claro que las recuerdo, siempre fue su fantasía que me las dejara poner.

¿Quieres una demostración? — Me preguntó insinuándose en modo coqueta.

No, así estoy bien, gracias. —Le respondí evasiva.

Anímate Shizu, no hay dolor precisamente — Continuó diciéndome mientras una sonrisa traviesa le surgía en el rostro. — Hay más placer.

No, Rosie y mejor cambiemos de tema Sugerí incomoda.

¿Enserio quieres cambiar de tema? — Retomó insistente.

La puerta de la cocina se abrió y la peliazul entró en la estancia algo seria.

¡Natsuki! —Saludé nerviosa. Tuvo que llegar justo en este momento. ¿Será que escuchó algo de lo que hablábamos?

Hola— Respondió incomoda, mientras iba a servirse un vaso de agua.

Justo iba a asomarme a ver si ya habías llegado— Le comenté, mientras ella bebía rápidamente el agua.

Ah...— Respondió bastante seria.

Preparé sandwiches, con mayonesa ¿Quieres sentarte a desayunar?— Le pregunté tanteando terreno.

Le echó una mirada a la rubia y luego desvió la cabeza y se quedó unos segundos pensativa. A Natsuki no parecía gustarle que Rosalie estuviera conmigo.

Gracias, pero ya interrumpí lo suficiente.

¡No interrumpes! —Le dije preocupada.

Comeré en mi cuarto— Respondió seria y tomó un sandwich de la mesa, antes de salir de la cocina.

Ara...

Esa es Natsuki, ¿no?— Me preguntó la rubia al tiempo que se servía sopa de miso.

Ajá.

¿Se molestó?

Eso parece.

Ups... ¿Será que nos escuchó? —Me preguntó como quien mete la pata.

Probablemente— Le respondí suspirando. Mientras servía el té.

¿Será que Natsuki estará celosa de nuevo? ¿Deberé ir a buscarla o será mejor quedarme dónde estoy? Me debatí nerviosa. Me levanté de mi asiento.

Todo esto era nuevo para mí. Territorio no explorado. No sabía qué era lo mejor en estas circunstancias. Pero Natsuki celosa era muy excitante.

Recordé la "pelea" que tuvimos ayer y esos deliciosos besos que nos dimos y pensé en ir tras ella en el acto.

Bueno, ¿En que estábamos? — Me preguntó Rosalie, sacándome de mi trance al tiempo que me ponía una mano sobre mi hombro— ¡Ah si!, en el masaje... — Me dijo divertida

¡No, bueno! — Exclamé separándome de ella justo a tiempo, ya que la puerta se abrió nuevamente y Natsuki entró de nuevo en la estancia. Fruncía el entrecejo y se veía retadora.

¿Interrumpo?

No, claro que no... — Contesté separándome todavía más de Rosalie.

¿Qué hay de comer? — Preguntó al tiempo que se acercaba a la mesa y se colocaba entre mi y Rosalie.

Preparé Sandwiches —Contesté nerviosa al ver como la peliazul colocaba sus manos en mi cintura y con su mirada fija sobre mis ojos, comenzó a caminar hacia adelante haciéndome retroceder hasta llegar a la cabecera de la mesa.

Sus intenciones eran muy claras, quería alejarme de Rosalie.

¿Con mayonesa? — Me preguntó sobre mis labios de un modo coqueto, aunque con el entrecejo fruncido.

A…ja —Respondí conteniendo el aliento. Sentí que me besaría pero en eso Rosalie interrumpió preguntando:

¿Tú eres Kruger, no?— La peliazul se molestó pero se giró mientras la rubia la examinaba cuidadosamente.

Si, ya me enteré que te quedaste. – Respondió secamente, mientras esta tomaba un sandwich y se sentaba junto a mí.

Si, Shizuru fue tan amable de hospedarme.

¿Cuándo te irás? — Preguntó la peliazul al tiempo que la puerta se abría nuevamente dando paso a Natsuki.

Esos modales... —La reprendió.

