CAPITULO XXI:
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Blaise estaba apoyado en un muro de la vacía habitación, esperando que los presurosos pasos lleguen hasta él.
—¡Draco! —Extendió los brazos cuando el rubio asomo por la puerta.
—Hola ¿Qué haces aquí? —Draco cerró tras él.
—Esperándote.
—¿Por...?
Draco entrecerró los ojos.
Blaise siempre lo esperaba abajo, nunca había invadido esa habitación con o sin su presencia, menos había osado esperarlo desde adentro.
—Verás, ayer desapareciste —se acercó a él sin dejar de pasear la vista alrededor—de la nada, y me pregunté qué podría haber pasado ¡Que desaparecieras así me tuvo tan preocupado!
—Y a mí me nacen cuernos por las noches y salgo a cazar.
—¿De veras? Nunca me lo habías contado, no importa, te acepto como eres.
Acto seguido y ya a medio palmo de él, tomo su mandíbula de imprevisto y estampó su boca.
—¡Nngh! —Draco sujeto los brazos que lo apresaban y lucho por romper el beso, cosa difícil, la lengua contraria estaba enrollando la suya diestramente.
Logró apartar al italiano en breve, quien lo miró a centímetros de su boca.
—¡¿Q-que carajos!?—Draco jadeó, sonrojado—¡Blaise!
—Apestas a sexo—se relamió sin dejar de perforarlo con los ojos.
—No te sorprendas—Draco viró los ojos y retrocedió—Sabes que suele pasar cuando salimos a esos lugares—señalo al otro—Pudiste preguntar, no era necesario hacer eso.
—Quería comprobarlo por mí mismo—Se encogió de hombros.
—Y un carajo.
Draco giró y se encamino a la ducha
—No planeaba dejarlos, lo siento por eso—Alcanzó la puerta—Es que ayer estaba...si eso pasó, folle con alguien, él y yo tuvimos-
—Un imprevisto ¿Cierto?
—Exactamente.
—Como a Potter ¿Cierto?
Lo vio congelarse de espaldas, la mano en el picaporte.
—Ya abúrrete de meterlo a cada oportunidad.
—Tienes razón, no tiene que ver contigo.
—Así es.
—Ni que se hayan desvanecido del mismo lugar, casi al mismo tiempo.
Draco volteo hacia el con el ceño fruncido.
El italiano alzo una ceja al no notar sorpresa o algo por el estilo.
—¿Mismo lugar? Ni siquiera sabía que Potter estuvo por ahí.
—Buen intento.
—Y tu córtala.
—Bien, ya que no sabes nada, te pongo al día—ladeó el rostro, sonriendo—De antemano, de nada, por informarte que ayer, antes de desaparecer sospechosamente como tú...comprenderás, el miope había estado tonteando con Creevey—el hombre pálido respingó de repente, su pecho subiendo y bajando rápidamente—¿Cómo dijo exactamente? ...oh si, habían estado teniendo una cita, justo donde nosotros...
Blaise elevo la comisura de su boca cuando la cara del otro se puso carmesí y apretó los puños, temblando sobre sus pies.
—...puedes relajarte: eso quedo en nada, ya que el miope se esfumó—Se encogió de hombros—te lo hubiera dicho ayer, si no hubieras estado ocupado follando con un tipo por ahí—Asintió lentamente cuando no obtuvo respuesta—Así que Potter no te lo dijo... ¡que conveniente!
Lo conocía bien, estaba muy furioso.
—Él y yo no-
—Draco, no olvides con quien estás hablando—Se acercó despacio—no puedes mentirme—Ya frente a él, acaricio su mejilla y susurró sobre su boca—Sabes que es así...
Draco tragó y agacho la cabeza con una maraña de emociones obstruyendo su tráquea, privando a sus pulmones de aire y...
No había sabido de eso, que Potter había estado con Creevey antes de encontrarlo en los baños y darse el lujo de raptarlo, como si él fuera plato de segunda mesa para conformarse si su plan inicial no daba la talla.
¿Creevey? ¿Era en serio? ¿Con ese perdedor, enano cara de infante?
En ese instante quiso tenerlo cerca de nuevo, pero para romperle la cara.
