"El que busca la verdad, corre el riesgo de encontrarla"
CAPITULO VI
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Kerry y Harry ascendían hacia la tercera planta rodeados de un incómodo silencio. El primero frustrado y el segundo también, solo que con un moderado dolor de cabeza. Apoyó la nuca contra el frío metal del ascensor.
Las puertas se abrieron en el piso dos y entró flotando un papelito morado. Kerry lo cogió al tiro.
—Una notificación de...han revocado tu placa de "mejor auror del mes". Es Hoffman, por su gracia tenemos que reabrir y gestionar de nuevo un caso de alta prioridad.
"Que se la metan por el culo" pensó el moreno cruzando los brazos. Para todo había una primera vez.
No le gustaba el rumbo que estaba tomando el asunto ni que el sujeto directamente involucrado tenga absoluto control mental, tampoco aliviaba sus nervios que Hoffman sea masoquista y tuviera esa extraña fijación en él. Cada vez que Kerry había anulado la maldición, este lo había mirado detrás de sus cabellos sonriendo con manía; las extremidades rotas colgando a los lados de la silla y su erección sobresaliendo sin pudor.
Se había sentido al borde todo el tiempo. No estaba seguro de quien había sido el torturado.
Por otro lado, desperdiciaron tiempo y energía para sacar nada. No obtuvieron nada.
Lo mejor sería pedir la intervención de la división de Legeremantes: Esa rama no era su fuerte. Sip. Eso haría y se apartaría del caso. No importaba que hubiera trabajado en el por más de medio año.
El par llegó a su destino e ingresaron desganados al comedor. Ocuparon una mesa donde ya estaban sentados Cormac, Ryan y Collin. Al frente otros dos que no logró identificar. Kerry se levantó para recoger el menú del día.
—Tomare el toro por las astas—Soltó Kerry al volver mientras depositaba una bandeja con estofado de pollo y jugo de calabaza frente a Harry.
Este alzo las cejas confundido.
—Últimamente actúas extraño. Merlín, nunca te había visto así. ¿Pasa algo?
—No me pasa nada.
—Puedes decírmelo, nos conocemos desde hace buen tiempo.
—Lo digo en serio, Kerry.
—No entiendes: Te ves hecho mierda.
Ya esperaba esa reticencia. Kerry partió un trozo de su chuleta asada y lo miró casual antes de soltar la bomba que tenía guardada especialmente para ese momento.
—¿Es porque Malfoy te besó aquella noche?
El aludido soltó su tenedor sintiendo las fuerzas abandonarlo derepente.
—¿C-cómo sabes que él y yo...?
Harry sintió la tierra abrirse bajo sus pies y su alma descender por esa abertura oscura y sin fondo.
—Ya córtala—Kerry pasó la comida—Los vi esa noche.
El pelirrojo analizó la manera en que Harry se atragantaba con su pedazo de pollo y evitaba su mirada. Tenía que ser eso. ¿Por qué mas Potter actuaría como enajenado? Las fechas coincidían y no era estúpido.
De alguna forma entendía esa reacción: La mayoría de sus colegas habían estudiado en Hogwarts y compartido, sino el mismo curso, un grado más o menos que el Gryffindor. Motivo principal por el que las burlas sobre la caída del Slytherin se servían a la orden del día. La comidilla del raje durante los almuerzos era, ni más ni menos que el último sobreviviente de los Malfoy. Draco Malfoy.
¡Pero, qué falta de confianza! Eran colegas, nunca lo juzgaría. Porque lo estimaba y porque el si era gay. Gay de verdad, no en negación como cierta persona a su costado. Si, se había enterado de sus deslices con otros hombres por la boca del mismo Harry.
—Fue una discusión—Dijo Harry débilmente.
—¿Pasó algo más? —Que Merlín lo cuelgue de las bolas si salía con que fue solo un besito. Fácilmente se podría freír un huevo en la cara del gryffindor.
Harry limpió con una servilleta la traicionera gota de sudor que resbaló por su patilla. No era nada fácil tener esa conversación mientras intentaba almorzar.
—Pensé que te habías ido—Cambió de tema desesperado. Sobre su cadáver confesaría lo que había pasado después.
