Desolación
Rei estaba sumamente alterada y se paseaba de un lado a otro en su despacho, no solo por la acusación de Jedite contra su esposo sino también por la "confesión" de este último... ella podía estar cambiada ahora con respecto a cómo era antes, ella sería una megalómana ególatra con una mente y un corazón perturbados por los malos pensamientos y sentimientos de haber sido traicionada pero, había algo que no había cambiado: no era estúpida.
Si bien en el momento fue doloroso oír de la boca de su esposo, que él había forzado a una muchacha a mantener relaciones sexuales, ahora que lo pensaba detenidamente se daba cuenta que ese hombre no podía ser de ninguna manera Ralf, su Ralf, no... si bien estaba convencida que él le era infiel, sabía que de ninguna manera ultrajaría a una mujer. Además, Rei leyó el expediente de Leona Heidern y vio que se trataba de una militar muy bien entrenada en las artes marciales y técnicas de asesinato, si de verdad su marido hubiera querido forzarla ella se habría defendido y aquel presentaría las marcas en su cara y cuerpo, estaba claro que Ralf había mentido en favor de Leona pero estaba otra cuestión: ¿Qué pasaba con lo que había afirmado Jedite? Ella razonó en eso pero descartó la posibilidad de desconfiar del 3er Puesto, él gozaba de su confianza ¿Por qué mentiría? Si bien en un tiempo estuvo en contra de ella y las demás Sailors, era porque estaba bajo el poder del negaverso pero ahora en esta Era de Paz, él estaba de regreso pero libre de aquel.
Lo que la gobernadora no sabía era que si bien Jedite ya no se encontraba bajo el influjo del negaverso, ya no era quien ella creía que era. La antigua Rei lo habría percibido sin dudas... pero hacía mucho que aquella ya no estaba, al igual que sus habilidades extrasensoriales de sacerdotisa shinto.
- Voy a estarlos vigilando a ti y a tu nueva amiguita, Ralf, ya me engañaste antes... ¿Por qué no me engañarías ahora? Espero no encontrarte teniendo sexo con esa tal Leona porque si es así, ¡Te la mato! ¡Te juro que te la mato! Y a ti... ay de ti, los latigazos serán poco en comparación con lo que voy a hacerte – pensaba la gobernadora con rabia al mismo tiempo que miraba una vieja foto que acababa de sacar del cajón de su escritorio en donde la tenía guardada. En aquella estaban ella misma y Serena, era de cuando solo eran Sailor Senshis que luchaban por el amor y la justicia y también amigas que discutían casi todo el tiempo pero que se querían y apoyaban mucho – Mala amiga... sucia perra – murmuró la de largo cabello negro en referencia a la rubia de coletas, mientras rompía con rencor la foto en pedazos
Sus pensamientos fueron interrumpidos por alguien que llamaba a la puerta, apenas ella dijo que quien estaba afuera pasara, entró un corpulento y enorme soldado al despacho.
- Ursus, dime que sucede – solicitó saber seriamente Rei
- El señor Kumada ha venido a verla en compañía de su hijo, él está en la sala de espera ¿lo hago venir aquí? – respondió el robusto hombre
- ¿Yuuichirou y su familia aquí? No, yo voy allí – contestó extrañada la de ojos púrpuras
De esta forma, la de cabello negro se puso de pie y dejó su despacho en dirección a la sala de espera en donde la aguardaba un hombre de largo cabello castaño, cuyo fleco le ocultaba los ojos, este estaba en compañía de su hijo quien era idéntico a él.
Ambos se pusieron de pie en cuanto vieron entrar a Rei, la cual los recibió sonriente y le dio un abrazo a su amigo.
