Jaken y Sesshoumaru escoltaron a la señora hasta su casa, dejando a Rin a cargo de la cena.

Regresaron a la casa de la montaña sin ningún percance y cenaron en silencio.

Colocaron las bolsas de dormir frente a la chimenea, Rin sacó a Ah y Un de la caja para que durmieran con ella y no pasaran frío.

—Oigan, ahorita que fui por Ah-Un, alcancé a ver que ya está nevando, ¿no creen que el Genin puede morir de frío? Al final de cuentas está desnudo y pensé que quizá podemos ponerle algún kakebuton* de los que están en esta casa…— Rin señaló los closets donde estaban guardados los futones de la casa abandonada.

—No seas tonta Rin, de todos modos está destinado a morir —Jaken cerró el cierre de su bolsa y se dispuso a dormir.

—Todos estamos destinados a morir señor Jaken, pero al menos a mí me gustaría que fuera rápido y sin sufrir tanto… —Rin le refutó indignada.

—Jaken, ve y échale una manta —Sesshoumaru ordenó y al ver que su asistente estaba a punto de decir un "pero", le mandó la mirada de "Anda atrévete y verás" ante lo cual Jaken salió disparado en busca de la manta.

Jaken tenía razón, iban a tener que matarlo, de nada servía gastar recursos en él. —Mañana debemos salir de aquí, en enero las nevadas serán peores y necesitamos quedarnos en algún lugar con electricidad y agua, preferentemente en el sur —le comentó a Rin para que entendiera la indirecta de que mañana debían darle paz al Genin, ella afirmó con la cabeza, pero los ojos lucían tristes.

Su mano se movió por sí sola para acariciar la mejilla de Rin, sentía la necesidad de calmarla —¿Conoces la frase de "primero pienso y luego existo"? Él médico ya no está aquí, él ya está descansando.

Rin asintió con más fuerza haciendo que sus lágrimas se derramaran y él las limpió con su pulgar.

—He hem —el tosido fingido de Jaken los separó y los tres por fin se acurrucaron dentro de sus bolsas para dormir.

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Los pequeños ladridos de Ah-Un lo despertaron, a pesar de que todos dormían en sus respectivas bolsas, tenía a Rin encajada en las costillas y a su vez Jaken tenía la frente pegada a la espalda de Rin, el gran trozo de leña que habían puesto la noche anterior se había consumido por completo. Se levantó para meter más leña, cuando unos suaves golpes en la puerta sonaron, Ah-Un volvieron a ladrar.

Sesshoumaru agarró por precaución la ballesta, afuera ya había algo de luz por lo que dedujo que serían alrededor de las 7am. Se asomó por la mirilla y se sorprendió de ver a la mamá del médico ahí en medio de la nieve. Abrió la puerta con fastidio —¿Qué quiere?

—¿Ya lo mató?

—No todavía.

—No lo haga, hoy tengo que ir a trabajar, pero el sábado y el domingo quiero intentar hacer que vuelva.

—Nosotros no podemos quedarnos aquí más tiempo. —Sesshoumaru intentó cerrar la puerta, pero la señora se lo impidió.

—Por favor, —el tono autoritario de la señora se atenuó y se le quebró la voz —deme estos tres días, no puedo faltar a trabajar y ahora que Nori no está, menos, pero le prometo que el sábado y el domingo me esforzaré por traerlo de vuelta —rogó entre sollozos.

Otros 3 días de nieve, en esta casa sin luz ni agua, pero la oportunidad de poder traer de vuelta al médico y posiblemente tener la solución a esta pandemia era una oportunidad única —Mañana venga aquí a las 9am y traiga cosas de su hijo que puedan evocar algún recuerdo en él.

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A medio día fueron a un sento a bañarse. Al ser viernes por la tarde, el lugar estaba vacío, Jaken y él eran los únicos en el ofuro por lo que el asistente se sintió con la libertad de poder hablar francamente.

—Lo que más extraño de nuestra vida anterior, es cuando podíamos bañarnos a diario. También extraño salir de trabajar e ir con usted al izakaya, los konbini abiertos en la madrugada… extraño la noche —Sesshoumaru no contestó por lo que Jaken continuó —creí que iba a extrañar mucho la electricidad, pero la verdad es que con todo lo que tenemos que hacer a la antigua, ya no queda tiempo de pensar en ver el celular… ¿Y usted qué es lo que más extraña?

Él lo pensó un poco, había estado tan ocupado con la misión, cuidar a Rin y Au-Un que no extrañaba realmente nada de su vida anterior, quizá un poco las comodidades básicas que antes daban por sentadas, —el baño y el ofuro de mi departamento, mi cama y la comida gourmet.

