"Como si un velo se levantara lentamente de sus ojos, revelando la cruel verdad que había estado oculta detrás de los besos que una vez consideró amorosos."
- ¡Hilda! ¡Date prisa, Tontu está a punto de terminar tu desayuno! - La voz de Johanna resonó en el apartamento, despertando a la pequeña peli azul. Al estirarse, sintió sus huesos crujir y al bostezar, notó un dolor en la parte interna de su muslo.
-Ouch!- Se quejó al sentir el agudo dolor, bajando la mirada, vio mordiscos en su muslo izquierdo y moretones en sus piernas, además de que su pecho aún plano tenía marcas de mordidas.
(Unos labios demasiado húmedos besaban y mordisqueaba la piel de su cuello, sentía cosquillas demostrándolo con algunas risas, pero pronto las risas fueron apagadas por chillidos de dolor e incomodidad al sentir más fuerza en lo que le hacían.)
-¡Ya voy, mamá!- Abriendo la llave decidió darse el baño que necesitaba, estaba sucia.
(-¡¿Qué… Qué haces?!- Se sentía tan confundida, su camisa fue arrebatada y pronto estaba solo con los pantalones de pijama. Twig estaba en su cuarto donde podía escucharlo ladrar y rasguñar la puerta, un hedor a alcohol le dio de pronto a la cara y el sabor amargo de una boca demasiado húmeda se sumó a lo que pasaba.
El sonido de Twig arañando la puerta se intensificó, como si estuviera tratando desesperadamente de entrar y salvarla.
-¿Qué pasa?- Una mano se puso sobre su estómago donde la dejo inmóvil, mientras que otra fue a sus pantalones donde estaba intentando quitárselos, pataleando, fue recibida por un gruñido animal y una mirada llena de molestia.
-Ssssshhhhh~- Su tono de voz era distorsionado y parecía que estaba teniendo dificultades para hablar, eso solo la puso más nerviosa.)
El agua estaba hirviendo, entrando solo siseo un poco antes de empezar a limpiarse, su piel se puso de un tono rosado rápidamente, cerrando los ojos, comenzó a tararear una canción sin ritmo. Su piel estaba sensible, haciendo una mueca se esforzó en esta vez frotar más fuerte solo volviendo su piel de un color un poco más oscuro.
Cuando abrió los ojos que no supo cuando los cerro, cerro la llave y tomo una toalla. Saliendo del baño fue a su cuarto, necesitaba prepararse.
Bajando su camisa comenzó a caminar a la cocina, el olor al desayuno le hizo agua la boca. Sentándose en su silla vio a Tontu intentando obtener más panqueques, era gracioso verlo intentar conseguir mas de los que mamá cocinaba.
Espera… ¿Panqueques? Mamá no hacia panqueques a menos que…
-Aquí tienes, cariño.- Los ojos verdes de la peliazul, fueron al plato que fue puesto frente a ella veía la miel de maple caer con lentitud a los lados, al mismo tiempo una rodaja de mantequilla se derretía suavemente en la parte superior.
Volteando a ver a su madre vio que toda ella brillaba gracias a su buen humor, su mano le coloco un mecho de su cabello detrás de su oreja y con eso comenzó a tararear una canción para así ir a encender su radio.
-Tontu, deja de intentar comerte los panqueques de Hilda.- Eso llamo su atención, parecía que el pequeño Nisse aún estaba hambriento.
-Oh vamos, solo míralos. Es injusto.- Hilda vio de nuevo su comida y pudo ver chispas de chocolate derritiéndose en medio de la masa. Tomando un tenedor le dio un bocado… fue delicioso.
-Tontu, comiste panqueques y 2 omelettes tu solo.- Le respondió Alfur, su vista siguió en el plato. El desayuno estaba delicioso, en cualquier otro momento ella estaría devorándolo como si hubiera un tesoro que buscar, sin embargo, hoy no se sentía así.
-¿Pasa algo, Hilda?- La pregunta del elfo la hizo dar un respingo, abriendo los ojos lo vio confundida, ¿Qué si le pasaba algo decía?.
Ella solo levanto los hombros, sabia que algo pasaba, pero no sabía que era.
Sus ojos verdes fueron a su madre quien estaba sentada en su mesa de dibujo, el tarareo junto la música de la radio daban un ambiento ameno. Uno que no podía disfrutar como usualmente haría.
Dejando que el Nisse se comiera el resto de panqueques se levanto a alimentar a Twig, el ciervo-zorro la miraba con aquellos ojos que la hacían sentir mal por preocuparlo. Tomando la caja de comida, comenzó a servirle a su compañero de aventuras; tendría que irse pronto a la escuela.