Tsk... — Gruñó Kruger y comenzó a comer su sandwich con violencia.

¿Así que tú eres Rosalie? — Preguntó curiosa— Mis hermanas ya me hablaron de ti...

¿Hermanas? —Preguntó Rosalie extrañada, mirando atentamente.

Yo también miré con curiosidad a Natsuki, definitivamente tenía algo diferente aparte de su cabello el cual traía acomodado de lado derecho. Esta Natsuki se veía más segura de sí misma, muy sensual.

Yo soy Cristal — Le comentó con media sonrisa, al tiempo que tomaba un sanwdich.

Lindo sobrenombre.

La más odiosa— Murmuró Kruger tras pasarse bocado.

Esa eres tú — Le respondió Cristal a modo de broma.

Qué forma tan curiosa de Natsuki de hablarse a sí misma, pensé divertida y curiosa.

Shizuru no te había mencionado— Le dijo Rosalie extrañada, luego me dirigió una mirada confusa. Tuve que aguantarme la risa al pensar en la confusión de Rosalie, aunque yo estaba igual.

Ni a tí, antes de ayer no sabíamos de tu existencia...— Comentó Cristal, luego me miró y me sonrió de una forma muy coqueta— Buen día, Shizuru. — Me dijo y sentí que se me aceleró el corazón.

Buen día — Respondí con un hilo de voz cuando esta se acercó despacio para dejar un lento y suave beso en mi mejilla al cual no supe como reaccionar, pero me sorprendí sonriendo ampliamente.

Gracias por los sandwich, ¿Me leíste la mente? — Me susurró muy cerca de mi rostro y juro que se me erizó cada poro de mi piel.

Fufufu, sabía que te gustaría— Le dije tímida y ella puso su mano en mi mejilla y me hizo una suave caricia con su pulgar mientras me decía.

Si, me encantan... — Con una sonrisa coqueta y acto seguido se separó pasándose detrás de mi lugar y me rodeo con sus brazos.

Sentí que me moría, ¿Enserio esta es Natsuki?

Así que... — Comenzó a hablar mientras se estiraba por la tetera recargando sus pechos en mi espalda provocándome calorcito en el rostro.— ¿Piensas quedarte unos días?— Le preguntó a Rosalie que estaba todavía atónita, con los eventos recientes. Aunque no tanto como yo.

Ah, sí. Me quedaré... — comenzó a responder pero enseguida Cristal interrumpió preguntándome al oído de una forma muy coqueta.

¿Quieres más té?— Lo que me provocó una sonrisa y elevó mis niveles de exitacion. Ese surruro al oído fue sumamente placentero.

Afirmé con la cabeza de forma automática todavía ensimismada con los acontecimientos recientes.

El fin de semana — Retomó Rosalie, mientras Cristal me servía té en mi taza sin dejar de abrasarme y ahora recargando su mejilla en la mía. Le respondí sin dudarlo juntando la mía.

Kruger se removió en su asiento y me percaté que miraba a Rosalie con bastante molestia. ¿Estará molesta por el tiempo que va a quedarse Rosalie? No creo, Natsuki no suele darle importancia a esas cosas. ¿Pero si no es por eso, entonces por qué?

Así que, Rosalie cuéntanos. ¿Cómo conociste a Shizuru? —Retomó Cristal que aun me tenía abrazada y si por mi fuera jamás la separaría.

La rubia no alcanzó a responder porque la puerta volvió a abrirse de forma brusca dando paso a la verdadera Natsuki que se veía molesta y agotada.

¿Qué están haciendo aquí?— Preguntó seria, haciendo que Kruger se enderezara en el asiento en forma retadora y que Cristal me soltara de pronto.

Estuve a punto de quejarme, pero no tuve oportunidad porque la plática siguió.

Tranquila hermana, solo desayunamos y estamos conociendo a la amiga de Shizuru— Respondió Cristal de mala gana.

¡Tsk!— Exclamaron Kruger y Natsuki al mismo tiempo. Cual gotas de agua.

