Mensajes Oníricos
Luego de entrenar juntos y que la hija de ambos les llevara agua además de llamarlos a cenar, Clark le contó a su esposa gran parte de la vida de Ralf desde que él lo conoció, le comentó de los sinsabores sentimentales de aquel y sus repetidos intentos de suicidio, aparte de recordarle la recomendación de no apresurarse en juzgarlo.
- Entiendo todo lo que me cuentas querido, en verdad lamento lo que pasó con las 4 novias anteriores de tu amigo pero eso no le da derecho a engañar a Rei... - fue la respuesta de la gobernadora de Ciudad Lignum
- ¿Y cómo estas tan segura de que lo que ella asegura, es cierto? Me cuesta trabajo creer que alguien a quien se le murieron 3 novias y aparte, otra lo traicionó... ahora sea quien arruine una relación que marchaba sobre rieles – opinó el rubio musculoso
- Rei nunca ha sido mentirosa y jamás lo haría sobre algo tan serio, hemos sido amigas desde hace mucho ¿Qué razón tendría para mentir? – refutó su esposa frunciendo el ceño
- Pero por lo que me contó Ralf, ella ha cambiado y ya no es la de antes. No creo que Rei sea tan tonta como para mostrar eso ante todo el mundo, Artemis y los reyes inmediatamente la destituirían de su cargo como gobernadora, piénsalo... - insistió Clark abriendo sus brazos
- Es que entiéndeme a mí, Clark, estamos hablando de Rei Hino... de todas nosotras ella siempre ha sido la más leal, sí es cierto que es temperamental pero nunca dañaría a nadie por puro gusto o maldad, si así fuera no sería ella – contestó Makoto explicando su punto de vista
- Lo único que sé es que uno de los dos se equivoca y de ellos, uno miente y con el tiempo se revelará la verdad – aseguró el de ojos celestes calmadamente
- Efectivamente, ahora vamos a cenar que entrenar me ha dado hambre – dijo la de cabello castaño con seriedad
De esta forma ambos se dirigieron al comedor al mismo tiempo que Clark daba un suspiro y pensaba, a decir verdad a él también le parecía increíble que la misma Rei que él y su amigo Ralf conocieron en su momento, cambiara tanto y por otro lado, tampoco creía que su compañero de armas de hace tanto tiempo estuviera mintiendo. Y una de las cosas que él había aprendido gracias a su experiencia en el campo de batalla y en interrogatorios, fue a evaluar a las personas y de acuerdo a sus gestos corporales o actitudes, intuir si alguien estaba mintiendo y si la persona era confiable o no.
Por su parte, Makoto meditaba también en lo que Clark le había dicho y relatado... realmente sintió pena por Ralf al saber que en el pasado sufrió tanto y no pudo evitar acordarse de ella misma antes de encontrar el amor en Clark, rememoró cuando su primer novio le rompió el corazón y su frustrado romance con Motoki pero, al mismo tiempo no encontraba motivos para suponer porqué Rei mentiría así que de nuevo para ella, el panorama apuntaba a que Jones había cambiado y estaba mintiendo.
Pero una pregunta quedaba sin responder, ¿Cómo es que antes él se intentó suicidar por sus amoríos frustrados y cuando finalmente encuentra a alguien que lo ama, la engaña? Algo no cerraba.
El fornido hombre de cabello castaño oscuro y ojos color café, caminaba por una de las explanadas que conducían desde el palacio real de Marte hasta el hangar de naves. Allí la princesa, aguardaba por él ya que debían partir con destino a la Luna.
Ella se iba a mudar al palacio cede del poder del reino lunar para ponerse al servicio de la Reina Serenity y su hija, desde chica ella sabía que un día tendría que cumplir con el deber de proteger a la princesa de la Luna y ahora orgullosa iba a realizar dicha misión.
Por su parte, el jefe de la guardia personal de la princesa de Marte aún siendo hijo de madre marciana y padre terrestre, se había criado como 100% marciano y tal como lo eran todos los habitantes del planeta, se trataba de alguien valiente, fuerte, temerario y feroz peleador al servicio de la familia real y de la dueña de su corazón: la princesa Rei Hino.