La pelota reboto en su cara, lo que la empujo hacía atrás con un audible "poing". Cayendo sobre su espalda vio el ventilador de techo moverse con su respectivo bombillo, no dolió mucho en realidad solo fue más el impacto.
La cacofonía de sonidos se fue y en eso muchos balones rojos pasaban sobre ella, no hizo ademan de levantarse, al mismo tiempo que, el sonido de gritos y pelotazos resonaban ahora por sus oídos.
Bzzziiiuuu!
-Estas fuera, Pearson.- El profesor de educación física dijo mientras los balones rojos volaban. Levantándose se fue lo más rápido que pudo, ya que aun estaba en fuego cruzado terminando por desplomarse en el banco de las personas eliminadas.
Su cuerpo se sentía entumecido, apretando los labios hizo una mueca mientras se acomodaba mejor en el lugar. Mamá había sido mas ruda de lo que estaba acostumbrada.
-Ey, Hilda.- Parpadeando lentamente vio a David saludándola, tenia un golpe en la mejilla justo donde el balón había impactado. Por inercia se toco la frente sintiendo la pequeña presión de esta.
-Hola, David…- Intento parecer normal, sin embargo, no podía.
Su cuerpo estaba adolorido y las memorias de la noche anterior junto al contenido de aquel maldito folleto, la dejaron con el cuerpo pesado.
(El abuso sexual es cualquier contacto o acto de índole sexual realizado sin el consentimiento de la otra persona. Incluye tocar zonas privadas del cuerpo, miradas o comentarios de connotación sexual, exhibicionismo y actividades sexuales con un niño/a…)
Lo leyó solo un poco antes de que…
-¿Hilda?-
-¿Ah?... Lo siento, David. Mi cabeza está en otro lado.- Intento sonreír un poco, apenas pudo comer su desayuno hoy, y amaba los malditos panqueques!
-¿En otra aventura?- Le dijo con una sonrisa, ella sonrió de forma un poco más honesta.
Ojalá fuera una aventura lo que tenía sus pensamientos.
Jugando con los guisantes de su almuerzo solo pudo intentar hallar sentido a lo que había leído.
(La imagen de ambos niños desnudos mientras le enseñaban los toques que no podían permitir sobre su cuerpo.
-No dejen que se acerque a su espacio personal, ellos buscaran cualquier excusa para tocarlos.-)
-¿Hilda?-
El sonido de su nombre la saco de sus memorias, viendo a Frida vio que tanto ella como David estaban preocupados.
-¿Decías algo Frida?-
-Nos preguntábamos si estas bien, has estado más callada que de costumbre… y tú siempre hablas.-
Eso la sonrojo un poco, sabia que ella era muy expresiva y nunca se quedaba con dudas, pero eso ya era demasiado lo de siempre hablar.
-Lo siento, chicos. Solamente estoy…-
-¿Se trata sobre las charlas sobre abuso?- La pregunta de Frida la hizo estremecerse sin poder evitarlo.
-Bueno… si.-
Luego del almuerzo deberían volver al gimnasio a recibir otra de esas charlas, porque las recibían seguía sin saberlo.
-Es solo que y…- Estaba por decir algo cuando escucharon un estruendo en el lado opuesto.
Crash!
-¡PELEA DE COMIDA!- Y con ese grito el trio se coloco debajo de la mesa, al mismo tiempo que la comida salía volando.
Entre los gritos de guerra y la comida siendo lanzada, la peliazul se alegro que Alfur tuviera que quedarse con su madre en casa haciendo la despensa.
-¿Decías algo, Hilda?-
-Ya no importa, chicos. Solo pensé que era raro tener estas charlas.-
-¿Estas segura?- El rostro de Frida se veía preocupado y se sintió un poco culpable de eso.
-Segura, de verdad.-
El suéter verde se sentía como una prisión, aflojando un poco la corbata que tenia puesta vio de nuevo el pizarrón. Luego de limpiar la cafetería por culpa de Trevor el director Magnuson decidió que simplemente los últimos bloques serian para la charla con la patrulla de seguridad.
-Bueno, esto será largo.- Comento uno de sus compañeros de clase al ver un proyector con cintas VHS cerca.
La niña de pelo azul se sentía ansiosa por alguna razón, agradecía que debajo de la falda del uniforme escolar usara sus leggins, ya que le ayudaban a secarse el sudor sus manos.
