Sueños

La rubia de peinado odango caminaba por los bellos jardines del Palacio Lunar, mirando hacia todos lados expectante, como si buscara a alguien y a su vez, volteaba la vista hacia la majestuosa construcción que era su casa, la sede del poder real en la Luna; lo hacía para asegurarse de que nadie la veía, especialmente su madre... ya que había conseguido salir sin que sus guardianas lo notaran.

Ella continuó avanzando hasta llegar a una hilera de arbustos, por la que cruzó agachándose teniendo cuidado que ninguna de las ramas dejara marca alguna en su largo vestido blanco. Una vez que pudo pasar, la princesa se encontró con una amplia llanura en la que a lo lejos pastaban unicornios, mientras que el cielo mostraba el firmamento y en medio de este, el planeta azul llamado Tierra.

La heredera al trono del Reino Lunar miró hacia el hogar de los humanos y no pudo evitar esbozar una triste sonrisa en su bello rostro.

- Lo siento mi querido príncipe... pero no lo puedo evitar, es más fuerte que yo – murmuraba ella en voz baja – Sé que está mal lo que estoy haciendo pero no me arrepiento – aseguró a continuación

Ni bien terminó de hablar, la rubia de ojos celestes sintió cómo unos fuertes brazos la rodeaban por la cintura. La tristeza desapareció instantáneamente dando lugar a la alegría, eso era lo que reflejaba la enorme sonrisa de su cara.

- Princesa Serenity... aquí estoy – susurró una voz masculina en uno de sus oídos

La joven cerró los ojos y se estremeció al sentir los varoniles labios besando su cuello y recorriendo a continuación una de sus mejillas, su corazón latía fuerte cuando ese par de fuertes manos hacían lo mismo sobre su vientre y ella las acariciaba mientras se pegaba lo más que podía contra quien la abrazaba. Serenity pudo notar la erección de aquella presencia sobre la base de su espalda, en la zona de su coxis y por eso el deseo despertó en ella.

Entonces él dio media vuelta a la muchacha y la abrazó contra sí mientras acariciaba su cabeza, sus firmes y redondos pechos estaban pegados contra su musculoso tórax. Tomó delicadamente la barbilla de ella y probó el dulce néctar que eran esos labios femeninos, dicho beso fue disfrutado por ambos porque ella correspondía enormemente al rodear con ambos brazos el cuello de él.

- ¿Estás segura de querer hacerlo? – susurró aquella voz varonil

- Si, necesito más y más de ti – respondió la princesa Serenity con ojos amorosos – Hazme el amor – solicitó acto seguido

Sin más palabras, ambos continuaron besándose apasionadamente y reanudaron las caricias, estas abarcaban también las partes íntimas por lo que la excitación iba en aumento. Lentamente él desató el moño de la espalda del vestido de la princesa y a continuación resbaló de igual forma aquel, despojándola así de su ropa y dejándola solo con una bombacha blanca.

La bella rubia de coletas estaba sonrojada al máximo, sin pérdida de tiempo hizo lo mismo con la ropa de su amante para que quedaran los dos desnudos. Ella recorrió con sus suaves manos primeramente el pecho y la espalda de él, acto seguido estas bajaron a las zonas inferiores mientras sus labios seguían batallando y las lenguas bailaban entre sí.

La joven sintió a los masculinos labios alejarse de su boca y recorrer una vez más su cuello, para después hacer lo mismo en sus hombros. La hija de la monarca de la Luna acariciaba los cabellos de quien la amaba mientras este besaba y acariciaba sus pechos con ambas manos y labios.

Después de unos cuantos minutos de explorarse mutuamente, él cargó caballerosamente a la princesa al mismo tiempo que esta rodeó con ambos brazos su cuello, caminó unos pocos pasos y la acostó sobre los pastos. Sin perder tiempo continuó con la misma tarea de hace rato, en los senos y abdomen de ella y fue bajando hasta acercarse a su femineidad, allí se detuvo unos instantes para mirarla un momento y ver la dicha que reflejaba la sonrisa en ese hermoso rostro.

Entonces procedió a meter una de sus manos debajo de la prenda íntima de Serenity y con sus dedos empezó a masajear suavemente la entrepierna y los gemidos de ella que habían hecho acto de presencia desde hacía un rato, se intensificaron. Así continuó unos minutos más hasta que despojó lentamente a la de cabello odango de su bombacha, él nuevamente la miró unos momentos y ella asintió con la cabeza, como dándole permiso.

La muchacha acariciaba la cabeza de su amante y por momentos agarraba fuertemente sus cabellos mientras gemía de la excitación al sentir los labios y lengua sobre su parte femenina y las varoniles manos acariciando sus nalgas. El corazón de ella latía aceleradamente y sentía que estaba a punto de estallar a medida que los minutos transcurrían.