Al llegar al sitio indicado, el semblante serio de su rostro le dio lugar a una sonrisa al ver a la bella joven de largo cabello ébano y armadura samurái negra combinada con rojo, de pie al costado de una de las naves en compañía de algunos integrantes de su guardia personal.
- Pueden retirarse, estoy partiendo ya mismo así que pueden informarle a los emperadores que todo marcha bien – ordenó la de ojos amatista
- Bien princesa, le deseamos un buen viaje y servicio en el Palacio Lunar, seguramente usted lo hará muy bien – respondió uno de los guaridas
- Lo se y recuerden, aunque yo no esté nunca dejen de poner en alto el nombre de Marte y luchar por sus reyes ¡Por Marte y por el Honor! – habló ella alzando la voz al final, con la exclamación típica del pueblo marciano, pueblo guerrero por excelencia
- ¡Por Marte y por el Honor! – repitieron los guardias
Uno de ellos, una joven de cabello castaño oscuro y pupilas del mismo color se quedó a despedirse del hombre fornido de ojos cafés que venía llegando, luego de que todos hicieran una reverencia ante él también y se retiraran.
- Hermanito, cuídate mucho y no te olvides de venir de visita – le dijo la chica
- Descuida Haruna, jamás me olvidaré de ti te aseguro que nos mantendremos en contacto – le contestó su hermano mayor
- Te tomo la palabra, así rememoramos nuestros viejos entrenamientos, además quedas en muy buena compañía – le guiñó un ojo sonriéndole la muchacha, antes de alejarse y hablando lo último en referencia a la princesa
- ¿Todo listo, Ralph? Ya podemos irnos – le preguntó Rei seriamente
- Listo para partir, por cierto me sorprende que los reyes no vinieran a despedirse – señaló el líder de la guardia
- Ya nos despedimos y nos dijimos todo lo que nos teníamos que decir en la sala del trono, sabes que no nos agradan las despedidas – respondió la princesa
- Gracias por pedirles que yo fuera también a la Luna – agradeció el fornido hombre
- No tienes nada que agradecer, yo no podría estar lejos de ti – le confesó la de ojos violetas - ¿Sucede algo? – preguntó al notar que Ralph se mostraba algo molesto
- Es que oí una conversación de los reyes, ellos comentaban que uno de los cuatro guardianes del príncipe de la Tierra, más especificamente el idiota de Jedite... anda enamorado de ti, solo espero que no decidan darte en matrimonio a ese zopenco, ignorándome a mí – le expresó el guerrero su inquietud
- Ellos saben que jamás me casaría con alguien a quien no amo y que el dueño de mi corazón eres tú, no tienes de que preocuparte – aseguró Rei sonriendo
- Lo sé, es que me pareció que lo comentaban con agrado... por eso lo decía.
- Si ellos llegan a cambiar de idea ten la seguridad de que jamás te dejaré, así muera no me apartarán de tu lado ¿Acaso lo olvidaste? – aseguró la guerrera de Marte con decisión y abrazando a Ralph
- Nunca lo olvidaría... juntos por siempre – contestó el de ojos cafés correspondiendo el abrazo
- Juntos por siempre... - repitió Rei antes de que ambos se dieron un beso apasionado en los labios
Ralf despertó sobresaltado por el sueño que acababa de tener, sudoroso miró en dirección al reloj de la mesa de luz de Risa para observar la hora, eran las 4 de la mañana. En su cabeza no dejaba de resonar esa última frase que se dijera la pareja del sueño "Juntos por siempre" y nuevas preguntas se agregaban a su cabeza.
- La verdad no entiendo... ahora no solo aparezco yo, también Rei esta... en el sueño también somos pareja, ¿Por qué? ¿Eso será una casualidad u otra cosa? ¿Quién era la mujer del otro sueño que tuve? Por la figura, ahora tengo claro que Rei no era...– se preguntó Jones mientras observaba como su hija dormía profundamente
A continuación, el jefe de guardia tomó su celular al observar una notificación entrante en su pantalla, al abrirlo vio que se trataba de un mensaje que Mirajane había enviado hace 4 horas.
"Hola querido Ralf, mi corazón se llenó de alegría al volver a verte y espero que desde ahora nos veamos lo más seguido posible, te he extrañado mucho".