- ¡Yuuichirou! Tanto tiempo que no te veía, él debe ser tu hijo – dedujo la de ojos púrpuras viendo al muchacho
- Así es Rei, él es mi hijo Chad – presentó el de melena castaña a su primogénito – Hijo, ella es una vieja amiga, trabajé como ayudante en el templo de su abuelo hace mucho y ahora ella es la gobernadora de Ciudad Ígnea – añadió acto seguido hablándole al muchacho
- Es un placer conocerla, señora gobernadora, mi padre me ha hablado mucho de usted – saludo cortésmente el joven haciendo una respetuosa reverencia
- Que educado y cortés, se ve que lo has educado bien – opinó la gobernadora sonriendo
- No podía ser de otra manera – dijo complacido Yuuichirou
- ¿Y qué pasó, no ha venido tu esposa también? Me hubiera gustado conocerla – indagó ella haciendo notar dicho detalle al mismo tiempo que los invitaba a sentarse
- Mi madre anda muy ocupada y no pudo venir con nosotros pero no faltará ocasión – contestó Chad de igual forma que antes, cuando saludó
- Estoy seguro que sí, pero cuéntame Rei ¿Cómo has estado? ¿Qué tal tu matrimonio? – preguntó Kumada, lo que era obvio teniendo en cuenta que no veía a su viejo amor no correspondido, desde hace mucho
- Todo está bien solo que ando muy atareada, Yuuichirou, dime qué te ha traído aquí – respondió la gobernadora evitando hablar sobre Ralf y buscando desviar la conversación
- Bueno, primeramente el motivo de mi visita es que deseo invertir aquí en tu distrito con mi empresa, ahora las cosas marchan bien y puedo hacerlo, Chad me ha ayudado mucho es muy talentoso – contestó calmadamente Yuuichirou
- Así es, he estudiado y me he esforzado en cumplir con las expectativas de mi padre, seguramente usted habrá oído de nosotros, somos una de las familias más prosperas de Japón – concordó su hijo con lo dicho por el de pelo castaño
- Si, estuve al tanto y me parece genial que elijan mi distrito para invertir, créanme que no se arrepentirán – aseguró Rei complacida
- Y lo segundo, he oído que mencionaste que tu hija Risa andaba buscando novio, me gustaría que consideres a mi hijo, creo que harían muy buena pareja – continuó explicando el hombre, el motivo de su visita
Al oír eso, Rei sonrió y analizó la situación... Chad era bien parecido, de familia distinguida y millonaria aparte de ser hijo de quien ella siempre apreció como amigo, por lo que según la conclusión que en su mente estaba sacando, era el candidato ideal para casar a su hija y hacerla olvidarse de Seiya Kou.
- Desde luego, me gusta la idea y estoy seguro que a Risa le encantará – respondió ella sonriendo e ignorando totalmente los verdaderos deseos de su hija
Casa Kou
En el hogar de los hermanos Kou, Seiya ya les había puesto al tanto de todo lo presenciado y hablado con Risa y su familia, a Yaten y Taiki. Ahora, el cantante se encontraba esperando a que llegara un amigo suyo que él había llamado para poder dar con el paradero de Takashi Hino.
Seiya estaba en el living en compañía de sus hermanos, quienes opinaban del asunto de la hija de la gobernadora y su familia.
- ¿Qué quieres que diga, Seiya? Tal parece que esa familia es muy problemática... - opinó Taiki pensativo
- Si y además, el problema de Lady Mars con su padre no es responsabilidad tuya, no entiendo porque tienes tú que intervenir – añadió Yaten a lo dicho recién por su hermano
- Porque yo amo a Risa, ¿Cómo no voy a ayudarla? No sería digno de ser su pareja si me desentendiera del problema con su madre miren... si no van a ayudarme, no estén en contra mía - respondió Seiya fastidiado
- No te sulfures hermano, te apoyamos... es solo que la madre de esa chica es la gobernadora de Ciudad Ígnea, si intentamos medir poder contra poder, perderemos – argumentó el de cabello plateado
- Genial, me encanta tu optimismo – dijo el cantante irónicamente
- Solo es realista, Seiya – apoyó Taiki al peliplateado
El aludido iba a decir algo más pero justo sonó el timbre, el cual fue atendido de prisa por Seiya.
- Hola Seiya, ¿Cómo están muchachos? – saludó un hombre de cabellos revueltos y grandes anteojos con remolinos en ellos
- Umino, el antiguo compañero de clases de nuestra actual Reina, ¿Cómo has estado amigo? – correspondió Seiya haciéndolo pasar
- Bien, aunque algo ocupado con mis proyectos de ciencias además, Naru ha estado algo indispuesta y estuve cuidándola – afirmó el de anteojos tomando asiento en uno de los sillones - ¿Y ustedes qué tal? – preguntó a continuación
- Nuestra música gusta y en cada concierto, siempre hay localidades agotadas, no podemos quejarnos – respondió Yaten
- Muy bien Seiya, me llamaste y aquí estoy, ¿En qué puedo ser útil? – indagó Umino yendo al grano
- Mi buen amigo, necesito un favor ¿Será posible que puedas averiguar algo sobre una persona? – fue la contestación del cantante
- Pero por favor, hasta la pregunta ofende, no hay nada que Umino Gurio no pueda averiguar – dijo el hombre riendo
- No lo dudo, no has dejado de ser el típico nerd sabelotodo – opinó Taiki de igual forma
- Verás, lo que necesito que hagas es simple, averiguar el paradero del señor Takashi Hino, seguramente debes recordarlo, era diputado y el padre de la gobernadora de este distrito. El desapareció hace mucho y no se ha sabido nada ¿podrás? – pidió Seiya poniendo una mano sobre un hombro de su amigo de lentes
- Recuerda esto, nada desaparece sin dejar un rastro... y ninguna persona es la excepción – afirmó Umino acomodándose los lentes y sonriendo enigmáticamente – Por cierto, se me antojan unos ricos camarones fritos... - agregó frotándose las manos
Efectivamente, el amigo del grupo Three Lights era alguien muy inteligente lo cual no había cambiado en lo absoluto, en la secundaria mantenía informada a la actual Neo Reina Serenity cuando eran compañeros, de todo lo que pasaba a su alrededor como sucesos recientes, nuevos estudiantes, chismes y cualquier tipo de información que a ella le pudiera interesar.
