"Sin esperanza"
CAPITULO XVII:
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Al parecer ya no intentaría huir, se había quedado muy quieto en su rincón, no visible bajo esa gran envoltura de franela que era su frazada King sise.
Harry se relajó ante la sumisión y se internó en el baño, no sin antes sellar la puerta por si el rubio pretendía escapar.
Se quitó la sudorosa ropa, pensativo.
Le había propuesto "salir" porque "le gustaban los morenos", y luego pedido que "lo olvide".
¿Se había referido a "salir" propiamente dicho, o a algo parecido? ¿Tal vez ese tipo de relación donde ambas partes compartían sexo, fenomenal y grandioso sexo, sin ningún tipo de obligación?
Él había tenido un par así en el pasado, y había sido el primero en dar el paso al costado, porque se habían puesto muy intensas y exigentes, y en ese tiempo había estado tan ocupado que no había podido corresponder como era debido. Sumando el hecho que no era de andar pendiente a su aparatito para responder cursilerías a cualquier hora del día, al final había decidido inclinarse por encuentros casuales que aseguraban cero berrinches dramáticos.
Aún le costaba sacar algo de tiempo libre, por lo que tenía la cabeza puesta en cualquier cosa, antes que en una "relación".
¿Cómo se las arreglaban Nev y el estirado de Nott?
Por otro lado...lo de gustar, había sido un despreocupado "me gustan los tipos así y asa" o un "me gustas tú" .
De seguro lo primero.
Y vaya que la pregunta y todo su complejo sentido había sido en serio, porque se había indignado notoriamente ante su falta de respuesta.
Si era sincero, no había entendido nada con tan poco relleno de su parte.
Lo había tomado totalmente por sorpresa, y tenía sus motivos para estarlo. Los principales serían que, se traían un complicado historial y que el rubio se cargaba un humor espinoso e impredecible. Si no hubiera sido testigo de su lado más humano al contemplar el rostro de Narcisa, tal vez habría sospechado que había querido tomarle el pelo con esa pregunta.
Y luego estaba esa idea que el rubio era un tipo fugaz y desapegado. La volátil manera de ligar de la que había sido testigo y la frialdad con que parecía terminar sus relaciones así lo sugería. No lo imaginaba esperando por un ramo de rosas a su salida o disfrutando románticos paseos en yate, incluso agarraditas de mano...
Torció la boca, él si era de las agarraditas de mano y a las mujeres les encantaba.
¿Entre hombres también funcionada eso?
A Malfoy no podría interesarle ese tipo de cosas ¿O sí?
Nunca había tenido una relación con otro hombre y no tenía idea de cómo debería tratar a la otra parte si así lo decidiera.
¿Debería ser dulce? ¿Detallista? ¿Mimoso? ¿Debería...?
No tenía puta idea.
Se lo tendría que preguntar a Kerry, sutilmente, por supuesto.
Aunque tratándose de Malfoy y toda su personalidad…
Su piel hormigueó de solo recordar la intensidad de su mirada.
Cerró el grifo y sacudió la cabeza, repentinamente nervioso.
Ni siquiera sabía por qué estaba reevaluando la pregunta en ese instante, se supone que lo hablarían en unas horas.
Pasó la toalla por su cintura y salió.
Todo estaba oscuro y estático, procedió a ponerse el interior bajo un short de tela suelta y se sentó al borde de la cama.
Escudriño el bulto gigante que se había llevado toda la frazada, jaloneó la tela un poco, pero no cedió.
—¿Malfoy...?
Se encogió de hombros, tocaría dormir al aire esa noche.
Y ni que tuviera frío, ladeó el rostro y se quedó mirando el ovillo.
Su pecho se calentó agradablemente.
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Había pasado aproximadamente una hora y al parecer, su pecho sería lo único capaz de calentarse, porque tenía las bolas y las patas congeladas mientras giraba y rodaba sobre el diminuto espacio que le restaba.
El frío no lo dejaría dormir adecuadamente.
Se sentó y comenzó a desenvolver el bulto, dando primero con la cabeza inconsciente de Malfoy. Su estómago se portó raro mientras se fijaba en las rojitas bolsas bajo los pálidos parpados, su nariz estaba algo rosada también.
Ni siquiera trasnochado y despeinado dejaba de verse bien.
Deshizo el agarre suavemente y estiró la caliente tela de manera que ambos puedan cubrirse.
