CAPITULO XXVIII:

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Craig se apoyó en la pared de piedra, cruzado de brazos.

El olor a humor había servido para despistar a Thomas, pero no a él. Esa esencia estaba hondamente marcada en su subconsciente.

—¿Vas a acabar así? —Preguntó a la nada.

Se acercó despacio y se agachó, giró el cuerpo y enterró su nariz en el cuello, llenando sus pulmones de esa embriagante fragancia natural.

Un rizo picó la entrada de sus fosas nasales.

Se separó unos centímetros, atontado. Aún conservaba algo de calor y sus labios no estaban tan morados.

—Thomas me va a matar...

No se iba a dejar, lógicamente. Pero era un hecho que, si hacia lo que le estaba naciendo en ese instante, no podría volver a "casa" nunca más.

¿Iba a arriesgar su futuro por un capricho? Porque eso era lo que lo mangoneaba hacia el pelirrojo ¿no?

Un inesperado y desmedido impulso de tomarlo y…llevárselo de ahí, para encerrarlo en algún lugar al que nadie, aparte de él, sepa cómo llegar.

Ese deseo, espontáneo y excitante, se le hacía algo difícil de manejar.

¿Qué hacer con eso?

Sacó del bolsillo una botellita de líquido turquesa, maquinando esa pregunta, y la abrió, antes de acercar dos dedos a la boca contraria y separar los labios, muy suavemente.

Dejó caer varias gotas dentro de la cavidad.

Apartó los dedos despacio y suspiró.

No había vuelta atrás, ahora solo tenía que haga efecto en…¿cuánto era?

—¿¡Craig!?

Se levantó con las manos en los bolsillos y encaró al alfa, que acababa de asomar por la puerta, aparentando calma.

—¡Te dije que salieras, pulgoso tonto! ¿Que estas...? ¡Sabía que estaba por aquí! —Exclamó jubiloso, acercándose—Lo encontraste.

—Sí, hace nada.

—Bien—se inclinó y tomó un mechón de cabellos rojos con su puño.

Craig intentó no torcer la boca mientras el cuerpo del auror pendía de su cabeza, balanceándose.

No le gustaba como se veía eso, además… ¡Lo estaba despeinando!

—¿Que harás con-

Un zarpazo desgarró el torso del auror, haciendo que sus órganos internos asomen al exterior, salpicando mucha sangre por doquier.

—Matarlo—Thomas se lamió una garra y lo miró, frunciendo el ceño—¿Ya están esos aurores muertos? ¡Vete!

Craig no respondió ni se movió, no podía.

Miraba como la sangre del lindo pelirrojo bañaba el suelo, con ojos ensanchados y un nudo en la garganta, conmocionado.

Había abierto y devorado muchas personas.

Clientes que no pagaban a tiempo, mercenarios sin gloria, objetivos que su jefe deseaba muertos, y demás; y nunca tuvo el más mínimo recato con la sangre como en ese momento, que el auror colgaba inerte y pálido de las garras de su jefe.

Se le hacía...chocante.

—¿Estas sordo? —Thomas dejó caer el cuerpo, y se plantó frente a su súbdito, amenazante.

—No, señor.

—Muévete—Despidió con los dientes apretados.

—Sí, me-me moveré, ahora...—Vaciló.

No quería irse hasta ver si la pócima había hecho efecto.

—Estas actuando muy extraño desde hace rato—Su jefe arrugó su nariz antes de rebotar la vista del auror a Craig y viceversa, repetidas veces, rebosando suspicacia—¿Hay algo que quieras decirme?

—No.

—He vivido mucho...mucho más que tu—Se deslizó más cerca y pasó un brazo por su hombro—...y sé lo que estas sintiendo en este momento…—susurró en su oreja.

A Craig se le erizaron los cabellos de la nuca

—No sé a qué se refiere, señor.

—Lo sabes—se rio brevemente—por ser mi mano derecha, y la persona en quien más confío, te daré un consejo que sería bueno tomar "ahora mismo" ¿Lo harás?

—Sí, señor—Se rindió el más joven.

—Ahí va—Apretó los dientes—Olvídate de este cadáver y lárgate de aquí.

Craig tragó grueso.

—Sí, señor.

—No te veo moviendo el rabo.

—...Es solo que-

—¡Sectumsempra! —Bramó alguien a sus espaldas.

Ambos salieron despedidos contra la roca fría más cercana, con tal fuerza, que perdieron el norte por unos minutos.

Craig se levantó aturdido, luego que su pecho regenerara.

—¿QUE TRUCO FUE ESE? —Aulló Thomas, también de pie—¡YO LO ABRÍ!¡ME VISTE HACERLO!

No espero a que continúe, Craig puso distancia con su jefe y se disparó hacia la esquina donde el auror acababa de desaparecer.

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—¡Corten sus palmas!¡YA!

Todos hicieron caso, mientras el rubio (concentrado en mover la varita de forma correcta y sin dejar de musitar desconocidas palabras en un extraño acento) dejaba que el moreno abra la suya con la daga, aportando a su vez lo necesario.

Las rojas gotas humedecieron los cuerpos sin vida de los licántropos, que yacían con el pecho abierto frente a ellos.

Fuera de la barrera, las criaturas se amontonaban endiabladas, totalmente fuera de sí: Acababan ver a dos de los suyos morir.

De improvisto, todos fueron atravesados por una sombría corriente de magia mientras que figuras parecidas a las runas que Malfoy había estudiado sus últimos años en Hogwarts, se dibujaban en el aire.

Ni bien se desvanecieron, Harry mando a volar la dichosa puertita de madera.

—¡AHORA MUCHACHOS!

Todo el mundo, liderado por el moreno, se internó por un oscuro y tenebroso pasillo.

—Esto no tiene final—se quejó un auror por detrás, con tono apesadumbrado.

Le daba la razón, no había final a la vista, el camino parecía una interminable lombriz.

—"¡HA-HARRY!"

Draco saltó de la sorpresa, haciendo trastabillar al tipo quejoso en su espalda, que, a su vez, derrumbo a otros, formando una reacción en cadena.

Se detuvo para ver al moreno sonreír aliviado y se contagió en el acto.

—¡Kerry! —El aludido casi cae de rodillas de la euforia que lo golpeo de improvisto. Se acercó a la mano pálida y temblorosa que sostenía su varita, con el corazón dando vuelcos y más vuelcos dentro de su pecho—¿Dónde estás? Dime que estas bien...

—Estoy bien, más que bien...solo que perdido.

—¿Perdido en dónde? —Exhalo.

Todo el mundo lo siguió, el rubio apegando su cabeza a la varita, muerto de curiosidad.

—Dentro de la base.

—A pedir de boca, niño—Interfirió Robards—justo acabamos de entrar.

—Ya vamos por ti, no te orines—Resopló uno.