—Ya me iba, pero me encontré con Longbottom fuera. Debíamos coordinar una visita al herbolario que inauguró hace unos meses y de paso le pedí unas hojas de caléndula. Estas muy pálido Harry—Agregó. Solían tutearse fuera de labores.
—Estoy bien.
No estaba bien. La sangre le hervía y su cara podía fácilmente confundirse con un rocoto. Por Morgana, nadie debía saber nada. ¿Neville también lo había visto? ¿Quién más?
—Neville no te vio y no le diré a nadie si es lo que estás pensando.
—Lo agradecería bastante.
—¿Entonces?
Harry sorbió de su vaso intentando serenarse.
—Discutimos y...no salió bien.
—Por cómo te comió la boca, me pareció todo lo contrario—Kerry le dedicó una sonrisa conocedora—Has tenido muchas con McLaggen y nunca acabaron en intercambios de saliva. ¿Están saliendo o algo?
Unas risotadas interrumpieron la desafortunada charla. El moreno miró alrededor alarmado. Cormac y Collin estaban rojos de risa mientras cuchicheaban por lo bajo. Suspiró.
—No, y no es lo que parece. No nos llevamos bien.
—Entonces ahora si te gustan los hombres.
—No me gustan.
—Si querías seguir experimentando, podrías haberme dicho.
Harry suprimió un escalofrío bajo la apreciativa mirada del pelirrojo.
—Eres demasiado atractivo y no pudo contenerse. Él tampoco es feo y cediste. Lo entiendo.
—Gracias, pero no fue así. No nos relacionamos y no me gusta Malfoy.
Sintió alivio de poder decirlo en voz alta. Últimamente había tenido que repetírselo muchas veces; sobre todo por las noches. Cuando despertaba en medio de sueños donde Malfoy lo asaltaba en la cama, en la cocina, en una pared mugrienta y más lugares indiscretos, para besuquearlo e intoxicarlo con su perfume mientras le comía la boca...
No, por ahí no.
—Alguien heterosexual no se hubiera dejado. Ni borracho.
—Sé que no vas a creerlo. Pero te aseguro que no hay nada entre él y yo. Si me gustara alguien, sería cualquiera menos Malfoy.
—¿Seguro? Esta que se cae de bueno.
Harry miró estupefacto la sonrisita del otro. El brillo en los orbes castaños de Kerry indicaba que estaba bromeando. Sonrió relajándose un poco.
Justamente eso le agradaba de su colega. Era excelente para aligerar el ambiente. Discreto en todo, hasta para ligar. Respetuoso y profesional cuando se requería. A veces le hacía recordar a Ron con sus arranques pesimistas y recelosos que lo sacaban de quicio, pero por lo general la pasaba bien con él.
¿Kerry asediando a Malfoy? Ni de coña funcionaria. Porque al rubio le gustaba los morenos, recordó repentinamente.
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—¡Esto deben saberlo todos! —Les llegó una voz.
Voltearon hacia la esquina donde Cormac McLaggen se sentaba en medio de su grupito.
—Adivinen quiénes están de parejita—Cormac sonrió malicioso
—¿Quién? —interrumpió Kerry
—Malfoy y Zabini—respondió Ryan con la boca llena—¿Se acuerdan de él? Pensé que era heterosexual.
— Que novedad—Kerry blanqueó los ojos.
—Hace unas noches los vimos en El Siniestro, estaban muy cariñosos.
Harry masticó lentamente alejando todo pensamiento de la conversación a unas cuantas sillas de distancia. No quería enterarse de chismes y mucho menos sobre quien se cogía el apretado trasero de Malfoy. No quería saberlo.
—Métanse en sus asuntos, pandilla de vagos.
Theodore Nott acababa de llegar y sostenía su bandeja detrás de ellos. Iba elegante como siempre y con expresión de aburrido. Siempre tenía esa cara.
—Tú lo conoces—Collin entornó los ojos—A Blaise Zabini.
—No se enteran de nada—Nott negó con la cabeza y buscó a la adoración de sus ojos por todo el recinto. Neville Longbottom le hizo un gesto desde el otro extremo de la estancia. Lo saludó con la mano.
—¿Y tú sí?
—Espérame sentado a que te cuente.