—¿Esto es todo?... hum ¿no extraña a la señorita Kagura?

Sesshoumaaru abrió los ojos lentamente, delante de él el vapor que emanaba de agua caliente nublaba su vista. Tenía meses que no escuchaba ese nombre, no solo eso, había olvidado por completo la existencia de su prometida, ¿que si la extrañaba? No, hacía años que no la extrañaba.

—Joven* Sesshoumaru —continuó Jaken con voz temerosa —sé que no soy nadie para decirle esto, pero creo que está jugando con fuego y…

—No le seré infiel, Jaken.

—La infidelidad no solo es corporal… es más si solo fuera algo físico probablemente la señorita Kagura lo dejaría pasar, pero…

—¡Deja de inmiscuirte en mis asuntos! —Sesshoumaru se levantó y salió del agua, ya había tenido suficiente de escuchar a otro idiota reclamándole por el honor de su prometida, como si él de verdad hubiera hecho algo malo, todos sus compañeros se iban al fuuzoku* y ni las esposas se quejaban, él era amable con una chica y todo mundo perdía la cabeza.

Cuando salió de los vestidores se encontró a Rin sentada en los sillones del área común bebiendo café latte de maquinita. Tenía las mejillas muy coloradas al haber estado un largo rato en el agua caliente y los mechones de cabello que no se había secado bien mojaban un poco la blusa blanca de algodón, volviéndola ligeramente transparente. Se detuvo frente a ella, Rin le sonrió y él sintió como si todavía siguiera rodeado de vapor y le fuera difícil respirar.

Se sentó al lado de ella, la arrebató el café latte y le dio un trago.

—¡Ah! —ella se quejó, pero él le devolvió el café inmediatamente, solo necesitaba de un trago frío para recuperar la cordura.

—Rin, ¿qué extrañas de la vida anterior? —Sesshoumaru mantuvo la mirada fija al frente al preguntar.

—¿Hum? Nada... bueno ir a la clase de dibujo y a la de pintura. También extraño bañarme diario.

—¿No extrañas a tus amigos, algún novio? —Cuatro meses conviviendo con ella y por fin se había atrevido a hacer LA PREGUNTA.

Rin soltó una risita que sonaban como campanitas de viento —El día en que creí que había hecho una amiga después de 22 años, el feto gigante apareció en la exposición… quisiera tener el privilegio de poder extrañar a alguien o que alguien me extrañara.

Regresó su vista a Rin para constatar algo, sentía la necesidad de abrir la boca, las palabras chocaban en carambola detrás de sus dientes amenazando con romperlos y soltarle que él la extrañaba cuando ella se quedaba con Ah-Un y él se iba solo a investigar, que la extrañaba cuando tenía que meterse a los onsen con Jaken y dejaba de escuchar su melodiosa voz y que la iba a extrañar aún más cuando todo esto acabara. Sí, estaba jugando con fuego y se estaba quemando «solo dos años, el amor dura solo dos años y seré libre» repitió en su cabeza varias veces como mantra.

—¿Y usted no extraña a alguien? —Rin preguntó con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

—No.

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Saliendo del sento, llevaron la camioneta a un taller para que le pusieran llantas para nieve y compraron provisiones. Así acabó ese día sumamente tranquilo, aunque él estaba agotado.

El sábado 12 de diciembre a las 9 am la mamá llegó puntual como lo había prometido, trajo álbumes de fotos, peluches, figuritas de acción y hasta un pastel de crema batida con fresas. Los cuatro estuvieron en el cuarto obscuro por horas tratando de que el Genin reaccionara, pero nada, incluso les escupió el pastel que intentaron metérselo en la boca con una cuchara larga.

El domingo la madre regresó, más desesperada que nunca, lo tocaba, le rogaba que volviera, pero el Genin no la reconocía, Sesshoumaru no entendía qué no estaba funcionando, se notaba que la madre era estricta pero que en verdad amaba a su hijo. Después de 6 horas la madre llorando a mares abrazó al monstruo mientras Jaken lo sostenía del cuello con el palo de pinza para que no pudiera morderla de ninguna manera.

—Creo que la mamá le demostró su cariño a su hijo demasiado tarde o yo soy un caso aislado —Rin le susurró a Sesshoumaru antes de salir de la habitación completamente abatida.

No supo cuánto tiempo pasó, pero ya entrada la noche, la señora salió del cuarto. —Gracias señor Takahashi, al menos pude despedirme de él, ahora merece descansar, voy a investigar mañana si la funeraria acepta incinerar a mi hijo en estas condiciones, así que puede dejar su cuerpo en el cuarto y yo me encargaré del resto.