Sus gustos eran un puto asco
¿Y que habían estado haciendo antes de eso? ¿Se lo habría follado también antes de...?
Tragó con los dientes muy apretados mientras la acidez de los celos desintegraba las paredes de su estómago.
Aspiró lentamente, no lloraría, no.
—Hey...—la mano del italiano repto de su mejilla a su nuca y lo atrajo a su pecho—No llores por esto, no lo merece.
—N-no quiero llorar, idiota.
Draco cerró los ojos y se controló.
—Entonces, no te lo dijo...
—N-no hubo oportunidad de conversar mucho anoche.
—Supongo que… ¿Muy ocupado follándote como para dignarse?
El foco de la lámpara en sus cabezas explotó.
—Vale, lo dejo por ahora, no quiero que estalles este lugar.
—No va a estallar nada más.
Draco se separó y puso su fría mascara en su lugar.
Un poco difícil de tragar para el otro, dado que su rostro aún estaba muy rojo.
—Podías cogerte al otro perdedor, pero no.… ¿completo la frase?
—No, ya lo sé, no lo recalques.
Blaise suspiro y negó.
—Supongo que vienes comido en todos los sentidos, es decir, no vas a desayunar.
—¿No puedes preguntar cómo la gente normal?
—Así no es divertido.
Draco resopló y tiro de la puerta finalmente.
—Ya desayuné, pero bajare en breve, espérame abajo.
—Como lo ordene mi rubio favorito ¿Y tu trabajo?
—Aún tengo tiempo.
—Te espero, entonces.
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Harry abrió la puerta y se quedó parado en la entrada. Habida un mueble demás y estaba juntito al suyo.
—Harry, que tal—El pelirrojo cabeceó desde su sitio.
—Hola, Kerry y... ¿Collin?
—¡Harry! ¡Buenos días!
Su cuerpo fue estrechado por el más bajo que sonreía de oreja a oreja con los ojos...
—Igualmente...—Elevó las cejas—¿Estas bien?
—¡Por supuesto!
Asintió lentamente, y luego recordó que nunca se despidió de él antes de esfumarse.
Suspiró, aun apresado por el otro.
—Sabes err…siento lo ayer, tuve un imprevisto y tuve que-
Collin lo cortó con un bufido antes de levantar el rostro, sonriendo.
—¡No te preocupes por eso! Lo supuse—extendió su sonrisa—A cualquiera le puede pasar, entiendo perfectamente.
Kerry no perdió detalle de la interacción. ¿Por lo de ayer? ¿Habían salido o algo?
—¿De veras? Genial, entonces y uhm...—Miró el mueble intrigado.
—Es el mío ¿No es genial?
Collin libero al moreno y camino hasta su sitio.
—Claro, bienvenido al equipo.
Harry camino hasta su propio mueble y se sentó, levantó la vista y dio con Kerry, que lo miraba intensamente.
Entrecerró los ojos.
Ya no podría ventilar sus inquietudes a la ligera, tenían compañía. Y era una lástima porque tenía que preguntarle algo a gritos, sobre Malfoy claro está.
—Kerry me comento que están en un caso muy jugoso ahora mismo, uno de alta prioridad.
—Es cierto, estoy esperando una aprobación y si todo sale bien, lo cerramos esta semana.
—Entiendo, y ¿qué tipo de aprobación?
—Estaba por decírselo, pero ya que estas ¿Por qué no se lo comentas tú, Harry?
Harry frunció el ceño ante el tonito y la miradita. No le gusto, nada.
Regresó la vista por el rabillo y se ganó con Collin, mirándolo expectante.
Carraspeó.
—Sí, claro—giró hacia él—Traeré a Malfoy—Una exclamación ahogada se filtró entre los labios del otro a la par que abría los ojos, horrorizado. Trago saliva, era muy probable que muchos otros tengan esa misma reacción o peor. En fin, todos ahí eran muy chismosos y prejuiciosos, no se podría evitar. Continuó, resignado—ya que lo necesitamos, es el único que puede ayudarnos con todo esto.