-Agradéceselo a Trevor.-
-Gracias, Trevor. Ahora ya no tendremos clase de arte.-
Los murmullos eran solo ruido de fondo para sus oídos, relamiéndose los labios el gimnasio se oscureció y con eso comenzó el video.
En el aire denso y cargado de la sala, el zumbido constante del proyector VHS se mezcla con el murmullo de los estudiantes, creando una sinfonía discordante que parece reflejar la complejidad del tema que están a punto de abordar.
Las luces se oscurecieron sumiendo el lugar en una penumbra solemne, siendo el único resplandor proveniente de la pantalla.
El crujir de la estática rompió el silencio y pronto todos los alumnos se callaron para poder ver y escuchar la presentación que estaba comenzando.
"Abuso."
La voz era la de un hombre, era gruesa y profunda. No se veía quien hablaba, pero se podían ver imágenes sobre diferentes escenarios acompañados con la palabra.
"Cuando hablamos de abuso, tenemos que primero identificar lo que es, necesitamos reconocerlo. Y para ello, estoy aquí.
Existen muchos tipos de abuso o violencia. Una de las cosas que se debe de saber de eso, es que puede encontrarse en cualquier lugar, puede estar en tu hogar, en la calle, en la escuela, en el trabajo o en cualquier otro lado.
En estas cinco cintas, les explicare los tipos de abuso para poder identificarlo y así, si alguien o ustedes mismos sufren del mismo. Pedir ayuda."
Apenas el proyector se apagó, Hilda salió corriendo hacia afuera del gimnasio. Corriendo hacía el baño de las niñas entro a un cubículo y comenzó a vomitar, el sabor agrio y acido de su propio vomito solo hizo que la tarea de sacar lo que tenía dentro fuera más sencilla.
Temblando a la vez que, sentía un sudor frío recorrerle el cuerpo solo pudo dar arqueadas mientras escupía y expulsaba todo lo posible en la taza del baño. Tosiendo solo cerro los ojos, para así jalar la cadena del baño, saliendo fue al lava manos para así lavarse.
Enjuagándose la boca y quitándose el horrible sabor de su propio vomito, Hilda intento calmarse echándose agua en su rostro.
-¿Hilda?- El agua fue a su cara y quedándose quieta solo dejo que el agua se escurriera de su rostro.
No levanto su rostro y solo cerro la llave del agua, evitando el espejo solo comenzó a secarse con las mangas de su uniforme escolar, ya era hora de irse de todas maneras.
-Hilda, ¿estas bien?- La pregunta le dio escalofríos.
¿Estaba bien?
-Estoy bien, señora Hallgrim. Solo… tuve nauseas.- Le sonrió a la maestra intentando que eso funcionara, la mujer mayor solo frunció el ceño ante eso.
-Saliste corriendo apenas termino la presentación.- Declaro, algo que era cierto.
-Oh eso… probablemente la comida de la cafetería me hizo mal.-
-Hilda, si te sientes mal puedes ir a la enfermería. Sabes eso, no?-
-Yo…-
Riiiiiiiiiing!
La campana sonó y con eso, fue su señal para irse.
-Lo tendré en cuenta, adiós señora Hallgrim!- Y con eso intentó salir del baño, quería irse a casa.
-Hilda, espera.-
Eso la detuvo, se sentía muy incómoda estando allí, quería salir y tomar aire fresco. Su uniforme escolar se sentía como un sauna que la estaba sofocando.
-¿Pasa algo?- Tomando el lugar de la corbata lo aflojo de nuevo bajándolo, exponiendo algo de su cuello, los ojos de la vieja maestra se estrecharon al verla.
-¿Qué tienes en el cuello?-
-¿Qué?- Con eso se fue al espejo y vio que al lado de su garganta había una mancha roja, los recuerdos de la noche anterior la hicieron sonrojarse.
(-Aahhh~ Cariño~- Gemidos apenas ahogados productos del orgasmo que Johanna sentía estaban resonando en el cuarto, Hilda estaba limpiándose la boca con su brazo cuando fue jalada a un beso que, siguió hasta su cuello donde sintió los dientes de la mujer mayor mordiendo y succionando su cuello.
-Eres tan buena conmigo, Hilda~ Eres la dulce niña de mamá, no~?-)
-Me dio alergia, no es nada.- Dijo mientras acomodaba la corbata en su lugar cubriendo la marca.
Necesitaba irse.
-Debo irme, señora Hallgrim. Mi mamá dijo que me necesitaba pronto en casa, adios.-
-Hilda, espera…- Y con eso salió corriendo, dejando a la mujer canosa con una duda.
-Las alergias no se ven como mordidas…-
