Observa Primero
Santuario Hikawa
Ralf y Risa miraron a Rei sin lograr entender lo que le estaba ocurriendo, aunque para ellos eso ya era común. Hacía mucho tiempo que buscaban saber en qué pensaba ella sin lograr nada y a esta altura, ya ni se molestaban en preguntarle.
- ¿Se puede saber qué te pasa a ti ahora? – preguntó el de ojos cafés con voz cansina
- Eso mismo pregunto, primero me aseguras que me amas y ahora sales con que extrañas a la tal Shino – contestó la de largo cabello ébano cruzando los brazos, Ralf solo se limitó a caminar a un lado de ella sin mirarla lo que sulfuró más a Rei - ¡Oye, ven acá... te estoy hablando! – reclamó la gobernadora alzando la voz
- Pregúntate porqué, papá te ha demostrado que te ama muchas veces y si tú no le hubieras fallado como esposa, él no estaría ahora extrañando a su ex novia – le dijo su hija de mala forma pasando también a su lado - ¿Y sabes qué? Aún teniendo su carácter de temer, Shino Kuribayashi jamás le hizo el daño que tú le hiciste – agregó volteando a mirarla antes de alejarse
El oír eso le dolió a Rei quien se arrodilló en el piso y apretó fuerte los puños, quería gritar pero se contuvo y se conformó con murmurar en voz baja para sí misma, en respuesta a su hija.
- Si supieras... lo que tu padre "la pobre víctima" me hizo, pensarías lo mismo que yo... que se lo merece, se merece lo que le pasa.
Esto dijo Rei a su pesar ya que por dentro suyo en su corazón, le dolía verlo de esa forma y por el amor que aún sentía por Ralf, se compadecía y deseaba consolarlo pero, la rabia siempre hablaba más alto.
El jefe de guardia y Risa se dirigieron al cuarto de ella a disponerse a dormir, para ella no hubo ningún problema en cambiarse delante de su padre mientras que este, solo se quitó la parte de arriba.
- ¿Sabes que papá? Me hubiera gustado conocer a Shino – recordó la de cabello castaño oscuro la charla de hace rato
- Pero si Shino hubiera vivido, tú no habrías nacido porque yo me hubiera casado con ella y no con tu madre – aclaró Ralf dicho detalle no menor
- Oye es cierto, me había olvidado – rió la joven en referencia a eso
- ¿De veras crees que podríamos caber tú y yo en tu cama de 1 sola plaza? Mejor buscaré mi bolsa de dormir y asunto solucionado – opinó el robusto hombre – Y por favor tápate, si tu madre te viera en ropa interior delante mío ahora, no quiero ni oírla. Recuerda que ya no eres una niña, que ya estas grande – agregó antes de salir a buscar lo mencionado
- Ya no me importa lo que diga o piense mamá – replicó Risa sin hacer caso a lo que le pidió su padre
Ralf buscó en el cuarto de Rei el objeto en cuestión al mismo tiempo que esta se burlaba de él por dormir en el cuarto de su hija, al volver a la habitación de Risa, él observó que ella sacaba una guitarra vieja que tenía guardada entre sus cosas.
- ¿Qué haces? ¿Para qué quieres eso ahora? – indagó Ralf en referencia al instrumento
- Tú mencionaste que tu primera ex novia te había enseñado a tocar y cantar... ¿Podrías cantar una canción ahora? – pidió la de ojos púrpuras alargándole el objeto
- Ahora no es hora Risa, vamos a dormir – intentó negarse el musculoso
- Hazlo, por favor... solo una – insistió Risa en tono suplicante
- De acuerdo, pero solo una eh – accedió el hombre tomando la guitarra mientras suspiraba
- Muchas gracias – respondió la joven sonriendo
El jefe de guardia se sentó en la cama de su hija luego de apoyar la bolsa de dormir a un costado y con el instrumento en ambas manos comenzó a tocar.
Basta de seguir así, es tan frío aquí
además me tienen harto, y sé que es así
Yo siento que voy a perder, yo digo que voy a perder
te digo que voy a perder, si... yo nací para perder.
Nada que decir, nada que hacer
lo único que quiero es ver... que puedo crecer..
Vivir en la jungla, no está tan mal
pero aquí, esta ciudad, el alma te va a devorar.
