La renuncia no es una pérdida, es una liberación.

(Buda)

Ya no puedo negar lo que siento

Hoy, al enfrentarme una vez más a la quietud de mi alma, una nueva turbulencia ha emergido. Aunque mi mente sigue luchando contra esta realidad. He permitido que la atracción se enraice en mí, y ahora estoy atrapado en una red que me desafía más que cualquier batalla.

El amor, esa emoción humana que siempre he observado desde lejos, ha encontrado un camino hacia mi corazón. No es la admiración que solemos sentir por los demás, ni la compasión que me ha guiado en mi vida. Es algo más profundo, algo que me desarma desde dentro. No es solo la imagen de ella lo que me atrae; es su ser, su fuerza, la forma en que me hace cuestionar mis propios cimientos. Es un amor que, aunque incierto y confuso, me arrastra con la misma fuerza con la que un río arrastra a quien se atreve a desafiarlo.

Maestro, me pregunto, ¿es este sentimiento una debilidad que debo erradicar o una parte inevitable de mi humanidad? Mi vida, dedicada al servicio y la meditación, no ha estado exenta de pruebas, pero esta es diferente. Este amor que siento por ella no es simplemente una perturbación. Es algo que se ha anidado en mi ser de una manera que no puedo ni quiero ignorar.

Me pregunto si alguna vez en mi vida he sentido algo tan real, algo que me toque de una manera tan directa, tan... humana. No es solo una cuestión de deseo físico, aunque la atracción está allí. Es la forma en que sus ojos brillan con una luz que no puedo ignorar, la forma en que su presencia me inquieta de una manera que no había experimentado antes. Es un sentimiento que no puedo aislar ni analizar con la fría lógica de la mente. Es algo que desafía la pureza de mi camino hacia la iluminación, algo que no puedo controlar.

Mi corazón late con fuerza al pensar en ella. Pero también late con miedo, miedo a desviarme del camino. ¿Es este amor una lección que debo aprender? O, como siempre me ha enseñado Buda, ¿es simplemente un apego más, una trampa que debo dejar ir para no ser arrastrado por la rueda del sufrimiento?

Cada momento a su lado es una batalla interna. El amor es doloroso, y el deseo, en sus formas más puras, también lo es. Si me entrego a este amor, si dejo que me consuma, ¿seré capaz de seguir adelante con mi misión? La iluminación no es compatible con los lazos que atan al mundo, con las pasiones humanas. Y, sin embargo, la naturaleza de este sentimiento es tan verdadera, tan transparente, que me cuestiono: ¿puedo ser iluminado sin haber conocido el amor en su forma más profunda y sincera?

Maestro, este dilema me consume. ¿Puedo renunciar al amor sin renunciar a mi propia humanidad? ¿Puedo liberarme de este apego sin perder lo que soy? Me he entregado al Dharma, pero este amor... este amor por ella, me hace dudar de todo lo que he creído.

Sin embargo, el camino debe continuar. He conocido el sufrimiento que trae el apego, y aunque mi corazón se resista, sé que debo liberarme. El amor que siento por ella es hermoso, pero efímero. Como todas las cosas en este mundo, es transitorio. No puedo permitir que el deseo me desvíe del sendero hacia el Nirvana.

Así que, aunque mi alma duela con la renuncia, debo seguir adelante. Este amor, por más puro y sincero que sea, debe ser dejado atrás. No puedo quedarme atrapado en la ilusión de lo mundano. El amor de este mundo, tan hermoso como es, no es suficiente para reemplazar la paz que busco.

Dejo esta confesión aquí, en tus manos maestro, como una forma de liberarme. Este sentimiento es solo una parte de mi vida, un capítulo que debo cerrar. No lo llevaré conmigo. Mi corazón, aunque marcado por este amor, debe seguir adelante. Mi camino es hacia la iluminación, y no puedo permitir que nada, ni siquiera el amor, me desvíe de él.

Shaka de Virgo, no puede permitirse ser desviado por la fragilidad de los afectos humanos.

Continuará…

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Amatizta, me hiciste el día con esto. Afro necesita que le den un empujoncito, porque si sigue esperando un milagro, va a terminar quedándose con las ganas. Shaina tampoco es de las que se anda con rodeos, así que o se pone las pilas o alguien más lo hará. No te preocupes por exaltarte, aquí se vale sentirlo con intensidad.

Nos estamos leyendo.