Suspiró satisfecho y cayó inconsciente a los minutos.
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Draco despertó agitado, luego de soñar algo probablemente caliente, y parpadeó aletargado.
Su cuerpo estaba hirviendo y sudaba copiosamente mientras era envuelto a la altura de su cintura por dos firmes extremidades.
Aún somnoliento y con los cabellos pegados en su frente, giró el rostro.
Sus mejillas se colorearon ante un Potter sin lentes, con el torso desnudo y los cabellos desastrosos que lo abrazaba en cucharita.
Su erección matutina hizo acto de presencia y sus latidos redoblaron.
Qué...expresión de serenidad.
Su ingobernable mano toco las cejas oscuras y trazó un camino invisible antes de finalmente posarse en los distendidos labios del moreno.
Respingó cuando la respiración dio en la punta de sus dedos y su mente trajo a colación la sensación de anoche, cuando los mordió y...
Tenía que salir de ahí.
La noche anterior se había humillado a sí mismo y había sido rechazado y había tenido un orgasmo intenso, no en ese orden. Ahora tenía que trabajar.
Saltó de la cama y agitó la varita de Blaise.
Las cinco y treinta, suspiro, aún tenía tiempo de sobra. Caminó hacia la puerta y movió la manija, pero esta no cedió.
Genial, aun no podría huir.
—¿No es algo temprano para desayunar?
Giró brusco, con la respiración agitada.
Potter estaba sentado en su sitio y lo miraba atentamente.
Le dio un déjà vu.
—Si no abres ahora—gruño con el corazón en un puño—juro que la tiraré.
—Vale—Harry se estiró sobre la cama con los brazos levantados—también me está dando algo de hambre.
—No te pregunté y me tengo que ir.
—¿El gimnasio no abre a las ocho y media?
—Mi hora de entrada no es de tu incumbencia.
—¿Te gusta el café pasado?
—No, y abre la jodida puerta.
—Pensé que si ¿Seguro? Tengo bastante.
Malfoy se mordió la lengua mientras el auror lo ignoraba y se colocaba sus lentes y una sudadera negra.
Se acercó descalzo y se apoyó en la puerta, mirándolo seriamente.
—Desayunaremos.
—Puede que a Killi le guste ser secuestrado, pero a mí me la suda ¿Lo captas?
Harry se contuvo de sonreír, a juzgar por la envenenada mirada que le dedicaba, estaba seguro que el rubio lo estaba asesinando lentamente dentro de su cabeza. Ese brillo asesino le estaba trayendo nostálgicos recuerdos de sus tiempos de adolescente desquiciado. Recordaba haber deseado partirle la cara con tanto ardor, que la sangre se había sentido como fuego en sus venas.
La leve diferencia era que ahora, de lo único que tenía ganas, era de provocarlo más y más, y descubrir cuán rojo podía ponerse en ese estado. La aparente furia le causaba agradables hormigueos en la boca del estómago y ganas de reír bobamente.
¿Y quién mierdas era Killi?
—Eh... ¿Te refieres a Kerry?
—Como sea que se llame.
—Él se queda porque quiere, y por cierto, eres la primera persona que duerme en mi habitación.
Draco tragó, repentinamente apocado con esa información. Era el único que había dormido en su cama, aparentemente; entonces al otro perdedor se lo revolcaba en el otro colchón y ¿lo dejaba ahí? ¿a su suerte?...
Debería importarle una mierda.
Leves aleteos cosquillearon en su interior mientras era observado atentamente.
—Te demandaré por esto—Terqueó.
Esta vez el moreno se rio con ganas.
—Por obligarte a descansar y tomar un poco de café.
—No quiero esa mierda, sigo una dieta por si no sabías y ¡Estas restringiendo mis derechos civiles, idiota!
Harry se encogió de hombros y movió la manija, el rubio salió disparado.
Bajó las escaleras tras él con toda la paciencia del mundo, consciente que, probablemente, nadie en Gran Bretaña (o tal vez el mundo entero) aparte de él sería capaz de derribar sus protecciones y mucho menos asomar un dedo afuera si así lo quería.
Ingresó al comedor y sacó un empaque de avena casi nuevo.
Frunció el ceño.
¿Qué clase de dieta? ¿Debería comprar algo?
El rubio rompió su línea entrando como vendaval y empujándolo contra la encimera de la cocina.