- Me pareció oír esa canción... creí oírtela pero no es Heavy Metal – intentó acordarse la muchacha luego de aplaudir con entusiasmo
- Born to Lose, de Jhonny Thunders and The Heartbreakers, fue versionada por varias otras bandas y no, no era Heavy... era Punk Rock, otro estilo distinto – informó Ralf sonriendo – ¿Y sabes qué? Creo que sí nací para perder... - agregó perdiendo rápidamente la sonrisa
- Ya verás que terminarás ganado, papá – contestó ella a modo de consuelo
- Bueno, se acabó el concierto, ahora a dormir – dijo el de ojos cafés devolviéndole la guitarra a Risa
- Papá... por lo visto la antigua Era tenía muchas cosas bonitas, ¿Crees que me hubiera gustado? – preguntó pensativa Risa en el ínterin que guardaba el instrumento musical y se acostaba en su cama
- Estoy seguro que sí, te hubieras sentido más libre que en esta, es verdad que ahora ya no hay enemigos que amenacen al planeta, pero con eso de que esta es una Era paz y armonía para todos... se han olvidado que no hacen falta monstruos para hacer sentir amenazada a la gente, muchas normas y prohibiciones con este famoso Código de Convivencia Pacífica, creen que con eso harán desaparecer las pasiones humanas, que ingenuos – respondió Ralf riendo levemente ya recostado boca abajo en su bolsa de dormir
- Pero, ¿Y el Cristal de Plata no borró todas las maldiciones? – indagó la joven sin entender del todo
- Hija, es cierto que el Cristal de Plata es un objeto de gran poder y que al usarlo Serena cambió este mundo para siempre, pero el corazón humano está sujeto a pasiones caprichosas que generalmente se inclinan más hacia lo que es malo que a lo bueno lo cual trae sinsabores y eso, no hay Cristal de Plata que lo pueda borrar. Si bien tenemos vida y juventud longevas gracias a su poder, ni nosotros ni los reyes de este Segundo Milenio de Plata ni nadie en este planeta, somos dioses; seguimos siendo humanos y continuamos estando sujetos a fallas solo que ahora, la gente se engaña creyendo que vivimos en un paraíso, si ya desaparecieron el crimen y los delitos... ¿Para que siguen habiendo fuerzas de seguridad? – explicó el de ojos cafés su punto de vista
- Tienes razón, mira esta situación con mamá – concordó la muchacha suspirando con tristeza
- Así es, ahora durmamos, si todo sale bien no tendrás que casarte con el hijo de ese idiota de Kumada.
- Eso espero, gracias papá te amo – dijo sonriendo la de ojos púrpuras
En otro sector de Ciudad Ígnea
Después de mucho buscar, la recién llegada Aya Kuribayashi pudo encontrar la dirección de una pariente de sangre, la única que en el momento podría adivinar quién era ella. Durante la tarde había estado en Nukureo Kaseigan y gracias a eso consiguió también más información de su interés, la cual la había llevado a Ciudad Ígnea.
La muchacha de corto cabello castaño condujo su automóvil rojo hasta una casa moderna, lugar indicado por la dirección a la que se dirigía. Así que rápidamente detuvo el motor y descendió, tocó el timbre y esperó un rato hasta que fue atendida.
Quien abrió la puerta fue otra mujer joven de cabello y ojos también color castaño, al verla, la expresión calmada de su rostro desapareció y se sorprendió en gran manera al ver a Aya, como si frente a ella estuviera una especie de fantasma o algo por el estilo mientras que la recién llegada solo se limitó a sonreír.
- No puede ser... ¡No puedo creer lo que ven mis ojos! ¿Shino? ¿De... de verdad eres tú, hermana? – preguntó shockeada la mujer que había abierto
- Quédate tranquila que no soy ninguna aparición, soy de carne y hueso, no soy Shino mi nombre es Aya, es un gusto encontrarte, tía Nanami – contestó quien había llamado al timbre
- Espera... ¿Me llamaste tía? Entonces tú... - adivinó inmediatamente la dueña de casa
- Sí, soy Aya Kuribayashi... - informó la joven al mismo tiempo que sacaba y mostraba sus documentos a fin de evidenciar que no mentía
- Sí... sí eres tú... - prosiguió Nanami con una enorme sonrisa y lágrimas saliendo de sus ojos
Inmediatamente al decir esto, la mujer abrazó emocionada a quien llamó a su puerta y esta a su vez correspondía dicho gesto. Luego de un rato, Aya fue invitada a pasar y ponerse cómoda momento en el cual, ambas se pusieron a conversar.