Luego de leer lo que decía, Ralf sonrió y procedió a responder disculpándose por el hecho de no haber contestado inmediatamente; eso lo hizo olvidar por un rato del sueño que tuvo pero no pudo volver a dormirse en toda la noche.
La bella joven rubia de peinado odango se encontraba de pie en el balcón de su habitación, con los codos recargados sobre la baranda hecha de fino mármol. Ella tenía su triste mirada puesta en el planeta Tierra, desde hacía tiempo que había conocido al príncipe de la Tierra, Endymion, siendo amor a primera vista ese instante.
Como los habitantes de la Luna tenían prohibido interactuar con los terrícolas, ella se escapaba a escondidas de su madre a la Tierra para verlo hasta que un día, una de sus Senshis guardianas la siguió y el secreto se descubrió. La Reina Serenity solo le reprochó el habérselo ocultado pero celebró el hecho de que su hija hubiera conocido el amor, por lo que convocó a los soberanos de la Tierra, padres de Endymion, para oficializar el compromiso entre ambos herederos.
Todo era felicidad, romance y amor hasta que desde hace algún tiempo, el príncipe Endymion fue dejando de prestarle atención a ella y ya no fue a visitarla como antes, aparte de decirle que se le complicaba recibirla si la princesa iba a la Tierra por lo que le recomendó que no fuera. Eso la entristecía de verdad aún sabiendo los motivos que su madre le había explicado muchas veces pero, la princesa no podía evitar sentirse olvidada...
Sumida en los pensamientos sobre el asunto, Serenity decidió ir a ver a su madre quien con su usual carácter amable y dulce, la recibió.
- Serenity hija querida, te veo angustiada ¿Qué es lo que apena ese bondadoso corazón tuyo? – preguntó la soberana de la Luna
- Madre... yo... es sobre Endymion – respondió la joven tristemente
- ¿Otra vez hija? Recuerda que te dije que en la Tierra hay una guerra civil, la facción Diamante desea tomar el trono por la fuerza y tu amado junto a los suyos, deben defenderlo, por eso no ha podido ocuparse de ti – recordó la Reina
- Sí pero...
- Si tú vas allí ahora, corres peligro, no es que él no quiera verte, hija – añadió la madre a lo dicho anteriormente
- Pero al menos, él pudo haberme mandado algún mensaje o algo, pero nada... ni eso – señaló la heredera al trono
- Quédate tranquila, te iba a dar una sorpresa pero en vista de tu angustia te lo diré ahora... mandé a avisar a Endymion que por favor se tomara un descanso y viniera aquí – le informó su mamá
- ¿En serio? ¿Cuándo viene? – preguntó Serenity con una enorme sonrisa en la cara y abriendo grande los ojos
- Calma querida, Endymion avisó que llegaría mañana – la tranquilizó la Reina con una amable sonrisa
De esa forma, la angustia que aquejaba el corazón de la bella princesa daba lugar a una enorme expectativa y alegría ya que por fin podría reencontrarse con su amado príncipe. Así que impacientemente aguardó al día siguiente y grande fue su dicha cuando la guardia avisó sobre la nave procedente de la Tierra.
El joven apuesto vistiendo su armadura negra y dorada, descendía del vehículo en medio de su escolta. La hija de la soberana lo recibía con una enorme alegría, la cual le daría paso a la sorpresa al ver el poco entusiasmo con el que el heredero del trono del planeta azul, la saludaría y besaría.
Una vez que los jóvenes hablaron con la Reina Serenity, se dirigieron a una de las salas del palacio para estar a solas y conversar a gusto.
- Dime Endy, ¿Cómo está la situación en la Tierra? – indagó la de ojos celestes buscando iniciar la conversación
- Pues sin solución querida, Diamante tiene aliados fuertes y no nos está siendo fácil lidiar contra ellos, pero nosotros no nos rendiremos... no entregaremos el trono de ninguna forma – respondió el príncipe con seriedad
- Espero que todo se arregle pronto, te he extrañado mucho... añoro nuestros paseos a solas – confesó sonrojada la heredera al trono del Reino Lunar
- Yo también te he extrañado mi princesa – dijo Endymion sonriendo levemente y tomando suavemente la barbilla de ella, como para besarla
Ante eso, Serenity cerró los ojos y esperó el beso de su amado pero trascurridos unos segundos los volvió a abrir sorprendiéndose de que aquel no llegara.