Gobernación de Ciudad Ígnea
Ralf caminaba abrazado de Leona quien lo ayudaba a andar, él lucía numerosas heridas sangrantes en la espalda producto de los latigazos recibidos pero eso no era lo doloroso, lo que más dolía eran las palabras de Rei y el hecho de que ella fuera capaz de aplicar ese castigo con él, cuando antes la Sailor del Fuego hubiera sido la primera en defenderlo y cuidarlo. Antes aún ante una acusación como la que lanzó Jedite, ella se hubiera negado a creer semejante infamia, hubiese castigado al rubio por mentiroso y habría exigido que le dijera la verdad, se hubiera puesto de parte de Ralf inmediatamente.
Pero, todo eso hubiera sido antes y ahora, todo había cambiado.
- Que pase buenas noches, jefe Jones, me divertí mucho – se despidió Whip en tono burlón cuando la soldado de cabello azul y él, cruzaron la salida del sótano y subían por las escaleras
- Noto cierta mala onda de esa chica para con usted, jefe Jones, ¿Le hizo algo? – indagó Leona al notar lo que era evidente en el tono de voz de la aludida
- No, cuando estábamos en los Marines... ella estaba enamorada de mí y se me declaró, pero yo la rechacé, no estaba listo... después me fuí a las Fuerzas de Autodefensa y nunca más la ví hasta que entró aquí a la guardia de Ciudad Ígnea – recordó el musculoso de cabello castaño oscuro
- Eso lo explica, debe de estar despechada... una mujer despechada es muy peligrosa – dijo la de ojos verdes – Venga, vamos a la enfermería – agregó rápidamente
- Por el bien de ese sinvergüenza, espero que él no esté allí cuando lleguemos porque si llega a estar, soy capaz de lanzarme sobre ese bastardo y matarlo a golpes – aseguró Ralf en referencia a Jedite
Los dos se dirigieron hasta el sector mencionado y al llegar, vieron la sala vacía y entonces el jefe de Guardia les preguntó a los guardias que se encontraban en el lugar.
- ¿Dónde está el gusano ese de Jedite? ¿Ya se fue?.
- Sí jefe Jones, el 3er Puesto ya se marchó él ya estaba como para levantarse normalmente – respondió uno de ellos
- Se ha repuesto demasiado pronto como para estar tan grave... ¿Y mi esposa? – indagó el de ojos cafés
- La señora gobernadora estaba reunida con el señor Kumada y su hijo, se fueron hace unos minutos al igual que ella, eso fue lo que Ursus nos dijo al pasar – informó el mismo soldado de recién
- ¿Kumada? Me suena ese apellido... - trató de recordar Ralf al oír eso
- Es un viejo amigo de Lady Mars, jefe Jones – contestó otro de los hombres presentes
- Si es quien yo pienso, tal vez sea Yuuichirou Kumada, el presidente de la empresa automotriz Keiretsu* - dedujo Leona frunciendo el ceño
- Es ese mismo – concordó uno de los soldados
- Entiendo, gracias – se limitó a responder Jones mientras ingresaba a la enfermería con Leona
Una vez adentro, la mujer de cabello azul buscó alcohol, gasas y el material necesario para curar las heridas del esposo de Rei, quien se encontraba sentado pensativo con la mirada perdida, en una camilla.