- Es impresionante, eres el vivo retrato de Shino... ¿qué te pasó en el rostro? – fue la inevitable pregunta al ver el costado de la cara de la chica
- Es una historia triste, nunca supe porqué me tenían encerrada en un cuarto hasta mucho después, que tomé conciencia de que estaba en cautiverio... en ese entonces entendí el porqué de tanta crueldad de los que me tenían atrapada. No recuerdo cómo escapé, de repente me encontré escapando sola y perdida en medio de la selva vietnamita, llena de sangre... - comenzó a relatar los sucesos vividos, sintiendo una tristeza que hacía parecer que pasó poco tiempo cuando en realidad había pasado mucho – No supe quiénes eran mis padres hasta años después, cuando vivía con una buena familia norteamericana que me llevó a Estados Unidos luego de adoptarme... ¿Ella dónde está? – prosiguió Aya
- En el mismo lugar en el que ha estado desde hace mucho tiempo, el cementerio que ahora pertenece a la actual Ciudad Ígnea – contestó Nanami con una sonrisa triste
- Eso lo sabía, no sé porqué esperaba tal vez oír otra cosa – dijo la joven de igual forma – Y mi padre, sé que esta con vida... parte de mi venida es para verlo, necesito preguntarle porqué... porqué nunca me buscó – reveló ella con la voz quebrándose
- Aya, te puedo asegurar que él es una excelente persona y si yo no sabía de tu existencia hasta ahora, él menos sabrá... pero lo que desees preguntarle debes hacerlo tú misma – afirmó la mujer consolando a la chica
- Lo conoces – indagó la de ojos marrones con expectativa
- Sí aunque hace mucho que no nos hemos visto, como te dije antes, es un excelente ser humano y el día en que mi hermana murió, fue uno de los peores para él... tan ilusionado estaba en casarse con ella... la amaba mucho de verdad, a su vez Shino poseía un carácter muy explosivo y ya había perdido la expectativa de enamorarse y casarse porque todos le temían, hasta que lo conoció a él; pero vaya jugarreta del destino que los separó – recordó Nanami bajando la vista tristemente
- ¿Crees que le gustará conocerme? – preguntó la muchacha
- Estoy segura que sí, aunque eso debes averiguarlo tú.
- He estado averiguando antes de venir y se dónde vive, también qué lugares frecuenta cuando va a comer, necesito encontrarme a solas con él – afirmó Aya, revelando lo que tenía pensado hacer
- ¿Y te dieron la dirección de su residencia así nomás? – indagó sorprendida la de cabello castaño
- Claro, solo pregunté cuál era uno de los principales templos de Ciudad Ígnea y de paso, cuál era su dirección para poder comprar un amuleto... fue lo primero que se me vino a la mente decir.
Como no podía ser de otra manera, Nanami le ofreció hospedaje en su casa a Aya quien se apresuró en sacar su equipaje del auto y llevarlos a donde dormiría. Entre charla y charla, la dueña del hogar reveló que era periodista en la antigua Era y que ahora, continuaba ejerciendo dicha profesión, que lo único que poseía de parecido con su hermana Shino eran los rasgos de su cara ya que ella se peinaba distinto aparte de su personalidad, la cual era muy relajada a diferencia de la de Shino. Contó también que estaba separada y que no había tenido hijos, por lo que vivía sola en su actual residencia.
Por su parte Aya comentó que el costado izquierdo de su rostro lucía esas quemaduras cicatrizadas debido a las torturas a las que era sometida cuando vivía en cautiverio, que luego de huir fue a dar a una casa de adopción en donde conoció a su familia adoptiva. Contó aparte, que con la misma se había ido a vivir a Estados Unidos, al Estado de Utah en donde se crió hasta recibirse de instructora de artes marciales y educación física. Aya tanto había insistido que saber sus orígenes que las personas que la habían acogido, le revelaron lo que sabían, el nombre de su madre y el hecho de que estaba muerta. Más tarde ella continuó averiguando más por su cuenta e investigó en los archivos, las circunstancias en las que murió su madre como así también quién era su padre y en dónde residía aparte del hecho de que tenía un par de tías, momento en el cual se decidió dejar todo y volar a Japón luego de acabar sus estudios.