Ahora con la llegada de Natsuki el entorno se sentía muy tenso. Anteriormente los clones desaparecían con su llegada.

¿Qué pensará Rosalie si eso ocurre?

¿Por qué no te relajas un momento y desayunas con nosotras?— Retomó Cristal

Natsuki parecía incomoda, llevó su mano a la cabeza como si algo le doliera y se tambaleo.
Por acto reflejo me levanté para sujetarla.

¿Te encuentras bien?— Le pregunté y pero su expresión claramente denotaba que no se encontraba bien. — Ven, siéntate...

A regañadientes aceptó sentarse en el otro lugar que estaba disponible en la mesa, junto a mí.

Daba la impresión de que la cabeza le dolía mucho.

Por mucho que me gustaran los clones de Natsuki, la que más me preocupaba era ella. Se veía mal.

Come algo o te desmayarás...— Le dijo Cristal un poco más sería. Natsuki le dirigió una mirada retadora.

Luego Cristal le hizo una seña a Kruger para que se recorriera y de mala gana la dejó sentarse junto a mí.

Natsuki se quejó.

¿Te sientes muy mal?— Le pregunté preocupada a Natsuki que se veía pálida, pero negó con la cabeza y me susurró apenada.

Lo siento mucho, Shizuru...— Sus disculpas eran genuinas, al parecer esto se le estaba saliendo de control.

No te preocupes— Tomé un plato y le serví un sándwich ya que la susodicha no parecía estar en condiciones de moverse y tomé el comentario de Cristal como una señal.

¿Entonces son 3?— Preguntó Rosalie en voz alta, dirigiéndose a nadie en particular.

Si— Respondió Cristal.

La convivencia debe ser compleja— Comentó Rosalie con una sonrisa traviesa.

No tienes ni idea— Respondieron las 3 al unisonó. Cada una con una expresión tan similar, pero tan diferente a la vez.

Natsuki es linda en todas sus facetas.

Pero prosigue, Rosalie— Retomó Cristal— Nos ibas a contar ¿de dónde conoces a Shizuru?

La rubia sonrió con malicia y me temí que fuera a contar sobre nuestro pasado. Así que interrumpí, antes de que siquiera comenzara a responder.

Fue en el trabajo. Ya les platique que es modelo y la empresa para la que trabajaba nos pidió soporte con la publicidad de su producto.

Todavía tenía muy vividas las emociones de ayer y me preocupaba despertar nuevamente los celos de Natsuki.

Así que solo fue una relación... ¿laboral?— Preguntó Cristal.

Rosalie sonrió y se preparó para hablar.

Al principio si— Respondió divertida.

¿Después no?— Inquirió Kruger, con el entrecejo fruncido. Sus celos eran excitantes, aunque me estaba sintiendo muy nerviosa.

Se desarrollo una amistad— Dije tajante, dando por terminado el asunto.

Sin duda era un momento algo tenso para las Natsukis. Curioso para Rosalie y rarísimo para mí.

Miré a la rubia y ella me sonrió de medio lado. Agaché la mirada un tanto conteniendo la risa, si de por sí pensaba que yo era una pervertida con las gemelas ahora, con la llegada de "Criss" se debe de estar imaginando una orgía mía con las hermanas.

Respiré profundo, debo admitir que era una deliciosa idea. Si una Natsuki me volvía loca, 3 a la vez no quiero ni pensar lo que me podría suceder.

¿Estás casada? —Preguntó Kruger con brusquedad quebrando el silencio. Me quedé sorprendida, no creí que Natsuki pudiera ser así de directa.

¡Tsk!— Soltó Natsuki avergonzada y se llevó la mano a la frente. Parecía arrepentida por aquella pregunta. Y yo no perdía detalle de ninguna de sus acciones.

Divorciada— Respondió con media sonrisa— Y disponible por el momento— Agregó guiñándome un ojo en forma coqueta.

Sin duda estaba poniendo a prueba a las hermanas. No cabe duda que Rosalie tenía una tendencia autodestructiva.