Nott barrió con la mirada a McLaggen y se enfocó en Potter que miraba su plato sin apetito. Blaise tenía razón, era divertido meterse con el Gryffindor. Además, la estaba pasando de maravilla con todo el asunto. Volteó para guiñar un ojo a Neville, quien se puso rojo en su sitio, y volvió a Potter.
Harry apartó su bandeja y se levantó, conectando con Nott unos segundos. Frunció el ceño ante la intensidad de esa mirada. El slytherin de pacotilla lo miraba raro: Como si supiera algo que el no. Y eso lo cogía de los huevos:
—Buen provecho—El parco slytherin volteó por fin y se alejó.
Harry se desabrochó la chaqueta algo sofocado y se encamino a la salida. Necesitaba aire fresco.
Iba a explotar de esa sensación tan rara que se había instalado en su pecho desde que el rubio y el habían follado. ¿Y si le pedía a Kerry que le eche un obliviate?
Por otro lado, Kerry dudo unos segundos antes de alcanzar a su compañero. No habían terminado esa conversación y estaba dispuesto a llegar el meollo del asunto.
Algo se cocía entre Potter y Malfoy. Algo que tenía al gryffindor irascible y con los crespos revueltos.
Malfoy.
No lo conocía a fondo, pero si había tenido insignificantes e irritantes interacciones con el slytherin durante algunas misiones. Antes de Potter, cuando había sido compañero de Collin.
Estas habían sucedido por mera casualidad y no habían sido agradables. El slytherin se había esmerado en picar a Collin con su agresivo sarcasmo (pasando totalmente de Kerry) sobre su antiguo flechazo por el héroe. Interrumpiendo adrede su misión y por poco provocando que aborten por completo.
No le agradaba ni lo odiaba. Solo era un inaguantable gilipolla.
Uno que se había lanzado sobre la boca de Potter, desesperado.
Alcanzó a su compañero quien ya estaba en el atrio y lo esperaba apoyado en su hombro.
—Nacerá una zanja entre tus cejas. ¿Estás bien?
—Perfecto.
—Siento lo de Malfoy y Blaise.
Mala elección de palabras. Se arrepintió en el instante que una venita se alzaba en la frente de Harry.
—Te dije que no tenemos nada. Además, ya lo sabía.
—Uh...Ya veo
—No imagines cosas donde no las hay—Gruño.
Bien. Lo dejaría estar, su compañero parecía a punto de explotar.
—¿Te parece si tomamos la tarde libre?
Harry suspiró repentinamente agotado.
—Me parece genial.
—Hace días quiero probar esa cerveza negra que venden cerca de tu casa.
—Vamos.
Kerry ni lento ni perezoso lo cogió del brazo y fueron engullidos por el jalón de la aparición.
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Aparecieron a las afueras de un bar. Se veía cálido y acogedor por dentro. Mesas distribuidas discretamente y olor a alcohol inundando el ambiente.
Harry aspiró y una poderosa sed lo poseyó de golpe. Se ubicaron al costado de la ventana y pidieron la orden al proactivo mozo que los guio desde que ingresaron. En lo que llegaba Kerry decidió atacar de nuevo:
—Harry ¿sabías que eres muy malo mintiendo?
—No. Es la primera vez que lo escucho—Harry trató de no ofenderse. El tono amable de Kerry estaba envuelto por un toquecito de pena.
—Bueno—Kerry se aclaró la garganta—Ahora que lo sabes, no tiene caso que sigas negando algo que tú y yo sabemos bien.
Lo miró fijo. Los orbes verdes brillaron con algo que había visto en muchos condenados durante los interrogatorios. Miedo.
—¿Sabemos? ¿S-sabemos qué?
—Follaste con Malfoy—Firme, tenía que ser firme.
El pelinegro tragó sin valor de responder, ni fuerzas para cortar la conexión con el otro. Su manzana de adán subió y bajo lentamente y el silenció se alargó innecesariamente algunos segundos.
—Vale, entonces follaron.
Harry apretó los puños bajo la mesa. Siempre hacia eso en situaciones de estrés o furia. Pero últimamente estaba haciendo eso demasiado seguido.
—Pero—continuo—No es la primera vez que lo haces con un hombre. ¿Cuál es el problema?