—Resiste Kerry—Lo animó otro.

—...me secuestró un licántropo que puede entrar y salir, estoy…tratando de perderlo, a él y otro de los suyos y…—un suspiro tembloroso. Harry frunció el ceño, preocupado—me quieren devorar.

—Iremos por ti—gruño Harry en respuesta.

—Deben tener cuidado porque—Su voz disminuyo en extremo. El moreno y los aurores más cercanos adivinaron que ya no había mucha libertad para expresarse en ese momento—...estos no son normales, pueden regenerarse en-

—Kerry—Draco intentó no morderse la manicure mientras la vena en el cuello del ojiverde asomaba para saludarlos—¡Kerry! Maldición...

—Ya estamos dentro, señores, no hay problema con dividirnos. Potter rastreará al fenómeno, mientras, otro grupo buscará a Kenny—El ojiverde asintió, complacido—¡Divídanse!

Harry enrosco su brazo en la cintura del rubio y cerró los ojos. Hoffman estaba cerca, extremadamente cerca.

Los abrió.

—¿Listo?

—Si.

—Saltamos en tres...

—¡Ustedes, largo! El resto, junto conmigo, que toque a Potter...o su noviecito.

Draco procuró no ponerse "tan" rojo mientras los aurores cercanos los miraban con un brillito sugerente. Rehuyó de ellos, regresando su atención al moreno, descubriendo que tenía la cara del mismo color que la suya y contaba mirando sus pies.

Los furiosos abejorros de su estómago hicieron acto de presencia.

—Dos, uno...

El tirón del salto se mezcló con esos agradables cosquilleos.

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Kerry se apegó al muro de piedra sudando copiosamente, preso de nervios, y muy enfurruñado.

El sonido de pisadas cercanas lo había obligado a cortar comunicación, impidiéndole completar su mensaje.

Tragó duro.

Era una cagada estar perdido, y no poder aparecerse.

Huyendo, había llegado a una especie de caverna sumida en la total oscuridad, a la que no dudo en internarse considerando la nula nitidez como punto a su favor.

Estaba momentáneamente escondido ahí, con la espalda apoyada en la fría superficie, ciego y desorientado.

Resbalo hasta el suelo, y sujeto su cabeza.

El pelinegro dijo que iría a buscarlo, pero él no podía esperar...sus perseguidores rondaban muy cerca, tenía que seguir avanzando.

Por otro lado... ¿Qué le había pasado? No entendía qué había ocurrido con sus heridas, estaba ileso de pies a cabeza.

Antes de caer desmayado, había estado gravemente herido. Al despertar, no había tenido un rasguño, lo cual era un alivio...un "extraño alivio" ...

Hablando de alivios...al fin tenía su varita de vuelta.

La encontró tirada a unos metros de los licántropos.

Se levantó y sin dejar de pegarse a la pared, afinó el oído, ya que tenía cero visión.

Nada.

Despidió todo el aire de sus pulmones, sonriendo levemente.

De pronto, un robusto torso lo presiono contra la superficie de piedra.

—¿Cómo te llamas? —Susurro esa persona exhalando sobre su cara.

Una mano cubrió su boca antes que pueda gritar.

—...Shhh...—El pecho de Kerry subió y bajo violentamente mientras el torso contrario se pegaba con más ahínco—...no te haré daño...

El pelirrojo se retorció, tocado de nervios.

—...Hey—Craig suspiró—Cálmate, si sigues jadeando así, alertarás a Thomas, y no nos conviene tenerlo cerca: Esta furioso.

—¡Mffffffffff! —Esnifó Kerry cuando la nariz del tipo (y su boca) rozó su oreja.

—...si dejas de retorcerte, te soltaré—Continuó con inglés masticado. El cuerpo apresado se detuvo—...mejor...—agregó, apartándose.

Enfocó con total nitidez al pelirrojo de ojos castaños, quien frunció el ceño a la nada.

No parecía compartir sus sentidos superdesarrollados.

—Me llamo Craig—Sonrió a centímetros, luego recordó nadie lo podía ver, y torció la boca, apesadumbrado—¿Y tú?

—...que carajos te importa...—Escupió el ojicastaño, escarbando la oscuridad, inútilmente.

¿Que planeaba el mismo tipo que lo había secuestrado…presentándose como si estuvieran en el encuentro de una cita a ciegas?

Estaba seguro que era él, por sus inglés roto, mas no sabía cómo lucía. Había estado de espaldas cuando lanzó el Sectumsempra.

—...sé que no te agrado, por lo que hice antes, pero te aseguro que-

—Saltémonos tu jueguito idiota y hazlo de una vez—Gruño entre dientes, elevando el rostro, desafiante.

—¿Que vaya directo al punto? —Despidió sin aliento, absorbido el rostro frente a él.

—Si—tragó—quiero morir rápido y sin sufrimiento.

—Pero no quiero matarte.

—Así que esta es tu forma de...torturar—resopló, temblando—alimentar la esperanza de tus victimas para luego arrebatársela...

—No quiero eso tampoco ¿De dónde lo sacas?

"De tus gigantes garras y colmillos"

—¡Entonces que mierda quieres! —Bramó sobrepasado por sus destruidos nervios, estaba al borde de un ataque cardiaco.

Tener a un licántropo tan peligroso (se regeneraba en un parpadeo, el cabrón) así de cerca, y que este alargara su inminente muerte, lo ponía histérico.

—...Shhh—Craig cubrió la boca contraria de nuevo, antes de inclinarse, susurrando—Ya te lo dije, quiero tu nombre...

Los ojos de Kerry se humedecieron.

Ese tipo era un sádico. Hubiera preferido al otro, que parecía más directo y menos ceremonioso a la hora de comer.

—…Oh no, oye—El olor dulzón de la sangre concentrándose en sus mejillas, más el de sus saladas lágrimas, le advirtieron a Craig que el hombre se había quebrado—...Estoy hablando en serio ¡Lo digo en serio! Quitaré mi mano, pero no grites ¿Si? —La retiro, dudoso—¿M-mejor?

Kerry aspiró a bocanadas.

Si Harry no lo encontraba los siguientes segundos, no quedaría nada de él.

—...Kerry...—Despidió en un murmullo roto.

—Lindo nombre—Se apresuró en elogiar.

—...

—No temas, te sacaré de aquí—continuó, mirándolo embelesado—antes que-

—¡NO!¡NO LO HARAS! —Rugió alguien, haciéndolos saltar—¡MALDITO TRAIDOR!

La presión del cuerpo se esfumó y Kerry alzó la varita, apuntando a la nada.

—¡Depulso! —Se desplazó pegado a la pared, sumido en la oscuridad, mientras golpes sordos y gruñidos llegaban a él desde todos lados—¡Lumus! —Musitó desesperado.