¿Y qué te trae por acá? —Retomó Cristal mientras Kruger mordía en forma brusca su sándwich.

Aparte de venir a ver a mi hermana, quería ver a Shizuru por supuesto...— Dijo entre divertida y maldosa. Le lancé una mirada de advertencia, mientras Kruger se apretaba de puños y Natsuki permanecía sombria. — ¿Y ustedes, cómo conocieron a Shizuru? – Preguntó Rosalie mirando a nadie en particular, sonreía burlona removiendo su té con la cucharilla.

Natsuki se tocó las sienes, parecía que tenía un fuerte dolor de cabeza.

La conocemos desde el instituto— Contestó Cris, al tiempo que se acomodaba un mechón de su cabello y me guiñaba un ojo coqueta.

Sentí que me sonrojaba, pero no pude disimular la sonrisa que me provocó. Esa faceta de Natsuki coqueta me estaba gustando mucho.

¿Llevan mucho tiempo siendo amigas? – Le preguntó Rosalie a Cris.

Siempre hemos sido amigas, pensé tratando de manejar mis emociones. Pero esa era una fibra sensible.

Kruger frunció el ceño y ví como mi Natsuki se ensombrecía, de pronto sentí la mano de "Cristal" sobre mi mano y me giré para mirarla.

Oh, no… Rosalie, nosotras… somos definitivamente… más… que amigas…— "Cris" dijo esto de forma seductora. Sentí como la piel de mi cuerpo se me erizaba completamente.

Sonreí feliz, Cris estaba siendo demasiado coqueta conmigo. Hacía que esa esperanza aflorara en mi corazón. Esa esperanza de llegar a tener algo más.

¿Son… como hermanas? – Le lancé a Rosalie una mirada de advertencia, definitivamente las estaba provocando y se estaba divirtiendo con esto.

Pero mis sentimientos estaban también en juego. Cada que se tocaban esos temas mi corazón salía mal parado.

No – Respondió Kruger dirigiéndole una mirada retadora.

No… — Continuó Cris — Hermanas, no…— acariciando mi brazo con un movimiento lento y seductor que hizo que se me subiera el color al rostro descaradamente y más al ver sus ojos fijos sobre mis labios.

¿Por qué me haces esto? Pensé débil.

Cristal… ¿No tienes que irte ya al trabajo? – La interrumpió Natsuki apretando los dientes.

Y ahí estaba de nuevo… Natsuki desmoronándolo todo. Trayéndome de nuevo a la cruda realidad. Cristal es solo una ilusión después de todo. Natsuki en realidad no se siente atraída por mí.

Todavía tengo tiempo… — Le respondió Cristal en forma retadora.

Ambas se miraban fijamente. Me confundían.

Kruger seguía mirando a Rosalie y esta última miraba a todas enredada, tratando de descifrar que era lo que pasaba.

Se te hace tarde — Repitió Natsuki, endureciendo su mirada.

Cris escondió su mano, pero alcancé a ver como de esta salían unas pequeñas luces. Las mismas que aparecen cuando un clon comienza a desvanecerse.

—Bien, me voy – Respondió Cristal de mala gana, levantándose en el acto.

¿Tan pronto? – Le pregunté sujetándola del brazo al ver que esta iba a salir de la cocina.

La peliazul se sorprendió y enseguida me sonrió de medio lado, con cierta picardía y travesura dibujada en el rostro.

Volveré…

Acto seguido me sujetó el rostro suavemente con sus manos y me plantó un suave y breve beso en los labios.

El beso terminó tan pronto como inició y me dejó completamente sorprendida y embriagada.

¡Cristal! – La riñó Natsuki que tenía el rostro muy sonrojado y acto seguido se la llevó del brazo hacia afuera de la cocina.

Kruger sonreía en su lugar y comía su sándwich.

Fuera de la cocina, se alcanzó a escuchar la voz de Natsuki alejándose mientras decía.

¿Qué rayos te pasa?

¿Qué?