La chica le rogaba que entrara de una vez, ante eso su amante acarició sus piernas y la abrazó para continuar besándola, ahora era el turno de él de sentirse como uno de los volcanes de su planeta natal a punto de hacer erupción, al sentir una de las manos de Serenity apretar y masajear su masculinidad.

- ¿Estás segura? Recuerda que no hay vuelta atrás – preguntó susurrando al oído aquella presencia

- Claro que sí, segurísima – respondió decididamente Serenity – Hazlo ahora – dijo mientras suplicaba con la mirada

Entonces, él se introdujo lentamente en la princesa por lo cual, la sangre y el dolor aparecieron y ella gemía. Al notarlo le preguntó que si le dolía mucho pero Serenity le respondió que no se preocupara por eso y que no dudara.

Fue entonces que comenzaron las embestidas y ambos se dejaron llevar, ella acariciaba la espalda de su amante y por momentos la arañaba a medida que la excitación y los gemidos aumentaban.

Así pasaron el tiempo, aquella presencia masculina y la joven se sentían desbordar de felicidad, el dolor en la zona femenina daba lugar a un inmenso placer que la hacía pedir más. El calor en ellos era cada vez mayor al igual que la transpiración y el ritmo de las embestidas, él la abrazaba y a su vez ella sonriente hacía lo mismo.

Cuando el clímax llegó, la princesa de la Luna agarró fuertemente el pelo de su amante mientras este se derramaba en su interior... habían consumado un importante avance en su relación prohibida pero, ¿Qué pasaría en el futuro? Ninguno de los dos sabía responder esa pregunta.

La soberana de Tokio de Cristal despertó sobresaltada en la madrugada, el sueño que acababa de tener se sintió demasiado real porque estaba transpirada y parecía que el corazón iba a salírsele del pecho de tan fuerte que latía, se pasó una mano por la frente y se dio cuenta que estaba llena de sudor. Tenía una sensación extraña en su intimidad, como si realmente alguien hubiera entrado en ella y entonces la palpó... estaba húmeda.

No solo por eso estaba estimulada, en su piel parecía poder sentir esas manos y brazos que abrazaron a la princesa, al igual que en su boca aquellos labios que la besaron. Por más que se esforzara no podía distinguir quién era el que había aparecido en sus sueños, haciéndole el amor a su anterior encarnación, quería ver un rostro pero solo veía una sombra, una silueta de una fornida figura masculina.

Serena se enderezó en la cama y vio a Endymion a su lado, intentó despertarlo pero fue inútil, estaba profundamente dormido. Entonces se sentó y bebió un vaso con agua que tenía en la mesita de luz mientras no dejaba de pensar... ¿Qué significaba el sueño que tuvo? ¿Realmente lo era o se trataba de otra cosa? Lo único que sabía era que no le convenía contarle a su esposo sobre aquel y que no iba a poder volver a dormirse rápido, por lo que decidió levantarse y caminar un rato hasta calmarse.

El hombre de cabello castaño oscuro, vistiendo una armadura samurái negra y roja, se encontraba en una lujosa y amplia sala y delante de él estaban unos escalones que conducían a un trono. Detrás de éste parecían haber cortinas corridas y una débil luz, el guerrero no podía distinguir claramente los detalles de su entorno como así tampoco a la imponente silueta femenina de pie delante del trono, porque se veía todo borroso...

Era imposible determinar quién era porque no se distinguían sus rasgos faciales ni su vestimenta, solo se notaba la forma de su peinado, solo por eso se dio cuenta que era tipo odango.

- ... tu sangre estará maldita a partir de ahora y seguirá en tu próxima reencarnación; el disturbio de la misma pesará sobre ti y tu descendencia... - exclamaba airada la silueta femenina apuntándole con un dedo

Ralf Jones abrió los ojos y se enderezó de golpe, con la misma cara de rabia que el guerrero en el sueño que acababa de tener, su corazón estaba acelerado y la piel evidenciaba gruesas gotas de sudor.

- ¿Qué diablos fue eso? Parecía demasiado real para ser solamente un sueño – murmuró en voz baja el de ojos cafés – Esa mujer que me gritaba furiosa, ¿Era Serena? No... no necesariamente, dudo que sea ella la única con peinado de coletas – agregó acordándose de lo único que pudo notar de los rasgos físicos de la dama

Por más que trató, no pudo acordarse de nada más con respecto a lo que la desconocida le decía porque el sueño fue muy corto, pero había dos detalles que lo perturbaban. La primera era que había reconocido claramente las facciones del guerrero de su sueño... se trataba de él mismo y la segunda, que en las pocas palabras que escuchó estaban unas que no se apartaban de su mente: que su sangre y la de su descendencia estaban malditas.

Tuvo que mirar a su alrededor para terminar de convencerse que no estaba en ningún palacio real y que no vestía ninguna armadura samurái, tenía una musculosa blanca y unos shorts negros y se encontraba sentado en el sillón del living en donde dormía porque no quería ir al cuarto con su esposa, no después de la forma cruel en la que lo había rechazado luego de hacerle el amor toda la noche anterior.