—¡Pero él esta desterrado! ¡Y es un ex-mortífago! Fue sentenciado por lo que hizo en el tiempo de ya-sabes-quién, no debería-
—Se bien su condición, y por si no sabías, no mató a nadie durante la guerra—Harry apretó los puños, repentinamente molesto—Debería ser totalmente libre de venir hasta aquí o aparecerse donde le venga en gana, igual que nosotros—agregó bruscamente—Nunca mereció esa sentencia.
Collin se mordió la lengua, cohibido.
Harry nunca le había hablado así, severamente.
—¿Y porque él? —Moderó la voz, no queriendo crear anticuerpos con el ojiverde—¡Debe haber otra persona calificada!
—Si estoy haciendo todo esto, es porque "no hay" otra persona calificada—Harry torció el cuello, mosqueado por las objeciones. Se lo permitiría a Collin por ser su, ahora, colega de equipo. Pero no estaba seguro de tener cintura para más impertinencias, sobre todo de otros—Él, y solamente él, puede hacerlo.
—Hmmm entiendo—Collin lo miró con cautela. Estaba echando fuego de la nariz, y su mirada brillaba peligrosa.
Harry siempre había sido cortés y agradable hacia él, esa era una faceta que nunca pensó llegar a presenciar.
—Estoy a cargo del caso, la responsabilidad de cualquier ocurrencia pesará sobre mis hombros. Con esto quiero dejar en claro, que ni tu ni Kerry tienen por qué preocuparse.
—Yo no me preocupo de nada, sé de lo que estas hecho—Kerry se encogió de hombros, divertido.
El humor del moreno era como un campo minado, no sabías cuando te explotaría en la cara con sus altibajos.
—Es bueno saberlo—Harry se relajó.
—Yo- ¡Yo también confió en ti!
Harry se destensó.
—Por cierto, no tienes por qué verte involucrado si así lo quieres.
—Eso no es estaría bien. ¡Cuenta conmigo!
—Gracias por eso, entonces.
—¡No hay nada que agradecer! Es lo natural entre colegas.
Collin casi se desmaya cuando el ojiverde le sonrió gentilmente.
Un bufido de al lado llamo su atención.
Volteó hacia Kerry, que estaba muy concentrado leyendo un pergamino frente a su nariz.
Debió ser su idea.
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—¿Disculpa? ¿Que...?
Blaise lo miró fijo, desnudando su alma con sus oscuros y penetrantes ojos, totalmente incrédulo.
Draco suspiró.
—Que una notificación del Ministerio llegara esta tarde.
—Cambias tu postura hacia esa madriguera de ratas—ladeó el rostro sin dejar de taladrarlo—luego de una follada con Potter...
—Nada de eso, Blaise—Sabia que se iba a poner así, lo había visto venir.
—Entonces ¿Por qué? ¿Por qué lo pidió Potter?
Draco negó despacio desviando los ojos.
—Ya te dije que él va a-
—La apelación no tiene que ver con tu motivación, lo sabes, y yo también.
Draco tragó.
—Me comprometí desde un inicio, y pienso cumplir.
—¿Te esta chantajeado?
—No soy un pusilánime, me ofendes.
—Draco, te bebes los vientos por el—El italiano apretó los puños, rígido, ignorando el débil "¿Te han dicho que lo obvio no se recalca? Te detesto"—Entenderás que imagine ese escenario y otros parecidos donde el sale obteniendo lo que quiere de ti para luego desecharte como cualquier cosa.
—No seas paranoico y.…estoy dejando de ser "difícil" con el ¿no te pone contento? ¡Te estoy haciendo caso!
—No me vengas con esa pendejada, tu nunca me "haces caso"—Acercó su nariz al más pálido—Y ya no quiero que lo hagas… ¿Acaso no odias el Ministerio?
—Por supuesto que sí, con toda mi alma.
—¿Seguro? Me parece que necesitas una refrescada de memoria para reforzar ese sentimiento.
—¿Cual refrescada? ¿Te refieres a cuando me informaste todos los detalles de mi nefasta sentencia? —Bufó.
—No, sino a todas las desgracias que pasaste por culpa de ellos, como la vez que estuviste al borde...—Blaise acarició su cabeza, entrecerrando los ojos con angustia—casi pierdes la vida ¡Casi te pierdo! ¿Te recuerdo por qué?