Muy rojo y furioso.
—A-b-r-e—Sus dientes estaban fuertemente apretados.
Joder, era tan divertido. Hace tiempo no se sentía así, con unas ganas locas de sacar de quicio a alguien.
—¿Que dieta llevas? Puedo conseguirte algo.
En respuesta el rubio retiro una mano y lanzó su puño con dirección a su cara.
No llegó a tocarlo, lo sujetó de la muñeca a tiempo y lo giró de golpe, intercambiando lugares y presionándolo donde antes él había estado apoyado.
El rubio chilló indignado y la sangre del auror redobló el bombeo al escuchar ese, nada elegante, sonidito mientras presionaba su retaguardia con su firme cadera.
—¿Y si nos calmamos?
—¡TE VOY A MATAR!
—Un poco huevo revuelto—Miró el techo intentando ignorar la tirantez en sus calzoncillos— no te pondrá gordo ¿No?
El rubio ladeo el rostro para mirarlo con mucho odio.
—¡Le diré a Blaise que-
—Te quedarás a desayunar
Harry apretó los labios. Recreaba al italiano como un enorme y celoso pastor alemán cerniéndose alrededor del rubio.
Uno acaparador y molesto.
—Será peor si te resistes.
El cuerpo dejó de forcejear.
—Bien—Lo miró furibundo—Pollo deshilachado, tostada integral, y cuatro huevos sancochados.
Harry lo soltó.
—¿De tomar?
El rubio giró hacia él, mirándolo estreñido. El moreno se veía radiante, botaba chispitas por los ojos y los extremos de su generosa boca se curvaban levemente hacia arriba.
El cabroncete solo quería llenarle las bolas, y lo estaba pasando en grande.
—Té.
Una cegadora sonrisa lo hizo desviar la mirada y avanzar hacia una silla libre. Agitó la varita y encogió el retrato de su madre antes de introducirlo en su propio bolsillo.
Apoyó los codos en la madera sin dejar de lamer con sus ojos la espalda del gryffindor, quien ya estaba poniendo el agua y todo.
Una sinvergüenza parte de él no dejaba de sentirse feliz y especial por estar ahí sentado, a punto de compartir mesa con él, mientras que la otra, quería salir despedida. El relamazo de vergüenza había vuelto para atormentarlo y no veía momento de hundirse en su miseria.
Su celular vibró y su sangre se secó cuando leyó "Llamada entrante" de Claude. Colgó, no respondería con Potter ahí.
Volvió a sonar insistente y clavó los ojos en la lucecita, consternado.
—Puedes contestar—Disparó sus ojos hacia el moreno, que lo miraba cruzado de brazos y, aparentemente, resuelto. El entusiasmo de minutos atrás, ausente.
Alzó una ceja.
—No sabía que debía pedir permiso
El otro descruzó los brazos, tenso.
—Lo decía por si-
Vibró de nuevo.
—Si gustas me retiro un momento.
Lo apagó de una vez.
—¿Cuándo dejarás de meterte donde no te llaman?
—Solo estaba siendo amable.
—No note esa amabilidad cuando pedí que me dejaras salir.
—A veces no me da ganas.
—Imbécil.
El brillito juguetón volvió y Draco bajó la vista, no se pondría a salivar.
Nope.
Un cuenco con huevos cocidos fue colocado delante suyo.
Los miró perdido.
Sabía lo que se venía.
Preguntas, porque Potter era así, metiche a morir, y el no sabría como o donde poner los ojos para evitar exponer su alma. Por qué así se sentía cuando lo miraba, hasta de casualidad, la intensidad de sus ojos verdes lo desnudaba.
Ahh...ya tenía el estómago revuelto.
¿Sería capaz de comer sin vomitar todo?
Desvió la mirada hacia las tostadas que aparecieron junto al cuenco.
—Buen provecho, Malfoy…
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—Me siento taaaan solo sin él.
Kerry lo miró comprensivo, pero aún con ganas de botarlo. Era muy temprano y el auror hablaba mucho, lo cual le impedía concentrarse en su papeleo.
Collin, que había arrastrado una silla para acomodarse en su escritorio, miro de soslayo el escritorio vacío del moreno.
Claro, estaba ahí solo por si se cruzaba con Potter.
Hablando de él, Harry solía llegar incluso más temprano, y últimamente no le había visto un pelo.