El hombre alzó su vista hacia el reloj de la pared y miró la hora, eran las seis de la mañana y la hora de levantarse, entonces se puso de pie y caminó hacia el baño para lavarse la cara. En la puerta se encontró con Risa que tenía aún la bata de dormir y salía de hacer lo mismo, al verlo le sonrió y lo besó.

- Papi hermoso, ¿Qué tal dormiste? – preguntó ella dulcemente

- ¿La verdad? Mal – respondió convencido Ralf – No sé porqué pero siento mi cuerpo como si hubiera sido pasado por una picadora de carne – agregó asegurando refiriéndose a las sensaciones que tuvo en el sueño

- Comprendo, dormir en el sillón debe ser incómodo – respondió preocupada la hija

- Un poco, pero bueno... no me siento así por eso, creo que estoy teniendo pesadillas o eso creo – aseguró el jefe de guardia pensativo

- ¿A qué te refieres? – indagó Risa intrigada

- A que la he sentido demasiado real en mi cuerpo como para ser solo eso.

- Relájate papi, estoy segura que solo fueron malos sueños – dijo la chica mientras sonreía – Encontré la dirección del médico en la cartilla del hospital – agregó susurrándole al oído

- Excelente – contestó el hombre esbozando una pequeña sonrisa

Rei salió del cuarto y sin siquiera saludarlos se dirigió también al baño, al pasar junto a ellos los empujó de mala manera para entrar a lavarse el rostro.

- ¡Oye! ¡Ten más cuidado, no tienes por qué empujarnos! – exclamó Ralf irritado

- ¿Para qué se ponen en mi camino entonces? Ahora prepárense que tenemos que ir al Palacio de Cristal, saben que tenemos un largo viaje hasta allí – respondió secamente la de cabello ébano – Ah y tú, ni pienses en ir en esa porquería que llamas coche, iremos en el carruaje que nos vendrá a buscar – añadió hablándole a su esposo

Y efectivamente el transporte hacia la capital de Tokio de Cristal pertenecía a la gobernación de Ciudad Ígnea, un carruaje negro y rojo con el símbolo de Marte y tirado por caballos con colas y ojos de fuego; el mismo que siempre usaban cada vez que iban a tratar asuntos oficiales a la sede del poder real y que había ido a buscarlos después de que los tres se vistieron y desayunaron.

Tal y como dijo la gobernadora, el viaje era largo porque el lugar donde vivían era el distrito más alejado del reino y para colmo estaba rodeado de montañas de origen volcánico y bordeada por el "Río Kasai"* lo que hacía que para salir de allí, había que atravesar uno de los puentes siempre bajo vigilancia y además al otro lado del río se encontraba una muralla que separaba al distrito del resto de Tokio de Cristal, en donde había otro control. De modo que nadie salía ni entraba a Ciudad Ígnea sin que Rei fuera informada al respecto, porque la guardia le pasaba las listas de registros de los nombres de las personas que lo hacían.

El carruaje ya había partido de Hikawa hace aproximadamente más de una hora y se encontraba cruzando uno de los puentes que cruzaban el río. El Jefe de Guardia, la gobernadora y la hija de ambos iban sentados sin decir nada; mientras el padre y Risa estaban concentrados en la reunión con la Reina y sus rostros lucían serios por tal motivo, Rei parecía estar tranquila y esbozaba una pequeña sonrisa mientras miraba por la ventana, cualquiera que la viera y que conociera la situación, diría que estaba totalmente segura de que nada malo iba a pasarle aunque su familia hablara con Serena.

- No dejo de admirar la belleza de los barcos de velas rojas típicos de nuestra ciudad, que siempre navegan por el río – comentó la muchacha de largo cabello castaño oscuro rompiendo el silencio

- Es cierto, me gusta la mezcla entre la tecnología de punta del reino y la tradicional estética del país – concordó Ralf mirando también hacia afuera

- ¿Y saben gracias a quién, nuestra ciudad ha logrado prosperar? Gracias a mi... yo soy única, mi nombre quedará grabado en los registros de la historia como el de la más grande e inigualable gobernadora de Ciudad Ígnea – afirmó altiva Rei señalándose el pecho

- Creo que empiezo a entender el motivo porque el que cambiaste tanto con nosotros... - comentó secamente Risa sin siquiera mirarla, al oírla hablar así

- Ah bueno... ¿Quién está hablando? ¿La gobernadora de Ciudad Ígnea o el faraón Ramsés II? Lo único que falta es que mandes a construir estatuas tuyas y te hagas adorar como un kami – argumentó el de ojos cafés, que estaba consciente de no estar desacertado con su comentario porque a pesar de que ella intentaba disimular su cambio, no toleraba ninguna disidencia, por eso nadie se atrevía a cuestionar las decisiones de su mujer y quien lo hizo, fue duramente castigado