¿Qué significa ese beso Natsuki? Y ¿Por qué estas a la vez tan enojada? ¿Tan desagradable fue? Pensé un poco desconsolada.

¿Por qué hiciste eso?

Fue lo último que se escuchó. Rosalie estaba tan atenta como yo. Pero al ya no escuchar nada, volvió a mirarme y me alzó las cejas con curiosidad.

Con que 3... —Sonrió de medio lado. Yo sentí que me sonrojaba todavía más.

¿Por qué no lo mencionaste antes, Shizuru? — Me preguntó con expresión traviesa.

¿Ara? —Pensé en argumentar pero en eso la puerta volvió a abrirse.

Shizuru... ¿puedo hablar contigo? —Me preguntó Natsuki con algo de urgencia, se veía contrariada.

Claro, Natsuki. — Salí de la cocina bastante nerviosa.

¿Qué ocurre?

Discúlpame Shizuru. Buen, más bien a Cristal. — Me dijo apenada.

No hay nada que disculpar Nat, es más ¿Dónde está? —Le dije curiosa y con ganas de bromear. Natsuki solo se sonrojó más.

Ya se fue. —Respondió nerviosa, pero le descubri un sonrojo en su rostro.

Ara, pero si la estábamos pasando muy bien. Entonces, tú vas a tener que terminar lo que ella inicio— Le dije mientras rodeaba su cuello con mis brazos y me acercaba para besar sus labios.
Natsuki se sonrojo demasiado y se apartó nerviosa.

Pensé en reirme y en robarle un beso ya que ese sonrojo era nuevo para mí y se me estaba haciendo irresistible. Pero en eso Natsuki miró hacia la cocina preocupada, como si algo malo estuviera pasando.

¡Tsk! —Bramó.

¿Qué ocurre? — Le pregunté confundida.

Natsuki tomo mis manos con suavidad y las quitó del agarre de su nuca. De pronto se puso tensa.

¿Nat?

Me falta Kruger —Me dijo perdiendo el equilibrio —No logro...

¿Estás bien?—Le pregunté sujetándola.

Natsuki se recargó en el muro y respiro despacio. Se veía pálida y débil. Las ganas de bromear se me espantaron de pronto. Natsuki no se veía bien.

¡Tsk! —Exclamó derrotada y frustrada.

Natsuki, no te ves bien. ¿Quieres que llame a un médico? —Pregunté preocupada.

No, mejor ayúdame con Kruger —Me pidió con dificultad después de unos segundos de suspenso.

¿Que quieres que haga?

¿Puedes ir por ella?— Natsuki se resbaló y por reflejo se recargó sobre el muro.

Si, pero ¿y tú?

Ve, por favor...

Ok —Caminé unos metros hasta llegar a la puerta de la cocina.

Disculpen la demora… — Les dije entrando en la estancia, interrumpiendo la escena que no logré comprender a la primera.

Kruger y Rosalie estaban de pie y muy juntas. Una frente a otra. La primera se veía amenazadora y la segunda tenía una expresión descarada y burlona.

¿Ocurre algo? — Pregunté confundida. Parecía que estaba a punto de ocurrir una pelea.

Nada, solo platicábamos—Dijo Rosalie, mientras regresaba a la mesa dejando atrás a la peliazul.

¿De qué platicaban? —Le pregunté curiosa.

Kruger parecía muy molesta.

Kruger me preguntaba sobre el lugar de mi residencia.

Natsuki volvió a entrar en la cocina se veía seria y tensa.

Kruger, ven un momento por favor… — Kruger le obedeció de mala gana y salió detrás de Natsuki. No sin antes, lanzarle una mirada hostil a la rubia.

¿Qué hacían? — La cuestioné con seriedad.

Solo hablábamos.

¿Qué le dijiste? Se veía muy molesta.

Solo le estaba haciendo una bromita, para ponerla celosa...

¡Rossie!

Así es más divertido, ¿no?

¿Qué fue?— Le reclamé.

Le dije que había venido a pasar unas agradables noches contigo — Me respondió divertida.