Dos gigantescas criaturas se enfrentaban con violencia a escasa distancia. Uno más magullado que el otro, trataba con todas sus fuerzas de abrirle el pecho a su contrincante, pero se detuvo cuando notó la luz muy cerca, y cambio de idea, abalanzándose sobre él.

La otra criatura incrusto ambas garras en su cabeza y hombros, reteniéndolo a tiempo.

Ni corto ni perezoso, y con el corazón salido de su sitio, Kerry se escabullo por el único hueco de la caverna.

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—¡Alguien nos adelantó el trabajo! —Exclamó Robards ingresando detrás del par, jubiloso.

—Así parece...—confirmó Harry, recorriendo la vista por todo el lugar, rodeando el cuerpo sangrante e inconsciente del sin rostro, que yacía incrustado en los vidrios de lo que alguna vez fue una capsula de considerable tamaño.

Alrededor, había innumerables cajas de mercadería, herramientas de laboratorio, y otros curiosos aparatos. La estancia, además, tenía signos de enfrentamiento y evacuación, como si el hombre hubiera sido interrumpido a mitad de una mudanza.

—Dime que está muerto—dijo Jack.

—No lo está—Musitó el rubio, notando el imperceptible movimiento del pecho que subía y bajaba con extrema debilidad.

Se veía extremadamente pálido y frágil sobre el suelo, totalmente inconsciente.

—Kerry estuvo aquí…—dijo el moreno delineando un hueco en la pared, con bordes ennegrecidos.

—Entonces no debe estar muy lejos.

—...igual que los licántropos que mencionó.

—...es lo más seguro…—giró hacia el cuerpo inerte, seguido del rubio, quien se inclinó para analizar de cerca—¡Enérvate...! —susurró.

Nada ocurrió.

—Puedo invadirlo así, inconsciente.

—Merlín, Draco...—miró al rubio, que lucía resuelto y expectante—Aún no puedo creer que fui tan imbécil de querer dejarte atrás...—se clavó en sus labios.

Draco desvió la vista con timidez mientras sus pálidas mejillas se coloreaban en tiempo récord.

—Yo tampoco—se entrometió el hombre mayor con una sonrisa cínica. El aludido lo miró ceñudo—Potter...

—Es lo de menos...—dijo el rubio, aun calmando su sonrojo—...estoy aquí.

—Tienes razón—concordó Harry, notando de pronto que había mucho silencio.

Miró alrededor.

Todos sus colegas (y su jefe) levantaban sus cejas socarronamente.

Los fulminó de inmediato, antes de posarse en el cuerpo inerte de nuevo. Lo analizó fugazmente, cayendo en que, por alguna extraña razón, las sutiles diferencias entre esa persona y Malfoy, eran gigantescamente más notorias que semanas atrás.

Su mentón era fino, pero no tan puntiagudo; sus pestañas eran menos tupidas, sus cejas eran una nada más gruesas que las de Draco. En fin, cosillas insignificantes que ahora saltaban a la vista con demasiada nitidez.

¿Cómo pudo compararlos siquiera?

—Entonces, entraré ahora...—Draco toco la sudorosa frente del hombre y la toco con la varita, cerrando los ojos.

—Vale.

La energía de Malfoy onduló en el aire, y Harry la sintió de inmediato.

—¡Sácale todo, muchacho! —El mayor se giró hacia los demás aurores, que los rodeaban en silencio—Vayan revisando todas esas chucherías.

"Eres infinitamente más hábil que yo, lo reconozco"

Draco ignoró la lejana voz y eligió una vivida escena, dando con Hoffman engatusando a un tal Thomas.

"...aunque, no tan listo..."

"...si no detienes tu molesto parloteo, lo haré yo, y no será bonito…"

"...te están usando… ¿Crees que el Ministerio cumplirá con lo que te ofreció? No lo hará…ni lograrás que Harry Potter sea tuyo..."

Harry, que se había levantado para tener una mejor vista de la doble entrada a la estancia, casi se cae de culo cuando un desgarrador grito le violó los tímpanos.

—Carajo…—Se llenó de aire para calmar sus latidos, comprobando que el grito salía de Hoffman, y no de Draco, quien apretaba los labios, muy tenso.

Las cuencas del sin rostro, plagadas de venas rojas, daban vueltas alocadas. Su piel había tomado un color casi verdoso mientras se sacudía en el suelo.

—¿Que le hace?

—Le da cariñito ¿No ves?

—Ya en serio ¿Lo está matando?

—Me duele el cráneo, alguien cállelo.

Harry silenció al hombre, inmovilizado bajo su opresor.

—Déjenlo, Draco sabe lo que hace.

Robards abrió una de las numerosas cajitas que reposaban al costado del enorme contenedor.

—Interesante...—Leyó el grabado de la parte posterior donde ponía "elixir"—...exclusivo para licántropos, es lo único que entiendo, porque desconozco cada componente descrito, esto es...especialidad del Departamento de Análisis e Investigación y de Laboratorio.

Su varita vibró, y la voz de Kingsley corto el aire.

—Estoy saliendo—suspiro cansado—...tuve una reunión con los familiares de la víctima. Coordenadas, Robards.

—...aunque las sepas, no podrás entrar a la ligera—alzó la maderita, aún concentrado en la descripción del producto en mano—Ve al Atrio, te recogeré.

—Estoy ahí.

Sin más, el mayor se desapareció.

—¿Qué cosas se fabrican aquí...todo esta sellado…—dijo Milton abriendo un olvidado baúl de metal y husmeando las selladas botellitas—...es más y más mercadería...

—Bueno, hace de todo, lo que acabas de encontrar...también lo vi en sus otras bases—Harry sostuvo una botellita igual a la de Robards. El líquido era ámbar brillante y resplandecía llamativamente, como los irises de los licántropos que tajó antes de entrar—...ésta, en particular, nunca la había visto...

Al segundo siguiente, Kingsley y Robards se materializaron frente a él.

—Lo trajeron—El oscuro hombre miró al concentrado rubio con interés.

—Contra la voluntad de Potter—bufó el mayor—Si...

Antes que el moreno se exprese, un bajo siseo resonó:

—…ha logrado complejas mutaciones …en todo tipo de criaturas, no solo humanos...—Todos se juntaron alrededor—…los...experimentos se dieron aquí mismo y en.…otros compartimientos subterráneos...

Robards achicó sus oscuros ojitos.

—…ahora no tiene a nadie, excepto a…los licántropos...

—No demora nada en conseguir adeptos, menudo canalla...

—…ha estado contrabandeado ADN, y más productos ilegales como...el que entregó a Thomas hoy...

—¿Thomas?

Harry se agachó frente a Malfoy y bebió de su estoico perfil. Parecía atravesarlo con sus claros e inexpresivos pozos grises; aunque en realidad no lo hacía, estaba sumido en mente ajena.