- Recuerdo a Kumada, era el infeliz que estaba enamorado de Rei cuando trabajaba en el templo con ella y su abuelo, después que Rei oficializó su relación conmigo se marchó de Hikawa para nunca más volver, ¿Qué hace aquí después de tanto tiempo? – prosiguió Ralf hablando, haciéndose dicha pregunta
- No lo sé, ¿Cree que se haya enterado de sus problemas matrimoniales?.
- No lo creo... a Rei jamás le gustó ventilar problemas personales, espero que ese tipo no siga interesado en mi mujer – dijo pensativo el de ojos cafés – A menos que... - murmuró Jones pensando
- ¿A menos que, qué? – preguntó la de ojos verdes extrañada
- Quiero creer que Rei no está pensando en obligar a Risa a casarse con el hijo del idiota ese – dijo Ralf con fastidio, teniendo el presentimiento mencionado
- Por lo visto a pesar de que ahora tiene una familia formada con otra mujer, el señor Kumada no es de su agrado – dedujo Leona prosiguiendo con su tarea
- Estuvo enamorado de mi mujer, solo ese pequeño detalle me basta para no confiar en ese imbécil – contestó ceñudo el jefe de Guardia
Una vez que concluyó con la curación de las heridas en la espalda del pelicastaño oscuro, la soldado se ofreció a llevarlo hasta su casa manejando el coche de Ralf por él, este intentó negarse pero ella insistió y para no ser descortés, el robusto hombre terminó aceptando. Por lo que se dirigieron a buscar el bolso con la ropa de civil y las cosas de Leona, él le entregó a ella las llaves de su auto, fueron hasta el mismo y se marcharon.
Templo Hikawa
Risa ya había terminado de preparar la cena y meditaba en el mal presentimiento que tuvo rato antes producto de sus habilidades extrasensoriales, no sabía porqué pero estaba casi convencida de que algo malo recientemente había ocurrido. Estaba poniendo la mesa cuando escuchó que alguien entraba, al ver que era su madre sola se intranquilizó aún más ya que eso no auguraba nada bueno.
- Justo a quien quería ver, tengo dos cosas para decirte... la primera, que está confirmado que tu padre me engaña... - comenzó a hablar Rei sin saludar a su hija
- Otra de tus invenciones, no te cansas de acusar a papá de cualquier estupidez que se te viene a la mente – respondió la muchacha bufando fastidiosa
- No estoy mintiendo, ella es una soldado de la guardia y un testigo los vio teniendo sexo, el sinvergüenza de Ralf hasta tuvo el descaro de mentirme para cubrirla a ella – continuó relatando Rei
- ¿¡Que!? Esta sarta de gansadas que estoy escuchando es el colmo contigo, ¿Qué pasó con papá? – preguntó preocupada la de cabello castaño oscuro
- ¡Es la verdad, estúpida! ¡Ella se llama Leona y es su amante! Solo estoy esperando el momento exacto de sorprenderlos en pleno acto sexual para castigarla peor que como lo hice con tu padre hoy – insistió su madre alzando la voz con enojo
- ¿Qué... qué le hiciste a papá? ¿Dónde está? – preguntó Risa apretando los puños y sintiendo cómo la furia comenzaba a apoderarse de su ser
- Ya lo verás con tus propios ojos cuando llegue a casa, ahora pasemos a lo segundo que te tenía que decir... ya te conseguí un novio, mañana están invitados a cenar Yuuichirou y su hijo así que harás comida para cuatro y te comportas correctamente, ¿Oíste? – informó Rei remarcando lo último dicho
Lo que acababa de oír, fue un baldazo de agua fría para Risa ya que si bien lo sabía no lo esperaba tan pronto, recordó las amenazas de su madre por lo que se encontraba sin saber qué hacer para poder huir de ese compromiso no deseado.
- ¡No me voy a casar con alguien que no amo! – gritó la joven, solo para iniciar otra discusión fuerte con su mamá que le recordaba las amenazas hechas anteriormente...
El coche de Ralf se detuvo frente a la larga escalinata que conducía a la entrada del templo Hikawa y tal como había dicho, Leona manejó y el jefe de Guardia le indicó a donde dirigirse, más allá de eso el viaje había trascurrido en silencio.