- Mejor no le des ideas, papá – dijo la hija riendo refiriéndose a su madre

- Si, mejor me callo – respondió el padre - ¿Quién se queda a cargo de la guardia mientras no estamos? – preguntó además a su mujer

- No lo puedo creer, ¡Sabes algo de historia egipcia! – Ironizó Rei a modo de burla respecto a la comparación que hizo Ralf - ¿A quién más voy a poner? Por supuesto que a Jedite – prosiguió contestando con seguridad la pregunta

- ¿Cómo? Recién llega, ¿Y ya pones a cargo a ese tipo? ¿Por qué no a Ursus? – indagó el hombre frunciendo el ceño

- Porque quien manda soy yo y nadie más, ¿Qué sucede? ¿Estás celoso? – respondió ella con una sonrisa sarcástica

La única respuesta que recibió fue una mueca de fastidio por parte de su marido porque no estaba dispuesto a pasar todo el viaje discutiendo, efectivamente el resto del trayecto transcurrió en silencio.

El carruaje llegó finalmente a las hermosísimas y ordenadas calles de la ciudad plateada, la sede de gobierno de Tokio de Cristal, la cual poseía altos edificios hechos de diamante y bonitos jardines. El vehículo tirado por los caballos con cola y ojos de fuego cruzó una de las calles de la explanada del Palacio, la cual estaba llena de gente deseosa de ver aunque sea solo un momento a las gobernadoras de los distritos del reino y siguió camino hasta entrar por un portón que llevaba a un salón.

Dicho sector que era la cochera, ya albergaba a los carruajes de la gobernadora de Ciudad Metallus el distrito oeste, el de Ciudad Lignum el distrito este y el de Ciudad Aquae, ubicado al norte y solo faltaba el de la gobernadora del sur, Ciudad Ígnea. Cada vehículo llevaba los colores y símbolos característicos de la Senshi correspondiente, Venus, Júpiter, Mercury y Mars respectivamente.

Artemis se encontraba en el lugar aguardándolos y vio como el jefe Jones bajaba primero del vehículo y ayudaba a su esposa y su hija a hacer lo mismo, mientras los soldados estaban para flanquearles el paso. Rei tenía un largo vestido sin mangas color rojo y el medallón con el símbolo de Marte en el pecho, Ralf un elegante smoking negro mientras que Risa un fino conjunto blanco de saco y pollera, además llevaba el cabello recogido con un broche.

- Lady Mars, jefe Jones, señorita, que bueno verlos de nuevo ¿Tuvieron buen viaje? – saludó el concejero real con una sonrisa mientras se acercaba a ellos

- Lo mismo digo Artemis, gracias fue un viaje largo pero cómodo – respondió de la misma forma la gobernadora del sur

- Me alegra oír eso, pasen por aquí por favor – los invitó a pasar por un pasillo que conducía al interior del Palacio – Las demás gobernadoras ya aguardan por usted, Lady Mars – añadió a continuación

- ¿Y nosotros que haremos, señor Artemis? – preguntó Ralf mientras comenzaban a caminar

- Si, ¿Cuándo podremos ver a la Reina? – agregó la muchacha de cabello castaño oscuro

- No se preocupen, ustedes aguardarán a ser llamados cuando se desocupe su alteza – contestó calmadamente el de largo pelo plateado

De esa forma ingresaron y caminaron por los pasillos del Palacio para dirigirse a donde las gobernadoras de las demás ciudades aguardaban por Rei, Risa quedó vislumbrada de la belleza del decorado y arquitectura del lugar, las piedras preciosas y los marcos bañados de plata pura, como así también las finas piezas de porcelana que adornaban el sitio, ya que la última vez que ella había estado allí, era una niña. En cambio Ralf no le prestaba atención a eso, sentía el corazón latiéndole velozmente ya que pensaba en la reunión con la Reina Serena y estaba ansioso porque ésta se concretara, para volver a ver a su vieja amiga y para escupir toda la verdad del calvario que era su matrimonio.

Los cuatro avanzaron hasta unas puertas plateadas con soldados a los costados en dónde estaban Ami Mizuno, Minako Aino y Makoto Kino quienes al ver a la comitiva del distrito sur, sonrieron y empezaron a saludar.