—Él se lo busco—Suspiró—Y tú, ¿No tienes que entregar el reporte de ayer a Robards?
—Lo haré después—Collin se recostó en su respaldo, ocioso—Y tienes razón, no fue la manera. ¡Hay que saber perder! Nott ya le había ganado por puesta de mano, no tuvo sentido hacer lo que hizo... Aun así ¡Es muy joven para ir a la cárcel!
El pelirrojo caviló decirle que se largue de una vez, pero sería un poquito rudo de su parte y a él no le gustaba ser rudo con nadie
Desde el día anterior no había podido librarse de él. Lo había abordado a la hora de comer para lloriquear lo muy solo que estaba, y que continuaría estando, sin Mclaggen, que ¿Dónde está Harry?, que "te ayudo a acomodar los archivos", que "esto" y lo "otro". Y toda la tarde había estado sobre él, holgazaneando de sus propios deberes.
¿Cómo lo había podido soportar antes? Tal vez ya se había acostumbrado al moreno, siempre lo arrastraba a la acción o al papeleo y ahora le era muy fácil dejarse llevar. Hasta lo estaba extrañando en ese instante.
—Escucha, todo seguirá su curso—Jaló un documento—No tiene caso imaginar lo que podría pasar.
—No entiendes mis sentimientos—Se tocó el pecho y cerró los ojos. "Puto dramático" pensó Kerry antes de blanquear los ojos. Todos sabían que lo único que había compartido con Cormac habían sido chismes, chismes y más chismes, a todas horas del día—Si le pasara a Harry, estarías como yo. Lo sé.
—Harry no haría ese tipo de estupideces. Ha hecho un montón, pero no de ese tipo.
—Buen punto, por cierto ¿Sigue soltero?
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Harry depositó su propio café en la mesa y mordisqueó su tostada sin dejar de avaluar al rubio.
Parecía algo...apurado. Se estaba metiendo mucha cantidad de comida a la boca.
Carraspeó.
El rubio sorbió de su taza con aparente sed.
—Sobre lo de ayer...—Bajo la vista y dudó: En su cabeza, le había parecido más fácil abordar el tema. Era una putada dar con que no, no lo estaba siendo en ese momento, para nada.
Tomó aire y lo miró, le debía algo más conciso y no se echaría para atrás.
—Cuando preguntaste sobre "salir"...
Draco depositó su taza con fuerza y la mesa tembló.
No debió dejarse llevar por la emoción del momento, había cometido un garrafal error al exponerse de esa forma. Ahora estaba pagando las consecuencias.
—¿En serio, Potter? —Se encogió de hombros sin mirarlo mientras descascaraba su ultimo huevo sancochado—Solo estaba caliente, no fue nada. Nada en lo que profundizar.
Harry entrecerró los ojos, le sonaba a tapadera.
Decidió completar la idea.
—...no respondí apropiadamente porque, b-bueno, nunca he "salido" con otro hombre.
Draco soltó una risa socarrona que hizo al auror alzar las cejas, ofendido.
—Claro.
"No estoy listo para algo serio" "las relaciones son algo nuevo para mí" "mereces a alguien que este a tu altura" "soy yo, no tu" "no te veo de esa forma" "Se murió mi canario", seguía, seguía y seguía la lista de trilladas excusas con que podía declinarlo adecuadamente, que hasta daba gracia.
Ya lo había entendido, no era necesario pasar por la tortura dos veces.
Podía vivir con eso: Estaba más que acostumbrado.
—Hablo en serio.
Desterrado y todo, tenía un límite para los desplantes...o eso creía creer, con Potter nunca podía estar seguro.
Cruzó las manos sobre la mesa y asintió.
—Bien.
—¿Bien qué?
—¿Qué de qué?
Harry torció el cuello, un poquito irritado.
—¡No sé! Tal vez, una aclaración sobre el tipo de relación que-
—No tengo tiempo para esto—Draco vació su taza de golpe y se levantó, nunca había comido tan rápido en su vida—Tengo que salir, Potter.
—Ayer malinterpretaste todo lo que salió de mi boca ¿No crees que deberíamos- ¡Hey! —El moreno lo miró caminar hacia la salida, estupefacto—¡Dije lo hablaríamos!
—Y no recuerdo haberte secundado.
Ya había hecho algo parecido, antes, delante de Zabini. Y lo había dejado lleno de intriga y muy furioso.