- Aquí estamos, jefe Jones... su casa – dijo la de cabello azul seriamente al mismo tiempo que descendía
- Gracias por traerme, mañana ya estaré bien... unos cuantos latigazos no van a detenerme – respondió el de ojos cafés
- Pasó mucho tiempo desde que vi un coche como este, realmente es una reliquia – opinó la soldado en referencia al auto de Ralf
- Dejé Estados Unidos hace muchísimo, considero a este país mi casa a la cual amo... pero no hay nada como el poder americano – respondió Jones con una pequeña sonrisa hablando de su auto, un Dodge Charger R/T 1970, modificado con motor y piezas del presente siglo XXX
- Me parece perfecto... ¿Sabe? Voy a estarle siempre agradecida por lo que usted hizo por mí, a partir de ahora voy a estar a su lado y... le daré un premio – afirmó la de ojos verdes acercándose a él
- No es necesario ningún premio, no lo hice por interés de recibir algo a cambio – contestó el robusto hombre bajando la vista – Ahora puedes irte, no te conviene que Rei te vea aquí conmigo, ten toma este dinero para pagarte el pasaje – agregó sacando algo de plata y ofreciéndosela a la chica
- No es necesario, puedo costearme el viaje – replicó ella algo apenada
- Insisto, te tomaste la molestia de venir hasta aquí y quiero que lo aceptes – respondió el de cabello castaño
La joven aceptó el dinero y antes de retirarse se despidió con el saludo militar y luego de que ella se fue, Ralf subió a paso lento las escalinatas del templo y cruzó la entrada. Caminaba con la vista baja y al llegar frente a la casa, levantó la vista y lo primero que vio fue el shoden donde se hacían las oraciones, al contemplarlo, la pena de su alma se mezcló con rabia mientras caía de rodillas al suelo.
- ¿Esta... esta es la protección que ustedes brindan? – dijo amargamente Ralf hablándole al sitio de oraciones - ¿¡Es esto el castigo por algo!? ¿Es esta su voluntad para conmigo y Risa? ¿El vivir humillados y afrentados por la persona que amamos y se supone, debe correspondernos y cuidarnos? Solo quiero la respuesta a una simple pregunta... porqué, ¿¡Porque!? – prosiguió alzando la voz al preguntar lo último - ¿Saben que creo? Creo que... ¡Ustedes son una farsa! – exclamó ya gritando al mismo tiempo que apretaba los puños y gruesas lágrimas se asomaban por sus ojos
El jefe de Guardia permanecía de rodillas en el suelo con la vista fija en el mismo cuando el sonido de una puerta abriéndose y unas pisadas de alguien acercándose se podían oír claramente, mas el hombre no le hacía caso alguno
- ¡Papá! ¡Papi hermoso, gracias a los Kamis! Me tenías muy preocupada – dijo Risa, que lo estaba esperando y era quien se acercaba a él de prisa
- Compadezco a quienes colgaron sus pedidos ahí y que dependen de ser respondidos... pobrecitos – habló el de ojos cafés señalando el shoden al mismo tiempo que su hija lo ayudaba a levantarse
- Papá, mírame, mírame... ¿Qué pasó? ¿Qué te hizo mamá? – pidió Risa colocando ambas manos sobre las mejillas de su padre para que la viera a los ojos
- Mandarme a que me dieran 40 latigazos, para variar... - respondió el musculoso hombre con una sonrisa irónica
- ¿¡Que!? No lo puedo creer... ¡Esta vez sí que se pasó de la raya! – exclamó la joven sintiendo como la furia la inundaba al acabar de anoticiarse, ya que Rei no se lo había dicho en la discusión
Ella iba a entrar de nuevo a la casa con el objetivo de increpar a su madre a causa de la bestialidad que había hecho, pero su papá la detuvo de un brazo para que no lo hiciera.
- No malgastes energía inútilmente, mejor vamos adentro ambos y me pongo cómodo para que comamos – sugirió Ralf
- De acuerdo, papá, vamos que antes te voy a mirar y curar la espalda y después me cuentas bien que fue lo que ocurrió, porque mamá dice que te estas acostando con una tal Leona... también yo tengo novedades para contarte - contestó la de ojos púrpuras mirándolo y pudiendo sentir claramente en su aura, la aflicción que lo inundaba
Una vez adentro, vieron que Rei ya estaba cenando y como era esperable, esta ni siquiera se volteó a ver a su esposo. Entonces se dirigieron directamente al baño y Risa cerró la puerta detrás de ella, por su parte Ralf se quitó de nuevo la parte superior de su uniforme para quedar con el torso al descubierto, acto seguido se sentó de costado en el inodoro con la vista perdida en el suelo.
Su hija buscó el botiquín y sacó las cosas necesarias para curar las heridas de la espalda de su padre.
- Gran Kami... mira cómo te dejaron la espalda... - opinó Risa sorprendida y algo horrorizada de ver las múltiples heridas dejadas por los latigazos - ¿Quién te las curó, papá? – preguntó al notar que las mismas ya habían recibido curación
- Fue una soldado de la guardia, Leona...