- ¡Rei! ¡Qué alegría volver a verte! – exclamó la alta muchacha de pelo castaño y vestida con una toga verde, corriendo a abrazar a su amiga

- Tanto tiempo, deseaba que llegara este día – agregó la joven rubia de túnica naranja de la misma forma acercándose

- Es verdad, por los asuntos en nuestras respectivas ciudades no hemos podido vernos – comentó sonriente la mujer de cabello corto azul, quien lucía un vestido parecido al de Rei pero de color azul marino

- ¡Chicas! ¡Que gusto! – saludó la de pupilas púrpuras correspondiendo al abrazo de las tres ante la vista de Artemis, Ralf y Risa que contemplaban la escena en silencio

- Yo tenía algunos asuntos en Ciudad Oeste pero no iba a perderme esta reunión por nada del mundo – aseguró Mina alegremente

- Cielos, definitivamente sigues tan efusiva y fuerte como siempre – afirmó Rei sobándose los brazos refiriéndose al fuerte abrazo de Makoto

- Lo lamento amiga, es la alegría de volver a vernos, en verdad nos hacen falta más reuniones como estas sin que sean por temas oficiales – respondió riendo la castaña – Risa, que linda te has puesto ¿Cómo has estado? – saludó a continuación viendo a la hija de su compañera Senshi

- Muy bien, gracias – contestó ella con una pequeña sonrisa saludándola

- Yo ya te había visto el otro día en tu casa, es un placer volver a saludarte – comentó Ami haciendo lo mismo – Hola jefe Jones, es un gusto también saludarlo – agregó sonriéndole a Ralf

- Lo mismo digo gobernadora Mizuno, espero que esté bien – correspondió el hombre amablemente – Gonernadora Kino, ¿Cómo está usted? – añadió saludando a la de ojos verdes

- Muy bien, gracias – dijo secamente Mako con cara de pocos amigos

- ¿Clark ha venido también? – preguntó él notando la forma hostil en que ella se dirigió hacia su persona

- No, se quedó en Ciudad Lignum pero me pidió que le envíe saludos – respondió la de pelo castaño no menos amable

- Que hija tan linda tienen, ¿Todo bien querida? – preguntó saludando la de túnica naranja a Risa

- ¡Todo bien, mi trasero! Tengo problemas para verme con mi novio porque tú hablaste de más – respondió de mala forma ella, ganándose las miradas sorprendidas de las chicas y una fúrica de su madre

- ¡Señorita Jones, no voy a permitir ese lenguaje en el Palacio! ¡Respete el Sagrado Código de Convivencia! – reprendió enojado el concejero real

- Disculpe señor Artemis... Risa cálmate, ahora no es el momento, además ya hablamos de eso – recomendó el de ojos cafés a su hija poniendo sus manos en los hombros de ella

- Está bien papá, lo siento... - respondió la chica de mala gana

- Oye guapo, ¿Por qué está enojada conmigo tu hija? – preguntó Mina pasando una mano por la mejilla de Ralf, que la miraba sin entender nada – Cuando quieras diversión, búscame – agregó coquetamente guiñándole un ojo

- ¿De qué está hablando, gobernadora Aino? – preguntó sorprendido el de cabello castaño oscuro - Y le sugiero que no me toque así - dijo sin pérdida de tiempo

- Minako, quita tu mano de mi marido antes de que te quedes sin ella – dijo Rei con la mirada inyectada de furia

- Calma Rei, solo bromeaba – respondió riendo la rubia

- Debería darte vergüenza, Mina – reprendió la gobernadora del Este

- Ya cálmense, ya dije que solo bromeaba – se excusó la de moño rojo notando también la mirada de Ami llena de reproches

- Bueno suficiente, pasemos a la sala de reunión – intervino Artemis interrumpiendo la charla – Guardias, acompañen al señor y la señorita Jones a la sala de espera y luego vuelvan a sus puestos de guardia – ordenó acto seguido a los soldados de la puerta plateada

Mientras Ralf y Risa eran escoltados hacia el lugar indicado, las cuatro Senshis se acercaron a las puertas plateadas y sus medallones destellaron, aquellas se abrieron permitiéndoles entrar a la sala, en donde había una mesa redonda con forma de luna creciente rodeada de sillas.

- Lady Mars, le recomiendo que le haga recordar a su hija que estamos en la corte y que debe ser correcta, por lo tanto exabruptos como esos no son tolerados – dijo el concejero real mirando con dureza a Rei

- Me ocuparé de ese tema, no volverá a ocurrir – respondió calmadamente la gobernadora de Ciudad Ígnea

- Y lo mismo va para usted, Lady Venus ¿Olvidó que estamos en Palacio y que el jefe Jones es el esposo de Lady Mars? – reprendió el de cabello blanco a Mina

- Bien dicho, Artemis – alabó Mako lo que acababa de decir el consejero

- Está bien lo siento, ya dije que solo bromeaba – contestó fastidiada la aludida - Además, no hay más calma que la engendrada por la borrasca, como yo siempre digo - afirmó intentado traer calma

- No Mina, es "no hay más calma que la engendrada por la razón" y es una frase de Séneca - la corrigió Ami con seguridad - Y no viene al caso, Artemis está en lo cierto debes dar el buen ejemplo en todo - recordó la de pelo azul

- Me quitó las palabras de la boca, Lady Mercury - reconoció el consejero real - Sé que lo saben de sobra ya... pero no está demás recordarlo, la Neo Reina Serenity y el Rey Endymion son sus soberanos antes que sus amigos y deben dirigirse a ellos como corresponde ¿Entendido? – recomendó seriamente Artemis mirando alternadamente a todas

Las puertas plateadas se abrieron nuevamente y los reyes entraron acompañados de Chibiusa y Luna y al verlos, todas las Senshis y Artemis pusieron una rodilla en el suelo y se inclinaron ante las imponentes y majestuosas figuras de los soberanos de Tokio de Cristal.