¡Ara! ¿Por qué hiciste eso?

¡Porque es la verdad!— Me dijo en modo descarada.

¡Cínica!

Jajaja Shizuru, ríete un poco

¡Sigue así y vas a terminar durmiendo en el parque! —Le advertí preocupada.

No serías tan mala... —Me dijo asustada.

No respondo si las sigues provocando...—Respondí ya más relajada.

¿Me vas a dejar en la calle?

No, obvio no. Pero, compórtate...—Le advertí.

Mmm, bueno. Siéntate, no has terminado tu comida.

Me relajé un momento y tomé la silla pero antes de poder sentarme nuevamente se abrió la puerta.

Natsuki se recargó en el marco con brazos cruzados y me dijo.

Shizuru, ¿puedo hablar contigo?

Claro.

¿Puedes venir? – Noté un aura diferente. ¿Será que no es Natsuki?

Si... — Salí detrás de ella y en el acto me tomó de la mano para salir al jardín que estaba enseguida.

Una vez adentro cerró la puerta y me acorraló.

¿Tú y Rosalie tuvieron algo?— Me preguntó celosa.

¿Ara?— Ahora si no me quedaban dudas, era Kruger.

¿Y Natsuki?

Tomando una siesta en la sala.

¿Está bien? —Pregunté preocupada y Kruger afirmó, pero volvió a acorralarme.

Ahora respóndeme ¿Paso algo entre ustedes? Dime la verdad, porque ese cuento de que son amigas no me lo creo.

¿Qué?...— Quise fingir demencia, pero creo que fui muy evidente.

Tsk— Exclamó enojada y se alejó de mí.

Natsuki— La detuve. Se veía molesta y sentida.—Natsuki... no quisiera hablar de eso...— Ni quería mentirle, ni quería decirle. Son cosas del pasado que para mí ya no tienen importancia.

Eso lo confirma entonces... —Me dijo seria. —¿Por qué yo no sabía? —Me cuestionó dolida.

Bueno, es que antes... no te interesaba mucho lo que pasaba conmigo... — Respondí dolida.

¡Siempre me ha interesado lo que pasa contigo!— Me reclamó ofendida.

No lo demostrabas mucho...— Me justifique nerviosa.

¿Cuando pasó?

Estabas en el último año de universidad, casi no nos vimos en ese tiempo— En ese entonces Natsuki tenía un romance y yo me sentía sola. Hice muchas locuras.

Tsk...

No creí que te importara realmente...— Le comenté desanimada.

Previamente Natsuki nunca mostró interés en mí de ese modo. Incluso todo esto es muy confuso.

Ahora estaba a un palmo de mi, demostrándome sus celos, enrredandome con esa mirada que denotaba frustración y deseo.

Parecía que quería besarme y yo me moría por un beso de ella.

La puerta se abrió y por el sobresalto se alejó de mí.

¿Shizuru?— Era Rosalie.

¡Tsk!

¿Qué pasa?— Le respondí frustrada.

¿Puedes decirme dónde está tu teléfono? Recuerdo que antes estaba junto al sofá...— Expresó mirando a Kruger de abajo a arriba. La ojiverde se veía malhumorada— Más tarde me gustaría llamar al hospital.

Si, claro. Esta al final del pasillo justo en dónde comienza el salón.

Gracias— La rubia se fue y Kruger cerró la puerta. Se veía tensa y yo aproveché para jalarla hacia mí colocando mis brazos en su nuca.

¿En qué estábamos?

Le pregunté, pero no le di mucho tiempo para reaccionar. Enseguida la jalé para plantarle un beso en sus deliciosos labios tomándola por sorpresa.

Pero apenas alcancé a rozarla pues la puerta volvió a abrirse cortándonos la inspiración. Rosalie se asomó con expresión burlona. Le encantaba molestar pero me estaba sacando de mis casillas.

¡Shizuru! – Dijo con voz inocente.

¿Ahora qué quieres?—Preguntó Kruger de mala gana.