Soltó todo el aire a la par que el mozo depositaba las cervezas en la mesa.
—No hay un problema.
Kerry reprimió un suspiró hastiado. Ahí iba el gryffindor terco a encerrarse de nuevo.
—Si lo hay. ¿No te ves? Estas sintiéndote terrible y actuando peor.
Tenía la puta razón. Harry destensó la mandíbula y decidió darle gusto. ¿Qué era lo peor que podía pasar? Si lo pensaba bien, no se atrevería a tocar el tema con otra persona. Tal vez si le contaba lo ocurrido, podría entender lo que le estaba sucediendo. Y así eliminar ese nudo que apretaba su pecho todo el tiempo. Necesitaba deshacerse de eso urgentemente y sacar toda la mierda que llevaba dentro.
No podía ni quería mencionar nada a Ron y Hermione. Habían viajado hace unos días a Roma para aprovechar sus vacaciones y no creía que quisieran tener una conversación relacionada a Malfoy vía lechuza.
—Está bien. Tienes razón, hay un problema.
—¿Cuál es? ¿Te dio asco acostarte con un hombre?
—No—Negó vehemente
—¿No te gustó?
—No es eso—Soltó casi al acto.
—Entonces te gusto.
Asintió acariciando la botella helada. Se relajó un poco.
—Sí, pero el problema es que...quemegustomucho.
—¿Que?
—M-me gustó mucho.
La opresión de su pecho cedió un milímetro.
—¿El sexo solamente? o tal vez...
—No sé...—Harry se pasó la mano por la nuca estresado. Realmente no lo sabía—Es extraño. Me están pasando cosas extrañas últimamente.
—Soy todo oídos—Los ojos de Kerry brillaron con comprensión.
—B-bueno, he estado teniendo sueños con—Tomó aire—sueños con Malfoy. Además, no me gusta cómo me siento cuando está cerca.
El pelirrojo asintió lentamente sin dejar de mirarlo. El pelinegro taladraba la botella vehemente, como si las respuestas se escondieran ahí.
—Supongamos lo siguiente: Te gusta Malfoy.
Harry lo miró horrorizado.
—¿Porque debemos suponer eso? No me gusta
—Joder, relájate. Estamos poniendo un escenario al azar—Kerry llenó sus dos vasos—¡Salud!
El moreno se tragó el suyo de golpe y cerró los ojos, tembloroso.
—Entonces que—Dijo secamente.
—Entonces follaron y ahora te gusta. Y sumado al hecho que no lo has vuelto a ver desde esa vez...
—Lo he vuelto a ver—Soltó casi automáticamente
—Oh... ¿en serio? —Kerry reprimió una sonrisa cuando el ojiverde se mordió el labio perdido en sus recuerdos. Si no era sutil, el moreno huiría o se cerraría de golpe como solía hacer—¿Y cómo te sentiste?
—¿A qué te refieres? No sentí nada—Harry lo miró confuso mientras el otro llenaba los vasos de nuevo.
—Me refiero a lo que sentiste aquí—Presionó su dedo en el duro pecho frente a él.
—Nada.
—Ok, empecemos de nuevo. Imagina que entra por esa puerta ahora.
Harry perdió color y volteó hacia la mampara de vidrio.
—Calma. Supongamos que entra acompañado de Zabini—Kerry no perdió detalle del pelinegro apretando los labios.
—¿Y luego?
—¿Que estas sintiendo ahora?
—Nada
—¡Y una mierda! —Gritó chancando su mano en la mesa.
Harry lo miró indignado
—Te estoy respondiendo
—Puedes intentar mentirme, pero no puedes mentirte. La cara que pones cuando menciono a Zabini es todo un escenario.
—Yo no pongo ninguna cara
—Si la pones. Parece que quieres cruciar un trasero.
—No quiero cruciar a nadie.
—Bien, dejemos eso. Me has contado sobre las veces que te acostaste con otros hombres. ¿Por qué no quisiste contarme sobre tu aventura con Malfoy?
—Es complicado.
—No lo creo
—Lo es, en serio. No tienes idea del pasado que tenemos él y yo. Nos odiábamos.
—Él era de tu promoción ¿cierto?