—...es el alfa de los licántropos en toda esta región…entró aquí junto a Hoffman y otro de los suyos llamado Craig, e instruyó a los que están afuera de eliminar a quien intente ingresar...—Draco estaba absorbiendo mucha información a la vez, serpenteando de aquí para allá, tratando de obtener lo más puntual sin "embriagarse". No quería profundizar en esa vasta mente…aún: le tomaría algo de tiempo atar cada minúsculo cabo—como parte de su acuerdo con Hoffman...que fue un Juramento Inquebrantable...

—Pues no les sirvió.

—...a cambio recibiría "elixir"—Robards leyó de nuevo la botellita que apresaba, alzando una ceja—...lo cual es una formula superior a la "matalobos"—ahogó un jadeo conmocionado. Harry detallo sus bonitos ojos abriéndose al máximo, impresionados—…infinitamente superior...es un-una formula increíble…

—Joder...esto necesita urgente del Departamento de Misterios, de Análisis, de Archivo...—susurró Robards, mientras el más oscuro se acariciaba el mentón, pensativo.

La mente de Hoffman era un desastre. Las escenas se cortaban de la nada, obligándolo a salir y buscar el pedazo faltante, para armarlas correctamente. A la par, muchos recuerdos caían libres como naipes, unos sobre otros, dispersándose y retrayéndose juguetonamente.

—veo que Thomas ya la tiene…recibió la formula luego de ingresar…estuvieron- ¡Craig trajo a Killi! …lo trajo...vivo…lo-lo veo sangrando mucho...

Harry se levantó de un brinco, perdiendo color.

—¿Qué le pasó? —¿Había estado al borde de la muerte cuando se comunicó momentos atrás, y no lo dijo?

—...estuvo en el suelo, herido e inconsciente…lo-lo despertaron para invadir su mente, pero el…—Draco no continuó, todo se había sumido en oscuridad. Abandono la conexión y se levantó, con expresión alarmada.

—… ¿Draco?

—...no sé cómo escapó, todo se oscureció...—pasó saliva—...no creo que este en…buenas condiciones...

—Comenzaremos el análisis y evacuación de todo—Anunció el Jefe de Departamento, antes de captar la atención del rubio—Malfoy, lo que estás haciendo ahora es invaluable, agradezco profundamente tu ayuda.

—No es nada, yo...—se sentía un poco abrumado de información, como "acumulado" de personas, nombres, lugares y fechas—puedo sacar mucha más información, pero tomara más tiempo.

—Ahora mismo lo importante es concentrar la manera de anular las restricciones —Intervino Robards, dorando la manera de conseguir la intervención de otras áreas—y retirar ese ejercito amontonado afuera.

—Sobre el ritual, es una restricción que se anula si Hoffman muere, él es el catalizador de la magia en este lugar.

—Entendido, queda aparecerse, dadas las circunstancias... ¿sobre lo otro? ¿pudiste verlo?

—Los licántropos se retirarán si su alfa se los ordena.

—Está aquí ¿Verdad?

—Supongo que si, lo vi presente antes que pierda consciencia.

—Debe estar tras Kerry ahora mismo...

—Veamos...

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Hartos de no poder insultarse como debido en su forma animal, ambos mutaron a mitad del enfrentamiento.

—¡TE EQUIVOCASTE AL ELEGIR! —Bramó Thomas sobre Craig, desgarrando su pecho, que se regeneraba una y otra vez sin darle tiempo de alcanzar su corazón—¡PAGARÁS ESTA TRAICION CON TU VIDA!

—¡Estoy harto de tus mangoneos y amenazas! —Se lo quitó de encima de un energético zarpazo, rebosando vitalidad, para levantarse con la típica agilidad de un licántropo maltón, y abalanzarse de nuevo—¡Cierra la boca!

—¡TE SACRIFICAS POR UN TIPO QUE TE HA ABANDONADO!¡POR NADA! —Soltó una carcajada burlona—¡NO OBTENDRÁS NADA!¡ESE AUROR NUNCA SERÁ TUYO!

—Ni que fueras un maldito adivino—rugió el otro, picado.

Era cierto, el pelirrojo se había esfumado en un santiamén.

Ya no sentía su aroma, y solo sabía su nombre...

No podía conformarse con eso.

Tenía que deshacerse de Thomas o podría perder su rastro definitivamente.

—¡TE TRATE COMO A UN HIJO!

—¡Me usabas! ¡Y yo a ti! No mientas—Bufó, retrocediendo.

—¡HASTA TE IBA A DAR A MI MARLENE! —Lo cogió del cuello.

—Tu hija no es una cosa que puedes "entregar"...—le soltó en la nariz, además...—torció el gesto—no es mi tipo...

Ambos tomaron la forma de espeluznantes bestias para enlazarse violentamente y rodar sobre el suelo, desplazándose más y más cerca de la entrada, donde un grupo de hombres se acercaba a paso ligero.

—Si aquí hay poca luz, imagina dentro de esa cavidad, seguro que todo está sumido en…oscuridad.

—...cierto, pero el ruido viene de ahí...debemos indagar.

—¿Que probabilidades hay de que sea Kerry?

—¿Y si es Kerry?

—¿Y si no?

—…e-eso no suena a Kerry...

—A ver asómate, te espero aquí.

—Sí, mamonazo ¿Algo más?

—¿Como?

—Pedido más pendejo el que me haces...

—Vuelve a insultarme y te hare comer mierda...culero…—Gruño por lo bajo.

—¿Comer mierda? ¿A mí? —resopló—Solo si no te dejo como pija reventada...

—Entonces vamos a darnos pija, hijoeputa...

—¿Que carajos les pasa? —Rezongo Dylan, mirándolos sulfurado.

—...los nervios...—masculló uno.

—Dejen de actuar como imbéciles, lo haremos todos juntos, y a la misma vez—Agregó.

—Dale...—Gruñó el resto al unísono.

—...uno, dos... ¡Lumus!

Jackson, Wilbert, Ansel, Doron, Dylan, Tobiah, Alex, Blake y Carter asomaron por la entrada de la caverna al mismo tiempo, con las varitas elevadas.

—...la que te parió...

Eran dos gigantes bestias enzarzadas en un enfrentamiento de vida o muerte, sobre un suelo impregnado de abundante sangre lobuna.

Estaban completamente absortas en la misión de matarse mutuamente.

Decididos a no esperar por el ganador de la contienda, apuntaron al mismo tiempo.

—¡DIFFINDO!

La bestia que iba encima, recibió el hechizo repotenciado de lleno, siendo despedida por los aires con violencia. La otra, ya libre de su atacante, se impulsó hacia ellos ipso facto, con una rapidez tan abrumadora, que, al cabo de un parpadeo, se encontraron con que ya no estaba.