Ahora ya estaba mucho más cerca de encontrar más respuestas.
Residencia de Setsuna Meiou
Hacía ya un largo rato que la mujer de tez morena había llegado a su hogar, entre el restaurant y la visita al Palacio de Cristal tuvo un día largo y difícil. No había dejado de pensar en el asunto de Rei, recordó también cuando la hija de ella le pidió ayuda y Setsuna desestimó el asunto claro que en ese entonces, pensaba que la gobernadora de Ciudad Ígnea continuaba siendo la misma persona leal y noble de antes.
Sin decir nada, se dispuso a tomar una ducha y al salir oyó que alguien tocaba el timbre así que se puso una bata y se dirigió a averiguar quién era. El monitor proyectado de la camarita exterior le permitió ver que se trataba de su hermano Carlos, a quien dijo que esperara un momento mientras se cambiaba de ropa.
Cuando acabó de vestirse, le abrió la puerta y lo invitó a pasar luego de saludarse ambos alegremente.
- Aquí estoy mi querida hermanita, listo a compartir una cena juntos después de tanto tiempo – fue lo primero que dijo un sonriente Carlos
- Es cierto, me alegra que vinieras ya que si no venias a visitarme iba a ir yo mismo a tu casa a tirarte las orejas – respondió Setsuna de igual forma
- Relájate que aquí estoy, me encuentro de un humor excelente – afirmó el joven frotándose las manos con entusiasmo
- ¿Y eso? No creo que sea solo por reencontrarte conmigo, ¿Qué pasó? – indagó perspicaz la de cabellera verde oscura
- Se nota que me conoces bien, de acuerdo... seguro te acuerdas de Minako Aino, bien pues mi casa está a unas pocas cuadras de la gobernación y hoy me pude reencontrar con ella, logré quedar con Mina para cenar – confesó su hermano menor
- Ay Carlos, desde ya te digo que no te recomiendo enredarte con Mina... si tú crees que ella sigue siendo la misma de hace tiempo atrás, te equivocas grandemente – fue lo que le respondió la dueña del restaurant Magnolia
- No entiendo de qué hablas, porqué dices que no me acerque a Mina – contestó el muchacho abriendo los brazos
- Minako Aino ya no es la joven soñadora que fue hasta hace un tiempo, ahora es una verdadera "come hombres "a la que solo le gusta divertirse y pasar el rato, lo máximo que llegarás con ella es a la cama pero no esperes más, así que te aconsejo que no te hagas ilusiones con Lady Venus – recordó Setsuna lo que oyó en el Palacio Cristal sobre ella
- Mmmhhh, de todos modos yo voy a intentar algo con ella, yo creo que puedo hacerla recapacitar, ¿No sabes qué fue lo que la llevó a cambiar de esa forma? – insistió Carlos sin evidenciar querer hacer caso del aviso dado
- No estoy muy segura, tal vez desengaños, relaciones frustradas... sé de algunas que terminaron trágicamente, eso deberías preguntárselo tú mismo si es que te lo quiere decir... pero te vuelvo a repetir Carlos, hazme caso y no te relaciones con ella porque podrías acabar decepcionado – recalcó la mujer – Ahora ponte cómodo, preparo la cena y nos ponemos al día – prosiguió ella
Carlos estaba sumamente feliz por la cita concretada con Minako, pero las palabras de su hermana mayor lo pusieron en alerta a pesar de no estar dispuesto a hacer caso, después de todo no sería nada lindo en caso de lograr intimar con ella, ser solo uno más en su lista ya que Carlos deseaba mucho más con Mina que solo una noche de placer.
- Y dime, ¿Qué piensas hacer ahora que eres un Físico oficialmente? – quiso saber Setsuna mientras se disponía a realizar la tarea anteriormente mencionada
- Planeaba ir a Ciudad Aquae a pedir trabajo, es la tierra de las oportunidades para los intelectuales como yo – aseguró el de lentes quitándose los zapatos y poniéndose cómodo
- Me parece perfecto, Lady Mercury no tendrá problema en dártelo, ella sabe quién eres y cuánta inteligencia posees – alabó la de ojos rojizos sonriéndole
Ciudad Lignum, Residencia Kino-Still
Uno de los sectores de la casa de la gobernadora del Este, tenía un aspecto que daba a entender que se trataba de un lugar de entrenamiento al poseer una extensa lona, algunos sacos de entrenamiento como los que usaban los boxeadores para golpear y en el medio, un cuadrilátero; sobre este, la alta castaña y el rubio robusto intercambiaban golpes que ambos lograban detener. Ella vestía un uniforme blanco de karate y él, ropa militar de combate con un pantalón camuflado y una playera sin mangas en la parte de arriba.