Draco enterró la vista en su regazo.
No le agradaba recordar aquellos tiempos: el inicio de su exilio.
Cuando se negaba a comer con la intención de morir de inanición y no tener que enfrentar su nueva y dura realidad:
Que el mundo entero lo odiaba, que era el último de su línea, ya que toda su familia estaba muerta, y que daba igual lo que sus padres le dijeron cuando niño (como que había nacido con estrella o que era un ser extraordinario con un gran y prometedor futuro por delante, y más chorradas); al final su vida se había torcido y había acabado siendo casi un indigente debido a la restricción de su libertad, la incautación de su mansión y todas sus cuentas.
Se había negado a continuar los primeros meses y había estado cerca de palmarla, pero Blaise había estado ahí, y había hecho de todo para salvarlo.
—No es justo que saques eso, menos ahora...
—No es justo que me hagas hacerlo.
—Si lo que te preocupa es que haya dejado de odiarlos, puedes estar tranquilo: Eso no pasa, ni pasará—enfrentó la oscura mirada —Pero quiero hacerlo, realmente lo deseo porque...hay vidas en juego y soy el único que puede lograrlo.
—A ti no te preocupa la vida de dos individuos desconocidos, no me engañas, Draco.
—Bien ¿Qué quieres escuchar?
—¿La verdad? Tal vez.
—Si te complazco ¿Dejarás de poner tantos peros?
—No lo prometo, puede que ocurra lo contrario.
Draco negó y suspiró, cansado.
—Escucha, el que se meterá soy yo, no tienes que mover un solo dedo aparte de recibir la notificación y avisarme.
Blaise se levantó de golpe con el ceño fruncido, fría tensión emanando de su cuerpo.
"Segunda vez que se pone así de furioso" Pensó el rubio virando los ojos.
El otro volvió para plantarse frente a él con firmeza.
—No, no pasará, no dejaré que el miope se salga con la suya.
—Estas olvidando que tengo voluntad propia y que deseo hacerlo para...humillarlos.
—No me lo trago—Blaise se cruzó de brazos, sulfurado—Ese imbécil no merece tu ayuda, no te merece.
—Reabrirá mi caso y solicitara una apelación—El otro blanqueó los ojos, irritado—¿Eso no te convence? Lo hará con su influencia de nene engreído.
—Es un convenido de mierda—Gruñó por lo bajo—que te usa par a follar y luego-
—Te equivocas—Draco se levantó finalmente—A mí nadie me usa, no soy un objeto.
—Sabes a que me refiero.
—Lo sé, y como dije, no fue así—Se encogió de hombros—Pude evitarlo, pero honestamente no quise y...me dejé arrastrar.
Blaise ladeó la cabeza, comenzando a hervir.
—¿Por qué él? Joder, cualquier otro habría aceptado al instante...no lo entiendo.
Draco tampoco lo entendía.
Estaba furioso por lo de su cita con Creevey, pero, aun así, su corazón latía deseoso por deslumbrarlo.
Que sus ojos verdes lo miren y.…sip, le faltaba dos tornillos.
—Al menos te lo estoy contando, fácilmente podría no hacerlo y fugarme a tus espaldas, para que al final termines descubriéndolo, tarde o temprano, y reclamando chorradas como la falta de confianza-
—No estoy de acuerdo...
—Sabes que te lo cuento por mera cortesía y que lo hare, aunque no colabores ¿No?
—Si...lo sé.
—¿Entonces lo harás?
—Merlin, Draco...
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El día anterior había faltado, y ahora llegaba tarde ¡Lo iban a despedir!
Draco se apresuró en alcanzar la mampara de vidrio. Ingresó y pasó asistencia.
Cinco minutos de tardanza, solo cinco.
Resoplo acalorado y se dirigió a su casillero de siempre, pero fue interceptado por Clint y tomado del brazo.
—¡Draco! Joder, ya estaba preguntándome si te había tragado la tierra o algo ¿leíste mi mensaje?
