*Maaboodofu o mapo tofu en inglés: es un platillo picante de Sichuan (China), lleva carne molida, tofu y pimienta Sichuan.

*Naganegi: cebolla larga, se parece al puerro.


El 9 de febrero Rin fue por Jaken en taxi, a partir de esta noche ya no podría dormir con ella en la mini cama y tendría que compartir las atenciones femeninas son su asistente, cosa que no le agradaba en lo absoluto.

Jaken aguantó dos días sin bañarse y al tercero ya no pudo más.

—No puede ser, ¡qué humillante! —Jaken lloriqueaba cuando Rin le tallaba la espalda y él vigilaba todo el proceso desde la puerta.

—Joven Sesshoumaru, ¿podría cerrar la puerta? Me estoy muriendo de frío —se quejó su asistente cuando Rin comenzó a enjuagarlo. Él no contestó.

Al cabo de una semana Rin se veía muerta de cansancio, se sentía culpable porque él casi no podía ayudarle en nada que requiriera fuerza. Ella sola iba al supermercado caminando y como no podía cargar mucho, iba cada dos días.

Hoy estaban los tres en la cocina, ellos dos cortando ingredientes en la mesa y Rin asando la carne molida en el sartén. Cenarían maaboodoufu* y tenían que hacerlo antes de que se ocultara el sol por lo que él cortaba a gran velocidad el naganegi* cuando su celular vibró sobre la mesa, llamando la atención de todos.

—Jaken, pon el altavoz —le ordenó a su asistente quien cortaba lentamente el tofu en cuadritos perfectamente simétricos.

—Hasta que contestas, idiota —la voz de su medio hermano inundó la cocina.

—¿Qué quieres?

—Padre me habló ayer para que yo vaya a Nagasaki porque tú no has podido ir en 6 meses y fuera de los reportes que entregas a la policía, a él no le has dicho nada.

—Discúlpenme la interrupción —intervino Jaken — pero el joven Sesshoumaru ha estado muy ocupado en la investigación además de que fuimos atacados y acabamos de salir del hospital, así que no creo que sea…

—¡Qué! ¡Y por qué no has dicho nada Sesshoumaru! —Inuyasha sonaba genuinamente preocupado.

—No te incumbe —Entregó el naganegi picado a Rin y prosiguió a cortar el ajo.

—Eres un idiota, yo que pensaba ir contigo… me iré solo y me quedaré con todo el crédito.

—Haz lo que quieras —contestó él aburrido, esperando a que Inuyasha captara la indirecta y cortara la llamada.

—¿En dónde estás?

Antes de que Sesshoumaru pudiera contestar que esa información no le incumbía, Jaken respondió.

—Estamos en Hakata, —Su asistente explicó como si nada y le hizo un ademán a Rin para que tomara el tofu cortado —en la casa de la tía de Rin recuperándonos, el joven Sesshoumaru tiene dos costillas rotas, una herida en la pierna y yo una pierna rota, al parecer todo tarda d semanas en sanar…

—¡Sigues con la chiquilla! —Exclamó Inuyasha poniendo visiblemente nerviosa a Rin —Tú de verdad…

—¡Jaken, cuelga! ¡Ahora! —Le gritó a su asistente y de pasó le aventó una cabeza de ajo en la frente.

Minutos después de que todo quedara en silenció Rin anunció —Este... ya está la comida —sirviendo los platos, luego se asomó al jardín —Ah-Un a cenar —los perros negros entraron corriendo a la cocina y se abalanzaron sobre sus platos de croquetas.


Jaken no podía dormir, tenía mucha comezón en la pierna, era la primera vez que se rompía un hueso en toda su vida y no la estaba pasando nada bien. Salió de su futón y se arrastró un poco hacía donde estaban las armas. Intentó rascarse con una de las flechas que hizo Rin, cuando sin querer acabó cortándose un poco la rodilla —maldita sea —susurró. Con la luz de su celular quiso ver la herida al interior del yeso y sin querer acabó alumbrando un poco la habitación, dándose cuenta de que, aunque cada uno en su futón, Sesshoumaru y Rin dormían tomados de la mano.