Ahora planeaba repetirlo, pero no lo iba a dejar esta vez.
Acababa de entenderlo: Que en realidad el rubio solo se estaba escabullendo para evitar dar respuestas.
—¿No dirás nada?
Draco se acarició el mentón bajo el marco y se encogió de hombros.
—No
El auror se levantó de golpe.
—Deja de huir.
—¡Como si pudiera con la tonelada de hechizos que aplicaste en este lugar! —Draco avanzó con el otro pisándole los talones—Me largo.
Casi volteó los ojos de irritación cuando la firme mano lo detuvo del brazo, el moreno le bloqueó el paso con su consistente figura.
—Será mejor que olvides esa puta manía de jalonearme o te voy a partir la cara—Siseó entre dientes.
—Vas a contestar apropiadamente.
—¿Ahora tengo que hacer cada chulada que te salga del culo?
—Malfoy—Harry respingó, intentado medir su ánimo—Solo responde.
No lo dejaría ir hasta conseguir lo que quería, no tenía dudas. Había sido escrito en los cielos que Potter se saldría con la suya en esta vida y todas sus reencarnaciones futuras.
Draco lo odió en ese instante con todas sus fuerzas.
—Mierda—Se zafó de un tirón—Bien—Miró entre sus ojos—Me refería a algo sin compromisos. ¿Contento?
—No del todo—Harry se tomó dos segundos, intentando ordenar sus ideas—Y cuando dijiste que "te gustan los morenos" …
Draco palideció, horrorizado por tener que ahondar sobre eso.
¿Le estaba tomando el pelo?
No, la incertidumbre en su expresión lo contradecía, y Potter era muy malo fingiendo.
Ahora estaba muy seguro, que el ojiverde había llegado al mundo con una neurona extra. O tal vez había otro motivo que pueda explicar su nula capacidad para captar simples frases cortas, subliminales o no.
Bueno, siempre podía tomar ventaja ello.
—Verás, significa que me gusta coger con tipos de cabello oscuro y—paseó la vista por su melena—¡qué va! el tuyo es negro.
—Entonces ¿me propusiste eso…porque mi cabello es negro?
—Lo captas muy rápido—Sonrió cínico.
El moreno frunció el ceño.
—No juegues conmigo, Malfoy.
—Te estoy respondiendo—Torció el gesto inocentemente y se apoyó en su cadera.
Harry lo miró estático, comenzando a odiar ese tonito pendejo.
Malfoy era jodidamente imposible, tan fácil de roer como intentar morder una piedra.
Bueno, entonces tocaría otro punto que estaba directamente relacionado con el tema, que había llegado a su mente en medio de la frialdad de la noche, y que, además, Kerry había sugerido tiempo atrás.
Era bastante absurdo, pero, ya que estaba, podía quitarse la espina de una vez por todas.
—Yo—Su estómago comenzó a dar culatazos en su interior—¿Te gusto?
Una risa cachacienta cortó el aire.
Miro en shock como Malfoy se ponía muy rojo y se secaba una falsa lagrimita antes de mirarlo como si le acabara de decir que podía sacar huevos por el trasero o una pendejada similar.
—¿Dije algo gracioso?
—Te pones tan intenso por una cogida—Harry sintió su cara arder, esa miradita lo estaba haciendo sentir como un completo imbécil—¿Le haces estas escenitas a todos lo que pasan por tus armas?
Bueno, al parecer Kerry había estado equivocado, ya lo había comprobado.
Pero a que costo…
—¡Por supuesto que no! Solo intento comprender a fondo-
—Exactamente ¿Qué cosa no entiendes?
Alzo sus finas y albinas cejas de forma cachacienta, y Harry se cortó.
No sabía que color tenía su cara, pero de seguro uno vistoso, porque hasta la frente le comenzó a arder.
No recordaba que alguien lo haya hecho sentir así de avergonzado en mucho, mucho tiempo. Solo había querido llegar a fondo ¿Había exagerado con el tema?
El auror negó y se despeinó los cabellos antes de moverse.
Lo mejor sería dejarlo.
—Olvídalo. Vamos, por aquí.
Draco soltó un bufido y lo siguió con la comida trepando ya por su tráquea, amenazando con ensuciar y aromatizar la limpia salita del auror.
Cuando llegaron cerca a la puerta, el moreno se balanceó sobre su sitio, al parecer indeciso sobre algo.