—¿Mensaje...—Draco ensancho los ojos al recordar que no había tocado su aparatito en todo ese tiempo—No tuve tiempo, estuve-
—Bueno, no hay nada que hacer—Se encogió de hombros—quería que sepas, que, desde ayer, hay un tipo preguntando por ti a todo el mundo
—¿Q-Que.…? —Draco boqueó.
—...estábamos por cerrar y no se quiso ir, pensó que estabas adentro, escondido o algo ¡Fue una locura!
—Es...—Parpadeó confundido, no sabía que decir—un-una putada...
—¡Si! No sé qué le has hecho, pero está loco por ti y uhm...—Miró alrededor, solo había personas del staff—Hoy también vino, está dando vueltas en la segunda planta.
—Ya veo...gracias por comentarlo, me quedaré aquí, abajo.
—Está bien, pero seguramente bajara, lo hizo ayer de rato en rato.
—Entiendo, si sucede, yo me encargo.
—Nos vemos, tengo funcional en breve.
Draco guardó sus cosas y se adentró en la estancia repleta de máquinas. Estaban los de siempre, que lo saludaron con la cabeza.
Asintió y escaneó el lugar, su mano apretando la varita de Blaise en su bolsillo.
Bueno, ahora comprendía un poco a Potter, a veces uno no podía apegarse a las reglas, a veces era necesario pasarse de la raya, y dado que la practicidad era su fuerte...
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Neville apretó el botón de la maquina dispensadora de agua.
Estaba muerto en vida.
Había tomado y cogido hasta el amanecer. Si no fuera por la botellita de poción revitalizadora que cargaba en su bolsillo, probablemente hubiera estampado la cara contra su escritorio, drenado de energía.
—¡Hey! ¿Cómo están?
—Hola Nev.
—¡Nev!
—¿Todo bien?
Los tres aurores acababan de subir a planta, Harry, Kerry y Collin.
—Sí, bueno, luchando por no caer dormido—Se fijó en Collin—¿Que te paso? Al final ¿Blaise te hizo algo?
—¿Zabini a mí? Ja ¡Imposible!
Harry las cejas.
—¿Zabini a Collin?
—Sí, ayer jalé a Collin con nosotros y—Neville vaciló, Collin se estaba poniéndose muy pálido y lo miraba con sus reventados ojos de una manera muy extraña—Blaise se le colgó del hombro y uhm ¡Creo que le caíste bien!
—¿Así fue? Eso no lo comentaste—Kerry giró hacia el más bajo.
El ojiverde asintió, coincidiendo.
Collin les había soltado que, en vista que Harry se había ido, había decidido tomar un rato más, y que por eso la vista tan cansada.
Naturalmente, Harry supuso que la había continuado en otro lado, no que se había quedado ahí mismo, o unido al trio.
¿De qué podría uno conversar con esos dos slytherins? Aparte de Neville, nadie le parecía buena compañía para inducirse alcohol. En fin, tampoco era su asunto lo que se haya intercambiado entre ellos.
—No conversamos de nada interesante, de veras fue muy aburrido ¿Para qué traerlo a colación? ¿Verdad que fue así, Nev?
—Ehh…Si, supongo...—Neville se mordió la boca, nervioso—Entonces, me alegra que todo acabara bien entre ustedes.
—¿Por qué lo dices? —Kerry entrecerró los ojos.
—Porque Blaise-
—Por nada—Cortó Collin—Sucede que Zabini es insoportable...
—A mí me cayó bien—Susurró Neville tímidamente.
—...aunque ya lo suponían—continuó el de ojos grandes—¿Cierto?
—Confirmo—Por una vez, Harry le dio la razón, Zabini no le caía bien, así que podía darse una idea.
—Yo no tenía idea, nunca he cruzado palabras con él.
—Mejor, Kerry, sé lo que te digo.
—¿Y tú, Harry? —Neville lo miró curioso—¿Llegaste a solucionar ese imprevisto?
—¿Imprevisto? —Frunció el ceño un segundo—¡Oh!¡sí! Claro que lo hice, ayer yo lo err...lo solucioné, felizmente.
Se puso muy rojo mientras los tres lo taladraban a la vez, curiosos.