¿Mande, Rosalie? — Traté de responder pacientemente, pero no me sentía de humor en este preciso momento para las bromas de Rosalie, por mucho que incentivaran los celos de Natsuki, que interrumpiera un beso ya era otro nivel.

Quisiera tomar una ducha, pero veo que modernizaste el calentador.

¡Tsk!

¿Puedes venir a ayudarme? No sé cómo se utiliza.

Ara...

Está fácil, solo aprietas el botón de encendido y ajustas la temperatura. — Expresó Kruger molesta.

Shizuru, ¿me ayudas?— Me pregunto la ruba, ignorándola.

¡Tsk! Yo iré... —Le respondió Kruger con fastidio preparándose para salir, sin darme tiempo de nada más. Pero Rosalie se interpuso.

Perdón, pero no te pedí tu ayuda — Le dijo seria.

¿Cuál es el problema? — Le respondió más enfadada.

Tú me intimidas. Además, Shizuru podríamos tomar una ducha juntas...— Me dijo guiñándome un ojo.

Ni lo pienses —Le respondió Kruger, bastante molesta y en tono amenazador.

Kruger— La detuve por el brazo, se quedó mirándola de forma retadora.

Los celos eran una cosa, pero ahora se veía realmente molesta. Como si quisiera pegarle. Sinceramente no la creía capaz, pero al final del día debía recordar que no es la Natsuki que yo conozco y podría ser capaz de otras cosas.

Que descortés te estás viendo Rossie. Sigue así y nadie va a ayudarte. — Le dije al tiempo que le lanzaba una mirada de advertencia. Estaba llevando esta broma demasiado lejos y no se cuanto más aguante Kruger, ya se ve muy molesta.

Solo quiero tu ayuda, Shiz. —Me dijo coqueta.

¿Y que no vez que Shizuru está ocupada? — Le respondió Kruger cruzándose de brazos.

Cuando te desocupes— Incisitió Rosalie, sin sacarme la mirada de encima.

¡Tsk! — Bufó Kruger. Me dio la impresión de que ahora si la golpearía.

Bueno, bueno. Suficiente — Le dije seria — Estoy ocupada Rosalie, busca a Fumi para que te ayude, ¿si?

La rubia cerró la puerta más obligada que otra cosa. Ya para ese punto Kruger estaba demasiado furiosa.

Disculpa.

¡Tsk! — Se quejó mirando a la puerta.

¿Kruger?

Shizuru, ¿te gustó estar con ella? —Me preguntó con una expresión muy molesta.

¿Ara? ¿Estar...? ¿A qué te refieres...? – Le pregunté nerviosa.

Creo que sabes a lo que me refiero

Me acorraló más, podía percibir un mar de emociones de ella. Celos, preocupación, enfado. Pero lo raro es, que estaba experimentándolos.

¡Contéstame!— Me exigió algo desesperada.

—¡Ara! Es que...— Y en eso la puerta volvió a abrirse sobresaltándonos y las emociones que me confundían se desvanecieron de pronto.

Natsuki con un aura más seria de lo normal entró en el jardín y miró con profundo enfado a Kruger.

Ya basta— Susurró de pronto y Kruger se desvaneció en el acto.

¿Natsuki?

Tsk, Kruger se me salió de control.

No pasa nada. — Natsuki se veía extraña. Pálida, seria, molesta, incomoda.

Shizuru lo siento mucho. Todo esto, está mal— Me dijo abrumada— Por favor Shizuru, olvida todo lo sucedido, ¿si?

[Quisiera que nada de esto hubiera ocurrido] Escuché en mi mente la voz de Natsuki y sentí un profundo arrepentimiento que enseguida se desvaneció, dejándome supremamente confundida.

Y sin previo aviso Natsuki salió y cerró la puerta tras de sí.


N/A: Ha pasado algo de tiempo pero este capítulo ha sido todo un reto. Espero lo hayan disfrutado. ¡Espero leer sus reviews!

Gracias por leer. ¡Hasta pronto!