- Artemis, chicas, pueden ponerse de pie – ordenó la Reina mientras se acercaba a la cabecera de la mesa del brazo de su esposo, cada una de las Inners tomó su lugar al lado de cada silla

Endymion se sentó en otra silla en frente de su mujer y recién después de que Serena tomó asiento, las demás la imitaron.

- Es bueno que todas hayan podido concurrir a la reunión que he convocado, me alegra verlas a todas después de tanto tiempo – dijo sonriendo la bella soberana – Ahora comencemos entonces, Artemis... - prosiguió invitando al concejero a que tome la palabra

- Gracias Señora, bien... como ya es del conocimiento de todas, cada una de ustedes tiene la tarea de gobernar uno de los cuatro grandes distritos del reino y cada cierto tiempo, es necesario realizar un balance de su gestión con el fin de evaluar el desempeño de cada gobernación, por lo que empezarán con una primera exposición de los logros conseguidos y yo les marcaré los puntos negativos, de tenerlos – comenzó a explicar el motivo de la reunión el Consejero – Comenzaremos con usted, Lady Venus – dijo acto seguido dirigiéndose a Mina, quien se puso de pie

- Gracias Artemis, en todo este tiempo que llevo como gobernadora he logrado combinar perfectamente la tecnología moderna con la belleza de la antigua cultura griega, además el combustible común pudo ser reemplazado con energía magnética haciendo que los vehículos se deslicen por efecto de luz en las calles; así también las luces que iluminan la ciudad se logran a partir de los cristales dorados recubiertos de láminas de oro puro, la belleza y distinción de Ciudad Metallus le han valido el sobrenombre de "Ciudad Luminosa" que seguro han oído – expuso la rubia sonriendo con orgullo

- Muy bien, concuerda con los datos que tengo y además, el Código de Convivencia es respetado, sin embargo... - respondió el de cabello plateado mientras leía el informe

- ¿Sin embargo? – preguntó Minako abriendo grande los ojos

- Tengo algunos reportes de personas que aseguraron que su vida privada es un tanto... licenciosa, usted es libre de hacer de su vida lo que desee siempre y cuando no transgreda las normas, espero le haya quedado claro Lady Venus ¿Creyó que yo no lo sabría?... fuera de eso todo está en orden – dijo el hombre mirándola fijamente – Su turno, Lady Júpiter – invitó dirigiendo su vista hacia Makoto mientras la rubia reía con la cara toda roja y tomaba asiento

- ¿Qué es licenciosa? – preguntó Chibiusa inocentemente

- Después te explico, hija – dijo seriamente su padre

La soberana se desconcertó consigo misma ante lo que sintió al escuchar lo que hizo Mina con el esposo de Rei, la verdad es que no le cayó nada bien y apretó levemente un puño además de fruncir un poco el entrecejo. Serena paseó su mirada y contempló los semblantes de cada una de las chicas, nada raro notaba pero de algo no se dio cuenta... su gesto de molestia fue leve pero no pasó desapercibido para su esposo.

- Por mi parte he conseguido aprovechar al máximo el hecho de que el distrito esté rodeado de selva y el paso del río, la energía hidráulica es la que impulsa la generación de electricidad ya que es renovable y no emite productos contaminantes, los vehículos y todos los artefactos que antes funcionaban en base a estos ahora lo hacen gracias a la energía solar; así también logré que mi ciudad fuera la principal productora de lechuga gracias al sistema hidropónico de cultivo - explicó la gobernadora del Este luego de pararse

- Interesante, ¿Cómo se hace ese cultivo? – indagó la princesa de cabello rosado intrigada

- Se construyen cúpulas o domos dentro de las cuales hay un círculo compuesto por largos triángulos sobre los que se ponen los brotes de lechuga. Este círculo está situado sobre unos raíles en espiral que a su vez se sitúan sobre la solución nutritiva. Un motor se activa una hora cada día girando todo el mecanismo, lo que hace que las lechugas se vayan desplazando hacia el exterior del círculo. Cada día se plantan un cierto número de lechugas manualmente y se recoge un número similar del exterior, el resto del proceso está completamente automatizado, ya que las plantas se limitan a recorrer todo el círculo de adentro hacia afuera a lo largo de su vida de 30 días. Cada domo está preparado para producir 146.000 plantas al año, o unas 405 lechugas al día en una superficie de 660 m². Además del motor, el sistema requiere una bomba para el mantenimiento de los nutrientes y diversos sensores para controlar las condiciones del medio automáticamente. Su principal ventaja es que solo necesita un trabajador para su manejo y ya hay varios domos instalados en las zonas de bosques – expuso la alta muchacha de cabello castaño