—Que...—Neville tragó saliva, el también se había puesto algo incómodo, los otros dos no dejaban de acribillar al moreno con los ojos—¡Que buena noticia! Ya me tengo que ir, tengo papeles, ya saben, que atender ¡Nos vemos luego!
—Claro Nev, que tengas buen turno—Harry se pasó una mano por la nuca, acalorado.
No había podido evitar que la nítida imagen de Malfoy desnudo venga a su cabeza por un segundo.
Carraspeó.
—Kingsley nos esta esperando ¿Vamos?
—See...claro.
Por el rabillo del ojo, vio a Kerry morderse el labio.
Blanqueó los ojos, era muy perspicaz para ciertas cosas.
No se podía con él.
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Sabía el motivo por el cual, ni Clint y el staff, habían podido retirar a Claude de las instalaciones.
Era un cliente, no asiduo, pero lo era, al fin y al cabo. Así que la misión de expulsarlo recaía completamente sobre sus hombros.
Y vaya que tenía ganas.
Sus colegas no habían dejado de batirlo, entre risitas, sobre el motivo que había traído al hombre hasta ahí. Que "Ahora baja por ti" "Estas ganadísimo con ese moreno" "Lo tienes loquito" "Dile que sí, pobrecito" "Lo tienes hechizado"
Aún no, pero pronto lo haría.
Se dedicó a ignorarlos y asesorar a algunos novatos, hasta que luego de dos horas, ocurrió lo había estado esperando.
Vio a Claude bajar las escaleras y recorrer la estancia con la mirada, algo ansioso. No tardó en ser avistado de lejos.
El moreno se acercó a él con una bolsa rosada en forma de corazón colgando de su mano. Era muy llamativa y cursi.
—¡Draco!
Se acercó, sonriendo.
—No tenemos nada, Claude, nada—Endureció la mirada—Acéptalo de una vez.
—Necesitaba verte-
—¿Para qué? —Lo corto—¿Que diantres quieres?
—Entre otras cosas, había querido darte esto—sacó un objeto de la bolsa—Pensé que te gustaría y que, luego de arreglar las cosas entre nosotros, pensarías en mi al verlo.
Draco miró fijamente la "cosa".
Era un muñeco de trapo. Su cuerpo era un bulto redondo y circular con la frase "Te amo" cosida en rojo, e iba liderado por una cabecita, igual de redonda y esponjosa, solo que de menor tamaño. De ella caían tiritas amarillas de lana (supuso que eso vendría a ser su cabello suelto) y el rostro del muñeco era formado por dos botones grises (sus ojos) y una lengüita rosada (que lo parta un rayo si esa no era su "boca"), luego, del cuerpo del muñeco, colgaban dos patitas de tela, deforme (sus tonificadas piernas, obviamente).
Parpadeó en blanco.
—Lo mande a hacer, pensando en ti—Sonrió extendiendo el muñequito—¿Te gusta?
Sus deseos de hechizarlo disminuyeron un poquito.
El tipo era extremadamente dulce, como un algodón de azúcar, tal cual, no podía negarlo. El tema era que…
En fin.
Empujó el objeto hacia el hombre, lo más amable que pudo.
—No puedo tomarlo, Claude.
—Estaba tan preocupado, no respondías mis llamadas ¿Podemos conversar?
—Lo que puedes, y debes hacer, es salir, ahora mismo.
—¿Te espero afuera? Esperare lo que haga falta, con tal de tener un momento contigo.
—Eso me suena a acoso ¿A ti no?
—Draco, solo intento llegar a ti—Se lamió la boca sin dejar de mirarlo, embelesado—Quiero recuperar lo nuestro.
—No existe tal cosa, lo que hiciste ayer no estuvo correcto y lo que haces ahora, tampoco. Estoy trabajando.
—Mírame a la cara y dime la verdad...que aun sientes lo mismo que yo, que hay sentimientos de por medio, que tenemos algo especial.
Draco alzó su fina ceja y lo miró fijo.
—No siento ni pienso lo mismo—El otro parpadeó como si hubiera hablado en otro idioma—¿Servido?
—Draco…—Claude bajo la vista, apenado—¿Lo-lo dices en serio...? no puedes decirlo en serio ¿Hice algo malo?