Bueno al menos ya Rin no podía alegar que no sabía. Cuando el joven Sesshoumaru le rompa el corazón y ahí estaría él para consolarla. De pronto le dieron ganas de ver noticias en internet y olvidarse de los problemas de los demás, cuando notó que tenía un mensaje en Line, desde que se divorció, el único que le mandaba mensajes era el joven Sesshoumaru, ¿quién más podría querer hablar con él?

Abrió la aplicación "Takahashi Inuyasha" le había mandado un mensaje —Mándame la dirección de donde están.

—No creo que su hermano me perdone si hago eso. —Cerró el chat y regresó gateando a su futón, cuando el celular vibró.

—Logré que Kagome tomara todas las vacaciones que no ha tomado nunca para ir a ver cómo están, de todos modos, me queda de paso rumbo a Nagasaki.

Jaken se tomó un momento para analizar la situación, la pobre de Rin estaba exhausta de tener que cuidar a dos hombres adultos como si fueran bebés, más dos perros y sin licencia de manejo. No le vendría nada mal una ayuda extra. Además, después de ver lo letales que pueden ser los Genin en grupo, lo mejor sería que los dos hermanos se apoyaran durante los enfrentamientos. Dio click en "enviar ubicación" y se encomendó a todos los dioses para que el joven Sesshoumaru no lo despidiera.

El lunes 16, Rin se fue con Sesshoumaru al hospital a que le quitaran los puntos de la pierna y todavía no les había dicho que Inuyasha venía en camino con su novia, si todo salía bien, llegarían por ahí del 18.


De nuevo un RCP en su panza le sacó el aire y la despertó, las narices húmedas de Ah-Un le daban toques en la cara para que se levantara, esta vez no tuvo que arrastrarse para buscar a Sesshoumaru, ya que dormía justo al lado de ella.

—Sesshoumaru —le dio unas palmaditas en el hombro y él despertó queriéndose sentar de inmediato, pero el dolor de la costilla lo echó para atrás.

—¿Qué sucede?

—Es Ah-Un, está sucediendo de nuevo. —Rin ayudó a levantarlo y optaron por dejar al señor Jaken dormido. Desde el segundo piso observaron gracias a la luz de la luna, como un grupo de Genin andaban en cuatro patas buscando una casa de fácil acceso. Un dio un "Uf" cuando uno se acercó a la casa de la tía, pero Rin rápidamente le dio la orden de guardar silencio.

Después de que el Genin se diera cuenta de que no había ventanas en la casa, por las láminas de madera, desistió y siguió a la siguiente casa vacía de la vecina. Cuando Sesshoumaru vio que estaban fuera de peligro, le señaló a Rin con la cabeza que debían bajar.

Sigilosamente se metieron de nuevo en los futones y un grito agudo cortó la quietud de la noche. Ah-Un se pusieron nerviosos, Jaken despertó aterrado y Rin apretó contra su pecho el antebrazo de Sesshoumaru —¿Llamamos a la policía? —Susurró.

—Jaken, llama a Nishitani, dile que estamos incapacitados.

El señor Jaken acató la orden, se echó el kakebuton encima y marcó.

Los gritos y lamentos iban en aumento, ella quería ir a ayudar, pero sabía que Sesshoumaru no se lo permitiría y ella tampoco le permitiría a él ir a luchar una batalla que ya estaba perdida.

—Nishitani dijo que enviaría a sus hombres —el señor Jaken asomó la cabeza. Se quedaron los tres escuchando cómo los gritos iban disminuyendo, dejando en claro que los hombres del señor Nishitani llegarían a recoger cadáveres.


A la mañana siguiente se despertaron tarde, la impotencia de anoche no los dejó dormir. Su padre alguna vez le dijo que una parte de madurar consistía en saber elegir las batallas, nunca había entendido a qué se refería con eso, Sesshoumaru siempre creyó que era una frase que los cobardes usaban de pretexto para no trabajar, hasta el día de hoy. ¿Si él moría, quién iba a proteger a Rin?

Ahora que ya se sentía mejor y tenía más movilidad con el brazo izquierdo, ya no requería la ayuda de Rin para bañarse, aun así, seguía pidiéndole que tallara su cabello. Los delgados dedos femeninos masajeaban su cráneo deliciosamente cuando un horrible sonido interrumpió su momento favorito del día.