- Excelente Lady Júpiter, mis informes indican que en su distrito se respira generalmente un aire de calma, armonía y paz, no tengo por el momento reportes negativos – felicitó el Consejero - Continuamos con usted, Lady Mercury ¿Qué tiene para decirnos? – prosiguió mirando a Ami

- Gracias, mi gestión consiguió hacer de la biblioteca del Norte, la más importante del reino, siguiendo siempre la búsqueda de la verdad y dándole trabajo a los mejores científicos legando sus conocimientos a favor del mejoramiento humano y la paz, nuestra base de datos alberga todos sus nombres como así también los adelantos logrados dando a mi distrito el sobrenombre de "Ciudad del Conocimiento"; la industria automotriz es la más importante de la región como así también la producción de papel washi, adecuado para la restauración de documentos, hojas de libros y otros objetos de papel debido a sus fibras largas – explicó la de cabello corto azul mientras estaba de pie

- ¿Ese papel es mejor que el que se usa comúnmente en occidente, verdad? – preguntó Luna, quien había estado observando atentamente a todas

- Así es Luna, sirve de soporte de refuerzo para la restauración de documentos, a pesar de su extrema ligereza, ofrece una excepcional capacidad de resistencia fisicoquímica que no posee ningún otro papel y destaca por su poder de absorción, además de que no se decolora ni se vuelve quebradizo con el tiempo, su producción viene desde la época anterior a la fundación del segundo Milenio de Plata... yo la retomé y reemplacé en los libros y documentos, el papel común por éste – respondió la gobernadora del Norte a la duda de la Concejera

- Muy bien Lady Mercury, brillante su tarea y como era de esperarse, no tengo ninguna queja sobre usted – alabó Artemis mientras sonreía – Pasemos a quien falta, usted, Lady Mars – invito él a Rei a que tomara la palabra

- Mi ciudad es la principal exportadora de pescado gracias a las aguas del río Kasai y el océano, como así también conseguí mezclar la tecnología de punta del Reino con el estilo clásico y antiguo de Japón y el aprovechamiento de los recursos volcánicos los cuales son beneficiosos para el ser humano; la producción de la energía eléctrica se logra en base a la energía geotérmica de los volcanes y por eso he mandado construir una Planta en cada uno, no solo energética sino también de extracción de azufre en beneficio de la agricultura. Ciudad Ígnea es también la principal zona turística de la región gracias a las costas marinas, los volcanes y el gran Kaseigan Fōramu*, el coliseo circular con capacidad para ciento sesenta mil personas utilizado con fines artísticos y competencias deportivas permitidas por el Código de Convivencia. Dicha construcción cuenta con una moderna arena con tecnología de proyección tridimensional que puede hacer surgir increíbles escenarios para las actividades – hablaba Rei sonriente y orgullosa de sus logros

- Imagino que tiene en su distrito, cómo albergar al caudal turístico – comentó la Concejera seriamente, examinándola con la mirada

- Desde luego, en Ciudad Ígnea hay una buena cantidad de hoteles y posadas, como así también de restaurantes – contestó tranquilamente la mujer de largo pelo negro

- Excelente Lady Mars, ha cosechado impecables logros, pero... - comenzó a hablar Artemis mirando su planilla

- ¿Algún problema, Artemis? – preguntó la de ojos púrpuras frunciendo el ceño

- Sí, tengo en mis reportes que se han manifestado contravenciones al Código... lenguaje y música prohibida como así también conductas no adecuadas, su esposo y su hija son quienes principalmente han manifestado los hechos que enumeré recién, usted debe corregir ese tema lo antes posible porque son justamente ustedes quienes deben poner el buen ejemplo al resto de los ciudadanos de Ciudad Ígnea – dijo el Concejero real con tono serio

- Lo arreglaré lo antes posible, ¿Algún otro inconveniente? – preguntó la gobernadora del Sur conteniéndose, buscando disimular su enojo

- Hay más, me parece innecesaria la militarización de las fronteras del distrito que usted gobierna porque estamos en una Era de paz y armonía, que es lo que caracteriza al nuevo Milenio de Plata y además, le recomiendo moderar su temperamento porque usted también ha quebrantado el Código con ataques de rabia como el de hace rato, Lady Mars – siguió exponiendo el de cabello plateado

- ¿¡O sea que tengo que callarme y permitir que coqueteen con mi marido!? – dijo exaltada la de ojos púrpuras

- Cálmese, no fue eso lo que Artemis quiso decir – intervino Luna en defensa de su esposo

- Exacto, debe poner los puntos claros sin sulfurarse ni utilizar lenguaje agresivo – afirmó el hombre con tono severo

Mientras tanto...