No sabía qué decirle a la señora, se sentía frustrado de que su teoría no funcionara y haberle sembrado la ilusión de ver a su hijo nuevamente a una madre que claramente ya se había resignado a su muerte desde el incidente en el hospital.

—Lamentamos mucho que no funcionara y haberla hecho pasar por tanto estrés para nada. Seguiremos investigando para que esto no vuelva a suceder. Estaremos aquí mañana para cuando venga por su hijo… lo siento mucho, señora —Rin salió a su rescate despidiendo a la señora en la puerta.

Después de escoltar a la señora hasta su casa, Sesshoumaru regresó con Jaken a la montaña y con ballesta en mano entró al cuarto obscuro, el Genin se arrastró hacia la puerta y él le disparó en la frente. Éste había sido el más difícil de matar hasta ahora.

El lunes y ya bastante tarde, una camioneta se estacionó frente a la casa para llevarse al Genin, el médico, para cremarlo.

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Por fin partieron rumbo al sur al día siguiente. Sesshoumaru iba manejando a vuelta de rueda por la nieve, Rin iba en el asiento trasero aterrada mirando por la ventana y hasta Jaken clavaba las uñas en su lugar, todos deseaban llegar a algún pueblo antes de que callera la noche en estas carreteras resbaladizas.

Se detuvieron en Hiroshima en un café para cargar sus celulares y buscar hoteles, pero todos cerraban a partir de las 4pm. Jaken le habló al científico y éste les dijo que tenía 2 meses que los hoteles habían dejado de funcionar por la noche, ya que algunos trabajadores habían muerto en el turno nocturno. Muchos habían quebrado y otros se esforzaban por dar desayunos y comidas gourmet durante el día para que la gente siguiera yendo.

Hacia demasiado frío como para quedarse en el parque como la última vez, así que nuevamente buscaron una casa abandonada con chimenea.

La siguiente parada fue en Fukuoka, aquí ya no había nieve, por lo que todos se relajaron poco.

De pronto Rin recordó que aquí vivía su tía —¡Señor Takahashi! Tengo una idea, ¿y si nos quedamos en la casa de mi tía? Yo al ser familiar podría ir a pagar las cuentas de luz y agua para que vuelvan a instalar los servicios y así nos quedamos todo el invierno en un buen lugar.

—¿Estás segura de que podemos quedarnos ahí?

—Pues de todos modos no se van a enterar, ni siquiera sé si huyeron o siguen vivos.

Llegaron a la casa de la tía y todo estaba igual que como en el verano, nadie había regresado.

Sesshoumaru forzó la puerta que daba al jardín y entraron. Olía a humedad y había algo de polvo en los muebles. Comprobaron con singular alegría que todavía había luz y agua, por lo que lo más probable es que los pagos se los descontaban a la tarjeta de la tía de manera automática. La casa no tenía chimenea por lo que Sesshoumaru salió con Jaken a comprar keroseno y comida en lo que Rin limpiaba la casa. No querían que el ruido de los aires acondicionados llamara la atención de algún Genin por la noche.

Ese día todos tomaron un baño muy largo.

A pesar de que la casa contaba con varias habitaciones, ya se habían acostumbrado a dormir los tres juntos con Ah-Un caminando entre ellos de vez en cuando. Por lo que colocaron 3 futones en la sala frente al calentador de keroseno.

—¡Señor Takahashi! ¿Sabe qué más extrañaba, pero ya no lo recordaba? ¡El inodoro! El bosque no está mal, pero qué gran invento este del inodoro he, cuando todo esto acabe voy a cuidar con más cariño el ofuro y el inodoro —exclamó Rin desde su futón.

—Estoy de acuerdo —contestó el señor Jaken a su derecha —hacer popó en el bosque en septiembre fue lo peor, ¡los moscos me picaron todas mis nalguitas!

—¡Igual a mí! —Rin rio junto con Jaken.

—Ya es tarde, guarden silencio —Sesshoumaru los calló.

Kakebuton: literalmente lo que va encima del futón; una especie de colcha.

Izakaya: bar tradicional japonés

Joven Sesshoumaru: en realidad en japonés sería bochan (坊ちゃん), pequeño jefe, o joven amo. Las nanas o asistentes de hijos de familias ricas suelen llamar así a los niños que tienen a cargo, pero en español suena extraño y lo deje sólo como joven Sesshoumaru.

*Fuuzoku: prostíbulo, prostitutas.