—¡Pero qué carajos! —Inuyasha se había materializado ahí en la puerta del ofuro, o se había vuelto loco, o Jaken pagaría con su cabeza.

—¡Ho señorita Kagome, qué sorpresa! ¿Cómo está? —Rin saludó como si nada a Kagome quien estaba atrás de Inuyasha.

—Hola Rin chan, Jaken nos mandó su ubicación y vinimos a ver cómo estaban… ¿te ayudo en algo?

—Ho no se apure, ya casi acabo —Rin tomó la regadera de teléfono y enjuagó el cabello de Sesshoumaru. Una vez finalizada la labor salió del ofuro cerrando la puerta tras de sí, dejándolo solo a que acabara de bañarse.

Salió del baño ya arreglado y caminó rumbo a la sala, ahí encontró a todos conversando tranquilamente. Entonces miró a Jaken, con el rostro más sereno del mundo y sin decir una sola palabra esbozó una ligera sonrisa, dándole a entender que empezara a cavar su tumba.

Jaken se irguió esquivando su mirada y buscando sus muletas para huir de la situación.

—Ho si me disculpan, debo ayudar al señor Jaken a bañarse —la voz alegre de Rin aligeró el ambiente.

—¿Haz estado bañando a estos dos tú sola? —Inuyasha preguntó incrédulo.

—Sí, pero nos dejamos el bóxer joven Inuyasha, no piense mal —Jaken contestó desapareciendo de la sala junto con Rin, dejándolo solo con Ah-Un, su medio hermano y la novia. «Qué fastidio…» pensó y se sentó con cuidado en el sillón.

Les resumió los experimentos que había estado haciendo y también les contó sobre el incidente que los dejó heridos.

—Hum ya veo, nosotros nos detuvimos en Hiroshima dos días, en la casa de una amiga de Kagome y observamos desde el quinceavo piso, una manada deambulando por las calles desiertas. A y a Kagome ya la mordieron, una madre infectada se transformó unos días después de dar a luz y Kagome por tratar de salvar al bebé fue mordida en el brazo, yo llegué corriendo cuando escuché los gritos y logré matar al monstruo con cuchillo de carnicero.

—Eso fue en diciembre, —agregó Kagome —y no me he transformado, así que supongo que también soy inmune, aunque ya estaba muy cansada, por eso cuando me dijo Inuyasha que ustedes estaban aquí heridos, decidí tomar vacaciones y venir a ayudar… bueno no hay mucho que pueda hacer por tus costillas.

—En fin —Inuyasha exhaló y continuó —estaba pensando en ir contigo a Nagasaki, porque no estamos seguros de si ahora se mueven en grupos sólo por el frío o si han descubierto que así son más letales, al final de cuentas son humanos, quizá algo de la inteligencia se queda ahí, ¿sabes? Hasta me traje de contrabando las espadas de la familia, hay que sacarles filo y cortar unos cuantos rollos de bambú… pero, ¿cómo te sientes para viajar?

—Vamos en dos semanas, me dijeron que las costillas se recuperaban en 6 semanas —Sesshoumaru tentó sus costillas para corroborar que el dolor sí había disminuido.

Kagome interrumpió alarmada —O sea sí se recuperan algo, ¡pero no como para que se pongan a combatir como si nada!

—Con que el dolor no me detenga, será suficiente. —Sesshoumaru finalizó la charla y se levantó del sofá.

—¿Hey a dónde vas? —Inuyasha también se levantó confundido.

—Voy a llevar a Rin al super, la comida que tenemos no alcanza para dos bocas más —les mandó una mirada de reproche y salió de la sala.

—¡Yo manejo! Kagome cuida a Jaken y a los niños. —Inuyasha lo pasó corriendo para ganarle las llaves del Mazda antes de que él las tomara.

—¿Cuáles niños? —Kagome preguntó desconcertada corriendo tras de ellos.

—¡Ah y Un! —Gritó Inuyasha y salió de la casa.

Minutos después Rin salió con las bolsas para el mandado y le sonrió.