—Si—Harry llenó otro vaso y lo vació de un trago—El siempre aparecía de la nada e iniciaba las peleas, discutíamos por todo. Molestaba a Hermione y a Ron y a-
—¿Cualquiera que se acerque a ti?
Harry lo miró inquisitivo.
—¿Cómo lo sabes?
—No lo sabía, lo intuí—El pelinegro lució perdido. Kerry suspiró—De hecho, ahora entiendo un poco por qué ocurrió lo que ocurrió esa noche entre ustedes dos.
Harry elevó las cejas escéptico.
—¿No es obvio? Merlín, dame paciencia—Kerry se relamió la boca—Tu debes gustarle.
—Creo que te pasaste con la cerveza—El pelinegro negó con la cabeza, frenético—Eso no tiene sentido. Dije que nos odiábamos.
—Yo no creo que él te haya odiado. Especialmente luego de ver la manera en que se aferró a ti. Parecía al borde del deseo por ti.
Harry sintió sus mejillas calentarse y se removió incomodo en su silla. No sabía que decir. Y la seriedad con la que Kerry lo miraba, lo ponía peor.
Desvió la mirada a su vaso mientras un torbellino de sensaciones arrasaba con sus tripas y sus nervios. Incredulidad, excitación, ansiedad...No tenía sentido.
No.
—Malfoy tiene pareja.
—¿Te lo dijo él?
—Por qué me lo diría. No es mi asunto.
—Estoy sintiendo algo de pena por él.
—¿Que?
—Sentir lo que siente por ti debe ser, como mínimo, devastador.
—Mierda, has malentendido todo. Crees que le gusto porque nos besamos y...b-bueno lo que paso después no determina nada.
—Tu no entiendes, le gustas desde mucho antes Harry. Es tan obvio que duele.
Harry boqueó repentinamente sin aire.
—Estas delirando ¿No escuchaste que sale con Blaise?
—No lo creo. Mclaggen habla mierda de él todo el tiempo y la mayoría de chismes son inventados. Creo que está obsesionado con él.
—A mí no me pareció mentira cuando los vi—Gruño
Kerry alzo las cejas.
—¿Los viste juntos? ¿Como?
Kerry había malentendido todo. Ahora que sepa todo, se daría cuenta de los disparates que estaba hilando en esa cabecita. Acto seguido, Harry le contó todo lo que ocurrió desde que follaron hasta el momento actual.
Ya habían pedido otra ronda y estaba oscureciendo.
Una vez empezado, Harry no podía parar. Kerry lo escuchaba y se sujetaba el mentón conectando ideas a la velocidad de la luz.
—Últimamente parece que no puedo mantenerme al margen. Aparece en cualquier lado.
Harry despeino su melena mareado. Era cierto, repentinamente cualquier cosa que tenga que ver con Malfoy afloraba en lugares inesperados, así como los sueños que tenía cada noche,
—Y Hoffman se parece tanto a ese idiota. Detesto cuando me mira.
—No lo puedo culpar, mírate. Eres ardiente y ni siquiera lo intentas.
Harry bizqueó nervioso.
—Tranquilo, no voy a intentarlo contigo. Respeto nuestra amistad. Aunque si algún día necesitas a alguien...
—Joder Kerry. Ahora si estas mareado.
—Lo estoy, pero consciente de todo lo que sale de mi boca.
—Vale...
—¿Ya acabaste?
—Aún faltan algunas botellas.
—No idiota, con todo el tema de Malfoy.
—Ah, sí.
—Entonces, es mi turno de decirte algunas verdades. Pero no sé si estás listo para oírlas.
—No me subestimes—Hipó ebrio.
—Empezaré con Malfoy entonces. Aunque ya lo sabes: No te supera desde el colegio y le gustas mucho. Entiende la magnitud de lo que "mucho" significa en este contexto.
Harry blanqueó los ojos mientras sus tripas daban volantines en su interior. La idea de que eso fuera cierto, lo hacía sentir expectante y ansioso. No quería ceder ante eso.
—No lo creo, pero si tan convencido estas, no refutare más. Pareces muy convencido.
—Apostaría cualquier cosa a que tengo razón.
—Bien—No le creía.