Ambos dieron un salto hacia atrás, la de ojos verdes sonreía al mismo tiempo que el de pupilas celestes permanecía en pose de guardia y le hacía un ademán con una mano, de que atacara.
Sin decir nada, ella corrió hacia él y atacó con golpes de puño y patadas de artes marciales de los que el hombre conseguía cubrirse y cuando era necesario, se agachaba y daba pequeños saltos para evitar ser golpeado. Makoto continuó insistiendo con una combinación de patadas las cuales no llegaron a destino puesto que él se movía rápido, en el momento en que ella lanzó el último ataque fue cuando el ex soldado intentó de un movimiento con sus brazos, agarrarla.
Pero ella fue veloz y consiguió escapar del agarre, rodando con agilidad fuera de su alcance.
- No está mal, Clark... pero el calentamiento acaba ahora, estoy lista – afirmó Makoto sonriendo y volviendo a ponerse en guardia, en respuesta, su esposo solo se tronó los nudillos de los puños, adoptó su clásica pose de guardia con ambos brazos extendidos y le hizo un gesto indicándole de nuevo, que lo atacara.
Mako se acercó lentamente dando pequeños saltitos y cuando se encontró a una distancia media, pegó un gran salto a fin de lanzar una patada voladora. Sin embargo el rubio permanecía inmóvil y muy concentrado, mirándola atento a sus movimientos.
- Lo siento mi querida Mako, pero ahora te tengo... - pensó para sí mismo el jefe de Guardia de Ciudad Lignum
Al llegar justo frente a sí el ataque de la Senshi, Clark se apartó rápidamente mediante un nuevo salto hacia un costado y volvió a extender sus brazos para tratar de agarrarla al grito de "¡Huria!". Sin embargo, las cosas no salieron como él esperaba, puesto que su mujer, de otro ágil salto hacia su retaguardia, pudo evitar el agarre mientras sonreía al ver la apertura en la guardia del hombre.
Ella corrió lo más que pudo y conectó un rodillazo en un costado del rostro de Clark que esta vez no consiguió cubrirse, dicho ataque fue seguido de una veloz combinación de puñetazos y patadas que impactaban en el torso y el rostro de él. De esa manera el ex soldado salió volando hacia una de las esquinas del Ring luego de la última patada, contra la que su cuerpo impactó. A continuación, su cuerpo quedó inmóvil tendido en la lona.
- A estas alturas mi amado esposo, conozco de memoria tu Argentinean Backbreaker – dijo sonriendo la de cabello castaño, llena de confianza
Al cabo de unos segundos, el hombre se puso lentamente de pie y nuevamente adoptó su pose de guardia, para en esta ocasión, pasar él a la ofensiva y dar un pequeño salto a fin de lanzar un codazo que su mujer no tuvo problemas en detener. Ella respondió dando el mismo tipo de golpe al mismo tiempo que mantenía uno de los brazos de él, inmóvil.
Pero Clark también detuvo dicho ataque con su mano libre y a continuación a eso, ambos se apartaron y el ex soldado atacó con puñetazos que ella esquivó ágilmente. Acto seguido, Mako saltó primero hacia atrás y luego dio otro hacia su esposo, a fin de conectarle otra parada voladora pero, el hombre en esta ocasión fue más veloz al rodar pudiendo escapar del ataque y quedar justo a espaldas de la mujer cuando sus pies tocaron el suelo.
Fue en ese momento en que la gobernadora supo rápidamente del error que había cometido... dicho y hecho, su marido la rodeó desde atrás por la cintura fuertemente con ambos brazos. Al grito de "¡Huria!", Clark cargó el cuerpo de su mujer sobre sus espaldas pero, en vez de lanzarla hacia arriba volvió a depositarla de pie en el suelo.