—No tiene que ver contigo, Claude—Realmente le había caído bien, era una pena que se pusiera así de pesado y se viera tentado a usar la varita de Blaise. Con suerte, si entendía, no tendría que pasar—No eres tú, soy yo—Se sintió pendejo diciendo eso, sonaba a una de las escusas que podría haberle dicho Potter— Ya no siento lo mismo, se acabó el "amor", la "llama", la "chispa", o como quieras llamarlo.
—Dios... Draco, no puede ser...porque yo- yo te amo, déjame-
—No, no te dejaré hacer nada mas—Peinó sus finas hebras con sus largos dedos, el otro siguió sus movimientos, alelado—Joder...tendré que hacerlo contigo.
—Haz lo que quieras conmigo—Se lamió los labios—Me encantaría que me hagas cualquier cosa que cruce por tu cabeza.
—¿Aunque eso no involucre una cama?
—Bueno, si quieres hacerme algo contra una pared o en el baño, no me importaría—Susurró gravemente.
—Genial, sígueme.
Draco caminó hacia el baño más cercano y abrió la puerta.
—Entra.
El otro asintió obediente.
Antes de cerrar tras él, se ganó con Clint espiando desde detrás de una máquina.
Resopló y dio la vuelta.
Claude definitivamente había malinterpretado sus intenciones, porque se abalanzó sobre él ni bien lo tuvo en frente, pero ya había esperado eso.
Lo apuntó con la varita.
—Imperius.
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Luego de una breve reunión con el Jefe de Departamento donde completaron el tramite burocrático que los consolidaba oficialmente como equipo de tres, regresaron con las mismas.
Las horas pasaron lenta y aburridamente para los tres, especialmente para Harry que no dejaba de cabecear sobre su silla, hasta que, en un momento dado, una notificación ingreso flotando por la puerta.
Kerry la atrapó.
—Uno de nosotros debe subir, firmar y bajar una carpeta—Se pasó las manos por la nuca—Harry ¿Tú? o ¿Collin?
Harry se frotó el puente de la nariz y suspiró cansado.
—Vale...
Despegó el trasero de su silla, pero su brazo fue sujeto por su colega, quien ocupaba la mitad de su escritorio con sus propios documentos, olvidando el mueble que le habían traído horas atrás.
—Harry está cansado ¡iré yo!
—Gracias, Collin.
El moreno se encogió de hombros y se sentó, el silencio reinó mientras Collin se disparaba fuera del cuarto.
¡Plaf!
En el instante que la puerta se cerró, el pelirrojo sello la estancia y saltó ágilmente por sobre su propio mueble para caer limpiamente a su lado, ocupando el asiento libre.
Lo agarró del cuello y lo samaqueó.
—Me tienes mordiendo uñas desde la mañana—Susurró urgido.
—Sí, pero antes-
—No ¡Suéltalo! no tardara en volver.
—Es que esto realmente serio... ¡Me preocupa!
Kerry arrugó el ceño, intrigado de verlo retorcer sus manos sobre la superficie de madera, visiblemente intranquilo.
—¿Dirías que soy un...pingaloca?
—¿Mi opinión al fresco? ¿Así? ¿sin haberla visto o probado?
—¿T-tengo que mostrártela o algo así?
—Pues no sé...
Sonrió y el moreno frunció el ceño.
—Voy en serio.
—Bien, honestamente y al tiro, no diría que loca, pero apuesto a que gruesa y adictiva.
—¡No me refiero a-
—Vale, vale, no te esponjes—Se acarició el mentón mientras lo miraba fijo—Bueno, un poco, pero tirando para bastante.
—No entiendo ¿Es un sí o un no?
—No te ofendas ¡eh!—Chasqueó la lengua—Si, de hecho, pareces gigolo, y con esa túnica que no deja a la imaginación.
—Es broma ¿No?
—¡Por supuesto que no! ¿No te ves al espejo?
El moreno se desinflóó en su sitio.
—No mucho, en realidad.
—Harry…que haré contigo.
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AHAHAAHAAHAHAAHHAH Taeko, me hiciste reír muy fuerte. Por favor tranquilidad y calma en la sala, que Blaise es mi engreído.