- Lo siento, es que ahora es un mal momento para descansar... necesito volver a la Tierra cuanto antes y estar en la batalla – afirmó el de cabello negro pensativo, quitando su mano del mentón de la princesa
- Comprendo la situación pero es que necesitaba verte – contestó algo entristecida ella notando la ansiedad del príncipe, por irse
- Lo se querida, pero no podía venir y tampoco deseaba exponerte permitiendo que fueras a la Tierra – se excusó el de ojos celestes
- No tendrías que haberte preocupado por eso, no hubiera sido tan tonta como para ir sola sabiendo que hay guerra, hubiera ido con las Senshis – argumentó la muchacha – Mi madre hubiera ordenado además, que los ayudáramos a luchar contra la facción de Diamante – añadió
- Si bien la batalla es dura, el Reino Dorado debería poder ser capaz de contener la rebelión, no íbamos a pedirle a tu madre que las envíe solo por un enfrentamiento civil – dijo Endymion – Yo y mis cuatro guardianes a la cabeza, deberíamos ser suficientes para vencer – dedujo a continuación
- Supongo que sí, solo espero que esa batalla termine pronto... - expresó la joven su deseo para que la paz regrese al reino de la Tierra y que ella y su amado puedan volver a estar juntos
- Sí, ahora si me disculpas, tengo que ir a hablar y atender algunos asuntos – anunció el príncipe al mismo tiempo que se dirigía a la salida de la sala
Serenity se quedó sola en el sitio pensando sobre la actitud de su amado, entendía el hecho de que estuviera preocupado por la batalla pero le impresionó el poco entusiasmo con que la recibió y al hacerlo, solo le habló sobre aquella y no la besó ni le expresó su amor como lo hacía antes, aparte de marcharse rápido de su presencia.
Mientras pensaba en esas cosas, una mujer vestida de un largo vestido blanco y negro, cabello ondulado color azul oscuro, ingresó a la habitación y se acercó a la heredera con una sonrisa.
- Tía Nehellenia, no te oí venir – la saludó Serenity apenas la vio
- Lo siento pequeña si te incomodé... pero ¿Qué te ocurre sobrina? Se te ve triste – fue la respuesta de la recién llegada
- Es que... es Endymion, hace tiempo que no nos vemos y no ha enviado ni un mensaje buscando saber de mí, ahora que viene de visita no lo he visto muy entusiasmado con mi compañía – se lamentó la bella joven
- Tal parece que para él, tú no eras tan importante como creías... pudo haberse comunicado contigo antes, pero no lo hizo – dedujo Nehellenia frunciendo el entrecejo
- Pero Endymion está luchando para defender a su familia y su reino... - refutó la princesa entristecida al oír eso
- Eso no es excusa, pudo haber dejado a otro en su lugar y enviarte mensaje o venir antes, sin necesidad de que tu madre tuviera que llamarlo – insistió la tía
- No... ¡no! – exclamó la muchacha sintiéndose impactada al oír lo que la mujer le decía
- Velo por tus propios ojos... si me equivoco, el príncipe Endymion tendría que atenderte el tiempo que esté aquí antes de volver a la Tierra y no tendrá ganas de irse pero si tengo razón, él estará apurado por regresar a su hogar y a ti no te prestará atención en el ínterin que permanezca en la Luna - le dijo la mujer a Serenity, llamándola a que observara el panorama –Pero recuerda, no le digas a nadie nada de lo que te estoy comentado... ni siquiera a tu madre – solicitó acto seguido
Tal y como lo mencionó Nehellenia, durante el tiempo que permaneció el príncipe de la Tierra en el Palacio Lunar, poca y nada fue la atención que este pusiera en la heredera selenita y en cambio, solo se preocupó por esperar el día en que le tocaría reincorporarse a la batalla y en comunicarse con sus guardianes, para estar pendiente de los detalles de aquella.
Cuando el momento de marcharse de regreso al planeta azul llegó, Endymion se fue despidiéndose amablemente de la princesa pero sin haber pasado nada de tiempo con ella por estar centrado en el asunto de la lucha de los suyos contra Diamante y sus seguidores, dejando de esa forma, a la joven rubia triste y con la sensación de que la teoría de su tía era correcta.