Draco rogo por dentro que no sean más preguntas de mierda. Había sido muy tortuoso…
—Voy a estar cerca de la mansión, por un eh...tema que debo resolver y.…—Harry casi se atora con su propia lengua ante la intensa mirada del rubio. El rictus burlón había desaparecido y le estaba dando toda su atención—¿Hay algo que quieras conseguir de ahí?
¿Que si quería algo de su enorme, lujoso y antiguo hogar?
Los aleteos furiosos volvieron de la nada, anclándolo en su sitio y adormeciendo su cuerpo.
Ese maldito gryffindor lo llevaba y traía del mismo infierno con unas cuantas palabras.
—No tengo algo en mente—Era cierto, no había esperado recibir una propuesta así en ese momento.
—Puedes pensarlo y comentarme luego—Harry sonrió, esperando enterrar la tensión del momento anterior.
—Vale—Draco se colocó ante la puerta y el otro cuerpo se apegó tras él.
—Y...
—Solo escúpelo—Lo instó, mosqueado
Una corriente de aire caliente acaricio su oreja y Draco cerró los ojos sin poder respirar de repente.
—A mi si me gusto lo de anoche—La voz grave mando descargas de energía por todo su cuerpo—mucho...
Enmudecido, levanto una mano temblorosa y tiró de la puerta.
El esplendor de la mañana lo cegó.
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—Quisiera que me asignen a ustedes dos, seriamos un genial equipo de tres.
Sonó la manija siendo manipulada y la puerta se abrió.
—¡Harry! ¡Que maravil- ¿Q-que te paso?
Collin ya había estado a punto de abrazarlo, pero se contuvo para mirarlo con asombro.
—¿Collin?
Harry parpadeó perdido y con la mandíbula aún verde e hinchada.
Kerry alzó las cejas imposiblemente divertido.
Vaya vaya...
—Hasta que decidiste aparecer...—Kerry cabeceó hacia el con su típica mirada "Vas a expulsar todo, hasta lo último".
¿Quién habría sido tan estúpido o valiente de darle un derechazo al auror mas impulsivo del cuartel?
Y más importante aún ¿Por qué se había dejado?
Tenía que saberlo.
—Tengo una poción que hace maravillas, déjame traerla—Collin salió disparado.
Harry suspiró cuando el hombre lo dejo libre y se dirigió a su sitio en medio de un sepulcral silencio. Ya conocía al pelirrojo, y en esos momentos no tenía ganas de soltarlo todo.
—¿Alguna novedad?
—Esa es mi línea.
—Luego, Kerry.
—No te vas a escapar de mí, por si lo estas maquinando.
—Lo sé—Harry se sentó y presiono su cara con las manos—pero luego, por favor...
Malfoy se había ensañado. Y él había sido tan idiota de bajar la guardia.
Ya sin ninguna excusa para retenerlo por más tiempo, lo había "despedido" en la oreja, luego Malfoy había abierto la puerta y dado un paso hacia la berma, confiado, pero no pudo salir.
Fue inmediatamente despedido hacia atrás, chocando con fuerza sobre él, que lo sostuvo de caer sonriendo idiotamente antes de mover la muñeca para, ahora sí, desactivar los seguros.
Entonces el rubio había volteado hacia él, con la cara muy roja y los ojos centelleando de rabia, y le había metido el derechazo más doloroso que había recibido en todos sus años de auror.
Había gruñido y sujetado su rostro, medio cegado por el dolor, mientras el rubio escupía "Esto es por secuestrarme, pedazo de mierda" antes de desaparecer.
Cuando se enderezó, ya no había nadie.
Y tenía polla muy dura.
Tal vez se lo merecería, por pendejo y provocador, pero no había podido evitar molestarlo un poco. Terquearlo era algo que le divertía demasiado, y la culpa era de Malfoy por hacerse el idiota y actuar como un orgulloso e intratable pavo que no dudaba en expandir su cola y hacer gresca por cualquier cosita.
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Aunque trató, no había podido ver a Nott desde esa brutal follada en el Departamento de Misterios.
Neville ingresó al comedor escaneando a los presentes. Acababa de salir de las oficinas del Wizengamot, hambriento, cansado y ansioso por finalmente reunirse con él.