Se había escabullido a la velocidad de la luz, justo entre ellos, despeinándolos.

Boquearon petrificados y con el pecho alocado, conscientes de que, si no estaban muertos, era porque al licántropo no le había dado la regalada gana de prestarles atención.

—¡Muchachos! —Resonó la voz de Robards, trayéndolos de vuelta—¿Encontraron a Kerry?

—N-No…pero si a los dos licántropos-

—¿¡AH SI!? ¡NO LOS DEJEN IR! ¡TRAIGANLOS!

—Prefiero matarlos.

—No, los necesitamos, en especial al alfa, un tal Thomas...

Un gruñido desde el interior de la caverna llegó hasta ellos. Notaron con asombro que la carne de la bestia se regeneraba mientras esta se retorcía incómodamente.

—Vale...

—Ya saben que hacer, cambio y fuera.

Se miraron.

—¿Será Thomas?

—A ver, pregúntale...

—¡No empiecen de nuevo!

Y aunque Wilbert hubiera querido, no iba a ser posible: La bestia ya estaba sobre ellos.

Se dispersaron sin dejar de disparar hechizos, convocando a la par, las cuerdas mágicas. Formaron una red con ellas y se posicionaron en la salida, bloqueándola, decididos a no dejar salir a la criatura restante.

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A Kerry le rugía el estómago, y le dolía la cabeza de la ansiedad que le daba dar vueltas y vueltas dentro de ese interminable laberinto.

No estaba seguro de estar cerca a la salida, pero sí de haberse alejado un buen tramo de la caverna.

Sacó la varita.

—¡Harry! No pude terminar antes porque me vi acorralado...

—Mierda...estaba preocupado ¿Te puedes aparecer?...

—No, no estoy autorizado.

—...yo sí puedo, pero no conozco este lugar, así que no puedo mentalizar tu localización…no te preocupes, un grupo ha ido a por ti, no tardan dar contigo, lo sé.

—Entiendo...

—Kingsley ha llegado, y Robards está trayendo a los otros departamentos. Encontramos a Hoffman inconsciente y Draco entró en él.

—Es un alivio, un total alivio...realmente.

—Te escuchas...bastante entero...—unos segundos de silencio—¿no te estabas...desangrando?

—...un poco, no fue gran cosa...

—Kerry...

—En serio, ahora mismo estoy…—se mordió el labio—...muy bien, no tengo un rasguño.

—...no te hagas el fuerte, dime la verdad...por favor...

—No me hago el idiota, estoy bien, lo juro por Merlín, aunque no sé...—se enterró en sus pies, pensativo—...cómo sucedió-

—Yo sí sé.

Esa voz.

Su varita se le cayó del salto que pegó, y se abalanzó a por ella de inmediato.

—¡Tu! —chilló sin dejar de apuntar a la figura con mano temblorosa, detallando finalmente, la verdadera estampa de su secuestrador, gracias a las antorchas del fuego mágico que alumbraba el interminable pasillo.

Se descompuso ante ella.

Era un hombre alto y blanco, de cuerpo macizo y ojos aguamarina...sonriendo tímidamente con las manos en los bolsillos. Vestía chaleco negro sobre una camisa de cuello alto color blanco, remangada hasta los codos, su conjunto se completaba con un pantalón gris de pinzas.

Ni sus antebrazos, ni su mentón, ni ninguna parte de su cuerpo mostraba vellosidad a la vista. Estaba cuidadosamente afeitado.

Kerry abrió y cerró la boca varias veces, rebotando de sus llamativos ojos a su cabello totalmente lacio, negro y largo hasta el mentón. Impactado, tratando de encontrar su voz de regreso.

Ese tipo era desgarradoramente atractivo...

…Y un licántropo, un licántropo lampiño, un licántropo lampiño que lo miraba fijamente sonriendo.

—…te hice ingerir una poción regeneradora muy potente...—Craig dio un paso más cerca, incapaz de no acercarse a ese hombre de olor embriagante—...se llama "empate"—sacó una mano del bolsillo y le mostró una botellita casi vacía—¿Ves?

—S-si...la-la poción que dices...que...—Balbuceó, atónito—... ¿…que me diste una poción…?

—Sí, estabas a punto de ...—torció la boca—...y fue lo único que se me ocurrió para evitarlo.

—¿Por qué? —indago en el acto—¿Acaso no quieres matarme? Eres un licántropo, me trajiste hasta aquí para que Hoffman saqueara mi mente—frunció el ceño.

—...te traje porque…pensé que así te evitaría una muerte segura...—Desvió la vista, buscando aplomo: El pelirrojo de carita angelical lo ponía nervioso con su total atención puesta en el—...afuera están muy hambrientos, te habrían devorado, aquí no te alcanzarían…es lo que pensé. No quise matarte antes de venir, mucho menos ahora.

—Mejor que se encargue tu jefe ¿Cierto?

—Pensé que luego de tomar información, te tomaría de rehén...—Tragó saliva, consciente de que, no había forma, que lo que estaba diciendo suene bien—...no que querría comerte...

—Que buenito resultaste—Su expresión se ensombreció.

—Solo respondo con honestidad, no intento pintarme como algo que no soy—frunció el ceño—...no soy "buenito" ¿sabes? he matado a muchas personas—suspiró, ignorando adrede el débil "no me digas"—...hoy recibí ordenes de matarte, a ti a los tuyos, pero no lo hice...contigo, te salvé la vida. Eso demuestra que estoy siendo honesto ¿no?

—Ya hiciste tu "buena obra" —doblo dos dedos, socarrón— del día, ahora dime... ¿por qué estás aquí?

Craig parpadeó con el corazón acelerado. Esa pregunta era un reto para el ¿Cómo decir lo que el mismo no terminaba de entender sin que suene extraño?

—...porque…uhm...quiero conocerte más...—el ojicastaño alzó una ceja, y Craig sintió como si llamas invisibles lamieran su cara—...qu-quiero decir, fuiste increíble al reducirme, realmente increíble, me sedu- ¡impresiono! tu…o- ¡destreza! —no dejaba de confundir palabras, sonrojando hasta lo imposible—n-no sé nada de ti…solo que fuiste enviado tras Hoffman...tu rostro -me-me-

—¿Conocerme más? —Replicó atónito—¿Eres gay?

—Es la primera vez que...—aspiró con fuerza—...siento esta atracción hacia otro hombre…su-supongo que sí...

—¿Supones que te gusto?

—Si—La silaba afloro de su boca antes que la retuviera. Craig enterró la mirada en sus pies, acalorado.

Pasaron unos segundos antes que el pelirrojo explotara en carcajadas, trayéndolo de vuelta.

Parpadeó, perdido.