- ¿Porque?... ¿Porque mi amado príncipe? ¿Será que tan poco importante soy para ti? – se preguntaba la bella muchacha con una lágrima cayéndole por una de sus mejillas al mismo tiempo que contemplaba a la nave terrícola alejarse
No terminó de murmurar dicha frase que sintió una mano posarse en uno de sus hombros, al voltear la mirada vio que se trataba de una de sus amigas y guardianas.
- No te preocupes que todo estará bien, siempre podrás contar con nuestra amistad, especialmente con la mía... - le dijo Sailor Mars al mismo tiempo que le sonreía
La reina Serena se despertó de repente durante la madrugada al mismo tiempo que la última parte de la frase dicha por Mars en su sueño, parecía retumbar en su cabeza. Estaba ahora pensativa sobre lo que acabó de soñar y no pudo dejar de observar un detalle, ahora las imágenes se veían más nítidas que en el anterior.
La soberana recordó a la antigua Rei de su sueño y se sintió peor de lo que ya venía sintiéndose con los hechos que envolvían a la gobernadora de Ciudad Ignea y su esposo, como si las últimas palabras de aquella en el mundo onírico tuvieran un tono acusatorio hacia ella o a su anterior encarnación.
- ¿Por qué estoy soñando tanto con el antiguo Milenio de Plata? Pero lo que más me sorprende es que Nehellenia hable con la princesa de la Luna... ¿Vivía también en el Palacio Lunar? Ahora que recuerdo, si bien en su momento yo la derroté... hubo varias cosas que no supe de ella – razonaba para sí Neo Serenity en el ínterin que contemplaba al dormido rey Endymion a su lado – Creo que preguntaré mejor a Luna y Artemis sobre ella – prosiguió con su pensamiento
Mientras continuaba pensando sintió que su esposo se movía en la cama y se enderezaba ya que se había despertado; con los ojos entrecerrados observó a su mujer sentada.
- Serena... son las 4:30 de la madrugada ¿Pasa algo, te sientes mal? – le preguntó el de ojos celestes
- Querido... no sucede nada estoy bien, solo me encuentro algo exaltada por el sueño que tuve hace rato – dijo la soberana de Tokio De Cristal
- ¿Con qué soñaste que te dejó así? –fue la obvia pregunta de Endymion enderezándose también
- Pues... – comenzó a hablar la rubia aun sin saber si contarle o no – Últimamente ando soñando mucho con nuestras vidas pasadas... cuando yo era la princesa Serenity y tú el príncipe Endymion – prosiguió
- ¿Y eso? Cuéntame por favor – contestó extrañado el hombre
- Bueno, en su mayoría son imágenes difusas aunque en el de hoy, las mismas fueron más nítidas... soñé que tú luchabas aquí en la Tierra, aparte aparecía Nehellenia... hemos luchado contra ella, seguramente la recuerdes del Circo Dead Moon – le dijo ella los datos, que creyó conveniente contarle
- Sí a ver, dime más detalles – solicitó interesado el de pelo negro
- Tú peleabas aquí en una guerra civil contra una facción rebelde que buscaba quitarle el trono a tu familia, eso atraía toda tu atención y no parecías preocuparte por nada más... - relató Serena
- ¿Algo más que recuerdes?.
- Nehellenia me hablaba en contra tuya y Rei me manifestaba su apoyo, en ese instante me desperté, es todo lo que recuerdo – le informó la mujer - ¿Hay algo que tú sepas de tu vida pasada que me ayude a dilucidar porqué sueño con dicha época? – indagó además
- Lo que sé es lo que tú sabes, en el pasado Milenio de Plata tú y yo estábamos juntos y comprometidos, yo sentía un gran amor por ti al igual que el que siento ahora, Nehellenia se levantó en contra de tu madre y por eso fue encerrada en un espejo como ya debes de saber – le contestó el rey
- ¿Entonces porqué no me prestabas atención? – pregunto Serena cruzándose de brazos
- Lo mencionaste recién, estábamos en guerra... yo siempre te amé y nunca te engañé, no así tu amigo Jones... quien traicionó a quien decía amar y al reino al que decía ser leal, cometiendo la deshonra que cometió – recalcó el soberano secamente
- Insistes con eso y con respecto a lo que dijiste, que siempre me amabas, decirlo es fácil... no me dio esa impresión en mi sueño, bueno... ni siquiera estoy segura si lo que he estado soñando pasó en verdad o no aunque, se trata sin dudas del antiguo Milenio de Plata, quien sabe – respondió la reina a la defensiva – Ahora con permiso, voy a tratar de volver a dormir – añadió al mismo tiempo que se volvió a acostar
Endymion se había quedado meditando en lo que su esposa le contó por lo que no consiguió volver a dormirse, así que al día siguiente lo primero que hizo fue reunirse con Artemis, con el fin de comentarle todo lo que Serena le dijo la noche anterior.