—Luego tenemos a los sueños con Malfoy que te atormentan desde esa noche. Seré directo: Te gustó y quieres repetirlo. Aunque intentas no pensar en eso, tu inconsciente te lo recuerda de la mejor manera en que puede hacerlo.
Harry sintió su presión descender de golpe. Eso sí era muy cierto y ya no intentaría negárselo. Le había gustado mucho, demasiado, la experiencia y no paraba de recordar al rubio sobre él. Tomándolo.
Tragó sintiendo sus pantalones apretar ahí abajo.
—Lo sé—Dijo audible—Me gustó mucho.
Lo había dicho correctamente, al fin.
Kerry asintió dócil y complacido.
—Luego está la parte que no te va a gustar: Zabini.
Harry frunció el ceño y apretó su vaso repentinamente acalorado. Mierda.
—Ajá—Kerry lo miró fijo—Eso que estas sintiendo ahora y no quieres aceptar. Ese es el otro detalle que no te va a gustar.
—N-no es cierto—Balbuceó—No siento nada.
—Si lo sientes, no te agrada Blaise Zabini por que está saliendo con Malfoy.
—No me importa lo que ellos hagan—Harry intentó servir otro vaso, pero chorreó en la mesa. Le temblaba la mano
—Déjame a mí—Kerry le quito la jarra con esfuerzo. Los dedos del moreno estaban incrustados—Relájate.
—Joder—Harry resoplo mientras una mano invisible presionaba sus órganos internos.
—¡Salud! —Kerry le paso el vaso a un ceñudo Harry—Y como decía, no te agrada Blaise porque te gusta Malfoy.
Harry estaba vaciando su vaso en su garganta, por lo que acabo escupiendo un poco de cerveza en medio de su ataque de toz. Su corazón daba volantines mientras se repetía en bucle la frase de Kerry.
Una amable mano le palmeo el hombro mientras intentaba recuperar el aire.
—Aquí.
Recibió una servilleta y se limpió la boca y una lagrimilla.
—Ni de coña—Aspiró con fuerza.
—Ya suponía que dirías eso.
—Lo digo en serio Kerry. Ni hablar.
—¿Por qué te rehúsas tanto?
—No me rehuso
—Claro que sí, no te das cuenta del escándalo que armas con solo escuchar que te gusta Malfoy.
—No me gusta—Harry se balanceó peligrosamente en su silla—No podría gustarme. No nos hemos visto hace años y estoy seguro que sigue siendo el mismo imbécil de siempre.
Recordó al rubio alzando su nariz y diciendo que solo había sido "un jodido polvo"
—Mmm...Que sea imbécil no quita que te gusta físicamente al menos.
—Ni físicamente ni nada.
—Entonces regresamos al inicio. Supongamos que te gusta—Harry abrió la boca, furioso—Solo supongamos ¿¡Ok!?
—Bien—Apretó los dientes.
—¿Saldrías con él?
—No me gusta, pero si me gustara. Cosa que no sucede—Aclaró—Tal vez—Harry miro su vaso perdido—Tal vez...
—Bueno. Eso resolvería tu situación bastante rápido. No la tendrías tan difícil con él.
—Ya déjalo estar.
—Ok! Ok!.
Harry vacio su vaso con centésima vez sintiéndose repentinamente más aliviado. Hace muchos días que no se sentía así. Ligero y libre de esa opresión interna. Miró a Kerry sorber su cerveza, aparentemente cuerdo, pero el brillo de sus orbes castañas delataba lo mareado que también estaba.
—Sabes, yo...gracias.
—De nada—Kerry sonrió amable.
Potter era atractivo, soltero y follable por todos los lados: el sueño prohibido de todo gay; pero muy "negado" a la aceptación de su homosexualidad.
Caray, hasta él también lo había deseado. De borracho había sentido ganas de besarlo en más de una ocasión, pero se había contenido por respeto, y porque de verdad lo estimaba. Sabía que solo era la calentura del momento tomando control de su polla y sus nervios. Ya sobrio se había reído de sí mismo. Era inevitable que pasara compartiendo su día a día con un espécimen así.
Suspiró. Viendo cómo iban las cosas, Malfoy la iba a tener bien verde con un inalcanzable Potter en negación.
De verdad sentía compasión por el pobre Malfoy.
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