El papeleo había sido engorroso, pero había cumplido con el plazo. Lo logró por poco, le había tomado tiempo presentar los informes que pedía el departamento legal, incluyendo un recuerdo de lo acontecido con Cormac.
Se detuvo cuando distinguió la figura en la esquina de siempre, el castaño tenía los ojos cerrados y las manos tras la cabeza.
Suspiró embobado cuando sus marrones mechones se mecieron suavemente con el viento que entraba por una ventana trasera. Su plato estaba vacío y reposaba muy quieto sobre su silla.
Esperando.
En otra mesa, Kerry, Harry y Collin almorzaban juntos, el tercero encorvado casi totalmente sobre el pelinegro. El ojiverde levanto la vista hacia él y le sonrió.
Le devolvió el gesto antes de dirigirse a su destino.
Deslizó la silla libre y se sentó, luego tomó las manos del castaño, suavemente.
Theo abrió sus ojos de inmediato y se enderezó en su silla.
—Amor...
—Siento lo que le hice a tu compañero—Sonrió tímidamente—Pero ya no aguantaba las ganas de verte.
El inefable lo miró intensamente.
—Ni lo digas, estuviste genial—Theo se humedeció la boca, arrancándole un respingo.
—Entonces ¿Cuándo puedo mover mis cosas?
El inefable elevó las cejas.
—H-hay algo que encontré el otro día…—Sacó el sobre que llevaba con él a todos lados—se te cayo esto...
Theo perdió color por un segundo y luego enrojeció violentamente.
—Pensé que lo había perdido— Tragó. Pensó que había terminado despedido por cualquier lado cuando salió de la chimenea, ni siquiera recordaba en que momento lo soltó—¿Dónde lo encontraste?
Neville se mordió la boca reprimiendo una sonrisa, amaba cuando ese rostro transmita emociones tan francas delante de él.
—Fuera de mi despacho—Su mirada se tornó cálida—No importa que no lo hayas dicho mirándome a los ojos...
—Sobre eso, después de lo que dije...—Theo fijo la vista en la mesa, arrepentido y cohibido. Su voz tembló levemente cuando finalizo la frase—No tienes que aceptarlo-
—¡Pero yo quiero! —Casi gritó el de mejillas suaves echando chispas, al segundo siguiente bajo la vista a su propio regazo, donde seguía acunando las manos del más alto. Terminó en un tímido susurro—Definitivamente quiero esto contigo...y-yo también quiero despertar todos los días a tu lado.
—¿Estás seguro...? —Preguntó con tono bajo y tembloroso, sin atreverse a mirarlo.
—Eres todo lo que siempre he querido—La mirada azul centelleó vidriosamente, pero se mantuvo firme, cargada de determinación—No podrías perderme.
Theo ensanchó los ojos sorprendido, comprendiendo la implicancia en esa primera frase.
—Yo...—Meditó unos segundos—Si tu aceptas—Endureció el agarre hasta que sus dedos se pusieron blancos. Merlín, había tenido tanto miedo de perderle—Te advierto que no te dejaré ir, jamás.
—Esperaba que lo dijeras desde que empezamos a vernos—Neville sonrió con el estómago revuelto.
Theo tampoco contuvo la gran sonrisa que surco su rostro. Conectó con las lagunas azules mientras agradables corrientes de energía estremecían su piel. Ahh, Blaise y sus malos augurios, tenía el cerebro tronado.
—Te amo como un loco—Soltó muy bajo y ronco.
Fue el turno de Neville de ponerse carmesí.
—Y yo...—Se abalanzo sobre el para devorar su boca—Amor.
Sus respiraciones se entremezclaron y algunos silbidos no tardaron en atravesar el aire.
—¡Váyanse a un puto hotel!
—¿Comiendo delante de los necesitados?
—¿Y mi besito?
Se separaron de golpe y Neville estallo en carcajadas.
Theo fulminó con la mirada a la sarta de aurores vagos que los miraban desde las mesas más cercanas con sonrisitas sabiondas. Si no estuviera el gryffindor junto a él, ya les habría picado el trasero con la punta de su varita.
—Hagámoslo hoy—Volteó hacia él, depredador—Ven conmigo a casa.
Se terminó de encender cuando las infantiles mejillas se sonrojaron de nuevo.
Neville era mucho para él, debía esforzarse el doble para compensarlo. Libero su mano del agarre y la paseo por los cabellos casi rubios de Neville de manera sutil, haciéndolo sonreír estremecido.