- Dime Artemis, ¿Qué opinas? – preguntó el de cabello negro
- Mmmmhhh, sin dudas son los recuerdos enterrados que están queriendo salir a la luz – aseguró el Concejero de cabello blanco con el semblante serio
- ¿Entonces recordará aún más? ¿La princesa Serenity realmente tuvo parte de responsabilidad en la maldición que pesa sobre Jones? – continuó el soberano con las preguntas, sintiéndose impactado
- Mire señor, me temo que sí y es cuestión de tiempo hasta que la reina tome conciencia de que ese hecho fue verdad, no podemos hacer nada para evitarlo... - afirmó el de cabello largo preocupado
- ¿Cuán conveniente crees contarle todo ahora? – le dijo Endymion con algo de tristeza
- Decirle todo de golpe a su esposa no creo que convenga, hay que dejar que vaya recordando y tomando conciencia sola... ahora, el señor Jones sí que no puede recordar nada – despejó Artemis las dudas que el rey tenia
- ¿Qué probabilidades crees que haya, de que lo que ocurrió en esa época entre la princesa de la Luna y el líder de la guardia personal de Lady Mars, se repita en este tiempo? – indagó el de ojos celestes yendo directamente al grano
- De eso iba a hablarle, hay que estar muy atentos ya que cuanto más cercana sea la amistad entre ellos... aumentan las chances de que la situación se salga de control – aconsejó el de pelo blanco sin perder la seriedad – Lamento no decir lo que tal vez usted deseaba escuchar, soberano – se disculpó enseguida
- No hay problema, agradezco que seas sincero – aseguró el esposo de la Neo Reina Serenity, sonriéndole
Después de terminar de hablar con el Concejero Real, el rey se dirigió a la habitación que compartía con su mujer y una vez en el lugar, revisó los cajones de uno de los armarios y sacó una pequeña caja que se encontraba bien escondida, de la que extrajo una foto.
- Serena... Serena... si yo te mostrara esto, quiero saber qué me responderías – murmuró Endymion en el ínterin que observaba la imagen capturada en la fotografía – Y tú crees que no se nada, que estoy ignorante de lo que ocurrió... - añadió mientras guardaba de nuevo la foto y sacaba de la caja un sobre con una nota anónima que él había recibido junto con aquella hace un tiempo, de los cuales no le había contado a absolutamente nadie. Procedió entonces el soberano a releer el escrito:
Estimado Rey Endymion: Me pesa mucho tener que informarle de algo desagradable, por desgracia, alguien a quien usted ama y en quien confía... no es tan santa como usted pensaba. Para que vea que no le estoy mintiendo, le adjunto esta fotografía que les tomé en el momento justo, a los implicados.
Por favor no le mencione a nadie de esta carta o podría haber un serio escándalo. Atte: Un amigo
Tal como mencioné varias veces, puedo tardar pero no dejaré ninguna historia inconclusa. ¿Qué tal les ha parecido el nuevo capítulo? Aquí pudimos observar detalles que poco a poco van saliendo a la luz, todo parece indicar que Darien sabe más de lo que dice ¿Quién envió ese anónimo? Ahhh no seeé, pero de que se sabrá se sabrá. Solo les digo algo, ¿Se acuerdan que Rei también recibió un anónimo con unas fotos?
Si tienen alguna duda me gustaría que me la comentaran abajo en la caja de reviews, eso realmente me sirve para ver si se me escapa algo.
Sin más que decir, me despido hasta el próximo capítulo así que... nos vemos!