—...es-estúpido...—que un tipo del bando contrario quiera "conocerlo mejor" porque "le gustaba"—Merlín, que estúpido...—Resopló entre risas mientras una lagrimita asomaba por la comisura de sus ojos.

Fue como si sus palabras fueras hachazos clavándose en su tórax, mil veces más letales que las garras de Thomas.

—...es lo más estúpido que me ha dicho "un malo" hasta ahora…joder...

De pronto, su pecho escocía...

—...escucha, estimado...—Se infló de aire para no perder voz, antes de continuar—… ¿Calvin?

—Craig...—musito débilmente.

Jamás en su vida le había afectado tanto que lo miren como en ese momento, así, con una mezcla de burla e incredulidad.

—Esto va para lo que sea que se haya formado en tu cabeza...—Sonrió con todos los dientes—...trayéndote hasta aquí: Vete a la reverenda mierda.

—...sé que suena extraño-

—No—Lo corto, tajante—piérdete.

El licántropo bajo la vista, respirando con dificultad, sintiéndose vulnerable y afectado ante el implacable rechazo.

El pelirrojo lo acababa de despedir sin ascos.

—...haré cualquier cosa que te haga confiar en mí y mis palabras, puedo-

—¡LARGO! —Bramó Kerry, fuera de sí, alzando la varita, determinado.

—Sé que estás perdido—levantó ambas manos, apaciguador—déjame sacarte de aquí, puedo aparecerme.

El otro achicó los ojos, dudando.

El licántropo aprovechó en insistir.

—...solo dime a dónde quieres llegar y te llevare, lo prometo.

—No

Ese tipo podía, fácilmente, intentar timarlo. No se tragaba su cuento idiota ni su actitud sumisa. Lo mejor sería seguir por su cuenta, hasta dar con Harry. Además, la regla de oro en su profesión como auror era nunca confiar en el enemigo.

Y él no era caído del palto.

Tomaría a favor que no parecía querer comérselo...por el momento.

Se desplazó hacia el lado contrario del pasillo, a paso rápido.

—...nunca saldrás de aquí si sigues en esa dirección...

Lo ignoró.

—...Kerry...

Se detuvo, encrespado, y giró.

—No me nombres, no te corresponde—Gruño con la quijada apretada.

Su mirada oscurecida y toda su expresión amenazante, a Craig le pareció encantadora. Se esforzó por controlar las esquinas de su boca, que se querían curvar para formar una encandilada sonrisa.

—...voy a tomarte ahora, no te...—El pelirrojo le abrió el pecho de un ágil movimiento de muñeca, antes de correr con todas sus fuerzas, despavorido. Suspiró, encandilado—...resistas...

Se apareció en la esquina por donde el otro estaba ingresando, haciéndolo chillar de sorpresa, y no le dio tiempo de nada antes de apresarlo con ambos brazos para aparecerlos.

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—Háganme recordar de pedir un mes de vacaciones ni bien acabe esta-

—¡Cuidado idiota! ¿Cómo se te ocurre tropezar?

—Es que lo hice a propósito… ¿no?

—…como se suelte por tu culpa...

—Cállense la puta boca, me tienen harto.

La criatura se revolvió violenta dentro de la malla mágica.

—...ya, ya...

—Este monstruo... ¿Será el alfa?

—Digámosle a Robards que sí, seguro ni cuenta se da...todos son peludos.

—Buena idea.

—Cr-creo que ya casi estamos—jadeó Doron, ya ni sentía las piernas de tanto serpentear por los interminables pasillos.

Doblaron la esquina, dando con una puerta de vidrio corrediza, tras la que, sabían, todos los demás aurores los esperaban.

Ingresaron llevando consigo la monumental bestia, y jadearon de asombro.

El lugar estaba repleto de personas: Inefables, Analizadores, los tipos de Laboratorio hurgando en las cajas con mercadería, entre otros.

Por entre tanto gentío, apareció Robards:

—¡Esos son mis chicos! —posó las manos en sus caderas—¡Háganse a un lado!¡Póstrenlo ahí!

Obedecieron, no sin esfuerzo: La bestia luchaba más furibunda que antes, desesperada.

—¿Es el alfa? —Los aurores asintieron, mirándose entre sí. Robards giró hacia la bestia y se plantó cara a cara, taladrando los feroces orbes—...Thomas ¿No? —No espero una respuesta que sabía, no iba a llegar—La hemos pasado de maravilla sacándole hasta la última gota de información a Hoffman, sabemos de tu relación con él, el motivo por el que estas aquí, y que estas cien por ciento lucido, así que...iré al punto.

Caminó de izquierda a derecha, mirándolo fijamente.

—...vas a transformarte, salir de la base y plantarte frente a tu ejército para decirles que se larguen—se detuvo a milímetros—caso contrario, te asesinaremos aquí mismo, justo después de sacarle el jugo a tu mente, para luego...hacer lo mismo con los demás, uno a uno.

—...no es necesario llegar a tanto—Musito Thomas con un inglés masticado, de vuelta en su forma humana, mirando el suelo, temblando—...cooperaré...

El grupo de aurores que lo trajo, anularon las ataduras, suspirando aliviados.

¡Si habían tenido al Alfa!

De la nada, un moreno, seguido del hijo de Lucius Malfoy, emergieron de entre las presentes.

El licántropo los miró, estupefacto.

—¿¡Donde esta Kerry!?—Harry apunto al hombre con la varita, despidiendo un brillo maniaco—...responde...

Este bizqueó frente a la madera, reconociendo al ojiverde de inmediato.

Era el del periódico.

Tragó.

—¿Quién es Kerry?

—No te hagas el imbécil—gruño el otro, partiendo su cara de un improvisto puñetazo—Lo estabas persiguiendo, hijo de-

—...e-en serio no lo...—tartamudeo con el tabique y los labios rotos, bañado en sangre—...no lo conoz-

Otro puñetazo le crujió los huesos del rostro.

Cayo de espaldas, gimiendo. Que su cuerpo sane rápido no quería decir que no sintiera dolor.

—¡CARAJO, POTTER! —Exclamo el mayor, tomando al aludido del brazo, evitando que se lance encima—¡Cálmate!

—...no-no se de quien habla…—respondió el licántropo lagrimeando, mientras su destrozada nariz se regeneraba por segunda vez. Intentó incorporarse, viendo estrellas.

—Eso se puede comprobar—Draco se encogió de hombros, alzando la varita, listo para invadirlo.

No fue necesario.

De un ¡Plop!, dos personas se aparecieron en la puerta corrediza que daba al pasillo, captando la atención de absolutamente todos.

—¡Es Killi! —Exclamo Draco, alucinado.

En efecto era él, chillando y retorciéndose en los brazos de la otra, que apretaba los labios con esfuerzo.

—¡Kerry! —Harry sonrió, soltándose de Robards, provocando que el aludido deje de retorcerse para ojear a su alrededor.