- Que conozcas la técnica no significa que logres evitarla siempre, mi amor – dijo amablemente el rubio – Si tú hubieras sido mi enemiga, ahora estarías con la columna hecha trizas – prosiguió
- Aún puedo mejorar más, cariño, esto que hacemos sirve para no perder el toque – respondió Mako sonriendo – Lo has hecho muy bien, Clark, me encanta que entrenemos juntos – elogió además, a su marido
- Tú también eres muy buena, Mako, serías un rival muy duro para cualquier luchador si hubiera torneos de artes marciales como en la vieja época – correspondió el jefe de Guardia al cumplido
Luego de eso, el hombre rodeó a su mujer por la cintura con un brazo y la besó cariñosamente en los labios. Justo en ese momento, una joven adolescente con rasgos idénticos a Makoto pero de ojos azules y cabello rubio, entraba sonriente al salón con una botella de agua en una mano.
- Mamá, papá, les traje agua. Deduzco que tendrán sed después de haber entrenado – afirmó la chica llegando cerca de ellos y lanzándoles la botella
- Por supuesto que sí, Lita, hidratarse es muy bueno después de practicar – concordó su madre atrapando dicho objeto en el aire con una mano
- Yo también deseo practicar con ustedes – dijo Lita entusiasmada lanzando golpes al aire
- Será otro día hija, ahora vamos a cenar que ya es tarde – le contestó Clark
- Si, veamos si vas aprendiendo los conocimientos culinarios que te he enseñado aparte de los del curso de cocina– agregó Mako guiñando un ojo y sonriéndole a la muchacha
- Espero no decepcionarlos, por cierto no veo la hora de que llegue el fin de semana para volver a ver a Risa – afirmó la rubia alegremente
- Si, yo también espero reencontrarme con mi viejo amigo y también tengo ganas de recordar viejos tiempos – aseguró su padre bebiendo agua y descendiendo del cuadrilátero seguido por su mujer
- Yo estoy emocionada con volver a ver a las chicas y en cuanto a ese sinvergüenza, nada... mejor me callo.
- ¿Por qué dices eso mamá? No entiendo – se sorprendió Lita abriendo grande los ojos
- No hay nada que entender hija, por favor adelántate y ve a servir la cena, nosotros ya vamos – solicitó Clark poniéndole una mano en un hombro a la joven, quien asintió con una cabezada antes de alejarse
- ¿Y ahora que me vas a decir, Clark? – preguntó la de castaño cruzando los brazos
- Nada, solo que procures no decir esas cosas delante de nuestra hija, los problemas que Ralf y Rei tengan no son asunto de ella – le sugirió el hombre sin perder la calma
- Tienes razón lo siento, no lo haré, pero no puedo negar que no me simpatiza para nada tu amigo y sabes porqué – argumentó la de pupilas verdes de igual forma
- Mako, te aconsejo también, que antes de juzgar a Ralf primero observes bien como son las cosas, no te quedes solo con las palabras de Rei... te lo digo porque hay mucho de Ralf que no conoces y yo sí, acuérdate que servimos en la milicia mucho tiempo juntos – objetó el rubio llamándola a que se replantee la postura
- ¿Ah sí? ¿Cómo qué por ejemplo? – inquirió la gobernadora de Ciudad Lignum con una media sonrisa, la cual se le borraría inmediatamente al escuchar lo que Clark iba a responderle
- Bueno, Ralf tiene tendencias suicidas...
¿Qué onda Senshis y Soldados? Estoy de regreso con una entrega nueva de De Miel a Hiel y me gustaría aclararles algo, no es que los sucesos en este capítulo suceden ordenadamente en el tiempo, en verdad pasan simultáneamente ósea, que al mismo tiempo que Ralf y su hija conversan y se van a dormir, los otros hechos que aquí he escrito acontecen.
Que tal el entrenamiento entre Lita y Clark? Verdad que relaté bien cómo pelea? ¿Creen que Mako podría enfrentarse bien a militares? Yo creo que sí puede. ¿Habrá pelea entre Ralf y Makoto? Ah no seeé, vamos a ver.
Aún estoy esperando que alguien me responda la pregunta que hice antes sobre la letra de la canción que Ralf recitó en el anterior capitulo, no es difícil solo busquen XD.
Si no lo han hecho, les recomiendo leer la última creepypasta que adapté, La señorita Kula ya está subida así que pueden leerla y decirme qué les parece.
Me despido entonces hasta la próxima que espero sea pronto, cuídense mucho y nos vemos!