Al mismo tiempo que la reunión de las Inners continuaba desarrollándose, Ralf y su hija estaban en una lujosa sala adornada con bellas pinturas de paisajes, mesitas hechas de plata y diamantes junto con un par de finos sillones de dos cuerpos, en uno estaban sentados padre e hija. El semblante de la chica era de molestia debido al incidente con Minako mientras que el del hombre mostraba que estaba pensativo, no solo por la reunión con Serena sino que repasaba el extraño sueño que tuvo en la madrugada e intentaba sin éxito, distinguir rasgos del lugar en donde se encontraba el guerrero de aquel.

- Definitivamente Mina sigue teniendo la misma sed insaciable de hombres, evita a toda costa quedarte a solas con ella, papá – dijo Risa en tono recriminante – Se ve que no es impedimento el hecho de que seas el marido de una de sus mejores amigas – añadió acto seguido

- Tienes razón... Minako es una excelente persona, pero tiene ese problema – afirmó el jefe de guardia de Ciudad Ígnea – Creo que no debemos preocuparnos ahora por ese asunto – agregó frunciendo el ceño

- Y además es una chismosa, ¿Quién le manda a contar dónde y con quién estuve? – se quejó la muchacha

- Tal vez no lo hizo con mala intención, ella no sabía que habías mentido – dedujo Ralf

- Puede ser... ¿Sabes papi? Me sorprendió la forma poco amable en que Mako te habló.

- A mí no, ella está ignorante de las cosas y sigue pensando que Rei es la misma de antes, tu madre aprovecha eso y estoy seguro que la envenenó en contra mía – afirmó el de ojos cafés

- Pero su esposo es amigo tuyo ¿no? Me contaste que fueron compañeros en las antiguas Fuerzas de Autodefensa, él debería hablarle en favor tuyo – respondió su hija

- Tienes razón, Clark es mi mejor amigo... pero no olvides que de la misma forma, tu madre lo es de Makoto, si le habló mal de mí evidentemente le cree más a ella – fue la conclusión que sacó el de cabello castaño oscuro

- Cierto, había olvidado ese detalle, si bien todas son amigas, entre mi mamá y Makoto hay una amistad más estrecha que con las demás, siempre fue así – concordó pensativa la chica

- Igual es verdad lo que acabas de decir, Clark debería hablarle en mi defensa porque nos conocemos bien, somos viejos amigos... pero nos ocuparemos de eso después, hija – contestó el fornido hombre – Oye, tú que sabes tanto de la cultura Zen... ¿Alguna vez oíste algo sobre el disturbio de la sangre? - preguntó acordándose de las palabras de la mujer de su sueño

- No, no tengo ni idea ¿Dónde oíste eso? – indagó Risa intrigada

- En el extraño sueño que tuve ¿Lo recuerdas? en el mismo, una mujer me decía que mi sangre estaba maldita y mencionó ese término – reveló Ralf decidiéndose a contarlo

- Jamás oí algo como eso, pero déjame que vaya al Gran Templo y le pregunte a los sacerdotes cuando regresemos a Ciudad Ígnea – fue la contestación de la joven – Mientras tanto procura no hacerte problema por eso, papi – aconsejó con una sonrisa tomando una de las manos de su padre

- Gracias princesa, intenta ir sin que tu madre sepa nada porque va a pensar que estamos mintiendo y encontrará otro motivo para pelear – respondió el de pupilas cafés agarrando también la mano de su hija – Ahora concentrémonos en la reunión con Serena, puede que sea la última esperanza de que tu madre reflexione y se arrepienta – afirmó convencido de lo que estaba diciendo

*Río Kasai: Río de fuego

*Kaseigan Fōramu: Foro Ígneo

Ha llegado el fin de un nuevo capítulo, sé que se ha hecho algo largo pero espero que compense el tiempo que tardé en actualizar.

Déjenme aclararles que el sistema de cultivo que mencionó Lita, es real yo lo busqué por internet, dejo abajo el link si desean información.

cultivo-hidroponico-japones-granpa-dome

Otra cosa, se supone que Tokio de Cristal del siglo 30 es una megalópolis mucho más extensa que la Tokio de nuestros tiempos. Con respecto a la reunión de Ralf y su hija con Serena, si prestaron atención a esta misma sección del chap pasado habrán notado que yo dije PROBABLEMENTE lo cual indica que no aseguré nada, pero en el próximo sin falta se dará.

Antes de que empiecen a sacar conclusiones apresuradas, Ralf mencionó el disturbio de la sangre pero no tengo intenciones de meter a Orochi en esta historia, así que con el correr de los capítulos habrán relevaciones que nada tienen que ver con él, tengan paciencia.

Mientras tanto me voy retirando hasta la próxima actualización esperando que los fans de Mina no me maten XD ¡Hasta la vista, Senshis y soldados! ¡Hoy hubo tráiler de los Ikari Warriors en King of Fighters XIV! :D