—¿Ves, chico? Ya está aquí ¡y tu armando escandalo!

—Harry...Malfoy...chicos…—despidió éste débilmente—...llegué... ¡Al fin llegué! ...—Se hubiera desplomado de felicidad de no haber sido sostenido por el mismo hombre que lo arrastró, quien miraba su perfil muy de cerca, asimilando los miles de hormigueos que azotaban su cuerpo—…pensé que nunca saldría de este puto laberinto...pero aquí estoy...

—¿Él te trajo? —Pregunto Harry, mirando al silencioso hombre, intrigado—¿Quién es?

—Es Craig—Dijo el rubio a su lado, reconociéndolo—quién lo llevo ante Hoffman, inconsciente.

Al instante, el ojiverde mando a volar al tipo de un movimiento de muñeca, frunciendo el ceño. Este gruño de dolor cuando terminó estampado contra la pared del pasillo.

—...Si, así dice que se llama—Dijo Kerry acercándose a toda prisa—...m-me trajo luego que...—volteó hacia el cuerpo, que ahora estaba enroscado de pies a cabeza, gracias al ojiverde—...me dijera que uhm...—se rasco la cabeza, acortado—... ¿qué le gusto?

—¿Ah? —El moreno alzó las cejas, levitando el cuerpo amordazado y depositándolo al lado del otro licántropo, que miraba la escena en silencio y con una sonrisa torcida en el rostro.

—Me estás diciendo que...—intervino Jackson—...mientras nos sudábamos el culo buscándote, tu… ¿estabas ligando?

—¡Por supuesto que no! obviamente, se inventó esa idiotez...—dijo el ojicastaño blanqueando los ojos—para hacerme bajar la guardia y así poder...comerme con mínimo esfuerzo o ¡qué sé yo!

—¿Comerte sin esfuerzo, dices?

—Con razón lo veo lleno de polvo.

—¿Que se hecho cinco polvos?

—Ese Kerry no pierde tiempo—resopló Mike—¡Hasta con licántropos!

—Es fiel creyente de que si escoges, no coges—Acotó Blake.

—No perdona nada—Ryan metió su cuchara—¡pero nada!

—¿Perdonar? Él no es Merlín, no lo hará.

Harry se mordió la lengua para no reír. El rubio a su lado fue otro cuento, no pudo evitar unirse a las carcajadas de todo el mundo, incluyendo al Jefe.

—Jódanse—Escupió el pelirrojo, enfurruñado, poniéndose del color de sus rizos, evitando mirar hacia el licántropo amordazado a toda costa, quien de seguro estaba oyendo cada palabra que cortaba el aire.

—Ya estuvo bueno, muchachos—advirtió el mayor, calmándose—Lo que nos interesa ahora es que nuestro querido Thomas saque a sus criaturas—Apuntó al alfa—¡Levántate y camina! —Lo instó hacia la salida.

Este hizo caso, agachando la cabeza sumisamente, guiando al mayor por el pasillo.

—Me alegro que estés bien—El moreno lo palmeo, con expresión relajada.

—Igual yo—respondió este cruzando los brazos—Hoffman quiso invadirme, lo que me hizo entrar en desesperación—se estremeció, recordando—y lanzarle un Avada no verbal...que no funciono.

—Fue lo suficientemente potente—respondió el rubio, atando cabos—como para dejarlo inconsciente.

—…vaya...—suspiro—...luego, me la pase huyendo de esos dos licántropos y perdiéndome en este interminable laberinto...—agachó la cabeza—no hice mucho, les falle...lo siento.

—Inhabilitaste a Hoffman sin ayuda—Intervino alguien a su espalda—lo hiciste esplendido, Kenny.

Giraron hacia Kingsley.

—Bien hecho—sonrió—El análisis e incautación de mercadería, así como el reconocimiento de toda la base, está a cargo de los demás Departamentos.

—Gracias, señor...uhm... ¿eso significa que...?

—Irán a descansar, luego de llevar a los detenidos a sus celdas asignadas—Miró al rubio—Hoffman aún tiene mucho que decir—giró hacia los otros—cuando acabe la extracción de información, que espero no pase de esta semana, todos serán procesados en un juicio.

—Algunos compañeros fueron arrastrados por las demás bestias—Informo el pelirrojo con mirada apagada.

Ante lo dicho, varios colegas se amontonaron alrededor.

—Fui informado, Robards se encargará de la búsqueda en cuanto vuelva—aseguró—no pierdan la calma, ni la esperanza—su varita vibro.

—"Despejado, que Potter retire esta barrera"

—Voy—aviso el aludido, sintiendo sus parpados pesar.

Finalmente estaba sintiendo los primeros signos de sueño.

—Prepárense para custodiar a los retenidos.

—Entendido—Resonaron los aurores en conjunto.

—Malfoy—llamó la atención del rubio, que hurgaba todo a su alrededor con ojos enormes y atentos.

Era la primera vez que se veía rodeado de Inefables u otros especialistas, no podía dejar de mirarlos en su labor ¿Estaría Theo por ahí? No podría decirlo, los enmascarados se desplazaban sigilosos e imperceptibles entre colaboradores de otras áreas.

Regresó su atención al Jefe de Departamento.

—Diga.

—¿Es posible que Hoffman permanezca igual de incapacitado hasta nuevo aviso? Sería genial que los aurores tomen un tiempo prudente para recuperar fuerzas antes de iniciar los interrogatorios...en dos días como mucho, estaría bien.

—Ya está hecho—en realidad, dudaba que Hoffman despierte en un mes. Había husmeando a placer, empeñándose en ser lesivo—...fue todo un placer—torció una esquina de su boca.

Harry, que lo había estado observando con el pecho henchido de orgullo, se encontró con que no pudo apartar más la vista.

—Tengo un babero por aquí, para que te seques—llegó una voz desde el vidrio corredizo. El moreno desvió la vista, sonrojándose con violencia—...el sudor, chico.

—Que amable—Gruño con sarcasmo el aludido, mientras el mayor ingresaba con un levitante y amordazado Thomas frente a él.

—Se quedan conmigo los tardones de la semana, es decir, todos menos Potter, Malfoy, Kenny, Ryan y Mike—Muchos gemidos inconformes no tardaron en sonar—Chicos, tomen sus bultos, son todo suyos. Los demás, daremos inicio a la búsqueda de cuerp- digo, desaparecidos.

—Entendido—Musitaron al unísono.

—Entonces, Buenas noches.

—Nos vemos, Kingsley.

Kingsley inclino brevemente la cabeza, para proceder a alejarse hacia la zona de Inefables.

—Kerry, tu llévate a ese—Lo instó Mike señalando al bulto más alejado, socarrón—¿Cómo dices que se llama tu agarre?

—Chúpamela.