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Harry no pudo encontrar el momento adecuado para robarse a Kerry, ya sea por unos cinco minutos.
Bajo las escaleras de regreso a su despacho con él y Collin inmediatamente a su lado, quien estaba bastante entusiasmado con la idea de compartir tiempo con ambos, porque "Me siento tan solo en ese escritorio", eso habia dicho. Hasta le había robado un pedacito al suyo para poner sus propios documentos, que sellaba sin dar dos ojeadas.
—Ando sediento ¿vamos por unas heladas más tarde?
Collin giró el rostro hacia Harry, como si él fuera el alfa de esa manada de tres.
—Ehh...—Harry desvió la mirada, barajeando algunas excusas—Tengo una estricta rutina en el gimnasio, y hoy toca desde temprano.
—¿Al que iba Neville? —Sonrió entusiasmado—Nunca me he metido a uno de esos, podría probar.
—Ya no hay cupos—Kerry se apresuró, ya luego se las cobraría a Potter. El pelinegro era idiota con las indirectas, de seguro acabaría teniendo a Collin trepado veinticuatro/siete ante el menor descuido—Es con reserva, Neville me lo dijo.
—Ohh...lástima.
La puerta se abrió de golpe y Robards apareció.
—Potter Harry y Kenny Kerry—Los señalo con su gorda mano—Esta mañana llegaron dos Legeremantes para su caso, al parecer ha ocurrido una novedad, Kingsley los quiere en cinco minutos.
Asintieron en silencio.
—Creevey, arrastra tu trasero a tu propio escritorio.
Collin chasqueo la lengua, molesto, pero se levantó ahí mismo y paso por su lado al salir del recinto.
Kerry suspiró luego que la puerta fuera cerrada con fuerza.
—Sería mejor si te inventas una relación, puede que se rinda con eso.
—¿Collin? ¿Se rinda sobre qué? —Harry lo miró intrigado.
—Olvídalo—Se froto la nariz—¿Qué querrá? Tengo un mal presentimiento.
—Yo no quiero ni imaginar—Harry se rasco la nuca, inquieto.
—Vamos.
No tardaron en llegar y ser recibidos por un Kingsley mortalmente serio.
Muchas cosas pasaron por su cabeza antes que abra la boca, como que por fin habían descubierto que había follado con el reo, o que recibirían una sanción por sacarlo a escondidas de las instalaciones, pero no eso.
—Hoffman los ha destruido—Kingsley continuó luego de dos segundos—Fue fulminante, podría decirse, peor que el beso.
Su cuerpo se escarapelo a la par que Kerry boqueaba atónito.
—Los Inefables intervinieron, pero no fueron tan rápidos, el daño ya estaba hecho. Ahora están en San Mungo, notificaran en estos días si hay algo que se pueda hacer para remediar el daño.
Kerry se retorció las manos, nervioso.
Lo había tenido en su cabeza, había entrado en él y.…había sobrevivido.
De solo imaginar que pudo haberle pasado lo mismo...
—Señor—Harry se desabotono la túnica—Propongo presentar una solicitud al Wizengamot.
—¿Wizengamot? —Kerry lo miró perdido—¿Para qué?
—Puedo hacerlo, aunque no tengamos otra garantía que no sea tu palabra—Kingsley se sentó, pensativo—Sé lo que intentas hacer, funcionara si lo elaboramos bien. Conversaremos esto en otro momento, tengo una reunión en breve. Mientras tanto, agreguen las ultimas en el reporte y que nadie se acerque a Hoffman.
—Téngalo por seguro—Kerry tragó saliva.
Harry asintió con la adrenalina a tope y salió seguido de Kerry, aún nervioso.
Dado a que Malfoy no lo había dañado adrede, aunque hubiera podido de haber querido, Hoffman se había repuesto en un periodo de tiempo muy breve.
Tal como había sido advertido.
Cuando llegaron, selló el despacho y le hizo un gesto a su colega para que se acerque.
De seguro Kerry no estaba enterado de las condiciones sobre Malfoy para que pueda acercarse al Ministerio.
Ahora se lo diría.
El pelirrojo arrastró su silla frente a él y lo miró expectante.
—¿Agarrarse de manos también funciona entre hombres?
—…¿Qué?
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XD Uy,salio mucho texto! Gracias por comentar Taeko!