- ¿Entonces es verdad? ¿Tienes algo con esa chica? - indagó la de cabello castaño oscuro
- No, ¿Recuerdas al desconocido que te mencioné? ¿Al que tu madre le hablaba muy dulcemente? – su hija como respuesta asintió afirmativamente con la cabeza al mismo tiempo que comenzaba con los trabajos del reforzado en la curación – Ese imbécil goza de toda la confianza de tu madre... no sé si es porque ella siente algo por ese sujeto o solo para llevarme la contra, la cosa es que la muchacha en cuestión estaba siendo seguida por este tipo e iba a ser abusada por él si yo no llego justo a impedirlo, lo golpeé pero él enseguida fue con Rei a decirle mentiras, de que nos sorprendió a la chica y a mi, teniendo sexo y que por eso yo lo agredí – relató el jefe Guardia lo que había ocurrido
- Canalla... basura – dijo la hija de Ralf con enojo refiriéndose a Jedite – Continua, papá – pidió ella
- Tu madre no iba a creerme dijera lo que dijera, y esta chica iba a ser duramente castigada si quedaba como "mi amante" entonces no vi otra alternativa que mentirle, diciéndole que yo estaba intentando abusar de ella, para que todo el castigo cayera sobre mí, imagina... si a mí que soy su esposo, mandó a darme latigazos... ¿Qué le hubiera hecho a esa pobre muchacha? – continuó contando Ralf los sucesos
- Fue muy noble de tu parte, papi, estoy orgullosa de ti – lo alabó Risa dándole un beso en la mejilla – Pero el problema ahora es que si antes de este lío, la relación entre mamá y tú estaba pésima, con esto quedó aún peor. Verás, ella no te creyó tu mentira pero está segura de que la tal Leona y tú son amantes... la única posibilidad que veo de solucionar esto, es probar que se equivoca... aunque por las posibilidades de que mamá cambie... - razonó ella sin terminar de hablar, pensando de que es cuestión de tiempo para que su padre acabe fijándose en otra mujer, recordando el plan de Haruna con Mirajane y en cómo podía influir en eso, el reciente hecho de él con Leona Heidern ya que si bien ella consideraba que su papá merecía ser feliz, prefería que fuera con la ex luchadora que llevaba mucho tiempo amándolo.
- Si ya sé, esto no parece tener punto de retorno... - completó el hombre la frase que intuyó que su hija diría - Hay más, me enteré que hoy fue a verla un viejo amigo de ella, un pelmazo que trabajó en el viejo Hikawa... - informó Jones con cierta molestia
- Lo sé, Yuuichirou Kumada, mamá me quiere casar con su hijo y los invitó a cenar mañana por la noche aquí a casa... papá, tenemos que hacer algo, no quiero casarme con quien quiera que sea ese - respondió Risa con tristeza
- Lo sabía... ¡Lo sabía! Eso me temí a partir del primer momento en que supe de esa visita – se quejó el de ojos cafés con rabia apretando los puños, inmediatamente volteó la mirada hacia ella y se puso el dedo índice en la boca indicando que debía tener cuidado con lo que hablaba, a lo que Risa asintió afirmativamente con la cabeza dando a entender que había entendido
El presentimiento era correcto, porque en ese mismo instante Rei se encontraba al otro lado de la puerta del baño pegada a la misma, escuchando todo lo que padre e hija decían.
* Keiretsu: es un término japonés que hace referencia a un modelo empresarial y del mantenimiento industrial en el que existe una coalición de empresas unidas por ciertos intereses económicos. Es un tipo de grupo de negocios donde una empresa central, que no es una cúspide jerárquica, plantea montar un entorno económico adecuado que ayude a diferentes empresas a autocoordinarse para aunar esfuerzos y posteriormente realizar un reparto equitativo de los resultados. Es una red regularizada de proveedores que mejora la eficiencia de los procesos de producción
Final de una nueva entrega de De Miel a Hiel, en el próximo capítulo Ralf y Risa se pondrán a conversar y allí sabremos algo del pasado de él ¿Pistas? Solo les doy una: Kuribayashi, nada más... mis dedos están sellados así que no diré nada más, no insistáis XD.
Y a ti amable lector, si te gusta este fanfic no olvides de dejarme tu review no cuesta nada, por ahora me voy despidiendo hasta la próxima actualización, les deseo buena semana y ¡Nos vemos!