—¿A la vista de todos? —Soltó una carcajada.

—No, idiota, se llama "Chúpamela"—Ryan se dirigió al dichoso bulto—Bonito nombre, lobito.

El ojicastaño entrecerró los ojos hecho una furia, y el moreno decidió que, si se iban a matar, mejor que sea lejos de Draco, quien ahora parpadeaba más lento de lo normal. No es que haya estado mirado su rostro de forma obsesiva.

Era atento, solo eso.

—Traeremos a Hoffman—Avisó pasando un brazo por el hombro de este, antes de escabullirse arrastrándolo consigo.

Ninguno pareció oírle, habían iniciado un pequeño altercado.

—¿Tienes mucho sueño? —Susurró Harry en la suave oreja cerca de el—Puedo dejarte primero y luego-

—No, tengo energía de sobra—se apresuró en afirmar—Terminemos esto.

—Está bien—musitó con suavidad, resguardando un platinado y rebelde mechón tras la oreja a su alcance.

Las avispas asesinas que habitaban dentro de Draco aletearon furiosas mientras se dejaba conducir hacia el cuerpo inerte de Hoffman, con el compacto brazo del moreno reposando sobre su hombro, atrayéndolo a su deliciosamente formado torso.

—Antes de venir, Kerry dijo que esta no sería una redada tan mala...tuvo razón—delineó el fino perfil—...igual que tú, como vaticinaste: habría hecho "un carajo" sin tí.

—Te lo dije, Potter—Concedió con un ademán altivo.

Harry sonrió, embarazado, o algo así. Sino como explicar las patadas en su vientre ¿o eran pedos enojados?, en fin, lo analizaría luego.

—Oigan—Ryan seguido de Kerry y el resto, se habían acercado para la aparición conjunta, levitando sus bultos—¿Ya están? Me desmayo de sueño.

—Listo—Harry agitó la mano, y Hoffman se elevó por los aires.

Draco lo miró colgar inerte, con la cabeza gacha escondida tras su melena, inconsciente, aun sin dar crédito a lo que estaba aconteciendo.

Había pasado de estar tumbado en su aburrida habitación, a acompañar al moreno en una misión donde él había sido la indiscutible estrella de la noche.

Lo mejor sería no comentarle nada a Blaise cuando vuelva, le iba a dar "literalmente", un monumental ataque de solo escuchar las palabras "licántropo" y "Potter" en una sola frase.

¡Y cómo no! Se sabía todas sus fobias y manías.

Se aparecieron en el Atrio, donde un grupo de guardias ya los esperaba para dirigirlos a las celdas correspondientes. A Thomas y Craig les toco una parecida a la de Hoffman: una silla con cadenas y muñequeras anti-transformación.

Cuando le quitaron las cuerdas al licántropo más joven, este se dejó colocar las esposas sin dejar de mirar al pelirrojo, como si ocupara los ciento ochenta grados de su visión, con una intensidad tal, que este opto por esperarlos en el pasillo.

Cuando salieron, las pullas no se hicieron esperar.

—En el fondo no querías ser encontrado ¿verdad?

—Tienes que decirme que le hiciste, mi mujer no me mira así desde nuestra luna de miel.

—Ya déjenlo, chicos.

—No lo defiendas tanto Potter, que eres de su club.

—N-No sé de qué hablas...

El moreno se escabullo para nivelarse con los guardias más adelante, con un semidormido rubio pisándole los talones.

A pesar que este aseguró que Hoffman estaba profundamente sumergido en el limbo, los guardias lo sedaron luego de ingresarlo a la celda del final del pasillo.

"Por si las moscas", dijeron.

Para cuando llegaron al Atrio, todo el mundo estaba cayéndose a pedazos. En especial Kerry, que no había querido hacer otra cosa que dormir desde que el moreno le mostró su mano tatuada, aullando de furia.

—¿En dónde la continuamos?

—Ya quisiera tener fuerzas para eso...

—Ese lobito te drenó completito ¿eh?

—Si sigues con lo mismo...—miro a Mike con veneno—...pensaré que estas celoso.

—Tal vez un poco—sonrió.

Harry alzó las cejas, espabilando, altercando la mirada entre ambos, confundido.

—Oh no...—Kerry blanqueó los ojos—me largo—Giró hacia el pelinegro y su inseparable acompañante—Que descansen, chicos—Sonrió débilmente, y sin más, se enfilo a la chimenea más cercana.

—Ya lo pusiste de malas—rezongó Ryan.

—No le hice nada malo, aunque querría...

—¿Por qué querrías hacerle algo malo a Kerry? —Frunció Harry el ceño. ¿Se llevaban mal o algo?

—Potter...—Draco lo miró con incredulidad—¿En serio no la captas?

—¿Captar qué?

—Follaron una vez—informó Ryan sin filtros—Desde ahí, le tira maíz cada que puede, pero Kerry se hace el desentendido.

—¿Fo-follaron? —Harry boqueó mirando a Mike, asombrado.

Kerry nunca le había dicho una palabra sobre eso, de hecho, nunca le hablaba de sus amoríos. Ahora que lo pensaba, nunca le contaba mucho sobre él.

A pesar de liar conversación con asombrosa fluidez, era bastante reservado.

Por otro lado, casi todos los días almorzaban juntos, y nunca había notado que actuara raro con Mike, ni que este se insinuara, o algo. Con la nariz enterrada en lo de Hoffman...

—¿En qué momento?

—La semana pasada, en los baños—Informó el involucrado—Luego quise invitarlo a salir, pero...es muy escurridizo cuando quiere.

Él contaba pelo y seña de su asunto con Malfoy, pero el pelirrojo no decía ni pio de nada.

—Ya veo—Suspiró.

Se sentía un poco como "traicionado" por esa falta de reciprocidad.

Se peinó la nuca, adormilado.

Bueno, tampoco es que se haya mostrado interesado por esos detalles, no podía culparlo ¿no?

¿Eso lo hacía un mal amigo?

Su cabeza pulsó.

—Bien, me iré a lloriquear a casa—Mike agitó una mano antes de aparecerse.

—Y yo, hasta pronto—Ryan lo imito.

Estaban solos, finalmente.

Harry giró hacia el rubio, que pasaba los dedos por su despeinado y largo cabello, distraído y medio dormido.

Tragó, repentinamente nervioso.

—Ya es tarde…—las perlas grises emergieron tras los pesados parpados y se clavaron en él, oscurecidas—...debemos recuperar fuerzas para...uhm, te dejare donde Zabini luego de una buena siesta ¿Te parece?

Draco lo taladró en silencio, con el corazón desbocado.

—...Cl-claro que si prefieres-

—Vamos—lo cortó, sonriendo ligeramente.

Harry, quien ya lo tenía del brazo, los apareció en su habitación, antes que se le ocurra cambiar de opinión.

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